La diosa del matrimonio estaba delante del espejo mientras sus asistentes las Horas y la incorporación mas reciente Iris la ayudaban a prepararse para su boda.

Sin embargo en lugar de haber felicidad y celebración la habitación tenía un silencio sepulcral junto la mirada abatida de la joven diosa, Iris era solo una niña y no entendía exactamente lo que ocurría, pensaba que eran los nervios por su próximo matrimonio.

Pero las Horas hijas de Zeus y Temis lo sabían mejor, las trillizas eran diosas del orden en general y la justicia, Eunomia la diosa de las leyes y la legislación, Dice la diosa de la justicia moral. Presidía sobre la justicia humana e Irene personificaba la paz y la riqueza.

Al ser diosas de a justicia como su madre la titánide de la justicia y equidad, eran capaces de ver cuando se había cometido un crimen y quedar impune pudieron verlo en su tía (a pronto ser madrastra) pero ella les ordenó que no dijeran nada, tampoco Temis su madre Hera no podría soportar la humillación.

Ya era doloroso la traición de Zeus pero que los demás descubrieran cómo consiguió que accediera era demasiado así que ahora no le quedaba más remedio que casarse con él.

Las Horas bajaron la cabeza y Eunomia apretó el puño aunque fuera su padre Zeus debía ser castigado por lo que hizo y la diosa de la justicia sabía que tarde o temprano eso ocurriría nadie se libraba ni el rey de los dioses.

Estaba verdaderamente hermosa, el vestido no sólo era blanco tenía distintos colores plata, dorado que aparecían con el movimiento, delicados bordados de sus flores sagradas adornaban la tela y finalmente un velo transparente bordado finamente con hilos de estrella.

Era un espectáculo para la vista y sus asistentes se maravillaban con sólo verla.

Ella sentía que se asfixiaba.

Cuando se dirigieron a lugar donde se celebraría la ceremonia, el jardín de las Hespérides, sentía como esa asfixia aumentaba y no era por los nervios y la emoción de una novia a punto de casarse feliz, era la angustia y ansiedad que crecían.

Zeus esperaba ansioso a su futura esposa, iba con túnicas azules, bordadas con rayos y águilas, en su cabeza llevaba una hermosa e imponente corona de oro con forma de alas de águila y piedras preciosas mientras su cabello oscuro estaba bien peinado, cualquier mujer ya fuera mortal o inmortal caería rendida ante él.

Pero el rey de los dioses solo quería una, la mujer que iba a convertirse en su reina, anhelaba y sentía un temor visceral de que ella no apareciera y escapara.

No podía reprochárselo, después de lo que hizo a la mañana siguiente cuando despertó y recordó lo que ocurrió se sintió abrumado por la culpa y la vergüenza ¡por todos los dioses! ¿¡qué había hecho!? ¿como pudo hacerle eso? Solo quiso ir a verla eso es todo pero cuando estuvo a su lado en el lecho no pudo evitarlo sobre todo cuando ella lo rechazó le invadió la desesperación.

A su lado vio a sus hermanos Hades y Poseidon si ellos descubrieran lo que le hizo a su hermana...ambos lo arrojarían a Cerbero para darle de comer o al Kraken.

No era ninguna excusa para lo que hizo, a veces Zeus tenía una parte oscura que lo dominaba pero en esta ocasión fue imperdonable y cuando no encontró a Hera por ninguna parte de la cama ni la habitación la buscó por el Olimpo.

Finalmente la encontró en un árbol que ella había plantado cuando se mudaron todos allí como dando el inicio del hogar, el árbol era enorme lo suficiente como para tapar a Hera entre sus ramas pero Zeus la vio.

Ella no le dijo nada mientras él se disculpaba y mostraba su sincero arrepentimiento solo le dijo tres palabras en tono muerto.

Me casaré contigo—

Zeus no quiso que ella accediera de esa forma, quería que lo hiciera porque quería y lo amaba pero ahora había destruido cualquier posibilidad pero no, haría lo que fuera para compensarla, ella solo le había pedido que las circunstancias con las que por fin accedió a casarse con él quedaran entre ellos y las diosas de la justicia que no se les escapa nada.

El dios del rayo no olvidará nunca la cara de horror y disgusto de sus hijas las Horae y de Temis, que había sido además de su amante su mentora, junto la decepción.

¿¡En que pensabas Zeus!? ¡tu propia hermana una diosa!

Habían discutido pero Temis ha instancias de Hera lo dejó eso sin dejar de mirar con reproche a su antiguo amante, el hombre sabía que había perdido el respeto de Temis y sus hijas las Horae.

Los pensamientos de Zeus se vieron interrumpidos por la llegada de la novia que al verla quedó sin palabras.

Hera estaba...no podía describir con palabras lo bella que se veía, todos los invitados opinaban igual grácil y regia al mismo tiempo una digna compañera del rey de los dioses.

Hera acompañada de sus hermanas Démeter y Hestia sonreía intentando que pareciera lo más sincera posible, delante de ella estaba Zeus aunque no podía negar que estaba increíble todavía no pudo evitar el dolor en su pecho. Miro a los invitados y entre los presentes vio a Leto que tenía una mirada de dolor y traición ¡como si Hera hubiera querido esto! Nunca tuvo intención de hacerle daño a su amiga pero no pudo explicárselo sin las consecuencias que habría.

Avanzó hasta donde estaban los tres destinos para oficiar la ceremonia Zeus cogió sus manos delicadamente, mientras las Moiras hablaban Zeus se lo decía todo con una mirada y en la mente.

Te amo de verdad Hera me pasaré la eternidad compensándotelo créeme.

A pesar de lo ocurrido en algún rincón de su corazón aún lo amaba y entonces decidió darle una oportunidad ya que ahora se iban a casar y eso no iba a cambiar, sólo confiaba y esperaba que Zeus no volviera a hacerle daño.

Cuando las Moiras acabaron ambos bebieron del mismo cáliz a continuación Zeus cogió de un cojín aterciopelado una corona más delicada pero estilizada con forma de ramas de oro y plata con diamantes y se la puso en la cabeza, a continuación ambos se besaron Zeus vertió en ese beso todo el amor y la pasión que sentía por su esposa.

Poseidon anunció a los presentes.

¡He aquí a vuestra reina Hera diosa del matrimonio, las mujeres y la familia y reina del cielo y los dioses!—

Todos victorearon.