Naruto pertenece a Masashi Kishimoto. Fairy Tail pertenece a Hiro Mashima.
La historia perdida de Naruto Ōtsutsuki
09: Mi nombre es Natsu Dragneel.
Lyon comenzó a reírse enloquecido, mientras corría, hacía el lugar en donde estaba Deliora, sin notar a los demás siguiéndolo. — ¡CUANDO DELIORA SEA LIBERADO, ENTONCES YO VOY A DESTRUIRLO Y ASÍ PROBARÉ SER MEJOR Y MÁS PODEROSO QUE UR! —Los miembros de Fairy Tail, aceleraron el paso, hasta volver a la cueva. Donde Lyon miraba con una sonrisa enferma, como el hielo que encerraba a Deliora, se resquebrajaba.
— ¡Oh no! —gruñó Gray, mientras cerraba los ojos, se concentraba y un aura blanca y azul cían, comenzaba a cubrirlo, lentamente toda la cueva se iba volviendo más y más fría a cada segundo.
Lyon se giró y apuntó acusadoramente a Gray. — ¡NO TE ATREVAS A HACERLO, GRAY! Porque si lo haces, entonces solo significará, que puedo volver a liberar a Deliora nuevamente, para intentar matarlo a futuro.
El hielo finalmente se quebró y el demonio gruñó furioso. Gray dio un paso atrás. —¡Oh, no! No.… no es... posible... Deliora ha sido...
—Lord... END... —pronunció Deliora, con una voz sepulcral —Estás cerca... ¿Pero ¿dónde?
—No parece que esté interesado en nosotros —dijo Naruto, ya reuniendo la magia del Dragón de Tormenta, directamente. No iba a ir poco a poco con la magia de agua, de viento o rayo, sino a combinarlas en una sola.
Entonces, el combate más caótico de todos, comenzó.
Deliora lanzaba rayos esmeraldas y pronto, la cueva fue destruida.
Milagrosamente, ninguno de ellos, murió por esos ataques.
Gray atacó con una gran multitud de flechas, solo para que Deliora respondiera con un ataque esmeralda, que se dividió en varios rayos esmeralda. Al ver venir el ataque, Lyon y Gray, crearon un escudo de hielo gigante, que, a pesar de destruirse, les salvó la vida.
Naruto empleó la magia de llamas doradas Kitsune y le lanzó una llamarada dorada a Deliora, haciéndolo gritar de dolor, con el demonio respondiendo, atacando con pilares de magia verde, que Naruto esquivaba.
Lucy invocó a dos de sus espíritus celestiales, un arquero y una especie de arlequín, quien lanzaba navajas. Ambos atacaron con gran sincronización.
Erza invocó una armadura que hacía flotar cientos de navajas, que fueron contra Deliora, el cual respondió con rayos mágicos de color esmeralda, al tiempo que Erza cambiaba a una armadura pesada, con unos escudos en los antebrazos, arrodillándose y colocando los escudos ante ella, fue que se salvó y no murió.
Pero no solo se salvó a sí misma, sino a todos.
Natsu atacó directamente a Deliora, con un muy potente puño de fuego. Pero Deliora le devolvió su ataque, lanzando un rugido de magia verde, Natsu lanzó un golpe al aire y el fuego fue expulsado, todos vieron como ambas magias combatían por el dominio.
— ¿Cómo...? —Preguntó Lyon, impactado por lo que estaba viendo. — ¿Cómo es posible que un simple Dragon Slayer, pueda aguantarle un choque de magias a un demonio como Deliora? Es... es inconcebible.
Pronto, la silueta de Natsu, en medio de un rayo de magia esmeralda, como era desintegrado lentamente.
— ¡NATSU! —Gritaron los miembros de Fairy Tail.
Hubo una explosión y una gran cantidad de humo, les impidió ver un posible cadáver de Natsu o cualquier otra cosa, que hubiera quedado del Dragon Slayer de Fuego...
Si es que quedaba algo de él, obviamente.
Deliora gritaba y cuando el humo se despejó, todos dejaron de buscar a Natsu, vieron con asombro e incredulidad al demonio: pues Deliora fue herido de gravedad, por el hechizo de Natsu. Ahora faltándole un brazo y teniendo toda la mitad del cuerpo, en los músculos y estando estos quemados, pues la piel había desaparecido, producto de la explosión. — ¡¿POR QUÉ UN ETHERIAS ATACARÍA A OTRO, ASÍ?!
