En Chaldea conviven todo tipo de personas, quienes alguna vez fueron amigos los siguen siendo, reyes y súbitos ahora conviven como iguales, incluso entre enemigos tienen que llevarse bien debido a las ordenes de sus masters, por ello es que las peleas entre servants han disminuido gradualmente al punto en el que la tolerancia es alta entre ellos.
- ¡Maldita mocosa! – Claro que había sus excepciones. Carmilla y Elizabeth nuevamente estaban discutiendo, esta vez por algo tan trivial como… que la Lancer obtuvo una porción extra de carne. - ¡¿Cómo es que te dieron más a ti!?
- ¿Qué importa? Eso demuestra que me respetan como idol si me dan más. – Exclamó ella con orgullo, Carmilla gruñó por debajo.
- Realmente no te soporto.
- ¿Y que harás al respecto? – Al decir aquello la Assassin se lanzó sobre ella, comenzando una pelea entre ambas, la situación estaba yendo bastante mal que realmente no podrían detenerse, en ese momento llegó Rika.
- ¿Qué pasa aquí? – Las vio pelear, es entonces que soltó un suspiro. – Por mis sellos de comando, deténganse ustedes. – Desperdició dos sellos para detener la pelea de ambas, debido a ello se quedaron paralizadas.
- ¿Qué?
- ¡Master! – Ambas la vieron la pelinaranja se cruzó de brazos.
- ¿Qué sucedió ahora?
- ¡Esta niña obtuvo más comida que yo, eso no es justo! – Acusó Carmilla.
- Yo no tengo nada que ver al respecto, seguro no saben regular cuanta comida dar.
- Entonces dame tu plato. – ordenó la Assassin.
- Ja, crees que te lo daré.
- ¡Entonces te lo quitaré!
- Basta ustedes dos. – Rika las interrumpió, se masajeó la sien, ya de por sí era bastante problemático que en toda ocasión que se cruzan acaban en una pelea, necesitaba hacer algo al respecto para que finalmente se calmen y al menos exista algo de tolerancia entre ellas, necesitaba conseguirlo o sino ellas continuarían de la misma forma hasta el fin de los tiempos, es entonces que se le ocurrió algo. – Ya sé que hacer.
- ¿Qué tiene en mente master? – Preguntó Carmilla.
- Solo denme algo de tiempo. – Con ello se fue, dejando a ambas, tal parece que realmente preparó algo al respecto y sería una cosa que las dos no se imaginarían por nada del mundo.
Pasó un rato, ya cansadas de esperar, decidieron tomar rumbos distintos, así es que Elizabeth fue a algo que ella llamaba "Practicas de canto" aunque más bien lo que hacía era cantar en un sitio donde nadie la escuchara y eso al menos salvaba a la gente y sus oídos, igual practicaba baile, hizo de una sala, su propio cuarto de práctica.
- Eso fue fructífero hoy también… - Agarró una botella de agua para beber. – Si sigo a este ritmo, el mundo se rendirá ante mis pies debido al gran talento como idol que formaré, mi nombre será conocido en todo el mundo. – Mientras estaba distraída en su fantasía, no se dio cuenta de una sombra que se acercó a sus espaldas mientras sostenía un saco. – Perfecto, ahora debería practicar mi autógrafo… - Antes de continuar, fue metida a la fuerza en aquel saco, siendo capturada, se la llevaron de la sala sin que nadie observara.
Carmilla estaba afilando algunas hojas y cuchillos que tenía en su habitación, esta tenía toques oscuros y contaba con varios instrumentos de tortura, le gustaba cuidar de estos y darles mantenimiento.
- Estos afiladores realmente son muy útiles, incluso un simple pelo quedaría cortado a la mitad si paso estos cuchillos… - Soltó una pequeña risa. – Y listo, ahora podría encargarme del mantenimiento de la silla de caballo. – Cuando se dio la vuelta, acabó metida dentro de un saco por alguien y salió de la habitación.
