¡Hola, apreciados amigos Rankaneros! jejejeje, ¡me da mucho gusto saludarlos! :)

Acá les traigo un One-shot más que escribí especialmente para la #dinamica_de_Noviembre_11_11, #dinamica_de_pockys: #Besitos_con_sabor_a_pocky de la página de #Mundo_Fanfics_Inuyasha_y_Ranma :)

Muchas gracias por la cordial invitación a participar. De verdad, agradezco a las administradoras de tan linda página por tomarme en cuenta una vez más en sus divertidas y alegres dinámicas. Espero que sea de su agrado :)

Los personajes son propiedad de Rumiko Takahashi y el One-shot fue escrito sin fines de lucro. La imagen pertenece a su talentoso fanartista.

"¿Qué se sentirá besar a Akane?, ¿a qué sabrán sus labios?": es algo que ha estado rondando en mi mente con más intensidad estos últimos días… -se preguntaba a sí mismo, un chico de grandes ojos azules y de cabello negro, sujeto siempre en una trenza- ¡ah, eres un bobo, Ranma, porque se supone que deberías saberlo muy bien: ya la besaste una vez!, ¡¿no?!... ¡pero, no lo recuerdo, porque fue cuando estaba convertido en gato! -pensó después, con algo de desesperación- ¡sé que estoy mal, muy mal al estar pensando en algo así!, ¡¿qué es lo que me pasa?!, ¡rayos!, ¡¿por qué no puedo pensar en otra cosa que no sea besar a Akane?!... -dio un pequeño suspiro- es que, con tan solo ver sus labios… sus hermosos labios, cuando me habla, cuando sonríe, es una invitación a querer besarlos y más aún, cuando están decorados con una fina capa de brillo labial… -sin darse cuenta, estaba sonriendo ampliamente al pensar en eso último, pero, de pronto, entró en razón- ¡esto es ridículo, ridículo, muy ridículo para un gran artista marcial como yo!... ¡rayos!, ¡no sé cómo lograron los payasos de Daisuke e Hiroshi para que yo les confesara que lo que más he deseado desde que vi por primera vez a Akane, es besarla!... -hizo una pequeña pausa y pasó una de sus manos por su cabello- ¡y lo peor de todo es que lograron que les hiciera caso cuando me propusieron cómo conseguir que me bese! -y diciendo esto último, vio hacia una pequeña caja que acababa de comprar en una abarrotería y que llevaba en sus manos, mientras se dirigía a la casa de la familia Tendo- ¡con pockys: sí, cómo no! -dijo después internamente, con algo de sarcasmo- ¡según ellos, ésta es la mejor manera de lograrlo, especialmente para un día como hoy: "once de noviembre", que es cuando "los enamorados" regalan, comen y comparten juntos estas cosas!... -dio un pequeño suspiro y después, pensó- ¡ay, solo espero que de verdad funcione, porque no quiero verme como un desesperado frente a ella o lo que es peor: como un pervertido!... ¡no, eso no!

Y siguió caminando un poco más:

― A ver, ¿cómo me dijeron esos payasos que debía hacer para entregárselos a ella? hmmmm… ni idea -dijo después, rascando su nuca- ¡ah, sí, ya recordé!: son para ti, ¿te gusta este sabor? son de fresa… ¡no, eso suena ridículo! -hizo una pausa- ¡ah, ya sé!: creí que te gustaría probar uno de estos dulces por ser hoy el "día del pocky" y por eso, los compré para ti, ¿te gustaría que los compartiéramos?... ¡no, eso no se oye nada bien! -dijo casi gritando después, algo desesperado- ¡esto es más difícil de lo que creí!

Las personas que andaban caminando por ahí solo se le quedaban viendo y murmuraban entre ellas, pensando que quizás estaba loco.

Pero, Ranma ni siquiera se percató de aquello por estar concentrado en "su discurso" sobre cómo entregarle a Akane esos dulces:

― ¡Rayos, solo quiero que compartamos estos pockys y que me beses de una vez por todas, para que así termines con mi tortura! -volvió a gritar Ranma y después, vio hacia el cielo- ¡¿tiene eso algo de malo, acaso?!... ¡solo quiero besarte, solo eso, nada más!... ¡¿es tan difícil de entender?!, ¡de todas formas, eres mi prometida, ¿no?!... ¡tengo ese derecho!

Se quedó callado un momento y dio un pequeño suspiro:

― ¡Oh, jojojojojojo! -se escuchó, de pronto- ¡Ranma, mi amor, ¿de verdad, quieres besarme?!... ¡ay, no tienes por qué estar sufriendo así! jojojojojo ¡solo me lo hubieras pedido y ya, porque como bien acabas de decir: soy tu prometida y claro que tienes ese derecho, mi amor! jojojojo.

― ¿Ko… Kodachi? -preguntó Ranma, muy sorprendido-.

