Los Ojos del Ruiseñor
Capítulo 68: Preludio
Verano — x493 / 15 de julio
Ichigo es un prodigio del don.
No solo porque su contrato con la Sombra, el tatuaje en su espalda, es el más grande registrado en el reino, ni porque canalizó el don desde que el momento en que fue entregado a la Sombra en esa ceremonia o porque aprendió a controlarlo antes que todos los demás niños de la misma edad que él; sino porque Ichigo entendía a la Sombra de una manera diferente a los demás.
Ser un prodigio no significaba que con solo desearlo podía usar el don a voluntad, sino que significaba que era mucho más fácil para él aprender a convocar y domar a las Sombras. La prueba estaba en que logró convocar a los perros del infierno a una edad muy temprana, con la ayuda de su tío, pero la invocación la había hecho él porque los perros le habían obedecido a él; aunque después no pudo volver a hacerlo.
Ichigo aún tenía mucho que entrenar y aprender para poder decir que dominaba por completo el don, pero para lo que necesitaba hacer en ese momento, todo lo que necesitaba era la magia que revoloteaba entre sus dedos por la furia que sentía.
Definitivamente iba a matar al rey de Gardelia por atreverse a golpear a Rukia, ya fuera que ella se lo pidiera o no.
Ichigo podía tolerar que lo amenazaran o intentaran matarlo, era solo otro "lunes por la mañana", y porque de una forma u otra, haría pagar al responsable por ese atrevimiento; pero no pretendía permitir que alguien tuviera la osadía de golpear a su mujer sin sufrir las consecuencias inmediatas por ello.
Koga ni siquiera se interpuso en su camino, la mirada asesina que tenía Ichigo en ese momento fue todo el aviso que necesitaba el príncipe de Jetaiya para decidir no jugar al héroe y evitar la masacre que estaba a punto de ocurrir.
Ichigo caminó a través de las cortinas que separaban el balcón de ese salón de fiestas donde todos seguían disfrutando de la celebración, ajenos a lo que había pasado en ese balcón, y caminó hacia el hombre de blanco que conversaba animadamente con el tío Kisuke, como si nada hubiera pasado unos momentos antes. Ichigo no dijo nada, solo se acercó a ellos con el sigilo de una sombra, y golpeó al Rey de Gardelia en la cara haciendo que el hombre se tambaleara y terminara en el suelo completamente aturdido.
Ese acto hizo que algunos de los invitados, los que estaban cerca de ellos, gritaran de sorpresa.
Todo sucedió en menos tiempo de lo que parecía.
Ese golpe hizo que Ichigo se sintiera demasiado bien, al punto de sonreír de esa manera extraña que decía cuánto iba a disfrutar matando al rey de esa manera. No era la primera vez que Ichigo sonreía de esa manera, y Yushiru no sería el primer rey que él mataría.
Sin embargo, Ichigo no llegó a darle un segundo golpe al rey de Gardelia. Un par de manos lo detuvieron, inmovilizándolo y sujetando ambas manos detrás de su espalda, y otro par de manos lo obligaron a alejarse del rey, que tenía la nariz golpeada y muchas heridas en la piel que sangraban profusamente.
El movimiento de los hombres que detuvieron a Ichigo fue rápido y fluido, tal vez un segundo tarde a causa de la sorpresa inicial, pero definitivamente fue un movimiento rápido. Yhwach fue quien sostuvo a Ichigo, y Kisuke fue quien lo empujó para que el impulso lo mantuviera alejado del Rey de Gardelia, quien aún estaba en el piso y cuyas ropas blancas estaban manchadas con su propia sangre.
— ¡Suéltame! ¡Voy a matarlo! — gritó Ichigo, tratando de liberarse del agarre de esas manos. — ¡Ese bastardo merece morir!
— ¡Ichigo! ¡Cálmate! — La fuerte voz del rey Yhwach resonó en el salón, donde el silencio se había asentado después de que Ichigo asestara el primer golpe al rey de Gardelia.
Todos lo miraban, todos estaban en silencio y todos parecían asustados porque Ichigo había golpeado al Rey Yushiru.
— ¡Me calmaré cuando lo mate! ¡El bastardo se atrevió a golpear a mi esposa! — Ichigo estaba furioso e ignoró por completo que era su abuelo quien lo estaba reteniendo para que no atacara al rey de Gardelia nuevamente.
Su tío Kisuke estaba ayudando a levantarse del suelo al rey Yushiru, quien se tapaba la nariz y la boca para que no le saliera más sangre. Todo lo que Ichigo quería en ese momento era liberarse del agarre de su abuelo y golpear de nuevo al rey de Gardelia hasta que suplicara por su propia vida.
— ¡¿Cómo te atreves a pegarme?! ¡Niño insolente! — Gritó el Rey Yushiru tratando de acercarse a Ichigo, revelando las heridas sangrantes en su rostro.
La sangre no dejaba de fluir de las heridas en el rostro del Rey de Gardelia, y aunque el dolor debía ser insoportable, el Rey Yushiru lo estaba tolerando bien. Quizás estaba demasiado enojado para notar el dolor y la peculiaridad de esas heridas.
— Su Majestad, debe ser atendido. — habló Kisuke, sujetando al Rey Yushiru para que no se acercara a Ichigo, cuya mirada prometía dolor, sufrimiento y muerte al Rey de Gardelia. — Sus heridas son demasiado graves.
— ¡No necesito ayuda! ¡Necesito que ese niño pague por su ofensa! — gritó Yushiru, aun tratando de que Kisuke lo soltara. — ¡Le cortaré la mano por esto!
— ¡Nadie le cortará la mano a nadie! — gritó Yhwach. — Que alguien lleve al rey Yushiru al médico. Esto es un problema familiar.
— ¡Esto no es un problema familiar! ¡Es una falta de respeto hacia mi persona! — reclamó el rey de Gardelia, cuya voz sonaba extraña debido a la ira y la sangre que aún goteaba de su nariz.
— Es un problema familiar, hermano mayor. Mañana el Rey Yhwach seguramente nos explicará el porqué de esta agresión. — Yoruichi tomó del brazo a Yushiru para salir de allí, haciendo uso de toda la prudencia que había en ella. — Vamos a que te revise un médico, estás sangrando demasiado.
Yoruichi estaba al lado de Yushiru antes de que llegara Ichigo, y ella fue la única que notó el enfado de Ichigo porque conocía bien esa parte de él, aun así no tuvo tiempo de sacar a su hermano de allí. Ichigo llegó demasiado rápido y ella solo pudo alejarse unos pasos en el momento justo.
Yushiru pretendía quedarse allí, pero Yoruichi volvió a insistir hasta que logró que su hermano desistiera de la idea. Sin embargo, Ichigo no tenía la intención de dejar a ese hombre con vida y si no podía golpearlo con sus propias manos, haría que la Sombra lo hiciera.
Ese hombre definitivamente no iba a salir vivo de allí.
Ser un prodigio del don también significaba que el don se manifestaba con demasiada fuerza y el portador tenía que ser igual de fuerte para mantenerlo bajo control.
— ¡Te ordeno que te calmes, Ichigo! — volvió a gritar su abuelo, quien aún lo sujetaba con fuerza para que no se lanzara contra el rey.
Ichigo en verdad estaba luchando para que lo liberaran mientras Yushiru se dirigía a la salida para ser llevado al médico, acompañado de Yoruichi y un par de personas más.
