- ¡Ya estamos aquí! – Rika y Haji estaban de regreso en Chaldea luego de otro día ocupado afuera, la pelinaranja llevaba una bolsa en su mano derecha. Ahí Arturia, Lily y Saber Alter se encontraban cerca.
- Bienvenido master. – Arturia hizo una reverencia, Haji saludó con la mano. - ¿Qué hay en esa bolsa? – Preguntó, la pelinaranja sonrió.
- Es algo que me costó mucho esfuerzo conseguir ¡Ta-da! – Sacó el contenido, era una caja que contenía cinco pequeñas botellas, las cinco llevaban flan adentro. - ¡Estas botellas de flan son las más deliciosas que hay en Japón! prácticamente siempre hay colas grandes para conseguirlas, hoy tuve la fortuna de obtener estas.
- ¡Ohhh! Que genial master. – Lily tenía brillos saliendo de sus ojos.
- Pensé que a ustedes les gustaría puesto que comen demasiado, así que las conseguimos para cada una.
- ¿En serio? – Exclamó la pequeña Arturia, Rika asintió. - ¡Muchas gracias master! – Saltó para abrazarla.
- Así que flan… es algo que puedo aceptar, mientras sea delicioso. – Saber Alter se encogió de hombros, pero igual sentía algo de curiosidad por probarlo.
- Agradezco el gesto por haber conseguido flan. – Arturia hizo una reverencia. – Tampoco tenía razón para dárnoslo, pero si es un simple regalo, no tengo razón para rechazarlo.
- ¿Segura que no por haber escuchado que es delicioso, quieres comerlo? – Preguntó Haji levantando las cejas, Arturia se sintió un poco avergonzada, tosiendo mientras sus mejillas estaban rojas.
- No sé de qué habla master… de cualquier manera, lo guardaré por ahora, lo comeré cuando la ocasión sea especial.
- Ahí te lo pierdes. – Exclamó Saber Alter ya empezando a probar su flan, incluso ya tenía manchas en su mejilla. Lily estaba comiendo el suyo con felicidad mientras Rika se sentía satisfecha de verla así. Arturia solo pudo soltar un suspiro al verlas.
- (No entienden nada… ese tipo de postres se disfrutan mejor cuando la ocasión es especial, ya sé en qué momento comerlo…) – Empezó a reír para sus adentros mientras se imaginaba el momento idóneo para comer el flan, tenía un plan para hacerlo.
Un rato después, la saber guardó su flan en el congelador de Chaldea donde se mantienen todos los ingredientes, antes de comer quería realizar unas cuantas preparaciones para el momento perfecto, para ello pidió cierta ayuda a otros servants.
- Dime ¿por qué tengo que hacer el té para ti? – Preguntó Emiya calentando el agua para las hojas de té.
- me gustaría tener un acompañamiento especial para un postre que Rika obtuvo para mí, así que no digas nada más y sigue preparando. – Respondió Arturia, el Archer solo pudo soltar un gruñido mientras continuaba a regañadientes, al lado de ella estaba Lancelot el cual llevaba una torre de libros que depositó en una de las mesas.
- Gracias por la ayuda Sir Lancelot. – El Berserker soltó un rugido de afirmación. – Nada como comer un postre acompañado de una buena taza de té con algo de lectura… si solo pudiera salir afuera y apreciar el sol, pero con el mundo en oscuridad no es posible… - Arturia se puso a pensar hasta que se le ocurrió una solución. – Es verdad, está eso. Sir Lancelot, carga los libros nuevamente y vamos a la sala de entrenamiento.
El Berserker de armadura asintió mientras volvía a recoger la torre de libros, los dos fueron a la cámara, abriendo la puerta y ajustando la sala para que reflejara un pastizal verde, con el viento soplando y el sol brillando en todo lo alto, Arturia sonrió por el paisaje.
