¡Buenos días a todos! Muchas gracias por estar al pendiente. Como ven, la historia es bastante dramática, pero también es una historia de amor... ¡Bendiciones!

"UNA VISIÓN DE AMOR"

CAPÍTULO VII

El galope del caballo al acercarse a donde Candy y William conversaban llamó la atención de ambos y separándose de su abrazo, reconocieron de inmediato al jinete que se aproximaba a ellos a toda velocidad.

"¡Candy!, ¡Tío!", dijo Archie deteniendo su corcel y bajando de este en un solo movimiento. "¡Los estaba buscando! ¡Deben regresar, Anthony está herido!"

"¡¿QUÉ?!", exclamaron William y Candy al mismo tiempo, sorprendidos.

"¡No! ¡Dios mío!, ¡No!", gritó Candy angustiada de inmediato, dando un paso al frente.

"¡Pero ¿qué pasó?!", preguntó el Patriarca inmediatamente alerta.

"Con el primer grupo lo encontramos derribado del caballo, cerca de la colina de la tía Rosemary." Candy se sintió desfallecer al escucharlo. Era el lugar donde él, en su última carta, la había citado a que se encontraran escapándose por separado durante la cacería. Había prometido que sería un momento especial para ambos.

"¡Pero ¿cómo es posible?!", preguntó el angustiado patriarca. William Albert sabía bien que su sobrino era un excelente jinete, incluso más hábil que él.

"Parece que se golpeó con una rama baja, tenía una gran herida en su frente."

"¡Archie, ¿pero estará bien?!", gritó la rubia, acercándosele y asiéndose de la chaqueta azul del alto muchacho, asustada. "¡Dime!"

"¡No lo sé, Candy!… lo llevamos en una carreta que mandamos traer de los campos."

"¿La tía abuela está enterada?", preguntó su tío preocupado, yendo por los caballos.

"Sí. Ella ya mandó a traer al doctor Miller al pueblo, y me mandó a mí y a Stear, junto a otros familiares, a buscarlos a ustedes que faltaban de enterarse", dijo mientras William volvía con los caballos desde los arbustos cercanos y Candy de inmediato subía al suyo, "¡Arre!", gritó la rubia sin esperarlos y comenzó su carrera de vuelta a la mansión, haciendo que los caballeros dejaran de hablar y montando también con rapidez, la imitaran cabalgando de regreso a la casa principal, a toda velocidad.

Cuando Candy finalmente entró en la mansión, no notó la conmoción de los invitados conversando en voz baja en el salón principal o sus padres que se le aproximaban al verla entrar. Yendo directo a uno de los mayordomos preguntó, "¡¿Dónde lo tienen?!", dijo sin aliento, bañada en sudor y temblorosa.

"Está en su habitación con la-", la rubia ni siquiera se detuvo a terminar de escuchar y corrió a la escalinata, subiéndola sin detenerse, hasta llegar a la habitación del muchacho. En la entrada había cinco personas que ignoró y siguió a la puerta abriéndola y entrando a la habitación, ante las protestas de quienes esperaban afuera, ella entró y lo vio recostado en su cama. Habían retirado su chaqueta y camisa, y estaba cubierto por una sábana y cobertor a partir de su cintura. La tía abuela lloraba al otro lado de su cama con un pañuelo en su mano. El doctor parecía estar atendiéndolo. Habían vendado su cabeza, la cual sangraba a través del vendaje y su brazo derecho estaba vendado a su pecho. Su cuello estaba inmovilizado por dos almohadas.

"¡Anthony!", gritó de manera ahogada. "¡No, mi amor, no!", dijo aproximándose. Uno de los familiares de afuera la detuvo.

"¡Espere, señorita!", dijo un alto caballero rubio.

"¡No!, ¡por favor, déjeme! ¡Suélteme! ¡Debo estar con él!", dijo peleando cuando el familiar trató de sacarla a rastras.

"¡Déjala, David!", dijo de pronto el Patriarca, entrando a la habitación también junto con Archie y ahora también Stear que acababa de regresar de buscarlos. Al soltarla el familiar, Candy corrió de inmediato al otro lado de la cama e hincándose junto al muchacho tomó su mano no inmovilizada en la suya. "Anthony…", gimió la rubia, "mi amor…", dijo llorando, para sorpresa de todos los presentes, menos de William. Cerrando sus ojos llenos de lágrimas y besando su mano raspada con dolor.

"¡No pueden estar todos aquí así, señor Andley!", protestó el médico de pronto.

"Lo siento, doctor.", dijo el patriarca, "Pero, por favor, dígame, ¿cómo está mi sobrino?"

"Los demás afuera, por favor." dijo el galeno e hizo una señal con su mano de que se salieran de la habitación, obedeciendo todos con reticencia. William cerró la puerta tras ellos y regresó junto al galeno, quedando solo él, la tía abuela y Candy.

