Wow, me tarde un poco en este, ¿No es así? Casi pasó un mes desde la publicación anterior, que, a ver, siendo objetivos no es lo más que he tardado en publicar un capítulo en alguna historia, o en esta historia, pero considerando que saqué cuatro o cinco capítulos con apenas una semana de diferencia creo que podría haberlos acostumbrado a eso, como sea, me alegro de por fin tener el capítulo listo.
Y ahora mi parte favorita de cualquier historia que haga, los reviews;
Samuel Santillan; Sí, de momento tengo tres en mente, quizás cuatro, pero no es algo que tenga lo suficientemente claro como para implementarlo ya, sí, probablemente eso se convierta en uno de sus jutsus propios.
carlos29; Mil gracias por tus palabras, en general creo que prefiero sentir que aún puedo mejorar en ambos terrenos, pero hacer algo bueno, a creer que lo domino y hacerlo mal.
Zombie XD; Aparecerá, tanto en este capítulo como en el futuro, el arco de Tsunade es un arco que me parece saldrá largo por la cantidad de cosas a tratar, de momento tiene el camino Naraka (Aunque apenas tiene una idea de lo que hace) El Deva que va aprendiendo a usarlo rápidamente, y el de las bestias que ya domina, en cuanto al camino Preta es el que permite robar chakra y anular ninjutsu. Sí bien pienso tratar la amistad entre Gaara y Naruto más adelante, no ocurrirá en estos momentos, pero lo tengo pensado, y parte de la razón por la que pienso tratarlo es Killer Bee, así que sí, verás una con el otro, pero no en estos momentos. Sí, la idea es que a nadie le quede dudas de que Sasuke está enloqueciendo. Lo trataré en un futuro lo de Ei, pero el mismo no vio el jutsu de la parca, quedó atrapado e inconsciente antes de eso. Aun no decido sí será antes o después, quizás un poco de ambos, el entrenamiento de Naruto será tratado posteriormente, pero me diste una buena idea, lo mantendré en secreto por ahora. Y no te preocupes, yo prefiero leer en celular, pero escribo en pc, creo que comprendo bastante el sentimiento.
CCSakuraforever; Mil gracias, me alegra que te siga gustando, aunque admito que aún hay partes que me falta detallar.
Invitado; Desde capítulos anteriores ya había dejado pistas, o claro, que Sasuke tiene problemas mentales que lo llevan a tener alucinaciones o escuchar voces, o como en el capítulo 19 tener pesadillas, parte culpa de la masacre y el Tsukuyomi como problemas previos, Sasuke aún puede distinguir que es realidad y que no, lo del capítulo 19 fue pura y plenamente una pesadilla/alucinación de Sasuke, pero reitero, aún puede distinguirlo.
enyelvialet; Salen cuando acabo el capítulo, puedo tener épocas en las que actualizo cada semana como hay tiempos que durante meses no paso del primer párrafo.
Orochimaru aullaba de dolor mientras intentaba alejarse, usando todo el chakra que podía para intentar mover la espada Kusanagi para matar al anciano, incluso cuando Enma había tomado la forma animal para sostener la espada para que tampoco pudiera matarlo al instante, la sensación de su alma siendo extraída de su cuerpo provocaba uno de los mayores dolores que el sannin había podido sentir, cada fibra de su piel ardiendo mientras infinidad de agujas lo perforaban e intentaban arrancarle los huesos de la carne, sí, un dolor horrible. Un dolor que no hacía nada para calmar la desesperación que sentía, su victoria servida en bandeja de plata estaba siendo aplastada frente a sus ojos, y esta vez fracasar no sería solo perder algo interesante, sería su muerte.
Hiruzen frente a él sonreía, una sonrisa triste, cansada y de un hombre moribundo, pero que se sentía triunfante, lo que contrastaba mucho. Orochimaru quien a simple vista estaba intacto, pero sentía que perdería y moriría, mientras que Hiruzen quien estaba a un soplido de viento de morir que actuaba tan triunfante.
— Sabía que no era seguro poder sellarte, no tras sellar a los anteriores Hokages, pero tenían que ser mi prioridad —Comenzó el Tercer Hokage con una sonrisa tensa, sí no lo hubiera hecho los dos seguirían destrozando la aldea incluso sí sellaba al sannin serpiente, había sido una decisión dolorosa, pero fácil— Pero confiaba en que este viejo cuerpo decrepito cumpliera su última misión —El hombre mayor tosió, escupiendo sangre sobre la ropa de su alumno— Pero me equivoque, ya no tengo la fuerza para completar el sellado —Se lamentó mientras su rostro y expresión se llenaba de pesar.
— ¡Entonces suéltame viejo decrepito y muere! —Rugió en una mezcla de desesperación y alivio al saber que este tormento estaba por acabar y, además, que su victoria no sería arrancada de sus manos.
— Puede que no logre completar esta misión, pero me aseguraré de que no seas una amenaza para las próximas generaciones —El hombre seguía sonriendo, lo que no concordaba demasiado con alguien que estaba aceptando su muerte y su derrota— Tu codicia por dominar todos los jutsus es lo que te ha llevado por mal camino y como tu mentor es mi deber corregirte, así que voy a quitarte tu ambición —Proclamó con una sonrisa salvaje.
El dolor de su cuerpo se retrajo hasta ser un suave entumecimiento, un bálsamo que le habría alegrado sí no fuese porque el dolor en sus brazos se volvió infinitamente superior, podía ver como el alma que escapaba de su cuerpo tomaba forma hasta ser una copia de sus brazos, el entendimiento de lo que ocurriría lo golpeo con fuerza, no pudo evitar comenzar a gritar de desesperación para intentar apartarse, pero eso era imposible.
— ¡No te atrevas viejo! ¡No puedes llevarte mis jutsus, mis brazos! —Bramó con desesperación, pero Hiruzen ya no dijo más, el shinigami sonrió mientras agarraba el cuchillo en su boca, un tanto, antes de bajarlo de golpe cortando el alma de Orochimaru.
El entumecimiento de su cuerpo desapareció dejándolo hipersensible al dolor que recorría sus brazos, el dolor fue suficiente para tumbarlo para atrás, el anciano sonrió mientras su vida se escapaba de su cuerpo, en su caso muy literalmente, antes de caer en el suelo con una sonrisa, sus dorados ojos inyectados en sangre miraban con odio y repulsión al que fue su mentor, sus subordinados mirándolo con preocupación, temerosos de que algo pudiera ocurrirle.
— ¿Lord Orochimaru? —Kidomaru preguntó nervioso, temeroso de que sus palabras pudieran enfadar a su maestro.
— Nos retiramos, retiren las tropas —Ordenó mientras sus cuatro subordinados le ayudaban a levantarse para escapar, parte de la razón por la que sus fuerzas no estaban tan agresivas era porque quería encontrar a Naruto, intentar tener una conversación con él para poder guiarlo a su lado, tentarlo con el poder y el conocimiento, quizás incluso llevárselo él mismo, pero con los brazos como estaban no podía hacer nada, no con confianza al menos, pero no solo eso, ya que el chico estaba enfrentándose contra el jinchuriki del Ichibi, sería cuestión de esperar, de momento dejaría a Kin aquí, no solo por lo inútil que había sido en los exámenes chunin, sino que conocía la mentalidad de la aldea sobre los presos de guerra, lo que le permitiría hacer avances.
Incluso cuando no podía ver más que las acciones físicas de los que estuvieron allí Naruto jamás lo olvidaría, no podía, no sabe cuánto tiempo llevaba dormido, pero este recuerdo se repetía un bucle infinitamente durante toda su inconciencia, la muerte del Hokage mientras sonreía sería algo que Naruto jamás podría olvidar y que lo seguiría el resto de su vida.
Cuando Naruto despertó en una cama de hospital la primera vista que obtuvo fue un Anbu mirándolo fijamente, sí no fuera por la manía que le había adquirido a estos porque cada vez que se topaba con uno era por algo que el concejo quería, probablemente habría tenido un infarto por el susto, en su lugar se giró para ver sí había alguien más en la habitación de hospital, positivamente también estaban Haku y Hinata, pero antes de que pudiera siquiera aclararse la garganta para hablar el Anbu ya había tomado la palabra.
— Uzumaki-sama —Le llamó, como sí intentase despertarlo, lo que sería amable si no fuera porque sin lugar a dudas fue el primero en darse cuenta de que despertó— Ha estado inconsciente una semana —Y ahí se ahogaron los intentos del Uzumaki de replicar, sabía que su cuerpo original necesitaría tiempo para reponerse después de sobrecargarlo con chakra, pero no había esperado estar tanto tiempo fuera— El concejo solicita su presencia urgentemente —Naruto no pudo evitar imaginar que toda la semana el concejo había estado sentados en la sala del concejo esperando a que despertará, eso casi le levantó el ánimo.
— ¿No creé que hay cosas que es necesario que le informen antes? —Haku levantó la voz mientras le dirigía al Anbu una mirada mordaz, probablemente esperando que de algún modo esa molestia la sintiera el concejo.
— O descansar —La voz de Hinata sonó suave y pequeña en comparación, pero amable— Estar inconsciente una semana no es descansar, no en condiciones al menos —Argumentó mientras le dirigía tanto al Anbu como a Naruto una suave sonrisa.
— El concejo aseguró que este llamado era urgente y preferirían que Uzumaki-sama estuviera presente, esta reunión se llevaría a cabo incluso sí siguiera inconsciente —Argumentó el anbu antes de extender su mano para colocarla sobre el hombro del portador del rinnegan, solo a unos centímetros de tocarlo, como sí buscase el permiso.