Erza y Lucy, comenzaron a derramar lágrimas. — ¡Entei no Yōroi! (Armadura de Llamas) —Erza se equipó con su armadura de fuego y notó que habían llamas esparcidas por aquí y por allá, así que usó su espada de fuego, para atraerlas y notó como la hoja de la espada, era ahora incluso más poderosa. — ¡Dragon Slayer's Flaming Sword! —Erza notó, como la espada se volvió más pesada, pero nada que ella no fuera a poder empuñar, pues podría manejarla con gran facilidad. —Deliora miró a Erza y atacó con el mismo rugido de magia verde, que había desintegrado a Natsu. — ¡Entei Shō Enzan! (Hoja de Fuego Creciente de la Emperatriz de Fuego) — Erza dio un salto, elevando su espada la cual es envuelta por las llamas creando de esta forma una espiral de fuego con la cual atrapó y quemó hasta los huesos a Deliora, quien gritó, hasta encontrarse su agónico final, solo dejando humo negro.
— ¡POR ALLÍ! —Gritó Naruto, señalando algo en medio del humo y todos, excepto Lyon, se aproximaron.
—Ella... Titania... la Reina de las Hadas... ella derrotó a Deliora. No Ur, ni yo. —pensaba Lyon, en shock.
El Dragon Slayer del Fuego, yacía inconsciente y bastante malherido. — ¡Natsu! —Lucy agarró la cabeza del pelirrosado y la colocó entre sus pechos.
—Natsu... despierta, por favor —pidió Erza a su compañero, quien no respondía.
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En lo más profundo del alma de Natsu Dragneel mejor conocido entre los humanos por el alias de Salamander el todopoderoso rey de las llamas conocido como Igneel hacia algo que nadie jamás esperaría, si sus congéneres dragón lo vieran posiblemente no creerían lo que sus ojos ven, el alguna vez orgulloso dragón de fuego lloraba, la enorme criatura que residía en lo más profundo del alma de su hijo adoptivo lloraba con impotencia y tristeza mientras miraba como el mundo interno de su pequeño se venía abajo de la peor forma posible, aquel lugar que hace unas horas era un cielo de tonos morados con un enorme volcán siempre humeante y lleno de ríos de lava ahora era totalmente lo opuesto, el volcán había desaparecido, el cielo ahora estaba cubierto de oscuras nubes de tormenta, llovía a montones de tal forma que parecía ser un diluvio, el propio dragón se veía seriamente afectado por el lugar, sus escamas normalmente carmesí ahora tenían tonos más opacos, sus cuernos y sus dientes se veían agrietados y lo peor de todo era su físico, la criatura había adelgazado de tal forma que no estaba muy lejos de ser un fósil viviente con su piel pegándose al hueso. —MALDITA SEA, MALDITA SEA, ¿PORQUE DE TODOS LOS QUE LES PUDO PASAR ESTO TUVO QUE SER A TI?, ¿QUE NO TE ENSEÑE LO QUE ES SER UN DRAGON SLAYER?, ¿PORQUE TOMASTE ESE HECHIZO DE FRENTE EN LUGAR DE ESQUIVARLO?, ¿PORQUE? GROAAAARRRRR—el dragón solo podía rugir de tristeza y de rabia hacia el cielo tratando de dar un rugido de dragón con la esperanza de calmar su frustración, esto fallo miserablemente ya que de su boca solo salían unas cuantas chispas que eran sofocadas por la lluvia y los vientos huracanados. Igneel quería salir del cuerpo de Natsu y tratar de hacer todo lo que pudiera con tal de salvarlo, pero para su desgracia no podía, el cuerpo de su hijo había perdido demasiada sangre y su fuerza vital estaba en lo más bajo, su mera presencia era lo único que aún lo mantenía con vida y si abandonaba su cuerpo moriría.
—Aun puedes salvarlo dragón de fuego…. —una misteriosa voz salida de la nada saco a Igneel de su depresión.
