Puede que lo hayan olvidado pero, por si acaso, Haji y Rika no son sus masters convencionales, ellos igual tienen responsabilidades fuera de Chaldea de vuelta en su mundo original y la escuela es una de ellas, no es tu isekai convencional donde están atrapados por siempre, pueden ir y volver cuando ellos desean y la escuela no es algo de lo que puedan escapar.
- El viaje a Kioto está muy cerca, recuerden avisar a sus padres acerca de que saldrán durante unos tres días en el viaje, la seguridad de ustedes es prioridad. – Avisó su profesor, ya entonces ambos prestaban atención, habiéndose olvidado acerca de ese viaje debido a todo lo que han hecho en Chaldea, llegó el almuerzo donde ambos estaban juntos.
- Oye Haji ¿es normal decir que me había olvidado del viaje?
- Yo igual lo había dejado pasar… así que nos iremos tres días a Kioto.
- Eso significa que no podremos ir libremente a Chaldea, se nos complicará verlos si no podemos despistar a nuestros compañeros. – Rika soltó un suspiro, en ese momento fue que el pelinegro tuvo una idea.
- Eso podríamos arreglarlo rápido.
- ¿Cómo? – La pelinaranja enarcó una ceja.
- No necesariamente tenemos que ir a Chaldea sino llevar a los servants, podremos mostrarles lo que es Kioto en la modernidad.
- Eso… es buena idea. – Ella sonrió. – Iremos al viaje y entonces todos podrán disfrutar, aunque nos alejaremos un poco de nuestros grupos.
- Descuida, eso haremos. – Haji tenía su plan para ello y realmente deseaba que los servants pudieran disfrutar libremente, así entonces pasaron los días hasta que finalmente llegó el viaje, estaban en el avión en ese momento con sus cosas.
- No se separen del grupo. – Avisó el profesor. Ya ambos estaban ahí con sus cosas.
- Entonces ¿apenas llegando hacemos la transferencia? – Preguntó la pelinaranja en voz baja.
- Tenemos tiempo libre apenas dejemos nuestras cosas en el hotel, hagámoslo en ese momento. – El avión partió en un vuelo de unas dos horas hasta que llegaron a Kioto, ya saliendo del aeropuerto, subieron a los autobuses hasta dejarlos en el hotel donde ya tuvieron sus habitaciones separadas en grupos con Rika en un lado y Haji en otro, ya entonces finalmente avisaron del tiempo libre que podrían tener para ir a explorar la ciudad antigua, entonces ambos se vieron y separaron para hacer el viaje.
- Vamos Haji. – Avisó Rika, entonces ambos se transportaron a Chaldea, de antemano ya habían hecho el aviso por lo que entonces estaban los servants en la entrada.
- Están todos aquí senpai. – Avisó Mash en ese momento, ambos asintieron.
- Recuerden que en este viaje no es para causar problemas, sino para que conozcan nuevos rumbos y ver de lo que está hecho el mundo actual que aún mantiene en parte algo de la antigüedad, algo que algunos de ustedes deben de reconocer seguramente.
- Será un gusto volver a Kioto luego de mucho tiempo. – Expresó Nobu. – Deseo ver que tanto ha cambiado desde mi partida.
- No sé si los cuarteles del Shinsengumi seguirán ahí, pero al menos volver a mis tierras me emociona en parte. – Igualmente Okita estaba animada a ir.
- Ya está la mayoría aquí, solamente los berserkers que son demasiado grandes y algunos otros servants que decidieron quedarse atrás no irán. – Avisó Mash.
- Es suficiente. – Comentó Haji. – Es hora de la transferencia, así que prepárense para este viaje. – En ese momento ya comenzó y entonces todos los presentes llegaron hasta Kioto, estaban en un parque grande donde nadie los vería. – Y llegamos.
- Esto es Kioto. – Los servants comenzaron a ver alrededor, era un parque tranquilo y al menos estaba vacío en ese momento.
- Muy bien. – Haji tomó un megáfono para dirigirse a todos. – Recuerden, nada de demostrar sus poderes ni fuerza, usen la ropa casual que tienen en sus códigos y diviértanse, es todo lo que tengo que decir, quienes deseen acompañarme en grupo o a Rika, pueden acercarse.