- ¡Quien sea que me secuestre, déjame ir, una idol no merece este trato! – Elizabeth buscó liberarse pero no podía, aquel saco fue reforzado con magia para no ser roto con facilidad. - ¡Ayuda, me secuestran! – gritó sin éxito alguno. - ¡Al menos dime a donde vamos!
La Lancer solo pudo sentir como es que acabó en una inmersión, por lo que estaban yendo a otro lado, entonces al acabar, sintió el duro suelo, la tiraron sin cuidado alguno.
- ¡Oye, así no se trata a una señorita! – Logró sentir flojo el saco por lo que salió de un salto. - ¡Muy bien, ahora quien seas, voy a acabar conti…! – En ese momento no vio a nadie, estaba sola en un bosque. - ¿Eh? ¿Hola? ¿Señor secuestrador de lindas jovencitas?
Aunque llamó a alguien, nadie la respondió, la Lancer estaba sola en ese sitio, sin nadie más a su alrededor.
- … ¿Qué haré? No quiero creerlo… ¿enserio master me abandonó? – Malos pensamientos cruzaron la mente de Elizabeth en ese momento, si realmente la abandonaron es que Rika ya no necesitaba nada para ella, aún más ni siquiera se tomó la molestia de terminar su contrato para que vuelva al trono, simplemente la llevó a otro sitio, sin nadie. – No pueden hacerme esto, soy una idol… bueno, seré una, pero todos me quieren, eso es algo real.
En ese momento escuchó arbustos moviéndose, manifestó su lanza en caso de que fuera un enemigo, pero luego vio de quien se trataba.
- Así que igual estás aquí. – Carmilla apareció en ese momento.
- Solo eres tú.
- Que gran bienvenida. – Respondió la Assassin de forma sarcástica. - ¿Igual te trajeron en un saco reforzado de magia?
- No me digas que tu igual.
- Ese parece ser el caso, y encontré esto… - Tomó una nota que llevaba en su mano, Elizabeth se la quitó para leer el contenido.
"Hola. Si leen esto, ahora deben estar en una singularidad desconocida, seguro se preguntan la razón, pues yo misma lo pedí, para que ambas aprendan a llevarse bien, no haré que salgan de esa isla hasta que al menos ambas puedan tolerarse, disfruten de sus vacaciones adelantadas.
Rika"
- Es enserio… - Carmilla soltó un suspiro, en eso miró a Elizabeth. – ya viste lo que nuestra master dijo, no es que tengamos otra opción.
- ¿Enserio crees que aceptaré esto así como así? Prefiero morir antes que colaborar contigo.
- El sentimiento es mutuo pero mientras no podamos hacerlo, nunca saldremos de aquí y seguro quieres escapar.
- Eso es obvio, mis fans me esperan. – Se agitó el cabello.
- Entonces cierra el pico y comencemos, ya que estaremos un largo tiempo aquí, hay que establecernos, trabajar en reunir comida y hacer un hogar.
- ¿Esperas que yo trabaje? Para eso estás aquí. – La peligris apretó el puño con fuerza.
- Solo trabaja y cállate. – le ordenó.
- No seas tan gruñona.
- Y de quien es la culpa. – Sin decir nada más, las dos se pusieron en camino. Por lo menos el bosque en esa isla contaba con todo lo necesario, solo es que logren buscar frutas o algún animal para comer su carne y cocinar. Elizabeth se escondía entre los arbustos para cazar.
- Bien, como aparezca alguna criatura aquí la atraparé para que podamos comer, oh Elizabeth eres tan grande como para sobrevivir por tu cuenta… - En ese momento ella vio como apareció un jabalí diabólico. – Perfecto, aquí está mi presa, solamente debo saltar y una puñalada de mi lanza hará todo el trabajo.
La pelimorada saltó en aquel momento con su arma en mano hacia el jabalí, todo con intenciones de acabar con él, lo que no contó Elizabeth fue que esté comenzó a huir.