— Acabemos con esto rápido, cuanto antes terminemos esto antes podré recuperarme en paz —Suspiró demasiado cansado para alguien que había estado en coma por una semana, les dirigió a ambas una sonrisa antes de asentir, y con eso tanto el anbu como el genin desaparecieron en un shunshin.
Contrario a lo que Naruto había esperado parecía que todos estaban agotados, los líderes de clanes parecían haber sido arrastrados por el suelo y haber visto días mejores, los civiles parecían muertos en pie, quizás los más compuestos eran los concejales, aunque ellos también se veían cansados, quizás era que parecía el cansancio que se acuñaba a la edad en lugar del que venía tras días agotadores, solo en su búsqueda de ver sí alguien parecía descansado se dio cuenta de que Sasuke también estaba allí, y a falta de una mejor definición, parecía un muerto viviente, más pálido de lo que lo había visto, bolsas bajo los ojos que marcaban demasiado tiempo sin dormir, ropa desarreglada y su cabello parecía un nido de cuervos, Naruto, quien llevaba perdido toda una semana se veía mejor que algunos de los presentes.
— Ya que parece que todos estamos presentes, la reunión de emergencia entra en vigor —Anunció la única mujer en el concejo de ancianos mientras golpeaba un cilindro de madera contra la mesa como si fuese un mazo.
— Disculpen que interrumpa, pero me gustaría saber qué hacemos aquí... el heredero Uchiha y yo —Se disculpó mientras posaba sus miradas en todos buscando reacciones de cualquiera de ellos, no obtuvo ninguna— Hasta dónde recuerdo ninguno de los dos tenía voz ni voto en el concejo hasta que fuésemos jonin, y dudo que algo de lo que hayamos hecho amerite nuestra presencia aquí —Sí, habían logrado detener al Ichibi, pero la batalla había estado lo suficientemente lejos de la aldea para que casi pasará desapercibida.
— Tienes razón, Naruto —Suspiró Shikaku mientras pasaba su mano por su rostro para lidiar con el estrés— O la tendrías, pero ante la falta de un Hokage la aldea necesita tener en consideración todos los votos antes de tomar la decisión que se busca tomar —Sí alguien consideró recriminar la dureza de las palabras, o la noticia que había dado, nadie lo hizo.
Esas palabras, aunque no sorprendieron a Naruto, le dolieron, a través de los ojos del camino Naraka vio como el shinigami acababa con la vida del anciano la confirmación de un tercero fue suficiente para que apretara los puños hasta que se le blanquearon los nudillos.
— Ya que Shikaku tuvo la amabilidad de sacar a colación la decisión que teníamos que tomar, creo que no deberíamos alargar más la espera, todos tenemos cosas que hacer para sacar la aldea adelante —Opinó Shibi Aburame mientras miraba a todos los presentes, como sí los riñera por haber empezado la reunión con algo diferente.
— No sé qué tenemos que pensar, Suna y Oto nos atacaron, quizás Oto solo siguiera las ordenes de Orochimaru, pero Suna está vulnerable, deberíamos declararles la guerra y apropiarnos de su territorio —Opinó Homura con expresión furiosa— ¡No tienen a un kage que los apoye...!
— Y nosotros tampoco, por sí lo olvidó —Naruto no pudo evitar interrumpir, mirando al anciano con aburrimiento— Digo, yo estuve en coma una semana y hasta yo me enteré —Añadió con expresión hastiada.
— Tampoco lo olvido —Homura gruñó, su intento de sonrisa parecía una mueca por lo agrías que habían sido esas palabras— Pero con el apoyo de nuestra alianza con Kumo...
— Kumogakure, así como el Raikage, ya anunciaron que no piensan empezar acciones militares contra el país del desierto —Hiashi suspiró mientras una tensa sonrisa se formaba en su rostro, aparentemente tan poco contento de hablar de los habitantes de esa región montañosa como de que le sacaran una muela— No es que pueda culparlos, mientras que nosotros solo tenemos que atravesar el país de los ríos o el país de la lluvia, ellos tienen que atravesar, además, el país del hielo, de las aguas termales, y el país del fuego, cualquier ayuda que pudiésemos recibir de ellos tardaría demasiado en llegar —El tono del líder del clan Hyuga se volvió cansada y hastiada.
— Sin contar los riesgos, sí bien el poder de Konoha sigue siendo reconocido debido a que nosotros fuimos los atacados estamos en peores condiciones —Señaló Choza Akimichi con una expresión de pesar— Esto podría desencadenar una cuarta gran guerra ninja y eso es algo que no podemos permitirnos, no ahora —Se lamentó el hombre mientras negaba.
— ¡¿En serio vamos a dejar que se salgan con la suya?! —Sasuke bramó agitado, honestamente Naruto creía que el que aceptaran la palabra de cualquiera de los dos era mala idea, especialmente sí escuchaban a un Sasuke claramente inestable.
— A ver, no soy experto en economía ni nada... —Naruto decidió comenzar tentativamente mientras seguía pasando su mirada por todos los presentes— Pero tengo entendido que el país de la arena está sufriendo un golpe a su economía, ¿En serio intentaríamos hacernos con un territorio del que no ganaremos nada? —Cuestionó intentando sonar divertido.
— Es cierto —Uno de los miembros civiles del concejo admitió mientras se mordía el interior de la mejilla— Después de la guerra anterior Suna ya no ha producido joyería, creo que sus minas fueron destruidas por Iwa... —Mencionó tembloroso el hombre.
— Los mercaderes de telas están divididos, los que las venden a precios exorbitantes para obtener ganancias, pero que casi no obtienen compras —Comenzó ahora una mujer, aunque Naruto no lo sabía su kimono de tela extremadamente cara servía para que los otros concejales civiles tuvieran en cuenta sus palabras— O las venden tan baratas que no se puede decir que recuperen la inversión, y la tela es de sus mejores productos...
— Han estado vendiendo oro, solo el valor del oro los ha mantenido, ya que se niegan a vender sus hierbas medicinales o venenosas —Añadió un tercer concejal civil, estos se vieron entre sí por un instante antes de suspirar, un cuarto concejal se levantó para hablar en nombre de todos ellos.
— Es cierto, una guerra contra Suna en estos momentos sería más costoso que beneficioso, especialmente cuando tenemos que pensar en los gastos en reparaciones y los gastos del funeral del honorable tercero —Habló antes de sentarse con expresión tranquila, el asentimiento de todos ellos parecía ser la señal de que todos votarían en contra.
— No hay que olvidar que el acuerdo entre ambas aldeas sigue en pie, no lo han retirado —Danzo decidió tomar la palabra mientras suspiraba— Incluso intentaron endulzarlo ofreciendo a otra chica para que Konoha pueda restaurar los clanes en los que tiene interés —No necesitó decirse que esos clanes eran los de los dos chicos que con suerte eran genins, todos lo sabían.
— En realidad las ofrecieron incluso sí decidíamos romper el acuerdo, una manera de evitar más represalias, creo —Tsume corrigió mientras masajeaba sus sienes con expresión cansada.
— Cierto —Danzo asintió con una sonrisa— Puede que ninguna tenga un kekei genkai, pero vienen de familias que sí los tienen, la hija de un usuario del elemento magnético y la sobrina de Pakura, usuaria del elemento quemar —Mencionó logrando que el par de herederos de clan levantaran las cejas, aunque por razones diferentes.
Por un lado, Sasuke siempre estaba a favor de obtener una prometida, una parte de él queriendo compensar su propia falta entre las piernas con las mujeres con las que se pudiera acostar, sin contar que por como sonaba el elemento quemar sería un gran añadido al poder de fuego Uchiha, y probablemente vendría acompañada de muchos jutsus de fuego de buena potencia. Naruto, por su lado, levantó la ceja porque ya podía imaginar a donde iba esto, y no le gustaba, ya de por sí tenía poco tiempo para completar su rutina, le debía una cita para celebrar a Hinata, hablar con Hana sobre su compromiso (Era muy improbable que se cancelara, pero al menos quería que la relación fuera estable), y tenía que volver a entrenar, incluso cuando esto le serviría para su ideal de hacer negocio en Konoha en base a lo que era normal en otras naciones, casi prefería aprovechar su tentativa amistad con Gaara (Porque una semana en coma hacía que uno no pudiera cuidar una amistad).
— ¿No quieren contactar a Iwa de una vez? Formemos una alianza con cada nación por compromisos matrimoniales —Cuestionó con una sonrisa tensa mientras su voz denotaba sarcasmo y frustración. Naruto no podía evitar imaginarse que en una semana recibiría una notificación del concejo que estaba comprometido con alguien del país de la roca.
— En realidad, no es tanto un ofrecimiento para mantener la alianza —Shikaku suspiró mientras sostenía su frente con su palma— Sandaime-sama, que en paz descanse, firmó aceptando ambos matrimonios antes de morir, Suna se niega a no reconocer dicho compromiso, y debido a la ambigüedad de los papeles firmados no podemos decir con certeza sí solo ofrecieron una chica, dos chicas, o las que quieran —El líder del clan Nara corrigió, Naruto sospechaba que el hombre estaba a una palabra de tener una migraña.
— Exacto, y ya que el compromiso está sellado con el sello del Kazekage tampoco podemos asegurar que no fuera firmado por el difunto cuarto Kazekage —Añadió Danzo, sorprendentemente feliz de que los otros miembros del concejo añadieran más información al tema— No podemos negar estos compromisos o Kumo podría reconsiderar el acuerdo que tienen con nosotros sí fingimos que no tenemos un tratado muy semejante con Suna y los atacamos —Proclamó con una sonrisa que no concordaba para nada con las implicaciones de esas palabras.
