Saludos lectores; este capítulo será de dos partes pero espero que valga la pena. Sasuke siempre me toma más tiempo en elaborar por lo que está pasando. Como siempre gracias por leerme.

Advertencia: temas de fidelidad, algo de discrimen, celos, ansiedad y contenido sexual explicito.


Capítulo 16-1

Regresar a lo que era antes era imposible. Su casa ya no era árida sino que estaba repleta de artefactos que formaban recuerdos ante sus ojos, los días estaban llenos de minutos infinitos que se le hacían insufribles, su cuerpo estaba pesado con emociones que se anclaban con cada pensamiento que tenía al día, que lo llevaba siempre por el mismo camino; Hinata.

No podía ser el mismo pero jugaba muy bien el papel. Era fácil mostrarse como lo que siempre había sido, un fantasma, una sombra, una criatura vacía que solo existía.

Se levantaba de una cama en la que no había descansado, atormentado entre emociones y pesadillas, para entrenar sin descanso, algunas veces se encontraba con sus compañeros y los deleitaba con su escueta presencia para luego irse a su casa. Cocinaba algo insípido, algunas veces leía, muchas otras trabajaba en sus plantas. Cuando el silencio lo abrumaba salía de nuevo hacia los campos de entrenamiento, si había gente se adentraba más al bosque, entrenaba y cuando estaba cansado lo hacía un poco más. Regresaba a su casa, tomaba una ducha, se acostaba en su cama fría, esperando cualquier cosa que lo atormentara esa noche; pesadillas de su niñez, la culpa por todas las mierdas que había hecho, recuerdos de Hinata, el dolor de lo que le estaba haciendo, el dolor de lo que se estaba haciendo. Despertaba y repetía todo de nuevo.

Llegó a tratar de ahogar sus penas en alcohol pero no solo no funcionaba sino que también afectaba su desempeño a la hora del combate.

Los buenos días estaba de misión, era más fácil estar así de destruido cuando estaba ocupado con un trabajo.

Sasuke había decidido que tenía que interrumpir cualquier contacto con Hinata. Ella era todas estas cosas, que aunque increíbles, él se quedaba corto. No había nada que él le pudiera dar que Naruto no tuviera mejor oferta. Naruto era un canalla que no quería a Hinata lo suficiente pero era el canalla que ella amaba, que podía alegrarla cuando su vida fuera muy sobria en su posición de líder del clan, apoyarla con todos sus contactos e influencias cuando ella lo necesitase y levantarla del piso cuando ella creyera que no era suficiente.

Él no podía darle nada de eso, ni siquiera él podía hacer esas cosas por él mismo, por eso terminó de amigo con Naruto, por eso se enamoró de Hinata.

Pensó en continuar con la relación física y darle lo que ella pidiera de él pero no podía engañarse. Él tenía un apetito insaciable, era un parásito que no solo se alimentaba de los gestos de bondad de Hinata sino que siempre quería más y nunca se detendría. Si Hinata le correspondía sexualmente él quería todas sus noches, cuando le daba sus noches quería sus días, cada vez exigía más y no tenía nada que darle a cambio. También estaba el detalle de las mentiras que construían su delicada unión con ella.

Así que desapareció de su vida. Eventualmente ella regresaría a su rutina con Naruto, si ella podía continuar, hasta ahora amando un hombre que tenía una aventura con otra, estaría bien.

Un día Hinata tocó su puerta.

Sasuke acababa de tomar una ducha luego de entrenar y salió con sigilo del baño cuando sintió su presencia caminando por la calle de su residencia. Se sentó mirando la puerta; deseando abrirle, jalarla hacía él, decirle que no sabía porque la suculenta seguía muriendo pero que eso no importaba porque ella estaba ahora ahí con él y lo arreglaría todo; nada más importaba. Pero no movió ni un músculo mientras ella esperaba que él abriera, eventualmente se marchó. Sabía que ella, al igual que él, detectó su presencia. Hinata entendería que se había terminado y no regresaría. Cuando ella ya no estaba en el perímetro, exhalo el aire que estaba atrapado en sus pulmones y volvió a ducharse. No quería lidiar con que sus ojos ardían, esperaba que el agua escondiera lo doloroso que fue hacerle eso a alguien que le había dado todo sin saberlo.

