Harry Potter pertenece a J.K. Rowling.
Solo nos pertenecen los OC.
La Pirata de los Cielos
46: Exámenes y Políticos.
Los exámenes de tercer año, finalmente se les echaban encima y, en lugar de holgazanear, los estudiantes tenían que permanecer dentro del castillo haciendo enormes esfuerzos por concentrarse mientras por las ventanas entraban tentadoras ráfagas de aire estival. Incluso se había visto trabajar a Fred y a George Weasley; estaban a punto de obtener el TIMO (Título Indispensable de Magia Ordinaria).
Percy Weasley era quizás el único EN TODO HOGWARTS, que se preparaba para el ÉXTASIS (EXámenes Terribles de Alta Sabiduría e Invocaciones Secretas), la titulación más alta que ofrecía Hogwarts. Como Percy quería entrar en el Ministerio de Magia, necesitaba las máximas puntuaciones. Se ponía cada vez más nervioso y castigaba muy severamente a cualquiera que interrumpiera por las tardes el silencio de la Sala Común, en los pasillos y en la biblioteca. De hecho, la única persona que parecía estar más nerviosa que Percy era Hermione Granger.
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Comenzó la semana de exámenes y el castillo se sumió en un inusitado silencio. Los alumnos de tercero salieron del examen de Transformaciones el lunes a la hora de la comida, agotados y lívidos, comparando lo que habían hecho y quejándose de la dificultad de los ejercicios, consistentes en transformar una tetera en tortuga. Hermione irritó a todos porque juraba que su tortuga era mucho más galápago, cosa que a los demás les traía sin cuidado.
—La mía tenía un pitorro en vez de cola. ¡Qué pesadilla...!
— ¿Las tortugas echan vapor por la boca?
—La mía seguía teniendo un sauce dibujado en el caparazón. ¿Creéis que me quitarán puntos?
Después de una comida apresurada, la clase volvió a subir para el examen de Encantamientos: el profesor Flitwick puso en el examen los encantamientos estimulantes. Céline, por desprecio a todo lo que tuviera que ver con Mortífagos, exageró el suyo, y Draco Malfoy, que era su pareja en el ejercicio, se echó a reír como un histérico.
Tuvieron que llevárselo a un aula vacía y dejarlo allí una hora, hasta que estuvo en condiciones de llevar a cabo el encantamiento. Después de cenar; los alumnos se fueron inmediatamente a sus respectivas salas comunes, pero no a relajarse, sino a repasar Cuidado de Criaturas Mágicas, Pociones y Astronomía.
Hagrid presidió el examen de Cuidado de Criaturas Má gicas, que se celebró la mañana siguiente, con un aire ciertamente preocupado. Parecía tener la cabeza en otra parte. Había llevado un gran cubo de gusarajos al aula, y les dijo que para aprobar tenían que conservar el gusarajo vivo durante una hora. Como los gusarajos vivían mejor si se los dejaba en paz, resultó el examen más sencillo que habían tenido nunca, y además concedió a Céline, Daphne, Tracy, Alex, Ron y Hermione muchas oportunidades de hablar con Hagrid.
Aquella tarde tuvieron el examen de Pociones: un absoluto desastre para Alex, quien por más que lo intentó, no consiguió que espesara su «receta para confundir», y Snape, vigilándolo con aire de vengativo placer, garabateó en el espacio de la nota, antes de alejarse, algo que parecía un cero.
A media noche, arriba, en la torre más alta, tuvieron el de Astronomía; el miércoles por la mañana el de Historia de la Magia, en el que Alex y Céline, escribieron ensayos sobre la persecución de las brujas en la Edad Media. El miércoles por la tarde tenían el examen de Herbología, en los invernaderos, bajo un sol abrasador. Luego volvieron a la sala común, con la nuca quemada por el sol y deseosos de encontrarse al día siguiente a aquella misma hora, cuando todo hubiera finalizado.
El penúltimo examen, la mañana del jueves, fue el de Defensa Contra las Artes Oscuras. El profesor Lupin había preparado el examen más raro que habían tenido hasta la fecha. Una especie de carrera de obstáculos fuera, al sol, en la que tenían que vadear un profundo estanque de juegos que contenía un grindylow; atravesar una serie de agujeros llenos de gorros rojos; chapotear por entre ciénagas sin prestar oídos a las engañosas indicaciones de un hinkypunk; y meterse dentro del tronco de un árbol para enfrentarse con otro Bogart.