- Perfecto… - Generó una mesa con una silla y una sombrilla para sentarse, Lancelot había dejado los libros a un lado. – Este es mi ideal de una tarde perfecta, solo falta el té y ese flan… ya espero comerlo. – Arturia se regocijaba de querer comer el postre, no tardó mucho tiempo para que Emiya apareciera.
- Aquí está su té… su majestad. – Gruñó entre dientes.
- Te lo agradezco Archer… - Ahí Arturia notó un pequeño detalle que faltaba. - ¿Y el flan?
- Aún debe seguir en el congelador, deberías buscarlo, yo no soy tu sirvienta.
- … Entendido, igual ya hiciste demasiado, gracias. – Arturia agradeció mientras Emiya se retiraba. – Igual debió haberlo traído… no importa, vamos Sir Lancelot.
Los dos servants se regresaron a la cafetería para buscar el flan. Pasando por detrás de la cocina, llegaron al congelador, abriendo la puerta, Arturia fue justo al sitio donde había dejado su flan.
- Finalmente llegó el momento, delicioso flan… ahí va… - Se quedó callada de repente, estaba justo en el sitio donde lo dejó, pero no había nada, estaba vacío. – No puede ser… mi flan… - Continuó buscando en otros lugares del congelador sin éxito alguno, incluso aunque Lancelot le ayudaba, nada, había desaparecido. – No… mi flan…
- Y bueno, lo que te decía era… - Mientras Haji y Rika hablaban, un sonoro grito se llegó a escuchar por toda Chaldea.
- ¡MMIIIIIIIIIIIIIIIIIII FLAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAN!
- ¡Que rayos! – Exclamó Rika del asombro. En ese momento una estela se movió a gran velocidad hasta llegar hacia ellos, se trataba de Arturia. - ¿Arturia-san?
- … Mi flan… no está… alguien se lo robó… ¡Quien lo tiene! – Gritó con desesperación. Ambos hermanos se vieron al rostro tratando de entender la situación.
- … Arturia-san ¿alguien se robó tu flan? Si es así, quizás primero debes calmarte y…
- ¿Cómo puedo calmarme? Tenía un plan perfecto para comer el flan, un paisaje hermoso, libros para leer y té para acompañar, y ahora alguien se lo robó sin mi consentimiento, cuando llegue a descubrir quien fue, lo agarraré del cuello y… - En ese momento Haji le dio un golpe en la cabeza, la saber vio con asombro a su master.
- Nii-san ¿acaso eso era necesario? – Preguntó Rika, reprochando la acción de su hermano.
- Era la única forma de que se calme… ¿ya estás mejor? – Se dirigió a la saber, esta tomó unos cuantos respiros.
- Si… lamento que perdiera la calma de ese modo, no es algo propio de mi persona.
- Por ahora pensemos mejor las cosas… dijiste que alguien se robó tu flan ¿no? – Arturia asintió. – Si quiera llegaste a anotar tu nombre o decirle a alguien que era tuyo en primer lugar.
- Bueno… - La saber rubia miró al suelo con algo de pena, no había pensado en ello. – De igual manera, ninguno tenía derecho de tomarlo, quien sea que lo haya hecho tiene igual culpa que yo por agarrarlo sin pensar de quien era.
- … Ya que no pareces rendirte con este asunto, te ayudaré a averiguar quién fue el responsable.
- ¿En serio master? – Arturia parpadeó un par de veces por el asombro.
- De alguna forma lo entiendo, hay ciertas personas que les encanta agarrar mis cosas sin permiso. – Haji mantuvo su mirada en Rika la cual parpadeó un par de veces.
- Pero si te dicho que me prestes tus apuntes para la tarea antes.
- Sabes que tienes que hacer la tarea tu sola, no intentar copiar de mis trabajos.
- Eres malo nii-san. – Infló sus mejillas en molestia.
- Ignorémosla y busquemos al culpable. – Anunció Haji, ahí Rika saltó con determinación.
- ¡Vamos a ser detectives!
