Los Ojos del Ruiseñor


Capítulo 76: El primero


Verano — x493 / 4 de septiembre

Aunque Ichigo sabía que las razones para hacer este viaje no se debían únicamente al deseo del rey de que los dos pasaran tiempo juntos, no pudo evitar disfrutar de pasar tiempo con su padre. Al inicio del viaje habían hablado sobre el itinerario de viaje que incluía las ciudades y pueblos de una zona específica, y sobre la seguridad que esperaban encontrar en cada uno de ellos así como la forma en que pasarían desapercibidos entre la gente.

Ichigo había hecho el viaje por las ciudades hace poco más de medio año, lo había hecho anunciándose como el Comandante y su padre, en ese viaje, tenía la intención de que nadie se enterara de que estaban allí hasta que estuvieran de regreso en el castillo. Ichigo aportó algunas ideas y sugerencias para ese viaje porque el niño que moría dentro de él se sentía demasiado vivo y feliz por estar con su padre.

Su padre le había dicho que cuando era joven había hecho ese mismo tipo de viaje con su hermano mayor, y que había sido muy divertido porque recorrieron todas las ciudades de incógnito. Justo como lo harían ellos en ese momento.

Ichigo conocía su linaje familiar, en la pared donde estaba pintado el árbol genealógico de los reyes de Avanta no aparecía el hermano mayor de su padre, pero en los registros escritos aparecía con todos los detalles. Ichigo, cuando aún era un pequeño príncipe que vivía en Adelaar, fue presentado a su tío de manera formal, así como a sus primos, los hijos de Ehan, y su esposa.

El hijo de Ehan era el que Isshin iba a nombrar como heredero si tanto Ichigo como Kaien no se calmaban y dejaban de intentar matarse entre ellos. Ichigo no dudaba de que su padre fuera capaz de hacerlo, había legitimado a Kaien y podía nombrar a cualquiera como heredero y dejar que el reino ardiera.

En ese momento, Ehan era uno de los Seis Comandantes bajo el mando de Ichigo, y el Comandante de la guardia privada del Rey, así como el confidente de los secretos más privados de Isshin. El verdadero hombre de confianza de su padre.

Por cada ciudad que ellos pasaban en ese "viaje de padre e hijo", su padre le contaba una anécdota diferente.

Cuando pasaron el Cruce de Caminos, su padre le dijo a Ichigo que una vez, él y su hermano mayor tomaron el camino equivocado porque estaban borrachos y muy felices, y terminaron en una granja durmiendo entre los patos; cuando pasaban por un pueblo antes de Eikaran, su padre le contó como robaron una oveja y la vistieron de harapos, dejándola correr por todas las calles de la ciudad espantando a la gente; y cuando estaban en Eikaran, su padre le contó cómo irrumpieron en los jardines privados del Señor de Eikaran y robaron una mazorca de cacao dorada.

Ichigo escuchó las anécdotas de su padre y lo vio sonreír con nostalgia cuando se las contaba, mientras él mismo sentía que su corazón latía de una manera cálida y placentera porque en realidad estaba pasando tiempo con su padre. Una parte de él imaginó que esa podría haber sido su relación con Kaien, como hermanos que no intentaban matarse entre sí para reclamar el trono.

"Algún día tú también harás este recorrido con tus hijos, y espero ser parte de las anécdotas que les cuentes". Su padre le había dicho con una gran sonrisa e Ichigo solo pudo asentir con el corazón lleno de felicidad.

Antes de llegar a Tenjira, su padre le pidió que lo acompañara a caballo para que pudieran hacer juntos ese último tramo del camino antes de llegar a la ciudad, e Ichigo pudo ver en el rostro de su padre algo similar a la tristeza y el anhelo.

Cuando los caballos estuvieron listos, su padre dio la orden al cochero de avanzar y ordenó a los soldados que buscaran una posada en Tenjira. Los soldados parecían reacios a dejarlos solos, pero el rey insistió y al final los soldados tuvieron que obedecer, por lo que Ichigo y su padre se quedaron solos en el camino, cada uno en su propio caballo. Ichigo no habló porque estaba esperando a que su padre le explicara las razones para ir por esa parte del camino sin guardias, pero su padre guardó silencio e Ichigo hizo lo mismo.

Los caballos comenzaron a caminar tan lentamente que Ichigo tuvo la impresión de que estaban buscando algo y no se equivocó. Después de un largo momento de silencio, su padre se detuvo frente a un enorme árbol que estaba junto al camino, de cuyas ramas colgaban cintas viejas y gastadas, y se bajó de su caballo. Ichigo no había notado ese árbol cuando hizo el viaje con Uryu porque desde la distancia esas cintas parecían parte del árbol y porque en ese momento, cuando hizo ese viaje con Uryu, su mente estaba en otras cosas.

Ichigo se bajó del caballo un momento después y ató las riendas a uno de los árboles del camino mientras observaba a su padre acercarse a una gran piedra cuadrada. Ichigo sentía curiosidad por todo lo que estaba haciendo su padre, pero más que sus acciones, Ichigo sentía curiosidad por la expresión triste en el rostro del rey.

