Recuerdos fragmentados parte 2.
Capitulo 5: La portadora reina.
Habían pasado unas horas desde que Twilight había presentado las mejorías, esto aún no era anunciado a su familia dado a que los médicos le pidieron firmar un permiso especial, el cual consistía en que ella donaría una parte de su sangre para la investigación del virus y así poder desarrollar una cura para el resto de los casos.
Ella estaba por firmar los documentos, pero en eso al cuarto entra de golpe la médico encargada por las noches, era una mujer alta de test clara y morados cabellos.
-señora Tamara ¿no sabe tocar la puerta?- pregunta una de las enfermeras con indignación.
-no tiene derecho a usar ese tono conmigo señorita.- dice la medico revisando los últimos estudios de Twilight.
-la sangre de esta chica no nos servirá, ella está embarazada.- dice la doctora.
Esto no parece sorprender al personal médico, pero si a Twilight cuyos ojos se abren de par en par.
-Q..que dice..- articula ella por lo bajo posando inconscientemente una de sus manos sobre su vientre.
-Doctora, con todo respeto tenemos miles de casos y familias esperando una respuesta y esta chica es la única que a presentado mejorías.- dice una de las enfermeras.
-si, pero saben muy bien que las embarazadas no deben donar sangre y que ellas producen muchas células madre, es casi un hecho que eso fue lo que le ayudó a mejorar, pero ella por sí sola no a desarrollado los anticuerpos.- explica la doctora Tamara con seriedad.
-p..pero doctora.- dice otra de ellos.
-hay 3 pacientes más que no han presentado los signos de hostilidad - menciona la doctora revisando los registros del resto de chicas.
-sugiero que Moon Shine sea puesta en otro cuarto, los análisis no arrojan resultados precisos.. pero a juzgar por las pruebas de hormonas, es probable que ella también esté embarazada.- explicó la doctora con seriedad.
Las enfermeras no dijeron nada, ellas salieron del cuarto en silencio. Por su parte Twilight se mantenía en shock, no podía creer lo que había escuchado.
-señorita.- hablo la doctora Tamara.
La chica azabache levanta la vista.
-usted es joven, y si así lo desea..- menciona la doctora.
-y..yo.. no.. no lo sé necesito pensarlo..- responde Twilight en voz baja.
-entiendo, su familia vino a verla.- dice la doctora con un tono más suave antes de retirarse dejando de tras suyo a una chica muy confundida y casi en estado de shock, asimilando lo que acababa de oír.
Los médicos seguían trabajando en lo que podían con el resto de pacientes, en cambio Tamara se dirige al área de aislamiento encontrando a quienes esperaba ver.
Tanto Sunset como Twilight estaban dormidas apoyadas en la pared, pero Rainbow Dash era otro caso, ella no dejaba de rascarse su mano derecha de manera compulsiva.
-mierda.. que comezón.. que comezón.- articula la joven irritada sin dejar de rascarse, provocándose heridas.
Tamara decide interferir.
-señorita no se rasque.- dice Tamara colocándose una mascarilla especial y entrando a la habitación, despertando a Sunset y Twilight en el proceso.
-¡no me diga que hacer.- dice Rainbow irritada sin dejar de rascarse.
-se está haciendo daño.- dice Tamara con severidad tomando la mano de la chica y viendo que está tenía pequeños cortes que empezaban a sangrar.
Rainbow se suelta bruscamente.
-¡lo are si hace algo para quitarme esta puta comezón!- responde Rainbow entre dientes.
Este tono fue tan bruco que la doctora por un instante le pareció escucharla gruñir.
Tamara se incorpora y usa una radio especial para llamar a un par de enfermeras.
2 de ellas llegan casi de inmediato, las 2 tenían test clara pero una tenía cabello rosa y ojos morados, en cambio la otra tenía cabello azul con mechones negros.
La enfermera de azulado cabello se dirige a Rainbow Dash y la sujeta de los brazos.
-¡hey! ¿¡Que creen que están haciendo?!- exclamó ella entre dientes tratando de soltarse.
Sin embargo grande es su sorpresa al darse cuenta que sus brazos no se movieron, estaban muy duros y fijos apresados entre los de la enfermera.
