8.- El señor «Pantalones Sexy»
Madre: desconocida
"Mother: unknown"
De HufflepuffMommy
Alfa-Bet-eado
A pesar de trabajar uno al lado del otro, Hermione no se encontró con Draco durante cuatro días. Se preguntó si él la estaba evitando y le preocupaba que tal vez la cena en su casa no fuera tan bien como ella pensaba.
Quizás se pasó de la raya con Lyra de alguna manera o dijo algo inapropiado.
Repasó todas las conversaciones que había tenido con Draco y Lyra, pero no pudo encontrar nada que destacara. Sabía que ella también podría haberse acercado a saludarla, pero no se sentía muy cómoda, asumiendo que él estaba enojado con ella y no quería hacerlo bochornoso.
Al menos estaba ocupada. La mayoría de los días trabajaba de abierto a cerrado en la librería, acostumbrándose a su nuevo rol. Si intentaba estar atenta al mago rubio desde las ventanas, nunca parecía detectarlo.
El jueves, fue temprano al trabajo para tomar un café y un croissant de la panadería y, si era honesta consigo misma, todavía esperaba ver a Draco, aunque sólo fuera para preguntarle cómo se veía Lyra cuando no podía entender a la encantadora niña fuera de sí. Sin embargo, se sorprendió cuando literalmente se topó con él saliendo de la cafetería justo cuando ella se dirigía a entrar.
—¡Oh! —exclamó después de casi hacerle derramar su café—. Lo siento, no quise encontrarme contigo. Bueno, en realidad, esperaba encontrarme contigo, pero no en el sentido literal, solo que te estaba buscando, y... y estoy divagando —dijo ella, captando la diversión en sus ojos.
—Está bien, Granger. —Levantó su taza para llevar—. La tapa todavía está intacta, por lo que no ha habido ningún daño.
—Bien. Eso es... bueno —dijo, sintiéndose repentinamente incómoda.
Él levantó una ceja en dirección a ella mientras tomaba un sorbo de su café.
—¿Dijiste que me estabas buscando? ¿Alguna razón en particular?
—Sí. Bueno, no. En realidad, no. Simplemente no te había visto desde que cené en tu casa y me preocupaba si tal vez hice algo que te enojara, o me excedí con Lyra, o...
Draco frunció el ceño y luego tiró de ella hacia un lado para que no estuvieran directamente frente a la puerta de la cafetería.
—Tú no hiciste nada de eso. Sólo estuve ocupado, eso es todo. No te estaba evitando.
Hermione dejó escapar un pequeño suspiro de alivio y luego le sonrió.
—Está bien. Genial, me alegra oír eso.
Draco señaló una de las pequeñas mesas que estaba instalada afuera.
—¿Por qué no tomas tu café y tal vez podamos hablar?
Hermione asintió.
—Me gustaría eso, gracias. Tardaré sólo un momento.
Pidió un café para ella, luego decidió comprar también dos croissants y le ofreció uno cuando regresó.
—Gracias. —Mordió el pan de hojaldre—. Aquí también hacen los mejores bollos y muffins. Si aún no lo has hecho, deberías probar sus bollos de arándano y naranja.
—Me aseguraré de hacerlo —contestó ella, dándole un mordisco a su propio croissant—. En realidad, me alegro de haberme encontrado contigo, porque quería cumplir mi promesa a Lyra e invitarlos a ambos a mi casa este fin de semana. Si no están ocupados, claro está.
—Aparte del mercadillo del sábado por la tarde, estamos libres. A menos que Lyra haya invitado a Emma a jugar sin preguntar... Otra vez.
Hermione sonrió.
—¿Supongo que eso sucede a menudo?
Draco suspiró y sacudió la cabeza.
—Demasiado a menudo. Afortunadamente, Emma es una niña dulce, así que en realidad no es un problema. Aunque me siento mal por sus padres cuando Lyra decide que irá a su casa.