El rey comenzó a limpiar las enredaderas que cubrían esa piedra cuadrada, e Ichigo pudo leer lo que allí estaba escrito: "Ganju, Emiko y Esperanza, que las Deidades los tengan en su gloria".

— Fue aquí donde ellos murieron. — Habló su padre con voz triste mientras se sentaba en el suelo frente a esa vieja lápida. — Se suponía que debían llegar a Maranni y huir del reino, pero no lo hicieron. Murieron aquí.

Ichigo sabía lo que pasó con Ganju y Emiko porque lo había leído en "el registro de los príncipes traidores" cuando regresó de ese viaje en el que había impedido el ataque de Lord Kuchiki al reino. Muchos detalles quedaron registrados en los libros, pero también hubo otros detalles que fueron omitidos por desconocimiento u omisión de los involucrados, sin embargo, quedó claramente registrado el embarazo de la princesa, así como aquel improvisado viaje a Maranni que sirvió como prueba del crimen de traición, tentativa de división del reino y rebelión contra la palabra del rey. Había una línea en ese registro que mencionaba que el Príncipe Ganju había traicionado los votos de hermandad y buena voluntad del Príncipe Isshin al permitir ese matrimonio.

— Sabías que la princesa Emiko estaba embarazada. — comentó Ichigo suavemente, no era una pregunta, era una afirmación. La inscripción en la lápida había sido hecha por alguien que sabía de ese embarazo.

Su padre simplemente asintió sin apartar los ojos de la lápida.

Ambos sabían que los cuerpos de Ganju y Emiko yacían en la tumba familiar en el cementerio de la arboleda, pero marcar el lugar exacto de su muerte era más una forma de conmemorar sus almas y expiar un poco de culpa. Ni en las tumbas, ni en la versión oficial de los hechos que se contó al mundo, se mencionaba ese embarazo. Esperanza.

— ¿Leíste los registros?

Ichigo hizo un ruido con la garganta que confirmó esa pregunta. Solo reyes y príncipes podían tener acceso a esos libros e información porque eran secretos que mantenían el reino en orden.

Cuando finalmente se sentaron a hablar de todo lo que había pasado en Maranni, Ichigo le dijo a su padre que Lord Kuchiki lo culpaba por la muerte de Emiko, pero en esa ocasión no entraron en detalles porque el rey todavía estaba molesto con ese asunto y era mejor terminarlo lo más rápido posible.

— No debí dejar que se casaran antes que yo. — Isshin comentó con amargura y dolor. — Amaba a mi hermano, y él amaba a Emiko, así que convencí al rey de que deberían casarse antes que yo para que pudieran estar juntos con la bendición de las Deidades. Con esa decisión, con esa muestra de cariño a mi hermano y confidente, le puse una espada en la cabeza. Tu tío fue asesinado medio año después de su boda. No fue mi culpa, pero sigo siendo tan culpable como el hombre que dio la orden de asesinato y el hombre que la llevó a cabo.

— Lord Kuchiki te culpa por su muerte. Cree que lo sabías y por eso murieron.

— Lord Kuchiki está cegado por el amor. — Habló su padre acariciando el nombre de Emiko sin sorprenderse por la revelación, e Ichigo adivinó que de alguna manera, su padre esperaba algo así. — Yo también lo estuve, y cuando eso pasó, perdí a mi hermano. No dejes que el amor te ciegue, no dejes que nuble tu mente. El reino antes de la vida, siempre antes de la vida. Si lo hubiera aplicado en ese momento, mi hermano aún estaría vivo al igual que la hermana de Lord Kuchiki.

— Todo hubiera sido diferente, tal vez habría paz en el castillo… y tal vez tendría lo que se supone que es mío por nacimiento. — Ichigo lo dijo para recordarle al rey que "por amor" había legitimado a Kaien y le había dado el título de heredero del reino. — Me quitaste el derecho al trono y me diste una esposa, al principio no estaba feliz pero ahora estoy muy feliz con la vida que tengo. Tal vez yo también estoy cegado por el amor pero no me puedes culpar por eso ni por ser feliz con lo que decidiste para mí. — Ichigo hizo una pausa. El rey seguía en silencio. — Sabes que soy un peligro para Kaien por mi nacimiento y que eventualmente nos enfrentaremos por una u otra razón. Esta paz entre él y yo es momentánea y no debería serlo, pero con nosotros tampoco pudiste aplicar "reino antes que vida", así que ya sabes cómo va a terminar esta historia.

Ambos permanecieron en un silencio que fue roto por el sonido de la naturaleza.

Era la primera vez que Ichigo le decía esas palabras a su padre y esperaba que las entendiera, que entendiera que mientras él viviera habría paz en el castillo y en el reino. El rey hizo el símbolo de las Deidades sobre su corazón y se puso de pie para poder mirar a Ichigo a la cara.