El pequeño grupo llegó a la sala principal donde el poco personal seguía trabajando, por más que no haya alguna singularidad en ese momento, no quería decir que podían andar de flojos, las responsabilidades nunca terminan.
- ¿Quieren revisar las cintas de seguridad? – Preguntó Roman. Estaban frente al doctor que estaba sentado en su pequeño escritorio.
- Así es. – Haji asintió – Más específicamente de la cámara que se encuentra en la cocina, queremos averiguar las grabaciones de las últimas horas.
- Bueno… no tengo problema en que las vean, aunque tampoco hay nada destacable, muy difícilmente pueden entrar enemigos a las instalaciones. – Roman empezó a acceder a las cámaras de seguridad, ya mostrando en el monitor la cámara de la cocina. – Hay tres grabaciones almacenadas al parecer, constantemente se están borrando luego de cuatro horas, por lo que solo existe esto.
- Muy bien, veamos entonces. – Haji señaló al primer video. Mostraba la cocina vacía, en ese momento se abrió la puerta del congelador, de adentro se observaba a Martha la cual estaba saliendo, miraba hacia todos lados de forma sospechosa mientras se apuraba a irse.
- ¿Martha? Ella no parece del tipo que robaría algo. – Expresó Rika viendo a la Rider en el video.
- Tampoco hay que descartarla totalmente, siendo todos servants, es pensamiento común que todos seamos enemigos aunque convivamos juntos, eso es algo que no puede negarse. – Respondió Arturia.
- Por ahora no saquemos conclusiones, chequeemos las otras dos cintas. – Accedieron a la siguiente. Nuevamente mostrando la cocina, se vio a Saber Alter la cual estaba caminando por detrás, en ese momento ella entró al congelador.
- Es ella. – Expresó Arturia sin duda alguna. – Ella es la responsable de comerse mi flan, seguro no pudo quedar satisfecha con su parte.
- Calma, sabemos que ella fue malvada en un inicio, pero hacer algo tan pequeño como robar comida ¿creen que ella se rebajaría a ese nivel por hambre? – Preguntó Rika.
- Si lo haría. – Respondieron Haji, Arturia y Roman al mismo tiempo, un gotón surgió en la frente de la pelinaranja.
- Por ahora es una fuerte sospechosa, pero nos queda un video por revisar. – Accedieron al tercer y último video. En este ahora se observaba a Gilgamesh el cual entraba y salía constantemente de la nevera, la saber no pudo evitar sentirse enfadada al verle.
- Master ¿puedo ir a matarlo? Descartemos a los otros dos, él es el culpable.
- Que dije acerca de sacar conclusiones tempranas. – Le dio otro pequeño golpe a la saber en la cabeza. – Así que Martha, Saber Alter y Gilgamesh, tenemos a nuestros tres sospechosos, ahora solo debemos de hablar con cada uno de ellos para que expliquen su versión de la historia.
- Entonces mi trabajo terminó aquí. – Roman se lavó las manos con el asunto. – Pueden irse ahora, estoy muy ocupado con asuntos más urgentes por ahora. – En cuanto a esos asuntos, se estaba refiriendo a jugar Magi Mari pero no lo diría. Así los tres salieron de la sala para avanzar a la siguiente parte.
- Bueno, tenemos a los sospechosos, ahora sigue la interrogación a cada uno de ellos. – Comentó Haji.
- Nii-san ¿puedo ser el policía malo? Se me da muy bien intimidar a otros. – Pedía Rika con emoción.
- Haz lo que quieras… por ahora llamaré a los tres…
- ¿Master? Que es lo que quiere conmigo. – Martha había escuchado que Haji lo había llamado, fue así que estaba justo en la habitación del pelinegro, aunque no respondía. – No puede ser que no me haya dicho nada, quizás no esté aquí…
En ese momento la puerta se abrió y Martha fue arrastrada hacia adentro para su sorpresa, siendo obligada a sentarse en una silla.