― ¡Me haces muy feliz, mi amor! -dijo muy emocionada y de pronto vio hacia la caja que Ranma tenía en sus manos- ¡hasta querías que compartiéramos pockys para darnos nuestro primer beso de amor!... ¡ay, eres tan tierno!, ¡oh, jojojojo!

― ¿Qué?... no, no, Kodachi, te equivocas: estos pockys son para…

― ¡Qué lindo detalle de tu parte, mi amor! -dijo, interrumpiéndolo y quitándole la caja de las manos- ¡pero, no perdamos más el tiempo!: ¡compartámoslos ahora mismo!, ¡oh, jojojojojo! -y empezó a abrirla para sacar los dulces-.

― ¡No, no, Kodachi, devuélvemelos, por favor! -dijo, intentando arrebatarle la caja- ¡no son para ti!

― ¡Ay, mi amor, no tienes por qué ser tan tímido!, ¡oh, jojojojojo! -dijo, empezando a correr- ¡podemos ir a otro lugar más privado, si quieres!, ¡oh, jojojojojojo!

― ¡Espera, Kodachi! -dijo, corriendo tras ella- ¡devuélveme esos pockys!

Pero, Kodachi no le hizo caso. Siguió corriendo, muy contenta, mientras gritaba y agitaba su "típico" listón de gimnasia:

― ¡Ranma quiere que compartamos unos pockys para besarme!, ¡oh, jojojojojojo!, ¡soy tan feliz!

― ¡Ven acá, Kodachi! -le gritaba Ranma- ¡estás equivocada!

Todas las personas se les quedaban viendo a ambos y como Kodachi seguía gritando lo mismo, aquello llegó a oídos de ciertas chicas: una de cabello largo color violeta, que andaba manejando una bicicleta mientras repartía algunos pedidos que habían realizado algunos clientes del café "el Gato" y de una chica de cabello castaño oscuro que era experta en la preparación de okonomiyakis y la mejor amiga de Ranma:

― ¡¿Qué?! -gritó muy molesta, Shampoo- ¡¿cómo que Ranma quiere besar a Kodachi?!... ¡eso no lo voy a permitir!... ¡Ranma, ven acá! -y empezó a manejar la bicicleta más rápido para alcanzarlos-.

― ¡Nunca pensé algo así de ti, Ranma!, ¡¿cómo pudiste traicionarme?! -gritó Ukyo- ¡esto no se va a quedar así! -y también empezó a perseguirlos, mientras les lanzaba pequeñas espátulas-.

¡Esto no puede ser!, ¡no! -dijo Ranma internamente, algo desesperado, al escuchar a Shampoo y a Ukyo- ¡esto no me puede estar pasando a mí!

Mientras tanto, un chico de cabello negro con una pañoleta amarilla atada a su cabeza y ojos color miel, acababa de llegar al pueblo de Nerima, muy cansado, después de haber vagado sin ningún rumbo durante algunas semanas por todo Japón:

¡Por fin, regresé! -dijo internamente, sonriendo levemente- ¡por fin, volveré a verte, Akane!: ¡no sabes cuánto te extrañé! -y diciendo esto último, sacó de la gran mochila que siempre cargaba, una pequeña caja que vino cuidando con mucho esmero, durante todo su viaje- ¡ahora sí podré conquistar tu corazón! -hizo una pausa- ¡con estos pockys mágicos que me vendió ese amable señor que conocí en uno de mis viajes, únicamente necesitaré que comas uno para que te enamores perdidamente de mí…! -luego, se detuvo un momento y se sonrojó a tope- ¡si no fuera tan tímido para expresarte mis sentimientos, todo sería tan sencillo! -dio un pequeño suspiro- pero, bueno, tendré que conformarme con regalarte estos pockys para que por fin te enamores de mí y te olvides de ese bobo de Ranma!... ¡sí, nada podrá salir mal en esta ocasión, porque seré muy cuidadoso y no permitiré que pase algo tan desagradable como lo ocurrido aquella vez con esa caña de pescar para atrapar a "tu amor verdadero", que de solo recordarlo me dan muchas náuseas! -hizo un gesto de desagrado y después dijo, en voz alta- a ver, ¿cuáles eran las palabras que el vendedor me dijo que debía pronunciar antes de entregarle a Akane los pockys? hmmmmm…. ¡ah, ya sé!: debo decir… -pero, antes de que pudiera seguir hablando, alguien le pisó la cabeza y lo botó al suelo, provocando que cayera de bruces:-

― ¡Ranma, mi amor: vienes en pos de mí! -exclamó la persona que le había pisado la cabeza a Ryoga- ¡soy tan feliz!, ¡oh, jojojojojojo!

― ¡Nadie va en pos de ti! -le gritó Ranma- ¡devuélveme los pockys, Kodachi!

Ryoga levantó un poco la cabeza, con dificultad, pero, Ranma se la volvió a pisar, para después pegar un pequeño brinco y caer precisamente sobre la caja que contenía los pockys mágicos:

― ¡Ups!... -dijo Ranma después, al percatarse de lo que había hecho, mientras seguía corriendo tras Kodachi y se alejaba de Ryoga- ¡lo siento, Ryoga!

