En lo que Rika y sus servants se fueron, Haji se quedó en la ciudadela para esperar a que regresen, Siegfried no tenía que hacer demasiado esfuerzo debido a la maldición, había terrazas con asientos afuera por los que podían sentarse, dejando que ahí repose el saber.

- Master~ diga ah~ - Kiyohime intentaba darle una cucharada de nieve de sabor al pelinegro.

- Kiyohime, puedo comer por mi cuenta, no hay necesidad de que me estés sirviendo.

- No sea malo master, recuerde que estamos en una cita para celebrar nuestra próxima boda, ya le aseguro que conmigo a su lado no necesitará a nadie más, por supuesto, siempre y cuando no trate de engañarme o mentirme~ - Esa declaración no le inspiraba nada de confianza, ahora ya estaba empezando a arrepentirse de haberla vuelto su servant.

- De algún modo tiene que aprender master, hay todo tipo de chicas por las cuales tiene que ser fuerte. – Comentó Emiya a su lado, Haji lo vio.

- ¿Podrías darme al menos un consejo? Ya has tenido experiencia anteriormente con mujeres complicadas.

- Lo lamento mucho master, pero no quiero meterme en ese tipo de asuntos, además de que Berserker me está mirando amenazadoramente, será mejor dejarlos solos.

- Gracias por entender Archer. – Respondió Kiyohime, devolviendo su mirada hacia Haji. – Ahora master, volvamos a lo que íbamos antes; ¿Cuál sitio es mejor lugar para nuestra luna de miel? Me encantaría una hermosa playa en el caribe, aunque una cabaña en las montañas sería perfecto, solo nosotros dos.

- (Auxilio, que alguien me ayude) – Se comunicó telepáticamente con sus demás servants.

- (Lo siento master, no sería correcto interponerme) – Respondió Arturia.

- (Solamente puedo darle mis más grandes bendiciones a usted y su nueva pareja master, disfruten de una gran vida juntos) – Martha les dio su bendición, algo que no ayudaba de nada.

- (En realidad esta es una escena muy divertida, apruebo que continúen juntos) – Esa sonrisa de Mozart solamente avivaba su coraje.

- (Senpai… que envidia…) – Fue todo lo que respondió Mash. Haji soltó un suspiro.

- Kiyohime ¿podrías esperar al menos hasta que terminemos de resolver esta singularidad? No podemos distraernos y tenemos enemigos que derrotar, si pudieras pelear contra ellos, me ayudaría bastante.

- ¿Tiene enemigos? ¿Quiénes son? Me aseguraré de quemarlos hasta sus entrañas. – Ahora la Berserker se mostraba enojada y empezando a exhalar llamas.

- No están aquí de momento, todos aquí debemos pelear para salvar a esta gente y eso me haría muy feliz, estaría muy agradecido si ayudas.

- Master, no tiene que pedirlo, quien sea que amenace su vida, yo lo defenderé, esa sería la mejor forma de mostrarle mi amor. – Escondió su boca con su abanico.

- Me alegra que entendieras. – En ese momento vieron un carruaje de cristal acercarse, finalmente estaban de regreso. – Parece que volvieron, debemos ir a recibirlos. – Todos ya se levantaron para ir verlos, esperando que pudieran tener éxito.


- Maldición. – Sanson retrocedió, no podía creer que Marie se estuviera resistiendo de ser ejecutada. La antigua reina de Francia estaba ahí aún incorporada, su ropa estaba rota y tenía algunos rasguños, pero seguía con vida. – Soy mucho más fuerte, yo fui quien te ejecutó ¿Por qué te resistes a tu destino? Se supone que estamos atados el uno al otro.

- No lo entiendes Sanson, tu hoja ya no sirve al mismo propósito con el que fue creada, una vez fuiste un ejecutor que acababa con criminales, realizabas tu propia justicia y la gente creyó firmemente en ello… ahora ha perdido su valor, ya no eres un ejecutor, simplemente te has convertido en un asesino, desde que estás del lado de la bruja dragón, has decidido romper la relación que nos unía, ya no tengo nada que ver contigo.

- Eso… no puede ser posible… no quiero eso… añoro cortar ese adorable cuello tuyo, pero… quiero… que me perdones… no sé qué pensar ahora, mi cabeza me está doliendo.