— Lo sé, pero espero que ese día no llegue, no porque tema por la vida de Kaien, sino porque temo por ti. Sé que eres perfectamente capaz de matarlo mientras duerme, pero la sangre de un hermano nunca se te quita de las manos por mucho que lo intentes. — El rey volvió a mirar la lápida.

Ichigo se paró junto a su padre, en silencio, y también miró la lápida.

— Padre, ¿te arrepientes de dejarme vivir en Vayalat? — preguntó Ichigo pero no miró la expresión de su padre. — Como padre, no como rey. No necesito razones políticas, de formación, de linaje o de guerra, porque esa respuesta la sé, tú la dejaste clara cuando hablamos de mi enfrentamiento con el rey de Gardelia. Ahora solo quiero saber si mi padre se arrepiente de no haber ido a buscarme o de no haberme escrito.

— Yo estaba enojado. — susurró Isshin e Ichigo asintió. — Debí ir a buscarte, debí estar contigo y debí enseñarte lo que debía enseñarte, pero no me arrepiento. Te convertiste en un hombre mejor de lo que yo podría ser, y creo que eso es lo que importa. Merezco que no me veas como tu padre, pero también creo que merezco una oportunidad para reparar esta relación que yo misma fracturé.

Ichigo asintió de nuevo y cerró los ojos antes de darle la espalda a la tumba. La parte de él que esperaba una respuesta diferente se desvaneció como humo en el viento, y solo apretó los puños. Su padre quería una oportunidad, pero Ichigo no sabía de oportunidades porque su padre nunca le mostró cómo se daban, ni cuando era niño ni cuando regresó al reino y fue nombrado Segundo Príncipe sin siquiera ver el tipo de persona que había regresado.

— Te daré la misma oportunidad que me diste cuando regresé al reino, padre.

Ichigo comenzó a desatar las riendas de los caballos con las manos temblando de ira, impotencia y frustración, y subió a su montura lo más rápido que pudo. No quería estar allí y no se iba a quedar con su padre más tiempo del necesario en ese momento, así que fustigó al caballo y se fue, dejando a su padre solo con sus propios fantasmas.


Verano — x493 / 6 de septiembre

Cuando había muchos candidatos al trono, candidatos vivos y fuertes, se solía mantener oculta la muerte del rey hasta que llegaba la noticia al príncipe favorito para ocupar el trono y se planeaba el asesinato de los herederos para que no hubiera problemas en la línea de sucesión. En el caso de la muerte de Yushiru, la muerte se anunció el mismo día porque no había más herederos que su propio hermano menor.

Yoruichi estaba con la Malthai el día que descubrieron que Yushiru estaba muerto. Ambas mujeres, junto con el pequeño príncipe, estaban rezando a las Deidades para que la salud del rey mejorara, cuando Masayoshi entró al harén y se arrodilló frente al pequeño príncipe presentándole su espada.

Yoruichi había visto esa escena antes, cuando el hombre de confianza de su padre se arrodilló frente a Yushiru confirmando la muerte del rey anterior.

El pequeño rey no entendía lo que estaba pasando, pero la Malthai se levantó de su asiento tan rápido como sus piernas se lo permitieron y salió del harén hacia la habitación de Yushiru. Masayoshi se disculpó con Yoruichi y salió de allí dando la orden de cerrar el harén y proteger al pequeño rey, a la princesa y a la concubina embarazada. Eso era parte del protocolo y Yoruichi lo sabía porque ya lo había experimentado una vez, cuando murió su padre y ella fue llevada de inmediato al harén mientras Yushiru se encargaba de todo.

El alboroto dentro del harén fue grande.

Las concubinas que no habían quedado embarazadas de Yushiru estaban de luto por su desgracia, y la chica que estaba embarazada tuvo que ser llevada de inmediato al médico del harén para que la revisaran porque se desmayó del shock.

Yoruichi no lo vio, pero los sirvientes dijeron que el grito de la Malthai al ver el cadáver de su hijo fue tan grande que todo el Palacio Blanco pareció temblar en ese momento. Ella no vio el cadáver de su hermano pero se enteró, por los sirvientes que llevaban la información de un lugar a otro, que el rey había muerto con una expresión de terror en el rostro.

Era sabido por Yoruichi y la Malthai que la salud del rey había empeorado, que los remedios de Sui Feng, aunque funcionaban, no hacían que el dolor desapareciera como antes; y que las fiebres que presentaba el rey iban acompañadas de alucinaciones que hacían que el mismo rey se rascara la piel hasta desprenderla y sangrar.

El rey afirmaba, en estos episodios de alucinaciones, que había serpientes negras bajo su piel, que había gusanos que comían la carne de sus heridas y que había "algo" que lo seguía tocando en la oscuridad susurrando en sus oídos.

Fue terrible.