Ichigo dejó de moverse y dejó de intentar liberarse, tal como le había ordenado su abuelo, y permitió que don lo controlara como lo había hecho en aquella ocasión en la playa de Cikram. Esa era quizás la sensación de poder más embriagadora que se podía experimentar en la vida, era como beber el mejor licor del mundo, comer la comida más exquisita jamás cocinada o probar la mejor droga jamás creada.
Y era peligroso tanto para los portadores como para quienes estaban cerca de ellos.
— Sí... me voy a calmar. — susurró Ichigo de una manera tan escalofriante que hizo que el Rey Yhwach lo sujetara con más fuerza a pesar de que había dejado de luchar para liberarse. Ichigo solo miró al rey de Gardelia de la forma en que uno mira a la presa antes de la cacería, estudiándola solo para saber por dónde atacar. — Ahora... suéltame querido abuelo... te prometo que no voy a hacer nada...
— No lo dejes ir, querido padre. — Kisuke se paró frente a Ichigo y agarró su rostro de la misma manera que lo había hecho en esa celda en la Isla Trinidad, comprobando si el hombre que estaba allí todavía era Ichigo. — No tiene el control, está tan enojado que no tiene el control. Lo que sea que lo enojó tanto, realmente lo empujó a su límite.
— Por supuesto que tengo el control, querido tío. — Ichigo no perdió esa escalofriante sonrisa. — Mira qué bien lo controlo.
Tras esas palabras, se escuchó un gruñido y una sombra, que no sabía de dónde venía, se lanzó contra el rey de Gardelia que estaba a punto de cruzar la puerta de salida. Todo fue demasiado rápido y, si no fuera por los reflejos de uno de los invitados que detuvo a esa sombra con un movimiento similar al que usó Ichigo en la batalla contra Kisuke, el rey de Gardelia definitivamente habría muerto en ese momento.
— ¡Saquen al Rey Yushiru de aquí! ¡Ahora! — Ordenó Kisuke antes de que Ichigo tuviera la oportunidad de arrojarle algo al Rey de Gardelia nuevamente, luego golpeó a Ichigo dos veces en el pecho tan rápido, que Ichigo no supo cuando quedó inconsciente.
Si ellos entendieran la mente de Ichigo cuando estaba en esa condición, se habrían dado cuenta de que el ataque era un señuelo.
—
Todo había sucedido tan rápido que Rukia pasó del enojo a la preocupación al mismo tiempo que Ichigo pasó de golpear al Rey de Gardelia a estar de rodillas en el suelo sujetado por el Rey Yhwach. En ese momento Rukia corrió hacia Ichigo, llamándolo por su nombre y arrodillándose frente a él, solo para sostener sus mejillas y mirarlo a la cara, tratando de que abriera los ojos.
— ¡Kisuke, aléjala de él! — Ordenó el rey con voz profunda y fuerte. Rukia estaba a punto de protestar por esas palabras cuando el rey volvió a hablar. — ¡Y llévala a mi oficina!
— Claro, querido padre. — La voz del tío Kisuke sonó con la misma seriedad que el momento merecía mientras la tomaba del brazo para hacerla levantarse del suelo y alejarse de Ichigo, quien seguía inconsciente y de rodillas.
— No… no, majestad… por favor… no…
— ¡Ahora!
Rukia, quien en ese momento estaba tratando de que el tío Kisuke la soltara, sintió miedo ante el tono de voz del rey. Ya no era una niña pero en ese momento se sentía así, como una niña; así que simplemente cumplió con la orden a pesar de que todo lo que quería era estar con Ichigo.
El camino a la oficina del rey fue tenso y silencioso, el tío Kisuke la había soltado y Rukia solo caminó junto a él sin hacer más ruido que el que hacían sus zapatos. El tío Kisuke le ofreció una silla para que se sentara después de encender las velas dentro de esa oficina, a la espera de la llegada del rey.
— ¿Qué le van a hacer a Ichigo? — preguntó Rukia, incapaz de contener más los nervios y el temor por el destino de Ichigo.
— Nada. Luego te llevaré con él, si el rey no dice lo contrario. — El tío Kisuke parecía preocupado, como si tuviera miedo de que algo realmente malo fuera a pasar, y como si lo último que quisiera fuera estar allí.
Eso solo hizo que Rukia tuviera más miedo de lo que podría pasar en esa oficina cuando llegara el rey, pero no tuvo tiempo de imaginar demasiados escenarios y posibilidades, ya que el Rey Yhwach, junto con la Reina Aiko quien parecía bastante enojada en ese momento, entraron a ese lugar solo unos minutos después de que el tío Kisuke le dijera esas palabras.
Rukia se levantó de su asiento y se inclinó ante el rey y la reina, con todo el respeto que debía mostrar y tratando de no empeorar la situación. Ella quería hablar, quería hacer preguntas, pero sabía que las preguntas las harían ellos, y ella solo tenía que responder con la verdad. Sus manos comenzaron a sudar por los nervios, como no lo habían hecho en mucho tiempo, y fue en ese momento que se dio cuenta que sus manos aún estaban manchadas con su propia sangre.
Nadie se sentó.
— Cuéntanos por qué Ichigo perdió el control y atacó al rey de Gardelia de esa manera. — El rey estaba molesto y tratando de modular su voz para no gritar. Claramente nadie esperaba que algo así sucediera en una fiesta ni que Ichigo lo provocara.
Rukia sintió miedo porque estaba sola frente a tres personas que con dar una sola orden podían deshacerse de ella, y lo único que agradeció a la Sombra fue que Kirio no estaba allí, porque sentía que Kirio solo empeoraría las cosas y la culparía de todo. Rukia se retorció las manos con nerviosismo, miró al rey, a la reina y al tío Kisuke, y por un momento quiso salir corriendo de allí, pero no lo hizo, sino que se armó de valor y trató de acomodar los eventos en un orden que fuera realmente coherente, porque mentirle a la gente frente a ella no era una opción viable.
En este punto, Rukia comenzó a contar lo que había sucedido cuando el sirviente del rey Yushiru se acercó a ellos y les presentó el vino como regalo de cumpleaños para Ichigo, así como lo que hizo Ichigo con ese vino y el conejito. La reina Aiko solo escuchaba todo en silencio, pero el rey Yhwach solo la miraba con una ira creciente que Rukia esperaba que no fuera dirigida a ella.
— ¿Y por qué Ichigo no vino a hablarnos del vino? — Preguntó el rey, nuevamente modulando su voz pero en un tono un poco más alto de lo normal, interrumpiendo la narración de Rukia en esa parte.
— Lo que sucede entre el rey de Gardelia e Ichigo es algo personal, por la relación que Ichigo tuvo en el pasado con la princesa de Gardelia. Ichigo sabe que el rey no está contento con la forma en que rompieron esa relación y quería resolver el asunto por su cuenta. — explicó Rukia mirando al rey y a la reina, y odiando con todo su ser a Kirio y a Yoruichi.
— ¿Y cómo se relaciona esto con la pelea que acabamos de presenciar? — preguntó el rey, obviamente molesto y sospechando que esa no era toda la historia. Rukia no podía decir si el rey Yhwach estaba molesto por la pelea o por el vino envenenado, y ella esperaba que fuera por el vino. — ¿Por qué esperó tanto para enfrentarse al rey? ¿Por qué lo hizo así y no en privado?
