Disclaimer: Danganronpa y sus personajes no me pertenecen, sólo la trama de este fanfic
Advertencias: —AU (Universo alterno), por el momento es rated T, pero posiblemente lo cambie a M posteriormente, de todas formas intentaré no ser tan detallista con ciertos hechos, futuro lenguaje vulgar, violencia, problemas psicológicos, situaciones sexuales, entre otros, narración de dudosa calidad, temas cliclé, leve yaoi (hombre x hombre) y yuri (mujer x mujer), pésimo sentido del humor, dramas y angustia, posible Ooc (fuera de personaje).
KNOW UNDER SKIN
CAPÍTULO X
La oscuridad que la retiene y arrastra inexorablemente
Después de vestirse, dio los últimos toques a su cabello rubio con el peine para luego colocarse su broche de notas musicales que tanto le gustaba y la hacían sentir ella misma. Entonces empezó a posar en el espejo varias veces, fijándose si se encontraba todo bien. Kaede se encontraba feliz, tenía tiempo sin que algo más que la música la hiciera sentir tan llena; y es que hace mucho se había rendido en el amor, pero ahora que Kaito estaba allí con ella, sentía que todo estaba bien.
Era domingo por la mañana, su ahora novio se encontraba trabajando así que no podría verlo hasta en la noche, así que decidió dar un paseo por la ciudad y así poder comprar flores. Todo lucía normal, el día mostraba un sol radiante y una brisa fresca, aún no hacía tanto frío por lo que Kaede se fue con un vestido blanco de puntitos beige con una chaqueta color marrón oscuro, con botas que le llegaban por debajo de la rodilla del mismo color.
—¿Se llevará sólo los tulipanes? —preguntó la cajera mientras arreglaba el ramo de flores que Kaede había escogido.
Ella lo pensó un poco antes de finalmente responderle: —También deme un ramo de peonías por favor.
. . .
Una vez pagó, la misma empezó a dirigirse hacia el lado opuesto de su departamento. Había pasado mucho tiempo sin pasar por ése lugar, desde que aquello había ocurrido, por eso, cuando llegó a su destino, se quedó parada en la entrada de lo que era un cementerio, su corazón empezó a palpitar con fuerza por los nervios, suspiró profundo, calmándose y empezando a caminar nuevamente.
Pasó por varias lápidas de personas que no conocía, cuando finalmente llegó a la que había pasado a visitar.
—Ha pasado mucho tiempo —dijo mientras colocaba las margaritas en la lápida donde estaba escrito el nombre de Rantarou Amami—. Desde el día de tu entierro, para ser exactos, hace cuatro años —manifestó con tristeza—. No quiero que pienses que me he olvidado de ti, que ya no te aprecio, fuiste uno de mis mejores amigos, Amami-kun. Yo sólo… No tuve el valor de venir, porque esto es mi culpa, que ya no estés aquí —Kaede no pudo aguantar más las lágrimas y empezaron a caer—; y siento que debo decirte que por mucho tiempo no pude ser completamente feliz, pero conocí a un chico, llevamos saliendo tres semanas. Siento que tenías que saberlo, sé que debes estar molesto; aparecías en mi mente diciéndome que lo dejara, me retenías, pero ya no volveré atrás, seguiré con Kaito porque me hace sentir feliz, viva otra vez.
Cuando Kaede se dio cuenta, una brisa más fuerte empezó a mover más las hojas de los árboles, le llamó la atención que el clima había cambiado de repente, las nubes habían tapado el sol y vuelto grises, indicando que posiblemente llovería, por lo que se levantó de allí para regresar a casa, pero cuando se dio la vuelta, se congeló.
Ahí estaba Amami.
Siempre había sido de esa forma, desde que murió, a veces puede verlo en sus sueños, asustándola, o en el medio de la noche en su apartamento, como aquella vez donde quiso retener sus sentimientos por Kaito. Por mucho tiempo le había temido, pero ahora era diferente.
—Sé que no estás aquí, ya lo he superado —le dijo Kaede mostrándose más determinada.
—Si me has superado, ¿por qué sigo aquí? —le respondió el de hebras y ojos verdes—. Kaede, se supone que desde que morí, seríamos sólo tú y yo.
—No puede ser un tú y yo cuando yo sigo viva y tú eres un producto de mi imaginación —contradijo la rubia.
—Es eso —él se fue acercando lentamente a ella, de pronto Akamatsu sintió como su cuerpo no podía moverse del miedo, Amami llegó a ella y colocó sus frías manos en su rostro— ¿No lo entiendes? —Kaede lo miró fijamente, sintiendo como si él pudiese mirarle el alma.