- ¡Oye, no corras! – La Lancer comenzó a perseguir al jabalí para matarlo y obtener su carne pero la criatura corría con velocidad, había una distancia considerable entre ambos por lo que no podía alcanzarle. - ¡Demonios, ven aquí!
Elizabeth se cansó de perseguirlo, en ese momento saltó con fuerza y de tal modo es que llegó a caer sobre el jabalí con su lanza, este soltó un chillido mientras dejó de moverse, le había apuñalado justo en el corazón, la Lancer sonrió con orgullo.
- Jeje, nada es imposible para la super idol Elizabeth. – Dicho eso, ella volvió por el camino de donde llegó, encontrando a Carmilla. – Ey vieja arrugada, tengo nuestra comida.
- ¡A quien llamas vieja arrugada! Y bueno… no lo hiciste nada mal, eso al menos puedo aceptarlo.
- Tampoco por tu lado ¿ese es nuestro hogar? – Preguntó la Lancer, vio como Carmilla armó una pequeña choza con madera y palmeras. – Carece de todo el glamour de un castillo pero no es nada malo.
- A poco hacer un castillo es así de sencillo como crees. – Exclamó la Assassin. – Esto será un refugio temporal para las dos… aunque preferiría que solo yo pudiera dormir dentro.
- ¿No pensarás en dejarme dormir afuera? – Elizabeth enarcó una ceja.
- Por más que quisiera, eso alejaría el motivo por el cual master nos dejó en esta isla, así que, muy a mi pesar, debemos… dormir juntas…
- Que asco. – Elizabeth sacó la lengua en disgusto.
- A mi me asquea tanto como a ti, pero no hay otro techo para una de nosotras.
- Ok, entiendo… ¿al menos puedo tener una almohada?
- No exijas demasiado.
Luego de una dura noche donde ambas pasaron momentos complicados para dormir, más que nada a la incomodidad del suelo y para resguardar mana, llegó el día.
- Buenos días… ¿puedo tener huevos revueltos? – Preguntó Elizabeth mientras se frotaba los ojos.
- Solo tenemos carne de jabalí, tómalo o déjalo. – Respondió Carmilla, ahí es que ella recordó todo lo sucedido el día anterior.
- Entonces no fue un sueño, realmente estoy contigo aquí.
- Sería mejor como una pesadilla pero no hay otra cosa que hacer, tenemos mucho en lo cual trabajar, descubrí que hay peces en el rio, vamos a pescar. – Comentó la Assassin. El camino llevó a ambas mujeres al rio, gracias a Carmilla tenían cañas hechas a mano y usaron gusanos como carnada.
- No quiero tocar esos gusanos… - Elizabeth tuvo escalofríos.
- Para pescar debes hacerlo, así que deja de quejarte. – La peligris tomó una lombriz y enganchó sin problema alguno aunque se retorciera.
- ¿Cómo puedes hacer eso? – Preguntó la Lancer.
- ¿Hacer qué?
- Lo de tomar los gusanos y engancharlos sin que te de asco.
- ¿Qué problema hay con ello? Es como torturar personas, mientras se retuercen de dolor por el gancho es muy placentero para mí, preferiría si aquello fueran almas de mujeres jóvenes… - Se sonrojó levemente.
- No tienes remedio… bueno… en ese caso… ¿podrías ayudarme? – Pidió la pelimorada, Carmilla enarcó una ceja, es entonces que la Lancer se sonrojó. – S-Solo lo digo porque sigo teniendo problemas con esto.
- … Bien, mientras logres pescar algo. – Carmilla preparó la carnada para ella y comenzaron a pescar, logrando atrapar a algunos peces, de ahí la Assassin se encargó de sacar las tripas, Elizabeth observaba con algo de asco.
- En momentos como estos, agradezco que estés aquí, esto no podría hacerlo sola. – Comentó la Lancer.
- ¿Ahora estás alegre de que me encuentre contigo?