No comprendía esa voz, nunca la había escuchado pero sin embargo algo en esa voz helo la sangre del dragón de fuego, era algo más allá de la comprensión de Igneel, pero esa voz fría, sin emociones, de tono gutural y sobre todo cargada de poder provoco una emoción que el dragón de fuego no había sentido nunca incluso cuando estuvo en presencia del mismísimo Zeref, el miedo, un inexplicable miedo llego hasta lo más profundo de todo su ser mientras frenéticamente buscaba el origen de dicha voz a pesar de que todo su instinto de supervivencia le pedía a gritos alejarse del dueño de esa voz. —¿QUIEN ERES TÚ?, MUESTRATE DONDE QUIERA QUE ESTES—exigió el poderoso dragón de fuego preparándose para luchar con las pocas fuerzas que poseía si era necesario.
—Eres interesante dragón de fuego, incluso cuando puedes sentir el miedo natural que los seres sienten por mi presencia, te atreves a tratar de enfrentarme. no cabe duda de que Natsu encontró al padre ideal. En cuanto a quien soy, para no irme por las ramas: Solo te diré que soy algo mucho más antiguo que tú y estoy en un lugar incluso más profundo que tú, dentro el alma de este chico —el dragón solo pudo fruncir el ceño ante las palabras del extraño, pero no pudo pensar mucho sobre ello ya que en un parpadeo Igneel estaba en un lugar desconocido.
Era por mucho el lugar más extravagante e irreal que el viejo dragón había visto en toda su existencia, otra dimensión eran las mejores formas en que podría describirlo, parecía que el lugar estaba dividido en dos zonas, la mitad era de un tono negro brumoso con tonos purpuras mientras que la otra mitad era totalmente blanca con algunos tonos de dorado, en medio de esto había un rio sobre el cual había un puente de proporciones colosales estilo japonés, sin embargo, lo que más tenia sorprendido a Igneel era lo que había del otro lado del puente. Era un árbol, un árbol tan grande que lo hacía parecer un ser insignificante, el árbol estaba lleno de frutos, unos frutos muy extraños que parecían manzanas, algunos eran de color blanco rodeados por un resplandor dorado mientras otros eran completamente negros rodeados por un aura morada. Igneel no podía describir la forma en que se sentía mientras estaba en este lugar, no había forma de describirla, una parte de este lugar gritaba maldad, oscuridad y toda clase de cosas que le decían a gritos que no debía estar ahí, pero otra parte daba un sentimiento de serenidad, de paz, de tranquilidad, parecía como si este lugar tuviera un delicado y perfecto equilibrio entre el bien y el mal, una línea tan delgada que el más mínimo acontecimiento podría romperla sin importar que lado fuera el vencedor, el dragón de fuego no pudo evitar desplegar sus alas iniciando su despegue hacia el árbol que tanto había llamado su atención. — "¿Dónde diablos estoy?"—susurro Igneel para sí mismo mientras volaba lentamente por encima del puente.
—Estas en un lugar profundo e inalcanzable en el alma de Natsu, este lugar que no importa cuánto tiempo pase, siempre aparece de la misma forma en todos los seres de la estirpe maldita y dura así los primeros años hasta que la mente del ser humano se rompe y escoge su camino, este lugar es la delgada línea entre el bien y el mal que si se rompe solo unos pocos son capaces de tomar ambos lados y volverla a unir —Igneel entrecerró los ojos, visiblemente irritado comenzando a odiar al dueño de esa voz ya que con el mero hecho de hablar le provocaba miedo.