Ryoga no podía creer lo que acababa de pasar:

― Mis… mis pockys… -dijo, levantándose rápidamente y tomando la caja deshecha, con todos los pockys quebrados. Se puso furioso y apretó fuertemente los puños- ¡yo haré que lo sientas, Ranma! -gritó fuertemente, después- ¡vas a pagar muy caro lo que hiciste!

Y cuando iba a disponerse a correr tras él, una bicicleta le pasó encima:

― ¡Ven acá, Ranma!, ¡no permitiré que beses a Kodachi! -gritó la chica que iba manejando la bicicleta-.

Ryoga iba a intentar levantarse nuevamente, pero, alguien más lo pasó pisoteando:

― ¡De ninguna manera, te dejaré hacerlo, Ranma! -gritó la chica de cabello castaño y ojos azules, que lo acababa de pisar- ¡tú no puedes besar a Kodachi!: ¡eso jamás sucederá!

Ryoga quedó nuevamente en el suelo, todo golpeado, con los ojos dando vueltas en espiral:

― Estrellita, ¿dónde estás? me pregunto quién serás… -empezó a cantar, con dificultad, sin ningún sentido por los golpes que había recibido en la cabeza-.

Mientras tanto, una chica de cabello corto y azulado y de grandes ojos color café, iba saliendo de una tienda de dulces que no hacía mucho tiempo que habían abierto en el pueblo de Nerima, sujetando una pequeña caja en sus manos:

¡No puedo creer en qué momento fue que Nabiki logró que le confesara que lo que más he deseado desde hace ya unos años es… es… es… es besar a Ranma! -dijo internamente, muy avergonzada- ¡ay, qué tonta fui!: ¡tuve que pagarle cinco mil yenes para que no se lo dijera a nadie y otros mil más por darme un consejo para lograrlo!... ¡y ahora, acá estoy, saliendo de esta tienda con una caja de pockys sabor mango con chocolate, para regalárselos a Ranma y pedirle después que los compartamos, por ser hoy el día del pocky!... ¡ay, no!: ¡¿cómo pude caer en algo tan bajo?!, ¡seguramente, Ranma va a pensar que estoy desesperada y actuando como sus "otras prometidas"…! -dio un pequeño suspiro, con tristeza y cuando iba a disponerse a caminar para regresar a su casa, escuchó una risa estridente:-

― ¡Oh, jojojojojojo!, ¡Ranma siempre ha deseado besarme y quiere que lo hagamos mientras compartimos unos pockys que compró especialmente para esta ocasión!, ¡oh, jojojojojojo!, ¡estoy tan feliz!

― ¿Q-Q-Qué? -preguntó Akane después, muy sorprendida, desconcertada y triste a la vez- ¿Ra-Ran-Ranma compró unos pockys para be-be-besar a Kodachi? pero…

Luego, solo vio cómo Ranma corría tras ella, seguido por Shampoo y Ukyo:

― ¡Eres un bobo, Ranma! -gritó Akane muy molesta después, mientras apretaba fuertemente la caja de pockys- ¡te odio!... ¡te detesto!

Minutos después, Kodachi llegó a su casa. Ingresó de un brinco y por fin, se detuvo en el jardín de la misma:

― ¡Muy bien, Kodachi, ya basta de juegos…! -le dijo Ranma bastante molesto, acercándose a ella, con la respiración agitada por venir corriendo-.

― ¡Oh, jojojojojojo!, ¡tienes mucha razón, mi amor, vayamos al grano! -le dijo Kodachi, muy contenta- ¡no te preocupes que aquí nadie nos va a molestar y podremos darnos nuestro primer beso!, ¡oh, jojojojojojo! -y diciendo esto último, abrió rápidamente la caja de pockys-.

― ¡No, Kodachi, no lo hagas! -dijo, tratando de quitárselos- ¡fue un malentendido!: ¡no era a ti a quien le decía eso!

― ¡No tienes que ser tan tímido, mi amor!, ¡oh, jojojojojo! -y se colocó un pocky en la boca- ¡listo!, ¡ya puedes besarme!

Ranma pasó una de sus manos por su cabello, con algo de desesperación y antes de que pudiera decirle algo más, alguien gritó en ese momento:

― ¡Ranma Saotome!, ¡¿con qué derecho te atreves a irrumpir en mi casa?!: ¡prepárate a pelear, te daré una lección! -era Kuno, que venía corriendo con su espada de madera, dispuesto a pelear con él-.

― ¡Lo que me faltaba! -dijo Ranma, con algo de cansancio, pues, las peleas con Kuno eran su pan diario. Tomó una posición de ataque, pero, antes de que Kuno siquiera pudiera acercarse a él, una bicicleta conducida por una chica de cabello color violeta le pasó encima y cuando intentó levantarse, unas pequeñas espátulas se incrustaron en su cabeza, botándolo de nuevo, dejándolo fuera de combate:-

― ¡Tú tienes que besarme a mí, Ranma! -gritó Shampoo, deteniendo su bicicleta- ¡esos pockys tienes que compartirlos conmigo!