En momentos de lucidez, el rey gritaba de dolor y preguntaba a las Deidades qué había hecho para tener tan horrible final. No había sido un hombre perfecto pero nadie lo era, y consideraba que sus pecados no eran tan grandes como para merecer un tormento de tal magnitud donde él mismo se hundía en la locura y el dolor.

Las lágrimas del rey también eran de desesperación y tristeza, así que en un momento de lucidez, antes de entrar de nuevo en las fiebres que traían alucinaciones, Yushiru tomó todos los frascos con drogas para el dolor de su habitación y se las bebió.

Nadie sabe lo que vio Yushiru antes de morir, pero su rostro estaba lleno de heridas y parecía que había intentado sacarse los ojos para no ver más aquello que lo torturaba.

Yoruichi vio a su hermano cuando ya estaba cubierto y listo para ser quemado en la pira funeraria. Los reyes se vestían con sus mejores ropas antes de unirse a las Deidades, pero la piel del rey estaba tan herida que se decidió cubrirlo por completo con una manta negra bordada con una corona y gardenias blancas.

Cuando Yoruichi pidió permiso para ver la cara de su hermano por última vez, Masayoshi se lo impidió diciendo que era mejor que no viera esa escena, que era preferible que recordara la cara sana de su hermano que esa escena final.

Masayoshi fue quien disparó la flecha para iniciar el rito final de los reyes y el Sumo Sacerdote de Gardelia fue quien pronunció las últimas palabras y oraciones para que el alma de Yushiru ascendiera al paraíso de las Deidades.

Al final, todo cayó en un silencio que solo fue roto por el sonido de la madera crepitante mientras el cuerpo del rey se consumía.


Verano — x493 / 12 de septiembre

Tal como le prometió el día que comieron juntos, Kaien le envió a Rukia una copia de su agenda programada para las semanas junto con un par de notas para facilitarle el trabajo. Rukia había adivinado que Mila era su interés por una esposa y eso lo agradó, porque Mila era la opción obvia para esposa, princesa y reina.

Rukia le envió la fecha que había elegido junto con una actividad sugerida para pasar el día, y Kaien la aceptó con gusto porque era una actividad que le gustaba hacer. Así que esa mañana, después de desayunar y bañarse, se vistió de acuerdo a la actividad, eligiendo cuidadosamente su ropa.

Kaien no esperaba ver a Mila vestida con unos lindos pantalones y botas de montar, así como una blusa con colores similares a los que él usaba, y definitivamente tampoco esperaba que ella sonriera por lo curiosa que le parecía que la ropa combinara para ese día. Por un momento, Kaien pensó que Mila usaría un vestido y cabalgaría como solían hacerlo las damas, pero claramente estaba equivocado.

La actividad sugerida era un paseo por el bosque y un picnic tranquilo, lejos de los ojos de la corte, por lo que Kaien no se sorprendió al ver que en el caballo que montaría había una bolsa de comida.

— Yo llevaré la bebida, su alteza. — La voz animada de Mila, quien ya estaba instalada en su propio caballo, lo hizo sonreír y dejar de pensar en Rukia preparando las cosas para ese día. — Tenemos suficiente vino, pero si no te apuras, me beberé tu parte.

La amenaza de Mila fue seguida por una pequeña risa de Kaien.

Todavía con una sonrisa en los labios, Mila espoleó a su caballo y se dirigió a la puerta del acantilado, a través de la cual saldrían del castillo ese día para esta actividad. Kaien inmediatamente se montó en su caballo y se dirigió de la misma manera, alcanzando a Mila en poco tiempo.

El bosque era inmenso y siempre se habían hecho marcas, ya sea en los árboles o en las piedras, que indicaban el regreso a la puerta del acantilado y los límites seguros para atravesarlo. Kaien llevó a Mila al borde seguro del bosque, siempre con el acantilado a la izquierda, mientras hablaban de lo curioso que era que estuvieran vestidos de manera similar.

— Si no supiera que yo mismo elegí mi ropa esta mañana, pensaría que mi hermanita planeó que nos vistamos igual. — Comentó Kaien con voz animada.

— Ella siempre está ocupada y cansada, así que creo que esto es solo una coincidencia divertida. La princesa hace un gran trabajo con toda esta situación y sus obligaciones privadas.

— ¿Estás diciendo eso porque eres la primera en salir a una actividad conmigo? Porque si es así, voy a empezar a sentirme utilizado. — Bromeó un poco haciendo reír a Mila, pero guardó la información sobre el estado de salud de Rukia para más adelante.

Mila no se sonrojaba como todas las chicas que estaban a solas con él porque sabía de qué se trataba todo eso.

— Lo digo porque ser la primera es un privilegio que pretendo restregar en la cara a las chicas Cifer. Estaban realmente indignadas y molestas, y tuve la impresión de que la princesa Rukia estaba a punto de gritarles y castigarlas nuevamente si no se calmaban. Se contuvo muy bien, pero amenazó con ponerlas al final de la lista si la molestaban de nuevo. — Comentó Mila con una sonrisa satisfecha. Kaien también se rió por eso y porque Rukia realmente era malvada cuando se lo proponía. — Estoy contenta de ser la primera y poder quitarme esta presión de encima, la tensión entre las chicas es bastante fuerte y no paran de hablar de quién será la nueva princesa heredera.

