Capítulo 13
Erin comprobó que la grabadora funcionara, y que todos los papeles estuvieran en orden. Se sentó pesadamente en su asiento, colocando la cabeza entre las manos. Había salido de casa muy temprano, y sabía que iba a ser un día largo. Al menos era Viernes, podría descansar y disfrutar de Mark y los niños durante el fin de semana.
Las entrevistas a cada miembro del equipo las haría ella sola, y la de Aaron Hotchner, con dos miembros de la Oficina.
Miró el reloj y vio que era casi la hora de empezar. Salió y le indicó a Anderson, su asistente ese día, que llamara a la agente Todd. La primera de la lista. Se sentó a esperar su llegada. Mordió distraídamente el tapón del bolígrafo mientras esperaba y miraba los papeles. El golpe en la puerta le indicó que todo estaba a punto de comenzar.
Habían pasado tres días desde el caso, y al equipo Alpha se le había dado toda la semana libre, volverían al trabajo el Martes. El Lunes era el entierro de Haley Hotchner, y ni ella ni ellos querían estar en ese momento haciendo eso, pero era el procedimiento, así que iba a hacer su trabajo lo mejor posible, como siempre hacía, aunque sabía que habría algunos que probablemente se lo dificultaran.
La entrevista a Jordan Todd fue rápida. La agente estaba nerviosa, aunque lo ocultó bastante bien. Penélope García pidió justicia, porque creía que todo se había hecho (y se estaba haciendo), de forma errónea, que Hotch no era el culpable en este caso. Spencer Reid le aclaró con su memoria eidética lo que ocurrió con máxima exactitud, casi como si ella también hubiera estado allí. Emily Prentiss estaba indignada por todo el procedimiento, como si fuera un error estar haciendo eso. David Rossi la irritó sobremanera cuando primero la ignoró mirando el móvil, y después intentó culparla también por hacer su trabajo. Lo que ninguno llegaba a entender, es que ella estaba de su lado, aunque pudiera parecer lo contrario.
Derek Morgan arrojó algo más de luz sobre lo sucedido, y Erin tenía una imagen mental muy real. Solamente le faltaba hablar con Aaron.
Entraron sus compañeros y ella no pudo hablar con él a solas, que era lo que pretendía hacer antes de comenzar. El agente Hotchner contó lo que el resto del equipo le había contado a ella, hasta que llegó a la casa y su enfrentamiento con Foyet. A Erin se le encogió el corazón al escucharlo, y los ojos se le llenaron de lágrimas, que temió derramar delante de todos, cuando el agente contó la parte final de su relato.
Cuando se quedó sola, se desplomó en su silla una vez más. El día había sido largo y difícil, y por fin terminaba. A veces, odiaba profundamente su trabajo, sobre todo en las ocasiones en que algún miembro de sus equipos estaba implicado personalmente.
Jessica se había ofrecido para quedarse con Jack durante el día, mientras él se ocupaba de recoger y limpiar la casa, y preparar el funeral de Haley. Afortunadamente, todo el equipo estaba ayudándolo en esos menesteres.
Cuando el día anterior, el Sábado a media tarde llegaba cargado con las últimas cajas a su casa acompañado de Emily, un hombre alto y pelirrojo estaba esperándolo a la entrada de su edificio. Lo reconoció nada más verlo. Hizo que Emily subiera a casa mientras él hablaba con el hombre, aunque lo hizo a regañadientes, frunciendo el ceño ante su insistencia.
Reconoció en el hombre la mirada de tristeza y dolor que él mismo lucía, y le dijo que si lo hacía sentir mejor, podía golpearlo. No lo hizo, pero se desahogó diciéndole cómo se sentía realmente. Echaba de menos a Haley, llevaba meses sin verla y al final la había perdido por su culpa. Se habían divorciado hacía dos años y el hombre consideraba que seguía jodiéndole la vida. Los ojos se le encharcaron al hablar de Haley, y Hotch le hizo saber que el funeral sería al día siguiente. Sería bienvenido. Al fin y al cabo, era el hombre con el que su ex mujer compartía su vida y por su culpa otra persona estaba sufriendo.
Aunque el día había amanecido lluvioso, a la hora del funeral el sol brillaba con fuerza en lo alto del cielo. A pesar de eso, una ligera brisa les recordaba a todos los asistentes que seguía siendo 14 de Diciembre.
El servicio fue breve, pero Hotch dirigió unas bonitas palabras a la que fue su esposa, y leyó un fragmento de la obra de teatro que los unió en el instituto. Se fijó en las caras compungidas y llorosas de su equipo, de su jefa y de la familia de Haley. Sabía que sus padres jamás le perdonarían lo que había pasado. Jack se aferraba a su pierna, y se prometió a si mismo que lucharía por hacer feliz a su pequeño hijo.
Los asistentes fueron dejando uno a uno rosas blancas sobre el ataúd, y durante un segundo, cruzó su mirada con la de Strauss. La mujer parecía realmente triste, y pensó que probablemente ella estaría pensando en el momento que le tocaría vivir algo así a ella.
