~MAGOS Y SHINOBIS ~
"Ahora estas frente a mí, veo el miedo en tu mirar
Sientes lo que yo sentí, temes lo que pasará
Nunca lo olvidarás
Nunca lo olvidarás"
Venganza, WarCry 2013
Álbum: Inmortal
NOTA: Como consejo, para darle mejor seguimiento/entendimiento a este capítulo, lean el número 19: Sacrificio, 22: Gaara y 24: Reflejo.
Hilos negros rodearon su cuerpo, con la opresión exacta para permitir que sus pulmones se llenaran libremente de aire. Gaara cerró los ojos y relajo el cuerpo, sintió cuando la calabaza con su arena personal fue arrojada lejos de él.
—Esa estúpida cosa no servirá a donde vamos —Hidan pateó la calabaza de arena —, espero que sufras cuando te saquen a la bestia, detesto esta p#"a arena.
Después de ver como se alejaba la kunoichi cargando al titiritero, Kakuzu no perdió el tiempo y comenzó a caminar rumbo a la guarida de Akatsuki más cercana, con el Jinchūriki envuelto en sus hilos.
Hidan seguía despotricando majaderías, pero comenzó a caminar detrás de él observando a su alrededor por si alguien los seguía.
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Ya habían pasado un par de horas, el suelo lentamente se había transformado de un color dorado arenoso*, pasando por calizo** de un tono café opaco, hasta convertirse en vertisoles*** a orillas del inicio de un bosque seco****.
Mientras era arrastrado por los hilos de Kakuzu, Gaara estaba intentando recuperar algo de su chakra. Con algunas inhalaciones profundas intento un trance hipnótico que le permitiría concentrarse. Después de varios intentos, su cuerpo se relajó y su psique paso a un estado intermitente entre la conciencia y la inconciencia.
Años de practica le advirtieron del riesgo que estaba tomando al intentar "hablar" con la bestia de una cola en su interior, la última vez que intento este mismo turco, desato una carnicería en uno de los condominios más alejados del centro de Suna.
En ese momento tenía ocho años y una sed de sangre inasequible, fue probablemente una de las ultimas veces que su padre pudo controlarlo gracias al polvo de oro de su elemento imán. Ignorando sus pensamientos sobre el pasado, Gaara se concentró de nuevo.
Una obscuridad total era lo único que podía percibir, camino lento y sin rumbo, esperando ver algo, cualquier cosa. Un tenue brillo llamo su atención y camino hacia él.
Se detuvo a unos pasos de un charco, se puso en cuclillas y estiro la mano para tocarlo, un reflejo pilomotor***** recorrió su cuerpo, avanzando desde los dedos de las manos, hasta la punta de sus pies, justo antes de que sus dedos tocaran la superficie del agua, una sensación de vacío se apodero de su estómago.
En cuestión de segundos una luz dorada surgió del charco y lo envolvió haciéndolo perder el conocimiento.
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Un revoloteo de hojas secas bajo sus pies fue la única advertencia que tuvieron los dos Akatsukis antes de estrellarse contra árboles y maleza cuando fueron arrojados varios metros de distancia por una ola de chakra demoniaco.
Los hilos de Kakuzu se desintegraron ante semejante poder, dejando a la vista el cuerpo arenoso del contenedor del Ichibi. La piel estaba tomando un tono opaco y grietas aparecieron en todo el cuerpo, parecía como si su piel se estuviera derritiendo, formando riachuelos de arena que caían en cascada hasta el piso.
Otra ola de chakra brotó desde el cuerpo esta vez más fuerte, pero ahora Kakuzu estaba de pie preparado para resistirla con sus pies pegados al piso, una mirada de reojo a su izquierda le mostro a Hidan poniéndose de pie después de haber sido arrastrado por el suelo con la segunda ola.
Un gruñido gutural escapo de la garganta de Gaara, sus ojos se abrieron de repente mostrando ojos amarillos adornados con pupilas negras en forma de cruz con un brillo aterrador, la arena que se arremolinaba a sus pies comenzaba a solidificarse mostrando líneas azules, formando un cuerpo amorfo.
Hidan se relamió los labios y sonrío arrojándose al frente con la guadaña empuñada. Kakuzu entrecerró los ojos pensando fríamente en su siguiente movimiento.
