Luego de haber enfrentado varios soldados enemigos, finalmente el grupo hizo su entrada a la ciudad, se escucharon algunos vítores respectivos para Nero mientras saludaba, de cualquier manera, los soldados merecían ya su descanso luego de arduas batallas.
- ¿Qué tal la ciudad? Puedes decir que no hay mejor lugar para vivir que aquí, tan prospera y segura. – Se mostraba orgullosa, Haji asintió.
- Es educativo llegar a conocer como fue en el pasado, podemos decir que en el futuro sigue siendo igual de prospero el imperio.
- Umu, me da mucho gusto escuchar eso. – Asintió con orgullo, Rika y Mash solo vieron por atrás con expresiones de cansancio en sus rostros. – No tengan pena en quedarse aquí, con gusto los invitaré a mi palacio para que logren descansar un poco.
- Agradecemos el gesto emperador Nero. – Mash hizo una pequeña reverencia.
- No es nada, mi generosidad es muy grande, me sentiría mal si nos les ofreciera nada después de habernos ayudado.
- Será perfecto para estar un rato ¿no lo creen? – Preguntó Rika, Fou hizo ruidos de confirmación sobre su cabeza.
- He trabajado arduamente para conseguir paz entre mi gente… aunque la situación actual es algo bastante pesado, con la aparición de mi tío entre el enemigo y esos soldados de otro imperio, no puedo descansar hasta el resolverlo.
- Todo eso tiene su propia razón. – Apareció Roman para explicar. – Es una distorsión de la era causada por un objeto foráneo que poco a poco está cambiando la historia como la conocemos, nuestro trabajo es arreglar esa anomalía que está perjudicando a esta época histórica. – Terminó de explicar aunque Nero no entendió demasiado.
- En pocas palabras, buscamos un objeto que está haciendo cambios aquí para arreglar todo. – Simplificó Mash, ya ahí ella exclamó entender.
- Ya veo, y este objeto ¿Qué es?
- Algo llamado Santo Grial, es lo que causa los cambios y quien lo posea puede realizar sus deseos.
- Así que un objeto es lo que causa daño a mi nación, es algo que deberemos conseguir entonces para que no siga irrumpiendo con mi gente, espero contar con su ayuda.
- Para eso estamos aquí. – Sonrió Rika.
- Por cierto… desde hace rato he sentido una mirada de odio hacia mi persona. – Nero volteó a ver hacia donde estaba Elizabeth. – Tu, chica de los cuernos ¿acaso te he hecho algo?
- ¿Eh? ¿Yo? Para nada. – Respondió con sarcasmo, claramente Nero no lo entendió.
- Ya veo… la verdad no entiendo si habré hecho algo mal siendo alguien muy generosa y justa con todos, de cualquier forma, si tienen algún problema conmigo, me gustaría que me lo digan de frente.
- Que fastidio… ya te dije que no es nada. – Respondió con un poco más de molestia, la lancer no aguantaba mucho estar frente a ella debido a sucesos del pasado.
- No le hagas caso. – Kiyohime intervino en ese momento. – Esa lagartija mexicana tiene un tornillo suelto y una mala actitud hacia todos, sería mucho mejor si la ignoraras como hace la mayoría.
-Estúpida dragona acosadora, vuelves a decir otra cosa y entonces verás mi lanza atravesando tu cabeza. – Le retó la lancer, Kiyohime solo escondió una risa detrás de su abanico.
- Su grupo tiene lazos bastante fuertes como para mantener tal nivel de confianza, umu. – Asintió Nero, ella realmente no entendía mucho de ese tipo de cosas.
- Es mejor ir a tu hogar. – ya señaló Rika, la emperatriz asintió mientras ya fueron hacia su palacio.
El palacio de Nero era como una mansión grande, de acuerdo a la arquitectura romana de la época, pilares ayudaban de soporte para gran parte de la casa, así como entradas cubiertas por telas. Todos entraron mientras iban hacia una sala principal donde se encontraban los muebles para sentarse.