El doctor retiraba su estetoscopio y lo colocaba sobre la cómoda tras él, junto a sus demás implementos médicos. Habían muchas vendas manchadas de sangre. "Lo lamento, señor Andley…", el galeno continuó con seriedad. "Me temo que el joven Brower recibió un golpe muy severo en la frente. En este momento no me atrevería a moverlo. Inmovilicé su cuello para evitar cualquier daño mayor. Tengo entendido que lo trajeron en una carreta de vuelta desde el lugar del accidente, pero el señor David afuera y otras personas de su familia me dicen que intentaron que tuviera el menor movimiento posible, y contuvieron la hemorragia lo más que pudieron. Tendremos que tratarlo aquí. Su brazo derecho se dislocó y tuve que recolocarlo. Lo inmovilicé también por lo pronto. Afortunadamente, no presenta señal de hemorragia interna, lo cual es bastante positivo. Pero la herida en la cabeza es mi mayor preocupación. Temo una conmoción cerebral, lo cual implicaría un cuadro clínico grave. Verifiqué que tiene reacción ocular, sin embargo, debemos esperar a que despierte para descartarlo. De hecho, me gustaría hacer una radiografía con el nuevo equipo que recibimos en la clínica desde Chicago, para descartar cualquier fractura craneal, pero tendríamos que traer el aparato hasta acá."

"Lo que usted necesite, doctor. Lo traeremos de inmediato si lo requiere."

"Díganle a mi enfermera Mallory Smith en la clínica, ella podrá indicarles cuál es el equipo, necesitarán un vehículo para transportarlo, a pesar de no ser muy grande. También la necesitaré a ella las 24 horas del día, y a un suplente para mí y para ella en el pueblo, de ser posible, señor Andley. No me gustaría apartarme del muchacho hasta descartar cualquier contingencia, pero no puedo desatender la clínica totalmente en caso de que se me necesite en el pueblo."

"Es verdad. Pediré que envíen personal de inmediato a suplirlos desde el hospital más cercano."

"Por favor, que traigan también oxígeno y mi equipo de transfusión, por si lo necesito. No sé con claridad cuánta sangre perdió en realidad."

"Descuide, doctor. Nosotros lo resolveremos. ¿Necesita algo más?", inquirió el rubio mayor.

"Le agradeceré avisen a mi casa que no regresaré a dormir esta noche. Que estoy atendiendo una emergencia."

"Nos encargaremos de inmediato, doctor. Y muchas gracias por haber venido tan pronto."

William salió de la habitación, al pasillo, para hablarle a su primo escocés David, dándole las instrucciones del equipo y demás requerimientos del doctor, junto a George que estaba entre las personas que esperaban afuera de la habitación cuando Candy llegó. De inmediato ambos hombres se fueron apresurados a resolver lo solicitado.

"Gracias, doctor.", dijo el preocupado patriarca al regresar a la habitación.

"Ahora toca esperar a que despierte. Tuve que ponerle cuatro puntos para cerrar la herida en su frente." Ambos se quedaron viendo al muchacho inconsciente frente a ellos. Anthony se veía pálido, y golpeado en la comisura de su boca, además de los raspones, lo cual causó en su tío un gran sentido de culpabilidad al recordar la causa de esa herida particular en su rostro. La tía abuela, al haber escuchado toda la explicación dada, se había sentado en uno de los sillones de la salita de la habitación de su nieto, y rezaba en voz baja con un rosario que tenía en sus manos. Por su parte la rubia, seguía hincada junto al muchacho y ahora con sus ojos cerrados, parecía estar rezando también, derramando lágrimas en silencio.

"¿La señorita…?", dijo el médico.

"Es su prometida.", aclaró William, sorprendiendo a su tía Elroy que interrumpió momentáneamente su rezo. "Por favor, doctor, cualquier otra cosa que necesite, pídala. Debo salir para informar a la familia de su estado. Pero cualquier cambio, le ruego que me llame de inmediato."

El doctor Miller asintió. "Descuide."

"Enviaré a dos mucamas para que le ayuden en lo que necesite mientras hacemos llegar a su enfermera."

"Gracias, señor Andley."

"No, doctor. - Gracias a usted -. Verá, él… es todo lo que me queda de mi hermana.", le dijo. Y sin querer, los ojos del patriarca se llenaron de lágrimas. "Anthony es todo lo que tengo. Es como un hijo para mí", dijo. "Por favor, doctor… se lo suplico, sálvelo-", le dijo quebrándosele la voz al final, sin querer, haciendo que Candy cerrara sus ojos con más dolor, al escucharlo.

El doctor Miller vio al muchacho con empatía, siendo testigo de su fragilidad, a pesar de su rango y conocido poderío. "Haré lo mejor que pueda, señor Andley. Se lo aseguro.", le dijo.

William asintió, tratando de recomponerse. "Gracias.", le dijo.

Y secándose con seriedad algunas lágrimas con la mano, el alto caballero se preparó para salir al pasillo a enfrentar a su familia, y no solo por la noticia de la salud de su sobrino, sino también para avisarles de una vez de la inminente cancelación de su fallido compromiso.

Continuará…

¡Gracias por leer!

Como verán, aquí enfrentamos las circunstancias que en la historia original se omitieron por la muerte instantánea de Anthony. Y aquí su tío y Candy sí están presentes. Gracias por darle una oportunidad.

¡Y gracias por comentar queridas Anguie, Sharick, Guest 1, Guest 2, Guest 3 y Guest 4!

¡Bendiciones!

lemh2001

9 de noviembre de 2023

P.D. Se publicará la continuación este sábado. ¡Hgs!