- Yo iré a donde vaya master~ - Kiyohime se acercó a él para abrazarlo.
- Yo también voy, porque no puedo alejar mis ojos de esa dragona. – Tamamo también, ya entonces empezaron a formarse los grupos para recorrer todo Kioto, la primera aventura de ellos en tierra moderna estaba por empezar.
Comenzaron a recorrer las calles, un primer grupo conformado por Arturia, Mordred, Jeanne y Marie se encontraba viendo unos puestos.
- Debo decir, es un ambiente calmado. – Expresó la rubia portadora de Excalibur. – Lo único que conocía de Japón en mis vagos recuerdos es Fuyuki por lo que esto es un buen cambio de aires.
- Que bueno que nuestros masters nos dieron dinero para comprar lo que quisiéramos. – Expresó Marie encargándose de cargarlo. – Hay que ver ropa.
- No de nuevo Marie… no luego de la última vez… - Expresó la Ruler por debajo.
- ¿Eh? Pero si eso fue divertido, además es bueno que estés llevando uno de los conjuntos que conseguí para ti. – Comentó la Rider con alegría, Jeanne se sonrojó levemente.
- B-Bueno, es que solo además de mi ropa normal tengo el conjunto de Leticia, y no quería que esa ropa que me compraste se quede ahí abandonada.
- Eres realmente linda~
- Bah, no entiendo nada de esa charla femenina. – Expresó Mordred, en ese momento pasaron cerca de una tienda de recuerdos, ahí tenían espadas de madera, aquello llamó la atención de la caballero que se acercó a ver.
- Mira padre… quiero decir, mi rey, aquí venden espadas. – Avisó a Arturia, ella se acercó a revisarlas en ese momento.
- Son simples espadas de madera… pero para entrenamiento no estarían mal.
- Claro, siempre acaban rompiendo todo el material de Chaldea. – Expresó Jeanne con rostro inexpresivo, Arturia soltó una risa nerviosa.
- Quizás podríamos llevar algunas para reemplazar…
- ¿Quieren espadas? Parece que usted y su hermana están interesadas. – preguntó el dueño de la tienda, eso sorprendió a ambas rubias.
- ¿Hermana? Espera un momento, ella y yo no somos…
- Claro que lo somos. – Arturia interrumpió a Mordred para su asombro. – (Sir Mordred, recuerda lo que dijo nuestro master, no hay que delatar nuestras identidades.) – Le habló por telepatía, ya entonces ella asintió. - ¿Cuánto por las espadas?
Ya una vez las compraron, pasaron a otro puesto, Marie veía divertida la situación que estaba ocurriendo, diciendo que eran hermanas, algo que molestó en demasía a Mordred ya que no creía poder estar a la par de su padre.
En otro lugar, Atalante acompañaba a las niñas para que pudieran jugar en ese momento, Jack y Alice se estaban columpiando en el parque.
- Empuja más Jack. – Exclamó la peligris, la Assassin asintió poniendo más fuerza mientras Alice estaba riendo.
- Esta es una gran vista. – Atalante estaba muy complacida al ver a las niñas disfrutar, tanto que no podía evitar babear y tomar fotos al verlas. – Que lindas~
- Atalante, te ves como una acosadora ahora mismo. – Medea llegó en ese momento. – Realmente no dejas esa gran obsesión con las niñas que tienes.
- No puedo negarlo, es que solo míralas, son tan lindas. – Brillos surgieron alrededor de la Archer, perturbando un poco a la bruja.
- Esos son aspectos tuyos que sigo sin entender.
- Veo que se divierten aquí. – Artemis llegó junto a Orión en su hombro, la peliverde se puso de rodillas. – No es necesario, somos iguales actualmente.
- Es verdad, Artemis aquí no es alguien realmente digna de lo cual debas arrodillarte. – En ese momento la diosa comenzó a apretar al oso de peluche. - ¡Mujer, vas a sacarme el relleno!
- Eso es por malo. – Hizo un puchero cuando ya lo soltó. - ¿Te estás divirtiendo?