- Mi hogar es lo mejor que tengo para ofrecerles, pueden disfrutar de relajarse aquí hasta que hagamos el próximo movimiento. – Anunció Nero, Salter ya se había acomodado a gusto en un sillón, recostándose de lado.
- ¿Tienen algo para comer? – Preguntó ella, Nero asintió, haciendo un llamado para que traigan platos llenos de fruta, la saber rápidamente se apropió de 4 de ellos para comer ella sola.
- De todo lo sucedido, hemos podido averiguar sobre el enemigo, es otro reino que se hace llamar imperio romano unido, el cual es regido por múltiples emperadores… entre ellos, está Calígula, mi tío… no sé de donde surgió, pero los grupos expedicionarios que he logrado enviar han informado que tienen una vasta cantidad de soldados bajo su ala, en comparación a las pocas tropas que poseo, todo está por debajo de lo que pueda hacer… esperaba que pudieran ayudarme… se los pido, sean mis generales para ayudarme a ganar esta lucha.
- Al final tenemos metas en común, no hay razón para rechazarlo. – Respondió Roman, ahí Mash vio a ambos hermanos.
- ¿Qué piensan Senpais?
- No hay mayor honor que servirle como general bajo su comando. – Se arrodilló Haji, Mash y Rika soltaron un suspiro.
- Con gusto ayudaré. – Sonrió la pelinaranja, ahí Nero se mostró feliz.
- ¡Umu! Estaré contando con su fuerza como mis generales más cercanos, les prometo que les cumpliré un deseo una vez todo esto termine. Por ahora podrán descansar en las habitaciones que les preparé ¿acaso el mago flotante también necesitará una?
- No te preocupes por mí, estoy bien. – Negó Roman. – Lo más importante es que ellos requieran habitaciones.
- Entendido, espero todos puedan descansar cómodamente.
- Por cierto. – El doctor continuó. - ¿Has oído hablar de alguien llamado Lev Lainur?
- ¿Lev Lainur? Lo lamento, pero ese nombre no se me hace conocido.
- Es un mago extranjero que debió haber llegado, por eso queremos saber.
- Un mago extranjero… he tenido conocimientos de un mago que está en el imperio unido y se encuentra en las líneas frontales.
- Debe ser él. – Afirmó Roman. – Me gustaría pedirle algo… si es posible que pueda enviarlos a las líneas frontales para pelear.
- Bueno… no sé qué piensen mi socio y su hermana.
- No hay problema alguno, vamos a derrotar a ese payaso. – Aseguró Rika, Haji asintió.
- Tenemos que hacerlo, por la directora. – Asintió Mash con seriedad.
- Muy bien, cumpliré su petición como emperador. – Afirmó Nero. – Por ahora, que tal si realizamos un festín, no será muy grande por nuestros recursos que van dirigidos a la guerra, pero les prometo algo bueno.
- ¿Alguien dijo festín? – Salter se había levantado de su sitio con la sola mención. – Con gusto acudiré.
- Umu, ya pediré que lo preparen. – Justo en ese momento un soldado entró con prisas.
- ¡Emperador! fuerzas enemigas están atacando la puerta Este, son soldados que quedaron las fuerzas expedicionarias enemigas.
- Justo que teníamos planeado hacer ese festín… deberá esperar, estaré contando con ustedes para defender la ciudad.
- Entendido. – Asintió Haji. – Por ahora vayamos solo unos pocos para luchar, Martha, vamos a defender la puerta.
- Entendido master. – Asintió la Rider.
- Ushi-san, lo mismo, no podemos dejar que pase un enemigo. – Respondió Rika, la Rider asintió agachando la cabeza.
- Como diga mi señor. – De ese modo los cinco fueron hacia la puerta para ayudar a la defensa de la puerta.
Ya se observaban enemigos y resultaron ser muchos más de los que tenían pensado, queriendo entrar a la ciudad por la fuerza.