Haciendo otro esfuerzo busco el origen de la voz hasta que finalmente lo encontró, era algo que no se esperaba. Aparentemente era un ser humano, parecía estar en los 26 años y era increíblemente alto, quizá de 1.93 m de estatura, tenía la piel demasiado pálida como una hoja de papel, su rostro afilado carente de cualquier imperfección era adornado por dos orbes azules igual de forma casi reptil bajo los cuales unos curiosos tatuajes negros con forma de lágrimas le daban una apariencia algo espeluznante, su físico parecía ser considerablemente musculoso pero sin llegar a la exageración, finalmente su rasgo más curiosos era su cabello, era rubio con tintes rojizos totalmente de punta salvaje hasta los hombros, su vestimenta consiste en unos pantalones negros, botas negras y una chaqueta negra, encima de la chaqueta llevaba un abrigo negro con llamas de color fuego lamiendo la parte inferior y las mangas, además sobre el hombro tenia amarrado otro abrigo similar pero totalmente negro y con estampados de nubes rojas y como detalle final tenía sobre su cuello una banda con una especie de protector metálico que llevaba un extraño símbolo de un remolino y un pico, dicho signo estaba rasgado. El extraño hombre estaba recostado sobre una de las ramas del árbol degustando uno de los frutos del árbol, pero Igneel noto que este fruto a diferencia de los otros era blanco y a su vez negro de la mitad. —Tu eres el dueño de esa voz —gruñó Igneel entrecerrando sus ojos sin saber que pensar, en otras situaciones no se habría mostrado intimidado por el extraño humano que tenía ante él, pero no tardó mucho en notar que no era como cualquier otro que haya visto en su vida, este ser emitía la misma sensación que todo este lugar, sentía un extraño impulso de sumisión con el solo hecho de estar ante él y tuvo que hacer aplomo de toda su fuerza de voluntad para no mostrarlo.
—Finalmente nos conocemos dragón de fuego. Bienvenido a lo más profundo del alma de Natsu Dragneel—hablo el hombre misterioso esta vez en un tono más suave que de cierta forma hizo sentir más tranquilo a Igneel.
— ¿Dime quién demonios eres tú?, ¿Qué haces en el cuerpo de mi hijo? —preguntó Igneel en un tono exigente haciendo de lado las emociones que le provocaba esta persona y dispuesto a eliminar cualquier amenaza para su hijo incluso si moría en el intento.
—Odio tener que repetir lo mismo tantas veces pero supongo que de cierta forma son comprensibles tus reacciones, aun no es tiempo para respuestas así que te repito lo que te dije hace unos momentos antes de traerte aquí soy algo mucho más antiguo que tú y en cuanto a lo que hago aquí no hay tiempo para explicártelo, pero lo que te puedo decir es que soy algo que lleva mucho tiempo dormido pero mi instinto y mi necesidad de salvar la vida de este chico me trajo aquí —explico el extraño de forma monótona, pero Igneel pudo notar claramente el dejo de tristeza en su mirada.
— ¿Salvarlo?, ¿Qué relación tienes con Natsu? —volvió a preguntar Igneel algo preocupado por las intenciones de esta persona, además algunas de sus palabras lo tenían preocupado ya que daban a entender que había sido sellado ya hace mucho tiempo, pero si fue sellado tuvo que haber hecho algo muy serio.
—Si me pusiera a explicártelo tenlo por seguro que el tiempo nos consumiría, tendrás todas las respuestas que buscas en su momento dragón de fuego pero déjame preguntarte algo, ¿Qué relación crees tener tú con Natsu?, ¿Realmente crees que es sencillamente un humano que te encontraste en el bosque y que tu decidiste tomar como tu hijo?, tu relación con él es más profunda de lo que tú crees, Natsu Dragneel viene de una larga estirpe de guerreros poderosos que han llevado el destino sobre del mundo sus espaldas ya sea para bien o para mal, un destino que hasta hace un tiempo fue roto por un ser que decidió que no tenía sentido inmiscuirse en el bien o en el mal cuando el podía ser ambas, pero dejemos de hablar del pasado ya que el tiempo se nos agota así que escúchame dragón de fuego, ¿Estás dispuesto a salvar a tu hijo, sin importar cuál sea el precio?, ¿Realmente estas dispuesto a tener que tomar el riesgo de tener que ver a tu hijo convertido en un ser tan siniestro como el mismísimo Acnologia, verlo hecho en un guerrero de la justicia que quiera traer la paz al mundo y que poco o nada le importe ser lastimado si eso significa la felicidad de otros?, ¿O tal vez sea igual que esa persona que decidió tomar las riendas de su existencia sin importarle cosas tan triviales? —las palabras del extraño perturbaron de cierta forma al dragón de fuego pero esto duro muy poco antes de que sus ojos brillaron con determinación.