- Claro que sí Diosa Artemis. – Respondió Atalante. – Yo me estoy asegurando de que estas niñas puedan divertirse, así que nos las dejaré solas mientras estemos aquí.
- Atalante, queremos helado. – Pidió Alice, la Archer asintió.
- Claro~ ya iremos pronto. – Respondió con una sonrisa. – Es mejor que vaya a comprarles helado, espero que igual se divierta usted diosa Artemis, Medea-sama. – Y se fue.
- Creo que gastará todos sus ahorros en ellas. – Comentó Medea, Artemis soltó una pequeña risa.
- Esa es la Atalante que conozco, ahora igual debo irme, vamos cariño, sigamos con nuestra cita.
- Más que cita, es una tortura. – Expresó Orión por debajo. En otro lugar, las dos Elizabeth estaban planeando algo.
- Entonces yo caster, este es apenas el inicio de nuestra gran gira mundial para volvernos las mejores idols del universo, y para ellos vamos a dar un gran concierto aquí en Kioto. – Exclamó con emoción la Liz Lancer.
- Hablas perfectamente mi idioma yo lancer y no solo porque eres yo, la gente estará aclamando nuestros nombres cuando escuchen nuestras maravillosas voces, es el gran inicio de nuestra leyenda.
- Ahora solo necesitamos encontrar un escenario perfecto para nuestro gran debut. – Ambas comenzaron a ver posibles lugares aunque igual es que ponerse a hacer presentaciones en la calle no estaba permitido, eso las limitaba en cierta manera. - ¿Por qué nos limitan? Una artista debería poder demostrar todas sus capacidades.
- Parece que no encontramos un buen sitio mi yo lancer. – En ese momento la Liz Caster vio algo, un pequeño escenario que había sido preparado y es que parecía que iban a dar alguna especie de espectáculo. – Mira, un escenario.
- ¿Eh? – La lancer pudo verlo, en ese momento sus ojos brillaron. – Un verdadero escenario… finalmente, podremos brillar, es nuestro gran momento.
- Así es. – Ambas se sujetaron de las manos. – El mundo finalmente va a conocer el gran talento de Elizabeth Bathory.
- Es verdad, vamos… a escribir nuestro destino. – Y ambas fueron, sin saber en las consecuencias que estaban a punto de generar.
- Esta podría haber sido nuestra cita perfecta por una ciudad hermosa como lo es Kioto pero no, estas mujerzuelas deben estar con nosotros. – Kiyohime no estaba feliz, realmente porque deseaba tener un tiempo a solas con su master pero se estaban interponiendo Tamamo, Anne y Mary, Stheno y Nero. - ¿Qué hacen aquí?
- ¿Qué más? Evitar que lo lleves a un lugar sospechoso. – Tamamo entrecerró los ojos.
- Nunca haría eso, yo respeto a master como la esposa debería de ser, pero lo único que no aceptaré es que tenga amantes.
- ¿Quién te nombró como la esposa? Todos saben que soy la esposa zorro perfecta mikon~ - La kitsune hizo una pose linda, Kiyohime solo la vio con rostro inexpresivo.
- Nadie pidió tu opinión.
- Oigan, no deberían ignorarnos. – Expresó Anne la cual estaba abrazando a Haji, aprisionando su rostro entre sus grandes pechos. – Master, seguro vamos a divertirnos bastante.
- Anne, creo que lo estás asfixiando. – Señaló Mary, viendo como el pelinegro estaba dando palmadas a la espalda de la rubia como si se estuviera rindiendo de una llave de lucha libre.
- Quita tus sucias ubres de master. – Exclamaron Kiyohime y Tamamo al mismo tiempo, apartando a la rubia, alrededor, varios hombres veían con celos como el joven estaba siendo peleado entre varias bellezas.
- Ujuju es el momento perfecto, vamos master~ - Stheno tomó al pelinegro en ese momento. – Dejemos a esas simples mortales y divirtámonos.
- No creas que vas a huir. – Nero se dio cuenta de la jugada de la Assassin la cual chasqueó la lengua. – Mi socio prometió para mostrarme el mundo moderno de Japón, aunque obviamente Roma sigue siendo la mejor en términos de sociedad e imperio, pero no puedo negar que esto tiene su encanto.