Naruto no era un genio, pero entendía lo suficiente para saber qué negarse a este compromiso, por mucho que quisiera hacerlo, podría implicar no solo una guerra contra Suna, sino que podría significar una guerra contra Kumo, y sí tres de las grandes naciones empezaban una guerra las otras poco tardarían en sumarse, lo que desencadenaría otra gran guerra shinobi, las posibilidades podían ser pocas, o negarse podría desencadenar mucho menos, pero la posibilidad era suficiente para que la opción de negarse fuera demasiado cuestionada.
— Detesto estar de acuerdo —Shikaku admitió mientras volvía a erguir su rostro— No podemos retirar esto hasta que ambas aldeas tengan un kage que pueda anularlos sin implicar una guerra —Por la mueca en el rostro del hombre las palabras le habían sentado como un golpe al hígado— Tengo una idea —Murmuró tras un par de minutos de silencio que sirvieron para que todos pudieran asimilar la noticia hasta ahora.
— Por favor dala, Shikaku, mientras antes tengamos una solución para esto más rápido podremos volver a hacer cosas que ayuden a restaurar la aldea —Pidió Koharu quien parecía haber envejecido mucho más en un par de minutos.
— Mantengamos la alianza, incluso la elevaremos un poco más —Shikaku empezó mientras miraba a todos en la sala uno por uno, como sí los retará a hablar— Ofreceremos nuestra ayuda para restaurar sus minas, lo que debería regresar parte de su economía y darles un descanso —Hubo cejas enarcadas, sí, pero nadie se atrevió a hablar e interrumpir al gran estratega de la aldea— Pediremos muestras de unas pocas plantas médicas e impondremos una "multa" que pagarán, ya sea con especia, joyas o telas, o con dinero cuando se recuperen —Los civiles parecieron animarse ante la posibilidad de llegar a obtener algo de esas riquezas— ¿Es arriesgado? Si, pero no solo permite resolver esto sin que parezcamos débiles, sino que nos da una mejor imagen ante el resto del mundo, lo que dará menos razones a Kumo para replantarse el acuerdo y atraerá más acuerdos e inversiones —Aclaró con una mueca mientras se erguía completamente.
— Sí nadie tiene una mejor idea... ¿A favor? —La pregunta de Koharu fue escuchada por todos en la sala, Naruto levantó su mano incluso cuando no estaba seguro de que realmente aceptaran su voto en esto, para su sorpresa todas las manos se levantaron— Voto unánime, Se ha tomado una decisión —La mujer volvió a golpear su cilindro de madera como un mazo.
— Bien, solo faltaría algo por aclarar, o más bien por informar —Danzó suspiró cansado mientras miraba a todos los miembros del concejo con desdeñoso aburrimiento— El puesto de Hokage se disputaba entre tres candidatos, Jiraiya, Kakashi y yo mismo —Todos allí conocían a los tres hombres por lo que no era necesaria mayor presentación— El daimyo había decidido en primer lugar a Jiraiya como quinto Hokage, pero este se excusó con su trabajo de espionaje y ofreció un cuarto candidato, Tsunade Senju, la princesa babosa y otra de las sannin —Explicó mientras su expresión se volvía más y más cansada con cada palabra— El daimyo aceptó esta sugerencia, así que Jiraiya junto a un chunin partirán en un par de días a buscarla, sí ella acepta el puesto será nombrada quinta Hokage —Explicó con su mirada fija en Naruto.
— Vaya forma de darle la noticia —Inoichi se burló con una expresión divertida— Naruto, debido a que Jiraiya-sama es tu... maestro oficial, le acompañarás —Explicó el rubio con una sonrisa un tanto tensa, aunque era la menos tensa que Naruto había visto en todo el día— Solo Shikamaru Nara y tú lograron pasar al nivel chunin, aunque, debido a ciertas inquietudes sobre tu combate, estás en una posición tentativa, la seguridad de tu nueva posición no depende del resultado de esta misión, pero esperamos que te comportes como un chunin ¿Entendido? —Cuestionó mientras le dedicaba una sonrisa amistosa al otro rubio.
— Por supuesto, sí no es problema me gustaría retirarme para empacar, usaré el tiempo fuera de la aldea para recuperarme —Ahora que la atención estaba centrada en él Naruto no pudo evitar formalizar todo, como sí presentase un informe de misión.
— En realidad ya no queda nada que tengamos que discutir, recomiendo que todos nos retiremos —Opinó Koharu mientras se levantaba, todos los demás parecieron aceptar esas palabras y le siguieron, casi todos los shinobis desaparecieron en un shunshin, los pocos que no lo hicieron fueron los ancianos concejales, Sasuke, Hiashi y el propio Naruto (Quién seguía queriendo que alguien le enseñe a hacer esto).
Tenía pensado acercarse a Hiashi, mismo que le había hecho un gesto con la cabeza sin dejar de mirarlo como señal de que él también quería hablar con él, pero antes de que pudiera dar un paso hacía el Hyuga alguien se interpuso en su camino, Danzo había puesto su mano sobre su hombro de la misma forma en que el viejo Hokage lo habría hecho y eso no hizo más que incomodar al Uzumaki. Tras girarse para ver al hombre notó que Homura hacía lo mismo con Sasuke.
— Entiendo que Hiashi y tú tienen algo de lo que hablar, pero necesito robarte un poco más de tiempo —Ofreció con una sonrisa amable que se sentía falsa, Naruto solo sabía que no quería pasar mucho tiempo cerca de este hombre.
— ¿Qué es que no se trató en la reunión? —Preguntó mientras se plantaba firme en el suelo, igual que no quería pasar mucho tiempo cerca de este hombre tampoco quería quedarse solo, quizás estaba exagerando, después de todo su aversión nacía del intento del hombre de ser amable y reconfortante (Una cierta imitación a como actuaba el viejo Hokage), pero no le gustaba, y le gustaba aún menos cuando la muerte del anciano Hokage estaba tan fresca.
— En realidad parte de esto lo tratamos en la reunión, solo que esto parecía más... íntimo y personal —Tras esas palabras extendió un par de hojas al Uzumaki, en la primera hoja había una foto de una persona que Naruto ya conocía, Temari— En la primera hoja esta su prometida de Suna, en la segunda hay una... candidata sorpresa —Las palabras sonaron siniestras en la boca del hombre y Naruto no pudo evitar girar para ver de qué hablaba.
La siguiente hoja era simple, prácticamente igual que la del resto de prometidas o candidatas, pero había dos marcadas diferencias en la foto, la primera era que la chica en cuestión estaba desnuda, la segunda era que la foto parecía la que encontrarías sí buscabas la fotografía de un preso, era la chica de Oto, Kin Tsuchi sí el nombre que venía en el archivo era correcto, sin entenderlo comenzó a leer la información que daba la hoja, después de todo entendía aún menos por qué la habrían ofrecido, o por qué se habría ofrecido, después de lo ocurrido, o al menos hasta que leyó las siguientes palabras "Prisionera de guerra", mientras más leía una parte de él no podía evitar palidecer ligeramente, una prisionera de guerra que buscaban que fuera "útil" para la aldea, no pudo evitar mirar con horror al hombre vendado que parecía tan absolutamente serio.
— ¿De qué se trata esto? —Cuestionó con un hilo de voz antes de girar su cabeza para ver el papel como sí este fuera alguna especie de engaño o una ilusión.
— La aldea quiere volver una prisionera de guerra en un miembro útil de nuestra sociedad —Respondió con una mirada curiosa, como si fuera él quien no podía entender qué es lo que estaba ocurriendo.
— ¡La están ofreciendo como una esclava sexual! —Fue el grito ahogado que salió de la boca de Naruto, sin poder creer como el hombre parecía tan compuesto, este solo enarcó la ceja antes de volverse una expresión de aburrido entendimiento.
— Esas son palabras muy fuertes, pero es el destino de una prisionera de guerra —Proclamó con una expresión fría y seria— Tu propia madre estuvo muy cerca de acabar igual por Kumo —Anunció con un bufido logrando que el chico palideciera más— Se rumorea que tu padre tuvo hijos bastardos en Iwa —Los ojos del Uzumaki se abrieron más con una mezcla de sorpresa y horror— Es lo que ocurre con la guerra, era un riesgo que asumieron cuando nos atacaron, sí tu fueras capturado en la guerra probablemente te usarían de máquina de cría, no te sorprendas tanto —Las frías palabras enviaron un escalofrío por la columna de Naruto— Sí no quieres hacerte cargo de ella simplemente no la elijas, aunque sigue siendo considerada como una mujer extranjera, del mismo modo que Temari lo es, seremos algo laxos para que elijas a tu prometida dentro de la aldea ya que partirán a buscar a Tsunade —Concluyó con esas palabras y desapareció en un shunshin.
— Actúan como sí la aldea no me tratará así, solo son más amables a la hora de hacerlo —Bufó cuando estuvo seguro de que el anciano no podía escucharlo, aun podía recordar la conversación que tuvo la primera vez.
Necesitaba un mínimo de cinco prometidas, cinco esposas, las personas extranjeras eran parte de este conteo, pero siempre tenía que tener más prometidas locales que extranjeras, había confiado que tras comprometerse con Hana tendría tiempo para buscar a su última prometida sin presiones, pero con Temari siendo un compromiso, incluso sí era tentativo, había aumentado de necesitar cinco prometidas en total a siete, cuatro de la aldea y las tres extranjeras, incluso cuando Haku vivía en la aldea, por lo que tenía que buscar otro par. Cuando logró tranquilizarse lo suficiente giró a ver a Hiashi quien ya le esperaba.
— Hinata me dijo que, le prometiste una cita para celebrar tu victoria ante Neji —Mencionó mientras entrecerraba sus ojos con cierta sospecha.
— Sí, se lo prometí en la enfermería de la segunda etapa —No vio razón para mentir, había varios testigos, pero antes de que el líder Hyuga pudiera decir algo más volvió a abrir la boca— ¿Cómo lo lleva Neji? Tenía una actitud de idiota, pero tampoco es del todo su culpa... creo —Preguntó mientras se encogía de hombros.
