Los Ojos del Ruiseñor
Capítulo 27: La Reina Sangrienta
Primavera - Año x492 / Mayo
Faltaba menos de una semana para celebrar la boda de Kaien; se habían enviado las invitaciones a todos los Señores del Reino y todos habían respondido que asistirían a la boda; el banquete ya había sido planeado e Hisagi estaba terminando de juntar los ingredientes para comenzar la preparación del banquete.
Masaki estaba agradecida de que la mayoría de las cosas que iban a necesitar estuvieran en el almacén del castillo, sin embargo ella se había encargado de hacer pedidos a los distintos lugares para la compra de más granos, semillas y animales; incluso lo que llegaba al puerto era adquirido por el castillo. Masaki no solo tenía que comprar cosas para la boda de Kaien, también tenía que comprar cosas para la boda de Ichigo, que habían fijado para una semana después de su cumpleaños.
Todo era demasiado descomunal, demasiados eventos seguidos y, aunque era un inmenso derroche de oro del reino en algo tan frívolo como sería la boda de los príncipes, era algo que activaba la economía de la ciudad y pueblos cercanos, porque todo que necesitaban para las bodas, lo compraron.
Rukia había entendido perfectamente la situación, sabía que su boda y todo lo relacionado con ella, lo verían después de la boda de Nelliel; Masaki no quería tener que mediar entre peleas que ellas pudieran tener solo porque una eligiera algo que le gustaba a la otra, aunque por lo que había visto, Rukia estaba más tranquila y comprensiva que Nelliel, además, las dos chicas no tenían muy buena relación, y Masaki tenía la impresión de que había algo que las alejaba, pero aún no sabía qué era.
Masaki odiaba cuando algo se salía de su control, así que la situación con las dos chicas, aunque era tensa y cordial, la mantenía alerta. Masaki sabía todo lo que pasaba en el castillo, sabía que su hijo salía de noche a entrenar en el patio de entrenamiento, y también que solía estar a solas con Rukia. La Kahya le había informado de la situación íntima en la que los había encontrado el día que Ichigo se había lesionado en ese nuevo entrenamiento y, aunque todos sus impulsos luchaban por hacer que Rukia bebiera el té de las Inamoratas, no lo hizo; Masaki decidió confiar en el buen juicio de Rukia y de su hijo.
En el peor de los casos, enviaría a Rukia a Vayalat con una carta de asilo, esperando y confiando en que Kisuke la cuidaría a pesar de que todo eso podría terminar muy mal. Tenía que hablar con ambas chicas sobre la descendencia de la cual serían madres, aunque Nelliel tenía claro lo que implicaba ser la Princesa Heredera y lo que tenía que hacer, necesitaba que Rukia entendiera muchas cosas que le servirían cuando se convirtiera en reina.
Masaki ni siquiera quería pensar en el destino de Nelliel y de sus hijos con Kaien cuando Ichigo hiciera lo que tenía que hacer; apreciaba a Nelliel, era como su hija, y esa era una razón más para no haber estado de acuerdo con su boda con Kaien, el destino que tendría cuando se diera el golpe. Masaki estaba segura que Kaien no iba a perder el tiempo para tener un hijo, porque sabía que él necesitaba que su hijo naciera en un matrimonio legítimamente bendecido por el Sumo Sacerdote para que sus hijos y su herencia no fueran cuestionados.
Después de pensarlo un rato, y terminar de revisar unos papeles que tenía que enviar al panadero que se encargaría de hacer el pastel de bodas, le pidió a la Kahya que invitara a las dos chicas a tomar el té de la tarde.
—
La cita para tomar el té con la reina se llegó antes de que ella saliera de su habitación; la reina estaba ocupada y Rukia sabía que planear una boda no era lo mismo que planear una cena, así que esta vez la reina no le pidió ayuda, sino que le dijo que podía hacer lo que quisiera mientras ellos estaban con todos esos preparativos.
Rukia pasaba mucho tiempo con las princesas, eran bastante inteligentes y le enseñaban cosas que la reina no había tenido tiempo de hacer. Las princesas le habían mostrado el mural de la Familia Real, donde estaba pintado el árbol genealógico de todos los que habían pertenecido a la Familia Real desde que el tiempo era tiempo. Le parecía triste que muchos de los príncipes hubieran muerto muy jóvenes y le parecía curioso que la primera mujer que apareció como la Reina de Avanta por herencia y no por matrimonio, llevara el título de "La Reina Sangrienta".