Estaba en la biblioteca en la sección de flora.

En la mañana estaba atendiendo sus plantas, como de costumbre, cuando algo lo sacó de su rutina. No sabía si darse por vencido con la suculenta, que tenía tres hojas de un feo amarillento pero su fe estaba toda puesta en Zassou. Hasta que vio algo en la maceta que lo hizo entrar en pánico.

Su perfecta y bien cuidada aspidistra estaba siendo invadida por otra planta. Algo crecía a su lado, parecían dos estrellas pequeñas moradas enterradas en la tierra. La estúpida y decepcionante suculenta se podía morir si quería pero su aspidistra no.

Tomó sus llaves y se dirigió a la biblioteca; todo sería más sencillo si Hinata estuviera ahí con él y le ayudará a cuidarla pero no debía pensar en ella.

Se llevó tres libros; uno de cuidado de plantas de interiores, otro de suculentas y uno de aspidistras. Su actitud hacía sus plantas se había tornado algo obsesiva. En algo tenía que enfocarse para no enloquecer como todos esperaban que hiciera algún día, como él también esperaba que ocurriera eventualmente.

Caminando por las calles revueltas de la aldea, divisó a Naruto y a Sakura. Sasuke entrecerró sus ojos.

Había días que su plan de ignorar a Hinata flaqueaba, se convencía de que tenía que saber que ella estaba bien de alguna forma. ¿De que valía dejar de verla si ella no regresaba a ser feliz con Naruto? Así que había veces que la merodeaba; la veía con su equipo entrenar, algunos martes bebía té en un cafetín con su primo, visitaba a su maestra, ahí se solía encontrar con el equipo 10, algunos no salía de los terrenos de su clan, asumió que con trabajo burocrático o le gustaba imaginarla entre sus plantas y proyectos, deseando estar ahí con ella, pero nada de Naruto en su rutina.

"Hey Dobe, ¿qué hacen?" No solía ir a buscarlos pero estaba abrumado por sus emociones ese día y no podía lidiar con que estaba dejando a Hinata ir por un sujeto que no la procuraba por casi dos meses.

"Estábamos por almorzar; ¿quieres venir con nosotros?" Respondió Sakura para mirar lo que él cargaba en sus manos. "¿Plantas? ¿Desde cuándo eres de plantas?" le dijo con burla levantando una ceja.

"Solo busco información." Era celoso con el pasatiempo que creó con Hinata y menos lo compartiría con Sakura. Se dispuso a acompañarlos, no sólo para dañarles la salida sino porque tenía que hablar con Naruto.

Entrando al Shukaku, Sasuke sintió a Hinata entrando al mercado; intuyo que estaba en el primer puesto de verduras y carne donde solía encontrarla.

Odiaba ir de compras.

No era el acto en sí, sino lo desagradable que era escuchar gente a sus espaldas cuchicheando o ser tratado con aspereza por otros. Pero por más que quería quemar todo el mercado con un Katon, no decía nada, no hacía nada, no solo se lo merecía sino que necesitaba comprar comida, no quería morir de hambre.

"Oh, Uchiha-san." escuchó una voz suave que interrumpió su meticulosa inspección de unos cortes de pescado.

Volteo para ver a la nueva novia de Naruto. Era la primera vez que la veía sin estar entre los brazos de su amigo, así que solo tenía un leve sonrojo por su eterna timidez, no el rojo escarlata que veía siempre.

"Hyuuga" se limitó a saludar, para continuar con su labor de seleccionar qué compraría. No es que evitaba a la heredera sin embargo trataba de no verla más de la cuenta, especialmente cuando esta no traía su ropa de entrenamiento. Hinata era inexcusablemente bella, con modales pulcros y una risa encantadora. No entendía como una chica así podía estar tan enamorada del Dobe, que era la persona más corriente, vulgar y grosera que él conocía. En más de una ocasión sus ojos se posaron más de la cuenta en ella, así que para evitar malentendidos trataba de limitar razones para interactuar; una tarea complicada, evitar la novia de tu mejor amigo.

Hace una semana atrás tuvo un sueño, no tan inocente, con ella. No sabía ni qué hacían los dos en el, pero se despertó todo sudado y su cuerpo más avivado que de costumbre, ni con una ducha de agua fría pudo calmar su evidente calentura.