— Bien, tuvimos una conversación que era muy necesaria y que había aplazado por mucho tiempo —Hiashi suspiró antes de volver a ver a Naruto con una mirada sería, Naruto casi se atrevería a decir que estaba molesto— Pero eso no es lo importante, espero que entiendas que, incluso sí son prometidos, mi hija debe mantener su pureza ¿Entiendes? —Cuestionó mientras enarcaba una ceja.
— Espere ¿Cree que es una especie de cita para tener sexo? La idea era ir por rollos de canela o a una casa de te... —Quizás en retrospectiva su propuesta podría sonar así, pero la idea era mantenerlo todo a sus tiempos— ¿Hinata cree que es eso? De ser así lamento eso —Se disculpó.
— No, ella solo me lo contó y no pude ignorar la posibilidad, creo que yo debería disculparme —Hiashi suspiró aliviado ante la confesión del Uzumaki— Es posible que llueva más tarde, todo apunta que será una tormenta torrencial, sí es necesario que se quede a dormir contigo, en habitaciones separadas —Señaló el hombre mientras entrecerraba sus ojos hacía el rubio.
— No hay problema ¿Podría decirle a Hinata que la veo en mi casa para que vayamos a nuestra cita? Después de estar en coma una semana necesito una ducha antes de salir con alguien —Pidió mientras hacía una mueca, puede que no pudiera olerse a sí mismo, pero sabía que apestaba.
— Al menos lo notas, no había dicho nada porque sé que te sacaron de una cama de hospital —Bufó el líder del clan Hyuga antes de desaparecer en un shunshin ganando un gruñido gutural de parte del Uzumaki.
— Naruto, recuerda, aprovechar este viaje para que Jiraiya te enseñe a hacer eso, estoy harto de ser el que se queda como idiota —Chasqueó molesto antes de comenzar a caminar en lo que parecía que sería un largo camino a su hogar.
Kurenai sentía que esta reunión con sus amigas podría ser un terrible error, incluso cuando sabía que era muy necesaria, tras la muerte de Hayate, por fin habían encontrado el cuerpo, era evidente que Yugao necesitaría de sus amigas para levantarle el ánimo, normalmente las amigas llenas de alegría y emoción eran Anko y Hana, el problema era que esta última parecía haber recibido una noticia un tanto salvaje, aunque no sabían cuál era, que la había puesto menos animada y más enfurruñada. Las cuatro estaban reunidas en una cafetería, Kurenai frente a Hana y Anko frente a Yugao en una mesa redonda.
— ¿Y qué has hecho en estos últimos días, Yugao? —Cuestionó Kurenai con cierto nerviosismo, ninguna de las dos podía empezar esto de buena manera, no realmente, y Kurenai sabía que sería ella la que tendría que romper el hielo.
— Entiendo lo que intentan de hacer chicas, en serio —Reconoció la espadachina con una expresión adolorida, pero comprensiva— Y entiendo, tendré que avanzar, no puedo quedarme toda mi vida lamentando a Hayate, pero necesito tiempo —La chica se limpió una lágrima que comenzaba a brotar de sus ojos— Pero no es fácil, nos conocemos desde la academia, me ayudó a ser mejor con la espada, no es algo de lo que me pueda reponer de la noche a la mañana —Terminó ella.
— Y lo entendemos, en serio, solo queremos intentar animarte un poco —Kurenai no pudo evitar sonreír suavemente, solo podía imaginar en lo doloroso que sería para ella perder a Asuma, pero no podía dejar que eso la hundiera y Yugao tampoco podía permitírselo, colocando su mano sobre la de su amiga para demostrar su apoyo— Él tampoco querría que te lamentaras eternamente —Ofreció con ternura.
— ¿Era bueno en la cama? —Anko decidió ese momento para ser irreverente logrando que Hana comenzara a ahogarse con su bebida, Kurenai cerrara los ojos para lamentarse de que su amiga abriera la boca y Yugao abriera sus ojos para mirar a su amiga con desconcierto— ¿Qué? Es la única pareja que has tenido de la que no nos enteramos de todo, y creo que tú y Kurenai son las han tenido sexo más recientemente —Con un encogimiento de hombros se explicó.
— ¡Tampoco sabemos nada de la intimidad de Asuma! ¡No soy la única! —Yugao chilló, Kurenai no pudo evitar tener una suave y pequeña sonrisa sabía que sí alguien podía sacar a su amiga de su pequeño cascarón formado por pena y tristeza sería Anko, con comentarios ridículos, inapropiados y vergonzosos, pero lo haría, era mejor que nada ¿Cierto?
— Noup, si nos enteramos, fue cuando tú te fuiste temprano por una misión —Hana chistó con una mueca, ella era el otro punto que las amigas querían tratar, parecía... molesta hasta cierto punto— Pero tampoco era nada que nos sorprendiera, Asuma es la encarnación de la masculinidad, un pene acorde a sus proporciones, aunque un poco soso en la cama la última vez que comprobamos —Señaló mientras la sombra de una sonrisa aparecía en sus labios.
— No me van a dejar ir antes de que divulgue eso ¿Cierto? —Cuestionó la Anbu ganando una negativa de parte de la chica frente a ella, mientras las otras dos desviaban la mirada con cierta incomodidad— Era un poco más pequeño que el promedio, pero lo compensaba con creces, era un gran ejemplo de que lo importante no era el tamaño de la espada lo que importa si no la habilidad —Proclamó con una sonrisa que mesclaba la vergüenza evidente en el sonrojo en sus mejillas, y una nostalgia que se veía brillantemente en sus ojos.
— Bien, ya le sacamos una sonrisa a ella, ahora falta saber que te pasa a ti —Proclamó Anko con una sonrisa mientras giraba a ver a su canina amiga con una sonrisa salvaje que todos reconocían por la locura que profesaba.
— Igual que con la gatita, mi problema es un chico —Explicó con una mueca, las tres chicas no pudieron evitar enarcar una ceja, hasta donde ellas recordaban no estaba saliendo con nadie— Me metí entre las candidatas para prometidas ya que se aceptó el programa de restauración de clanes, no pensé que me elegirían, ya sabes, el riesgo de que el kekei genkai de un clan se pierda por mezclarse con otro clan y eso, recibí la notificación hace un par de días —Suspiró la castaña mientras se dejaba caer en la mesa.
— En parte es tu culpa, entiendo la razón detrás, al ser parte del programa te permite evitar a idiotas, pero te arriesgabas a esto —Yugao no pudo evitar recordarle a Hana.
— Y si bien unos preferirían evitar que se mezclen kekei genkais otros lo ven beneficioso —Añadió Kurenai mientras le dedicaba a su amiga una mirada comprensiva, pero un tanto recriminatoria.
— Lo sé, lo sé, sé que me lo busque —Bufó la Inuzuka con una expresión adolorida— Y mira, no niego que me vendría bien el sexo, pero tiene la edad para ser mi hermano menor dudo que obtenga algo bueno de él y tampoco quiero llevarlo de la mano —Proclamó la castaña mientras miraba a sus tres amigas y compañeras, pero antes de que cualquiera de ellas pudiera decir algo una nueva voz se escuchó.
— Kurenai-sensei —Llamó Hinata con una sonrisa, no muy atrás de ella estaba Ino quien cargaba una bolsa de compras, que probablemente no habría prestado atención a las mujeres en la mesa si no fuera por la Hyuga, y Sakura que estaba casi al lado de la rubia mirando a Anko con horror— Me alegro verla ¿Cómo está? —Preguntó amablemente con una sonrisa.
— Teniendo un día de chicas, creo que ustedes también ¿No? —Preguntó la mujer de ojos carmín mientras miraba al trío, le agradaba que su alumna tuviera su propio grupo de amigas.
— Oh, lo lamento, en realidad solo nos encontramos aquí de casualidad —Corrigió Ino mientras hacía un movimiento suave con su mano, con Hinata y Sakura asintiendo ante las palabras de la Yamanaka, no lo sabían, pero ese fue un pequeño golpe para Kurenai— Vine en un día de compras, no sé qué hacen ellas.
— También vine a un día de compras... —Admitió Sakura mientras desviaba la mirada de la de Anko.
— Yo voy a una cita con Naruto para celebrar su victoria contra Neji —Proclamó la chica de ojos claros con una tierna sonrisa— Deséenme suerte —Pidió antes de volver a caminar en dirección al hogar del Uzumaki mientras se despedía de las otras chicas. Las dos genin se miraron antes de caminar dentro de la cafetería.
— Sigo sin entender su gusto por penes de caballo —Suspiró Yugao mientras miraba a sus amigas.
— A mí no me importa el tamaño, que Asuma sea dotado es otro asunto —Era claro que ahora que no estaban siendo escuchadas, o cuando menos no por la inocente chica, volvieron a su conversación anterior.
— Los hombres Inuzuka son dotados por naturaleza, nuestro promedio es el grande de los otros —Comenzó Hana sin inmutarse por la recriminación de su amiga, aparentemente una buena charla con sus amigas le había dejado desahogarse— Por ejemplo, probablemente mi hermano sea el más grande de toda su generación, sí alguien lo supera se merece el título de verga de caballo —Proclamó desvergonzada, incluso cuando había disminuido su volumen para que no se enterara toda la cafetería— Esa es otra razón por la que estoy incómoda, no quiero casarme con alguien pequeño allí abajo —Suspiró derrotada.
— Bueno, no todas tienen la suerte de Hinata —La experta en serpientes contrario a su comportamiento habitual había decidido ser poco comunicativa ante un tema picante, o al menos hasta que parecía que nadie más tenía algo por decir.