― ¡Nada de eso, Shampoo! -le gritó Ukyo- ¡Ranma los compartirá conmigo porque yo soy su prometida!

Ambas se fulminaron con la mirada y siguieron discutiendo:

― A ver, chicas… -les dijo Ranma algo molesto, interviniendo- ¡todo esto solo es un malentendido!, ¡escúchenme, por favor!: ¡esos pockys no los compré para besar a Kodachi…!

― ¡Eran para besarme a mí!, ¡¿verdad?! -le dijo Shampoo interrumpiéndolo, muy ilusionada- ¡¿verdad que sí?!

― ¡No, eran para besarme a mí, Shampoo! -dijo Ukyo-.

Y empezaron a discutir nuevamente. Ranma dio un pequeño suspiro con frustración y Kodachi le dijo:

― ¡Ay, no les hagas caso, mi amor!, ¡oh, jojojojojojo y bésame pronto! -dijo después, acercándose a él mientras sostenía un pocky con sus labios-.

― ¡Kodachi, por favor! -le dijo, con desesperación- ¡¿que no escuchaste que yo…?!

Pero, ya no pudo terminar de decir lo que iba a decirle porque en ese momento alguien más le gritó:

― ¡Ranma odioso!, ¡eres un descarado! -era Akane, que los había seguido y que también había ingresado a la casa de los hermanos Tatewaki-.

― ¿Ak-Ak-Ak-Akane? -le preguntó, muy sorprendido y asustado a la vez- ¿q-q-qué haces aquí?

― ¡Toma! -volvió a gritarle Akane, mientras le daba un fuerte golpe en la cabeza con su "inconfundible" mazo, qué quien sabe de dónde lo sacaba-.

― ¡A-ka-ne Ten-do!: ¡vi-nis-te a vi-si-tar-me! -dijo Kuno de pronto, con mucha dificultad- ¡me ha-ces muy fe-liz, a-mor mí-o!

Akane ni siquiera le prestó atención y después de golpear a Ranma, se dio la vuelta para empezar a caminar a la salida de la casa:

― ¡Akane, espera! -le gritó Ranma todavía, con un gran chichón en la cabeza, levantándose con dificultad- ¡todo tiene una explicación!

― ¡Guárdate tus explicaciones que no quiero escucharlas! -le dijo, entre molesta y triste a la vez- ¡escuché perfectamente que quieres besar a Kodachi mientras comparten "pockys"! -le dijo, sarcásticamente- ¡pues, quédate con ella si tanto deseas besarla!

― ¡Las cosas no son así, Akane…! -volvió a gritarle, Ranma-.

― ¡A-ka-ne, no t-te va-yas! -le gritó Kuno, también- ¡a-aún no nos da-mos nues-tro pri-mer be-so!: ¡com-pra-ré to-dos los po-ckys q-que quie-ras pa-ra q-que los com-par-ta-mos tú y yo, co-mo la pa-re-ja q-que so-mos!

― ¡Cállate, Kuno! -le gritó Ranma, después- ¡Akane y tú no van a compartir ningunos pockys porque ella no es nada tuyo...! -luego, se dirigió nuevamente a Akane- ¡espera, por favor, no es lo que crees!

― ¡Ay, ya no le ruegues a esa chica tan violenta! -le dijo Shampoo- mejor, deja que te cure ese golpe, ¿sí? -dijo después, tomándolo del brazo-.

― ¡Nada de eso, Shampoo! -le gritó Ukyo, sujetando a Ranma del otro brazo- ¡yo me haré cargo!

― ¡Oh, jojojojojojo! -rio Kodachi- ¡que ni se les ocurra, niñas!: ¡él está en mi casa y yo lo curaré!, ¡oh, jojojojojojo!

Y empezaron a jalarlo de los brazos, para un lado y para el otro:

― ¡Me van a volver loco! -les gritó Ranma al fin, soltándose de su agarre- ¡ya déjenme tranquilo! -y empezó a correr para alejarse de ellas-.

― ¡Ranma, mi amor! -le gritaba Kodachi-.

― ¡Wo da airen! -le gritaba Shampoo-.

― ¡Ranma, ven acá! -le gritaba Ukyo, mientras corrían todos en círculos y pisoteaban a Kuno, que aún yacía en el suelo-.

Y así transcurrió el día rápidamente. Llegó la noche y en la casa de la familia Tendo, Akane se encontraba en el jardín de la parte de atrás, mientras practicaba artes marciales o más bien, se desquitaba golpeando duramente un muñeco de entrenamiento para sacar toda la furia y la frustración que aún sentía, por lo que había sucedido por la mañana:

― ¡Toma esto y esto! -gritaba, mientras golpeaba el muñeco- ¡te odio!, ¡te odio, Ranma, te odio!... ¡eres un bobo!... ¡un bobo!, ¡bobo, bobo, bobo, bobo, bobo y mil veces, bobo!, ¡descarado, canalla, mujeriego…!

