El nacimiento y la posterior caída del Olimpo del dios Hefesto no son en absoluto como los mortales e incluso dioses creen y solo unos pocos saben la verdad.

Hera estaba embarazada de nuevo, este era su quinto hijo Enyo había nacido unos siglos antes y al igual que Ares era una diosa de la guerra cruel y destructora de ciudades y la carnicería, a veces se preguntaba si su matrimonio envenenado era el motivo de dar a luz a estos hijos.

Pero luego se quedó de nuevo embarazada y esta vez supo que era un varón estaba emocionada y por primera vez en mucho tiempo Zeus también se mostró cariñoso y amable con ella parecía que este bebé los uniría más.

Zeus estuvo para ella en sus antojos la ayudó cuando estaba demasiado cansada y hasta la cogía en brazos, la reina pensó que su matrimonio tal vez tenía salvación.

Pero no fue así Hera tenía que suponer que no duraría para siempre.

Cuando llegó el momento de dar a luz le asistía su hija la diosa del parto Ilítia y su hermana Hestia con Démeter su relación ya era prácticamente inexistente.

¡Vamos Hera solo un poco más y ya está!—le instó su hermana.

Tranquila madre ya solo falta un poco—la voz suave y cariñosa de su hija la animó y gritó con todas sus fuerzas.

Se oyó un pequeño llanto de un bebé Hera estaba acostada contra las almohadas sin fuerzas pero sonrió débilmente lo que no esperó fue el silencio de las otras diosas cosas que la alarmó.

¿Qué sucede?—preguntó empezando a asustarse.

Hera...tu bebé esta sano pero...—dijo Hestia débilmente sin saber como decírselo a continuación.

¿Que pasa? ¿le ocurre algo a mi bebé?—se incorporó intentando ver a su hijo que era acunado en los brazos de su hermana mayor pero no le dejaron—Ilítia déjame ver a mi hijo—dijo aunque estando débil por el parto con una voz imperiosa y que no dejaba lugar a desacuerdos.

La diosa más joven sin más opción le mostró el bebé a su madre.

Hera lo cogió y descubrió las mantas solo para casi gritar.

Su hijo tenía unos ojos como carbones encendidos pero lo más extraño era piel con extrañas manchas que afeaban y le daban un aspecto extraño a su hijo no pudo evitar sentir como su estómago se revolvía pero cuando su bebé le cogió un dedo con su diminuta manita no pudo evitar ablandarse y no sentir más que amor por su hijo.

En ese momento Zeus entró en la habitación Hestia e Ilitía dejaron a la pareja a solas en silencio, el rey de los dioses se acercó con una sonrisa a su esposa e hijo pero se congeló al ver al bebé.

Mujer ¿que en el Tártaro es eso?—

Hera miraba incrédula a su esposo ¿que había dicho?

Es nuestro hijo ¿cómo puedes hablar así de él?—

Pero Zeus miraba con una mezcla de asco y rabia al bebé.

Eso no puede ser mi hijo ¿¡estás loca!? ¿que dirán los demás cuando me vean con él seré el hazmerreír—

Hera sintió como la sangre le hervía.

¿Cómo te atreves? Te recuerdo que es tu hijo, carne de tu carne y él no tiene la culpa de ser así y a ti no debería importarte lo que piensen los demás de ti eres el rey y la verdad no te importaban sus burlas cuando me engañabas con todo ser viviente—

Zeus puso los ojos en blanco y se rió de ella con un deje de crueldad.

Sabía que sacarías ese tema de mis asuntos superalo de una vez Hera—

No me lo puedo creer ¡te saco eso como ejemplo de las muchas tonterías en las que te dejas tu solo en ridículo! ¡no te consiento que te burles de nuestro hijo!—

Zeus la miró con frialdad y desprecio una mirada que Hera estaba demasiado familiarizada.

Está claro que estos meses que hemos estado juntos no podían durar ese bebé es una prueba no quiero que lo relacionen conmigo les dirás a todos que lo tuviste sin ningún padre por celos a Atenea—

Hera tuvo que contenerse las ganas de golpearlo ¿celosa de esa niña arrogante que besaba el suelo de Zeus? Cierto que era inteligente pero sabía no podía definirla precisamente además sabía de sobra que ella tenía madre Metis.

Zeus estos meses que hemos pasado juntos han sido como al principio de nuestro matrimonio ¿no significaron nada para ti? Por favor no reniegues a nuestro hijo—

Zeus se tensó y pareció pensarlo por un instante Hera tuvo algo de esperanza pero esa esperanza murió al ver la mirada llena de resolución en sus ojos eléctricos.

Les dirás eso a todos, no me relacionarán con esa criatura lamentable—y se fue estaba claro que los únicos hijos que merecían la pena eran con otras mujeres que no fueran su esposa.

Hera lloró mientras apretaba a su hijo contra su pecho.

No te preocupes mi vida no le necesitamos—

Zeus llegó a sus aposentos pensando en lo ocurrido ¿de verdad había echo lo correcto? Era su hijo al fin y al cabo y lo que hizo y su reacción no le hizo mejor que Urano cuando desterró a los Cíclopes y centimanos por ser feos.