Hinata continuó a su espalda por un momento para luego moverse a su lado y también inspeccionar los cortes.

La miró de reojo; tenía un vestido simple que trataba en vano de esconder las curvas que la enaltecían, podía oler su cabello recién lavado y cuando entraba una brisa este se movía para ser recogido por ella tras sus orejas. Sus delicadas cejas se juntaban en su frente mientras escudriñaba algo y veía cómo su sonrojo iba en aumento.

"Uchiha-san puedo… es decir..." Sasuke le prestó su atención; no le gustaba que lo llamara con tanto respeto, él no era mayor que ella ni por un año pero asumió que tenía que ver con su crianza. Hinata ya no inspeccionaba el estante sino que estaba jugando con sus dedos, mirando al suelo.

Él esperó a que hablara. Había presenciado esto antes pero no para él. La timidez de la chica la hacía un manojo de nervios, se convertía en puro tartamudeo, cuando era presionada era peor. En más de una ocasión vio a Naruto insistir al punto de ella desmayar, aprendió que era mejor esperar.

"Yo… el cumpleaños de… de Naruto-kun es ma-ma-mañana... y yo estaba pensando si... bueno... voy a preparar un-n-na fiesta… si usted podría ir." dijo lo último muy bajo.

"¿Mañana?" Se limitó a preguntar mirando con detenimiento los dedos de ella juguetear entre sí, evitando pensar en lo tierno que le resultaba algo tan vanal.

"Si... si... voy a celebrarlo en su apartamento, en la noche y están todos sus amigos invitados, ha… sería bueno que usted asistiera." Los ojos claros de ella por fin lo miraron, portaba una tímida sonrisa, tratando de esconder su nerviosismo.

"No se si pueda ir, quizás esté ocupado." Mentía. No quería asistir. Nadie en esa fiesta disfrutaría de su presencia, Sakura y Naruto eran los únicos que le hablaban después de la guerra, sería insoportable.

"Oh, entiendo, no quería molestar, es que… bueno si luego puede... me gustaria… Naruto-kun estaría muy feliz." Sus ojos brillaron con solo hablar de Naruto y algo se apretó dentro de él.

"Si puedo, iré. Gracias por la invitación." Sus ojos hicieron eso que hacían desde hace meses, quedarse más de la cuenta mirando su rostro sonrojado, apreciando sus grandes ojos perlados. Algunas veces su sharingan se activaba sin previo aviso, lo sabía porque podía ver con detenimiento sus largas pestañas subir y bajar, apreciar con detalle el contraste de tonos nacarados en su particular color de ojos, cualquier lunar o peca que tenía en la cara, al punto de memorizarlos, ver la ligera transpiración que se formaba en su nariz y su labio superior.

Ella solo asintió con la cabeza.

"Ahora me disculpas, voy a pagar. Hasta luego." Tenía que irse.

"Hasta luego." dijo ella casi en un susurro, levantando una mano nerviosa en forma de despedida.

Se dirigió a la caja tratando de no pensar en lo acelerado que tenía el corazón ni en las ganas que tuvo de entablar una conversación solo para tener su atención por más tiempo.

Se repetía una y otra vez, en su mente, que Hinata solo hacía esto por Naruto, solo era amable con él porque tenía que serlo.

Puso las cosas en el mostrador. "No vi tomates; ¿tiene detrás del mostrador?" Sabía la respuesta pero aun así trataría, hace meses que tenía ganas de unos.

"No; aún no tenemos disponibles. Son tres mil yenes." le contestó fríamente el comerciante, era un hombre muy mayor que Sasuke no entendía porque no se retiraba si esto no era ya para él. No solo no le querían vender tomates sino que cada día le aumentaban más el total de su compra.

No protestó, se limitó a pagar. El señor del quiosco y su esposa siempre lo miraban como si apestará, asumió que la única razón por la que aún lo atendían era porque temían lo que él podía hacerles.

