A Thing Call "Love"

PAREJA: Harry Alfa x Draco Omega

DISCLAIMER: El mundo de Harry Potter le pertenece a J.K. Rowling! Yo solo estoy utilizando los personajes por mero entretenimiento sin fines de lucro :3

ADVERTENCIAS: Es un What if…? (qué tal si…?) dentro de un OMEGAVERSE

Hay relación chico-chico, sexo explícito (Si no te gusta el delicioso, ¿qué haces aquí? x9), personajes algo OoC y probablemente palabras altisonantes. ¡Están advertidos!

Si me equivoco en continuidad, horrores de ortografía o las cosas canónicas, ¡me disculpo de antemano! (porque no podré hacer nada xD)

Resumen: Atrapado en un matrimonio sin amor, Draco pensó que estaba entumecido al amor y que podría vivir su vida de esa manera; esto cambia cuando conoce a Harry, su alfa destinado.

Notas de la Autora: Hola pequeños. No pude sacarme esta historia de la cabeza, así que ahi va! a lo mucho tendra 5 capitulos :P

Espero que disfruten!

A leer se ha dicho!


Capitulo 1

-Draco, te presento a tu prometido-

La expresión en el rostro de su amado padre era severa como siempre, inamovible y hasta cruel para los desconocidos, pero notó esperanza en su tono de voz. Apenas tenue como si fuera la solución de sus problemas, pero estaba ahí.

La puerta de la amplia habitación con vista al lago, se abrió revelando a invitado.

Su cara adusta y su expresión de eterno hastío la reconoció al instante, se trataba de uno de sus compañeros de escuela.

Alto, inteligente, su apellido tenía renombre y a los ojos de su padre, la mejor elección. ¿Cómo culparlo si era cierto? Estaba seguro que si buscaba en cualquier diccionario el significado "Alfa" encontraría su foto. Ese joven podría ser muchas cosas, pero probablemente era la única persona que conocía sin sentido del humor o la ironía, ninguna sonrisa alguna vez surcó su rostro…

Blaise Zabinni, un alfa en todo el sentido de la palabra.

Cuando eran niños fueron muy amigos por los estratos sociales en los que se desenvolvían sus padres, pero al llegar a la escuela secundaria, esa amistad se rompió. Desde que la escuela realizó su examen de segundo género y descubrió que era un omega, su vida fue cuesta abajo en su rodada y no parecía querer detenerse. Estuvo jodido desde la edad de 12 años.

Venía de padres alfas, hermosos, acaudalados y exitosos ¿Cómo podría sospechar que él no sería igual? Creció como un niño amado, mimado, confiado que seguiría los pasos de su padre y asumiría todo lo que por derecho le correspondía cuando llegara a la edad adulta; pero cual va siendo su sorpresa que su vida planeada solo era una ilusión y que una sola palabra lo mando directo a la deriva.

Un omega.

La clase más baja en esa sección de castas oxidada. Un ser mantenido, sumiso e inferior que a los ojos de la sociedad solo era una incubadora con patas.

Estaba asustado por lo que sería de él, peor aún, aterrado.

Luchó con todas sus fuerzas contra su destino, pero tras el primer calor del celo y su inestabilidad posterior, su determinación se fue al caño. El calor llegaba de manera irregular, a veces tras solo un mes de haber pasado y otras se ausentaba por 3. Las pastillas eran lo peor. No solo controlaban su celo, sino por su alta dosificación era como si estuviera muerto en vida.

Odiaba tener que ser protegido por alguien más, odiaba no ser más que un objeto para cualquier alfa, pero nada se comparaba al odio que sentía consigo mismo por ser una carga para sus queridos padres.

No lo criaron para ser débil, pero ver las lágrimas en los preciosos ojos azules de su madre y la preocupación en la faz de su padre, lo marcó tan profundamente que se obligó a a tomar cartas en el asunto.

Si casarse con alguien más fuerte que él lograría traer tranquilidad a sus progenitores; estaba dispuesto a sacrificar su propia libertad con tal de verlos felices.

-Blaise. Es un gusto verte después de tanto tiempo- dijo con su voz neutral, esperando no demostrar sus emociones que quemaban su lengua -¿tu madre se encuentra con buena salud?-

-Mira Draco, dejémonos de charla insignificante; iré al grano. No me complace casarme con un omega, el eslabón más bajo de esta cadena de poder. Criaturas sucias, taimadas que seducen alfas con sus feromonas y descaradamente abren las piernas al mejor postor. Y mucho menos me complace pasar el resto de mi vida contigo- Draco gruñó para sus adentros, con su orgullo herido ¿Cómo se atrevía a decírselo en su cara?

-Tampoco es un día de campo para mí- contestó con ironía, pero el moreno lo tomó con fuerza de la mandíbula.

