Ha sido mas de un año que no me paso por estos lares, siendo sincera, no daré ninguna excusa, fue mi error, pero ahora tengo un poco mas de tiempo así que retomare poco a poco estos proyectos.
Sin quitarles mucho tiempo, los dejo con la lectura.
Capitulo 14: La vida de ser estudiante.
En el aeropuerto de Narita, un vuelo proveniente de los Estados Unidos estaba por aterrizar sobre el territorio Nipon, en el lugar, las enormes pantallas que presentaban las entradas y salidas de los aviones marcaban el vuelo AM567 en proceso de aterrizaje, en dicho vuelo, una joven de oscura cabellera rezaba por que el aterrizaje fuera exitoso, una vez que sitio que el enorme pájaro de metal se detuvo en su totalidad y escucho en ingles que era seguro comenzar a descender del mismo dio un leve suspiro, se levanto del asiento y con ayuda de la persona a su lado, bajo de los compartimentos su pequeña maleta de mano, a paso lento comenzó a caminar por el pasillo para salir del transporte, se despidió de las azafatas y continuo caminando para llegar a esperar su equipaje en las bandas. Una vez que su maleta salió la tomo y comenzó a caminar con dirección a la aduana para una última revisión.
—¡Buen día! — saludo el oficial cuando la joven entro a la oficina en un perfecto inglés, la chica asintió al saludo con una leve reverencia ya que aún no estaba familiarizada con los modales japoneses. — Necesito que revise estos documentos, se tratan de una declaración de los aparatos electrónicos que posee y los motivos de visita al país, también revisaremos una vez mas su maleta para confirmar lo que esta declarando sea correcto y no cuente con materiales o productos prohibidos — continuaba explicando el encargado.
La joven asintió mientras leía los documentos y firmaba de enterada a la revisión aduanal, en motivo de visita coloco turismo y visitar a un familiar, coloco la dirección que días atrás le habían compartido y entrego los documentos, una vez que la inspección finalizo, la dejaron salir del recinto. —Es mas complicado de lo que pensé — se dijo a si misma mientras intentaba conseguir un transporte que la llevara al lugar que se le había indicado. — debí prestar más atención a mis clases de Kanji — volvió a decirse al sentirse mas perdida, rodeada de timidez y nerviosismo opto por solicitar ayuda para tomar un taxi.
Una vez que el guardia le ayudara a tomar un taxi, el hombre prestador del servicio se apresuro a ayudarla a guardar sus dos maletas en el maletero del auto, posteriormente regreso a su asiento mientras la joven ingresaba en la parte de atrás.
—¿Hacia donde se dirige, señorita? — pregunto el hombre ya en un fluido japones.
—Necesito ir al distrito de Ekoda, a un bar llamado Blue Parrot — comento en un japones entendible, mientras le mostraba la nota al conductor con la dirección bien escrita. El hombre asintió y comenzó su trayecto. La chica solo miraba por la ventana tratando de familiarizarse con el paisaje.
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—Se que es un poco tarde, pero, gracias por salvar mi vida en ese momento— el tono sincero con el que hablo Ai hizo asentir al mago. La chica se separó segundos después y noto la cara sonrojada de su compañero — Acaso, ¿Es la primera vez que te abraza una chica? Pregunto burlona al verlo y alejarse lentamente.
Toda la ternura que había provocado en Kaito se fue al drenaje con aquel comentario, enfurruñado, el mago continuo su camino — Te hubiera gustado ser la primera, lástima que ese lugar ya lo ocupo otra persona — comento al ponerse al lado de la niña y continuar con el trayecto al salón que les correspondía. Al llegar ambos notaron que faltaba la presencia del mini detective, mirándose extrañados y al escuchar las campanadas que anunciaban que la clase estaba por comenzar ambos se dirigieron a sus respectivos lugares.
Conan alcanzo a llegar en la última campanada al salón de clases, quedándose en la entrada de este para intentar normalizar su respiración, los demás alumnos lo veían divertidos ya que esa era una escena bastante extraña ya que el pelinegro siempre solía llegar temprano.