- Senpais, necesitamos sus órdenes rápidamente para detener a los enemigos. – Comentó Mash, ambos asintieron.
- El sol se está poniendo… necesitamos acabar con esto rápidamente, deben evitar que se acerquen, ya saben que no deben dar golpes mortales, solo deshabilitarlos. – Ordenó Haji, los servants asintieron.
- Estaremos proporcionando apoyo, si llegamos a necesitar algo, no duden en venir. – Respondió Rika, de ese modo empezó la batalla.
- Tarasque, es momento de pelear. – El dragón se manifestó, soltando un rugido mientras Martha se subió encima de su caparazón, comenzó a moverse rápidamente, tacleando a cada soldado que estaba en su camino.
- Cualquiera que intente herir a mi señor, debe caer. – Ushi sacó su katana, unos cuatros soldados intentaron ir hacia ella, fue entonces que empezó a moverse velozmente, solo se pudo distinguir una ráfaga que pasó entre los cuatro, segundos después cayeron con cortes en distintas partes de sus cuerpos. – Pueden venir más, seguiré acabando con ustedes.
- ¿Cuánto crees que duremos peleando? – Preguntó Rika mientras golpeaba a un soldado para que perdiera el equilibrio.
- La verdad… ni idea, solo esperar hasta que deseen irse en cualquier momento. – Respondió el pelinegro lanzando una joya que acabó con dos.
El tiempo fue pasando, ya se fue haciendo de noche y los soldados resistían hasta el final, su estamina realmente era bastante para la época, al menos llegó un momento en que finalmente se rindieron y empezaron a retirarse, Rika se secó el sudor.
- Menos mal esto terminó. – Expresó con una sonrisa, Mash se acercó a ambos.
- ¿Están bien?
- Sin problema alguno. – la pelinaranja levantó el pulgar.
- Por lo menos fueron puros humanos y ningún servant. – Haji se encogió de hombros. – Ahora podremos descansar bien.
- Deberían dormir. – Sugirió Mash. – Han estado peleando bastante tiempo, necesitan recuperar energías.
- ¿Qué acaso Nero no nos prometió un festín? La verdad es que tengo hambre. – El estómago de Rika empezó a rugir, sintiendo algo de vergüenza. – Si necesito comer.
- Por mi parte ya me retiro. – Comentó Roman. – Magi Mari debió haber actualizado su blog y debo revisar. – Y así desapareció.
- ¿Acaso no es que el mundo desapareció totalmente? – preguntó Rika, justamente Roman volvió a aparecer.
- Piensan que por eso es que ella no habrá actualizado nada, pero no sean tontos, ella es IA, ha trascendido el espacio y el tiempo, eso la hace muy especial.
- Doctor… será mejor que haga su trabajo. – Fue todo lo que dijo Mash.
- Déjame al menos disfrutar de mi tiempo libre, no siempre puedo estar trabajando… como sea, los veré mañana. – Y esta vez se despidió de forma definitiva.
- La próxima vez que lo vea, borraré su carpeta secreta… - Murmuró la shielder por lo bajo, Rika soltó una risa nerviosa.
- Es hora de volver ¿no? – Preguntó Martha. – Tarasque pudo moverse por bastante rato y está feliz.
- Ya deseo cenar… igual debemos reportarle a Nero lo sucedido. – Con eso último de Haji, regresaron al palacio, ya ella pudo conocer todo y estar satisfecha del resultado, lo cual llevó a lo siguiente que era la cena.
- Muy bien umu, espero disfruten de la deliciosa comida que tengo preparada para ustedes. – Y en ese momento sirvientes entraron cargando varias bandejas de comida variada, entre lo que podía destacarse pato, mucha fruta y bebidas, sea vino o naturales de frutas. Salter se sentía en el paraíso con baba escurriendo de su boca, Jalter le vio con asco.
- Controla eso. – Comentó la Avenger pero fue ignorada.
- Espero sea más que suficiente para pagar por todo lo que han hecho el día de hoy, no puede ser más generoso de mi parte. – Se regocijó la emperatriz, Haji ya observaba toda la comida que estaba sobre las mesas.