Por su parte la enfermera de rosado cabello se le acerca con una serie de materiales de curación, ella toma la mano de la chica y usando desinfectante limpia su mano. Al sentir el desinfectante en su mano la joven deja salir un gemido de dolor apretando los dientes, a la par que se retorcía en los brazos de la enfermera que la mantenía sujeta.
La enfermera peli rosa unta una pomada especial en la mano de la joven recubriendo las heridas de la mano y los dedos, casi de inmediato Rainbow siente una inmensa sensación de alivio, dejando de forcejear, la enfermera de azulado cabello la suelta y deja que su compañera termine de vendar la mano de la chica.
Desde su lugar Twilight observaba atentamente a la chica de cabello azul.
-Felicity Cressida, Dayro Sparks, Red Claws y Ayano Yukari fueron encontrados en el pozo de la propiedad.- decía un guardia real a Twilight.
-lleven a los sobrevivientes al hospital.- mencionó Twilight con severidad.
-aun no hemos logrado contactar con los familiares del niño, pero estamos en eso.- explica el guardia antes de retirarse.
Twilight se queda viendo el informe forense, dado a que estos siempre tenían una fotografía de la víctima antes de que todo ocurriera, lo que más le llamaba la atención es que según el informe las heridas en el cuello de la chica no habían sido provocados por ella misma, lo que indicaba que no estaba infectada con él síndrome a la hora de morir.
La mano de la enfermera que se había acercado a Twilight con la intención de notificarle sobre su traslado de habitación, es quitada de su rango por un golpe, el silencio de la habitación permitió que el eco de las manos chocando entre ellas resonara con claridad captando la atención de Sunset, y el par de enfermeras.
Rainbow se sobre salta, viendo como su amiga se lleva las manos a la cabeza, apretando su cabello con fuerza mientras su respiración parecia entre cortarse.
-Señorita..- la enfermera de azulado cabello intenta acercarse a Twilight, pero está coloca sus manos frente de si logrando empujarla.
Ella se incorpora apoyándose en la pared, pero casi de inmediato siente gran debilidad en las rodillas dejándose caer sobre ellas, antes de sentir como su estomago se revolvía y ella empezara a vomitar.
-Twilight.. ¿estas bien?- pregunta Sunset preocupada desde su posición.
La joven se sobresalta incorporando su espalda bruscamente.
-¡NOO!- grita Twilight arrastrándose hasta una esquina, sus temblorosas manos se posicionan sobre su cuello, encajando fuertemente sus uñas en el mismo.
-lo siento.. lo siento.. lo siento..- era lo único que repetía la joven sin detener su acto.
Las enfermeras tratan de acercarse pero Twilight se mueve de su sitio aferrándose a la pared.
-¡no se me acerquen! ¡No me toquen!- ella estrella su cuerpo con fuerza contra la puerta usando sus manos para golpearla.
-¡odio esto!.. lo odio lo odio.. para.. por favor te lo ruego!-
Rainbow se cubre con fuerza la nariz.
-¿que es ese hedor?.. es asqueroso.- dice la chica enojada.
-¿olor.. yo no huelo nada?- pensó la doctora Tamara extrañada, viendo a sus compañeras.
No debían decir nada, sus expresiones faciales lo decían todo.
Tamara saca de su bata una jeringa muy pequeña y usa sus uñas para darle unos golpes a la misma y dejar ir el aire posible contenido en la misma.
-¡que no se me acerque! ¡Que no me toque! ¡QUIERE MATARME!-
Decía Twilight entre gritos de desesperación y terror.
Pero en eso ella siente un dolor punzante en su cuello, mismo del que deja caer sus manos antes de que su cuerpo pareciera apagarse y estuvo a nada de caer al suelo de no ser que la enfermera de cabello azulado logró atraparla.
-lo siento, será mejor que nos la llevemos a otra sala.- dice Tamara a las chicas.
Ella se acerca a Sunset viendo el libro que está tenía consigo.