-Tu cara es bonita, Malfoy; pero tu personalidad es nefasta. Si me he de casar contigo, más te vale mantener la mordacidad al mínimo si no quieres conocerme cuando me enojo –apretó el agarre haciéndole temblar –sabes que tengo más hermanos 5 para ser exactos y yo solo soy el 2do en la línea. Mi madre le gustaba tener una vida muy activa- "ya lo creo que si…" se dijo Draco sintiendo alivio cuando lo soltó –si llego a tener un heredero mucho antes de que cualquiera de mis hermanos, no solo tendría el control de los hoteles de mi madre, sino también el emporio Malfoy y al ser un omega, no sirves para otra cosa que tener hijos-

-Cierto- haciendo tripas corazón, se apretó las manos en su regazo –un omega no sirve para algo más…- bajó la mirada derrotado. Nunca fue un cursi o romántico empedernido que esperó que su propuesta de matrimonio fuera con fuegos artificiales o un mensaje flotando en el cielo, pero esperó que al menos pudiera sentirse un poco "querido" - ¿Cuándo será la ceremonia? -

-Lo más pronto posible. Mi madre se encargará de eso-

*.*.*

Hubo un tiempo en el que soñó que podría ir a la universidad y tal vez, estudiar química como su querido padrino. "Que iluso" se dijo mirando la ventana de su modesta casa.

Tuvieron una ceremonia modesta y tal como le prometió que si mantenía a raya su ironía no tendría problemas, lo cumplió. Solo le levantó la mano 2 veces haciéndole conocedor de su ira, pero se aseguró de mantener su espíritu en calma para no enfadarlo, era más alto que él y por su condición de alfa, tan fuerte que de un golpe podía tumbarlo contra el suelo.

Se mudaron a una bonita casa a 25 kilómetros de Malfoy Manor y sin problemas podía ver a sus padres una vez al mes. Ya no pudo seguir estudiando porque debía ser "la esposa" perfecta de Blaise Zabinni y como tal debía ser una ama de casa; pero no podía quejarse podría ser peor o eso quería creer.

Sus habilidades lentamente se fueron puliendo y con ayuda de los consejos de su madre, le estaba yendo muy bien; podía ver la tranquilidad en los semblantes de sus padres y eso le bastaba y sobraba.

3 años pasaron como un parpadeo que apenas podía creer que se acostumbró a esa suerte que le tocó en la vida.

-Mi vida no esta tan mal…- se dijo tocando el collar anti-mordida que le regaló su marido y rió al recordar cuando se lo dio, justo al momento de su noche de bodas seguido por esas simpáticas palabras "Mas te vale usarlo en todo momento, no tengo la intensión de marcarte ni hoy ni nunca. Tu celo está controlado gracias a mis feromonas y cualquier alfa que intente tocarte sería un tonto si lo intentara"

Negó con la cabeza, divertido.

-Que imbécil- se dijo terminando sus quehaceres del día.

3 años de estar casados y no habían podido tener un hijo como fue su cometido en primer lugar. Solo tenían sexo cuando le llegaba el celo y esas veces del rut de Blaise, pero sin éxito gracias a que este último tenía una extraña condición de "oligoespemia" donde su mástil tenía más espuma que soldados suficientes para dejarlo inseminado

–Y resulta que inútil soy yo…-

*.*.*

Al salir de la ducha recordó con desagrado la primera vez que tuvo sexo. No fue gentil o significativo como sugerían aquellos libros mentirosos que devoró con avidez durante su juventud. El celo ayudaba a humedecerlo y que fuera más agradable la situación, pero como ninguno de los dos sentía algo más que el instinto, terminaba siendo nada más que una transacción de aromas y fluidos.

Su piel emanaba el aroma de Blaise, un aroma a café cargado, altamente tostado casi como tierra. Nunca le agradó, pero en contra de sus recelos, era altamente efectivo.

Su ciclo de celo era como un reloj suizo, siempre en punto cada 2 meses y solo por 3 días. Nunca tuvo ningún percance con algún alfa. Estaba complacido con ese giro de eventos y pensaba que al menos, algo bueno salió de ese matrimonio acordado.

-Deberías cortar tu cabello. Odio que se me enrede en mi reloj o que golpee mi cara- dijo Blaise malhumorado dándole una calada a su cigarrillo.

-Lo haré esta tarde- dijo Draco alistándose para preparar el desayuno. Su cabello poco le importaba, pero pensaba que su esposo estaba siendo un exagerado como siempre.

–Volveré a la oficina, tengo un par de contratos que firmar. Le encargué a Phillip que tuviera listo los catálogos de persianas y alfombras para el nuevo hotel en Florida, ve a recogerlo cuando vayas con el peluquero- Draco suspiró.

-Claro. ¿vas a desayunar antes de irte? -

-No, comeré allá en la oficina. Vuelvo en la noche- dijo sin regresar a verlo –llama a limpieza porque este fin de semana llega mi madre y todo tiene que estar impecable-

"Wii, un fin de semana con la suegra respirándome en la nuca, echándome en cara no estar embarazado. ¡Qué bien por mí!" la ironía le quemaba el esófago y solo hizo nota mental de sus quehaceres del día.

Aún faltaban 20 días para su celo, así que estarían bien. ¿Qué podría salir mal?