Eso le pareció curioso a Kaien aunque era de esperar. Se suponía que él debía estar saliendo con las chicas para elegir a la que más le gustaba como esposa y todas las chicas estarían tratando de llamar su atención cuando tuvieran la oportunidad de salir con él.

— ¿Y quién crees que será la nueva princesa heredera? — preguntó Kaien con calma.

Ambos habían llegado a un pequeño río que formaba una cascada al caer del acantilado y Kaien se bajó del caballo indicando que ese sería el lugar donde pasarían el resto de la mañana. Mila también se bajó del caballo, ayudada por Kaien para no lastimarse, y ambos amarraron los caballos cerca del río para que estos pudieran beber agua.

— Todas las chicas creemos que la nueva princesa heredera será la señorita Yuki. — Respondió Mila mientras colocaba la manta en el suelo de tierra para que pudieran sentarse allí. — Y tenemos buenas razones para pensar que sí será ella, aunque una de las chicas de Cifer dice que será ella la encargada de robarte el corazón, enamorarte y mucho más.

Kaien se rió de eso y sacudió levemente la cabeza.

— La señorita Yuki no será la nueva princesa heredera. — Kaien puso la bolsa de comida sobre la manta mientras decía eso. Mila tenía un par de botellas de vino y vasos de aluminio con ella, que también colocó sobre la manta.

— ¡Ups! Cuando se entere, no será divertido. — Mila parecía demasiado divertida con esa idea. — Me agrada pero es un poco exigente. De vez en cuando hace un comentario desagradable o dos, no sé si se da cuenta, pero parece muy segura de que será la princesa heredera.

— Está viviendo una fantasía. Eso pasa con todas las Inamoratas de los príncipes.

— Con Miyako eso no pasó. — agregó Mila con una sonrisa. Kaien no esperaba eso y la sonrisa en su rostro se congeló. Mila inmediatamente se dio cuenta de su error. — Lo siento, su alteza. No pensé cuando dije eso, no era mi intención que...

Mila no parecía saber qué decir y Kaien tardó un momento en recuperar el habla. Mila había estado en la misma generación que Miyako y se conocían lo suficientemente bien antes de que él eligiera a Miyako como Inamorata.

— Han pasado años así que está bien. — Kaien tomó la botella de vino y la descorchó con cuidado para verter un poco en ambos vasos de aluminio, sintió que necesitaba beber un poco. — Con Miyako fue diferente.

— Era una buena persona y era amable. No se merecía lo que le pasó, fuera lo que fuera.

— La vida dentro del palacio la destruyó. — murmuró Kaien mirando el vino en su copa sin haberlo probado aún. — Gracias por estar ahí también. No lo dije antes, pero tu compañía en esos momentos fue reconfortante e impidió que yo cayera por el borde del acantilado, en más de un sentido.

— Fue la voluntad de las Deidades que yo estuviera cerca en ese momento, su alteza. — explicó Mila levantando su copa y golpeando la copa de Kaien, quien seguía mirando el vino en silencio. — Hice lo que cualquier persona haría por alguien que sufre.

Después de esas palabras, Mila sugirió beber el primer trago en memoria de Miyako y él accedió. No volvieron a hablar de Miyako, sino de la situación en la que se encontraban y los motivos de su divorcio de Nelliel.

Kaien sabía que las verdaderas causas se habían mantenido en secreto y la gente solo sabía que se habían divorciado. No se molestaron en decir más que el hecho de que Nelliel no estaba en condiciones de ser la futura reina porque su salud era débil y por recomendación del médico debía llevar una vida en paz, por lo que el divorcio se hizo inevitable.

Eso solo hizo que los rumores sobre el intento de suicidio de Nelliel y la pelea de Kaien y Ulquiorra fueran más fuertes. A la gente le gustaba hablar de todo lo que pasaba entre los miembros de la familia real.

— No pudo soportar la presión del título. — Comentó Kaien con un trozo de queso en la mano, repitiendo la versión oficial. — La presión de tener que dar un heredero a la corona y luego perderlo fue lo que más le afectó. Los médicos declararon que ella necesitaba reposo, el rey anuló el matrimonio y aquí estamos.

Kaien se comió el trozo de queso que tenía en la mano y Mila se quedó en silencio por un momento.

— Es muy triste, porque parecía que Nelliel estaba realmente enamorada de usted, Su Alteza. — El comentario de Mila lo hizo volverse hacia ella con una expresión confusa que pedía una explicación. — Sí, desde que estuvimos en la corte parecía muy enamorada de ti. Incluso pensé que trataría mal a Miyako porque la elegiste como tu Inamorata, pero Nelliel se hizo amiga de ella. Creo que Nelliel te ama tanto que estaba feliz de verte feliz.