- Master~ - Kiyohime se puso a su lado. – Si desea algo en específico puede decirme y se lo serviré con gusto.
- No es necesario, yo mismo escogeré lo que vea. – Respondió pero la Berserker seguía presionando.
- No debe ser tímido, puede pedir lo que sea, incluso… - Se acercó para susurrarle al oído. – Puede comer la comida encima de mi cuerpo desnudo~
Haji no pudo evitar imaginar la situación. Kiyohime encima de una mesa, completamente desnuda y solo la comida cubriendo exactamente sus partes privadas, posicionada en varios lugares, escuchando como le aclamaba para comer encima de ella.
- … Admito que no sería mala idea, pero ahora no es el momento, hay gente con nosotros.
- Así que master admite que desea hacerlo, ya sabía que me vería con oportunidades para ser su querida esposa, no se preocupe, cuando estemos solos, haremos eso y mucho más. – Exclamó la dragona, a su lado Jalter veía todo con asco.
- No puedo creer que mi master es un pervertido… no podría estar en una peor situación.
- Puedo escucharte ¿sabes? – Exclamó Haji que estaba a su lado. – Por cierto, es una reacción normal de los hombres el estar interesado en el sexo contrario, que tu falta de entendimiento y conocimiento sobre el mundo exterior no te permita conocer eso, es cosa tuya. – la Avenger no pudo evitar sentirse enojada, apretando el puño con fuerza.
- Maldito… llamándome estúpida, si solo pudiera ser libre…
- No creo que en algún momento te he llamado estúpida, solo eres tu creyendo cosas que no son verdaderas. – Contrarrestó el pelinegro, Jalter realmente estaba siendo sacada de quicio por su master, por su parte Salter disfrutaba del pequeño espectáculo.
- ¿Está buena la comida? – Preguntó Rika a su lado, viendo que tenía prácticamente como once platos, esa pregunta fue innecesaria.
- Si pudiera dar un punto de comparación, está algo lejos de la comida de ese Archer, igual estoy satisfecha con lo que tenga enfrente.
- Supongo que la comida es más que suficiente para calmarte. – Comentó la pelinaranja.
- Es lo único bueno que puedo resaltar de haber sido invocada, en realidad sigo manteniendo ganas de acabar con todo… si sigue alimentándome, seré obediente, solo quiero que sepa eso. – Puso una sonrisa malvada, un gotón cruzó la frente de Rika.
- Muy bien… lo entiendo… - Al ver a sus alrededores, pudo observar como Elizabeth estaba mirando a la ventana, sabiendo el problema que tiene con Nero, se acercó a ella. – Liz-chan, veo que no has comido nada.
- No tengo ganas… igualmente sabe que los servants no tienen la obligación de comer, estamos bien sin alimentos.
- Eso lo entiendo, pero verte aquí sola no es algo que esperaba de ti, al menos creía que empezarías a aclamar el querer hacer un concierto y cantar frente a todos.
- Lo sé, pero es que… no puedo evitarlo, sigo sintiéndome incomoda al verla a ella, a esa… sé que no es saber, pero solamente observarla me trae estos malos recuerdos de otra guerra que hubo…
- … Si así lo quieres, podrías hablarme de ello, con gusto te escucharé. – La pelinaranja se puso a su lado, apoyándose del barandal, la lancer la vio por unos segundos.