Cogió en brazos a Jack para que pudiera dejar su propia rosa sobre las demás, y abrazó un poco más fuerte al niño. Llevaba toda la semana durmiendo en su cama, y no tenía fuerzas para decirle lo contrario. Sólo tenía tres años, y había perdido a su madre de una forma horrible. Sólo quería darle a su hijo un poco de comodidad.
No dejaba de recibir condolencias, mientras intentaba no perder de vista a Jack. El niño jugaba con sus primos, aunque no parecía demasiado entusiasmado. Se acercó a la mesa donde estaba el equipo, y habló brevemente con ellos. JJ estuvo un rato en el hospital con Henry, pero ahora era Hotch el que necesitaba apoyo.
Se acercó también a la mesa de la familia de Haley, y todos fueron relativamente amables, excepto sus padres, que lo ignoraron completamente. Él tampoco hizo nada para acercar posturas. Sabía que con la única que podría contar sería con Jessica.
Decidió que necesitaba un poco de aire fresco, y le pidió a Jessica que vigilara a Jack. Cuando salió a la terraza, se encontró con Strauss.
-Aaron, lo siento mucho. El otro día me hubiera gustado poder hablar contigo antes de la entrevista, pero me fue imposible.
-Gracias -se quedaron callados, y ella desvió la mirada hacia la calle, nerviosa, evitando la intensa mirada del hombre-. ¿Cómo estás, Erin?
Ella lo miró fijamente y sintió ganas de llorar, de nuevo.
-¿Lo sabes, verdad? -susurró. Él asintió.
-Si necesitas algo no tienes más que pedirlo ¿de acuerdo? Puedes darme algunos informes, o si necesitas más tiempo libre me puedo ocupar de más cosas.
-De momento me he arreglado bastante bien…
-Te ayudaré, Erin. No tienes que pasar por esto tú sola -extendió la mano y le cogió con suavidad el brazo.
-Se supone que debería ser yo la que debería estar consolándote, no al revés -soltó una risita, mientras se limpiaba la cara con el pañuelo.
-No importa quién consuele a quién, si los dos lo necesitamos -dijo él con seriedad. Ella asintió, de acuerdo con él.
-De todas formas, ahora debes centrarte en Jack y olvidarte del trabajo. Yo me ocuparé de eso. Y además el agente Morgan está haciendo un buen trabajo.
-Está bien. Pero cuando vuelva lo negociaremos -Aaron sonrió levemente.
Mientras tanto, Morgan volvía del baño cuando los vio hablar. Le sorprendió cómo parecía que Strauss estuviera llorando y Hotch la consolara. En ese momento, Rossi pasaba con un plato de comida.
-Hey Rossi, ¿tienes alguna idea de lo que le pasa a Strauss?
-Ni idea. Pero no me creo que esté así por la muerte de Haley.
Jessica pasó en ese instante y los escuchó hablar y mirar hacia la terraza.
-Es tan fácil como preguntarle -dijo con diversión en la voz. Ella había hablado con Strauss al principio de la tarde, y lo sabía.
-¿A ella? -Morgan y Rossi se miraron entre sí-. Es mejor quedarse con la duda -respondió Rossi.
Jessica se encogió de hombros y se alejó riendo. Morgan y Rossi volvieron a mirarse, y sacudiendo un poco la cabeza, el agente mayor empujó a su compañero hacia la mesa.
Un rato después, Todd y Morgan recibieron un mensaje urgente de un nuevo caso. Aunque ninguno tenía ganas de ir, era su trabajo y tenían que cumplir con él. Rossi fue a buscar a Hotch para informarle.
-Siento interrumpir -Hotch y Strauss lo miraron-. Tenemos que irnos Aaron, nos ha llegado un caso.
Rossi miró fijamente a Strauss, como si ella hubiera tenido la culpa de que el equipo tuviera que irse. Se preguntó porqué tenía los ojos tan llorosos.
-Yo me voy ya. Te llamaré en unos días ¿de acuerdo?
-Por supuesto. Adiós Erin.
Los agentes vieron salir a su jefa, y no fue hasta que estuvo dentro del recinto, que Rossi volvió a hablar.
-¿Va todo bien? -preguntó.
-Todo lo bien que puede ir en estas circunstancias -Hotch se frotó la frente con cansancio.
-Me refería a…-Rossi señaló con el pulgar hacia dentro.
-Dave, me decías que os teníais que ir ¿verdad? -preguntó evitando completamente el tema.
Rossi empezó a contarle lo poco que sabía del caso, y le prometió que lo llamaría en cuanto pudiera. De todas formas, en algo más de una semana el equipo cogería las vacaciones de Navidad y todo estaría más tranquilo.
Hotch se apoyó en la barandilla mientras veía cómo su equipo se iba. Suspiró profundamente y deseó que el día acabara pronto. En realidad, deseó que todo fuera un sueño y poder despertarse ya. Ojalá Haley no hubiera tenido que pagar por sus decisiones. O sus malas decisiones en este caso.
La había querido mucho, y aunque su historia no hubiera funcionado, y le costó un tiempo superar sus sentimientos hacia ella, y que ella rehiciera su vida, jamás pensó que tiempo después de su divorcio, Haley perdiera la vida a causa de su trabajo.
Continuará…