Salió agradeciendo que las calles no estaban repletas y se aventuró a ver si encontraba otro puesto en donde no le negaran productos o subieran sus precios para que él no regresará. Pero eso era difícil; nadie lo quería merodeando por las calles. Llevaba algo más de tres años en la aldea, tratando de llevar una vida lo más serena y austera posible, tratando de no molestar a pesar de que todo le molestaba, tratando de no herir a pesar de que las heridas de vivir ahí se abrían todos los días. Era extenuante y agotador el que nadie lo respetase, tener que cargar con su honor manchado y ser odiado. Pero de él no había protesta, no esperaba que alguien pudiera perdonar a un traidor que no significaba nada para ellos; solo otro desquiciado ninja que perdió su cordura por la violencia de su trabajo.

"Uchiha-san, espere." una voz, con algo de falta de aire, lo llamó cuando iba pasando por el quinto puesto.

Giro para ver a una agitada Hinata que le extendía algo.

"Esto es para usted." en completo mutismo vio la bolsa que ella le extendía; eran cinco tomates. No dijo nada, no sabía qué decir.

"No lo tome a mal, ¡por favor! Disculpe… disculpe si lo ofendí... con mi osadía pero...pero no pude ignorar…" Vio el pánico en sus ojos tratando de explicar el gesto.

¿Qué chica tonta le compra tomates a un simple conocido, especialmente a un que todos llamaban traidor?

"No tiene que verse obligado a aceptarlo solo... solo… no pude quedarme con los brazos cruzados." bajo la cabeza apretando los puños.

Él miró a los lados con temor de que la vieran; no quería que la trataran con la frialdad que lo trataban a él por su gesto.

Tomó la bolsa de la mano de ella. Capto como ella subió su rostro rápidamente, él tenía su vista en la lejanía, no podía mirarla a la cara.

"Gracias" se limitó a decir.

"Los Yoshida son buenas personas, es solo que... que perdieron sus dos hijos en la guerra y bueno… no lo justifica pero… usted entiende…" se movía nerviosa donde estaba. "No… no le importuno más Uchiha-san, hasta luego." Bajó la cabeza con ceremonia para marcharse.

"Hinata" Su nombre salió solo, se sintió bien en sus labios.

Ella volteo con intrigada. Era la primera vez que la llamaba por su nombre de pila.

"Creó que puedo mañana ir al cumpleaños; adelantaré mi asunto para hoy." No sabía ni por qué dijo eso pero valió la pena cuando ella le regaló una enorme sonrisa que lo dejaría despierto toda la noche.

"Gracias Uchiha-san, sé que es un sacrificio para usted. Muchas gracias." llevó su pequeña mano hacia sus labios escondiendo una suave carcajada.

Mujeres bonitas habían muchas pero ella no era solo eso. No para él.

Se encontró sentado terminando su almuerzo, no era novedad el soñar despierto desde que cortó con Hinata. Después de ese encuentro; los Yoshida no regresaron a ocultarle cosas ni a subir sus precios y algunos días hasta se atrevían a hablarle como si fuera una persona normal, asumió que ella tuvo algo que ver con eso. De solo recordar que desde hace tiempo ella hacía gestos desinteresados por él hizo que el peso de sus acciones lo hicieran sentirse más miserable.

Solo quería que Hinata fuera feliz.

"Uzurokantoshi; ¿desde cuándo no ves a tú novia?"

Aunque eso no fuera con él.

iii

"Las aspidistras son plantas que crecen dónde otras no podrían, su perseverancia la hace idónea para personas con poca experiencia en el cuidado de plantas. Son muy resistentes y no necesitan mucha luz solar." Sasuke había tomado el hábito de leer de vez en cuando en voz alta. El silencio antes era reconfortante pero ahora le recordaba lo solo que estaba.

Ojeo el libro pasando por las páginas rápidamente cuando divisó una imagen. Era la foto de algo parecido a su problema de la planta invasora pero mucho más grande y rojizo. Leyó "Las aspidistras rara vez florecen pero cuando lo hacen sus flores se dan directamente en la tierra." Sasuke continuó leyendo con rapidez el resto.

Se levantó de su asiento para ver a Zassou y revisar de nuevo la maceta. Comparó la imagen con lo que había en la tierra. Las dos estrellitas ahora estaban un poco más abiertas y podía distinguir su apariencia mejor. Definitivamente eran flores.

"Al florecer tan cerca de la tierra muchas veces son ignoradas y pocos conocen de la capacidad de la planta de florecer." Sasuke no pudo evitar preguntarse si Hinata alguna vez había visto una flor de aspidistra. Se imaginó sus ojos brillando de emoción por el descubrimiento. Cerró el libro, busco otro, su mente hoy se había regodeado demasiado en recordarla.