-deberías preocuparte más por el mundo que habitas y no por el que decidiste dejar atrás hace mucho.. pero si aun te preocupas por lo que allí pase, puede que tus lazos con tu lugar de origen no estén tan rotos como piensas.- Tamara toma las manos de Sunset.
-creo que sabes muy bien que aun si lo intentas, no podrás destruirlos.-
Sunset ve muy confundida como la doctora se retira, por mero reflejo su mano se contrae ligeramente y se da cuenta que tenía algo en ella, era un bolígrafo.
-¡esperen!- grita Rainbow. -¿por que no nos sacan!- grita la chica golpeando las paredes con desesperación.
-creo que la razón es muy evidente Rainbow..- menciona Sunset en voz baja.
Pasan unos minutos, la familia humana de Twilight estaban en la sala de espera, esperando por ella.
Pasa media hora y la joven finalmente sale caminando acompañada de unos doctores, ella mantenía la mirada baja.
-¡Twilight!- exclamó Shining yendo hasta su hermana y abrazándola con fuerza.
Seguido de su novia y sus padres.
-Gracias al cielo que estás bien hija mía..- dice Velvet entre lágrimas de alegría.
La joven solo ladea levemente la mirada asintiendo con la cabeza pero sin responder ante la alegría de su familia.
-hija ¿te encuentras bien?- pregunta Night Light preocupado.
-estoy bien.. solo quiero ir a casa.- responde Twilight en un tono poco audible.
-es mejor que estés lejos de todo esto..- pensó Tamara viendo a la familia desde la distancia.
-Tami.. ¿cuanto falta?- pregunta la chica de cabello rosado.
-un par de noches.. lo malo es que tendremos solo 3 horas para recorrer media ciudad antes de que la luna esté en su punto más alto y estas dimensiones hermanas pierdan su conexión por otros 2 años.- responde Tamara con severidad.
-creo que lo que necesitamos es un alma decidida, alguien que quiere proteger a su querida princesa sin importar nada, alguien que..- decía la chica de azulado cabello antes de ser interrumpida.
-de hecho tienes razón Feli.- menciona Tamara.
-¿así?- pregunta la chica. -quiero decir.. oh si jeje.-
Tamara saca de su bolsillo un separador de libros, ella lo coloca entre su oído y su boca como si de un celular se tratara.
-número 11.- dice Tamara a través del trozo de papel. -tráeme a Penny..-
-entendido número 5.-
Mientras tanto.
Sunset revisaba el libro viendo los mensajes que Spike había dejado, estos en cuestión le informaban sobre el virus que asechaba al mundo de los ponys, lo que más sorprendió a la chica era que la descripción de sus síntomas era la misma que la del virus que asechaba aquel pueblo de humanos.
Ella no sabía que responder, no quería dejarlo sin una respuesta pero no podía dar una si no sabía que podría decirle sin sonar tan pesimista. Por lo que opta solo por decirle que había surgido un virus similar en el mundo humano, pero que este sí estaba más controlado a diferencia del brote en equestria, esto no fue del todo una mentira, ya que por lo visto los humanos han presentado un avance más lento en la enfermedad en comparación a cómo Spike describió el avance en los ponis.
El joven dragón terminó por responderle a Sunset que no deberían volver, pues de hacerlo la investigación solo podría congelarse, en esos momentos las princesas estaban colocando gran parte de las ciudades mayores en cuarentena, aun conscientes de que sus recursos podrían no ser suficientes para cumplir la norma y que esto solo atraería más pánico que conciencia, tampoco había muchas alternativas.
Tarde o temprano todos sucumbirían ante la desesperación del silencio.
Fuera de la instalación médica una chica de rojizo cabello y un largo vestido negro caminaba hasta las afueras de la ciudad, sin importarle la distancia ella simplemente seguía su andar.
-creo que por ahora me iré, este mundo es demasiado terco.. sin embargo mi hogar natal es todo lo contrario, me tomará menos tiempo restablecer su pureza.- pensó la chica dibujando una sonrisa en su rostro.
-sin embargo tengo curiosidad.. quienes ¿serán esos únicos seres que mantendrán el mal de nihilista y a los hijos de la luna controlados?.. supongo que no importa demasiado, después de todo el virus de la ira no necesita a nadie para existir.- pensó la chica deteniendo su andar frente al portal a Equestria. Ella contempla el tranquilo paisaje de aquella calle.
