Título: Mi Sabor Favorito.

Emparejamiento: Marshall Lee / Fionna.

Género: Romance.

Resumen.

Marshall Lee deseaba averiguar si los labios de Fionna eran tan dulces como sus amadas fresas y vaya que lo haría, aunque la rubia lo intentase asesinar por ello. Menos mal que ya estaba muerto...

Disclaimer: Los personajes de Adventure Time with Finn and Jake pertenecen a Pendleton Ward y Cartoon Network. Yo solo juego con sus personajes para mi entretenimiento y el de mis lectores.

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Una fría noche, dentro de la comodidad de su oscura cueva, El rey de los vampiros Marshall Lee no dejaba de pensar en una cosa, en su amiga Fionna. Más específicamente, en los labios de ésta.

Él deseaba saber si los rojos labios de su amiga humana eran más deliciosos que el rojo de las fresas, no obstante, sabía que intentar besarla sería una muy mala idea.

Fionna era ruda, valiente y no tenía miedo de enfrentarse a nadie, ni siquiera al monstruo más aterrador de la tierra de Aaa. Había algo en su sonrisa que hacía que el heredero de la Nocheósfera olvidara sus 1005 años de edad y se sintiera como un estúpido adolescente enamorado, razón por la cual le hacía bromas pesadas, a fin de esconder sus verdaderos sentimientos por ella y, a su vez continuar manteniendo la atención de la rubia sobre él. Sabía que ella no era su novia, solo su mejor amiga (por el momento), pese a ello, el irritante monstruo llamado celos asomaba su fea cabeza en ciertas ocasiones, en especial cuando el afeminado Príncipe Gumball o el odioso Príncipe Flama se atrevían a acaparar la atención de su conejita. En fin, volviendo al tema, seguía la pregunta de cómo le haría para poder besar a Fi. Después de darle muchas vueltas al asunto, finalmente decidió un plan de acción. Afortunadamente ya estaba muerto, pues estaba cien por ciento seguro que Fionna intentaría asesinarlo.

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Un día, Fionna estaba ocupada peleando con un grupo de monstruos. En cuanto derrotó al último, le echó un vistazo al cielo y se dio cuenta que ya se estaba haciendo muy tarde y si no llegaba a casa pronto su hermana Cake se comenzaría a preocupar mucho por ella. La joven heroína guardó su espada y sin perder más tiempo se dirigió a casa.

A la distancia Marshall Lee la había estado observando atentamente. Al ver que Fionna emprendía el camino rumbo a su casa del árbol, el rey vampiro se transformó en murciélago y siguió a la rubia mientras ella caminaba por el bosque. Cuando Fionna se detuvo, a fin de tomar un pequeño descanso, Marshall Lee se posó en una rama cercana y dio a saber su presencia.

-Hola, conejita -la saludó con el característico tono coqueto y seductor que solía usar cuando hablaba con ella, aunque la ojiazul podía detectar algo de travesura entremezclada en su voz que le despertaba cierta desconfianza.

-¿Qué haces aquí, Marshall Lee? -preguntó Fionna con sospecha.

Marshall se transformó en su forma humana y se acercó a Fionna, deteniéndose a unos pasos de ella.

-Estoy aquí buscando salir de una duda -le dijo con voz juguetona.

-¿Una duda? -inquirió la joven heroína.

-Sí, una duda -asintió éste-. Pero solo hay una forma de hacerlo -Él fijó una mirada muy intensa sobre ella e inconscientemente Fionna dio un paso atrás preparándose para echar a correr, pues lo dicho por Marshall le daba un extraño presentimiento, bueno o malo, no lo sabía.

-Okeeey, pues ahí me cuentas otro día si lograste resolver tu duda -le dijo con voz despreocupada la chica, escondiendo la aprensión que sentía en ese momento, emprendiendo nuevamente su camino a casa.

-No, no, mi conejita. Tú no irás a ningún lado -canturrió. Y en un rápido movimiento que la tomó por sorpresa, cerró la corta distancia que quedaba entre ellos y la besó apasionadamente. La rubia se quedó sin palabras, pero no se apartó del beso. Se sentía tan bien, a pesar de la sensación fría de sus labios, los cuales sabían tan dulces como las jugosas fresas que el coqueto vampiro solía comer.

-Realmente tus labios son más dulces que las fresas, Fi -Él le dijo con una sonrisa demasiado satisfecha, tras romper el beso-. Son mi nuevo sabor favorito -agregó relamiéndose los labios.

Fionna rodó los ojos y le dio un puñetazo juguetón en el brazo. -¿Eso es todo lo que querías averiguar, Marshall?

-Sí -le respondió éste.

-¡Eres tan tonto! -dijo la chica mientras se reía.

Marshall se encogió de hombros. -Pero soy tu tonto -repuso con una sonrisa traviesa.

-¿Oye? ¿Desde ahora las cosas entre nosotros irán en serio? -cuestionó ella, un poco insegura.

El rey de los vampiros rió y la abrazó. -No te preocupes, Fionna. A partir de ahora, solo me alimentaré de tus labios -ronroneó seductoramente con una mirada cargada de intenciones nada puras que la hizo sonrojar por las implicaciones.

Marshall esbozó una sonrisa satisfecha al provocar tan lindo sonrojo en las mejillas de la heroína. Queriendo probar nuevamente sus adictivos labios, los unió con los suyos nuevamente en otro apacionado beso. La rubia se dejó llevar por el beso disfrutando el suave movimiento de sus gélidos labios contra los suyos, sintiendo su frío aliento rosando su piel, causándole agradables escalofríos.

Ninguno de los dos supo como es que de un momento a otro, él terminó sentado contra un árbol y ella a horcajadas en su regazo con sus brazos alrededor de su cuello y los de él alrededor de su pequeña cintura compartiendo beso tras beso, aunque tampoco les importó. Durante un buen tiempo, los dos mantuvieron una placentera e intensa sesión de besos, besos que les supieron a ambos más dulces que las jugosas fresas...

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Fin del One Shot.