- N-No es lo que piensas, solo te veo útil por tus habilidades… yo solo pienso en cantar y bailar para cumplir mi sueño que otras cosas no me importaban… ahora que lo veo, todo aquello que haces podría hacerlo igual, quizás soy algo inútil…
- ¿Algo? Eres más inútil de lo que piensas. – Señaló Carmilla. – Aunque bueno, si de algo te estoy agradecida es de que, gracias a ti, me encuentro donde estoy ahora.
- Bueno… supongo que eso me hace tu madre ¿no? – Sonrió Elizabeth de lado, la Assassin puso mueca de disgusto.
- Tampoco lleguemos tan lejos… creo que master tenía razón con esto, no necesariamente deberíamos llevarnos como amigas, solo tolerarnos, no eres tan mala como pensé.
- B-Bueno… tampoco lo eres, quizás seas una sádica, vieja bruja arrugada, pechos caídos y…
- Detente… - Una vena salió de la frente de Carmilla.
- Pero… igual tienes cosas buenas, supongo que eso puedo aceptarlo…
- Mocosa… - Carmilla quedó asombrada con las palabras de Elizabeth, nunca pensó que le diría algo así. - ¿Te golpeaste la cabeza?
- ¡Yo igual puedo alabar a alguien! – gritó.
Dos figuras aparecieron, ahí estaban Rika y Mash que fueron transportadas a esa singularidad.
- ¿Estará todo bien senpai? – preguntó la Shielder. – Que Elizabeth y Carmilla se lleven bien es un poco…
- Todo saldrá bien Mash-chan, seguro las cosas han mejorado como creemos. – Las dos fueron a ver el sitio en el que se instalaron ambas servants, podía sentirlo por su conexión con ambas, así es que llegaron hasta esconderse detrás de unos arbustos.
- Todo listo aquí. – Señaló Elizabeth luego de haber destazados unos peces.
- Bien, ahora ponlos al sol para que se deshidraten, podríamos tener comida seca para unos tres días a este ritmo, por cierto, ya pronto estará listo un baño.
- Perfecto, mi blanca piel necesita cuidarse así que agua caliente es necesario.
- Recuerda que solo por ti, yo no lo necesito. – En eso la Lancer sujetó su mano. - ¿Qué haces?
- No seas así, podríamos bañarnos juntas. – Respondió la Lancer con una sonrisa.
- ¿Eh? No seas loca, dije que está bien.
- Vamos, no hará mal un baño conjunto en esa bañera que hiciste.
- Ya dije que no es necesario. – Las dos parecían llevarse mejor, ambas chicas sonrieron al verlas en ese momento, quizás ya era momento de regresar.
Finalmente ambas fueron sacadas de la isla y volvieron a Chaldea, Rika esperaba que la experiencia en esa isla sirviera para ambas y de tal modo lograran llevarse mejor.
- Que equivocada estaba…
- ¡Por qué tienes más pudín que yo! – Reclamó Elizabeth, Carmilla sonrió de forma victoriosa.
- Parece que finalmente aprecian quien es la real aquí. – La Lancer empezó a gruñir.
- ¡Juro que voy a matarte un día de estos!
Tal parece que algunas cosas nunca cambiarán por más que se intente, Rika al menos llegó a ver que ambas pueden llevarse bien con la situación adecuada, de tal manera es que solo debería darles tiempo para que las cosas puedan regularse entre ambas.
Camilo Navas: Ya tenía en mente este cap pero no sabía donde ponerlo, así que lo adelanté, al menos quise darles algo de espacio a ese staff que pasa desapercibido.
El Redentor 777: Pues sí que ellos son quienes arreglan todo, Roman solo anda como cabeza en nombre pero no muchos le hacen caso aquí jaja y Da Vinci solo construye cosas, los dos son los verdaderos capitanes del lugar.
Scanor13zama: Gracias, veamos con este cap.
Pues ya se vio como Rika arregló las cosas para que no haya tanta pelea entre Elizabeth y Carmilla, funcionó pero un poco, ya se puede decir que al menos se tolerarán mejor. En el siguiente cap tendremos otra historia con otro servant, ya lo verán, hasta el próximo cap. Saludos.