— ¿De qué hablas? —Kurenai exteriorizó la pregunta de todas ellas, incluso del par de genin dentro de la cafetería, aunque en ese momento Ino se levantó de su asiento para ir por el pedido de ambas.
— Fui a buscar a Sakura durante la segunda prueba cuando sospechamos que Orochimaru estaba en el área, resulta que mi alumna es una pervertida y desvistió a sus compañeros —Sakura no pudo evitar abrir los ojos aterrada al enterarse, y por la mirada que Anko le dirigió a través del cristal sabía que estaba espiando— No sé cuánto mida, pero era digno de ser llamado semental, diablos, era tan grande que el Uchiha parecía micro en comparación —La torturadora no pudo evitar soltar una risotada que llamó la atención de todos los demás— Por cierto, te lo aseguro, Hinata hoy folla —Concluyó sorprendentemente seria.
Anko no lo sabía, pero esta conversación había iniciado tres ideas diferentes, la primera era de Hana, quien al menos había ganado un tinte de interés hacía su prometido, claro, quería comprobar el tamaño con un Inuzuka por mera curiosidad morbosa. Sakura no pudo evitar notar que a diferencia de ella que se había burlado del monstruoso tamaño del chico, un tamaño que no podía imaginar agradable y que tampoco era lindo, e Ino, quién no pudo evitar sentir curiosidad, era cierto que hacía mucho que no se dejaba ir por un chisme que no tuviera verdadera relevancia, los ojos de Naruto no contaban porque la duda no duró más de una semana, y sintió que incluso sí era una tontería podría valer la pena tenerlo para causar un poco de caos como hacía en su tiempo en la academia.
Hinata llegó con cierto nerviosismo al hogar Uzumaki, el cielo estaba ennegrecido al punto en que parecía que la tormenta caería en cualquier momento, pero no era por el clima que sus nervios estaban altos, era por lo que iba a ocurrir este día. Desde el día en que se hizo la promesa de esta cita había sentido que sería algo mucho más que una simple cita de celebración, y no pudo evitar imaginar que esto terminaría con ellos en la cama, aunque quizás estaba proyectando sus deseos, pero sabía que según los estándares del clan Hyuga debía llegar casta y pura al matrimonio, pero cuando revisaban que siguiera siendo virgen solo revisaban su vagina, ¿Extremista? Si, demasiado, pero el clan Hyuga era así de estricto. Y después de una "extensa investigación" supuso que no solo sería algo anal, sino que necesitaría preparación, y llevaba casi todo ese mes preparándose. Así que sí, estaba nerviosa por la posibilidad de tener sexo con Naruto, no porque no quisiera hacerlo, sino porque quería hacerlo bien. Todo este mar de nervios ocurrió en los pocos minutos entre que ella tocara la puerta y que Naruto la abriera.
La vista que recibió a la Hyuga fue simple, pero poderosa, el rubio, aunque mientras estuvo en coma un mechón de su cabello se había vuelto de un vibrante rojo, tenía agua recorriendo su pecho, los definidos brazos expuestos y sus pectorales sorprendentemente definidos hicieron que Hinata se sonrojara, la piel carecía de cualquier cicatriz o imperfección, lo que tenía sentido considerando que el chico recurría a clones al punto en que el cuerpo original ni siquiera había sido tocado en su combate contra Neji, pero los músculos estaban bastante definidos y magros, mientras su mirada seguía bajando se dio cuenta de que lo único que cubría al chico era una toalla blanca, una pequeña, quizás diminuta, toalla blanca, tan pequeña que sí la mirada de Hinata seguía bajando vería el miembro del Uzumaki sobresalir por debajo de la toalla ¿Naruto sabía a quién le estaba abriendo la puerta? Sí, incluso cuando técnicamente vivía solo, Haku, Jiraiya y Zabuza no tocarían la puerta, ni siquiera pedirían permiso, en cierto sentido vivían allí tanto como él. ¿Eso lo había disuadido de abrir la puerta solo usando una toalla que de milagro lograba cubrirle las bolas? No, no llegabas a ser un bufón como él lo había sido en la academia teniendo pena y vergüenza (Sí por algún azar la persona que hubiera tocado la puerta hubiera sido Jiraiya sería su venganza por haberlo convencido de comprar esas toallas, sí, tampoco dejarían mucho a la imaginación cuando las usaran sus prometidas, pero olvido la parte en que al no tener otras toallas él también tenía que usarla, y tampoco lo cubría lo suficiente), le dedicó una sonrisa a Hinata antes de apartarse para que pudiera entrar a su hogar.
— Vamos Hinata, pasa, apenas termine de secarme vuelvo contigo ¿Vale? —Anunció sonriendo mientras cerraba la puerta tras ella, no dudo ni un segundo en girarse para volver a su habitación, al mismo tiempo que desenvolvía su toalla para llevarla a su cabeza para secarse el cabello— Después de estar en el hospital necesitaba una muy buena ducha y me tardé más de lo que esperaba —Río, hablando cada vez más alto.
Sí hubiera estado más atento, o se hubiera girado, habría notado que Hinata no se había quedado en la sala de estar como había imaginado, en realidad lo estaba siguiendo, su rostro teñido fuertemente de carmín, en su mente esto solo confirmaba sus teorías sobre cómo iba a acabar su cita de hoy, aunque admitiría que no se esperaba que el Uzumaki fuera tan directo al punto de recibirla prácticamente desnudo, pero quizás por lo atrevido que sonaba fuera justo lo que debió esperar, o quizás solo fuera la primer parte de lo que el rubio tenía planeado, por alguna razón podía imaginarse perfectamente que después de esto, y sin ducharse o limpiarse, partirían a una de sus típicas citas, y eso la apenaba así como la emocionaba.
La conversación, suponiendo que a esa diatriba de palabras unilateral se le pudiera llamar así, se acabó Naruto caminó sin pensamiento alguno hasta su recamara, la habitación más grande de la casa (Espacio principalmente ocupado por una cama fijada a la pared que no era muy discreta para qué se supone que la usara) sin saber, o sin darse cuenta, que estaba guiando a su prometida a esta. Algo curioso que ocurría con Hinata, debido a su hábito de hacerse pequeña y pasar desapercibida sus pasos eran inusualmente silenciosos, aunque sí intentaba ser sigilosa bien podría volverse un desastre, algo parecido a la respiración automática, por lo mismo, y en parte por la seguridad que sentía en su propio hogar, es que Naruto no se dio cuenta de que Hinata lo siguió hasta su habitación, y que ella se quedó dentro de la habitación mientras él fue al baño para terminar de secar su cuerpo.
Hinata se quedó quieta mirando la puerta del baño donde Naruto había desaparecido, suponía que no tenía demasiado tiempo así que comenzó; Se quitó su chamarra, aunque ya estaba abierta revelando una holgada blusa negra, con dedos temblorosos se la quitó dejando a la vista que debajo de esta tenía vendas alrededor del pecho para que su busto se viera más aplanado y no fuera problemático en combate, unos pechos que incluso en su juventud, demostraban ser los más grandes entre las kunoichis de su generación, sus sandalias así como sus pantalones fueron retirados mostrando sus blancas bragas, mientras colocaba sus ropas al lado de la cama, sobre una de las mesitas de noche, giró a ver la puerta del baño, claro que podría usar el byakugan para saber cuánto tiempo le quedaba, pero parte de la emoción venía del no saber, y se preguntó sí debería dejar su ropa interior también, tras unos segundos de pensarlo se decidió a quitárselas también, quedando totalmente desnuda, sintiendo su corazón latir con fuerza y la sangre subiendo a su rostro se subió a la cama, arrodillada mientras empujaba su torso hacía la puerta del baño, sus manos detrás de su espalda para evitar que se cubriera, sus manos sujetando con firmeza el tapón anal que había estado usando para prepararse para este día, respiró profundamente cuando escuchó la puerta abrirse.
— Estoy lista, Naruto-kun —Proclamó cuando la puerta se abrió y el Uzumaki salió del baño, los ojos anillados fijos en ella, en su cuerpo. Una mezcla de vergüenza y emoción subiendo por su cuerpo lentamente, un subidón de orgullo y confianza al ver como el miembro de Naruto se levantaba descubriendo aún más su pene, aunque no es como que cubriera mucho para empezar.
— Hinata ¿Qué? —Intentando apartar la mirada, sí Hinata no tuviera una confianza tan frágil como la que tenía disfrutaría del leve tartamudeo en la voz del rubio.
— Y-yo pensé... —La voz de la chica tembló nerviosa antes de ella misma apartar la mirada sin poder completar la frase, aunque para ambos era muy fácil completarla "Pensé que la cita de hoy era para esto", la vergüenza de la chica la dejo paralizada, siendo lo único que evitaba que saltara por su ropa para vestirse y hacer como sí esto nunca hubiera ocurrido— P-perdón, no debí... —La voz de la chica fue marchitándose mientras buscaba palabras con las que disculparse.
— ¡No es eso! —Proclamó el rubio con una sonrisa confiada mientras se acercaba lentamente a ella— Quería que todo fuera a su tiempo, ya me imaginaba que sería hasta nuestra noche de bodas, me tomaste por sorpresa, eso es todo —Proclamó con una risilla mientras se rascaba la nuca, Hinata no pudo evitar levantar la mirada, sonrojada, pero llena de esperanza, su confianza siendo restaurada levemente— No quiero presionarte, no tenemos que hacer nada si no te sientes lista —Proclamó mientras llevaba sus manos a los hombros de la Hyuga para sostenerla suavemente y que esta viera su sonrisa amable y confiada.
— ¿L-lo dices en serio? —Cuestionó la Hyuga mientras levantaba su rostro para ver a su prometido, encantada con la sonrisa que le daba como había pasado todas las veces anteriores.