Kaien no supo qué decir a eso, así que cambió el tema a otro que fuera más placentero. El vino los arrastró a un estado feliz cuando terminaron la primera botella, y las conversaciones poco a poco fueron pasando de divertidas a demasiado íntimas, al punto que Kaien estuvo cerca de besar a Mila pero ella lo detuvo poniendo un dedo en sus labios y empujándolo lejos.

— ¿Dirás que no besarás a nadie hasta que te cases? — Preguntó Kaien algo frustrado por ese rechazo.

— ¿Quién te dijo que no he besado antes? — Mila dijo eso en un tono desafiante. — He besado a mucha gente pero usted tiene a Inamorata, su alteza, y esa Inamorata es mi amiga. ¿Te imaginas lo incómodo que sería hablar con ella si yo te besara? ¿O es que quieres que nos veamos para hablar de lo bien que besas?

Kaien se rió a carcajadas ante la última pregunta pero se acercó a Mila. Ella no se movió y eso le gustó. Kaien estaba casi seguro de que Mila solo estaba jugando con él como Yuki trató de hacer al decir que no quería ser la princesa heredera, la única diferencia entre ellas es que Mila en realidad se convertiría en la princesa heredera.

— ¿Cómo van a hablar ustedes dos de lo bien que beso, si tú no quieres besarme?

— Yuki dice que besas como las Deidades, aunque no sé si ella ha besado a una Deidad.

Mila volvió a poner uno de sus dedos en los labios de Kaien, esta vez para acariciarlos lentamente, y Kaien aprovechó para atrapar ese dedo entre sus labios por un segundo.

— Mila, ¿qué dirías si te dijera que quiero que seas la princesa heredera?

— Diría que el príncipe quiere acostarse conmigo y dirá cualquier cosa para hacerlo. — Respondió Mila divertida acercándose peligrosamente a los labios de Kaien. — Pero yo me acostaría contigo aunque no me prometieras ser la princesa heredera. Deja las promesas para los que viven la fantasía.

Kaien sonrió y la besó en ese momento. Mila respondió el beso que poco a poco se hizo más intenso hasta que en un momento ella estaba sentada encima de él y Kaien le abría la blusa para besar mejor su cuello y hombros. Ambos vestían pantalones y hacerlo en el acantilado no era algo que quisiera en ese momento, pero entendía por qué Rukia sugirió una actividad tan privada.

Rukia era demasiado astuta.

Cuando el sol comenzó a iluminar el acantilado y habían llegado a ese momento entre detenerse o quitarse la ropa, decidieron que era hora de volver al castillo. Kaien le pidió a Mila que montaran juntos, en el mismo caballo, y ella no se negó. Quería seguir besándola y devolverle el favor que ella le había hecho con la boca, pero usando los dedos.

— Su Alteza, antes de casarse, recíbame en su cama. — Dijo Mila con una sonrisa cansada antes de llegar a la puerta del acantilado. Kaien la había sentido temblar en sus brazos y sus dedos estaban llenos de ella. — Quiero el privilegio de arruinar sus sábanas antes que su nueva esposa.

— ¿Y si vienes a mi cama esta noche? — preguntó Kaien en un susurro. — Conviértete en mi Inamorata.

— Si lo hago, tal vez la señorita Yuki me tire por el precipicio cuando se entere, y por ahora valoro mi vida. — Comentó Mila con una sonrisa pícara. — Pero no puedo negarme a salir contigo de vez en cuando, siempre y cuando ese tipo de besos esté incluido.

— Me parece una idea justa y razonable. — susurró Kaien antes de volver a besarla.

En el entrenamiento matutino, la reina Masaki ponía una de sus manos en algún lugar del cuerpo de Rukia y Rukia tenía que llevar la magia allí antes de que la reina quitara la mano porque estaban entrenando sus reflejos y su velocidad de respuesta. Al final, la reina Masaki concluyó que Rukia había mejorado lo suficiente como para sugerirle que entrenara en un nuevo aspecto de la magia, pero también le sugirió a Rukia que debería comenzar a entrenar en la lucha cuerpo a cuerpo para ganar resistencia, ya que la magia no lo era todo.

Rukia asintió a lo que le dijo la reina, porque después de todo, la reina era su maestra en el uso de la magia y sabía lo que era mejor en ese entrenamiento. La reina Masaki le prometió que encontraría un buen maestro para que la entrenara en el combate cuerpo a cuerpo y, de nuevo, Rukia asintió. Ella hubiera preferido que Ichigo le enseñara eso, pero él estaba de gira con el rey y no sabía cuándo volverían.

— Ve a bañarte, saldremos por la tarde a hablar con el Comité de Festejos para terminar de organizar el sacrificio de otoño. — Habló la reina mientras terminaba de limpiar la sangre de su mano. Rukia había logrado lastimar a la reina un par de veces en ese entrenamiento. — Descansa también, te llamaré cuando sea el momento.