-ya nos veremos pronto queridos amigos.-
-oye, oye.. oye.-
Una tierna e inocente voz femenina resonaba por la mente de Spike, quien ya hacía dormido sobre una de las mesas de la biblioteca.
-¿te encuentras bien?- pregunta la voz, misma que toma del hombro a Spike.
El joven dragón deja de lado su inconsciente estado abriendo lentamente los ojos, su visión no era del todo clara y usaba una de sus garras para tallar sus ojos, cuando lo hizo su vista era más clara que antes encontrando frente suyo a una potrilla pegaso de pelaje rosa y crin magenta oscuro.
Al verla el joven dragón se sobresalta y cae de espaldas pero es atrapado por alguien.
-¿Spike conoces a esta niña?- pregunta una alicornio rosada de melena amarilla rosa y morada.
Spike se incorpora viendo fijamente a la potrilla, este la observa y no sabía por qué pero esa tierna, sincera e inocente mirada le eran muy familiares.
-te me haces conocida.. ¿nos hemos visto antes?- pregunta Spike confundido.
-nop, no lo creo.- responde la potrilla con una sonrisa.
-entonces..¿como entraste? las puertas estaban cerradas.- menciona Cadance extrañada y sin confiar del todo en la niña.
-si, pero no todas las ventanas.- responde la potrilla.
-disculpa.. ¿cual es tu nombre?- pregunta Spike.
-mi nombre es Penny Xaploste.- responde la potrilla con una sonrisa muy alegre.
-una niña como tú no debería estar sola, ¿donde están tus padres?- pregunta Cadance preocupada.
-en una misión especial, dijeron que debía informarles sobre todo lo que acontezca.. aun que creo que él ya se me adelantó.- menciona la potrilla ojeando las últimas páginas del libro que Spike tenía.
-alto, alto.. ¿vienes del otro mundo?- pregunta Spike muy confundido.
-otro mundo.. mmmm supongo que si.- responde Penny pensativa.
-¿pero como cruzaste, sin el libro el mecanismo mantiene cerrado el portal.- menciona Cadance.
-¿mecanismo?.. yo no vengo de un mecanismo, en un momento estaba en el mar de fragmentos y luego ¡bum!, aparecí aquí.- explica Penny con Inocencia.
-estoy perdiendo el tiempo.- dice Spike irritado tomando el libro.
-¿aun no hay respuesta?- pregunta Cadance preocupada.
-todavía no.- responde Spike cerrando el libro.
-no podemos esperar más, debemos traer a Twilight.- dice Cadance con firmeza, pero visiblemente preocupada.
-Mmm no lo se, sus instrucciones fueron claras.- menciona Spike no muy seguro.
-ya han pasado 2 semanas y no han habido noticias ¡debemos traerla ya!- dice Cadance firmemente.
-disculpe, creo que aun si van por su amiga tendrán un problemita.. ¿saben dónde está?- pregunta Penny interrumpiendo a Spike y Cadance.
La alicornio y el dragón desvían su mirada viendo a la potra.
-es verdad..- menciona Spike apretando el libro entre sus garras.
-oh, oh pero yo se quien podría saber.- dice Penny dando pequeños saltitos.
En una parte de la ciudad se llevaba acabo una reunión.
El sitio se notaba abandonado y casi sin población en varios kilómetros a la redonda, aun así en la entrada de uno de los edificios se encontraba un hombre alto que portaba un traje y pese a no tener mucha masa muscular, su sola altura lo hacia verse bastante intimidante.
El hombre toma una manga de su traje exponiendo su muñeca donde se encontraba un reloj. El hombre parecía impaciente.
Pasan 15 minutos y finalmente un auto se aparca frente al abandonado edificio, del auto salen 3 siluetas femeninas, mismas que se dirigen al alto chico.
Este les hace una seña de que se detengan, señalando su propio hombro antes de señalar a las chicas.