- ¡¿Eh!? ¿Qué pasa? – En ese momento una luz fue dirigida a su rostro, cubriéndose con su mano, pudo observar dos figuras frente a ella.
- Muy bien, aquí está la primera rufián. – Rika estaba hablando tratando de imitar un fuerte acento ruso, algo que solo la hacía ser ridícula. – Muy bien nena, confiesa todo y prometemos que no te pasará nada.
- … Esto, master ¿puede explicarme que están haciendo? No lo entiendo. – Se dirigió la de cabellos purpuras a Haji, este soltó un suspiro.
- No es nada malo, solo queremos preguntarte algo. – Martha se sintió un poco aliviada, de solo haber pensado que hizo algo mal. – Vimos en una de las cintas de seguridad que estabas en el congelador y saliste de un modo sospechoso ¿Qué hacías ahí?
- ¿Eh? – La Rider empezó a sentirse algo tensa. – B-Bueno… no es nada lo que estaba haciendo ahí jaja… - Soltó una pequeña risa nerviosa, Haji enarcó la ceja mientras la veía directamente, causando que ella empezara a sudar.
- ¡Confiesa! – Rika golpeó la mesa con su mano, Martha se sobresaltó un poco. – No hay excusa alguna que pueda salvarte ahora, si realmente te consideras una santa, no dudarás en decir la verdad ¿no? ¿Eh? – Rika fue acercando su rostro a la Rider la cual estaba empezando a ser presionada.
- Y-Yo… no es nada malo, lo juro…
- Martha. – Haji miró fijamente a la Rider. – Nadie aquí te va a juzgar, sé que nadie es totalmente bueno en el mundo, incluso la gente que exclama ser completamente buena llega a tener una o dos cosas malas que han hecho alguna vez, no te preocupes, lo que sea que digas, lo aceptaré y te perdonaré.
- Master… muy bien, lo admito, lo hice.
- ¡Así que fuiste tú! – Arturia salió de la oscuridad, portando a Excalibur. – Tú te robaste mi flan entonces.
- ¿Flan? ¿De qué hablas? – Preguntó la Rider con algo de confusión.
- No te hagas la tonta, hablo exactamente de mi flan que estaba en el congelador, tú lo tomaste para comerlo.
- … Creo que estás confundida Saber, yo nunca tomé un flan, en realidad lo que hacía era tomar hielo de la nevera sin permiso. – La Saber rápidamente mostró un rostro confundido.
- ¿Hielo?
- Así es… lo que sucede es que Tarasque necesita mantenerse fresco, y como no hay un estanque o lago donde pueda reposar, no tuve otra opción más que tomar hielo de ahí, aunque admito que nunca pedí permiso para ello, soy mala por haber robado a pesar de ser una santa, no merezco el perdón de dios. – Exclamaba la Rider con lagrimones en los ojos, Haji le palmeaba en la espalda.
- No te preocupes, nadie se preocupa porque algo de hielo desaparezca, puedes estar tranquila. – Buscó calmarla el pelinegro.
- Así que ella no fue… - Arturia miró al suelo algo avergonzada por como actuó con la Rider.
- Eso era todo lo que necesitábamos saber, gracias por tu ayuda Martha. – Sonrió el pelinegro, la Rider se limpió las lágrimas.
- Al contrario, gracias a usted por perdonarme, juro nunca más volver a hacerlo. – Sonrió la Rider, ya saliendo de la sala.
- Primera sospechosa descartada entonces. – Rika tachó una hoja donde tenía los nombres de los tres sospechosos, descartando a Martha.
- Nos quedan otros dos más por averiguar, ya llegaremos a la verdad. – Expresó Haji. Arturia se sentía un poco mal pero no iba a dejar que eso la desanimara, llegaría al fondo del asunto.
- A saber por cual razón me habrá llamado master. – Saber Alter estaba frente a la puerta comiendo una bolsa de papas fritas, tocó la puerta la cual se abrió y ella entró.
- Te estábamos esperando. – Ahí estaban ellos tres con esa única iluminación de la lámpara.