Rukia se quedó en silencio ante esa pregunta porque no sabía cómo explicar esa parte, había demasiadas cosas juntas, demasiadas personas involucradas, y si decía algo mal podría causar más problemas para ella e Ichigo. Eso nuevamente la hizo maldecir mentalmente a Kirio y Yoruichi.
— ¿No puedes contestar o no quieres contestar? — preguntó la reina Aiko después de un momento de silencio. Rukia se estremeció al escuchar la voz completamente seria de la reina y fijó su mirada en ella.
— Su Majestad, es solo que… siento que no soy la persona adecuada para hablar de esto. Creo que debería ser Ichigo quien explique esta situación.
— Pero Ichigo no puede hablar. — Agregó el tío Kisuke con una sonrisa nerviosa. Rukia inmediatamente lo volteó a ver. — Él estará inconsciente por al menos dos días, y este asunto debe resolverse esta noche porque el Rey de Gardelia esperará una explicación por la mañana y debemos saber qué decirle. Así que creo que deberías decirnos lo que sabes, querida sobrina, porque esto ya no es un asunto personal entre Ichigo y el rey de Gardelia.
Rukia se sorprendió cuando el tío Kisuke dijo eso, todo se había salido de control de una manera que nunca podrían haber imaginado y no tuvo más remedio que estar que sentir con lo que dijeron. Rukia solo se encomendó a la Sombra para que todo fuera favorable para ella e Ichigo, y que lo que dijera no les trajera más problemas de los que ya tenían.
— Esto comenzó el día que llegaron el rey de Gardelia y su hermana.
Rukia tuvo que tragarse la incomodidad de narrar esa historia y ajustó los hechos antes de narrarlos. Ella no tenía que alterar nada sobre esa parte de la historia, ella e Ichigo son víctimas de las conspiraciones de Kirio y Yoruichi sin importar cómo se mire la situación; pero también tenía que ser consciente de que muchas veces ignoraban la verdad sólo para mantener las apariencias. Un claro ejemplo fue lo que hizo Ichigo para salvar a la familia Kuchiki, a pesar de que ellos eran traidores confesos que merecían la muerte.
La situación podría terminar de la misma manera, y a Rukia no le gustaba esa posibilidad.
Mientras Rukia narraba los eventos que sucedieron ese día, los que Ichigo le había narrado después de la pelea con el tío Kisuke, pudo ver que las expresiones del rey y la reina cambiaron de ira a curiosidad, y luego a sorpresa. Rukia no podía decir si era porque se enteraron del embarazo que perdió la princesa de Gardelia, o si fue porque se suponía que ese detalle era algo que ni Ichigo ni ella debían saber; pero en ese momento no tuvo tiempo de pensarlo en detalle, sino que siguió contando lo sucedido.
Rukia les contó a todos en esa habitación sobre las sospechas de Ichigo sobre el deseo de la tía Kirio de que él y Yoruichi volvieran a estar juntos; basado en lo extraña era la presencia de Yoruichi en esa fiesta para él, en la extraña situación en la que ellos se habían reunido "casualmente" después de que Rukia había ido a una fiesta de té organizada por la tía Kirio, y en los comentarios de Kirio cuando estaba en Adelaar con respecto a su preferencia por Yoruichi.
La reina se irritó cuando el nombre de Kirio salió de los labios de Rukia, pero aun así no interrumpió la narración, más que por un par de preguntas ocasionales que parecían no tener más relevancia que reafirmar una idea.
— Al final pasó lo que Ichigo pensó que pasaría, el rey de Gardelia me llevó en privado para distraerme mientras la princesa de Gardelia hablaba con él. — Rukia siguió jugando con sus manos, las cuales aún estaban manchadas con su propia sangre y con la que había manchado su vestido.
A lo largo de la narración, Rukia trató de mantener la calma, pero sentía que no podía más; ella estaba molesta y desesperada porque lo último que quería era estar ahí, hablando de esos temas de los que no tenía que estar hablando.
Rukia apretó los puños antes de volver a hablar y hacer lo mejor para ella e Ichigo en ese momento.
— Y yo lo permití porque sabía que Ichigo y Yoruichi tenían que hablar, pero no sé por qué usaron la fiesta. La princesa de Gardelia podría haber llamado a Ichigo para una reunión privada en cualquier momento del día y yo no me habría negado. — Rukia dejó que su voz temblara mientras hablaba. — ¿Por qué me negaría a dejar que Ichigo la viera? No sé por qué el deseo de hacer todo disimulado, como si fuera algo prohibido. ¿Es algo prohibido, majestad? — Rukia preguntó mostrando sus manos aún manchadas con su sangre, dejando que las emociones la invadieran y sus ojos se llenaran de lágrimas. — Porque me golpearon por las conspiraciones de la princesa. El rey Yushiru me golpeó cuando le mencioné que le entregaríamos al rey Yhwach el vino envenenado que le envió a Ichigo como regalo de cumpleaños. Ichigo solo me estaba defendiendo. ¿Merecía ser golpeada por esto, Su Majestad?
El interrogatorio con el rey y la reina terminó un tiempo después de que Rukia hiciera esas preguntas, y esa vez fue el turno del tío Kisuke de darle un pañuelo para que se secara las lágrimas. La dejaron salir de esa oficina pero no la dejaron ir a ver a Ichigo, sino que la hicieron ir a la casa de la playa a descansar; todo bajo la excusa de que él era peligroso para ella en ese momento.
A Rukia no le gustó eso, pero no podía negarse a esa orden.
El tío Kisuke se ofreció a acompañarla, y ella permaneció en silencio durante todo el camino, mirando las plantas y pensando en lo que tenía que hacer al día siguiente. Rukia no quería imaginar lo que podría pasar con el rey de Gardelia y su hermana, pero una de las muchas cosas posibles sería que ella tendría que disculparse en nombre de Ichigo por todo lo que pasó, y eso era humillante.
— Mientes muy bien, querida sobrina. — Comentó el tío Kisuke mientras se paraban en la entrada de la casa de la playa. Rukia miró hacia arriba para ver al tío Kisuke, quien la miraba con una mirada aguda y una sonrisa escondida detrás de su abanico. — Por un momento casi me creo tus lágrimas, pero hay algo que no nos has dicho, ¿no es así?
Rukia miró al tío Kisuke, primero con una expresión confundida y luego con una expresión que mostraba que la habían descubierto; era casi como una sonrisa que no era una sonrisa. Era casi enojo, pero no lo era.
— Querido tío, hay muchas cosas que no le hemos dicho. — Se quitó el anillo de la reina y se lo entregó al tío Kisuke para que lo sostuviera.
Rukia pudo ver la sorpresa en la expresión del tío Kisuke cuando tuvo ese anillo en la mano; era evidente que él conocía el anillo tan bien como ella lo había llegado a conocer, y se daría cuenta de que este anillo era una falsificación hecha por Ichigo.
— Si hay una víctima en toda esta situación, no soy yo. Ichigo está en medio de las conspiraciones de la tía Kirio y la princesa Gardelia, como si fuera un objeto y no una persona. — añadió Rukia, aun viendo la expresión del tío a la luz de las antorchas que iluminaban la entrada a la casa de la playa. — El rey Yushiru no me golpeó porque le dije que le íbamos a entregar el vino al rey Yhwach, sino porque lo amenacé con matar al rey Yhwach con ese vino y hacerle que él quede como el culpable, además de hacerle creer que Ichigo mataría a la princesa Yoruichi con el mismo vino que le envió.
Kisuke levantó la vista del anillo al escuchar esa confesión de los labios de Rukia, mostrando claramente que no podía creer que ella hubiera dicho eso y dirigiendo su atención hacia ella.