Rukia estuvo de acuerdo con esto, luego le dio un beso en la mano a la reina como despedida y salió de la habitación de la reina donde habían estado esa mañana. Tatsuki, junto con su otra doncella, preparó la bañera de la reina y, cuando el agua estuvo lista, Rukia se hundió en ella vistiendo solo el camisón de gasa blanca con el que se bañaban.

— Siento que podría dormir todo el día hasta mañana. — susurró Rukia mientras Tatsuki la ayudaba a lavarse el cabello. — Y también tengo hambre, quiero comer algo dulce. ¿Cuál es el postre de hoy?

— Frutas en azúcar. — Respondió su segunda doncella, extendiendo una bandeja de lociones para que Rukia escogiera.

— No quiero frutas con azúcar, quiero crema de vainilla. — Rukia eligió una loción de flores y la vertió en el agua. — ¡No! Una mousse de chocolate. ¿Todavía hay chocolate? Si no hay chocolate, vainilla. Siento que se me hace la boca agua solo de pensarlo.

Ambas doncellas se rieron de esto y la doncella que sostenía la bandeja se ofreció a ir a la cocina y pedir lo que quisiera.

— ¿Una porción normal o una grande? — Preguntó la chica.

— Un grande, tendré que aguantar escuchar al Comité de Festejos y necesito mucha azúcar en mi cuerpo. — Rukia habló como si fuera una niña a punto de ir a un lugar al que no quería ir.

La doncella se fue y Rukia se quedó con Tatsuki, quien seguía lavándose el cabello para quitarle los aceites con los que la peinaban.

— Kia, ¿has notado que comes mucha azúcar los días que tienes ese entrenamiento con la reina? — Rukia tenía los ojos cerrados y estaba disfrutando del agua en el momento en que Tatsuki hizo esa pregunta. — También comes mucho.

— Sueño, cansancio y hambre. —murmuró Rukia, como si estuviera a punto de quedarse dormida en el agua. — El príncipe dice que es normal mientras estoy aprendiendo, cuando mi cuerpo esté más fuerte, dejaré de dormir y comer tanto.

— Si no supiera por qué, pensaría que el príncipe todavía está en el castillo, escondido en algún lugar y visitándote por la noche. — susurró Tatsuki con malicia haciendo que las mejillas de Rukia se pusieran completamente rojas.


Otoño — x493 / 5 de octubre

Como su padre e Ichigo se habían ido a viajar por el mundo, él tenía que hacerse cargo de todo lo relacionado con el reino y eso era realmente agotador.

"La transición" le llamaban a lo que él estaba haciendo.

Así era como poco a poco iba haciéndose cada vez más responsable de los problemas del reino; desde escuchar a los peticionarios y solucionar sus problemas hasta tener reuniones con el Consejo para tratar asuntos triviales que no se podían dejar de lado o se convertirían en problemas. Era mucho trabajo y era agotador, pero Kaien podía manejarlo y eso lo hacía feliz, a pesar de que no había podido salir con ninguna de las otras chicas en la corte por la gran carga de trabajo que tenía.

Ese día, cuando estaba de vuelta en su habitación después de aquella reunión con los Consejeros, y mientras descansaba en uno de los sofás de su balcón, uno de sus sirvientes llamó a la puerta pidiendo permiso para entrar.

Kaien permitió la entrada y el sirviente apareció ante él con un gran objeto en sus manos.

— Su Alteza, ha llegado un mensajero de Visnia con esto para usted. Dice que es importante que usted lo lea en privado. — Explicó el sirviente mientras le entregaba ese paquete a Kaien.

— Puedes salir y asegurarte de que nadie me interrumpa por el resto de la tarde.

El sirviente le hizo una reverencia, confirmó la orden y salió de la habitación. Kaien miró con curiosidad ese paquete porque no esperaba que se lo enviaran desde Visnia y, que él supiera, Nelliel todavía no podía enviar cartas ni paquetes.

Kaien quitó con cuidado la cuerda que sujetaba el papel de embalaje en su lugar y luego retiró el papel, solo para darse cuenta de que era un libro y que encima había un sobre con una letra que conocía perfectamente. El paquete fue enviado por Nelliel.

Kaien sintió que su corazón latía tan fuerte en ese momento que la felicidad se dibujó en su rostro con una sonrisa involuntaria. Nelliel le había escrito, lo que significaba que su castigo había terminado y él podía ir a verla. Kaien se dio cuenta de que aunque pudiera ir a verla, no sabía lo que le iba a decir. Nelliel era su amiga y había sido su esposa, pero en ese momento no sabía en qué nivel estaba su relación.

Kaien no sabía si podría recuperar a su amiga o si lo que había entre ellos estaba dañado para siempre.

Calmó su corazón y prefirió dejar de pensar en esas cosas, lo mejor sería que leyera la carta y luego dejara vagar su mente a la relación con Nelliel, así que se acomodó en su lugar y abrió el sobre.

Mi querido Kaien...