- ¿Necesitan algo? Estoy ocupada con otras tres bolsas de papas fritas.
- No te irás de aquí hasta que digas lo que queremos saber Alter. – Expresó Arturia con seriedad, ahí la Alter puso una sonrisa burlona en su rostro.
- Así que finalmente quieres decidir las cosas ¿eh? Muy bien, no me molestaría acabar con esto de una vez.
- Nada de peleas. – Les interrumpió Haji. – Solo queremos que respondas a una cosa y después podrás irte, nada más.
- Muy bien, que sea rápido. – La Saber Alter se sentó en la silla.
- Solo queremos averiguar lo que hacías en el congelador hace unas horas. – Preguntó el pelinegro, ciertamente la pregunta la tomó desprevenida por unos segundos para luego sonreír.
- Ya entiendo… se trata del flan de ella ¿no? Seguro fue demasiado estúpida para no ponerle una etiqueta con su nombre.
- ¡No me digas estúpida! – Rugió Arturia, Alter se sentía satisfecha con provocarla de esa forma.
- Una lástima, te perdiste la oportunidad de probar un flan tan delicioso como no hay en este mundo, la verdad que, si lo hubiera visto en la nevera, realmente me lo hubiera robado. – Arturia no podía seguir aguantando, quería tirarse encima de ella para atacarla.
- Si dices eso ¿entonces no fuiste tú? – Preguntó Haji, la Alter respondió con un simple gesto de negación.
- Cuando fui a la nevera, no había rastro alguno del flan, seguro alguien más lo tomó, yo solo fui a buscar algo de helado que estaba almacenado ahí.
- Así que ella tampoco fue. – Rika tachó su nombre en la lista. – Eso era todo lo que queríamos saber, gracias Alt-chan.
- Master. – La Alter habló seriamente. - ¿podría llamarme de una forma menos insultante? Escucharla llamarme así hace que me entren ganas de suicidarme.
- Bueno… como más podría llamarte…
- Puedes decirle Salter. – Sugirió Haji. – Ya sabes, Saber Alter igual a Salter acortado.
- Perfecto, entonces serás Salter. – Exclamó Rika con alegría, la Saber Alter soltó un suspiro.
- Al menos no es tan malo como el anterior y esa Avenger no volverá a reírse de mí… me voy. – Y así Salter abandonó la sala.
- Debí haberla matado. – Arturia seguía enojada por su provocación.
- Eso nos deja con un solo sospechoso. – Haji sabía que tratar con el Archer no iba a ser fácil, peor por como Arturia se siente respecto a él. – Saber, promete que no lo atacarás cuando entre ¿entendido?
- … Entendido. – No sonaba totalmente convencida, pero era mejor que nada. Ya así llamó al tercer implicado.
- Master, espero que me llame por algo importante y no sea una pérdida de tiempo. – Gilgamesh ya estaba en la habitación, siempre irradiando esa aura soberbia a su alrededor. - ¿Qué asuntos necesita conmigo para haber interrumpido mi tiempo de descanso?
- Vayamos directo al asunto ¿no tomaste una botella de flan dentro del congelador?
- . No. – Respondió el Archer de forma franca.
- Seguro miente master, no puedes confiar en él. – Reclamó Arturia mirándolo fijamente.
- Me ofende que estés dudando de mí, Saber. – Gilgamesh frunció el ceño. – No tengo ni idea acerca de una botella con flan ni algo que se le parezca.
- Entonces ¿Qué hacías en el congelador hace unas horas? – Preguntó el pelinegro, Gilgamesh enarcó una ceja.
- Simplemente guardaba mis botellas de vino. – Materializó una puerta de Babylon, sacando una botella de este. – No puedo guardar estas en mi armería puesto que no tienen la refrigeración correcta, por lo que un lugar como esa nevera es perfecto para dejar mis bebidas sin que peligren de estar calientes.
- Lo entiendo… gracias por la ayuda.