— Pero qué dices… ¿hiciste que el rey te golpee? ¿Tú causaste todo esto?
— No, querido tío. Simplemente no pensé que el rey tendría la audacia de golpear a una mujer, pensé que correría hacia su hermana en cuanto escuchó la posibilidad de que ella podría morir esa noche, pero no lo hizo, sino que me golpeó, me insultó y después se fue. — Rukia hizo una pausa antes de agregar algo más. — Y nunca pensaría en atentar contra el querido abuelo, solo le estaba dando una lección al rey Yushiru sobre no meterse en los asuntos que no son suyos y sobre no subestimar a las personas. Todo ese asunto era solo entre Ichigo y Yoruichi, pero evidentemente ella involucró a su hermano, y por lo tanto, yo tenía que involucrarme también.
El tío Kisuke la miró en silencio por un momento.
— Eres demasiado inteligente, querida sobrina. Aplaudiré ese movimiento, pero no lo vuelvas a hacer; esta vez fue un golpe, la próxima vez podría ser algo más grave. — El tío Kisuke le devolvió el anillo y abrió su abanico para jugar con él. — Mantendré tu secreto a salvo, pero tenemos que hablar sobre este anillo después de que solucionemos este pequeño problema.
Rukia volvió a colocar el anillo en su dedo y asintió ante lo que dijo Kisuke.
Verano — x493 / 16 de julio
Esa noche, Rukia solo pudo dormir después de que Tatsuki le dio un poco de té para que se relajara porque su mente seguía reproduciendo todos los eventos de la fiesta y el interrogatorio en la oficina del rey Yhwach, así como lo que podría suceder durante el día. No era algo en lo que le gustara pensar, porque cuanto más lo pensaba, más probable parecía que tendría que disculparse con el rey de Gardelia en nombre de Ichigo.
Rukia conocía las escalas de poder, las había aprendido bien, y todos siempre estaban por debajo de los reyes. Si los reyes decían que el día es noche, así se escribirá a perpetuidad.
Al despertar, Rukia se quedó recostada en la cama por un momento demasiado largo, respirando el aroma de las almohadas de Ichigo y reuniendo el coraje que iba a necesitar ese día para enfrentar cualquier tipo de situación que se le presentara. Se suponía que iban a ser unas vacaciones en Vermist, no un problema tras otro.
Y la querida tía Kirio es la responsable de la mayoría de los problemas que estaban pasando en ese momento.
Ichigo le había prometido llevarla a ver los ruiseñores, se suponía que iban a caminar por la ciudad, pasar un día en la playa, degustar comida típica en el mercado y hacer esa ceremonia con Ulquiorra y Orihime antes de regresar a Adelaar, pero su tiempo en Vermist se estaba agotando y parecía que no harían nada de lo que habían planeado.
Rukia maldijo a Kirio y Yoruichi mil veces y deseó que la Sombra se las llevara. Su pequeña lista de venganza había agregado dos nombres más: Yushiru y Yoruichi.
Tatsuki entró a la habitación con una bandeja de desayuno y Rukia inmediatamente se levantó de la cama, ya se había armado de valor y estaba lista para comenzar el día. Ella se preparó con la ayuda de Tatsuki y se puso la diadema de invierno en la cabeza, solo para sentir la presencia de Ichigo a su lado durante el día.
El querido abuelo le dijo que podía ver a Ichigo durante el día, y eso esperaba, aunque también se preparó para una negativa. Ichigo le dijo el día que llegaron, que ellos eran invitados allí y estaban sujetos a las reglas del palacio.
— Tatsuki, hoy me acompañarás todo el día. — comentó Rukia después de asegurarse de que todo estaba en orden con su ropa y demás. — Pasaremos la mayor parte del día en el palacio, así que supongo que comeremos allí.
Tatsuki asintió y Rukia la miró por un momento.
La doncella se vestía como todas las doncellas de Adelaar, con un vestido sencillo que le llegaba un poco más abajo de las rodillas, zapatos sencillos y el cabello recogido hacia atrás. Rukia recordó la vez que vio a Tatsuki por primera vez.
Tatsuki usaba maquillaje que realzaba su belleza natural, adornos dorados en su largo cabello negro, y vestía ropa casi transparente pero mantenía cubiertas las partes necesarias del cuerpo. Tatsuki era una prostituta, una muy hermosa y muy bien pagada, que vendía sus servicios a soldados y hombres que podían pagar por el placer de su compañía; pero en ese momento Tatsuki era solo una doncella.
— ¿Qué pasaría si te cambiara esa ropa por ropa más bonita? — Rukia preguntó después de un momento de silencio y de dar vueltas alrededor de Tatsuki, mirando el tipo de ropa que vestía. Tatsuki solo la miraba con curiosidad.
— Ya no parecería una doncella. — respondió Tatsuki con una leve sonrisa. — Tampoco podía cumplir con mis obligaciones habituales sin el temor de ensuciar la ropa o estropearla.
— Tienes razón, no puedo cambiarte de ropa. — admitió Rukia, aunque las actividades de Tatsuki no eran realmente duras o pesadas, y no tenía que ensuciarse a menos que estuvieran de viaje. — Pero puedes adornar tu cabello, ¿no? Como solías hacer antes de trabajar para mí. Me gustaba como adornabas tu cabello antes, era muy bonito.
— Mis adornos para el cabello quedaron en el burdel, Madame Cyan no me permitió quedármelos. Salí de allí con la ropa que llevaba puesta.
— Cierto, Madame Cyan. — Rukia asintió a lo que dijo Tatsuki y luego comenzó a buscar entre sus propios adornos para el cabello algo que pudiera funcionar para Tatsuki, hasta que encontró una peineta con piedras rosas que alguien le había dado pero no recordaba quién. — Ponte esto, te compraré más cuando volvamos a Adelaar. Eres mi sirvienta personal y no puedes andar por ahí luciendo como una simple sirvienta, tienen que saber que mi mano está en ti y que te protejo. Llevas un año conmigo, lo justo es que obtengas tu merecida recompensa por tu servicio.
Tatsuki se negó al principio, porque obviamente era una peineta demasiado valiosa y porque no esperaba tal "recompensa". Tatsuki estaba feliz trabajando para Rukia porque tenía una vida tranquila, honesta y no tenía que acostarse con hombres por dinero, solo por placer y si ella quería.
Pero Rukia insistió hasta que Tatsuki cedió y puso la peineta en su cabello recogido.
Rukia sonrió victoriosa ante eso, y luego salieron de la casa de la playa en dirección al palacio para buscar al tío Kisuke e ir a ver a Ichigo, pero el tío Kisuke estaba ocupado, y fue un sirviente quien los llevó a donde estaba Ichigo. Rukia agradeció mentalmente al tío Kisuke y siguió al sirviente por algunos pasillos hasta que le mostró una puerta que estaba custodiada por un soldado desarmado.
Ese soldado probablemente era una Sombra, quien en teoría sería uno de los pocos que podría detener a Ichigo si se salía de control, aunque Rukia dudaba que alguien pudiera detenerlo más que su abuelo y el tío Kisuke.
— El Príncipe Ichigo está ahí dentro. Está dormido y es posible que no se despierte durante un par de días, así que tenga en cuenta eso, Su Alteza. — Aclaró el sirviente y luego miró al soldado que seguía haciendo guardia en la puerta. — Su Alteza la Princesa Rukia, por orden del Rey Yhwach, es el único visitante al que se le permite entrar a la habitación del Príncipe Ichigo.