A Rukia le gustaba ver ese mural, era realmente grande y estaba muy bien cuidado, pero la razón por la que le gustaba ese mural era porque allí aparecían los nombres de las mujeres de su familia que se habían casado con los Segundo Príncipes; incluso los hombres de su familia que se habían casado con las princesas cuando no había mujeres en Maranni para cumplir su papel de futura esposa del Segundo Príncipe.
En ese mural estaría pintado su nombre cuando ella e Ichigo se casaran, y en ese mural se pintarían los nombres de los hijos que tendrían; esa idea la hacía sonreír porque sabía que tenía que darle hijos a Ichigo, pero también sabía que Ichigo no tenía prisa por tener hijos. Ambos querían una vida tranquila y sin apuro, Ichigo solía decir que la prisa era de Kaien, no de él.
Rukia fue a las habitaciones del Señor de Maranni, ese día iba a almorzar con su padre, así que sería un día tranquilo; ella no había pasado mucho tiempo con su padre porque él siempre estaba ocupado, por lo que esas invitaciones a almorzar o cenar eran muy apreciadas. La vida dentro del castillo hacía que la gente cambiara, ella lo sabía porque lo estaba experimentado, y en esos momentos entendía mejor que su padre siempre estuviera ocupado en el castillo, porque ella también lo estaba.
Su padre la recibió con una gran sonrisa en los labios; Rukia nunca lo había visto sonreír así, como si le hubieran dado las mejores noticias del mundo, así que lo primero que hizo, después de saludarlo adecuadamente, fue preguntarle por qué estaba tan feliz. Su padre la guió a la sala de estar y le entregó un pergamino, era una carta de su madre.
Rukia leyó la carta con emoción y rapidez, hasta que llegó a una frase que la hizo sonreír con verdadera alegría, Hisana había dado a luz al hijo de Byakuya, y había sido un niño. Eso era realmente una buena noticia; Rukia estaba realmente feliz.
— Tenemos que ir a Maranni, padre. — Dijo Rukia. Estaba emocionada y quería ver y felicitar a su hermano y a su cuñada.
— Lo haremos, pero no ahora. El bebé acaba de nacer y no podemos estar cerca de la madre o del bebé, hasta que el bebé sea un poco más grande. Iremos después de la boda del Príncipe Kaien; yo me encargaré de dejar todos los asuntos arreglados, y podamos quedarnos un par de semanas, o tal vez un poco más, en Maranni. — Rukia vio a su padre realmente feliz, y tuvo la impresión de que si su padre no tuviera tantas responsabilidades en el castillo, se habría ido a Maranni desde que recibió la carta.
Cuando Rukia dejó las habitaciones del Señor de Maranni después de ese animado almuerzo con su padre, cuyo único tema de conversación era el nuevo miembro de la familia, se prometió a sí misma que iría al pueblo a comprar algo para el bebé; tal vez un muñeco de peluche o una bonita manta. Le preguntaría a la reina si podía salir con las princesas, tal vez ellas tendrían ideas sobre qué regalarle a un bebé.
Llegó a la habitación de la reina, todavía pensando en su nuevo sobrino, y no se dio cuenta de que Nelliel estaba detrás de ella hasta que Nelliel se paró a su lado; la saludó de manera cortés pero Nelliel parecía demasiado ocupada en su propio mundo. Los guardias abrieron la puerta para dejarlos entrar y Rukia se quedó atrás, dejando que ella entrara primero a la habitación.
Ambas saludaron a la reina y Rukia dejó que Nelliel fuera la primera en saludar a la reina, le molestaba la actitud de Nelliel, antes le parecía tranquila e indiferente, pero en esos momentos le parecía realmente insoportable porque parecía querer siempre ser la primera en todo. Rukia saludó a la reina y la besó la mano antes de que ambas tomaran su lugar donde la reina indicaba; Nelliel a su izquierda y Rukia a su derecha. Para Rukia estaba claro que Nelliel no la quería como amiga, pero eventualmente serían familia y al menos la relación entre ellos debería ser cordial; solo que parecía que Nelliel ni ese tipo de relación quería.
