Multiverso.
Ya saben, lo de la disgrafia, disculpas por los teclazos y horrores del auto corrector.
Y recuerden, Naruto y sus personajes son propiedad de Kishimoto sensei
Mundo Pokémon.
-Esas cosas son fuertes - jadeó Ino luego de que la escaramuza entre el Equipo Nexus y ellos había terminado.
Los ocho miembros del equipo Nexus tenían Pokémon fuertes para los estándares de la actualidad, lo que era algo bueno para los ninjas de Konoha.
Tomando en cuenta que, los Pokémon contra los que pelearon era solo Zubat, Snubbull y rattata, les había salido barata la situación.
Los nativos de la región se sorprendieron al ver la fuerza de esos tipos raros, entendiendo por qué ellos eran de interés para su comandante, pero desafortunadamente, si sus Pokemon no pudieron con ellos, tampoco serían rivales para ellos.
-Retirada, retirada- se fueron de ahí a la mejor oportunidad.
Dejando caer de momento la situación, los ninja se pusieron a caminar, siguiendo la corriente del río en búsqueda de civilización.
Desafortunadamente para ellos, el Antiguo Pueblo Primavera tenía un sistema de alcantarillado que evitaba estar tan cerca del río, lo que daba una falsa sensación de proximidad para gente que no supiera de ese detalle.
Así que, no les quedó de otra a los ninjas, de acampar en un terreno desconocido y aparentemente hostil.
-¿Qué carajos?- exclamó repentinamente Ino, luego de ver el cielo estrellado.
-¿Qué pasa?- preguntó Kushina.
-Eso pasa- señaló Ino al cielo- a menos que las estrellas decidieron cambiar de lugar de la nada, eso no debería ser posible.
Si había algo en lo que Ino era buena y de hecho, una autoridad, era en la astronomía, pues tan amante del horóscopo como era ella, desde pequeña aprendió de astronomía como pasatiempo secundario (gracias a la ayuda de su madre, una ex sacerdotisa que veía los presagios en el firmamento).
Al ver el cielo para más o menos ubicarse, se sorprendió solo con notar que no había una sola constelación que ella pudiera reconocer, tanto del hemisferio norte como del sur.
Asuma y Kushina miraron a dónde la Yamanaka apuntó con el dedo, notando también ese detalle.
-¿Que está pasando?- casi exclamó el Sarutobi.
-No solo no hay ninguna constelación reconocible, las estrellas tampoco están - dijo al borde de la histeria la joven - ni La Chispa de la constelación de Kunai, ni la estrella del norte o Sur, la constelación de Genbu en el norte o de Garuda del sur. No hay nada en ese cielo que pueda reconocer…
El mundo shinobi era un mundo espejo del mundo Pokémon, en más de un sentido. Para un observador casual, si mirabas al cielo, verías que las constelaciones no sólo no eran iguales, los planetas y las galaxias también eran diferentes.
En el mundo shinobi por ejemplo, era una estrella brillante azul la que servía de indicador cardinal, al situarse exactamente en el norte del firmamento, en el hemisferio homónimo y una roja intensa hacia el mismo trabajo en el sur
Sin embargo, una superNova era la encargada de cumplir ese propósito en el cielo que estaban viendo los ninja en este momento, un cielo al que no estaban acostumbrados, a diferencia de Yugao y Naruto.
-Pareceria ser que estamos en otro planeta - también vio Asami la situación - porque solo así me creo que el cielo sea tan diferente.
-O quizás estamos en otra dimensión - empezó Kushina a exponer- esas criaturas a las que nos enfrentamos, parece ser que son de otra dimensión, una que en el pasado estaba en contacto con la nuestra.
-¿Porque lo cree, Kushina San?- pregunto Asuma
-En casa encontré un pergamino que habla de esos seres- elaboró ella - los Pokémon, como les llamaban, son seres poderosos que viven para luchar con la ayuda de un amo. Son la clase de criaturas que Uzu envío a defender la aldea durante la invasión. Si enviaron a Dioses Pokémon a enfrentar a Orochimaru y su aldea, es obvio que las criaturas más básicas estén del lado de los humanos también.
-Pero de ser así- comentó el Nara- quiere decir que nuestro supuesto cliente sabía lo que pasaría al manipular ese sello y es la razón real para contratarnos. Que Uzu sabría que hacer al ver el sello o quizás querían enviarnos aquí por alguna razón.
-Pero ¿Cuál?- pregunto Asami
-No tengo idea- admitió el Nara abiertamente - pero no me agrada en lo más mínimo el hecho de que nos pusieron una trampa tan obvia y no nos dimos cuenta.
-Entiendo- asintió el Sarutobi de acuerdo- eso quiere decir que debemos hacer investigación para ver la forma de regresar a casa.