Y así siguió por varios minutos más, hasta que por fin, sintió que ya era suficiente:

― Ya… ya me siento mejor -dijo después un poco más tranquila, dando un pequeño suspiro, mientras pasaba una de sus manos por su frente, para limpiarse el sudor-.

― ¡Me alegra escucharlo, Akane, porque eso quiere decir que ahora sí ya podremos hablar civilizadamente, de lo que ocurrió en la mañana! -dijo alguien de pronto, en un tono de irritación, detrás de ella-.

Akane no tenía qué adivinar de quién se trataba:

― ¿Qué quieres? -le dijo después, empezando a enojarse nuevamente- acaso, ¡¿vienes a presumirme que lograste tu objetivo de besar a Kodachi mientras compartían pockys?!

― ¡No, Akane, por supuesto que no…!

― ¡Ah, ya sé! -dijo interrumpiéndolo, con sarcasmo- ¡no solo la besaste a ella sino también a las otras dos...!

― ¡No! -dijo entre sorprendido y molesto- ¡¿cómo puedes pensar algo así de mí?!

― ¿No te alcanzaron los pockys?

― ¡Déjame hablar!

― ¿Quieres que te vaya a comprar otra caja? es eso, ¿verdad?

― ¡Escúchame, por favor!

― ¡No es necesario que me cuentes nada, Ranma! -dijo nuevamente, interrumpiéndolo- ¡pero, lo que sí te aconsejo es que te decidas de una vez por todas con quién de "tus otras prometidas" te vas a quedar, para que dejes ya de jugar con todas y…!

― ¡¿Quieres escuchar por una vez en tu vida?! -le dijo al fin furioso, interrumpiéndola y tomándola del brazo para que volteara a verlo-.

Ella se quedó estática ante tal acción (no se lo esperaba) y hasta en ese momento, se percató que Ranma se veía bastante cansado y que su ropa estaba muy sucia:

― ¡¿De qué manera puedo hacerte entender que yo no tengo más prometida que tú?! -continuó él, ahora sujetándola de ambos brazos- ¡¿por qué siempre tienes que pensar lo peor de mí, eh?!: ¡con Shampoo, Ukyo, Kodachi y hasta con la maestra Hinako, Akane! -le dijo, con reproche-.

― Ranma, yo…

― ¡Nunca me dejas hablar, solo me gritas y me golpeas sin escuchar razones!

― Pero…

― ¡Siempre se ha tratado de malentendidos entre nosotros, Akane, siempre ha sido así…!

― Bueno, pero, es que…

― ¡No me interrumpas, por favor, porque ahora soy yo quien está hablando y a ti solo te corresponde escuchar!

Akane se sorprendió mucho, al escucharlo hablar de esa manera:

― ¡Kodachi me robó esos pockys y después, se puso a saltar y a correr por todo el pueblo gritando no sé cuántas cosas que ella creó en su mente! -continuó Ranma- ¡porque yo jamás le dije que esos pockys eran para ella ni mucho menos, que quisiera besarla mientras los compartíamos!

― Eh… Ranma… yo… yo… yo… -dijo, algo nerviosa-.

― ¡Tú sabes muy bien cómo es ella, Akane, no sé cómo pudiste creerle algo así!

― Es que…

― ¡¿Sabes para quién había comprado esos pockys?!

― Eh… yo…

― ¡Eran para ti, Akane!: ¡para ti!

Akane se sorprendió mucho más al escuchar eso último y se quedó sin habla. No podía creerlo: ¿de verdad, Ranma había comprado esos pockys para ella?

Ambos se quedaron en silencio por un momento:

― Toma -le dijo él después, sacando de su bolsillo un pocky algo despedazado- fue el único que pude rescatar de las manos de Kodachi después de todo ese alboroto que ocasionaron las tres, con su persecución sin sentido para que las besara -luego, dio un pequeño suspiro- estoy seguro que no tienes ni siquiera una idea de todo lo que tuve que pasar para poder liberarme de ellas.

Akane se le quedó viendo, muy avergonzada. Recibió el pocky, pero, no se atrevía a decirle nada:

― Bueno, eso era todo -continuó, Ranma- ya dije lo que tenía que decir. Disculpa que te haya quitado el tiempo, espero no haberte molestado y ahora, creo que… creo que es mejor que me vaya -y diciendo esto último, se dio la vuelta para irse de ahí-.

― ¡Ranma, espera…! -le dijo, antes de que se fuera- yo… yo… yo… lo… lo siento -le dijo después, inclinando el rostro y con voz casi inaudible- perdóname, por favor… yo… yo… no tenía idea…

― Eh, no importa, Akane… -le dijo, en un tono un tanto irónico- no tienes por qué disculparte: creo que… ya estoy acostumbrado a los malentendidos que se dan "a diario" entre tú y yo.