Hermione soltó una carcajada y le dio un golpe en el brazo en broma.
—Basta. Lyra es preciosa.
—No hay discusión ahí. —Él sonrió antes de tomar un sorbo de su café—. Había estado debatiendo en mencionar esto, pero sería negligente si por lo menos no te advirtiera sobre algo que Lyra me dijo.
Hermione arqueó una ceja.
—¿Sobre qué?
—Ella me dijo que cree que eres su madre. No te preocupes —agregó rápidamente—, le he dicho que eso no es posible, pero... Ella puede ser insistente y no quiero que sea una sorpresa si ella te lo mencionara.
Hermione lo miró con curiosidad.
—¿No sabe que su madre murió durante la batalla?
Draco frunció el ceño.
—¿Por qué piensas eso?
—Bueno, escuché lo que le pasó a Daphne Greengrass... —Su voz se apagó cuando el ceño de Draco se hizo más profundo.
—Daphne no era la madre de Lyra.
—Oh. —Ella no lo sabía. Ella, Harry y Ron habían estado en otra parte, y en el gran esquema de las cosas que habían sucedido ese día, ella nunca había cuestionado la narrativa popular.
—Puedo entender por qué piensas eso —añadió él—. Considerando que aquellos que estaban en el Gran Comedor la vieron entregarme un bebé.
—Si no te importa que me entrometa, ¿quién es su madre, si no lo fue Daphne?
Draco tomó un sorbo de su café antes de responder.
—No lo sé. Daphne murió antes de poder decirme quién era su madre.
Hermione frunció el ceño.
—No quiero ser insensible, pero… ¿Cómo es que no sabes quién es ella?
Sus ojos nunca dejaron los de ella mientras tomaba otro sorbo de su bebida.
—Simplemente no lo sé. Tengo teorías sobre por qué podría ser así, pero no es una discusión que deba tenerse en público.
Asintiendo en comprensión, Hermione se acercó y colocó su mano sobre la de él.
—Lo siento, Draco.
Los ojos de Draco se dirigieron brevemente a su mano, pero no apartaron los suyos de abajo de los de ella.
—Gracias, pero no hay nada que lamentar. Lyra sabe que no sé quién es su madre. Estoy agradecido de que sea lo suficientemente joven como para no hacer demasiadas preguntas al respecto en este momento porque no estoy seguro de qué le diría.
Hermione asintió y movió sus manos para envolverlas alrededor de su taza, calentándolas. Se mordió el labio mientras contemplaba la posibilidad de hacer la pregunta que tenía en mente, pero no estaba segura de si debía hacerlo.
Levantó la vista para ver a Draco observándola y, como si sintiera su curiosidad, se encogió de hombros una vez más.
—Entonces... ¿el sábado en mi casa, alrededor de las 6?
La comisura de la boca de Draco se torció ligeramente.
—Nos funciona a las 6. Lyra estará extasiada.
Hermione le sonrió.
—No puedo esperar. —Un rápido vistazo a su reloj la hizo sobresaltarse de asombro.
—¡Oh! Tengo que correr. —Metió la mano en su bolso, sacó un bolígrafo y un trozo de papel y escribió su información rápidamente en él—. Aquí está mi dirección y número de teléfono, en caso de que necesites comunicarte conmigo por algún motivo.
Draco tomó el papel y después de una rápida mirada, lo colocó en el bolsillo de su chaqueta.
—Gracias.
Hermione se sintió mejor, incluso más ligera, después de hablar con Draco. No podía precisar por qué necesitaba verlo y confirmar que todo estaba bien, sólo que necesitaba hacerlo.
Mientras Hermione colocaba su etiqueta con su nombre, una de las otras empleadas, Rachel, se acercó a ella y movió las cejas.
—Entooooonces... ¿Qué está pasando entre tú y el Señor «Pantalones Sexy»?
Hermione rodeó el mostrador para asegurarse de que la caja registradora estuviera lista para el día.