- Sanson… - La Rider sonrió suavemente. – No te odio realmente, aunque hayas sido tu quien me ejecutó, realmente no tengo ese tipo de sentimientos hacia ti, adoro a mi gente después de todo, amo a toda la gente de este país aunque me hayan dado la espalda, siempre he pensado en eso, y tú estás incluido.

- Marie… no creo ser merecedor de esas palabras, desde ese día, siempre me persiguieron sueños, quizás pude haber hecho algo para evitarlo, quería que siguieras viva.

- Gracias… ahora puedes estar tranquilo, estoy aquí contigo, eso debería bastar ¿no?

- … Si… ahora me siento mejor. – Sanson empezó a brillar, ya le había llegado el momento. – Fue bueno volver a verte…

- Igualmente. – Marie se despidió de él con una sonrisa, ya finalmente el cuerpo de Assassin desapareció. – Descansa.

- Tsk, llegué tarde. – En ese momento apareció Jeanne Alter, la cual bajó del gran dragón. – Estas sola aquí, y yo que quería encontrar a esa santa.

- Ella se fue hace rato, solamente me encuentro yo y derroté a uno de tus servants.

- Justamente sentí eso, que decepción, podía haber sido más fuerte sin la necesidad de esos estúpidos sentimientos que mantuvo.

- No considero que haya estado mal, sé que él me amó, y eso lo motivaba a seguir adelante, tu solo eres una bruja, no creo que realmente entiendas algo acerca de los sentimientos y el amor hacia otros.

- No necesito nada de esas estupideces, y me parece increíble que proclames todo eso ¿No fue la misma gente de Francia quien deseó tu muerte? Deberías odiarlos.

- Realmente no lo entiendes, la gente fue quien me volvió reina, yo trabajé para ellos, si mi muerte era lo mejor para todos, solamente pude aceptarlo, jamás odiaré o cargaré sentimientos negativos hacia otros. Para mí, siempre serán mis hijos.

- Realmente me das asco. – La Avenger comenzó a gruñir. – Has cometido el peor error de tu vida al estar sola, ahora no habrá nadie que pueda salvarte.

- No lo necesito, pelearé hasta el final, así sea para salvar a esta gente y puedan escapar. Activando Noble Phantasm "Palacio de cristal"

- Perece. – Jeanne alter comenzó a alzar llamas.

- (Jeanne… aunque haya sido poco tiempo, me alegra que pudiera ser tu amiga… master, ahora si no creo salir con vida de aquí, fue un gusto ser tu servant… Amadeus, me hubiera gustado escucharte tocar música una vez…) Voy a brillar hasta en la más profunda oscuridad y nada podrá detenerme, Marie Antoniette saldrá al escenario ahora.


- ¡Estamos de regreso! – Rika señaló la llegada, todos bajándose del carruaje.

- Jeanne, Senpai. – Mash les recibió, la ruler sonrió al verla llegar. – Él es…

- Permítanme presentarme, soy Giorgios, servant de clase Rider.

- Así que a él lo buscaban. – Mozart y el resto se acercaron. - ¿No está Marie?

- Ella… decidió quedarse atrás… y no creo que… - Jeanne bajó la mirada, sin embargo, el caster no mostró triste.

- Entiendo, es algo que ella haría, al final siempre pelea por su gente, así que no tengo nada de qué preocuparme.

- Bueno, no creo que sea una despedida definitiva. – Rika miró su celular, el icono de Marie dejó de brillar, correspondiendo que desapareció, pero a su vez saltó un mensaje "Servant con baja energía, se ejecutó expulsión de emergencia" – Lo sabía, ella debe estar en Chaldea ahora mismo.

- ¿Está viva? – Preguntó Jeanne con asombro, Rika sonrió mientras volteó a ver a Mash.

- Mash-chan, llama al doctor. – La shielder asintió, en ese momento apareció el holograma de Roman.

- Chicos ¿sucede algo? Hace poco apareció Marie por acá y…

- ¡Hola a todos! – Para su sorpresa, la Rider apareció en la pantalla con una sonrisa. – Lamento haberlos dejado tan pronto, parece que fui derrotada jeje~

- Marie, me tenías preocupada. – Jeanne estaba algo molesta pero igual aliviada, la reina soltó una pequeña risa.