― Por favor, no te pongas así -le dijo, acercándose a él- de verdad, estoy muy arrepentida… -hizo una pequeña pausa- es que, de solo pensar que habías comprado unos pockys para compartirlos con Kodachi, yo… ¡ay, no pude evitar sentir…!

― ¿Celos? -le preguntó, dándose la vuelta-.

Akane se sonrojó hasta más no poder al escuchar eso último:

― Bueno, yo… -dijo, muy nerviosa- yo…

Ranma sonrió con sarcasmo:

― ¡Ay, Akane! -le dijo después, negando con la cabeza- ¡¿qué voy a hacer contigo, eh?!: ¡tus celos no tienen remedio! jajajajajaja.

― ¡No estoy celosa! -le dijo, bastante molesta-.

― ¡Sí, cómo no! jajajaja.

― ¡Pues, aunque no me creas, tú puedes hacer lo que se te pegue la gana, salir con quien se te antoje, besar a quien quieras, porque a mí no me importa en lo absoluto…!

― Ajá, con que no te importa… -le dijo, sonriendo aún-.

― ¡Así es, presumido!: ¡no me importa en lo más mínimo, pero, ¿por qué mejor no nos haces un gran favor a todos, siendo claro una vez en tu vida y eliges por fin, con quién de "tus prometidas" te vas a quedar?!, ¡porque, ¿sabes qué?!: ¡tu indecisión ya me tiene aburrida, bastante aburrida!

Ranma dio un largo suspiro con cansancio. Se le quedó viendo un momento y después, le dijo:

― ¿Me estás pidiendo que elija con quién me voy a quedar?

― ¡Sí!

― ¿Y entre quiénes se supone que debo elegir? -le preguntó nuevamente, haciéndose el desentendido, mientras rascaba una de sus mejillas-.

― ¡No quieras hacerte el tonto conmigo, Ranma!

Ranma rio un poco al escucharla:

― ¡Ah!, ¡¿y todavía te burlas?! -volvió a decirle, Akane-.

― ¡No me estoy burlando, Akane! jajajajaja.

― ¡Entonces, deja ya de reírte, porque esto es serio, yo no le veo lo gracioso!

Ranma rio un poco más y después, le dijo:

― Ay, Akane, si me río, es porque no le encuentro sentido a tu petición jajajajajaja.

― ¡¿Cómo que no le encuentras sentido, bobo?!

Ranma se le quedó viendo, mientras sonreía aún:

― Akane -le dijo, después- digo que no le encuentro sentido, porque de verdad, no puedo creer que a estas alturas, aún no sepas a quién elegí desde hace mucho, mucho, mucho, mucho tiempo.

Ella se le quedó viendo aún molesta, cruzándose de brazos:

― Aunque en realidad, no sé si se pueda decir que "elegí" -continuó Ranma- porque yo… yo… yo no he tenido otras opciones… -luego, tomó un poco de aire para seguir hablando- Akane, yo… yo… yo jamás he considerado a alguien más aparte de ti.

Akane cambió su expresión, pues, no podía creer lo que estaba escuchando:

― Por eso, te repito -continuó Ranma- ¿entre quiénes quieres que elija, si tú eres mi única opción?

― Pe... pero, Ra-Ra-Ran-Ranma, yo… es que, yo… -dijo Akane nuevamente, muy sonrojada y nerviosa- no… no… no puedo creerlo: ¿de… de verdad, estás hablando en serio?

― ¡Ay, Akane, no tengo por qué mentirte! -le dijo, algo molesto- ¡¿qué tengo qué hacer para que entiendas de una vez por todas que mi corazón te eligió a ti desde que te vio por primera vez, eh?!... ¡y si compré esos pockys, era para compartirlos contigo, porque es a ti a quien siempre he deseado besar!

Akane abrió mucho los ojos por la impresión y Ranma, hasta en ese momento, reaccionó de todo lo que había dicho:

Pero, ¡¿de dónde me salió toda esa valentía?!, ¡¿cómo pude decirle eso?!, ¡rayos! -pensó él, con mucha preocupación y después, le dijo:-

― ¡¿Sabes qué?!, ¡olvida todo lo que te dije, porque no quiero que me vuelvas a golpear por mi atrevimiento o que me grites que soy un pervertido!... ¡adiós! -e iba a irse de ahí, pero, ella lo sujetó del brazo:-

― ¡Espera!, ¡no… no te vayas!

― ¡Akane, no me golpees!: ¡yo solo dije lo que desde hace mucho tiempo he estado guardando en mi corazón, pero, de verdad, no fue con malas intenciones, no pienses que soy un pervertido, por favor…!

― Ya, tranquilízate… -le dijo, con tal serenidad, que Ranma se estaba asustando aún más- no… no te voy a golpear, ¿de acuerdo?