—¿Quién?
—No te hagas la tonta —bromeó Rachel, apoyándose en los codos—. Te vi tomando un café con ese tipo británico atractivo que trabaja al lado.
Hermione se rio.
—Ah, eso. Bueno, su nombre es Draco, como probablemente sabes, no Señor «Pantalones Sexy»; y estábamos teniendo una conversación.
—Bueno, todavía me parece bastante fortuito cómo los dos únicos británicos en nuestra ciudad toman café juntos como si se conocieran desde hace años.
—Bueno, en realidad sí. Fuimos juntos a la escuela.
Los ojos de Raquel se abrieron como platos.
—¿No jodas? ¡Eso es aún más serendípico!
—Creo que la palabra que estás buscando es coincidencia. —Hermione encendió el cartel de «ABIERTO» en la ventana—. Y sí, discutimos lo extraño que era que ambos nos mudáramos aquí el fin de semana pasado.
—¡¿Ustedes tuvieron una cita?!
—No, no. Nada de eso. Cené en su casa con él y su hija. En realidad, ella fue quien me invitó. Quería saber cómo es vivir... En Londres, y cómo era su padre en ese entonces.
Rachel tomó una caja de libros nuevos que necesitaba ser guardada y se dio la vuelta.
—Aun así. Muy serendípico.
Hermione puso los ojos en blanco ante la joven antes de ahuyentarla cuando entró el primer cliente del día.
Después de una semana entera de trabajar muchas horas, Hermione se acostó temprano el viernes por la noche. Estaba a punto de apagar la lámpara de la mesita de noche cuando su teléfono sonó con un mensaje de texto entrante.
Disculpas por el mensaje tardío, pero Lyra insiste en que pregunte si deberíamos llevar un postre mañana.
Hermione sonrió y estaba a punto de responder cuando llegó otro mensaje.
Por cierto, soy Draco.
Sacudiendo la cabeza, borró lo que estaba escribiendo y empezó de nuevo.
Gracias por aclarármelo, estaba confundida por otra Lyra que también vendría mañana. Ja, ja.
Si quieres traer un postre, está bien. Tenía planeado hornear galletas con chispas de chocolate, pero puedo hacerlas en otro momento.
Pasó menos de un minuto antes de que llegara una respuesta.
Delicioso.
Hornea las galletas.
Llevaremos algo para acompañarlas.
Bueno ya me dio curiosidad...
¿Qué llevan las galletas con chispas de chocolate además de la leche?
Supongo que tendrás que esperar para descubrirlo.
¿Ahora quién está siendo descarado?
Hermione apoyó la cabeza en la almohada con el teléfono celular en la mano, esperando su respuesta. Estaba casi dormida cuando sonó diez minutos más tarde.
Lo siento, estaba acostando a Lyra, lo cual fue difícil porque está emocionada por el día de mañana.
Está bien. Yo también me voy a la cama. Ha sido una semana larga.
¿Deberíamos reprogramar? Si estás cansada, lo entiendo.
No seas tonto. Estoy deseando que llegue mañana. Será divertido.
Para responder a tu pregunta anterior, nunca soy descarado.
Un imbécil, sí, pero no descarado.
Hermione resopló entre risitas.
No hay discusión ahí.
Dile buenas noches a Lyra de mi parte.
No haré tal cosa.
Está casi dormida y que yo le transmita el mensaje la animará.
Se lo diré por la mañana.
Aguafiestas.
Buenas noches, Draco.
Buenas noches, Granger.
—¡Hola, señorita Hermione! —saludó Lyra con entusiasmo mientras salía del auto.
Hermione sonrió desde su lugar en el porche delantero, donde estaba sentada leyendo un libro, esperando que llegaran sus invitados.
—¡Hola, Lyra!
—¡¿Adivina qué?! —Lyra corrió por el pasillo y salió al porche.
Hermione se rio.
—¿Qué? —Le sonrió a Draco a modo de saludo antes de volver a centrar su atención en Lyra.