Rukia escuchó a la reina hablar con Nelliel; la reina le explicó sus deberes como princesa heredera a Nelliel y lo que tendría que hacer junto con la importancia de dar a luz a un hijo en el primer año de matrimonio para perpetuar la línea de herencia de Kaien, también le explicó a Nelliel que sus hijos serían el Príncipe Heredero y el Segundo Príncipe del reino, y cómo serían educados cuando nacieran.
Eran planes grandes y para un futuro lejano pero necesarios para la esposa del heredero al trono, porque de ella dependía el futuro del reino. Y, mientras Rukia escuchaba a la reina hablar con Nelliel sobre sus hijos, le surgió una duda que no expresó hasta que Nelliel salió de la habitación.
— Su Majestad, si los hijos de Nelliel serán el Heredero del Trono y el Segundo Príncipe, entonces mis hijos… — Rukia dejó la pregunta sin terminar porque no sabía cómo formularla en absoluto.
— ¿Te preocupa la situación de sus hijos? — Preguntó la reina dejando su taza de café en la mesa. Rukia asintió. — Tus hijos serán príncipes y princesas y también entrarán en la línea de sucesión al trono. Si Kaien, cuando se convierte en rey, muere antes de tener un hijo varón, entonces los hijos varones que hayas tenido con Ichigo serán considerados para ser el nuevo rey. Solo hasta el final, si no hay un heredero varón que asuma el trono, se nombrará a la hija mayor de Kaien como la nueva reina.
— ¿Y si tengo un hijo antes que Nelliel? — Preguntó Rukia haciendo que la reina abriera los ojos con sorpresa y miedo.
— ¿Estás embarazada? — Preguntó la reina tomándola de los hombros con algo de brusquedad. Rukia se asustó por eso e inmediatamente negó con la cabeza sin entender muy bien la reacción de la reina.
— No, yo... su majestad... yo todavía soy virgen. — Aclaró completamente sonrojada por la vergüenza de decir aquello en voz alta. La reina relajó su agarre sobre ella y respiró con calma, pero lo siguiente que dijo la reina fue algo que Rukia nunca hubiera imaginado escuchar.
— La ley es clara. El rey te ejecutaría a ti, Ichigo, y a su hijo por traición.
— ¡Qué! — Preguntó Rukia levantándose de su asiento completamente aterrorizada. No podía creer que la reina hubiera dicho eso con una calma tan imperturbable.
— Siéntate, hay cosas que debes entender. Me encantaría tener nietos, pero prefiero que mi hijo viva antes que verlo morir. — Rukia no podía entender esa respuesta y volvió a sentarse obedeciendo lo que había dicho la reina. Necesitaba respuestas y necesitaba saber por qué tener un hijo se consideraba una sentencia de muerte.
— Todo esto es para que las "Antiguas Tradiciones" no se vuelvan a utilizar; antes, la línea de sucesión era una masacre que terminaba con todos antes de que se coronara un nuevo rey. — La reina comenzó a hablar tranquilamente y Rukia se quedó en su lugar, escuchando lo que la reina diría.
La regla de la herencia era simple, el último hombre que sobrevive hereda el reino. No importaba el orden de los nacimientos, importaba ser lo suficientemente astuto para sobrevivir hasta el final después de la muerte del rey. No había Heredero ni el Segundo Príncipe, todos los príncipes eran educados para gobernar y en algún momento eran enviados a una ciudad para aprender sobre los Asuntos de Estado.
Los reyes tenían concubinas y todos los hijos varones que tenían al rey con ellas eran considerados príncipes, no había bastardos porque todos eran hijos del mismo padre. Las concubinas del rey solían pelear entre sí, a veces peleaban contra la reina para asegurarse de que los hijos de la reina no fueran los siguientes reyes y la reina lo toleraba porque era su deber. La Reina no tenía voz en los asuntos del reino pero solía susurrar en los oídos del rey para tener lo que quería; si el rey aún sentía suficiente afecto por la reina para escucharla, entonces el rey podría brindar su apoyo a los hijos que tuvo con la reina y no a los hijos de su concubina favorita.
El príncipe que tenía más poder, más control, más influencia o más suerte, podía sobrevivir y convertirse en rey. Ese nuevo rey tenía que expulsar a todas las concubinas del antiguo rey del castillo, y la madre de ese nuevo rey tomaba el control de todos los asuntos relacionados con el castillo. En ese momento, el título de Kahya no existía, la Reina Madre tenía poder absoluto sobre todo lo relacionado con el castillo, incluso por encima de la esposa del rey.