¿Acaso tenéis dudas mi señor?—

De las sombras surgió Dana.

No sé creo que me e excedido es mi hijo y no quiero ser como mi padre o Urano y ahora que las cosas empezaban a ir bien con Hera—

Dana tenía un exterior comprensivo pero por dentro se preocupó ¿y si Zeus decidía arreglar las cosas con Hera y aceptar a su hijo? No podía permitirlo las cosas iban bien parecía que la relación con su esposa jamás se repararía pero luego vino ese maldito niño y todos sus planes empezaron a desmoronarse ¡tenía que hacer algo!

Mi señor ¿acaso Hera tuvo esa consideración con todos vuestros hijos ilegítimos o amantes? ¿no recuerda a Artemisa, Apolo y su madre Leto? ¿o Dionisio y su pobre madre Selene?—

Vio como Zeus empezaba a vacilar empezaba a llenarse de resentimiento hacía Hera, sonrió sabiendo que lo tenía justo donde quería.

Negando a su hijo no lo hace igual a su padre y abuelo si lo reconociera ese bebé lo dejaría en una posición débil sobre todo si lo tubo con su esposa además piense en esto como una retribución por todo lo que ella le hizo a sus hijos castigando a los de ella—

Zeus escuchó atentamente las palabras de Dana y tomó una decisión Hera y sus hijos podían pudrirse en el Tártaro todos ellos no eran más que decepciones y de esta forma le haría pagar a Hera por perseguir a sus hijos ilegítimos.

Dana sonrió sabiendo que lo había conseguido desde siempre pudo manipularlo con facilidad, a diferencia de Hera Zeus siempre creyó en ella ciegamente.

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A partir de ese momento Zeus no solo no se disculpó por su tratamiento a Hefesto como así se llamaba sino que obligó a Hera a decir esa mentira de que el no era su padre y solo tenía una madre.

No solo con Hefesto sus otros hijos sufrieron las consecuencias.

Zeus antes había sido indiferente con ellos pero los dejaba en paz pero ahora fue mucho más duro con ellos, en primer lugar desterró tanto a Ares, Enyo y Eris del Olimpo para siempre y obligados a hacer trabajos forzados en el inframundo.

Incluso Ilítia y Hebe que nunca se metieron en problemas sufrieron también los desvaríos de su padre también fueron desterradas y obligadas a trabajos humillantes siendo sirvientas de las amantes e hijos ilegítimos de Zeus.

Hera estaba tan furiosa que una tormenta se formó y el suelo retumbaba por toda Gracia pero el dios hizo oídos sordos Hera sabía que Dana estaba detrás de esto, esa perra manipuladora siempre la trató más y con falsa cortesía cuando lo que más anhelaba era ocupar el puesto de Hera.

Pero la reina al menos tenía a Hefesto lo cuidaba y protegía de las miradas y burlas de los otros dioses era lo único que le quedaba y no permitiría que él también sufriera por su cruel padre.

Pero Dana todavía le tenía reservada una desagradable sorpresa a Hera.

Mientras la diosa dormía se coló en la habitación y cogió al bebé miró con desagrado al niño se lo llevó, tomó una poción que le hizo adoptar la forma exacta de Hera sonriendo fue hacía donde estaba Zeus y los otros dioses cenando era su plan maestro para destruir la reputación de la reina.

¡MALDITO ENGENDRÓ! ¡POR TU CULPA MIS OTROS HIJOS HAN SUFRIDO Y SOY LA BURLA DEL OLIMPO POR TU CULPA, DAR A LUZ A UN HORRIBLE ENGENDRO COMO TÚ!—

Por el rabillo del ojo vio como Zeus y los otros dioses la miraban alarmados Dana sonrió interiormente y siguió con su pequeña actuación.

No quiero una vergüenza como tu empeñando mi vida desaparece—y a continuación arrojó al bebé abajo hacía el mundo mortal.

Dana sonrió al oír los gritos escandalizados de los dioses y la expresión perturbada de Zeus antes de desaparecer.

Mientras la autentica Hera presa del pánico buscaba a su bebé ¿donde estaba y si Zeus le hacía algo? Pero en ese momento apareció Zeus con una expresión de puro odio y disgusto al igual que Atenea, Artemisa y Apolo ¿que sucedía? Siempre la miraban así ero ahora era algo distinto.

No pudo hablar y preguntar por el paradero de su bebe pues Zeus le lanzó un rayo algo que la dejó incrédula más halla del insoportable dolor era la primera vez que usaba su arma con ella ¿como pudo?

¡Maldita! ¿¡cómo has podido arrojar a Hefesto fuera del Olimpo!?—Aunque no quería reconocerlo como su hijo lo que hizo Hera lo horrorizó y él se preguntaba si había sido cruel con Ares y los demás pero lo que hizo Hera fue mucho peor.

¿¡Que!? ¿¡que has dicho!?—Hera quería creer que mentían y se burlaban de ella pero viendo sus expresiones se dio cuenta de que era verdad, no su pobre bebé pero no pudo llorar o mostrar dolor en ese momento Zeus la agarró.

Me aseguraré de que seas castigada adecuadamente esposa mía