Lo que le servía a Kushina, quizás aquí podría finalmente averiguar la forma en la que el Dios del tiempo se someta a su voluntad y asi, pueda viajar al pasado a evitar la muerte de Minato.
¿Qué? Si ella podía cambiar la historia, sería mejor que su esposo siguiera vivo, fueran una familia feliz y la bruja de Uzu sin esos seres para impulsar su nación.
-Nos rotaremos durante la noche para dormir- acomodo Kushina los turnos para dormir- primero me quedaré yo con Ino, luego los amigos, y por último Asuma y Asami. A primera hora de la mañana nos iremos en búsqueda del pueblo más cercano y veremos qué podemos averiguar sobre este mundo en particular.
Con Platinum. Dos semanas después
Le costó algo de trabajo pero el niño pudo curar físicamente al pequeño Pokémon. Y aunque al principio el pequeño Aipon estaba muy temeroso y desconfiaba mucho del niño, poco a poco fue relajándose en su presencia.
La experiencia le hizo ver al descendiente de Gold que los Pokémon no eran las criaturas que la propaganda oficial pintaba, si se les daba una oportunidad podían ser grandes amigos de las personas. Así que, ese día volvió a confiar en su instinto y le pidió a Aipon que se esconda en su vieja mochila para acompañarlo a la plantación a trabajar, pues tenía un muy mal presentimiento.
El cual se hizo realidad pues pudo ver a lo lejos, tras terminar su jornada laboral, a esa carroza apostada afuera de su Covacha y también pudo ver fugazmente por la ventana como el equipo Nexus y Margarita destrozaban su vivienda, seguramente tratando de conseguir a su amiguito.
-¡No dejen un solo cajón y una sola tabla del piso sin inspeccionar! - oyó la voz de Margarita apenas se acercó lo suficiente a su hogar sin ser notado- cualquier cosa podría ser una pista muy importante sobre el paradero de este tipo.
-¡Señora, hemos encontrado algo!- dijo algún recluta raso del grupo - parecer ser un diario.
"Ahora sí, mi vida está arruinada" pensó Platinum al oír aquello.
Cualquier objeto que hiciera referencia al pasado era ilegal, en la teoría, al encontrar el diario en su casa, debió destruirlo o llevarlo a la policía y explicar todo, no quedarse con él. Pero las historias que ahí narraba el tal Gold eran tan maravillosas que simplemente no podía dejar ir tan valioso objeto. Y ahora su curiosidad le había metido en un lío gordo.
No sé arrepentía de sus acciones, pero eso no le ponía en una situación menos vulnerable.
-¿Oyeron eso?- se escuchó de repente la voz de Margarita- de oye algo en los arbustos de afuera…. ¡Debe ser él!
Platinum salió de ahí lo más rápido que sus piernas se lo permitían, sin saber cómo diablos le hizo esa mujer para encontrarlo. Estuvo perfectamente calladito y se alejo con el viento a su contra, no había manera de que ella lo hubiera oído y sin embargo, lo detecto con mucha facilidad.
Sin otra alternativa, el niño huyó en dirección a Ciudad Industrial, la antiguamente conocida como Ciudad Malva, con la esperanza de perder ahí al equipo Nexus.
Afortunadamente para el y desafortunadamente para Kushina y los demás, sus caminos se iban a cruzar antes de lo que el destino había previsto.
Con Naruto.
Bueno, sabotear la antigua Torre radio fue sencillo, ir saboreando las repetidoras no tanto. Aún con el equipo de detección adecuado, las instalaciones estaban bien camuflajeadas y por ello debían ser más sutiles a la hora de deshacerse de ellas. Si lo que habían hecho hasta ahora era un indicador , el jodido Casquett había planeado esto demasiado bien al poder transmitir en teoría su señar a todo el continente, es decir, las regiones de Kanto, Jhoto y Hoenn de forma directa. Eso dejaba aun el plan viable en las regiones de Alola, Unova,Tesalia, Kalos y Paldea, presentes en los otros tres continentes, por lo que al menos él, no tenía idea de cómo saldría adelante.
De acuerdo, triunfo, pero después ¿Que? Era un continente contra tres, quizás unidos bajo una misma bandera, la supervivencia, pero los números estaban en su contra. Aunque quizás eso era lo que Casquett esperaba, los números.
Ahora no había acorazados ni portaaviones, menos había helicópteros y aviones. Solo contaban con fragatas de vela y Pokémon voladores para pelear y aún así, a la larga tendrían que dejar en paz a esta región. De funcionar el plan, enviar una respuesta militar intensa solo echaría más leña al fuego, que podría ser la apuesta del líder de esta organización.
De momento tenían que seguir saboteando a Casquett, esperando que se frustre y quiera pasar al plan B. Y si eso ocurre, lo van a detener de una vez por todas.