Nadie prestaba atención a las hijas del rey, las pequeñas princesas que nacían de la reina estaban destinadas a casarse con señores importantes del reino, y las niñas nacidas de las concubinas no se convertían en más que esposas de los soldados, si tenían mucha suerte y belleza.
Eso sucedió hasta que nació la princesa Kazue, la primera hija del rey Ganju con su esposa. Tan pronto como nació la princesa, el rey fue en busca de una concubina para tener un hijo varón, nadie quería una princesa en la línea de sucesión porque no se las consideraba lo suficientemente valiosas para gobernar un reino; en ese momento, las mujeres solo eran consideradas solo por su capacidad para tener hijos varones. La princesa Kazue se formó y estudió política en secreto, siempre apoyada por su madre que le había dicho que el trono le pertenecía a ella y no al hijo de una concubina.
Era la primera vez que ser hijo de una concubina se consideraba algo malo, algo infame.
Un día el rey salió de caza y se cayó de su caballo, se golpeó la cabeza con tanta fuerza que no pudo resistir y murió en el campo de caza. Fue en ese momento que el príncipe que estaba más seguro de su posición se nombró rey, encarceló a todos sus hermanos y luego los mató sin contemplaciones junto con los hijos de sus hermanos. No iba a permitir que nadie se interpusiera entre él y el trono.
Kazue dejó que el nuevo rey se sintiera seguro, y una noche entró en el dormitorio del nuevo rey y le cortó el cuello sin que el hombre se diera cuenta de lo que había sucedido; tan silenciosa como había entrado en el dormitorio del rey, entró en el dormitorio de los príncipes y los asfixió con la almohada hasta que dejaron de moverse. La reina, que dormía con los príncipes esa noche, fue apuñalada en el vientre por la princesa para asegurarse de que la reina no tuviera un niño adentro. Sin ningún hombre ocupando la posición de rey o heredero del reino, Kazue se proclamó Reina de Avanta.
Kazue "La Reina Sangrienta".
Ella estuvo a la altura de su apodo al matar a todos los que se oponían a su reinado; a los que se negaban a obedecer sus órdenes, los encerraba y torturaba; su madre siempre estuvo con ella, alimentando y apoyando sus ideas. Fue la reina Kazue quien cambió las reglas de la herencia.
Creó el cargo de Favorita de la Reina, para poder controlar a los amantes de su esposo y los hijos que tenía; sólo los hijos de las Favoritas podían ser adoptados por la reina. Ella designó que los herederos solo podían ser hijos legítimos nacidos con la bendición de las Deidades y no hijos ilegítimos del rey, y solo en caso de que la reina no diera a luz a un niño que heredera el trono, entonces adoptaría al hijo de la Favorita. Ella creó el título de Segundo Príncipe para que el heredero supiera que si mataba a su hermano, los soldados se rebelarían contra él; creó la posición de la Kahya, para tener a alguien con quien dirigir el reino además de su madre; y creó la Corte de la Reina para que sus hijos pudieran elegir amantes y esposas.
La reina Kazue nunca tuvo hijas, por lo que no pensó en el destino de las hijas de los reyes; pero en las siguientes generaciones las cosas cambiaron poco a poco, hasta el punto de que el título de Favorita de la Reina se convirtió en el título de la futura esposa del Segundo Príncipe tras la caída de Maranni.
Sin embargo la reina Kazue dejó algo claro que todos los reyes han seguido, no iban a permitir una rebelión o separación del reino; así como ella había creado el puesto de Segundo Príncipe dándole el control de los soldados para hacer más difícil para el Príncipe Heredero matar a su propio hermano; también ordenó que el Segundo Príncipe solo pudiera tener hijos después de que el heredero los tuviera.
Los bastardos estaban prohibidos a menos que pertenecieran al heredero o al rey, y estaban condicionados a ser nada más que soldados; pero si el Segundo Príncipe o los príncipes menores tuvieran un hijo prematuramente, serían acusados de traición y serían ejecutados junto con su hijo. Muchos príncipes habían muerto por eso, por intentar revelarse contra el reino o por amor, de cualquier forma, murieron junto con sus hijos y su mujer.