- Que yo recuerde, nunca te hizo esa promesa, así que no le metas palabras que nunca o sino… sufrirás la ira de una diosa. – Stheno puso una mirada peligrosa, Nero sonrió de la misma manera.
- ¿Eh? ¿Realmente crees poder desafiar a un emperador? Quiero ver como lo intentas.
- Ten cuidado con lo que dices. – Ambas igual tenían su enfrentamiento, Haji solo podía ver a todas las servants que realmente peleaban por él.
- (Esto es realmente lo que uno sufre al tener la skill de protagonista de harem Ex…) – En ese momento Haji levantó su mano. – Por mis sellos de comando, todas, paren de pelear. – Tuvo que gastar los tres sellos a lo cual las servants se detuvieron. – Escuchen, no hay necesidad de que estén peleando, sé que todas tienen interés en mí, no quiero que todas discutan por mi persona así que propongo algo, tendremos tres días de viaje, en ese tiempo saldré con todas durante unas tres horas ¿Qué dicen? – Esa fue la propuesta de Haji, en eso todas se vieron.
- No es mala idea. – Comentó Tamamo. – Si puedo pasar tiempo a solas con master, puedo aceptarlo.
- Yo igual. – Expresó Stheno. – Solo propongo algo… durante ese tiempo, ninguna de las demás puede interferir en el tiempo de la otra mientras estén en la cita.
- Se refiere a ti Kiyo-chan. – Expresó la caster, era complicado para la pelimenta el aceptar esas condiciones porque teme que hagan cosas intimas con su master pero igual ella podría tener tiempo a solas así que no tenía de otra.
- Yo… lo acepto… - le costó decirlo pero ya estaba hecho. – Pero yo quiero ser la primera.
- Para escoger turnos, sacaremos pajillas, quien saque la más corta irá primero y así por consiguiente hasta que la última sea la que tuvo la más larga. – Todas asintieron las condiciones de Haji, así fue a buscarlas. – Ahora, escojan una.
- Yo seré la que saque para ir primera, ya lo verán. – Kiyohime estaba totalmente concentrada, en ese momento, entonces sacó su pajilla… siendo una larga. - ¡Qué diablos!
- ¡Yay, soy la primera~! – Tamamo obtuvo la más corta.
- Rayos, no la saqué, pero al menos soy segunda. – Anne tendría la segunda cita, luego sería Stheno, después Nero y de última Kiyohime.
- ¡No es justo, se supone que el amor está de mi lado! – Empezó a quejarse Kiyohime, Tamamo sonrió de forma burlona.
- Lo siento Kiyo-chan pero parece que la fortuna de los dioses está de mi lado~ - La Berserker solo pudo gruñir. – Entonces Master ¿empezamos nuestra cita? – Antes de que pudieran seguir, Giorgios se acercó a él.
- Master, tenemos problemas. – El Rider parecía estar algo alterado.
- ¿Qué pasó? – Preguntó este.
- Son varias cosas, pero digamos… que algunos servants se han descontrolado. – Haji solo podía pensar que la cosa iba a estar más engorrosa de lo que pasaba.
- Debo ir a verlo.
- ¿Qué hay de nuestra cita? – Las orejas de Tamamo se acostaron.
- Lo siento, pero debo tratar ese asunto, vuelvo luego. – Y se fue, dejándolas solas, ahora Kiyohime tenía su sonrisa burlona.
- Pero que fue lo que pasó Tamamo-san, parece que te abandonaron.
- No digas nada más…
La situación estaba por complicarse y ambos masters estaban por descubrir, dejar desatados a servants en una ciudad iba a traer sus consecuencias.
Aquí estamos con el nuevo cap, esta será una pequeña serie que haré para devolver un poco las locuras que me gusta hacer, así pensé, vamos a dejar libres a un puñado de servants en una ciudad como Kioto, nada puede salir mal ¿cierto? ya se verá todos los desastres que van a ocurrir con varios de estos, más que nada aquellos que tienen personalidades singulares, ya verán quienes serán los alborotadores por si acaso de lo que tanto Haji como Rika deberán encargarse, eso es todo por el momento, nos vemos en el próximo cap. Saludos.