- Lo lamento, justo después de que se fueron apareció Sanson, pude derrotarlo, pero luego la bruja llegó, no pude hacer nada cuando me quedé sin energías, pensé que iba a desaparecer, pero luego llegué aquí, ya el doctor me explicó la situación.

- Como es una servant bajo el comando de la master Rika, su espíritu se encuentra atado a la base de datos de Chaldea, y como el sistema es quien le provee mana, una vez fue derrotada, terminó siendo transportada de regreso, es un protocolo de emergencia dentro de Sheeva por si se detecta que hay servants en peligro de desaparecer. – Explicó el doctor.

- Es un alivio saber eso, no nos gustaría que nuestros servants mueran en alguna situación crítica. – Comentó Haji.

- Por el momento estoy agotada, así que descansaré un poco, y no parece que pueda regresar a ayudarlos, así que derroten a esa bruja por mí ¿sí?

- Nos aseguraremos de ello. – Asintió Jeanne, la Rider se mostró alegre.

- Amadeus, te estaré esperando aquí, pelea con todo.

- Como digas mi querida Marie, te estará esperando una gran composición cuando llegue. – Después de eso se cerró la comunicación, Mozart no se veía triste, sabiendo que Marie estaba a salvo.

- Al final todo terminó bien. – Comentó Elizabeth con orgullo. – Yo pude haber acabado con esa bruja por mi cuenta, pero no quería robarle el foco a Rider.

- Hubiera sido mejor si te quedabas ahí, de todos modos, nadie te hubiera extrañado. – Se burló Kiyohime, una vena resaltó en al frente de la lancer.

- Parece que puedo moverme mejor… - Siegfried se acercó al resto. – Lo siento por todas las molestias que se tomaron por mí, no puedo encontrar la mejor forma de agradecerles por ayudarme.

- No hay necesidad de ello, no podíamos dejarte abandonado. – Comentó Rika con una sonrisa.

- Eres un valioso aliado para nosotros, así como el resto, para poder acabar con la desgracia que ocurre en este país, debemos luchar por ello. – Declaró Haji.

- Es cierto… entonces lucharé a su lado, solo puedo acabar con dragones, pero haré todo lo posible.

- Yo igual, pueden contar conmigo para esto. – Igualmente afirmó Giorgios.

- Gracias a ustedes dos… ya al final se unirán también para ser nuestros servants. – Rika observó su celular. – Aunque sea mínimo, tienen algo de miasma oscuro, aunque no es algo urgente, una vez terminemos los purificaremos.

- Esperaremos eso. – Asintió el Rider.

- Muy bien, ahora que ya estamos todos, vamos a acabar con ese dragón y recuperar Orleans. – La pelinaranja levantó el brazo, todos estaban listos.

- Master, gracias por todo, ayudar a salvar a la gente por la que peleé, no podía encontrar un mejor master. – Sonrió Jeanne, Rika hizo lo mismo.

- Lo haremos nuevamente, vamos a movernos ahora.

- ¡Si! – Comenzaron a moverse, por el momento debían descansar, a la mañana siguiente ya empezaría la batalla decisiva para acabarlo todo.


El grupo logró encontrar un buen sitio para tomar un descanso dentro del bosque, aunque algunos enemigos se pusieron en el camino, nada que pudieran resolver, ahora ya que cayó la noche, podían descansar.

- Master, déjeme a mi hacer la comida, fui entrenada desde pequeña para ser una buena esposa, le aseguró que le encantará mi comida. – Se ofreció Kiyohime mientras agarraba los ingredientes de las raciones enviadas por Chaldea.

- Muy bien Kiyohime, aunque la comida de Archer es buena también. – Afirmó el pelinegro, en ese momento la Berserker empezó a fulminar a Emiya con la mirada, el cual se puso tenso.

- Master, evite la molestia de hacer comentarios innecesarios, por favor. – Intentó responder con calma, a pesar de seguir viéndolo, Kiyohime se calmó y empezó a preparar la cena mientras murmuraba una tonada.

- ¿Cómo estás Siegfried? – Rika se acercó a ver al saber, este ya estaba mejor, Giorgios y Martha pudieron hacer el ritual por lo que estaba totalmente sano.