Esa aclaración desconcertó un poco a Rukia, pero no hizo ningún comentario al respecto. El soldado asintió y se hizo a un lado para dejarla entrar a esa habitación. Tatsuki simplemente se quedó afuera, junto con el soldado, quien la miró con curiosidad y luego le sonrió.
Rukia entró a la habitación y descubrió que el lugar era realmente grande y muy lindo, con una gran ventana por donde entraba un poco de luz, pero no estaba allí para admirar la habitación sino para ver a Ichigo. Inmediatamente se acercó a la cama donde dormía Ichigo y notó que él aún vestía la ropa de la noche anterior; sólo le habían quitado las botas y lo habían acostado en esa cama.
Ichigo yacía exactamente en el centro de la cama, completamente inmóvil y respirando lenta y tranquilamente. Rukia lo había visto así muchas veces, la primera vez fue cuando escapaban de Maranni, y las otras cuando él practicaba y se excedía en el uso del don; pero esas veces no dormía más de medio día.
Entonces, que ellos dijeran que Ichigo no se iba a despertar por un par de días, o más, significaba que realmente había abusado del don.
Rukia lo observó en silencio por un largo momento y luego se sentó a su lado para poder acariciar su frente y cabello, mirándolo dormir y sabiendo que no se despertaría pronto.
— Así te ves cuando pierdes el control, ¿no? — preguntó Rukia en voz baja, apretándole la mano mientras hablaba. — ¿Así me veré si dejo que el don me domine? Realmente tengo que aprender a controlarlo, ¿verdad?
Rukia sabía que no tenía mucho sentido que hablara con Ichigo en este momento; él le había explicado que era como no estar allí, como si todos los sentidos se apagaran y solo quedara un cuerpo vacío. Aun así, conociendo esos detalles, Rukia se inclinó sobre él y le dio un suave beso en los labios.
— Algún día te despertarás cuando te bese, como en los cuentos infantiles. — susurró Rukia y se acomodó junto a él, acostándose a su lado, escuchando los latidos de su corazón dentro de su pecho hasta que se durmió.
Rukia se despertó mucho tiempo después, cuando su estómago rugía porque tenía hambre, y dejó escapar un suspiro antes de darle a Ichigo un último beso en los labios. Le prometió que volvería con ropa limpia para quitarse lo que llevaba puesto y amenazó con golpearlo si se despertaba y ella no estaba allí. Le acarició el pelo a modo de despedida y suspiró por última vez.
Una vez más, maldijo a Kirio, Yoruichi y Yushiru.
Fuera de la habitación estaba Tatsuki, quien estaba arreglando su cabello nuevamente de una manera apresurada, y cuando Rukia la vio, la doncella le dedicó una sonrisa nerviosa. Rukia entrecerró los ojos hacia Tatsuki y luego se giró para mirar al soldado, que parecía demasiado concentrado en algún punto de la pared frontal.
Rukia le dijo a Tatsuki que iban a comer y luego a buscar ropa para Ichigo, y ambas comenzaron a caminar por ese pasillo en un silencio un poco extraño. No era un silencio incómodo, era un silencio que precede a alguna pregunta curiosa que se supone que no se debe hacer en un lugar así.
— Dicen que el rey de Gardelia tiene la nariz rota por el golpe que le dio el príncipe Ichigo. — comentó Tatsuki con calma después de alejarse unos metros del soldado. — Y dicen que está tan ofendido que partirá mañana para su reino, después de que el médico del rey le haga un último chequeo a petición del rey Yhwach.
— ¿Ellos dicen? — Preguntó Rukia, mirando a Tatsuki con una sonrisa traviesa. — ¿O el soldado dice? Porque tienes la peineta mal colocada.
Tatsuki se puso completamente roja con ese último comentario y Rukia comenzó a reírse de esa reacción antes de hacer algunas preguntas más, lo que inevitablemente hizo que Tatsuki también comenzara a reír. Rukia no interfería en la vida de Tatsuki, simplemente le dijo que tenía que ser discreta, porque los rumores solían correr como el agua en el castillo.
— Y ni siquiera fue tan bueno. — dijo Tatsuki con un encogimiento de hombros indiferente. — He estado con mejores, por ejemplo, el amigo de Renji. Él es muy bueno.
— ¡Tatsuki! ¿Con Uryu?
— Él es agradable. No es nada serio, solo pasamos el rato. Y no le estoy cobrando. — Esta vez fue el turno de Rukia de sonrojarse y Tatsuki de reírse de esas palabras.
Rukia comenzó a hacerle preguntas a Tatsuki sobre esa relación con Uryu mientras ambas caminaban por los pasillos para ir en busca de la cocina y poder comer algo, cuando se percató que la princesa de Gardelia caminaba por ese mismo pasillo directamente hacia ellas con una expresión que decía que estaba realmente enojada.
Rukia no quería hablar con Yoruichi, no tenía nada de qué hablar con ella aunque muchas veces había imaginado ese encuentro y las palabras que le diría, así que solo se hizo a un lado esperando que la princesa la ignorara y siguiera adelante, pero eso no sucedió. La princesa Gardelia se paró frente a ella, y Rukia pudo ver claramente el enojo en su rostro.
— ¡Tú! — Yoruichi la señaló con un dedo, como si Rukia fuera alguien por debajo de ella. — ¡Te estaba buscando! ¿Qué le hiciste a Ichigo? ¡Dime qué le hiciste! ¡Porque el hombre que atacó a mi hermano anoche no era mi Ichigo!
Yoruichi parecía bastante molesta. A Rukia no le gustó esa forma de referirse a Ichigo por parte de la princesa, y tuvo que respirar hondo para no golpearla en ese momento.
Tatsuki se movió para tratar de alejar a Rukia de allí, pero Rukia la detuvo levantando una mano y la doncella tuvo que obedecer esa orden; en ese momento ya no era Kia, era la princesa de Avanta.
Rukia pensó que para ese momento el Rey Yushiru ya había hablado con Yoruichi, así que fingir ser una niña inocente sería una pérdida de tiempo y energía. Las palabras de la reina Masaki "debes actuar con la mayor calma posible para que nadie sospeche de ti cuando actúas contra quienes te ofenden" resonaban en su mente, y la princesa de Gardelia definitivamente la estaba ofendiendo.
— Su Alteza. — comentó Rukia, ignorando el enojo en la expresión de Yoruichi, y tratando de no sonar demasiado hostil. — No entiendo qué le he hecho para que me trate así. No creo haberla ofendido, porque solo hemos intercambiado un par de palabras, por lo que no entiendo su actitud hacia mí ni sus reclamos, que invaden mi vida privada y la de mi esposo.
— ¡Claro que me has ofendido! ¡Tu presencia me ofende! — comenzó Yoruichi, quien parecía haber estado esperando ese encuentro más que Rukia. — ¿Qué le hiciste a mi Ichigo? ¡Dime!
— ¿Usted también cree que he hechizado a mi marido?
— ¡No digas esa palabra, que es demasiado grande para tu boca!
Rukia pensó que había otras cosas sobre Ichigo que también eran demasiado grandes para su boca, pero si lo decía no se vería bien porque se supone que ella es una dama, y las damas no hablan de esas cosas en público. Rukia tampoco tenía la intención de sentarse con Yoruichi para hablar de lo bueno que era Ichigo en la cama o de esos detalles que no eran relevantes, pero tenía que dejarle claro a Yoruichi quién es la esposa allí, porque parecía que la princesa de Gardelia aún no lo entendía y solo estaba haciendo el ridículo.