— Ninguna madre quiere ver morir a sus hijos, y he hecho cosas terribles para proteger a mi hijo, de lo cual no me arrepiento porque sé que está bien y sano. — Dijo la reina cuando terminó de contar la historia. — Si tuviera que volver a hacer lo que hice por Ichigo, lo haría. Incluso lo hice por Kaien, así que ten esto en cuenta: si quieres ser la reina, debes ser fuerte y hacer lo que sea necesario. La compasión es para los débiles, compadecerse de la persona equivocada podría significar tu final y de todo lo que amas. También ten en cuenta una cosa más, Nelliel es despiadada, y la única razón por la que no estoy de acuerdo con su boda con Kaien es porque Kaien es un bastardo que le quitó el trono a Ichigo.
Rukia se retiró de la habitación de la reina con la cabeza llena de la información, frotaba inconscientemente la piedra roja en su anillo con su pulgar, era algo que hacía cada vez más seguido por la sensación de calma que le daba. ¿Qué había hecho la reina por Ichigo y Kaien? ¿Qué tendría que hacer ella si realmente iban a tomar el trono? Con cada día que pasaba, se hacía más seguro que el camino hacia el trono era un camino bañado en sangre.
Esa noche Rukia tuvo una pesadilla, soñó que estaba sofocando a un bebé en una cuna con una almohada, un bebé de ojos verdes y cabello oscuro. En ese sueño ella estaba segura, porque así es como suelen ser los sueños, que él era el hijo de Kaien y ella lo estaba matando; Rukia sintió la resistencia del bebé hasta que de repente el bebé dejó de moverse. Estaba hecho, había eliminado todos los obstáculos en el camino al trono de Ichigo. La Corona de Guerra de la Reina apareció en sus manos, donde anteriormente había estado la almohada con la que había matado al hijo de Kaien, y encontró que la corona era realmente hermosa; detrás de ella estaba Nelliel, muerta y sangrando en el suelo, y Rukia se dio cuenta de que sus manos estaban manchadas con la sangre de Nelliel cuando se puso la corona en la cabeza. Ella era la reina, la Reina Sangrienta.
Rukia se despertó completamente asustada. Estaba temblando y sudando, y lo primero que hizo al despertar fue ver sus manos, aún tenía la sensación de la sangre de Nelliel en su piel y eso la hacía temblar; tenía miedo de cerrar los ojos porque tenía miedo de volver a soñar lo mismo. ¿Qué había sido ese sueño? Ella no era así, no podía matar a nadie aunque su vida estuviera en peligro, mucho menos a un bebé indefenso. Con solo recordar eso, volvió a temblar porque recordaba la resistencia de ese bebé que luchó por su propia vida, sentía nauseas.
Se miró las manos en la penumbra y miró la piedra en su anillo de compromiso, el rubí brillaba de manera tan antinatural que era hipnotizante, dejó de ver su anillo cuando se sintió un poco más tranquila. Tenía la boca seca, le dolía la garganta pero no sabía por qué y se levantó de la cama en busca de agua. Su corazón no dejaba de palpitar con fuerza hasta el punto de doler y cada vez que pensaba en ese sueño, en esa escena que le había parecido tan real, sentía miedo de que ella tuviera que hacer algo así.
— No, fue solo un mal sueño, una pesadilla. — Se dijo consolándose un poco; pero el miedo estaba ahí y era algo que no sería fácil de desaparecer.
Rukia se volvió a la cama después de beber un poco de agua y trató de dormir, pero cada vez que cerraba los ojos volvía a ver la escena donde sus manos estaban llenas de sangre de Nelliel, y eso la aterrorizaba.
— Fue por la historia de la reina, sí, eso debe haber sido. — Se volvió a decir a sí misma.
Tenía que ser eso. La reina le había dicho que debía ser fuerte. La reina le dijo que ella misma había hecho cosas terribles por Ichigo y Kaien; y ese sueño fue terrible, demasiado terrible. ¿Qué podría ser más terrible que quitarle la vida a un bebé? Y por un momento, Rukia temió que lo que Orihime le había dicho sobre la crueldad de la reina Masaki fuera cierto. ¿Fueron todas las reinas crueles? ¿Ella sería cruel si alguna vez se convertía en reina? ¿Nelliel sería una reina cruel?
