Ningun personaje es mio , mucho menos la saga de Crepusculo.

Ojala les agrade.


Necesitaba salir de ahí.

Emmet y Rosalie nunca se habían caracterizado por ser discretos, pero los demás no eran tan escandalosos, ni tan descarados. Aun así yo sabía todo lo que pasaba con los habitantes de esta casa, siempre.

A veces odia leer mentes.

Mayormente no me interesaba hacerlo. Era útil a veces, pero la mayor parte del tiempo solo era incómodo.

No podría culparlos, supongo. Ellos estaban en todo su derecho de compartir su vida, pero no quería estar ahí cuando todos estaban compartiendo su vida.

Tenía que salir ya.

Tome mi auto y salía a la carretera con rumbo a Port Angels, no quería alejarme mucho y supuse que si habría algo para observar en los alrededores, sería probablemente ahí. El lugar era turístico y sabia por los chicos de la prepa que ciertos lugares ofrecían música en vivo los fines de semana. Igualmente no tenía nada más en que hacer pasar el tiempo.

Conduje todo el camino por la carretera bordeada de pinos

El auto de Cullen

Oí la mente de una chica cuando rebase un carro antiguo en la autopista, voltee a ver por el retrovisor, no reconocí de inmediato a la persona, pero si reconocí el auto del estacionamiento del colegio, así que suponía que de ahí me habían conocido. La gente de este pueblo parecía tenernos en un lugar algo especial. En chicago o en ciudades más grandes pasábamos más desapercibidos. El dinero y los autos de este siglo no eran tan comunes en Forks sin embargo y tendíamos a resaltar más. Más de lo habitual de cualquier forma.

Estacione sobre el paseo marítimo y me baje del auto ya cuando el sol se estaba ocultando, el día estaba nublado, ligeramente, pero lo suficiente para poder salir a la calle, camine un rato por el malecón de la ciudad, admirando el romper del agua sobre la costa y viendo los negocios que recién abrían sus puertas al público. El lugar era alegre la gente empezaba a llegar, dándole cierto aire bullicioso.

Camine sobre el paseo marítimo por una hora o dos, viendo los negocios y los bares llenarse de gente y deteniéndome a oír a los músicos ambulantes que ya empezaban a tomar sitio por la ciudad, además de las bandas que ocasionalmente tocaban en ciertos restaurantes o bares. Me detuve en las tiendas pequeñas a distraerme con las curiosidades que vendían y observe con atención como el sol terminaba de posarse sobre el mar, dando los últimos rayos antes de ocultarse por completo bajo el agua. Mi piel destello un poco con esos rayos finales pero el resplandor era tenue y supuse que solo visible para mí y no para el resto de las personas a mi alrededor.

El lugar ya se había llenado y voltee del barandal de madera al centro del malecón de la ciudad. Había muchas personas a mi alrededor, todas acompañadas de sus parejas o de sus familias, con algodón de azúcar o palomitas en las manos, sentados en los restaurantes en las sillas que estaban en las partes frontales de los establecimientos.

Sonreí para ellos, y también para mí.

No podía culpar a mi familia por desear la compañía y el amor de sus parejas, porque incluso cuando para mí fuera incomodo estar rodeado de ellos en algunos momentos.

Estaba muy metido en mis pensamientos, cuando note una serie de pasos errantes que se dirigían a mí y como unas voces gritaban.

No termine de voltearme cuando sentí empujón ligero en la espalda y comprendí que alguien había caído contra mí.

No estaba preparado para lo que vino después de eso.

Todo paso muy lentamente para mí.

Voltee y vi a la chica que me había golpeado por la espalda al casi caer al piso.

Baja, cabello oscuro y grandes ojos marrones de piel pálida, casi tan pálida como la mía, sus facciones eran bien marcadas y estaba bastante delgada. Pretendí ayudarla, ella aun no comprendía donde había caído cuando una brisa marina soplo lo suficientemente fuerte para traer su ahora directo a mí.

No había encontrado nada más fascinante en mi vida.

Su cabello subió con la brisa y aspire fuerte al momento, sintiendo como cada musculo de mi cuerpo se tensaba y como mi boca se llenaba de veneno, mi mandíbula se cerró por instinto y gruñí bajo. Apenas y cambie mi posición y la chica pudo posar sus ojos en los míos por un segundo.