- … Muy bien cerdita… déjame decirte que mis recuerdos no son muy claros, pero si la conozco. Fue en un sitio llamado la celda lunar, es como una especie de sitio en el ciberespacio que está totalmente separado del planeta, ahí se llevó a cabo una guerra del Santo Grial cuyo objetivo era escalar pisos para alcanzar la computadora que controlaba la celda… yo fui una servant invocada en esa guerra y estaba posicionada con mi master en un piso, fue entonces que llegó ella… la saber roja para pelear junto a su master, recuerdo que era una chica de cabello castaño. El punto es que peleamos con todas nuestras fuerzas, todo eso fue inútil ya que me derrotó con facilidad, cuando pensé que iba a morir, fue que su master me perdonó y me dejó con vida, eso causó que me atrajera, creo que incluso me enamoré, pero esa saber roja seguía aclamando que su master era solo de ella. Después de eso solo recuerdo que, una vez terminó la guerra y ella se hizo con el control de la computadora, fui convertida en un sirviente de esa saber roja y fui torturada por mucho tiempo. Es por esa razón que tengo un rencor hacia ella… espero lo entiendas.
- No te preocupes. – Rika negó con la cabeza. – Entiendo que no es algo que puedas perdonar, pero ahora mismo debemos pelear todos juntos, por eso solo quiero pedirte que hagas a un lado ese rencor para que podamos resolver esto, ya después no volverás a verla.
- ¿En serio? Nada me dice que tu o tu hermano lleguen a invocarla… igual recuerdo a una caster con orejas de zorro, ella fue la peor puesto que me tiraba rayos encima si me atrevía a cuestionarla… ¿no la invocarás?
- Eso es una promesa. Por ahora debemos ir a comer algo, para eso se lleva a cabo esta fiesta.
- … Entendido, si eso es lo que quieres master. – Ya la lancer tenía un mejor rostro. – Aunque bueno, esa comida no parece digna ¿Qué te parece si te preparo algo de mi carne de dragón? Aseguro que es buena.
- … Esto… mejor no. – Se negó con educación. Al menos el resto del pequeño festejo siguió sin problemas.
Una vez terminó el banquete, ya estaban por dormir. Haji quería al menos bañarse antes de acostarse por lo que Nero no dudó en mostrarle el baño. Como era de esperarse de la antigua Roma, era un baño grande de mármol, con una fuente que sacaba el agua caliente en una gran bañera que recorría casi toda la habitación. El pelinegro ya estaba completamente dentro, su cuerpo sumergido en el agua caliente que la ayudaba a relajarse.
- Esto es lo mejor… - Jamás había pensado que podría disfrutar de un baño de la antigüedad de esa forma y más estando solo, no es como si sus servants u otros más pudieran disfrutarlo, siendo el único hombre ahí del grupo, que alguna otra entre se vería muy raro.
- Veo que disfrutas del baño, socio. – Una voz inesperada lo sacó de sus pensamientos y es que no esperaba ver a alguien ahí. Justamente detrás estaba Nero, lo más sorprendente de todo es que estaba desnuda por lo que Haji podía verla, pero ella no sentía nada de pena. – Los baños romanos son los mejores que hay, verte tan relajado me hace sentir que hago un buen trabajo.
- … Si… ¿vas a entrar?
- Eso esperaba, quiero pasar algo de tiempo con mi socio y escuchar más historias del futuro. – La emperatriz entró al agua hasta cubrir sus pechos, sentándose al lado del pelinegro, aunque este debía sentir pena por el hecho de tener a una chica desnuda al lado, lo estaba disimulando muy bien. - ¿Sucede algo? Estás extrañamente callado.
- No es nada… es solo que no esperaba que entraras aquí conmigo, siendo que apenas nos conocimos hoy.
- ¡Tonterías! – Exclamó en voz alta. – Quiero bastante a mi gente, no por ser alguien del futuro quiera decir que deba descuidarlos, has probado ser alguien muy leal a nuestra nación romana por lo que no me molestaría pasar un rato a tu lado ¿acaso no aprecias que tu emperador te esté dando esta valiosa oportunidad?
- No me refiero a eso… realmente lo aprecio. – Mencionó observando el grandioso escote de la emperatriz. – Solo me refiero por el hecho de que apenas llegamos el día de hoy, no nos conocemos por mucho tiempo y pienso que llegar a tal nivel de confianza, es un poco apresurado.
- … Creo entender, pero si lo dices de esa manera, me hace sentir que quizás no soy suficiente para complacerte… umu… - Bajó la mirada viéndose un poco triste.