Céline fue a su examen doble de Runas y Numerología, junto a Hermione.
Justo veían Céline, Daphne y Hermione, luego del examen de Runas, cuando vieron a Alex pálido y Ron preocupado, saliendo de su examen de Adivinación.
— ¿Qué pasó, Alex? —Preguntó Céline preocupada por su hermano.
Alex tardó en contestar. —Todos saben que... la adivinación, no parece tener sentido. Creíamos que la profesora Trelawney, era solo una charlatana, pero... estaba yo, acabando mi supuesta (y obviamente) falsa profecía, cuando... —tomó aire —y ha dicho: "Sucederá esta noche: El Señor de las Tinieblas está solo y sin amigos, abandonado por sus seguidores. Su vasallo ha estado encadenado doce años. Hoy, antes de la medianoche, el vasallo se reunirá con su amo. El Señor de las Tinieblas se alzará de nuevo, con la ayuda de su vasallo, más grande y más terrible que nunca. La Princesa le hará frente y lo destruirá, gracias al obsequio del Dios Dragón. Hoy... antes de la medianoche, el vasallo irá a reunirse con su amo..." —Alex miró rápidamente a su hermana y ella asintió suavemente, tan suave, que fue imperceptible.
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Por supuesto, Albus sabía de esto.
¿Y cómo no iba a saberlo? Él necesitaba que Tom volviera al país, solo así, su magia enviaría un pulso muy especial, que le permitiría localizar una serie de artefactos especiales, creados por el propio Tom. Cuando pudiera localizarlos iba a destruirlos, uno tras otro.
Tom era muy bueno en la magia, solía ser un muchachito tan talentoso... y tan estúpido: En su temor a la muerte, dividió su alma, encerrándola en contenedores, arruinando su físico, debilitando su cuerpo y magia. Luego tomó a su gente: Los Caballeros de Walpurgins y los convirtió en Los Mortífagos, en una organización terrorista.
Él había intentado manipular a Alex Potter, para que fuera su futuro guerrero, para destruir los contenedores de alma y cuando eso pasara, entonces Tom volvería ser cuerdo y se arrepentiría de sus actos. Él le extendería la mano, lo llevaría por el buen camino, lo convertiría en el ministro de Magia.
En su títere, al fin y al cabo.
¿No era fantástico, ser el mago más grande de todos los tiempos?
La chimenea se encendió y la cabeza del ministro Cornelius Fudge, el Ministro de Magia, apareció. —Albus, el Wizengamot está listo.
—Gracias Cornelius, voy en un segundo —dijo Albus, poniéndose de pie y caminando hacía las llamas, atravesándolas. La variante mágica de la Cámara de los Lores de la Gran Bretaña Mágica, estaba ya reunida y esperando a saber, cuál sería el tema a tratar en esta reunión. —Ladys y Lores, convoco a esta reunión, en un intento por tener su favor, para extender una mano a nuestros aliados políticos, mediante el Torneo de los Tres Magos.
— ¿A favor o en contra? —preguntó Cornelius.
— ¡En 1793, no tuvieron mejor idea que soltar a un basilisco que se soltó para que los campeones lo atraparan! —gritó Lady Longbottom, claramente el contra.
Comenzaron las conversaciones, sobre si volver al Torneo o no hacerlo.
Albus cruzaba los dedos, para que sus planes rindieran frutos. Por ahora, aparecían más y más votos en contra, con argumentos muy válidos, causando que Albus, sintiera una sensación de hundimiento en el estómago.
Pero pronto, varios del lado de la luz y del oscuro, se pusieron de acuerdo en tomar precauciones para realizarlo nuevamente.
Albus sonrió, si efectivamente el Torneo regresaba, entonces solo necesitaba dejar una única cosa al azar: Que Peter Pettigrew, ya estuviera en Albania, salvando a Tom y trayéndolo de vuelta al país.
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En Astraksa, en el palacio de Søgvinger, una profetiza se colocó ante Aleksandra y Susanna, informándoles sobre el Torneo de los Tres Magos, sobre como su hija, se vería envuelta en una conspiración y el trono estaba en peligro.
Así que tomaron la decisión de empacar sus cosas y viajar, dentro de seis lunas.
Esto derribaría los planes de Albus Dumbledore y pondría a Tom Ryddle, contra las cuerdas y ellos ni siquiera sabían, lo que se les vendría encima.