Ella no olía como nada que yo pudiera comparar. Mi garganta ardió y mi mente trabajo incluso más rápido, notando toda la gente a mi alrededor y pensando en cómo podría llevármela de aquí para terminar con ella.

Mis oídos se sentían tapados y zumbaban, mi garganta ardía y mi boca se sentía seca. Como jamás desde que había abrazado la inmortalidad había sentido. Las personas a mi alrededor se habían desvanecido en borrones y solo veía sus asustados ojos cafés que apenas de terminaban de posar en los míos. Iba llevármela conmigo y nadie de aquí siquiera lo notaria. Pensé en como saltar con ella al techo del restaurant frente al mar y ahí al techo de la siguiente casa, hasta llevarla a algún lugar donde poder estar más cómodo.

Tome su muñeca, con intención de jalarla conmigo. Pero cuando mi piel roso la suya y mi mano se hubo terminado de cerrar sobre su muñeca, con ella aun en el piso por su caída, sentí una poderosa corriente por todo mi cuerpo, como si un toque eléctrico hubiera entrado por mi mano y hubiera recorrido todo mi cuerpo. Despejo mi mente y de repente volvo a recordar donde estaba.

La chica seguía en la suelo y podía oír los pasos que se acercaban a nosotros gritando lo que debía ser su nombre

-¡Bella!- oí que repetía la voz de una mujer que sonaba familiar frente a nosotros.

Aproveche ese momento de claridad. Y con la mano que aun sujetaba a Bella la ayude a levantarse.

La brisa marina seguía trayendo su aroma directo a mí y aunque aún sentía como si hubiera prendido fuego a mi cuerpo con el ahora no podía dejar de notar el punto donde nos encontrábamos, su muñeca aun hacia un pequeño hormigueo en mi mano que parecía que lo sentía en todo el cuerpo.

La chica recobro el equilibrio y se terminó de parar frente a mí, con la cara roja y su pulso que se podría ver acelerado por sobre su yugular.

-Discúlpame – me dijo- me tropecé – apenas le di sentido a sus palabras. La solté rápidamente

-Ten más cuidado – le dije haciéndome hacia atrás y volteándome para darle la espalda, camine por el tumulto de gente, podía oír como sus compañeras o amigas o lo que fuesen la llamaban de nuevo y le preguntaban qué había pasado cuando llegaron a ella. Pero no me detuve para voltear a ver, recorrí en reversa todo el camino que había hecho desde de mi auto y me subí con prisa a el cuándo llegue.

Conduje de regreso hasta mi casa por toda la misma carretera, ya estaba completamente oscuro y no me moleste en encender los focos del automóvil.

Sentía mi mente nublada y apenas comprendí lo que estaba haciendo cuando llegue a estacionar el coche en la estrada de la cochera de la casa.

Oí los pensamientos de los demás y como me habían oído ellos llegar a mí a toda velocidad.

Respire profundamente el aire fresco que nos proporcionaba el bosque cerca de la mansión. Sintiendo como toda la bruma de mi cabeza se despejaba poco a poco, mis músculos aun agarrotados por el estrés anterior. Respire profundamente todas las veces de fue necesario hasta que su olor ya no se sentía presente en mí y me recargue sobre el automóvil echando la cabeza había atrás.

Tantos años, había tenido tantos años en los cuales la tentación de la sangre humana no había hecho mella en mí de esa manera. Ella me había retado con su propia presencia. Y su toque.

Nunca había sentido nada igual, sentía mi cuerpo como si lo hubieran llenado de corriente, incluso ahora.

Decidí salir a casar, no podía estar en mi casa y no confiaba en que no regresaría a buscarla, estaba exacerbado por ese toque y con cada terminación de mi piel que se sentían al rojo vivo.

Si era necesario correría hasta Canadá.

Bella era el nombre de mi demonio personal.

¿Quién carajo era ella?


Hola!

Gracias a las que hayan terminado de leer hasta aquí.

Espero les haya gustado y ojala me comenten que piensan al respecto. (:

Espero publicar el sig. Capítulo en estos días, ya está escrito y solo necesito revisarlo un poco más.