— Por supuesto —Proclamó el rubio, Naruto por fuera era la encarnación de la confianza y la seguridad, pero por dentro estaba ahogándose en un mar de nervios— ¿En serio lo hice sonar así? ¿Cómo se supone que rechazas tener sexo con alguien cuando lo ofrece de esta manera sin dañar su confianza? —Pensó. Naruto había visto en persona como la confianza de la chica había empezado a crecer lentamente, y no sería él quien derrumbará la escasa y frágil confianza— Bien, hiciste todo lo que podías hacer, sí ella decide no avanzar, perfecto, Hiashi no me matará, después de todo solo creyó eso por como abrí la puerta ¿Cierto?... Debo comprar toallas nuevas que sí cubran, esto fue muy incómodo —Siguió pensando mientras vio que la chica comenzaba a sonreír, una sonrisa pequeña y tímida.
— Yo estoy lista —Proclamó suavemente la chica, Naruto necesitó de todo su entrenamiento y concentración para que su expresión no se volviera una de sorpresa y pánico— Por favor, déjame mostrarte que puedo ser una buena esposa —Susurró ella mientras empujaba su pecho un poco más hacía delante.
— Por supuesto, soy todo tuyo, demuéstramelo —Aceptó con una sonrisa mientras se separaba lo suficiente para que fuera la Hyuga la que pudiera tomar la dirección que quisiera— Esto no era lo que había planeado —Pensó para sus adentros con nerviosismo.
Esa palabra, una simple palabra, tenía mucha más fuerza para Hinata de lo que tendría para cualquier otra persona, Hinata, acostumbrada a tener que demostrarles a todos que valía la pena, esas palabras solo significaban darlo todo de ti, incluso cuando la chica no era consciente de esto, ahora, esto no significaría nada raro si no fuera porque Hinata era una Hyuga, incluso cuando su padre había intentado evitar que se viera afectada por los más conservadores no lo había logrado del todo ¿Qué significaba esto? Que la idea de una buena esposa de Hinata era una mujer servil y complaciente para con su esposo, entre otras cosas, pero era la parte importante de su educación para ella en estos momentos.
La chica de piel nívea se giró lentamente, cambiando su postura, manos sobre el cómodo colchón, rodillas dobladas, dándole a su prometido una perfecta vista de su trasero en forma de corazón y de la cola de conejito que brotaba de su culo, una vista que no ayudaba a disminuir la sangre que fluía hacía el pene del Uzumaki, aunque no pudo evitar notar que la imagen que lo recibía no era muy diferente a la que había visto cuando hizo aquel trío.
— ¿Hacer esto es algo normal? ¿O en serio soy yo el del problema? —No pudo evitar preguntarse, es cierto que Hinata no se había sorprendido tanto como las chicas de Kumo por su dote, pero ella tenía el byakugan por lo que quizás ya lo hubiera visto— ¿Te importa si lo saco, conejita? —Cuestionó lo suficientemente alto mientras llevaba su mano al trasero de la chica, acariciando suavemente la clara piel de la chica, caricias suaves pero un agarre firme sosteniéndola.
— Me he estado preparando por un mes para esto —Admitió ella, y aunque Naruto no podía ver su rostro estaba seguro de que la chica estaba ruborizada, aunque las palabras no hicieron más que levantar las preguntas del rubio una vez más— Puedes sacarlo —Aceptó mientras movía ligeramente ese trasero de durazno, meneándolo, moviendo esa cola de conejo de forma casi hipnótica.
— ¿Un mes entero? Okey, empiezo a creer eso de que soy grande —Fue el pensamiento que comenzó a flotar en la mente del rubio, pero en lugar de tomar esa linda cola de algodón y tirar de ella hasta revelar ese agujero que esperaba ser llenado se quedó quieto, recordando con cierta incomodidad— ¿Estás segura de querer hacer esto? No tengo lubricante, y estoy casi seguro de que lo vamos a necesitar —Admitió mientras estiraba un poco su cuello para mirar a la chica, misma que también se quedó quieta de golpe ante la respuesta.
— ¿Cómo pude olvidarlo? —Murmuró la chica mientras volvía a sentarse sobre sus tobillos, su expresión nerviosa, y Naruto supo que esta sería su última oportunidad de cambiar el curso de esta cita, aunque cada vez estaba menos seguro de querer evitarlo.
— Bueno, eso nos deja con unas pocas opciones —Susurró él mientras se acercaba para pegar posar sus manos en los hombros de Hinata y pegar su pelvis contra el culo de Hinata, no sabía sí para intimidarla o provocarla, quizás ambos— Vestirnos, e ir a comprar lubricante, lo que le quitaría lo divertido a ser espontáneos —Empujó su entrepierna contra ese trasero, acomodando su ariete de carne entre los suaves y carnosas almohadas que eran las nalgas de la chica, y sus pelotas estaban siendo acariciadas por la cola de algodón— Podríamos hacerlos sin lubricante, lo que podría doler —Apretó con más firmeza esas caderas, no estaba seguro de lo que decía, pero considerando que las chicas parecían necesitar preparación dudaba equivocarse— Podríamos buscar otro tipo de lubricante —Ronroneó contra el oído de Hinata, misma que estaba totalmente roja, pegando su pecho a la espalda de la chica— O podríamos dejarlo para otro día.
Naruto creía que intimidaría un poco a la chica, qué en lugar de querer seguir adelante, lo que haría que él tuviera un problema con el líder del clan Hyuga, preferiría tomarse un poco más de tiempo antes de tener sexo con ella, pero del mismo modo que esto podía intimidarla podía motivarla, y lo sabía, y para este punto el propio Naruto no sabía que es lo que estaba buscando, sí intimidarla y hacerla replantarse sí estaba preparada para esto, o motivarla y emocionarla para hacerlo, para este punto cualquiera de los dos le servía y le gustaría. Aprovechando ese momento para separarse de Hinata lo suficiente, solo un par de pasos, para que ella tomara la decisión, esperando una respuesta, pero deseando otra, cuando Hinata se levantó, haciendo que solo esa cola de algodón se asomará, estuvo seguro de cuál decisión había tomado ella, girándose para recargarse contra su pecho, sus manos sobre sus pectorales, escondiendo su rostro entre estos, el rubio envolvió su cuerpo con sus brazos, solo en estos momentos permitiéndole darse cuenta de cuánto había cambiado, era más alto y más fuerte, lo suficientemente para ser evidente al contrastar con Hinata.
— Recuéstate, o siéntate, lo que prefieras —Y esos susurros de parte de Hinata no era lo que había esperado, pero sí lo que había querido, o eso creía, ni él mismo se entendía— Y-yo lo intentaré —Eso lo esperaba aún menos, ella levantó la mirada, tímida, pero decidida, segura de lo que quería, incluso sí estaba avergonzada de decirlo.
— Esta bien, conejita —Aceptó mientras separaba sus brazos de ella, caminando a su alrededor antes de sentarse en su cama, con las piernas abiertas y su miembro colgando, su espalda recta mirando a Hinata, sus manos detrás de la espalda sirviendo para sostenerse— Ve a tu ritmo, y sí no crees poder no hay vergüenza en retroceder —Ofreció mientras llevaba sus manos a su nuca antes de dejarse caer en la cama, elevando su cabeza lo justo para poder ver a la chica de cabellos azules arrodillarse entre sus piernas.
Hinata no podía evitar sentirse un poco intimidada por lo que ahora sostenía suavemente con sus dos manos, era suficientemente grande para que una sola mano no pudiera rodearlo completamente, notando que había una sombra de vello rubio en su entrepierna, respiró profundamente un par de veces, permitiéndose inhalar aquel embriagante aroma con el que había fantaseado desde su primera cita.
— Puedes hacerlo, Hinata —Se animó a sí misma mientras miraba levemente intimidada al monumento de carne entre sus manos— Empieza por lo que sabes o por lo pequeño... aunque no hay nada pequeño... —Se lamentó por un instante antes de abrir la boca para acercarse a las pelotas del chico para comenzar a lamerlas lentamente, los tímidos movimientos de la punta de su lengua recorriendo los genitales del chico enviaban agradables escalofríos por la columna de Naruto.
— Eso se siente bien, conejita~ —Ronroneó con una sonrisa desvergonzada mientras cerraba los ojos, esto sin lugar a dudas era más relajante que su primera vez, aunque igual de satisfactorio, Hinata sintió renovada confianza crecer en su interior ante las palabras de ánimo del rubio.
La suave y pequeña lengua de Hinata comenzó desde abajo, desde la base del falo, lamiendo de izquierda a derecha y de regreso mientras subía y volvía a bajar, era un avance lento, pero decidido, que solo se mantenía así de firme porque podía escuchar los gemidos de Naruto que no hacían más que avivar la decisión y confianza, durante casi dos minutos completos siguió subiendo hasta que llego a la punta, sintiendo los nervios volver al observar por todo lo alto ese glande rosado y baboso asomándose de ese capullo de piel, brilloso por el precum que ya lo cubría por completo, pero incluso cuando se sentía intimidada por el mástil que sostenía entre sus manos también se sentía retada, emocionada ante el desafío, por lo que tras mirarlo apenas unos pocos segundos acercó su boca al pene de Naruto antes de sacar su lengua y lamer esa línea de la que no dejaba de brotar precum que era la uretra del rubio, esa acción, por sobre todas las anteriores, envió un agradable escalofrío a recorrer la columna del Uzumaki y que de lo profundo de su ser un gemido de satisfacción escapara.
— ¡Le gusta, Hinata! —La chica de cabellos azules no pudo evitar regodearse al escuchar los gemidos de su prometido en sus pensamientos— Lo estás haciendo bien, tú puedes hacer esto —Se alentó a sí misma, y con esas palabras volvió al ataque.
