Hola! Atomik27 reportándose, aun recuperándose del covid. Estoy con las secuelas que me causan incomodidad, pero con tratamiento se me van a ir yendo.
Este cap lo iba a colgar por San Valentín, pero se me complico mucho hacerlo.
- UN AGRADABLE REENCUENTRO -
Dipper se echó a correr.
Conocía a Harvey. Ya había tenido dos encuentros con él. No había ganado ninguno, razón por la cual corrió por los pasillos. Su experiencia huyendo de monstruos en Gravity Falls lo habían convertido en un ágil atleta. Hubiera aceptado ser parte del grupo de atletismo, pero quería estar en el equipo de ciencias del colegio.
Había corrido ya buen tramo y se estaba cansando, más sabía que Harvey lo alcanzaría en cualquier momento. Cuando ya lo tuvo lejos, dobló dos veces a la izquierda por los pasillos, esperaba que Harvey se fuera de frente o doblara solo una vez. Esperaba que sí, pues necesitaba descansar. Se podría meter en algún salón, si es que estaba abierto. Caminó hacia la primera puerta. No había llegado a tocar la perilla cuando esta puerta se abrió y lo golpeó hasta tumbarlo al suelo.
¡Auch!
—¿Dipper? —dijo una voz de chica.
«Esa voz…» pensó. Esa voz la había escuchado hace mucho tiempo, aunque ahora estaba un poco más fina, pero aunque no la hubiera reconocido, el repentino olor a champagne y rosas fueron suficientes para que supiera de quién se trataba y, al mismo tiempo, hacerle recordar momentos pasados con la dueña de aquella voz.
—¿Pacífica?
Abrió bien los ojos y… allí estaba ella. Una jovencita de 15 años con dorados cabellos usando un bello y pomposo vestido morado que solo podía ser opacado por sus ojos cual brillantes zafiros que lo miraban con alegría.
—Déjame ayudarte —dijo ella mientras le extendía la mano.
—Adivinaré: estás en el certamen de belleza —dijo cuando estuvo de pie frente a ella.
—No has cambiado, Pines. Solo que ahora estás más alto —le dijo mientras se acercaba a la máquina de bebidas.
—Je, je, je… sí… —dijo algo nervioso
—No pensé que te encontraría aquí, y menos de esta manera —dijo tratando de ver qué había pasado con la máquina, pues aún no te daba la bebida que pidió—. En serio, ¿qué hacías?, ¿te metiste en problemas, Pines?
—Déjame ayudarte.
Dipper le dio un golpe a la máquina logrando que saliera la bebida que Pacífica había comprado. La cogió, la destapó y se la dio. La joven rubia lo recibió con una sonrisa.
—Gracias —dijo—. ¿Nunca dejas de usar tu gorra de pino?
—Ahh no, creo que le he tomado mucho cariño.
—Te queda bien —le dijo dedicándole una sonrisa para luego darse vuelta e irse al salón de dónde salió.
—¿Ya te vas? —preguntó Dipper algo desilusionado.
—Sí, es que…
«¡Pacífica! ¡Pacifica Northwest, tenemos que ensayar!», gritó alguien desde dentro del salón.
—¿A tu madre le cambió la voz?
Pacífica río: —No, torpe. Es mi entrenadora y la que está a cargo de mi hoy mientras mis padres están en Nueva York en una reunión de negocios.
—Oh entiendo.
—Tengo que irme. Si Mabel va a participar, dile que le deseo suerte.
—Se lo diré.
La joven rubia no había girado la perilla de la puerta cuando Dipper la llamó de nuevo.
—¿Pacífica? —la llamó haciendo que ella se detuviera— Ahm… que bueno verte otra vez, hace mucho que no… te veía.
Ella volteó y le dedicó una última sonrisa.
—Yo también te extrañe mucho, Dipper —y entró al aula.
El joven Pines se quedó viendo la puerta del salón, no podía creer que la había vuelto a ver. Lo único que había llegado a saber de ella era que había viajado con Grenda a Austria junto con Marius. Grenda le había contado que la joven rubia había cambiado, aún seguía siendo la chica popular de la escuela, pero no era mala. Le habían contado que era una de las primeras en clase, buenas notas, comprometida en diferentes clubs sociales de la escuela (música, arte, club de lectura, periódico escolar, voleibol). Pero a penas entraba a vacaciones, sus padres la mandan fuera del condado de Oregon, a un internado de verano en una escuela en Inglaterra y acompañaba a sus padres en diferentes eventos de negocios. Preston y Priscilla Northwest eran los únicos que regresaban a Gravity Falls para el evento del Día del Pionero y solo se quedaban un par de días.
—Con que allí estas, Dipnerd —dijo Harvey haciendo que Dipper voltee—. ¿Estás listo para tu merecido?
—Y-Yo…
—¡Hey! —gritó Mabel entrando al pasillo—. Ya déjalo, Harvey.
—¿Así? ¿Y qué vas a hacer al respecto?
—Bueno… te puedo acusar con el director.
—Uy que miedo… No tienes pruebas y el director no está —amenazó Harvey.
—Lo puedo llamar —dijo Mabel sacando su celular. Pero antes de usarlo, Frankie le quitó el celular.
—¡Hey! —gritó Dipper, pero Joey lo tomó por los brazos, mientras Harvey se burlaba de los gemelos Pines.
—¿Y ahora? Ja! ¿Quién va a llamar al director? —dijo Harvey.
—Yo puedo —dijo alguien.
Todos voltearon. Allí estaba Pacífica Northwest con su celular de moda en mano.
—Harvey, es Pacífica Northwest —dijo Joey.
—Ahora llamo al director, solo estoy grabando esta escena para que sirva de evidencia —dijo mirando a Harvey a los ojos—. Sueltalos y devuelve el celular. Y si me entero de que golpeaste a Dipper, tan solo un golpe pequeño, le enviaré este video al director y lo publicaré en mis redes. Ninguna escuela o universidad te aceptará. No importa tus influencias, yo tengo más influencia que tú.
Al recibir la amenaza, Harvey dio la señal a sus amigos. Frankie le devolvió el celular a Mabel y Joey soltó a Dipper.
—Buen chico… ahora vete —ordenó. Harvey y sus amigos obedecieron. Pacífica volvió a ver a Dipper—. De nada —y entró al salón.
Vaya, vaya, vaya... Pacífica al rescate. Harvey se vengará? Qué dirá Candy cuando sepa que Pacífica también competirá en el concurso?
Nos vemos en el siguiente capítulo, no se olviden de apoyarme con un comentario.
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