— Alteza, creo que hay un malentendido entre nosotras que debo aclarar, por su propio bien. — Rukia extendió su mano izquierda frente a Yoruichi solo para que la princesa pudiera ver los dos anillos que ella usaba en su dedo anular. — El anillo de la Reina de Vayalat, una piedra tan antigua como el propio reino, entregada por la Reina Aiko a Ichigo para que él me proponga matrimonio. Y el anillo de bodas, puesto en mi mano por Ichigo el día que él y yo nos casamos, diseñado por el propio joyero de la Reina Masaki para ese día.
Rukia dijo eso, mirando a Yoruichi mientras lo decía, estudiando la ira en la princesa de Gardelia que parecía crecer más y más. Rukia sabía que provocarla podía hacer que la princesa la atacara como lo hizo el rey Yushiru, pero estaba harta de esa situación y si Yoruichi había venido a buscarla, entonces Yoruichi no se iría sin conocer su lugar.
— ¡Ni siquiera deberías llevar esos anillos! Todo el mundo sabe que obligaste a mi Ichigo a casarse contigo. — Yoruichi extendió la mano con la intención de quitárselos, pero Rukia rápidamente retiró la mano.
Rukia realmente quería golpear a Yoruichi cada vez que se refería a Ichigo de esa manera: "mi".
— La que debería ofenderse soy yo. Tu presencia, princesa de Gardelia, debería ofenderme, pero ni eso me provoca. Te veo y todo lo que siento es lástima. ¿Mi Ichigo, dices? — Rukia dio un paso atrás, mirando a Yoruichi de arriba abajo. — Dos encuentros furtivos y un baile del recuerdo debieron ser suficientes para que te des cuenta de que el hombre al que dices que hechicé me eligió a mí y no a ti. Sé lo que querías, es demasiado obvio, pero aun así no obtuviste nada, ¿o me equivoco? Él no es tu Ichigo, es mío. Mi marido, el mío.
La expresión de enojo de la princesa Gardelia cambió a una expresión de triunfo, como si tuviera una respuesta verdaderamente contundente a lo que Rukia había dicho. Rukia se dio cuenta y trató de prepararse mentalmente para lo que fuera que dijera la princesa, porque obviamente no sería ni bueno ni agradable.
— Sientes lástima por mí, dices. — Yoruichi dio otro paso hacia Rukia, dejándolas a ambas frente a frente. La princesa de Gardelia sonrió y Rukia solo la miró como se mira a un rival. — Pero tengo algo que tú nunca tendrás, y eso es algo realmente mío. Yo lo hice hombre, y todo lo que hace contigo, lo aprendió conmigo. Tal vez no pude hacer nada en dos encuentros y un baile, pero definitivamente sé que el hombre que dormía conmigo todas las noches todavía está allí. — Yoruichi sonrió mientras lo decía, disfrutando este momento y este enfrentamiento. — Ahora vive con eso, vive sabiendo que todo lo que te hace a ti me lo hizo primero a mí, vive sabiendo que todo lo que te dice a ti me lo dijo primero a mí. Vive sabiendo que siempre serás mi sombra, mi reemplazo.
Yoruichi sonrió, de la forma en que alguien sonríe cuando cree que ha ganado algo.
En ese momento, Rukia sintió que el enojo y los celos corrían por sus venas como una llama ardiente, y el don de la guerra despertó una vez más; podía sentirlo revoloteando entre sus dedos como las alas de una mariposa, como si tuviera vida propia. Yoruichi estaba tan cerca de ella que agarrarla del cuello y causarle las mismas heridas que le causó a Ichigo sería demasiado fácil; podría matarla en ese momento y eso sería el final, pero Rukia apretó el puño y cerró los ojos, no permitiría que la princesa de Gardelia la tratara así y no terminaría como una niña débil. Su orgullo se lo impedía.
Si Yoruichi quería hablar sobre esos temas, entonces iban a hablar sobre esos temas.
— Lo aprendió de ti, y te lo agradezco, así como a todas las mujeres que pasaron por su cama. ¿Creías que eras la única que se acostaba con él y le enseñaba cosas? ¡Lo creíste! — Respondió Rukia con una sonrisa que no era una sonrisa, era más una mueca que reflejaba la lucha interna entre matarla ahí mismo o dejarla vivir un día más.
— Él nunca se acostaría con...
— ¡Oh! ¡Pero lo hizo! En este palacio, en las tierras del ocaso, en Avanta... ¿Te creías única y especial? — Las palabras de Rukia tenían la misma intención de herir que las palabras de Yoruichi, y supo que lo estaba logrando cuando vio la expresión de la princesa Gardelia. Rukia no quería ese encuentro con la princesa de Gardelia, pero no se iría hasta ganarlo. — Quizás no fui la primera en su cama, pero tengo algo que tú nunca tendrás: lo tengo a él, al hombre. Ahora soy yo quien duerme todas las noches entre sus brazos, ahora soy yo a quien Ichigo le susurra su amor. ¿Alguna vez él te dijo que te amaba? — Rukia dijo eso y se acercó a Yoruichi, tanto que parecía el encuentro entre dos rivales a muerte antes del enfrentamiento final. — Además, tendré algo que tú nunca tendrás, no importa lo que hagas, lo que digas o el pasado "maravilloso" que hayas tenido con él. Tendré hijos con Ichigo, hijos nacidos de un matrimonio legítimo y bendito, pero sobre todo, hijos que él realmente quiere tener.
Yoruichi dio un paso atrás tan rápido que Rukia no se dio cuenta hasta que fue demasiado tarde y la mano de Yoruichi se estrelló contra su mejilla haciendo eco en el pasillo por el golpe. Tatsuki gritó al ver que Rukia había sido golpeada y trató de acercarse a ella, pero Rukia la detuvo con solo una mirada.
Rukia estaba realmente enojada y el don revoloteaba entre sus dedos pidiendo ser usado, pero solo apretó los puños para no golpearla. Ahora tenía la prueba de la agresión de la Princesa de Gardelia marcada en su rostro y tenía la intención de usarla a su favor. Si tuviera que pretender ser una víctima, entonces lo haría, y eso incluía no lastimar a Yoruichi.
— ¿Tanto te dolió escuchar la verdad que era necesario pegarme? — Preguntó Rukia mirando directamente a Yoruichi, quien parecía estar considerando si matarla a golpes o no. Rukia se alejó unos pasos de Yoruichi para evitar lastimarla. — ¡Bien! Ahora vive con eso, porque es la verdad. Vive sabiendo que tengo todo lo que tú nunca tendrás. Perdiste, Yoruichi, tú mismo arruinaste tu destino.
Rukia dijo esas palabras y le dio la espalda a Yoruichi con la intención de irse, no tenía nada más que hacer allí y esperaba que la princesa de Gardelia entendiera que era su presencia la que era innecesaria.
Rukia dio un par de pasos, con Tatsuki a su lado y sintiendo que el don se calmaba poco a poco, cuando sintió que alguien tiraba de su cabello con tanta fuerza que la hizo retroceder unos pasos antes de que ese mismo alguien la tirara al suelo. En ese momento Rukia se dio cuenta de lo que estaba pasando, y que la princesa de Gardelia fue quien la hizo terminar en el piso, así que trató de levantarse, pero la princesa se subió encima de ella, comenzando a golpearla mientras le decía que todo lo que había pasado era su culpa.