Empujó la punta de su lengua colándola entre piel y carne, su lengua invadida por el salado y fuerte sabor del presemen del Uzumaki, moviendo su lengua por todo el contorno del rosado glande separándolo del capullo con su lengua, con movimientos circulares cada vez más confiados y decididos de sus acciones, ocasionados tanto por la falta de quejas como por los obscenos gemidos de su prometido, repitiendo los movimientos de un lado al otro hasta que su boca recibió otra descarga de precum, sirviendo como una señal para Hinata para mover lentamente su lengua en la parte inferior de aquella rosada cabeza, lamiéndola por completo en el proceso, presionando sus suaves y rosados labios contra ese monumento de carne, cerró los ojos por un instante a preparación, respiró un par de veces, y lentamente comenzó a bajar, empujando su cabeza contra la pelvis del rubio, con la esperanza de lograr meter aquél mástil en su boca, una acción que habría resultado más efectiva sí se hubiera preparado como lo había hecho con su anillo rosado.
Siguió empujando su rostro, intentando meter más de ese falo en el interior de su boca, lamiéndolo tanto como podía para dejarlo cubierto de saliva y lubricado en su camino hasta la empuñadura, pero ya estando a mediados, aunque esto siendo generoso con cuánto de aquella longitud había logrado introducir en su boca, tenía una expresión que demostraba cuánto le estaba costando seguir avanzando; los ojos llorosos por el poco aire que lograba entrar en ella, rostro enrojecido, su garganta parecía estirarse, haciendo un tanto evidente dónde estaba el pene del Uzumaki y qué tanto había avanzado, y aunque hacía todo lo posible para que no se notara estaba sufriendo de arcadas, la única razón por la que seguía intentando avanzar era pura determinación.
— Sí no puedes avanzar más tampoco te fuerces —Ofreció Naruto, quien no había ignorado ni el avance que estaba teniendo su pene en la garganta ajena, ni las arcadas que sufría la chica a sus pies, usando sus codos para levantar parte de su torso y ver a la chica— Creo que con lo que has hecho hasta ahora es más que suficiente, vamos, sube a la cama —Ofreció, aunque el ligero disparo de precum que llegó a la boca de Hinata era la prueba de que la vista que estaba ante él era una que le excitaba.
Agradecida por la oportunidad de volver a respirar con normalidad, aunque algo decepcionada de sí misma, Hinata retrocedió lentamente hasta sacar por completo el rabo Uzumaki empapado en saliva, levantándose temblorosa gateó sobre la cama para estar al lado de su prometido, aunque Naruto no tardó mucho en levantarse, notando con cierta mezcla de diversión y morbo que en el lugar donde Hinata había estado arrodillada había un ligero charco, y viendo las gotas que caían sobre las sábanas que brotaban del coño de la Hyuga delataba que tipo de jugo era.
— P-perdón, Naruto-kun, habría querido... —Las palabras de la chica de piel porcelana se ahogaron mientras intentaba disculparse.
— No, no, nada de disculpas, no hay nada de malo —No necesitó que la chica dijera la frase completa para saber por qué se disculpaba, al mismo tiempo que acariciaba el trasero de Hinata, en un intento de reconfortarla, también usaba su mano libre para envolver su polla y bombear, no solo para untar la saliva de Hinata para lubricar más, sino que también usar chakra de agua para lubricar aún más— Dijimos que no te forzarías a nada que no pudieras, reconocer tus limites es lo mejor —Ronroneó mientras agarraba la cola de algodón que brotaba de su culo— E incluso sí me molestara... ver cómo te mojaste solo por chuparme la polla me habría levantado el ánimo —Fue el pensamiento con el que completó su discurso, incluso sí solo él lo sabía.
Y con ese pensamiento comenzó a tirar de aquel tapón anal, imbuyéndolo de su chakra de agua para lubricarlo y tras apenas un tirón salió, el objeto tenía una forma más parecida a una zanahoria, lo que solo logró que el rubio soltara una risilla, dejando el objeto caer al suelo antes de concentrarse en lo importante; Ese agujero rosado de piel estirada, con los bordes de aquel anillo rosado pulsando en un intento de retomar su forma anterior, sin mucho éxito, Naruto no pudo evitar sonreír ante la vista y que su polla palpitara. Llevó su mano libre a los bordes de ese agujero para acariciarlo lentamente, su pulgar rodeando el borde.
— ¿Naruto-kun? —La chica preguntó tímidamente, apenas girando su cabeza para ver lo que el rubio estaba haciendo, aunque no es que tuviera la mejor vista, pero antes de que pudiera preguntar más una palmada en su trasero la detuvo.
— Perdón, es difícil concentrarme cuando veo algo tan lindo —Anunció con una sonrisa suave y coqueta sin dejar de acariciar el borde de ese agujero, notando con cierto placer como la chica de cabellos azules se sonrojaba ante su confesión— Dime, conejita, ¿Prefieres que te monte como perro, o cabalgarme como una conejita? —Cuestionó con una sonrisa mientras elevaba su mano por la cadera de la chica— O.… sí me lo permites —Ronroneó, su mano siguió subiendo ahora por la espalda.
— ¿Q-qué tienes en mente? —Cuestionó, los nervios volviendo a aparecer, emocionada ante lo que su prometido podría estar pensando.
— Me gustaría ver tu rostro cuando lo hagamos —Volvió a ronronear el rubio mientras su mano bajaba devuelta a las caderas— Quiero ver tu hermoso rostro cuando lo hagamos —Añadió antes de volver a acariciar ese culo que estaba a punto de llenar.
Hinata rodó sobre la cama, dejando que Naruto pudiera ver ese rostro sonrojado, pero con una linda y pequeña sonrisa, ese coño que pese a que apenas y había hecho algo estaba empapado, esos pechos sorprendentemente grandes, la chica elevó sus piernas, sujetando sus rodillas para que ese culo rosado quedara a la vista, Naruto no pudo evitar sonreír, una sonrisa coqueta y depredadora.
— Por favor, date placer, Naruto-kun —Gimió la chica por lo bajo, la sonrisa del rubio se volvió más suave y mansa, aunque eso no lo detuvo, agarró a Hinata por las caderas antes de levantarla, su polla atorándose en el borde de aquel culo abierto, antes de sentarse en el borde de la cama, las piernas de Hinata a los lados de las caderas del rubio, cuyo rostro quedó a la altura de los pechos de la chica de piel de porcelana, misma que tenía sus brazos alrededor del cuello de su compañero, el byakugan mirando al rinnegan y viceversa, un pequeño empujón y ese falo entraría en ese ojete para llenarlo.
— Los dos debemos de disfrutarlo, conejita, de nada sirve hacerlo si no lo disfrutamos ¿Cierto? —Cuestionó con una sonrisa amable antes de estirar su cuello para poder besarla, un beso suave y casto, el primer beso de Hinata, cuando se separó, tras unos segundos, la chica, totalmente ruborizada, asintió lentamente sin confiar en su voz, y con esa aprobación él empujó.
Ambos se quedaron quietos mientras la polla de Naruto entraba por su ojete, y pese a la preparación de un mes entero, y la lubricación previa, no entró fácilmente, sintiendo avanzar lentamente en ese apretado agujero, mismo que apretaba su polla como si quisiera ordeñarlo. El rostro de Hinata pasó una expresión que mezclaba un grito ahogado y un gemido de sorpresa, agarrando la cabeza del rubio para pegarla a su pecho, restregando su rostro contra sus tetas, las manos de Naruto subieron a la espalda de la chica para hacer círculos intentando calmar cualquier dolor, no hablaba porque su cara estaba siendo oprimida contra esas suaves y agradables almohadas que eran los pechos de Hinata.
— Esto, esto es el paraíso —No pudo evitar susurrar para sí mismo el rubio mientras frotaba su rostro contra los pechos de Hinata— Si te duele, o quieres parar, solo dime —Pidió cuando le soltaron la cabeza, liberándolo de morir ahogado en el paraíso, llevando la mano que tenía en la espalda de la Hyuga a su mejilla para acariciarla con su pulgar.
— Me tomó por sorpresa —Admitió la chica de ojos perla, sus piernas rodeando la cintura del rubio antes de afianzar su agarre— Pero, me gusta, quiero llegar al final —Le dedicó una dulce sonrisa a su prometido, quien le devolvió la sonrisa antes de regresar su mano a su cadera.
— Iré lento y suave, no quisiera lastimarte —Susurró él de la forma más dulce que pudo, ella solo asintió, el rubor convertido en apenas una espolvoreada de rosa en sus mejillas. No se dijeron más palabras, no eran necesarias, sus labios se unieron, la lengua del rubio empujando los labios de Hinata para adentrarse en su boca comenzando a explorarla lentamente.
Cuando las dos lenguas se conectaron, y el húmedo sinhueso del rubio invitaba a la contraria a un baile el otro sin hueso de Naruto comenzó su movimiento, con un brazo envolviendo la cintura de Hinata, levantándola ligeramente, comenzó a retroceder, lento, pero constante y fuerte, para cuando había logrado retroceder lo suficiente para que la mitad de su falo estuviera fuera, lo más que podía sacar en la posición en la que estaba, empujó su pelvis contra Hinata, el ritmo apenas un poco más rápido que el que había usado para salir, pero con la misma fuerza, por lo que el leve estremecimiento y gemido de Hinata que le siguieron fueron esperados, con el beso roto la sonrojada chica se separó, abrazando la cabeza de su prometido contra su pecho.