2 de ellas se quitan sus chaquetas dejando al descubierto sus brazos, en estos se podían ver unos tatuajes hechos con tinta negra. Al verlos el hombre asiente con la cabeza dando un par de pasos a su izquierda permitiéndoles pasar.
El hombre también entra mientras la última chica parece tomar su lugar quedándose afuera vigilando la entrada.
Las chicas entran a una sala con una enorme mesa en la que había 13 asientos, uno en medio y 6 en cada costado. Ambas chicas van al costado de la derecha tomando la segunda y quinta silla respectivamente.
Todos escuchan unos pasos aproximándose, al hacerlo una mujer que estaba en la novena silla se pone de pie, articulando la orden de que sus compañeros hicieran lo mismo. Todos se ponen de pie, estando firmes y siendo testigos de como 3 siluetas vistiendo largas túnicas blancas se hacen presentes, 2 de ellas se posan a un par de pasos de la silla de en medio, mientras que la tercera se posiciona Justo en frente.
-descansen.- dijo la silueta.
A lo que todos los presentes acatan la orden, siendo ella la última en sentarse antes de retirar la capucha de su túnica, relevando el pálido y jovial rostro de una joven de cabello rubio pálido, con sus puntas en una tonalidad negra, lo más llamativo de ella eran sus ojos, las escleróticas de estos parecían estar formados por un arcoíris, dotando a la chica de una jovialidad y belleza divina, que aria creer a cualquiera que se trataba de un ser divino perdido entre las ataduras terrenales.
La joven dibuja una pequeña sonrisa en su rostro.
-me alegra ver que todos los asientos siguen llenos, mis 12 elites.- anuncio la joven.
-es un honor saludarle princesa Irene.- menciono la chica ocupante de la novena silla.
-saludos cordiales su majestad, espero se encuentre en perfecto estado.- dijo el chico ocupante del asiento 11.
-muchas gracias.- la chica junta sus manos y de entre ellas proyecta una esfera de luz blanca.
-todos me an puesto al día de la situación, el número de Kasuutëku's a estado aumentando exponencialmente, lo que quiere decir.. que la vida de los mortales entre los universos peligra más que nunca.. tal vez no estén de acuerdo pero deben estar conscientes de que todos ustedes no son suficientes.. sugiero poner aprueba a los aprendices.- explicó la chica contrayendo su mano y desvaneciendo la esfera de luz en sus manos.
-¿que me dicen?- pregunta ella con su voz normal, pese a la noticia que les informaba, su voz está estaba llena de un calor abrazador que mantenía tranquilos a los 12 presentes ante la eminente crisis.
Quien ocupada a el último asiento se levanta tomando la palabra.
-la problemática con este universo habla por sí solo.. si nosotros no hemos podido con esta amenaza, no creo que los más jóvenes estén capacitados.- explicó la silueta con una voz masculina.
-nuestro sistema a cedido mucho al paso del tiempo, los chicos de ahora son más talentosos que habilidosos.- mencionó una voz femenina.
Los presentes dirigen su vista al asiento número 7.
-cuanto más se expanden los universos, es más complicado velar por todos, no todos los universos pueden ser perfectos, muchos de ellos ya están condenados antes de que siquiera lo sepamos.- hablo otra voz masculina, ocupante del asiento 3.
-exigir.. que los nativos sean consientes de su realidad es un mal innecesario.- mencionó una tenue voz femenina quien ocupaba a el asiento 6.
-Sin embargó.. debemos considerar que nuestra compañera, número 6 a sido creada en base a los restos de viejos fragmentos vividos por una Kasuutëku, en mi opinión no necesitamos más pruebas, los nativos pueden defender sus universos, ¡no siempre nos necesitan!- mencionó una extravagante voz masculina ocupante del asiento 10.
-eso es tan cierto como nuestra misma presencia en esta sala, aquí y ahora.- hablo Irene interrumpiendo la formante discusión pasiva entre los elites.
A lo que todos guardan silencio dirigiendo su atención hasta quien parecía ser su superior, o una figura de completo respeto ante los ojos de los 12.