Tatsuki trató de separar a la princesa de Gardelia de Rukia, quien solo logró cubrir su rostro con los brazos para que Yoruichi no la lastimara, pero cada vez que lo intentaba, la princesa de Gardelia también golpeaba o empujaba a la doncella. Rukia solo podía escuchar los deseos de la princesa de Gardelia de que ella estuviera muerta, y trató de hacer que se bajara de ella, pero estaba aturdida por el golpe inicial y por todos los demás que le estaba dando Yoruichi.
Fue en un segundo que todo se calmó, de repente Rukia ya no sentía los golpes ni el peso de Yoruichi sobre ella, pero seguía en el suelo y alguien intentaba levantarla. Estaba adolorida, ya no escuchaba los gritos de Yoruichi tampoco, pero aun así no podía levantarse del suelo cuando unas manos intentaban ayudarla.
Rukia escuchó a alguien gritar, pero no le importó, estaba demasiado dolorida en ese momento y solo cerró los ojos.
—
La reina estaba realmente furiosa.
Kirio no la había visto así en mucho tiempo y no era algo agradable de ver, porque la reina no tenía piedad a la hora de dictar sentencias y no le importaba a quién castigaba. La oficina privada de la reina era un lugar en el que nadie quería estar cuando la reina estaba enojada.
— ¿Planeaste todo esto para que Yoruichi atacara a mi querida nieta? — Preguntó la reina levantando la mano para señalar algún punto fuera de esa oficina.
Kirio no esperaba esa pregunta, y tampoco esperaba que la reina la hubiera llamado para culparla por la pelea entre Yoruichi y Rukia, pero eso definitivamente estaba sucediendo. La reina Aiko sospechaba de ella, y Kirio decidió que era mejor negarlo todo porque realmente no había pruebas de que ella tuviera algo que ver con esa pelea, aunque fue ella quien le dijo a Yoruichi dónde podía encontrar a Rukia.
El único culpable allí era el destino.
Si la reina hubiera llegado un poco más tarde, posiblemente Rukia estaría muerta y ese problema se habría terminado, porque de una forma u otra, su muerte sería encubierta para que pareciera un accidente.
— No, querida madre.
La reina Aiko miró fijamente a Kirio por un breve momento, como si sopesara esa respuesta con cuidado, y Kirio sintió que el pánico recorría su cuerpo. La ira de la reina era palpable, podía sentirse como una presión sofocante, y Kirio sabía que solo podía empeorar si no lograba desviar el tema.
— Fuiste la encargada de cuidar a Yoruichi mientras ella era la amante de Ichigo, ¿sabías del embarazo?
Esa era otra pregunta que Kirio nunca esperó escuchar de nuevo. Kirio sabía que el rey y la reina estaban al tanto de esta situación porque Masaki habló con ellos, y la primera vez que la cuestionaron, ella negó todo alegando que posiblemente fue un descuido de Yoruichi.
— No, querida madre.
— ¿Sabías que por eso vino mi querida hija? — Preguntó de nuevo la reina, con una sospecha que hizo temblar a Kirio.
— No, querida madre. Hasta que no me explicaron el motivo de la presencia de nuestra querida Masaki, yo no sabía de ese embarazo.
— Entonces niegas tu participación en todo este problema, ¿verdad?
— Así es, querida madre. Es solo un romance adolescente que terminó mal lo que nos trajo a esta situación. — Kirio dijo eso sin siquiera pestañear. — Cuidé a la princesa Yoruichi, pero no es mi culpa que ella no bebiera el té como se le pidió y quedara embarazada. Desconocía totalmente ese detalle hasta la llegada de nuestra querida Masaki. No sabía que ella vendría a Vermist por esa razón, no sé cómo Masaki se enteró de eso. Y definitivamente no provoqué la pelea en el pasillo.
La reina miró a Kirio mientras hablaba, como si considerara las respuestas que le estaba dando. Kirio se preguntó por qué la reina le había hecho tales preguntas, ya que se suponía que esos temas habían quedado enterrados en el pasado y no había ninguna razón para sacarlos de nuevo.
De un momento a otro, la habitación se volvió un poco más oscura y el aire más denso. A Kirio le costaba respirar en ese momento pero el don la ayudaba a no morir asfixiada.
— Entonces no sabes nada de lo que pasa debajo de tus narices, ¿verdad? — Preguntó la reina y Kirio volvió a temblar. — ¿Entonces, qué es lo que se supone que sabes? Se te encomiendan cosas y se te delega poder porque serás reina, porque tomarás mi lugar cuando Yhwach considere necesario retirarse y Kisuke ascienda al trono, pero por lo que veo ahora, empiezo a dudar seriamente de tu habilidad como mi sucesora.
— Querida madre, yo no...
— ¿Un romance adolescente, dices? — La reina continuó hablando, impidiendo que Kirio se defendiera. — Rukia habló con nosotros, nos dijo cosas que definitivamente ella no debía saber a menos que Ichigo lo supiera, y se suponía que Ichigo ni siquiera debía saber esas cosas. Kisuke nos contó todo, cada detalle, para que pudiéramos entender esta situación, ¿y aun así te atreves a negar que estuviste involucrada desde el principio? ¡Qué diablos pretendías! ¿Así educas a tus hijos? ¿Es así como cuidas a los niños bajo tu protección?
— Querida madre… Solo lo hice porque era lo mejor para nuestro querido Ichigo. Solo pensaba en él y en su felicidad. ¡Lo obligaron a casarse con esa chica! ¡Entiéndame! Lo cuidé y lo vi crecer, ¡no podía dejar que su vida se arruinara así! ¡Él es como un hijo para mí!
— ¡Pero tú no eres su madre! ¡No puedes decidir por él por mucho cariño que le tengas! El rey de Gardelia golpeó a mi querida nieta e Ichigo casi lo mata por eso, ¡perdió el control por eso! ¡Un hombre no reacciona así cuando lo obligan a casarse! Y lo sabes muy bien. — La reina Aiko estaba completamente molesta y la presión dentro de esa oficina era realmente sofocante para Kirio, quien luchaba por no sentarse o apoyarse en nada. Si continuaban así, la reina la iba a matar por asfixia. Una persona normal ya se habría desmayado. — ¿Te imaginas lo que va a pasar con la princesa Yoruichi cuando Ichigo descubra que casi mata a Rukia a golpes?
— Pero Ichigo no tiene que enterarse de eso, no podemos decirle lo que pasó. — Kirio en ese momento sintió la desesperación correr bajo su piel después de escuchar aquella pregunta. — Ichigo no sería capaz de lastimar a una mujer, nunca levantaría la mano contra Yoruichi. Él lo entiende, es un caballero. El nunca…
— ¡Por la Sombra, Kirio! ¡Ichigo obviamente se va a enterar! — La reina hizo una pausa, tratando de recuperar la compostura. Kirio pudo respirar bien en ese momento, sintiendo alivio en sus pulmones cuando la presión en esa oficina disminuyó un poco. — Masaki dudaba de ti. Ella sospechó que tú tenías algo que ver con este asunto y yo decidí darte un voto de confianza, ahora veo que me equivoqué. No solo hiciste pasar a Yoruichi por un dolor innecesario y demasiado terrible, sino que pusiste en peligro la vida de Ichigo y Masaki si Isshin se enteraba de esta situación. Y como consecuencia de esas acciones, el hermano de Yoruichi le envió a Ichigo una amenaza de muerte, poniendo nuevamente en peligro su vida. Ahora tenemos a Ichigo dormido por perder el control del don, y a Rukia con golpes y rasguños por culpa de la princesa de Gardelia. ¿Y te atreves a decir que no tiene por qué saberlo?