Ranma se sorprendió mucho al escucharla:

― ¿De… de verdad, Akane?... ¿no me vas a golpear?

― No, Ranma… -le dijo, sonriendo levemente- no lo haré -después, se alejó un poco de él para ir a buscar "algo" en una mochila que tenía ahí- toma -le dijo, al regresar con él- son para ti… los… los compré para ti.

Ranma se sorprendió mucho más, al recibir de parte de ella una pequeña caja de pockys sabor mango con chocolate:

― ¿Tú… tú compraste estos pockys para… para mí? -le preguntó, algo nervioso- ¿de… de verdad?

― Sí… -le dijo, muy sonrojada- pensaba regalártelos por la mañana, pero, luego pasó todo aquello y ya no pude hacerlo.

― Oh, gra… gracias, Akane -le dijo sonriendo, algo sonrojado y nervioso también- te… te lo agradezco mucho -y en ese mismo momento, se dispuso a abrirlos para empezar a comérselos- ¡están deliciosos! -dijo después, muy contento, mientras comía uno-.

Akane sonrió ampliamente al verlo:

― ¿Quieres? -le dijo él después, acercándole la caja para que tomara uno-.

Akane asintió aun sonriendo y tomó uno de los pockys, para después también empezar a comérselo.

Ambos se quedaron en silencio por un largo rato mientras comían:

¡Rayos! -pensó Ranma, después- ¡cómo me gustaría decirle que compartiéramos uno de los pockys, mientras ella come de un lado y yo del otro, para luego, llegar al centro y entonces…!, ¡ah!, ¡es mejor que me olvide de eso, porque ella jamás aceptaría algo así!

¡¿Cómo le digo que la intención de haber comprado pockys, era besarlo?! -pensó Akane también, con preocupación- ¡qué coincidencia que los dos hayamos tenido la misma idea!, pero, ¡¿y si él ya no quiere hacerlo?!, ¡porque todavía no me lo ha propuesto y ya casi nos vamos a terminar la caja!... ¡ni modo!: ¡tendré que tomar la iniciativa y que pase lo que tenga que pasar!:

― Eh… Ranma -le dijo, después, bastante nerviosa-.

― ¿Sí?

Akane se le quedó viendo detenidamente a los ojos un momento y luego, tomó el pocky de fresa que él le había regalado, para después, colocarlo suavemente en los labios de su prometido.

Ranma se desconcertó ante tal acción y abrió mucho los ojos, entre asustado y sorprendido a la vez. Akane se le quedó viendo nuevamente y después, tomando valor, lo abrazó por el cuello (quedando de puntillas), para luego, colocar también entre sus labios, el pocky que Ranma estaba sujetando con los suyos.

Ambos estaban muy sonrojados y nerviosos, al estar tan cerca uno del otro. No creían que algo así estuviera pasando y después, sin darse cuenta, empezaron a comerse el pocky lentamente, cada uno por su lado respectivo y cuando estaban próximos a llegar al centro del mismo, Ranma llevó sus manos a la pequeña cintura de su prometida para acercarla aún más a él y ella no hizo nada para impedírselo, sino que se aferró todavía más a su cuello. Siguieron comiendo el pocky y de pronto (como era de esperarse), la pequeña barrera que ambos se habían impuesto voluntariamente entre sus labios, desapareció y por fin, sintieron ese roce que tanto habían anhelado desde hacía ya mucho tiempo.

Una corriente eléctrica los invadió por completo y cerraron los ojos al instante. Después, empezaron a temblar un poco asustados, por esa nueva sensación y se quedaron estáticos un momento. Luego, abrieron sus ojos lentamente y se contemplaron el uno al otro por unos segundos (aún abrazados) y entonces, sin pensarlo más, ambos volvieron a unir sus labios y se dejaron llevar por ese amor que tanto los atormentaba y consumía a la vez.

Se besaron de una forma pausada y torpe (muy torpe) al principio, pero, a medida que fueron pasando los segundos y sus labios se lograron sincronizar, su beso se empezó a tornar intenso, al punto de dejarlos sin aire:

― A-Ak-Ak-Akane… -le dijo Ranma después, con la respiración agitada y con los ojos cerrados aún, mientras la abrazaba todavía por la cintura e intentaba asimilar lo que había pasado, (porque había sido algo maravilloso e indescriptible a la vez y ahora más que nunca, no se arrepentía de haber seguido el consejo de sus amigos)-.

― ¿Sí, Ranma? -le dijo Akane, en las mismas condiciones que él-.

Ranma tomó un poco de aire para poder seguir hablando:

― A-Akane -dijo, de nuevo- sabes… sabes… sabes a FRESA, a MANGO y a CHOCOLATE.

Akane se ruborizó a tope, al escucharlo:

― Y mezclados con el sabor de TUS LABIOS… -continuó Ranma- es… es… es LA COMBINACIÓN PERFECTA.

