La guerra por fin terminó Zeus ayudado de sus hermanos, los cíclopes y centimanos derrotaron a los titanes y los encarcelaron en el tártaro, ahora estaban celebrando su victoria.

Mientras festejaban Hera observaba la fiesta sentada junto a su hermana Hestia y Leto la titánide se les había unido hace rato.

¿No vas a bailar Hera?—preguntó Leto, quien hasta la diosa del hogar se había unido al baile y ahora estaba danzando con su hermano Poseidón mientras reían.

No soy muy buena bailando—se rió Hera—¿Y tu?—

Por ahora el que me interesa esta con otra—había algo de tristeza en la voz de la titánide, y Hera la miró con curiosidad.

¿Con bailar te refieres a que ya está con alguien?—por lo que sospechaba a Leto le gustaba alguien y viendo su expresión había dado en el blanco.

Sí me ha gustado desde el primer momento en que lo vi—

Hera asintió y la miró con pena mientras bebía de su copa Leto lanzó una mirada nostálgica a Zeus que bailaba felizmente con Metis y habían anunciado su compromiso y boda, algo que entristeció a la titánide de la luz.

Pero Zeus amaba a la oceánide, titán de la prudencia y no lo culpaba Metis era inteligente, aguda y fuerte, tenía el pelo rubio y los ojos grises ella junto a Rhea fueron las que ocultaron a Zeus de su padre y tuvo una gran importancia en la guerra, Leto no estaba a su altura.

Hera le cogió la mano en señal de apoyo.

No te preocupes en la vida hay muchas oportunidades de amar y para nosotros tenemos una eternidad de nuevos comienzos—

Leto le sonrió a Hera, la diosa era muy amable y empática aunque ella y sus hermanas no lucharon en la guerra ayudaban curando a los heridos y en la asistencia. Las tres hijas de Cronos y Rhea eran muy hermosas pero la que se destacaba era Hera, Leto sospechaba que en el futuro tendría incontables pretendientes.

Pero a la diosa de las mujeres y el matrimonio eso no le interesaba por ahora, lo que quería era disfrutar de la paz.

Pero por desgracia como pensaba Leto llamó la atención de muchos dioses y titanes, decían de ella que era la diosa más bella de todas incluso la propia reina Metis, y muchos querían su mano.

Pero Hera solo quería que la dejaran, ninguno le gustaba y después de ver el tratamiento de su padre a su madre era reacia lo cual era irónico siendo la diosa del matrimonio pero todavía tenía ese trauma y no quería casarse en contra de su voluntad con alguien que no amaba.

Por suerte sus hermanos alejaban a los pretendientes, el que más ferozmente la protegía era Zeus hasta el punto de que les lanzaba un rayo a los que intentaban propasarse muchos decían de lo protector que era con su hermana pero era por otro motivo.

Cada vez que veía algún dios coquetear con Hera prácticamente perdía la cabeza y se ponía delante de su hermana mirando al hombre y fulminándolo con la mirada. La furia del rey de los dioses bastaba para dispersar a esos idiotas.

Sentía unos celos feroces con aquellos que incluso miraban de forma inapropiada a su hermana, era cierto y estúpido pero no podía evitar ponerse celoso y posesivo.

Además se preocupaba por ella, Hera era una diosa solitaria que a veces se aislaba de los demás y solo su madre y hermanas la sacaban de su caparazón, sabía que de repente toda esa atención sería abrumadora para ella.

Rhea tuvo la solución, decidió que se fuera a vivir una temporada con sus tíos Océano y Tethis allí en el fondo del mar estaría tranquila y viviría felizmente hasta que las cosas se calmaran en el Olimpo.

Hera vivió muchos años de forma pacífica y feliz con Océano y Tethis, sus tíos la amaban como una hija y ella los quería también como padres sobre todo Océano que fue el padre que jamás tuvo.

A medida que pasaba el tiempo se convirtió en una mujer fuerte, segura y orgullosa con un porte y carácter dignos de una reina.

Ahora se sentía preparada para contraer matrimonio algún día, ya no sentía aprensión después de ver cómo se amaban Océano y Tethis, la forma en que se cuidaban el uno al otro y a sus hijos comprendió que no todos los matrimonios eran como los de sus padres y esperaba tener uno como el de sus padres adoptivos.

Pero por desgracia el destino no fue amable con la joven y sus sueños y esperanzas se verían truncados.