Las primeras semanas de este encierro fueron de agonía. El silencio y la indiferencia de todos los que viven en este palacio, que ahora es mi prisión perpetua, fue peor que estar encerrado en un oscuro calabozo. Aun así, el pensar que estabas haciendo algo para que el rey me perdonara y me permitiera volver a ti, me dio esperanzas para soportar este encierro.

Traté de resistir lo más que pude, pero saber que la corte se había formado y que estaba hecha especialmente para ti, terminó por apagar esa esperanza que poco a poco había comenzado a marchitarse.

Estuve encerrada por poco tiempo, pero me parecieron años.

Todos esos días, simplemente me despertaba, miraba por la ventana y fantaseaba con retroceder en el tiempo para no cometer los mismos errores que me trajeron aquí. Quise morir y casi lo logro, pero lo impidieron. Me salvaron la vida para que pudiera seguir viviendo en esta prisión silenciosa.

Mi hermano me ha abandonado.

Ulquiorra está vivo y tiene un hijo, yo tengo un sobrino que no puedo conocer y quizás nunca conoceré porque mi hermano no puede volver al reino y yo no puedo salir de aquí. Me gustaría ver a mi hermano, conocer a su hijo y saber si se parece a él o a alguien más, pero aunque pudiera salir de aquí, no sé dónde está.

Todo lo que quería era estar contigo y vivir a tu lado, pero ahora solo tengo recuerdos y en lugar de darme consuelo solo encuentro dolor en ellos, no por lo que fueron, sino porque será todo lo que tendré hasta el final de mi vida.

Cuando me levantaron el castigo y me dejaron vagar por el castillo, me refugié en la biblioteca. Estaba harta de mi habitación, y la biblioteca era el único lugar donde la reina madre parecía cómoda con mi estadía. En el fondo, creo que ella esperaba que no saliera de mi habitación.

Los libros me han traído algún consuelo, llevan mi mente a otra parte y permiten que mi alma descanse de la tristeza en la que vivo. He leído muchos libros, muchas historias y muchos autores, sin embargo, encontré un libro que no pude leer porque está escrito en un idioma que no conozco.

Estaba escondido entre los libros más antiguos de la biblioteca, entre los volúmenes a los que solo se puede llegar con una escalera, y creo que quien lo puso allí pretendía que nadie más lo encontrara porque cuando lo abrí, tratando de entender algo de lo que estaba escrito allí, encontré tu nombre.

Lo saqué a escondidas de la biblioteca y llamé al mensajero mientras la reina madre estaba fuera del Palacio del Sol. El hombre no quería hacer el viaje, supongo que aunque tengo la libertad de enviar cartas, estas primero deben pasar por manos de la reina madre, así que le entregué una de las joyas que me diste y le dije al mensajero que si esa joya llega a salvo contigo, al igual que el paquete, será generosamente recompensado.

Espero que seas tú quien lea esta carta y no la reina madre.

Te amo Kaien.

Tu todavía amiga, Nelliel.

Los sentimientos de Kaien iban de la felicidad a la tristeza con cada línea que leía en esa carta de Nelliel, entendiendo cada palabra allí escrita porque solo él podía entender el sufrimiento por el que ella podía estar pasando, y por un momento se sintió culpable por todo lo que estaba haciendo. Nelliel no se merecía lo que le estaba pasando.

Aun así, cuando llegó al final de la carta y encontró aquellas extrañas palabras referentes al libro que Nelliel le había enviado, la curiosidad llenó todos sus sentidos, así como esa dosis de felicidad que venía con el saber que Nelliel aún lo amaba.

Dejó a un lado la carta de Nelliel, le respondería más tarde y le enviaría algún regalo para compensar lo que había perdido al enviar a ese mensajero, a quien él también buscaría, y centró toda su atención en el libro.

Al tocar el libro, Kaien sintió una extraña sensación de familiaridad que nunca antes había experimentado, era algo que no tenía forma de describir, pero llenó su mente y su alma de añoranza. Eso era inusual y ese libro despertó aún más su curiosidad. Lo abrió con los nervios y la curiosidad en la piel, y descubrió que efectivamente, el libro estaba escrito en un idioma diferente que nunca antes había visto.

Kaien sabía varios idiomas, pero el libro estaba en uno que no conocía.

Poco a poco fue recorriendo las gruesas páginas de aquel libro que estaba lleno de letras y símbolos, así como de extraños grabados. Kaien trató de encontrar algo que le resultara comprensible, hasta que encontró una página grabada con el mismo símbolo que tenía en su pie izquierdo. Nuevamente, trató de leer algo de lo que había escrito allí, pero no pudo entender nada y prefirió seguir pasando las páginas.

No fue hasta las páginas finales que encontró la razón por la que Nelliel se lo había enviado. Escrita a mano con delicada caligrafía había una pequeña nota:

"Para mi hijo, Kaien. Dentro de estas páginas está tu herencia".


Dedicado a Mikanji, luciabelenjuan, usaguichan23 y Kaede Hiwatari Blueriver