- Mucho mejor, ya podré enfrentar a Fafnir en mi mejor forma para mañana, nuevamente lo siento por todo.

- ¿Siempre tienes que disculparte por todo? – Preguntó Rika con un rostro inexpresivo, el saber parpadeó un par de veces.

- … Lo siento… - la pelinaranja soltó un suspiro.

- No importa, estaremos contando contigo cuando acabe todo esto, no te importará volverte mi servant ¿no?

- Estaría agradecido por ello, usted y su hermano se ven como buenos masters, observando como los demás servants se ven alegres con ustedes.

- Todos somos compañeros aquí, me encanta verlos a todos como una gran familia, y me alegrará que formes parte de ella.

- Lo estaré esperando. – Sonrió Siegfried, en ese momento se acercó Jeanne. – Ruler.

- Me alegra verte mejor Siegfried, de algún modo siempre terminabas mal herido cuando nos encontramos. – Bromeó ligeramente la rubia.

- No sé qué situación fue peor, la gran guerra o esta… por lo menos ahora pelearemos juntos, supongo que después de que desaparecí en ese momento, la situación con el homúnculo debió ir bien ¿no?

- … Puedes decirlo así… - No era algo que a la ruler le gustara hablar. – Son dos periodos de tiempo distintos, pero creo que Sieg debe estar en algún punto, aunque sea ligeramente, pude sentir su presencia en el trono de héroes.

- Volverás a verlo. – Afirmó Rika. – Cuando llegue el momento lo verás.

- … Es cierto… - Sonrió la rubia.

- Ey cerdita. – Elizabeth se acercó. – Hace rato que Caster y Mash se fueron y no han regresado.

- Quizás tuvieron algún problema, Nii-san ¿podrías enviar a Martha para que los busque?

- Claro, Rider, si no es molestia.

- Para nada. – La santa invocó a Tarasque.

- Kojiro-san, deberías ir por si necesitan ayuda.

- Como diga master. – El Assassin se subió igualmente al dragón, empezando a alejarse para buscar a los dos desaparecidos.

- Estarán bien. – Afirmó Haji, Rika asintió.

- Mash-chan y Mozart-san son fuertes y podrán defenderse, por cualquier cosa, Martha-san y Kojiro-san les darán una mano.

- Kiyohime ¿Cómo va la comida? Ya estoy sintiendo que Saber tragará la olla entera en cualquier momento. – Bromeó el pelinegro.

- Eso es muy grosero de su parte master, no soy una glotona como usted piensa.

- Si no fuera porque siempre observó tu rostro de felicidad cuando comes, no diría eso. – Arturia no supo que responder, se quedó callada, escondiendo su vergüenza.

- Ya estará listo master~ será la mejor cena que probará en su vida, de modo que siempre querrá que le cocine como su adorada esposa. – Ya se veía una olla de estofado, una pequeña con sopa de miso y algunas bolas de arroz.

- ¿Eso es todo? Si realmente quisieran una buena comida, les daría a probar mi filete de dragón, eso realmente les dejaría con ganas de más. – Quiso presumir Elizabeth, Kiyohime puso una sonrisa burlona la cual escondió detrás de su abanico.

- ¿En serio quieres darles de comer carne de dragón? No sabía que fueras tan vulgar Elizabeth, justo lo que esperaba de una mujer como tú.

- Mira quien lo dice, tu eres mucho más vulgar que yo, arrimándote a tu master, al menos ten algo de decencia.

- Jamás comprenderías lo que es estar enamorada, por eso acabaste sola en una reja de prisión. – Elizabeth contuvo sus ganas de querer atacarla, por respeto a los demás de no arruinarles la cena.

En ese momento regresaron Martha y Kojiro, ya llevaban encima a Mash y Mozart, la shielder se mostró algo apenada por perderse, pero poco les importó a ambos hermanos. Finalmente era la hora de cenar, Kiyohime terminó una gran cena de comida japonesa para todos los gustos, Arturia ya estaba que podía saborearlo con solo verlo, ya se iban a dedicar a comer.

- ¿Y ese ruido? – Preguntó Giorgios, entonces vieron criaturas acercarse, hombres lobo y demás.

- Parece que fueron atraídos por el olor de la comida… esto es malo. – Jeanne se puso seria.

