—Kokopelli—

Hera se volvió hacia Tenjin quien estudiaba asombrado la marca.

—¿Sabes lo que es?—

—Tan sólo rumores, es una deidad de la fertilidad de los nativos americanos, trae la primavera y la lluvia para las cosechas. Tengo entendido que es un dios travieso y pacífico, no suele meterse en asuntos de otros dioses lo que me extraña pero sin duda ese es su símbolo—

Hera frunció el ceño mientras veía la marca entonces la estaba ayudando.

—Me curó cuando estaba herida y me dijo que fuera al norte donde encontraría respuestas, nunca imaginé que sería esto—

La marca empezó a arder y Hera siguiendo su instinto fue por el túnel secreto bajo la mirada atenta y llena de preocupación de los prisioneros, continuó un rato hasta que se encontró con una trampilla la abrió con algo de dificultad y salió en pleno bosque.

Lo que para mala suerte suya fue encontrase en ese momento con un contingente de gigantes sonriendo con satisfacción.

—Bueno, bueno una intrusa asi que tu eres la que a matado a Francis ¿eh? Chica mala—

Los demás se rieron como idiotas mientras Hera apretaba los dientes, se preparaba para luchar a muerte cuando las expresiones de uno de los gigantes pasó a shock—

—¡Jefe mire!¡es ella, Hera!—

Los gigantes jadearon y el líder se centro en su cara, sus ojos se abrieron como faros de coche y se echó a reír.

—¡Oh esto no tiene precio¡ nuestro rey lleva mucho tiempo buscádote cómo nos recompesará—

Ni loca.

—Tendréis que pasar sobre mi cadáver—

Pero antes de que todo fuera a más se oyó un sonido de animal pero que no era para nada normal todos se agitaron nerviosos.

Estoy aquí.

—¿Taolh?—uno de los gigantes dio unos pasos hacía la voz.

—¡Imposible! Taolh fue asesinado por ese maldito monstruo—

Hera estaba confundida ¿monstruo?

Los gigantes nerviosos miraban alrededor del bosque pero la voz del Taolh siguió hablándoles e incitando de forma casi hipnótica a que vinieran.

No estoy muerto, fue un truco de ese monstruo para engañaros venid.

Uno de los gigantes sin poder ,ás fue corriendo en contra de las advertencias de los demás desapareciendo en la espesura. Al principio no se oía nada pero luego un grito seguido de unos ruidos repugnantes de carne desgarrada y comer se oían en el lugar.

—¡Hay que irse de aquí ya! Coged a Hera—

Pero Hera aprovechando la confusión y el caos emergente reculó entre las manazas del gigante y con un rápido movimiento lo decapitó eso confundió aún más a los gigantes se suponiía que no podían ser asesinados ya.

Pero no tuvieron tiempo de cabilar porque un estruendo como si algo gigantesco se precipitara hacia ellos alzaron sus armas listos.

La criatura que apareció era absoslutamente horrible humanoide se mobía a cuatro patas pero también a dos debía medir conco metros de altura llevaba una cornamenta parecida a un ciervo y la columna seasomaba por su carne. Carecía de pelo y tenía unos agudos colmillos y filosas garras el ser se abalanzó sobre un gigante como un rayo y lo partió por la mitad para horror de todos y se puso a comerse con un ansia voraz sus entrañas.

Hera con un escalofrío se dio cuenta de que se había topado con otro ser del panteon nativoamericano.

De todas las criaturas tenía que ser un wendigo joder.