Con el rostro escondido entre los suaves y cómodos senos de Hinata, Naruto no pudo evitar sonreír desvergonzadamente, aprovechando su privilegiada posición para pescar uno de los rosados pezones como si fuese una especie de becerro, sonriendo satisfecho al escuchar el gemido de la chica, apenas presionándolo con sus dientes, una sonrisa llena de diversión y placer mientras succionaba la teta, sin descuidar el otro pecho llevó su mano libre para apretar el pezón con su pulgar y su índice, amasando la teta como podía, tirando de ambos pezones rosados tanto como podía sin llegar a lastimar a Hinata. La de cabellos azules no era una chica ruidosa, por mucho placer o dolor que sintiera no estaría soltando gritos o gemidos que pudieran ser escuchados fuera de la habitación, Naruto quien solamente soltaba gruñidos y gemidos ahogados mientras seguía moviendo su pelvis de arriba para abajo era más ruidoso que ella, pero tenía otras formas de demostrar el placer que recorría su cuerpo; gemidos obscenos, pero apenas audibles, eran soltados al oído de su prometido, sus uñas apenas crecidas se clavaban en el cuero cabelludo y en la espalda superior, su rostro apenas espolvoreado de rosa, lo que contrastaba con su sonrojado rostro habitual.
— Naruto-kun~ —Llamó la de ojos perla en un pervertido gemido, no estaba llamándolo por ninguna razón, solo la necesidad de que su voz saliera de su boca para expresar su placer, un gemido que compensaba su falta de ruido por lo obscenos y lujuriosos que sonaba sonó contra el oído del rubio cuando este volvió a empujar su ariete de carne para golpear el fondo de su prometida, separando las paredes anales, lo que hacía que cada embestida fuera más fácil de dar.
— Me encanta como gimes, conejita~ —Ronroneó Naruto tras sacar el pezón de su boca, sacando su lengua descaradamente para volver a lamerlo— Eres hermosa, Hina-chan —Añadió mientras volvía a lamer la teta, sus ojos anillados fijos en los de su prometida, sonriendo con confianza y sin pena.
Naruto, a diferencia de Hinata sí estaba consciente de lo que hacía, más que nada por intentar concentrarse en algo para alargar esto tanto como pudiera, incluso cuando no estaba cerca de acabar, pero había una razón mucho más importante por la que hablaba, desde que notó que la Hyuga tenía problemas de confianza, lo que logró después de su tercera cita, intentando darle un subidón de confianza cada vez que podía, tampoco es que mintiera, le encantaba escuchar los gemidos de Hinata, le parecía hermosa, incluso cuando Naruto tenía cierta predilección por los traseros grandes en lugar de los pechos grandes, pero Hinata lograba que el Uzumaki le encontrara el atractivo a los senos grandes. Cuando vio la pequeña sonrisa que se formaba en el rostro de la chica entre gemidos supo que lo había logrado. Que no se dijera que Naruto era de los que dejaba de ser considerado solo por estar cachondo.
El rubio seguía embistiendo, moviendo su cadera de arriba hacia abajo para que su pelvis golpeara ese redondo culo, sus pelotas rebotando contra el colchón, su mirada fija en los ojos perlados de su prometida incluso cuando había empujado la teta de Hinata de regreso a su boca para chuparla y lamerla, los gemidos y gruñidos de placer enmascararon el comienzo de la lluvia que se había pronosticado, mientras las calles comenzaban a llenarse de agua helada, enfriándose hasta el punto de ser incómodo, pero eso no importaba para Hinata y Naruto ya que incluso sí sus cuerpos estaban cubiertos de una fina capa de sudor se mantenían calientes, sus cuerpos frotándose contra el otro y la sangre bombeando a todo el cuerpo de cada uno permitiéndoles ignorar el frío cómodamente. Las manos del rubio no se detuvieron en ningún momento, ya sea la mano que no paraba de amasar y acariciar el pecho que no recibía atenciones de su lengua, o la que sostenía las caderas de la chica acariciando una de las redondas y perfectas nalgas de Hinata, las manos de la misma presionaban la cabeza del Uzumaki contra su pecho, sus gemidos volviéndose cada vez más audibles mientras se acercaba al orgasmo, del mismo modo que presionaba su mejilla contra la melena dorada. Los embistes del ariete de carne de Naruto ya no se encontraban con resistencia alguna y sí bien seguían siendo lentos cada vez se volvía más difícil para él mantener el ritmo lento y tranquilo que llevaba usando los últimos minutos, pero la fuerza de cada golpe dado al interior de Hinata era lo suficientemente fuerte para hacerla temblar.
— Naruto~ —Gimió ella mientras cerraba los ojos, clavando sus uñas en el cuero cabelludo de su amante, ese privado y obsceno gemido fue la única advertencia que recibió el rubio antes de que su vientre y su pelvis de mancharan de los jugos de Hinata quien se corrió fuertemente sobre su novio.
— Sí quieres podemos parar ahora, conejita —Ofreció Naruto con una sonrisa que intentaba ser amable, es cierto, estaba lejos de tener su propio orgasmo, pero sabía que la chica podría estar cansada tras su primer orgasmo tras perder su virginidad, o al menos lo sospechaba tras que él mismo se sintiera un poco adormecido tras un orgasmo.
— Tu no te has corrido —Susurró suavemente mientras acariciaba los cabellos de su prometido— Quiero que también te corras, por favor no pares hasta acabar, Naruto-kun —Pidió, al mismo tiempo que levantaba sus caderas para después empujarse contra la pelvis del rubio, embistiendo su interior, aunque su fuerza y velocidad no era nada comparada con la que el Uzumaki había estado usando.
— Sí así lo quieres, conejita, pero sí quieres que me detenga, solo dilo, no quiero lastimarte —Ronroneó él sin querer admitir en voz alta cuanto lo aliviaba esa petición, volviendo a prendarse del pecho de Hinata mientras succionaba y lamía.
Naruto regresó a embestir, moviendo sus caderas para enterrarse tanto como pudiera en las carnes de Hinata, sin que las paredes internas de la chica dieran resistencia, o no la misma que antes, la velocidad de los embistes había aumentado más y más, con cada golpe levantaba ligeramente a la Hyuga y la hacía temblar y gemir, después de su primer orgasmo de la noche no había cambiado su postura, solo aumentaba la fuerza con la que presionaba la cabeza rubia contra su pecho, su rostro acariciado por los dorados cabellos. Mientras Naruto se dejaba llevar por el placer, concentrándose en como su pene golpeaba el interior del culo de Hinata, poco a poco dejaba de prestar atención a todo lo demás, su respiración agitada acompasada por la respiración cada vez más agitada de la chica de cabellos oscuros se volvió una melodía de fondo, las uñas que se clavaban en su cuero cabelludo no fueron ni siquiera una pequeña picazón, los gemidos reducidos al coro de una canción a la que no le prestaba atención, ni siquiera la segunda corrida de Hinata que había sido más fuerte que la anterior tampoco la registró. Toda la atención del jinchuriki reducida al placer que sentía con la fricción de su polla subiendo y bajando, la satisfactoria corriente eléctrica que sentía cuando golpeaba el interior de la chica. Había sacado de su boca la teta de Hinata cuando sintió la necesidad de apretar los dientes en un intento de durar más, incluso cuando había perdido la noción del tiempo hacía bastante.
— Hinata —Jadeó antes de liberarse de golpe, disparo tras disparo de su espesa y blanca semilla fueron lanzados directamente a las entrañas de su novia, sintiendo el agujero que había estado ocupando tan plácidamente llenarse de su semen, dejándose caer en el colchón tras acabar de disparar su simiente, solo en ese momento dándose cuenta de todo lo que había ignorado durante sus embestidas; Su cuerpo bañado de sudor igual que el de Hinata, su vientre aún más empapado de la corrida de Hinata, quien sin dudas había tenido más de dos orgasmos con tantos jugos que lo bañaban, lo que antes había sido un fuerte y firme agarre se había vuelto apenas sostenido. Un poco preocupado por el último detalle es que levanto la mirada para ver el rostro de su prometida, misma que tenía una expresión cansada, pero llena de satisfacción y placer, ojos entrecerrados al borde del sueño— Descansa conejita, te lo mereces —Deseo mientras se estiraba para besar los labios de Hinata, sintiendo el cansancio llegar a él se arrastró sobre el colchón como pudo, sin despegarse de Hinata lo suficiente para recostar su cabeza en las almohadas, lo último que hizo antes de caer dormido fue separarse de Hinata dejando que de su culo expulsara obscenamente parte de la semilla del Uzumaki a borbotones.
¡Al fin terminé! Bien, honestamente no tengo ningún inconveniente o problema para escribir lemon, no en el sentido de que no pueda hacerlo o no me sienta cómodo, pero al igual que tengo problemas al escribir las peleas, pues es un tema que no estoy seguro de que escriba tan bien como me gustaría, por lo que tengo mucho que mejorar, entre eso y que por algún motivo encuentro inspiración para escribirlos en la madrugada hace que avance poco a poco en esto, sí a eso le sumamos que me regreso para volver a leerlo y corregir si no me gusta..., eso y que como escribo con ruido de fondo es difícil encontrar un ruido de fondo que concuerde bien con un lemon, o que sea un buen acompañamiento mientras escribo obscenidades. Como sea, otra razón por la que el lemon con Hinata podría ser un poco más lento que el anterior es algo simple, Hinata sigue sin tener demasiada confianza, entre eso y que Hinata es un poco más "Delicada" que Samui o Karui, o cuando menos parece una chica con la que vas lento y suave.
Bien, es probable que se acerque una temporada de capítulos que salen rápido, pues ya en el siguiente empezamos el arco de Tsunade, cabe aclarar, yo considero que el arco de Tsunade desde uno de los puntos que trataré en el siguiente capítulo, y como dije anteriormente, ese arco será un poco largo, pero ya tengo varias cosas planeadas.