- ¿Lo aceptará master? – Reclamó Arturia con asombro. Haji le miró fijamente.
- Es una razón válida, además ya dijo que no fue él, así que no hay más razón para retenerlo.
- P-Pero… pero master…
- Saber. – Gilgamesh se dirigió a la rubia. – No importa si eres tú quien me lo dice, jamás aceptaré que me inculpen por algo que no hice, además robar es algo que solo los plebeyos hacen, yo jamás me rebajaré a un nivel tan inferior como ellos con algo así. Solo porque tenemos al mismo master lo dejaré pasar… la próxima vez no seré tan amable. – Dicho eso, Gilgamesh salió de la habitación, Arturia se había quedado sin opciones, ninguno demostró ser el culpable.
- No te preocupes Arturia-san, prometo que traeré más flan cuando pueda. – Le prometió Rika, La Saber se encontraba algo decaída por no haber logrado comer ese flan, pero tampoco podía estar así para siempre.
- Gracias Rika… aprecio que me animes y me encantaría si vuelves a traer.
- Bien. – Sonrió la pelinaranja.
- Supongo que al final jamás sabremos quién fue el culpable de robarse el flan, parece que no todos los misterios pueden resolverse. – Haji se encogió de hombros, Arturia también se sentía con algo de pena por no saber nada.
- ¡Chicos, oigan! – En ese momento vieron como Da Vinci estaba yendo hacia ellos.
- Da Vinci-chan ¿necesitas algo? – Preguntó Rika, la caster primero recuperaba algo de aire tras correr.
- Escuché acerca de su travesía para resolver un misterio, no podía dejar pasar algo tan emocionante, por eso mismo hizo investigué por mi parte y averigüé algo. Una cuarta cinta fue borrada justo en ese periodo de tiempo que buscaban, por suerte mi gran ingenio consiguió que la pudiera recuperar. – Da Vinci infló su pecho del orgullo.
- No te preocupes Da Vinci, ya decidimos cerrar este caso, igualmente gracias por la ayuda. – Agradeció Haji.
- ¿No quieren siquiera ver la cinta? – preguntó, ella se sentía que al final lo hizo para nada, los tres observaron cómo estaba algo decaída.
- … Muy bien, veremos la cinta. – Segundos después la caster recuperó su aura alegre.
- Muy bien, la tengo en esta cámara, vean.
Reprodujo el video. Mostrando nuevamente la cocina abandonada, se observó una figura que caminaba de puntillas hacia el congelador, se trataba de Roman, este abrió la puerta lentamente para entrar, unos segundos después se le vio salir llevando algo en su mano, era la botella con flan que sostenía, nuevamente se alejaba de puntillas.
- Entonces…
- El culpable es…
- Así es. – Respondió Da Vinci con alegría. En ese momento ambos hermanos sintieron un aura muy pesada a sus espaldas, volteando a ver lentamente, Arturia tenía un semblante muy aterrador en ese momento, ambos no pudieron evitar sentir como si tuvieran al mismo demonio frente a sus narices.
- (… Roman está más que muerto) – Pensaron al mismo tiempo.
- ¡DR. ROOOOOOOOMAAAAAAAAAAAAAN!
El rugido de Arturia se escuchó por toda la instalación. Al final se pudo presenciar como el doctor huía activamente de Arturia que le estaba persiguiendo con Excalibur mientras nadie hacía nada, el doctor pagó las consecuencias de sus actos y de fingir ignorancia cuando le preguntaron del asunto. Acabó recostado en una camilla por cinco días debido a las heridas causadas por la Saber.
Y bueno, esto nos deja una gran lección: Nunca le robes comida a Arturia jaja. Pues aquí acabamos este cap, y ya les puedo decir que en el próximo daremos comienzo a la segunda singularidad, iremos a Roma para resolver el problema de ahí, ya saben quienes llegarán umu. ¿Que servants irán con ambos? Nos vemos el próximo sabado. Saludos.