― ¡Ranma! -dijo Akane muy avergonzada, sonriendo nerviosamente, con el rostro completamente rojo-.

― ¿Qué? -le preguntó, riendo un poco- ¡si solo estoy diciendo la verdad! jajajaja… -luego, la contempló detenidamente- porque… porque el sabor de tus labios, es… es… es único, Akane y lo más dulce, hermoso y maravilloso que jamás había probado en toda mi vida… -luego, dio un largo suspiro- y… y… y yo… yo… yo solamente ese sabor quiero probar por el resto de mis días… -dijo, viéndola directo a los ojos- créeme, Akane… créeme, por favor.

Ella se le quedó viendo un momento, muy conmovida. Le sonrió dulcemente y después, se atrevió a besarlo de nuevo, ahora con mucha más confianza al saberse correspondida por el hombre que amaba con todas sus fuerzas:

― Ranma… -le dijo Akane, después de un momento-.

― ¿Sí? –le preguntó él, sin dejar de besarla-.

― Te… te amo… te amo mucho.

Ranma se separó un poco de ella al escucharla y le sonrió ampliamente:

― Yo… yo también a ti, Akane.

Ambos sonrieron y volvieron a darse un pequeño beso en los labios, para después, juntar sus frentes y abrazarse fuertemente:

― Oye, Ranma… -le dijo Akane un poco seria, después de unos segundos más-.

― ¿Qué pasa?

― Bueno, es que, hasta ahora se me vino a la mente que…

― ¿Sí? –le dijo, animándola a que continuara-.

― Bueno, es que, hace unos minutos te escuché decir que yo no tenía ni siquiera una idea de lo que habías tenido que pasar para liberarte de Shampoo, Ukyo y Kodachi.

― Ajá…

― Y la verdad, es que no, no tengo idea de cómo le hiciste para liberarte de ellas jajajaja –le dijo, riendo un poco- ¿cómo lo lograste, eh? jajajaja.

Ranma empezó a reírse también, al recordar lo que había sucedido:

― ¡Cuéntame!, ¡¿sí?! –le dijo Akane, en tono de súplica- ¡anda, por favor, no seas así!: ¡no me dejes con la curiosidad! jajajajaja.

― Bueno, es que… -dijo Ranma riendo aún, mientras rascaba su nuca- no solo de ellas tres me logré liberar jajajaja.

Y mientras esta conversación ocurría, por otro lado, cinco chicos se encontraban desde hacía ya una hora (o quizás, más tiempo), en un lugar desconocido:

― ¿Estás seguro que viste que Ranma se fue por aquí? –le preguntó una chica de cabello largo y castaño oscuro a un chico que siempre utilizaba una pañoleta amarilla atada a su cabeza-.

― ¡Sí, estoy muy seguro, Ukyo! –dijo el chico de la pañoleta, mientras se internaban cada vez más a un bosque oscuro y tenebroso-.

― ¡Yo siento que hemos estado caminando en círculos! –dijo con reproche, una chica china de cabello largo color violeta-.

― ¡No, para nada, Shampoo! –dijo nuevamente, el chico de la pañoleta amarilla- ¡confíen en mí!: ¡es por aquí, síganme!

― ¡De acuerdo, Ryoga, así podré darle por fin, su merecido a Saotome! jajajajaja –reía un chico de cabello corto y castaño oscuro, que casi siempre cargaba una espada de madera para realizar sus ataques-.

― ¡Igual yo, Kuno! –le respondió, Ryoga- ¡porque tengo muchas cuentas pendientes que saldar con él!

― ¡Oh, jojojojojojo!, ¡Ranma, mi amor! –dijo una chica de cabello largo color negro- ¡muy pronto te encontraré para que podamos darnos nuestro primer beso!, ¡oh, jojojojojojo!... ¡todavía tengo algunos de los pockys que me regalaste para que podamos hacerlo!... ¡espérame, mi amor!, ¡oh, jojojojojojo!

― ¡¿Sigues con eso, Kodachi?! –dijo Ukyo, muy molesta- ¡esos pockys eran para mí!

― ¡No! –dijo Shampoo, también molesta- ¡eran para mí! –y así siguieron discutiendo, mientras caminaban-.

Pero, con el "excelente" sentido de orientación "del guía" de todos estos chicos, en su búsqueda para encontrar a Ranma, "no tendrían de qué preocuparse" porque, seguramente, "solo" los llevaría a dar un "largo" recorrido por todo Japón, "nada más" (y gratis)... ¡qué gran ofertón!... ¡era de aprovechar tan tentadora oportunidad para viajar, ¿no?!

FIN

Si llegaron hasta acá, muchísimas gracias :)

Espero que les haya gustado esta pequeña historia que escribí con mucho cariño para compartirla con todos ustedes: los fans de esta hermosa pareja, que nos robó y sigue robando aún después de muchos años, el corazón a millones de personas :)

¡Les mando muchos saludos desde mi amada Guatemala!... ¡Cuídense mucho! :)