—¡Es casi Halloween! ¡Y papá dijo que mañana puedo elegir mi disfraz!
—¡Eso suena divertido! —respondió Hermione con igual entusiasmo—. ¿Qué quieres ser?
—No estoy segura todavía —dijo con el ceño fruncido—. Emma dijo que irá como el Power Ranger rosa y que su hermano será Spiderman. Estaba pensando en ir como Ariel o Bella, pero Olivia irá como Bella y Caylee irá como Ariel y no quiero coincidir con ellas porque podemos usar nuestros disfraces en la escuela y quiero elegir algo que nadie más pueda usar.
—Ya veo —dijo Hermione—. Bueno, apuesto a que encontrarás algo que sea perfecto y único. Simplemente-Como-Tú —dijo, tocando la nariz de Lyra con cada palabra.
Lyra se rio.
—¿Vas a disfrazarte también?
—Tal vez —dijo Hermione mientras se levantaba—. Pero al igual que tú, no sé lo que quiero ser.
—Podrías ser un ratón de biblioteca —sugirió Draco.
Hermione lo miró y puso los ojos en blanco a pesar de que una sonrisa se formó en sus labios.
—Ja, Ja. Muy gracioso, Malfoy.
Draco se encogió de hombros.
—Me gusta pensar que sí.
Hermione sacudió la cabeza y le tendió una mano a Lyra.
—Vamos, creo que las galletas deberían enfriarse. Puedes ayudarme a probarlas. —Luego miró a Draco y lo señaló—. Pero no tú.
—¡Oye!
—Tú puedes esperar hasta después de cenar.
Mientras conducía a Lyra, que se reía tontamente, al interior, Draco las siguió, tratando de defender su caso por una galleta recién salida del horno.
Hermione lo ignoró y en su lugar tocó la mochila de princesa que llevaba Lyra.
—¿Qué hay aquí?
—Oh, papá dijo que podría aburrirme aquí porque no tendrás juguetes ni cosas para niños. Así que traje algunas cosas.
Mientras Hermione usaba una espátula para aflojar las galletas, Lyra sacó una variedad de objetos del interior de su mochila.
—Tengo algunos libros, crayones, papel, un par de muñecas y la película de «La Bella y la Bestia». Es mi película de princesas favorita porque Bella solo tiene un papá, como yo —informó.
—Esa también es una de mis películas favoritas —dijo Hermione mientras ponía las galletas en la rejilla para enfriar.
—¿Podemos verla más tarde? —preguntó Lyra con una sonrisa esperanzada.
—Tal vez, aunque eso depende de tu papá y de cuánto tiempo planea que ustedes dos se queden después de cenar.
Lyra miró a Draco y juntó las manos.
—¿Por favor?
—No lo sé... —Apoyó su barbilla en su mano como si estuviera pensando—. Quizás necesite algo que me ayude a tomar una decisión —sugirió, señalando las galletas con la cabeza.
Hermione se rio mientras Lyra tomaba una galleta caliente del estante y se la entregaba a su papá. Incluso le besó la mejilla para darle mayor efecto.
Draco mordió la galleta.
—Muy bien, supongo que podemos quedarnos y ver una película después de cenar.
—¡Hurra! —animó Lyra mientras tomaba una para ella.
—Eres astuto, engañando a tu hija para que te consiga una galleta después de que te lo han prohibido —dijo Hermione, apoyándose en el mostrador y dándole un mordisco.
Draco se encogió de hombros mientras se metía el resto de la suya en la boca y luego se señaló a sí mismo.
—Slytherin.
Hermione se burló, luego tomó una pequeña cucharada de la masa sobrante que todavía estaba en el tazón y se la arrojó a Draco, la cual aterrizó directamente en su mejilla.
Ante su expresión de sorpresa, ella sonrió descaradamente y se señaló a sí misma.
—Gryffindor.
Próxima actualización: martes 31