Suaves pasos hicieron que la criatura se escondiera detrás del árbol, sus afiladas garras se clavaban en el suelo si tenía que correr. Los bigotes se movieron mientras olfateaba el aire, su pequeña nariz pequeña y redonda se levantó ligeramente. Movimiento hacia adelante, por el camino. El camino que los humanos habían creado. Un hombre caminó allí, uno de esos malditos seres. La criatura se escondió detrás del árbol un poco más, pero se aseguró de que todavía pudiera ver lo que estaba haciendo el hombre.
Silbando, se dio cuenta, el hombre estaba silbando. Aparentemente estaba empeñado en asustar a los pokémon, bueno, bien por ellos. Sus pies golpeando levantaron polvo y los pequeños ojos se cerraron un poco cuando vio la baya que había estado buscando cubierta de polvo. Genial, ahora su merienda estaba arruinada. Una llamada, nada. El hombre volvió a llamar, mirando a su alrededor. El pequeño cuerpo morado inmediatamente se acurrucó, escondiéndose completamente detrás del árbol. Con suerte, el hombre no lo había visto.
El Rattata giró levemente la cabeza cuando se escuchó el crujido de las ramas detrás de él, el susurro de las hojas. Una forma oscura saltó, ladrando de alegría. El Rattata se tensó al ver que la criatura era en realidad un Poochyena, raro de ver en Jhoto y más en estos días. Las patas traseras se prepararon para huir y cuando el perro pokémon miró hacia otro lado, el Rattata saltó, cruzó el camino a toda velocidad, justo en frente del hombre, que dio un grito de sorpresa, y a través de un arbusto, derrapando hasta detenerse frente a uno. de sus agujeros. Se zambulló, escuchando los ladridos del Poochyena retumbar a través del túnel. Su cuerpo temblaba mientras se abría paso a través del túnel hacia su guarida principal.
Se sentó allí, escuchando, esperando que ninguno de sus hermanos y hermanas estuviera allí en ese momento. Oh, cómo despreciaba a estos humanos, siempre persiguiéndolos, alejándolos de amigos y familiares, luchando contra ellos sin una buena razón. Y luego esos tontos pokémon, aparentemente encantados con la idea de tener que escuchar cada una de sus órdenes. La mayoría no lo sabía mejor.
Todavía temblando, la criatura se abrió paso a través del túnel hacia otro agujero, asomando su pequeña nariz para oler el aire. Parecía que el humano se había ido. Sin embargo, podía oler el leve aroma de Poochyena y se sintió incómodo. ¿Estaba buscándolo? Las orejas se movieron mientras escuchaba algo que pudiera decirle dónde estaba el pokémon. Nada.
Más adelante pudo oír un Taillow haciendo ruido, pero no le prestó atención. Dio un paso adelante, levantando la nariz más alto para que pudiera oler mejor el aire. Estaba en desventaja. Habían hecho esta entrada en el lado equivocado de la colina, su entrada estaba orientada hacia el lado equivocado. La corriente de aire del túnel dejó la guarida allí, llevando su olor a los depredadores en lugar de al revés. Sin embargo, no se dio cuenta de esto hasta que fue demasiado tarde. En su estado de angustia, se había olvidado de una de las reglas principales en la naturaleza, incluso si te están cazando, debes saber que siempre hay otro cazador.
Con un crujido, una forma negra aterrizó sobre el Rattata, agarrando su cuello con fuertes mandíbulas. El diminuto Rattata luchó, arañando la enorme forma del Houndour, pero no logró liberarse. Unos pocos intentos desesperados de respirar y luego su cuerpo se rindió, dejando el cuerpo sin vida al Houndour.
El entrenador riñó a su Pokémon por ello, aunque la reprimenda fue en un tono más resignado que enojado. Algo curioso de ver en una organización que se supone, aniquila Pokémon.
-Mierda- se murió - analizó bien otro miembro del equipo Nexus el cadáver del Pokémon - sabes que nos pagan por atrapar vivos a estos especimenes ¿Verdad?
-El Houndour que tengo, en veces no puede reprimir su costumbre - se quejó amargamente el recluta - sabes que estaba asinado en ese lugar de donde lo sacamos y por ello, cuando siente hambre y algo en la boca que comer, pues….,
-Ya sé, ya sé - dijo encogiéndose de hombros el oficial - estaba ahí cuando paso, solo que, es raro ver a Pokémon salvajes como este en estos días. Deberíamos buscar su nido y ver qué podemos hacer con todos ellos. Ya sabes, tenemos órdenes que acatar.
Con Platinum.
El niño , usando su antigua y fiel bicicleta, herencia aparentemente de su varios tatara abuelo llegó hasta donde se supone, antaño fue un bioparque donde una gran estatua de una criatura aspecto de árbol se podía ver apenas de pie en la zona, sin nada que ver en el lugar que estaba visiblemente desolado y devastado, finalmente Platinum llegó a la Ciudad.