- No crean que tendrán esta comida, la hice con amor para mi master. – Las pupilas de Kiyohime se dilataron, estaba lista para pelear.

- Master, será mejor acabar con esas criaturas. – Arturia se levantó bastante seria, estaba muy molesta porque le interrumpieran la hora de cenar. Las criaturas comenzaron a atacar para obtener la comida.

Al final fue una batalla bastante rápida, no hubo necesidad de que otros se movieran, Kiyohime y Arturia acabaron de forma veloz con las criaturas, con llamas y cortes, estas acabaron muriendo en cuestión de minutos, ya entonces todo volvió a la normalidad, comiendo y disfrutando de la comida.

- ¿Qué tal master? ¿Le gusto mi comida? – Preguntó la Berserker con algo de pena, Haji asintió.

- Estuvo muy delicioso, realmente eres muy buena cocinera. – Sonrió Haji, las mejillas de Kiyohime se pintaron de carmesí.

- Gracias master, aprecio mucho sus palabras. – Ella se encontraba bastante feliz. Rika acariciaba a Fou el cual comía alegremente de su pequeño plato.

- Mañana es el día. – Escuchó a Jeanne comentar al aire. – tenemos que acabar con esto, sin importar qué.

- Es algo que debemos de hacer, no solo por Marie que nos espera de regreso, por toda la gente que ha sufrido. – Respondió Mozart. – La mejor forma de hacerlo es salvando a todos.

- Cumpliremos el deseo de Marie. – Afirmó la ruler con una mirada decidida. – De ese modo podré presentarme ante ella nuevamente como debe de ser, es lo que ella quiere.

- Eso es lo mejor… lo haremos…

Continuaron comiendo y descansando, finalmente a la mañana les espera lo que sería el asalto final para salvar a Francia.


Dentro del palacio del rey en Orleans, Jeanne Alter entró a la sala, se veía molesta y cansada después de estar viajando.

- Gilles. – Llamó al caster, este se presentó ante ella, portando su libro de hechizos como siempre.

- Mi querida Jeanne, bienvenida de vuelta.

- Si, como sea, pude confirmar que Marie ha muerto, no presentó un gran problema como pensé ¿Qué hay de Sanson?

- No hay mucho que pueda hacer, su espíritu desapareció y solo queda una carcasa de lo que fue, solo puede ser usado como carne de cañón. – La Avenger chasqueó la lengua.

- Esa estúpida reina, ganando tiempo para que Giorgios escapara, al final se sacrificó para que su grupo ganara fuerza, no hay tiempo que perder, debemos avanzar esto rápidamente. – En ese momento apareció la saber, Chevalier D'Eon. – Saber, que rayos haces aquí, deberías estar buscando por ellos.

- No hay necesidad de seguir, después de todo están en camino a Orleans. – Afirmó la saber, Jeanne Alter se mostró un poco asombrada – Parece que dejaron de jugar y finalmente van a venir.

- Así que piensan que pueden ganar, supongo que ya sabemos lo que debemos de hacer, Saber, prepárate para la batalla final.

- Entendido, les mostraré todo lo que puedo hacer, al final ninguno de ellos quedará con vida. – Sonrió la saber de manera sádica mientras se alejaba.

- Gilles, es momento de reunir a todas las tropas aquí.

- Por supuesto mi querida Jeanne, no hay que darles la oportunidad de acercarse, me retiro a ajustar las cosas. – Al final el caster se fue, quedando solo ella en esa sala, fue a sentarse hasta el trono el cual estaba manchado con sangre seca.

- Idiotas… realmente piensan que arreglando las cosas aquí podrán conseguir algo, no importa si gano o pierdo, el mundo está totalmente destruido… pero si eso quieren, voy a jugar con ellos, les probaré que mis llamas de odio son mucho más fuertes que la esperanza que cargan… mi otra yo, ahora vas a conocer lo que es la verdadera desesperación, más de lo que yo alguna vez sufrí en vida… me aseguraré de ello…


En esta ocasión el cap fue un poco más corto que el resto y pues es la calma antes de la batalla final, estamos acercándonos al final de esta singularidad, pero quedan ver batallas las cuales intentaré hacer que se vean geniales, ya esperen el próximo cap para lo que sigue. Saludos.