— Querida madre… — Kirio trató de hablar.
— ¡No me llames así! Ahora sal de aquí, no quiero ver tu cara. Cuando resolvamos este problema con el rey de Gardelia, Yhwach decidirá tu castigo.
Verano — x493 / 18 de julio
Lo primero que sintió Ichigo cuando recuperó la conciencia fue el suave y relajante olor a menta de Rukia, y eso lo hizo sonreír incluso antes de abrir los ojos. Poco a poco comenzó a sentir que su cuerpo era suyo nuevamente, y fue consciente de la presencia de Rukia a su lado, abrazándolo del lado de su corazón. Inmediatamente la abrazó y abrió los ojos solo para verla durmiendo a su lado, lo que llenó su corazón de alegría y lo hizo sentir feliz y afortunado.
Su luz, su vida y su eternidad, estaba con él.
Ichigo se dio cuenta de que la habitación estaba muy iluminada, como si aún no hubiera pasado el mediodía, y que definitivamente no era la casa de la playa. No sabía cuántos días había estado inconsciente y no le importaba, lo único que le importaba era que Rukia estaba con él en ese momento. Se movió un poco para acomodarse mejor en la cama, aunque le dolía todo el cuerpo de tanto dormir en la misma posición, cuando Rukia se quejó de que él se movía mucho y no la dejaba descansar.
Él sonrió y fue quizás el momento más divertido de su vida cuando Rukia se sentó en la cama tan rápido que casi se cae al darse cuenta de que se había despertado.
— ¡Estas despierto! ¡Al fin! — Rukia estaba emocionada y se lanzó hacia él solo para llenarlo de pequeños besos por todo el rostro antes de alejarse de él y sentarse en la cama para regañarlo. — ¡Tres días! ¡Dormiste durante tres días! ¿Cómo puedes dormir tantos días?
Rukia estaba más aliviada que molesta, y eso lo hizo sonreír con un poco de culpa. Si él no se hubiera dejado controlar por el don, su tío no lo habría golpeado así ni lo habría dejado inconsciente tantos días; al menos estaba mentalmente agradecido de que esta vez no lo encadenaron ni lo metieron en una celda.
— Es por usar el don, me excedí. — Dijo, a modo de disculpa antes de sentarse en la cama. Todo su cuerpo protestó por el dolor de ese movimiento, y fue imposible ocultar la mueca.
— ¿Estás bien? ¿Traigo algo? —preguntó Rukia rápidamente, pero Ichigo simplemente negó con la cabeza antes de tomar su mano y acercarla a él para darle un abrazo.
— Estoy bien, tengo todo lo que necesito aquí. — susurró Ichigo cerrando los ojos, sintiendo el abrazo de Rukia que era tan dulce y la forma tan natural en que ella le daba pequeños besos en el hombro mientras repetía la palabra "mío". El aroma de Rukia era simplemente calmante y adictivo.
Ichigo le dio pequeños besos en el cuello, sin otro deseo que besar su piel, y la abrazó con fuerza mientras repetía la palabra "mía".
— Dime que le rompí la nariz al rey de Gardelia. — Ichigo susurró en ese abrazo.
Rukia le dio un pequeño beso en los labios, antes de sonreír victoriosa; como si un malvado plan hubiera funcionado a la perfección. Ichigo tuvo que admitir que la situación en la fiesta había resultado mejor de lo esperado, hasta que todo se estropeó por culpa de ese tipo. Solo recordar eso lo hacía enfurecer de nuevo, pero estaba tan débil que ni siquiera podía manifestar magia aunque lo intentara.
— Sí, le rompiste la nariz y creo que también su orgullo. — Rukia se levantó de la cama y ayudó a Ichigo a sentarse en el borde. — A partir de ahora pensará mejor las cosas antes de hacerlas. Yushiru puede ser un tipo peligroso, pero no es muy inteligente. No sé cómo se convirtió en rey.
— ¡Maravilloso! Se lo merece por golpearte. — respondió Ichigo sentándose en el borde de la cama antes de agarrarla por la cintura para acercarla a él. Lo último que quería era estar lejos de ella. — Se convirtió en rey porque mató a todos sus hermanos y luego posiblemente mató a su padre, o porque su madre es una poderosa concubina, pero no hablemos de eso, mejor dime ¿cómo te sientes? ¿Tuviste alguna molestia después del golpe, mi Luna?
Ichigo acarició su mejilla gentilmente haciendo que Rukia cerrara los ojos por ese simple toque. La magia curaba muchas cosas, pero había otras que no podía curar, y temía que Yushiru la hubiera lastimado más allá de lo que la magia podía arreglar en ella.
— Estoy bien, solo fue el golpe de ese día. — Rukia sostuvo la mano de Ichigo en su rostro por un momento, y luego se sentó encima de sus piernas. Ichigo la abrazó con fuerza para que no se cayera y notó una expresión de preocupación en su rostro. — Mi Sol, tenemos que hablar. ¿Quieres hacerlo ahora o después del almuerzo?
Eso lo sorprendió en ese momento, porque aunque realmente había cosas de las que hablar y quería saber cuánto había pasado después de que su tío lo dejara inconsciente, no esperaba que ella lo mencionara en el momento en que él recuperaba la conciencia. Cualquier cosa que Rukia tuviera que decirle, tenía que ser realmente importante y urgente.
— Hablemos mientras comemos. — sugirió Ichigo sin mucho ánimo pero hambriento por no haber comido en días.
Solo esperaba que los problemas no se hubieran vuelto más grandes.
Dedicado a usaguichan23, que ama la historia y la autora la ama a ella *corazones para ti*
Nota del autor:
Antes de que me linchen, dejaré en claro que Rukia le estaba mintiendo a Yoruichi. Ichigo no se acostó con nadie mientras estuvo con los mercenarios, ni en Vermist, ni en ningún lado. Aclarado este punto, ahora si les voy a decir lo que tengo que decir.
Tenía planeada esta historia para hacer 4 temporadas, pero me acabo de dar cuenta que dividí los tiempos de forma incorrecta, y la 3ra temporada resultó ser más larga de lo esperado. Así que decidí terminar la tercera temporada con el próximo capítulo, para poder organizar los próximos capítulos y los tiempos dentro de la historia. Lo que quiero decir es que ya no serán 4 temporadas, sino 5. [Es el plan por ahora.]
Creo que también es consistente con temporadas anteriores.
La primera temporada fue sobre Ichigo y Rukia en contra de sus propios deseos individuales, porque él quería recuperar su derecho al trono y ella no quería casarse, hasta que se conocieron. La segunda temporada fue sobre Ichigo y Rukia haciendo coincidir sus deseos individuales para estar juntos, y donde Rukia tuvo que comenzar a crecer para sobrevivir en este mundo salvaje. Y la tercera temporada trata sobre el primer año de matrimonio de Ichigo y Rukia, probando cuán sólida puede ser su relación y lo que harían el uno por el otro.
Esta autora espera que esto no les cause ningún inconveniente. XOXOXO
P.D. ¿Será prudente usar una cuenta en wattpad, y subir la primera temporada después de editarla un poco y agregar cositas nuevas?