"Las suculentas son hermosas plantas que requieren de pocos cuidados."

Mentira

Cerró el libro frustrado; no quería leer y menos sobre suculentas.

"Agh" lo tiró con despreció, escuchó un crag.

Se acercó dónde había lanzado el libro para encontrar que este había tirado al suelo una de sus figuritas de gato de la suerte.

"Ump" la tomó del suelo, era la más pequeña, perdió una de las patitas. La puso así, rota, al lado de las otras dos figuritas. Por eso no quería cosas, eventualmente todo se rompe al final. Se enfocó en el gato blanco, la primera que Hinata le regaló.

"Hime" jadeo recostado en su cama, buscando el aliento perdido cuando ella se introdujo todo su miembro en su boca. No había manera de que se cansara de esto. La boca pecaminosa de Hinata hacía que cada vez que su pequeña nariz rozaba su abdomen, por tenerlo hasta el fondo de su garganta, se sintiera desfallecer.

La primera vez que ella insistió en hacerlo hubo recelo de su parte. No quería decepcionar, pero verla arrodillada, con sus hermosos ojos llenos de deseo, mientras succionaba sus dedos, fue difícil negarse a tan vulnerable petición. El simple acto lo excitó al grado de que su ansiedad se transformó, de temer no poder mantener su dureza, a que quizás terminaría en segundos.

Podía sentir los suaves pechos de Hinata rozar sus muslos mientras ella subía y bajaba su cabeza, recorrió con una mano la espalda de ella para buscar uno de sus pechos y pellizcar con sus dedos el pezón. Hinata gimió y él lo sintió en su hombría, provocando en él la necesidad de embestirla pero se resistió. Esperaría a que ella se lo pidiera, ahora solo quería deleitarse un poco más en lo delicioso que era sentirla envolviendolo con sus labios y succionando como ella quería hacerlo. Era adictivo saber que lo deseaba tanto cómo él a ella; ver su tímido rostro tomándolo con ansia era hipnotizante. Si alguien osaba posar la fría hoja de una espada, contra su garganta, no la sentiría.

Sus ojos claros hicieron contacto con los de él y sus mejillas se tiñeron aún más. La agarró del cabello, buscando removerlo de la seductora imagen, siguiendo con su mano el vaivén de cabeza.

Ella lo tomó entre sus manos con ligereza para lamer y succionar su punta produciendo unos ruidos obscenos que lo excitaron aún más. "mmm si preciosa" Gruño mientras la succión se hacía más intensa. Hinata aumentó el movimiento de sus manos, cuando él halo ligeramente su cabello, no lo hizo adrede, pero era difícil no tocarla con arrebato cuando estaba bajo tanto placer.

Sus caderas comenzaron a moverse solas luego de que su amante regresó a meter toda su dureza en su boca y sus pequeñas manos tomaron sus muslos con fuerza.

"Si mmm así agh" Tomó posesivamente el cabello largo de Hinata rendido ante la garganta estrecha que le exigía, con cada compresión, que llegará para ella. En completo rapto, soltó un grito feral, entregándose por completo. Su cuerpo se tensó y los dedos de sus pies se retorcieron contra las sábanas mientras Hinata bebía todo de él.

Se quedó quieto con sus ojos cerrados, disfrutando de las sensaciones restantes. Captó a Hinata soltar su miembro para pasar sus manos con suavidad aquí y allá, sus labios subían también por su torso rozando levemente su piel acalorada. Cuando esta llegó a su cuello, la jalo para besarla con pasión, haciendo que el cuerpo de ella se recostara por completo sobre él.

"Mgmm esto si que es un buen despertar." dijo pasando sus manos por toda la espalda de ella queriendo sentirla, bajo su boca para besar su cuello cariñosamente.

"Bue… jajaja buenos días jaja" Hinata dijo riendo un poco, había descubierto que despertaba algo cosquillosa. Rozó su nariz en su cuello para provocar otra carcajada. "¡Sasuke ah para!" Lo empujó para ponerse a su lado.

"¿Cómo me despiertas así y después no quieres que te consienta?" Se estiró plácidamente; se sentía refrescado y ligero como una pluma.