- No malinterpretes las cosas, realmente aprecio, tanto la visita como la vista. Tener a tus allegados más cercanos para reforzar los lazos es una gran forma para conocernos mejor, igual creo que he podido hablarte todo acerca del futuro del imperio. No quiero arruinar lo que sería el futuro si termino hablando de más… ya sabes, un pequeño error y el futuro podría terminar arruinado.
- Umu… en eso podrías tener razón, con tal de seguir asegurando la prosperidad de nuestro gran reino, te permito seguir guardando el secreto de lo que nos espera, umu, eso es lo que hacen los mejores mandatarios.
- Exactamente, por esa razón es que tenemos una estatua tuya de oro en medio de la ciudad. – Comentó, causando que Nero tenga brillos alrededor de su rostro.
- Te gusta dejarme con las ganas de saber más ¿no, socio? Como has probado ser realmente de confianza, te daré la oportunidad de llegar a tocar mi divino cuerpo.
- … ¿Hablas en serio? – Preguntó el pelinegro observando justo al busto de Nero.
- Umu, yo jamás retrocedería a mi palabra, así que no desaproveches la oportunidad, puedes hacer lo que quieras.
- … Bueno… si es lo que quieres, entonces…
- ¡Alto! – De repente algo surgió del agua, para sorpresa de ambos ahí estaba Kiyohime, desnuda igualmente, se encontraba sumergida debajo del agua. – Master no puede tocar el cuerpo de nadie más que el mío.
- ¿Desde hace cuando estabas ahí? – Preguntó Haji, la Berserker sonrió suavemente.
- Desde antes que entrara, no quería perder ni un solo detalle de su cuerpo~ - Canturreó. – Pero cuando la vi entrar no podía aguantar, hasta ahora resistí, pero ahora que busca seducirlo, voy a protegerlo.
- ¿Seducir a mi socio? Solo estaba pasando tiempo a solas con él, tampoco es que necesite hacer algo, si es que está interesado en mi cuerpo, no puede negarse. – Se encogió de hombros, eso solo causó que Kiyohime empiece a enfadarse, Haji sentía como el agua estaba comenzando a hervir.
- … ¿Kiyohime?
- Master… realmente vas a cambiarme por otra mujer… ¿me estabas mintiendo todo el tiempo? ¿Acaso no íbamos a estar juntos por siempre?
- Kiyohime, sabes que todo esto tiene una explicación, puedo decirlo…
- Mientes, mientes, mientes, mientes… - Ya no había razón para seguir hablando con ella, Haji solo esperaba que después de todo pudiera seguir con vida.
A lo lejos solo se pudo presenciar lo que era una gran llamarada salir del palacio, toda la gente de la ciudad se sorprendió por el hecho pero pensaron que solo era un truco de su emperador.
Un rato después, Haji estaba recostado en un mueble, su cuerpo estaba todo rojo debido a Kiyohime que finalmente se calmó, ahí estaban Rika, Mash, Jalter, Martha y Kiyohime viéndolo.
- Nii-san, espero hayas aprendido la lección. – Le reprendió la pelinaranja a su hermano.
- Seguro… la próxima vez intentaré controlar mi libido…
Y esa noche Haji tuvo que dormir con quemaduras en el cuerpo debido a Kiyohime, si algo aprendió es que jamás debe volver hacer enojar a la dragona si quiere seguir con vida.
Algo más de relajación, la verdad es que pienso tomarme con calma un poco la singularidad y hacer algunas escenas tranquilas entre todo esto para alargar un poco, así como motivos de socialización con servants, espero les agrade. Por cierto, no lo mencioné antes, pero ya hace unos caps superamos las 1000 vistas en este fic, me hace sentir que está siendo muy exitoso y me impulsa a seguir escribiendo, mientras dejen reviews o solamente leen, todo eso lo tomo en cuenta para mejorar en caps futuros. Bueno, nos vemos para el siguiente cap, saludos.
