Holaaa... Aquí Atomik27 reportándose después de mucho tiempo. Me di un peque periodo de descanso para escribir y ordenar mis ideas. En serio espero que las historias que publique sean de su agrado, al igual que este nuevo capítulo de Miss Gravity Falls.
El capítulo de hoy es corto a comparación a los extensos capítulos que suelo escribir. Y es porque quiero entrarme bien a la trama, a los personajes, etc... Es mi segundo fic en Gravity Falls, pero mi primer proyecto de escritura en este fandom. Así que espero que todo salga bien. Hay más proyectos, y los pueden ver en mi perfil de Fanfiction.
Bueno, sin nada más que decir, les dejo la continuación de la historia.
- UN FANTASMA -
—¿Entonces, Pacífica participará? —preguntó Candy.
Dipper y Mabel habían regresado al salón para seguir ayudando a Candy a prepararse para el certamen, y le habían comentado el motivo de su retraso. La llegada de la joven Northwest había sido sorpresiva, sobre todo para Dipper. Se sentía extraño, torpe, ansioso y nervioso. El aroma a champagne y rosas aún estaba en su memoria, y le preocupaba. Esperaba que su gemela no se hubiera dado cuenta de su estado. Pero, aunque Mabel se había dado cuenta de la extraña actitud de su hermano, puso si atención a sus amigas. No es él no le preocupara, estaba segura de que habría un momento para hablar con él y encararlo. Después de todo, para el castaño le era desconocido que Mabel había escuchado cierta parte de la conversación que había tenido con la rubia.
—No sabía que Pacífica estaría en este certamen. Aunque pensándolo bien, a su madre no le gusta perderse ninguno —dijo Grenda.
—Es bueno verla, pero es una mala señal —dijo Candy.
—¿Por qué? —preguntó Mabel.
—No tiene caso de que participe, ni que lo intente. Pacífica va a ganar —dijo Candy desanimada—. Un Northwest nunca pierde.
—Pero, vamos, Candy, es solo por diversión. Quien sabe, puedes estar en el segundo lugar —animó Mabel.
—Sí, la primera en perder.
—Creo que a alguien le falta un poco de positivismo al estilo Mabel.
—Es en serio, Mabel, quiero ganar. No es que sea algo que me llene, y sé que es un concurso superficial. Es solo que…
—¿Qué ocurre? —preguntó Mabel acercándose a su amiga.
—Bueno… No quiero que piensen mal de mí, pero tenía al menos una pequeña esperanza de poder ganar en este concurso —reveló Candy con algo de pena y pesar—. Sé que dije que iba a participar por diversión, pero por dentro quería ganar. Creí que tal vez sería una salida a mi predicamento: soy la única de ustedes que aún no ha tenido novio, porque me creen una nerd.
Durante el tiempo escolar, Candy había puesto su enfoque en sus estudios, tal y como sus padres querían, pero también, una meta personal que tenía era el poder tener un novio. No lo había conseguido en el verano que Dipper y Mabel habían llegado por primera vez a Gravity Falls, y tampoco lo había conseguido en el verano que ya había pasado. Los chicos lindos que le gustaban no la tenían en cuenta, solo tenían ojos para las chicas como Pacifica Northwest, quien a pesar de no haber estado en Oregon por largo tiempo, aún conservaba muchos admiradores. Rubia de ojos azules y muy popular. La inocencia de los 12 se había ido dando pase a los estándares de la nueva etapa quinceañera.
Mabel ya no estaba y Grenda tenía a Marius. Candy se sentía sola, al punto de pensar que necesitaba probar algo a los demás o, incluso, a ella misma.
—Sí, sé lo que se siente, pero no por eso me voy a inscribir en un concurso de belleza —dijo Dipper comprendiendo el punto de vista de su amiga—. Eres más que eso, Candy. Estoy seguro de que hay alguien allá afuera que valorará lo que haces.
—Extracto, amiga. Eres inteligente, hermosa y estoy segura de que serás la primera de nosotras que se graduará antes de tiempo —animó Mabel.
—Llevas clases avanzadas y tienes premios por tus proyectos en la feria de ciencias —agregó Grenda—, y este no será la excepción. Vamos, Candy, no necesitas concursar en un tonto certamen de belleza.
—Tienen razón —dijo Candy con una sonrisa en el rostro—. Gracias, amigos.
—Entonces, ¿vas a participar? —preguntó Dipper.
—Hmm… creo que no —dijo Candy más segura de su respuesta—. Disculpen por hacerles perder el tiempo.
—No tienes que disculparte, Candy —dijo Mabel—. Para eso estamos los amigos.
Los cuatro se abrazan, pero el cálido momento se desvanece al sentir una extraña presencia en el salón. Un extraño humo rosa que salía del collar de Candy los rodeó. Las luces del salón se prendían y apagaban, las carpetas y las ventanas comenzaron a vibrar y se escuchó un gran grito de ultratumba.
—¡Nooooooo!
El humo comenzó poco a poco a tener forma y cobrar visibilidad frente a los cuatro jóvenes que miraban con asombro lo que pasaba. Era el fantasma de una joven con vestido de fiesta antiguo y roto.
