Aproveché este pequeño one-shot para mostrar otros de mis ships favoritos, espero les guste xD


4. Beso indirecto

Las tradiciones de los ponys eran muchas y muy variadas, acompañadas de leyendas y orígenes fantásticos. Algunas más simples que otras, como regalar flores amarillas al inicio de la primavera a tu pareja.

En cierto modo, eran buenas épocas para los vendedores y para quienes buscaban confesar sus sentimientos. Para otros, como Spike, simplemente se trataba de otra fecha en el calendario de los ponys. Por ejemplo, el día de Corazones y los Cascos; muchos ponys caminaban por ahí con sus parejas, como Lyra y Bon-Bon, quienes caminaban con su cola enredada en la de la otra.

Incluso vio pasar por el cielo a Fluttershy en el lomo de Discord. Sin mencionar que Starlight Glimmer se había ido a pasar unos días con Sunburst en el Imperio de Cristal.

Aunque todo se trataba de una dinámica entre parejas y sentimientos, él había desistido hace mucho tiempo de cualquier acercamiento. Y mientras caminaba de regreso al castillo, se dio cuenta de que Applejack estaba vendiendo en el mercado de la época. Ella lo saludó apenas se dio cuenta de su presencia, mientras se servía un tarro de sidra.

—Hola, dulzura —dijo la granjera—. Pensé que andarías por ahí con Rarity.

—No, salió por cosas del trabajo. Ya sabes, la pasarela en Canterlot y eso.

Los dos rieron al saber que, aunque no hubiera salido, Rarity habría rechazado salir con él un día como hoy. Aunque la granjera no lo dijo, en parte porque sabía que era un tema delicado. Applejack le dio dos grandes tragos al tarro de sidra, limpiándose la espuma con un brazo. A Spike se le hizo agua la boca.

—¿Me puedes vender una sidra?

—Lo siento, caramelo, era la última.

Spike torció la boca con algo de frustración, sin embargo, Applejack le extendió el tarro con una leve sonrisa mientras agachaba la mirada.

—Pu-puedes quedártela, je, si quieres.

—¡No, lo siento, es tuya! —quiso denegar Spike.

—¡Insisto, en serio! Además… tengo que guardar esto, no te preocupes.

No queriendo ser grosero, el dragón tomó el tarro de sidra de su casco y le dio un enorme trago que le supo sumamente delicioso. La granjera sonrió con ganas mirándolo beber, mientras un leve sonrojo nacía en sus mejillas.

—Muchas gracias, Applejack.

—No es nada, cubito de azúcar, ahora dime, ¿adónde ibas?

En ese momento, Spike decidió correr al recordar que Twilight saldría a ver una obra de teatro con su cita, y él no traía llaves. Applejack se echó a reír mientras lo veía correr con dirección al castillo, dejándola sin decirle que aquel encuentro le hizo el día. La yegua amarilla negaba levemente con la cabeza, con gesto solemne.

—Quizá debí ser directa.

El dragón llegó justo a tiempo de ver salir a Twilight en compañía de Trixie del castillo. Apenas podía articular palabra cuando Twilight le dio la llave, aunque Trixie no dejaba de notar lo que Spike traía en la mano.

—Por poco no llego, gracias Twi.

—No te preocupes, Spike, nos vemos más tarde.

—¿Quién te dio eso? —preguntó la yegua azul.

—Oh, me lo dio Applejack, me la encontré en el mercado.

—Wow, ¿en serio? —se sorprendió Twilight mientras compartía un gesto de asombro con Trixie.

—Sí, me dio mucha pena porque ya era la última y me la dio cuando apenas le dio dos tragos, je.

Las dos yeguas se empezaron a reír mientras se iban, dejándolo a él con una ceja levantada por aquella extraña reacción.

—Oigan, ¿qué es tan gracioso?

—¿Se lo dirás? —preguntó Trixie.

—Tengo una mejor idea.

Las dos se detuvieron y se dieron la vuelta, todavía tratando de aguantarse la risa.

—Dejé un libro en la mesita de mi cuarto —dijo Twilight mirando hacia arriba tratando de recordar—. Se llama "Tradiciones de la antigua y nueva Equestria", lee el capítulo 4, te va a gustar.

Y entonces las dos se marcharon, enredando su cola con la de la otra, dejándolo a él más confundido que nada mientras se bebía el resto de su sidra antes de que se pusiera tibia. Subió hasta el cuarto de Twilight sin mucha prisa y encontró el libro.

Realmente no supo qué tenía de interesante hasta que llegó a la parte de las tradiciones en el día los Corazones y los Cascos. Y conforme leía, su quijada caía más y más; por un momento sintió que la sidra lo había emborrachado. Y entonces salió corriendo del castillo sin darse cuenta de que olvidó sus llaves en la mesita de Twilight.

Una de las tantas tradiciones que se conservan desde la antigüedad, era el compartir una bebida en el día de los Corazones y los Cascos. Compartir la misma bebida, habitualmente se consideraba el que dos ponys se dieran un beso indirecto; mientras que, si algún pony te regalaba una bebida, era una confesión indirecta de sus sentimientos hacia quien recibía el obsequio. Sin duda, una de las mejores tradiciones para quienes no se atreven a decirlo en voz alta.