"Cuando te estiras así pareces un gato." Rió ella, para imitarlo, su espalda se arqueo echando su trasero hacia arriba y sus pechos hacia el colchón.

"Me gustan los gatos de hecho." La jalo hacia él poniéndose sobre ella. Verla relajada y risueña a su lado era más placentero que cualquier cosa que su dulce boca pudiera hacer.

"Sería bueno que tuvieras una mascota." Hinata le acarició el rostro y sus ojos cálidos lo miraban como si él fuera el único hombre en el mundo.

Sabía lo que ella hacía; estaba llenando su casa.

A Hinata le entristecía ver lo austero que era su vida y tenía como meta reemplazar cada espacio vacío, no lo decía pero él no era tonto.

"No podría; apenas tengo tiempo para las plantas. Además, ya tengo una gatita insaciable que se levanta hambrienta." Tocó los labios enrojecidos, para bajar lentamente por su torso denudo.

"Sasuke…. Jaja... no, tengo que entrenar." dijo Hinata entre carcajadas mientras él metía su mano entre su entrepierna.

"Eso debiste pensarlo antes de despertarme conmigo metido hasta el fondo de tu garganta." Hinata ya estaba mojada y pudo meter dos dedos con facilidad. "Mmm además no puedo desperdiciar esto." susurro moviendo los intrusos dentro de ella.

"¿Sasuke… mgh qué te dije de ser tan agh obsceno?" Su cara estaba muy ruborizada.

"Te creeré cuando no te sienta apretando mis dedos cada vez que te hablo así." le dijo con picardía al percibir cómo se contrajo sobre los dedos que entraban y salían suavemente.

"Sasuke… mmm que tal una figurita… agh" Hinata dejo de hablar cuando su boca comenzó a descender por su cuerpo. Hablarían en el desayuno de cualquier cosa que ella quisiera, ahora era momento de devolver el favor.

Giró las tres figuras para que dieran a la pared; no quería ver ninguna de ellas. Hinata se las regalo todas. Le gustaba verlas mover sus patitas cuando no podía verla; por estar lejos en una misión o por asuntos del clan, con el sentimiento, de que ella regresaría a él eventualmente. Le obsequió la primera, no solo porque le gustaban los gatos sino para darle suerte. No se sentía muy suertudo ahora. Era divertido tratar de adivinar qué otro objeto bizarro traería en sus visitas, otra planta, una figurita o algo para la cocina...

Tenía que salir de ahí. Necesitaba desquitar todas estas frustraciones contra algo.

Se puso su ropa de entrenamiento y se adentro en el bosque, en la espesura de este, nadie lo molestaría cuando utilizará su chidori.

Corriendo entre árboles, del tamaño de montañas, deseaba desaparecer entre ellos para no sentir la amargura de creerla feliz sin él, regalando su risa juguetona, sus suaves manos acariciando a otro, su dulce boca besando otros labios, sus ojos enamorados, mirando a Naruto, como si fuera la mejor cosa que le a pasado. Todo porque creyó soportar que la mujer que amaba regresará con su mejor amigo.

"Ahhh" desplomó su tercer árbol deseando golpearse por ser tan tonto de pensar que podría tolerar perderla. Se metió en una guerra, que sabía de antemano que no ganaría, para auto infligirse una herida mortal en batalla y cederle la victoria a su enemigo.

"¡Agh! ¡¿desde cuándo soy tan pendejo?!" Sasuke gritó y comenzó a patear un árbol, sin ningún tipo de destreza, tratando de no pensar en Hinata pero era en vano.

"Esto es para usted."

"Gracias, Uchiha-san"

"yo lo deseo"

"puedo hacer también para ti"

"Me gusta."

"¿Qué?" .

"Que me llames Hime."

"No es despecho; te lo prometo."

"No quiero que tus sentimientos sean un enigma para mi"

"puedo ver porque Sakura-san se enamoro de ti"

" Eres importante para mi"

" Enseñarme a prepararlos."

"Hina-ta" dijo respirando con dificultad, con su frente en contra del árbol que había sido víctima de su arrepentimiento. Sentía las mejillas húmedas por sus lágrimas y esta vez no podía ir a la ducha a esconder su propio sufrimiento.

Dolía.