—Hoy llegaste un poco tarde Conan-kun — Hablo la profesora mientras esperaba atrás del menor a que pasara. El pelinegro sonrió nervioso e ingreso al aula con dirección a su asiento compartido con la científica. La señorita Kobayashi entro justo detrás del niño y camino hasta su lugar detrás del escritorio para dar los buenos días y comenzar con el pase de lista. — Es una buena suerte que el día de hoy no allá faltado nadie — comenzó a explicar la docente — Como saben, hace unas semanas se les dijo sobre una sorpresa que la escuela estaba preparando para los alumnos, el día de hoy el directo ya nos dio el visto bueno para informarles — comento entusiasmada la mujer — Como se les informo con anterioridad, la escuela fue beneficiaria de un apoyo gubernamental para felicitar las calificaciones sobresalientes que ha tenido últimamente, por ello y después de una ardua discusión con el consejo de padres y las autoridades educacionales se autorizo que los alumnos expanda sus horizontes con una excusión a otra prefectura. — comento emocionado logrando contagiar a todo el salón el cual empezó a celebrar que saldrían del centro. — Cada grado ira a una prefectura distinta, en nuestro caso no toco ir a Osaka — comento mientras lograba hacer que la euforia de los infantes disminuyera para continuar escuchando — Y debido a eso es que se está solicitando que cuatro tutores nos acompañen para mantener un mejor control de grupo, también deberán traer firmado el permiso de consentimiento para el viaje, en caso de no estar firmado no podrán asistir al viaje. — explicaba mientras comenzaba a repartir unas hojas en los asientos delanteros de las filas y los niños las iban pasando hacia atrás. — En el mismo permiso viene si alguno de sus padres puede acompañarnos para que llene la información, en caso de que más de cuatro padres de familia se lleguen a postular, me encargare de revisar las mismas solicitudes y yo estaría eligiendo a las personas, ¿Entendieron? —pregunto al ver que las hojas con el formato del permiso había sido repartidas a todos los alumnos los cuales asintieron con entusiasmo — Perfecto niños, en ese caso guarden muy bien su formato y comencemos la clase de matemáticas, ya que el día de hoy comenzaremos con una nueva tabla de multiplicar.
Los tres jóvenes encogidos dieron un suspiro mientras se preparaban para la difícil jornada escolar del nivel primaria.
—Haibara — hablo el pelinegro a su compañero de asiento, la castaña solo le dio un ligero asentimiento de cabeza en señal de que le estaba prestando atención — Tengo algo importante que hablar contigo — comento de forma seria. Haibara solo pudo asentir y mirarlo sorprendida por el tono tan serio que utilizo.
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Akako llego al salón de clases con un aura distinta a otros días, por alguna razón que los presentes no alcanzaban a comprender, por primera vez veían a su compañera llegar totalmente sola sin su sequito de admiradores alrededor, también notaron cierto aire de pesadez y cansancio, parecía que la joven orgullosa y elegante se había desvanecido, con un leve saludo que dirigió a sus compañeros tomo rumbo a su asiento mientras los presentes comenzaban a cotillear sobre lo sucedido.
Aoko y Keiko se miraban preocupadas entre ellas mientras discutían la mejor forma de acercarse a su compañera pelirroja, por el contrario, Saguru suspiro en su asiento y se acerco lentamente hasta la bruja.
—¿Te encuentras bien, Koizumi? — preguntó en voz baja al ponerse al lado del asiento de la chica. La bruja asintió con la cabeza. —Realmente no se nota que estes bien, cualquiera puede notarlo — dijo con cierta preocupación.
La chica solo se encogió de hombros. —¿Y tú? — regreso la pregunta — No te vez mejor que yo —argumento al ver a su compañero.
El detective suspiro con pesadez — No puedo negar que no pude dormir bien, mientras mas lo pensaba mas absurdo me suena todo, pero no encuentro ninguna otra explicación, además de que parece que la historia no ha terminado, pero no estamos emocionalmente preparados para continuar con eso — dio su punto mirando a su compañera.
Akako aferro sus dos manos entrelazándolas y bajando la cabeza al escritorio — Debemos detenerlo — murmuro. Saguru la miro interrogante —debemos convencer a Kuroba de que se rinda de buscar Pandora — menciono con temor — no tiene ni la mínima idea de donde se esta metiendo, lo mejor es que esa joya jamás sea encontrada así, nada de lo que paso habría sido en vano.
—Por lo que escucho puedo decir que tu también tienes tu historia — comento el rubio mientras notaba como su profesora ingresaba al aula — por lo visto el no planea rendirse, y eso que pides será bastante difícil, pero no deberíamos tomar decisiones apresuradas si aun no conocemos toda la historia. — dijo antes de regresar a su asiento.
Akako oculto su mirada con el fleco de su cabello, miro de reojo como su único confidente por el momento se marchaba — No lo entiendes, nadie lo entiende, el poder de Pandora no debe ser liberado, o esos sacrificios serán en vano — se dijo a si misma con una profunda tristeza.
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Haibara se encontraba perdida en sus pensamientos durante todas las clases de la mañana, el tono con el que el detective le había solicitado hablar estaban llenando su mente con teorías tanto positivas como negativas, miraba de reojo a s compañero de asiento el cual parecía mas entretenido en realizar una especie de anotación en la libreta, suspiro con cansancio, miro al otro joven encogido y sonrió divertida al verlo dormitar en su asiento y por un momento deseo poder sacar el teléfono celular y tomar una foto, pero dado el lugar en el que se encontraba eso era algo imposible.
Al sonar la campana que indicaba el inicio de un descanso noto como el asiento del mago se lleno de chiquillos deseosos de que les enseñara mas trucos de magia, entre ellos se encontraban sus amigos.
—Haibara — volvió a llamarla el detective. — salgamos un momento — comento el de lentes. Haibara asintió y ambos salieron del salón de clases.