*.*.*

No era su obligación ir personalmente de compras, pero era un gusto adquirido. Le gustaba la libertad de escoger las cosas que llevarían hasta la puerta de su casa, oler la fruta fresca, las flores de las jardineras bañadas por el rocío matutino y ¿Por qué no? trabajar en su hobby de descifrar los ingredientes y aldehídos de las fragancias en el área de perfumería. Escribía en su libreta los compuestos y se divertía al ver sus fórmulas, posibles combinaciones y proporciones.

Como Blaise dijo que llegaría hasta en la noche, se decidió a un día de spa con un masaje y un facial para matar el tiempo antes de ir por la encomienda de su marido.

Podía relajarse y tener un par de charlas superficiales con esposas trofeo como era su caso y para su sorpresa, se encontró con una de aquellas raras excepciones en el mundo: Hermione Granger. Una chica omega, increíblemente inteligente y con la maldita suerte de casarse con el chico del que se enamoró.

-Ya, así que es tu alfa destinado, que romántico- dijo Draco con ironía haciendo que la castaña bufara divertida.

-Lo dices de broma, pero así fue, te lo juro por lo más sagrado- juntó sus dedos y los besó como una promesa.

-Son solo leyendas urbanas Granger. No existe el destino. Solo somos esporas al aire y aterrizamos donde tenemos que caer, tu atrapaste al hombre del que te enamoraste en la secundaria y resultó ser un alfa, que bien tu futuro está resuelto-

-Claro que no es tan simple como un enamoramiento, Malfoy. Es el destino que te llama y ata a la persona con la que debes estar. Es como si lo más profundo de tu alma reconociera a esa persona que está hecha para ti. Eso que llamas "leyendas urbanas" está documentado en libros, científicamente comprobado. Seguimos siendo animales y gracias a nuestro segundo genero tenemos instintos latentes, esparcimos feromonas que atraen a alfas compatibles. El chance de que suceda un encuentro con tu pareja destinada es bajo, pero nunca 0. Yo también creí que eran locuras, pero me pasó; jamás podría estar con alguien que no sea Ron-

-Diría "que afortunada" pero tristemente es un Weasley. Pobretones, tienen más hijos de los que pueden mantener y para colmo pelirrojos. No me gustaría estar en tu pellejo-

-No seas bobo- dijo con las mejillas encendidas lanzándole una toalla a la cara –tiene un trabajo estable, puedo seguir estudiando, me dio la libertad de escoger cuando tener hijos y me ama con locura ¿Qué más puedo pedir? -

-Difícil competir con eso- dijo divertido –yo solo tengo estabilidad económica y un esposo con un genio de los mil demonios, pero con una polla enorme, así que confirmo que no se puede tener todo- todos rieron y varios confirmaron que estaban en las mismas –chicas no quiera dejarlas, pero el deber llama. ¿nos vemos a la misma hora la semana que viene? -

-Claro Malfoy. Buena suerte- le sonrió enigmática y Draco solo se alzó de hombros.

Le agradaba su relación amor/odio con Granger y sabía que, aunque se burlara, si sentía cierta envidia por ella. Esa marca en su cuello era la prueba fehaciente que era amada.

Le fascinaba la idea de una relación donde la estabilidad y el amor no estaba peleado, donde podía verse tan feliz y radiante como ella; pero no alcanzaba a concebirlo para él.

"Parece un montón de tonterías" se dijo apresurándose ya que se le hacía tarde.

Phillip era uno de los proveedores más leales del grupo Zabinni y no podía dejar que su esposo se enterara que se demoró. "Nada más falta que le vaya con el chisme…" bufó molesto.

La transacción solo duró escasos segundos y sin tener que hacer, planeó regresarse a casa. La bolsa era más liviana de lo que esperó y se le ocurrió irse caminando en lugar de usar el coche.

Era un bello día y no tenía ganas de regresar tan pronto.

Cual caperucita roja, tomó la ruta más larga deleitándose con esa avenida que no conocía pero que extrañamente le atraía. Una panadería de hermosos bollos recién hechos le hicieron agua la boca y le sorprendió encontrar una cafetería que contaba con una enorme librería. La calle se conectó con la avenida principal y pensó que esa sería su nuevo camino de ahora en adelante.

Pasando por el parque central percibió un aroma que le hizo parar en seco.

Un aroma a té verde, suave, limpio y dulzón. Tan fresco y liviano que relajó sus músculos al instante como estar en casa. Buscó con la mirada de donde provenía tan especial fragancia que cuando sus ojos se conectaron con los de un joven de ojos verdes, se cortó su respiración.

La explicación que le dio Granger no era ni una décima parte de la energía que sintió recorrer su cuerpo a gran velocidad haciendo palpitar a gran velocidad su corazón. Era como si algo tirara de él, atrayéndolo a ese chico de cabellos oscuros y alborotados, casi magnético como si cada célula de su cuerpo gritara para correr hacia él.

Estaba sudoroso, húmedo y acalorado. Era imposible que estuviera en celo porque aún le faltaban casi 3 semanas para ello, pero así era, no le cabía duda.

Era él.

Aquella persona que jamás en su vida espero, el cuento de hadas al que renunció mucho antes de buscarlo, pero que todo su ser reconoció sangrando su corazón; era su pareja destinada.


Notas finales:

Mañana o pasado subo el siguiente capitulo de esta historia corta :P