-sin embargo.. que la Kasuutëku que formó a Tsubaki realizará ese movimiento tan drástico.. significa que la corrupción no debe ser sembrada, los semblantes siempre crean distracciones con el fin de desviarlos de sus misiones primarias y eventualmente.. perder su pista.-
Ella hace una pausa, ninguno de los presentes se percató, pero el puño derecha de la joven es apretada con fuerza.
-y entiendo perfectamente la frustración y desesperación que corre a cada centímetro de sus anillos del alma, pero mientras el número de Kasuutëku's siga en aumento, solo podemos hacer una cosa por el bien de aquellos universos que siguen intactos..-
Irene se levanta de su asiento elevando sus manos a sus costados, siendo una señal para todos los presentes de hacer lo mismo.
-todos ustedes y sus aprendices son la generación más unida que e tenido el placer de contemplar.-
Con su mano Irene señala al ocupante del primer asiento.
-Finnrod Harckness, Ayano Hagemashi, Ryuk Yukari, Tomoko Reika, Tamara Xaploste, Tsubaki, Ai Mylen, Lirium Harmony, Minerva Amaye, Hyakura Kamao, Dayro Sleipnir, Andrew Arcane, mis queridos discípulos.. anhelo con toda mi existencia verlos triunfar, y así como yo confío en ustedes sé que ustedes confían en sus fieles discípulos, yo sé que es duro dejarlos ir.
Irene junta sus manos, cubriendo su boca mientras su mirada permanecía baja.
-pero la realidad es que así como yo no estaré siempre para ustedes.. ustedes no siempre estarán allí para protegerlos.-
El silencio se forma en la habitación, todos se quedan pensando ante las palabras de su líder, pero en el fondo ellos sabían que no había mucho que pensar, era verdad, lo sabían desde el día en que se les encomendó elegir a sus potenciales sucesores, sin embargo el cariño que les habían tomado conforme pasó el tiempo constantemente les hacía olvidarse de ese inevitable destino final.
-Número 5, Número 2 y número 11, siéntanse libres de reanudar su misión.- dice Irene.
Los 3 mencionados se levantan de su respectivo asiento.
-a sus órdenes.- mencionaron los 3 a la par.
2 de ellos se retiran del sitio a excepción de la numero 2.
-su majestad..- hablo la chica.
-¿qué te aflige segunda?- pregunta Irene.
-es que.. estas plagas yo las e estudiado por años, conozco muchas formas de combatirlas.. algunas incluso puedo detenerlas en sus primeras etapas.. Tamara nunca me deja decirlo pero yo no importo para esta misión.. mis planes por detener el mal de nihista o la maldición de la luna siempre son en vano.- expreso la chica con impotencia apretando los puños de sus manos.
Irene coloca sus manos en los hombros de la chica, al hacerlo una cálida sensación de paz inunda su cuerpo, y por mero reflejo se da la vuelta, viendo frente a frente a su princesa.
-No Ayano.. tú importas más de lo que dices.- menciona Irene tomándola de las manos.
Ayano baja su ensombrecida mirada, sintiéndose indigna de dirigirle la mirada.
-pero su alteza..-
-basta, no te castigues más los errores son solo eso.- Irene dirige su vista a todos los que seguían presentes.
-¿crees que ellos nunca se han equivocado? ¿Crees que yo nunca me e equivocado?.. el camino hasta aquí es muy largo y lleno de obstáculos, pero si todos siguen aquí quiere decir que son superiores ante cualquier obstáculo que trata de frenarlos.-
Irene se dirige al resto de los elites.
-¿recuerdan el lema que siempre acatamos queridos discípulos?-
Los 9 que quedaban en sus asientos se levantan, ellos dirigen sus manos a las capuchas de sus túnicas removiéndolas y dejando sus rostros al descubierto.
-todos los errores componen la misión, cada obstáculo es solo una dificultad más en la fortaleza, confía en tus habilidades y ellas te guiaran a la victoria- entonaron los 9 en una perfecta sintonía, siendo una sola voz apenas distintiva de rasgos femeninos y masculinos.
-yo confío en ustedes..- menciona Irene asintiendo con la cabeza antes de tomar suavemente de la mejilla a Ayano. -en todos y cada uno de ustedes mis fieles discípulos.-
