5. Cafetería

Applejack miraba con suma atención los movimientos de Spike desde donde estaba sentada, sonriendo al mirarlo pedir sus órdenes en el mostrador. Era domingo por la tarde, el calor era intenso y muchas personas caminaban por los alrededores llevando gorras o lentes de sol. Y aunque ella no dejaba de lado su vestimenta vaquera, había reemplazado sus jeans azules por un overol corto de mezclilla y sus botas.

Había algo en aquella cafetería que le gustaba mucho; quizá la decoración de placas de coches de todos los estados sobre la pintura negra y ladrillos rojos de los muros. Tal vez las mesas de madera y sillas de vinil que eran extrañamente refrescantes. O incluso los deliciosos frappés y smoothies que servían, aunque esto era de esperarse porque era Pinkie Pie quien los preparaba.

Había notificaciones en su celular, ella no le prestó mucha atención al saber que se trataba de notificaciones de alguna publicación que comentó.

Y entonces volteó de nuevo, mirando que Spike llevaba consigo dos smoothies y una charola con papas fritas que puso torpemente sobre la mesa, sacándole una nueva sonrisa mientras él se limpiaba unas gotas de sudor que le perlaban la frente. A pesar de las veces que habían estado aquí antes, le sorprendía cómo él seguía poniéndose un poco nervioso.

Aunque ella no mentiría al decir que también le temblaban las manos cada vez que entraban al establecimiento. Quizá una razón de que le gustara tanto era que incluso con todo el abanico de opciones, siempre terminaba por pedir un smoothie de mango o un frappé con sabor a chocolate.

—Te traje uno de mango —dijo Spike, dejando su bebida frente a ella—. Me tardé en decidir el mío, pero el azul artificial del chicle se ve muy sabroso.

—Eso veo, caramelo —contestó con una enorme sonrisa mientras un sonrojo nacía en su cara cuando Spike le daba una papa frita en la boca, remojada en un poco de cátsup.

Había muchas cosas que le gustaban en esa cafetería, aunque la mayoría del tiempo no lo notaba por ponerse la fachada de una estudiante enamorada, aunque hace tiempo había salido de la escuela.

Le gustaba la emoción de salir a desentenderse un poco del trabajo en la granja. Le gustaba salir a esa cafetería con Spike todos los domingos desde hace diez meses. Le gustaba guardar el pequeño secreto a sus amigas y que Spike fuera su cómplice.

Para cualquiera, eran una simple pareja pasando un momento agradable. Para ellos, la mejor parte de su semana desde hace varios meses.