—¡Es un fantasma! —dijo Dipper preocupado. Ya no tenía los diarios de su tío. Claro que se los había aprendido de memoria, pero no creyó que algún día viviría un episodio sobrenatural en Piedmont.
—¿Quién eres? —preguntó Mabel.
—Soy Kora Chiu, perteneciente a la genealogía de la familia Chiu y hoy ¡se hará justicia! —gritó la fantasma.
—¿Espera, eres mi tía? —preguntó Candy sorprendida.
—Claro que sí, querida sobrina. Y estoy aquí para ayudarte. Por largo tiempo he esperado este momento y hoy, no dejaré pasar la oportunidad. Priscilla Northwest se llevó la corona que me correspondía por derecho. Pero hoy, la larga espera terminó. Luego de años, me vengaré y se hará justicia con su hija —explicó Kora finalizando con una risa malévola.
—¿Piensas participar? —preguntó Grenda aun sin comprender qué tramaba hacer.
—¡Tú! —dijo Kora señalando a Candy— Mi sobrina, vas a ayudarme a completar mis sueños. Vencer a Priscilla Northwest. Participarás en el certamen y vencerás a su linda hija. Quiero verla lucir el liston del segundo lugar. ¡Esa niña Northwest va a perder! ¡Quiero verla devastada! ¡Arruinada! ¡QUE TODOS SEPAN QUE LA HIJA DE PRISCILLA NORTHWEST ES UNA PERDEDORA!
—Pero Pacífica nunca ha perdido y menos en un certamen de belleza —dijo Candy—. Son años de experiencia y preparación.
—¡Esta vez será diferente! —gritó la fantasma— QUE EL MUNDO SEPA QUE KORA CHIU VENCIÖ A PRISCILLA NORTHWEST!
—Tal vez querrás decir que Candy vencerá a Pacífica —corrigió Dipper.
—Es lo mismo —dijo Kora fastidiada por el comentario del joven de gorra.
—Ahora entiendo por qué mi familia no habla mucho de ti —comentó Candy—. No me conoces, no tengo lo que se necesita para vencer a Pacífica en algo en donde claramente ella tiene más experiencia.
Kora rió.
—¿En serio crees que no te conozco? Eres Candy Chiu. La chica más inteligente de Gravity Falls High School. Te iban a adelantar un año, pero decidiste quedarte por tu amiga.
—¿Qué? —preguntó Grenda.
—Excelencia académica —continuó Kora—. Las universidades buscan de ti. Eres una joven brillante. Tal y como yo lo era a tu misma edad —dijo llamando la atención de la jove pelinegra—. Pero nadie lo reconoció. Las miradas siempre estaban puestas en alguien más. Los Northwest nunca pierden, ¿verdad? Como las miradas de los chicos que te gustan, pero no te toman en cuenta porque Pacífica se lleva toda la atención. ¿Recuerdas, Candy? ¿Recuerdas todas las veces que Pacífica te dejó en ridículo y se burló de ti y tus amigas? Es el momento de hacer que pague. Demostrar que ella no es gran cosa y que puedes vencerla en su juego.
Candy no dijo nada, solo se quedó pensativa. Todo lo dicho por Kora era cierto. Había sido la sombra de Pacífica Northwest por muchos años. La rubia había logrado molestarla cada vez que chocaban. Por mucho tiempo, había deseado tener su vida. Ahora tenía la oportunidad de que fuera lo contrario. Al menos por un día.
—¿Candy? —preguntó Mabel preocupada— No estarás pensando en aceptar, ¿verdad?
—No lo sé, Mabel. No me malinterpretes, pero creo que ya es hora que alguien la venza aunque sea una vez —dijo la joven cayendo en la tentación de Kora..
—Estas bromeando, ¿verdad?
—¿Por qué? ¡¿No crees que pueda hacerlo?! —dijo a la defensiva.
—No he dicho eso, Candy.
—¿Ves? Nadie cree en ti —añadió Kora—. ¡Ni siquiera tus amigos! Pero se comerán sus palabras. ¡Muéstrales quién es la mejor!
—Me inscribire en el concurso —dijo Candy determinada por sorpresa de todos.
Kora no podía estar más satisfecha con su cometido. No pudo evitar soltar una carcajada al mismo tiempo que el humo regresaba y se apoderaba del salón. Poco a poco la imagen de Kora se fue desvaneciendo con el humo entrando nuevamente al collar de Candy.
Los ojos de Candy se pusieron rojos, señal de que dentro de ella estaba Kora poseyendola.
—Más les vale ayudarme a ganar —dijo Candy con la voz de Kora—, a no ser que quieran que algo malo pase,
—¿Qué piensas hacer? —preguntó Dipper.
—Te lo dejo a tu imaginación.
Vaya, vaya... al parecer el fantasma los siguió de Gravity Falls hasta Piedmont. ¿Podrán nuestros amigos solucionar el problema? Recuerden que ya no tienen el diario.
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Espero sus reviews y comentarios.