Platinum sabía que no debía relajarse, con todo y que nadie le conocía ahí y que no sabían que era lo que hacía tanto bulto en su mochila.
La tecnología le jugaba a favor en este momento, pues la radio ahora era un lujo que solo la gente rica podía pagar y también solo la policía usaba ondas radiales. Nadie sabría que era prófugo en el corto lapso de tiempo, así que, si jugaba bien sus cartas podría quizás descansar un poco.
Admirando un poco la ciudad, se dió cuenta que lo que antes fue llamado Ciudad Iris aún tenía mucha de su antigua gloria en pie, la que el diario del entrenador describió como la torre Hojalata, ahora era ruinas, que se veían viejas y descuidadas, mientras lo que fue la Torre quemada, hoy en día era un templo shinto regenteado por monjes que presumían ser la familia de más abolengo en la ciudad.
Sin tiempo de hacer turísmo, Platinum tuvo que ir moviendose a los barrios más pobres de la ciudad, esperando que nada malo le pase, pero parecía ser que el destino le tenía algo reservado al respecto de ese deseo suyo.
-¡Ya verás la que te espera!- oyó el grito enojado de un miembro del equipo Nexus.
-¿No creías que dejaríamos andar a sus anchas a un Pokémon tan improductivo como tú, verdad?- oyó ahora una voz femenina que no pertenece a la terrorífica Margarita.
Asomándose discretamente el descendiente de Gold, vio a dos miembros del equipo Nexus acorralando a un growlithe que estaba literalmente entre la espada y la pared al solo tener detras suyo a un muro de una fábrica de algún tipo.
-¡Alto ahí, equipo Nexus!- se oyó la voz de un hombre joven y momentos después, este llegaba corriendo.
Se trataba de un joven de cabello corto de color púrpura, ojos azules y piel ligeramente tostada por el sol. Vestía un chandal de color vino, con zapatillas para correr de color blancas y llevaba un objeto parecido a una esfera en la mano derecha.- Dejen en paz a ese pokemon, usted que nos separaron de nuestros hermanos Pokémon son los verdaderos monstruos aquí.
-Así que te las das de tipo guay y cachas - sonrió la recluta de forma malvada al tiempo que ella también sacaba una de esas esferas, como también lo hacía su compañero- veamos cómo te las arreglas contra nuestros Pokémon…. ¡Sal, Caterpie!
-¡Adelante Pidgie!
-Mas bien, a ver cómo se las arreglan usted contra mi….. ¡Vamos Abomasnow!- dijo el desconocido lanzando también su esfera.
Platinum vio como de todas ellas salían Pokémon que se prepararon para pelear o Eso parecía en un principio.
-¡¿Cómo rayos un don nadie como tú tiene un Pokémon tan fuerte y de otra región!?-
exclamó el recluta muy asustado.
-Ese es mi secreto - sonrió maliciosamente el desconocido - Abomasnow, rayo hielo.
El área alrededor de todos empezó a verse afectada por una nevada, producto de la habilidad del Pokémon, al tiempo que esté se preparó para lanzar su ataque.
"Abomasnow" lanzó un haz de energía azul de de sus manos el Pokémon planta/ hielo, debilitando muy rápido a sus dos oponentes.
Viendo su oportunidad y agradeciendo su buena suerte a la Gran Arceus, el growlithe salió de ahí a toda carrera y se ocultó en el bosque cercano a la ciudad.
-¡Nos las vas a pagar!- dijo la joven recogiendo a su Pokémon, al tiempo que su compañero hacía lo propio.
-No les tengo miedo- dijo con convicción el joven y añadio- ¡Vengan por mi, si se atreven!
El recluta saco un radio y lo encendió, clara intención de pedir refuerzos.
-Aipon, ve y quitarles el radio- pidió Platinum a su amigo que había oído todo en su escondite.
Estando de acuerdo con su amigo, el Pokémon salió corriendo y agarro el aparato, sorprendiendo a los tres ahí presentes.
-¡Otro pokémon!- dijo la recluta.
-Maldicion, me arrebato la radio sin que pueda decir exactamente nuestra posición -maldijo el recluta.
Viendo que era su oportunidad, el joven agarro a Platinum de su brazo y comenzo a correr , pues tenían que salir de esa zona lo más rápido posible.
Definitivamente, esto se ponía peor entre más pasaban los días. Algo de ser fugitivo, aparentemente.
Y corte.
Y corte.
Pues salió cap, yeah!!!!...
Algo pasó, no diré que, pero si ya de por sí últimamente me cuesta sacar caps, con lo que pasó, con más ganas….
Solo diré eso.
Ya saben, dejenme su review, así no solo me animan a escribir, habrá retro alimentación entre nosotros.