—¡No, aléjate! —exclamó ella mientras lo apartaba con sus manos y salía corriendo de allí con mucho miedo. Kaede nunca había hablado de ello con Saihara, ni siquiera con Miu, creía que algún día lo superaría y llegaría el día en que pudiese dormir tranquila por las noches, pero a veces lo sentía incluso más constante.
Ya no sabía que hacer.
Entonces, antes de salir del cementerio, no se fijo que alguien más iba entrando y tropezó con esa persona.
—¡L-lo siento! —exclamó ella, aún temblando.
—No, lo lamento yo, ¿se encuentra bien? Luce muy conmocionada —le dijo el elegante chico de cabellos largos y su boca tapada como si estuviese enfermo.
—E-estoy bien —dijo Kaede nerviosa.
—Oh, es usted la pianista del restaurante Angels, Kaede Akamarsu —reconoció el apuesto chico, aunque la rubia no lo recordaba en ese momento, le pareció raro, puesto que era un chico que fácilmente captaba la atención—. Soy Korekiyo Shinguji —se presentó—. Si necesita ir un médico o a su casa, puedo ofrecerle llevarla en mi vehículo —ofreció amablemente.
—Es muy amable de su parte, pero ya me encuentro bien, gracias —rechazó Kaede con una sonrisa—. Además no vivo muy lejos —en ese momento, el clima la traicionó y empezó a lloviznar.
—¿Se devolverá caminando con este clima? Puede empeorar —le dijo mirándola con cierta preocupación—. Vuelvo a ofrecer mi colaboración para llevarla.
—¿No está ocupado? Digo, acaba de llegar… —manifestó Kaede muy apenada, en realidad no quería mojarse más por la lluvia pero posiblemente visitaría a algún pariente o amigo como ella.
—Los muertos pueden esperar, no se moverán de allí —dijo con cierto sentido del humor—. Venga, la llevaré a su casa.
Kaede decidió, después de tanta insistencia, aceptar la ayuda del recién conocido, no parecía un mal chico, tampoco no muy mayor, lo único raro era que tapase su boca, pero seguramente eran cosas de salud que no empezaría a preguntarle por educación.
. . .
No hablaron mucho de camino a casa, en realidad, sólo escucharon música clásica y comentaron acerca de ella, puesto que la música era el tema favorito de Kaede. Cuando llegaron, ella agradeció mucho la molestia a Korekiyo y rápidamente se dirigió a abrir el departamento, gracias a él no se había arruinado mucho su vestido, aunque decidió colocarse otra cosa para salir junto a Kaito.
. . .
La noche había llegado, Kaede ya estaba lista para salir, esperaba a Kaito cuando recibió una llamada de su mejor amiga, Miu.
—¿Aló? —contestó la de orbes violeta.
—¡Oye Kaede hoy me enteré que habrá una fiesta de máscaras el siguiente fin de semana! ¿Por qué no vamos? —invitó Miu.
—¿Enserio? ¡Me encantan esas cosas, claro que quiero ir! —exclamó alegre Kaede—. Le diré a Kaito, ¿será que Saihara-kun podrá ir esta vez? —preguntó.
—No te preocupes, lo convenceré, oye… espera… —de repente Kaede escuchó como Miu empezaba a cambiar el tono de voz.
—¿Estás con alguien? —preguntó Kaede.
—¡N-no, es sólo que recordé algo! —Se excusó su amiga—. Entonces el próximo fin de semana, ¡adiós!
Kaede se quedó con el teléfono en la mano después de que colgó, algo extrañada por la forma de actuar de Miu, pero luego recordó lo extraña que podía llegar a ser y lo dejó de esa manera.
Observó por la ventana y pudo notar que Kaito venía caminando por la calle, sonrió feliz para luego guardar el teléfono en su bolso y salió de su departamento, ni Amami ni nadie arruinarían eso.
O por lo menos eso pensaba.
Notas de autora: ¡Hola! Por Dios, ha pasado tanto tiempo, lo lamento mucho, tuve mucho trabajo, más problemas de salud, pero ya todo está bien, no tengo que dar muchos detalles, después, como siempre, la inspiración me traicionaba, pero aquí estoy, viva y con nuevo capítulo, ya por fin hablé de ese "alguien" que siempre pensaban Kaede y Miu, y sí, es Amami, muerto, ¿pero por qué Kaede se echa toda la culpa? Pues lo sabrán en futuros capítulos... Jaja espero les haya gustado, espero nos leamos pronto!