Cuando Hidan atesto el primer golpe, en lugar de cortar por la mitad al jinchuriki como había planeado, se encontró batallando para sacar la guadaña ahora atorada entre toda la arena acumula, al ver que más olas de arena cubrían la mayor parte de las cuchillas, salto hacia atrás abandonando su arma.
Otro gruñido broto de la boca del monstruo frente a ellos, pero esta vez más enojado que antes, en un parpadeo el ichibi ya no estaba frente a ellos, Hidan grito algo incomprensible antes de ser arrojado de nuevo hacia un lado como si fuera un muñeco de trapo.
Kakuzu estaba de pie a unos metros de donde se estrelló su compañero, pero su mirada nunca dejo de seguir al demonio, cuando el ichibi giro la cabeza hacia él, el ninja levanto la mano derecha y los hilos escondidos en su brazo brotaron formando un abanico, justo a tiempo para bloquear la enorme cola que fue arrojada a toda velocidad contra él.
Ante el movimiento, el demonio sonrío.
Kakuzu le hizo una señal a su compañero para que se apartara, Hidan entrecerró los ojos y se hizo a un lado, los hilos de Kakuzu brotaron del suelo rodeando a la bestia que para este momento era al menos el doble de altura de cuando inicio la pelea.
Ichibi dio un zarpazo curvo que destruyo la primera ola de hilos, pero una segunda que venía justo detrás sujeto el brazo de arena, soltó un gruñido y con el otro brazo intento cortar los hilos que lo sujetaban, para evitarlo Kakuzu arrojó otra ráfaga de hilos en su dirección, pero esta vez Hidan fue impulsado junto con los hilos, cayendo de pie en la cabeza del demonio.
Sintiendo el peso ajeno, Ichibi olvido el brazo capturado y lanzó un zarpazo hacia el ninja, quien solo salto hacia un lado evitando por milímetros las garras afiladas, esta fue la distracción que Kakuzu necesitaba, con otro látigo de hilos le sujeto las piernas y la cola.
Una vez que los hilos capturaron a la bestia, Hidan salto hacia el piso cayendo sobre un árbol sin hojas a unos metros de distancia. Ante los ojos de ambos Akatsuki, una luz blanca broto del suelo y rodeo el enorme cuerpo del ichibi.
Cegados ante la repentina luz, Kakuzu y Hidan parpadearon repetidamente para quitar la sensacion de encandilamiento, Grande fue su sorpresa al ver que la enorme bestia ya no estaba.
Ambos corrieron hacia el frente, al llegar al punto exacto donde la monstruosa bestia estaba atrapada con los hilos, una refulgencia de figuras abstractas iba desapareciendo del suelo.
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De un momento a otro, Gaara recobro el sentido, una pesada aura lo mantenía en su lugar contra el suelo, una sensación de calor lo recorrió quemando su piel, un gruñido lejano lo hizo girar la cabeza hacia un costado. El pequeño charco ahora brillaba en un tono plateado, la luz dorada que lo había envuelto estaba siendo absorbida por una luz blanca.
Se puso de pie y camino hacia delante, la luz blanca se estaba solidificando, formando una esfera y la luz dorada estaba siendo aprisionada en el centro. Con una velocidad sorprendente, la esfera se hundió en el charco y una onda expansiva de poder arrojo a Gaara hacia atrás, su espalda golpeo contra algo solido pero la oscuridad le impidió ver que era.
PALABRAS CLAVE:
Suelos arenosos*: son aquellos suelos que no retienen el agua, al poseer poca materia orgánica no son aptos para la agricultura.
Suelos calizos**: en estos suelos abundan las sales calcáreas, suelen ser de color blanco y también áridos y secos, y por ende no son buenos para la agricultura.
Vertisoles***: suelo arcilloso de color negro, se localizan en zonas de poca pendiente.
Bosque seco****: es el ecosistema de semidensa o densa vegetación arbolada, que alterna climas estacionales lluviosos breves con climas secos más prolongados. Suelen situarse entre selvas lluviosas ecosistemas áridos como desiertos subtropicales y sabanas.
Reflejo pilomotor*****: es un fenómeno de contracción involuntaria de los músculos erectores del pelo que provoca que el vello se erice y la piel adopte un aspecto característico con pequeñas protuberancias, mejor conocido en México como: piel de chinita y/o de gallina.
Luna
09 de Noviembre de 2023, 10:00 a.m.