Su romance con ella solo tenía menos de un año pero su dependencia a su presencia gentil era de hace tiempo atrás. No sabía cómo podría continuar despertando todas las mañanas sin poder ver su rostro sonriente y sus ojos enamorados.

"Cuando sientes por alguien le das su espacio cuando lo necesita...no quiero ser egoísta."

Se limpió su rostro. Era mejor así; tenía que dejarla ir si la amaba, no podía ser egoísta y alejarla de alguien que tenía algo mejor que ofrecerle. Sasuke no era ignorante de lo dañino que era todo lo que él representaba, sabía que los compañeros de Hinata tenían razón de estar preocupados por ella. Él no estaba bien de la cabeza, ningún Uchiha lo estaba; eventualmente la lastimaría o lastimaría a otros. Ese era su destino.

Activo su chidori iluminando su alrededor, llenando el silencio con su desgarrador sonido.

y lo sintió...


Ya que los estoy torturando un poco con la separación de los dos tortolitos creí bueno regalarles de flashback a Sasuke dandose cuenta, por vez primera, que sentía algo por Hinata. Pensé que era algo que debía darles tarde o temprano, ya que este fanfic comienza con Sasuke ya interesado románticamente y que más perfecto que introducir la escena ahora, cuando se siente tan perdido sin ella. Gracias por estar aquí conmigo y sobre todo compartiendo en los comentarios. No hay gracias para lo que me hacen sentir. Gracias a: Fan-ys, Francisvict, ElyBet y compañia por comentar. Fan-ys; bueno Sasuke la ama y si se lamenta pero no solo no es perfecto sino que a pesar de que lamenta no contar el engaño de sus amigos no a dicho ni pinta a Hinata jajaja. Pero como vez en este capítulo, el muchacho tiene más que solo sentimientos de culpa con la relación. Sobre los anticonceptivos; es cannon en mi fanfic que las kunoichis utilizan hierbas o algún tipo de remedio para evitar el embarazo. Su trabajo les exige estar en lugares remotos, y peligrosos, hay veces que alguna que otra misión las pone en riesgo a embarazos no deseados, como toda mujer lamentablemente. Especialmente en el clan de los Hyugas, los imagino teniendo sus propios remedios milenarios familiares que claramente pondría a disposición de la heredera. Ellos más que nadie no quieren a su futura líder embarazada de cualquiera. Me encanto la pregunta! Originalmente, al comienzo de la historia, no era algo que tenía en mente porque es fantasía y pues, en la fantasía no hay consecuencias jajaja pero con el crecer de la historia quería tener una explicación racional, así que gracias por la oportunidad de poder explicar esto. Me dio la idea de hacer un Q&A para las vacaciones que me tomare en diciembre; ustedes podrán hacer todas las preguntas que quieran y yo contestar en el espacio que pueda; quizás preparó un foro para eso, quien sabe. Francisvict; La pobre ya lo entendía jajaja, Hinata sabe que está enamorada de Sasuke hace mucho, parece que el que se le escapó el memo es a Sasuke lol. Ya ves en este capítulo como Sasuke esta tomando toda esta situación. Creo que hay buenas intenciones de su parte pero a la hora de la verdad uno puede tener buenas intenciones y aun así hacer las cosas mal. En mi tierra hay un refrán "el camino al infierno esta pavimentado de buenas intenciones" Sasuke parece ser víctima de esto. ElyBet; gracias a ti. Siii este capítulo es muy triste T-T. Fue uno de los más difíciles de escribir; Hinata sufriendo porque Sasuke la está ignorando y ella sin entender el porqué, muy fuerte. Hinata sabe que lo ama y la razón principal por la que aún tenía una "relación" con Naruto era más para poder estar con Sasuke pero como ves en este capítulo y en el anterior es más una "relación" de nombre nada más porque no comparten ya nada. Aquí ves porque Sasuke hizo lo que hizo, bueno parte de la razón; él no creo que la dejaría para que ella tomara una decisión o algo asi, despues de todo, él también continúa con su "relación" con Sakura aunque eso es una patraña y no es real, pero eso no lo sabe Hinata. Asi que seria injusto y algo hipócrita de parte de Sasuke ponerle cualquier ultimátum a Hinata especialmente considerando que él cree que Naruto es mejor para ella. Gracias de nuevo por leerme; hasta el próximo capítulo.

Teresa Laurence