—Para un padre la vida de sus hijos es lo más importante, poco o nada me importa el camino que Natsu tome, ¡ÉL ES Y SIEMPRE SERA MI HIJO Y NO ME IMPORTA QUE DECISIONES TOME O SI TENGO QUE IR AL MISMISIMO INFIERNO PARA SALVARLO, HARE LO QUE SEA NECESARIO PARA SALVARLO INCLUSO SI TENGO QUE ENFRENTAR A ALGUIEN COMO TU! —grito Igneel con determinación pura literalmente estallando en llamas con un brillo tan grande que no le permitió ver que el extraño hombre sonreía con tristeza y una lagrima traicionera surcaba por su rostro.
— "Si yo hubiera tenido un padre como tu tal vez no hubiera tenido que pasar por muchas cosas que de cierta forma hicieron de mi lo que soy, estoy feliz de que tu tengas un padre en toda la extensión de la palabra, Natsu-Kun…" — susurro el hombre sin que el dragón lo escuchara. — "En ese caso nuestro trato está sellado Dragón de Fuego… hasta que nos volvamos a ver, deberás recordarme por el título por el que alguna vez fui conocido: Caos…" — el hombre extendió su mano hacia el dragón el cual a su vez estiro su garra entonces todo explotó, mientras dos sombras humanoides blanca y negra se fundían en una sola.
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Gremio Fairy Tail
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El miedo y la impotencia era visible en los rostros de los magos de Fairy Tail presentes en la enfermería del gremio, Porlyusica usando una extraña pócima trataba de purgar toda aquella magia, con la cual ese demonio, había atacado a Natsu, Laxus se había convertido en un desfibrilador improvisado golpeando con descargas eléctricas el pecho del chico tratando desesperadamente de traerlo de vuelta, Mirajane trataba de coser o cerrar las heridas en las muñecas que no paraban de sangrar mientras Erza, Naruto , Gray y Makarov miraban con impotencia y sin ser capaces de hacer nada, el sonido de la máquina que indicaba los latidos del corazón hacia todo más desesperante.
¡BIP! ¡BIP! ¡BIP! ¡BIP! ¡BIP! ¡BIP! ¡BIP! ¡BIP! ¡BIP! ¡BIP! — ¡Maldita sea tenemos que apresurarnos lo estamos perdiendo! —grito Porlyusica haciendo que el joven bebiera un extraño liquido azul.
— ¡MIRA TRATA DE CONTINUAR LA CURACIÓN ANTES DE QUE PIERDA MAS SANGRE! —grito Laxus mientras la peliblanca solo trataba de curarlo con su Satan Soul.
Natsu reaccionó.
El Natsu frente a ellos era muy distinto, su cabello había crecido ligeramente, ahora llegaba hasta sus hombros y dos mechones enmarcaban su rostro y era mucho más salvaje, su piel antes bronceada, ahora era pálida, tan pálida como la porcelana, su mirada transmitía paz.
Todos vieron asombrados, como las heridas se curaron.
— "Natsu... estas vivo" —Susurró Makarov sin poder creerlo, incluso Porlyusica estaba en shock al igual que todos que eran incapaces de moverse por el shock. Natsu estaba en su propia cabeza, recordando su vida, hasta ese momento: Sus momentos con Igneel, cuando llego a Fairy Tail, cuando conoció a Erza, a Mirajane, a Lisanna, todos sus intentos de hacerse más fuerte, como conoció a Gray y sus combates con él, por ser magos de elementos distintos; como conoció a Lucy, cuando Erza volvió de su misión, acompañada por Naruto, innumerables batallas, momentos felices y momentos tristes, lo que había aprendido durante ese momento, todo mientras un aura blanca y negra lo rodeaba: Él era un cadáver reanimado, era hijo biológico de, él había muerto a sus cinco años de edad, por culpa de un dragón y luego, su hermano Zeref lo había transformado en Etherias Natsu Dragneel, llevándolo con Igneel. —Natsu…. ¿Te encuentras bien? —pregunto Makarov acercándose lentamente al Dragon Slayer sacándolo de sus pensamientos.
—Me siento muy bien Jii-chan, me siento mejor que nunca… como si hubiera recuperado algo que perdí hace mucho tiempo. —respondió Natsu suavemente mientras encaraba a todos sus amigos con un par de ojos dorados brillantes de poder. —Recuerdos... recuerdos de mi infancia, junto a Kenshin-Otosan, Karen-Okasan y... Niisan, antes de conocer a Igneel.
