CAPÍTULO XLIII
ENTRE DUDAS
(Vrostov. Hace cinco años)
Aún lejos de imaginar que dentro de unos meses la guerra daría inicio, como cada mañana Haruka salio a los campos para revisar los cultivos que rodeaban su granja.
"El invierno pronto dará inicio, así que debo darme prisa si es que para entonces quiero levantar la cosecha", pensó mientras tomaba las herramientas. "¡Demonios!, anoche abuse de estúpido", sin poder deshacerse del recuerdo de lo sucedido, con rapidez comenzó a arar la tierra, como si eso le fuera a ayudar a olvidar. "Fiódor no se merecía lo que le hice, mucho menos Misaki. Ella es mi esposa y la madre de mi hijo y como tal debo respetar la promesa que hace mucho le hice", recordando el día de su boda, sonrío. "Reconozco que anoche cometí un error... no volveré a detenerme a beber, mucho menos en ese maldito lugar"
Mientras tanto y sin imaginar que era lo que con justa razón atormentaba a su esposo, la castaña se ocupaba de hacer la cama.
"Haruka siempre ha sido un buen padre y esposo, y aunque anoche cometió el grave error de no llegar a tiempo la celebración de nuestro hijo, debo reconocer que trabaja mucho y de vez en cuando tiene derecho a divertirse. También reconozco que fui muy dura con él", pensó esperando que para ambos su discusión quedara en el pasado.
Habiendo concluido lo que hacía, la mujer camino hacia la ventana y levantando la mirada hacia los claros cielos, contenta sonrío. "No hay rastros de que por la tarde vaya a llover, aunque en esta época del año nunca se sabe", así que tomando el canasto en el que colocaba la ropa sucia, aprovecharía ese precioso sol de media mañana para lavarla.
Sin embargo que los cielos estuvieran despejados no era garantía de que una tormenta no se avecinaba, y es que justo en ese instante una aún mas terrible estaba por comenzar...
Aún sin desdibujar esa agradable mueca, Mizaki tomo la camisa sucia que la noche anterior el rubio uso y fue luego de revisar los bolsillos que algo en ella la hizo fruncir el entrecejo.
"¿Eh?", sus labios emitieron mientras la acercaba a su nariz para olfatearla. "¡Que extraño!", murmuro al no reconocer el perfume en ella.
Pensando que quizás entre el gentío sus ropas se impregnaron con la fragancia de alguien más, estuvo a punto de ignorar ese detalle, sin embargo lo que luego encontraría terminaría por llenarla de enojo.
"¿Maquillaje?"
Y de nuevo ella bien habría podido justificarlo pensando que en algún momento de la noche ella fue la responsable, sin embargo no era el caso, y es que a la altura del cuello estaba la infame huella de unos labios que claramente no eran los suyos.
"Anoche por poco y no llega a dormir y hoy me encuentro con esto... ¿Qué demonios estuviste haciendo, Haruka?. ¿Me estas engañando?, ¿Quien es la maldita mujerzuela con la que te estas revolcando?", furiosa y a punto de hacerla girones mascullo, sin embargo guardo prudencia y la dejo a un lado o de lo contrario, ¿Con qué evidencia podría confrontarlo?. "Mas te vale que me des una muy buena explicación, aunque luego de lo que he visto poco voy a creerte"
(Presente. Dos semanas después)
Y fue durante la noche anterior que a través de los altavoces el general Volkov les hizo saber a todos los habitantes que si la lluvia que comenzó al atardecer se extendía hasta el amanecer, las labores de limpieza, campo y reconstrucción serían suspendidas hasta que el mal clima mejorara...
Aún era de madrugada cuando abandonando la cama, la castaña Lita salio a la calle.
"Maldito clima, y pensar que aún falta tiempo para que llegué la primavera", se quejo al mismo tiempo que con su capote se cubría de la fría lluvia. Y aunque las calles estaban enlodadas a consecuencia de los escombros, no se detendría.
Avanzando un par de calles mas, arribo al hogar de Dietter. Llamando a su puerta un par de veces, junto a ella dejo un paquete de alimentos, luego a prisa comenzó a alejarse.
"Espero y no sospechen que soy yo quien les deja los víveres", murmuro.
Mientras tanto Dimitri, que se había percatado de su ausencia, impaciente aguardaba a que ella volviera.
"¿Dónde estará?, solo espero y no se le haya ocurrido meterse en problemas", caminando de un lado a otro, de cuando en cuando se asomaba por la ventana.
Y fue luego de un par de minutos de sosobra que la puerta de su habitación se abrió, dando paso a la empapada mujer.
"¿Saliste?", bastante nervioso cuestiono su esposo mientras se dirigía a ella.
"Si. ¡Demonios!, esta lloviendo a cantaros", deshaciéndose del pesado abrigo, lo coloco sobre el perchero.
"¿A dónde fuiste?"
"A las granjas por leche", ocultándole el motivo principal, replico y avanzando hacia el rincón, dejo sus sucias botas.
"Estaba muy preocupado... te ayudare a secarte o de lo contrario te resfriaras", aliviado expreso.
Ella por su parte se mordió los labios ante su propia mentira.
Mientras tanto
Amy, habiendo despertado hacía la hora tan acostumbrada, también abandono el lecho.
"¿A dónde vas?. Vuelve a mi lado", sin abrir los ojos pidió Kirill extendiendo su mano para retenerla.
"Tengo que abrir la clínica", replico la peliazul mientras que con rapidez se vestía.
"Por supuesto que no, ¿Qué no escuchaste lo que el general Volkov informo?... dijo que hoy no tendríamos que trabajar, quizás mañana tampoco", acomodando la almohada, volvió a apoyar la cabeza. "Espero y siga lloviendo lo que resta del mes, así podre seguir durmiendo y recuperar la fuerza de cuatro años"
"Lo sé, pero por desgracia esa disposición solo aplica para las personas, no para los resfriados. Sin importar la época del año ellos jamás descansan", riendo un poco señalo.
"Es verdad, pero ¿Y si me haces compañía un minuto más?", logrando atrapar su mano la atrajo hacia él, luego giro sobre ella. "Por favor, es lo único que te pido"
"Esta bien, tú ganas, pero luego no habrá que me convenza de no cumplir con mis deberes"
"Prometo que no te retendré más de la cuenta", expreso besando sus labios...
Y mientras ella se entregaba en sus brazos, el recuerdo de su amado Richard ocupo todo su pensamiento.
"Debo dejar de pensar en él, él ya no esta conmigo. ¡Dios mío!, ese día debí escuchar al coronel. Sí, debí regresar a casa con mi bebé"
Notándola un poco distante, Kirill se detuvo. "¿Estas bien?"
"Si, por supuesto", sonriendo para no preocuparlo expreso, luego le acomodo el cabello que caía por su frente.
"¿Quieres que continué?", deseando un no por respuesta, le acarició el rostro y beso su mejilla.
"Yo no he dicho lo contrario", exclamo y atrayendolo hacia ella, volvió a besarlo.
(Casa de los Kremer)
Y aunque la orden dada fue no trabajar, como cada Martes Haruka abandono el lugar para ir a la oficina del gobierno provisional a entregar el informe correspondiente.
Mientras tanto la aguamarina se encargaba de ordenar la habitación que él ocupaba, aunque no había mucho que hacer. Pese a todo él era un hombre disciplinado.
"Aunque ya amaneció, es como si aún fuera de noche", expreso contemplando a través de la ventana los nublados cielos. "La lluvia en esta época del año puede llegar a durar semanas. Lo bueno es que mi bebé va a nacer en verano", riendo un poco murmuro. "¡Dioses!, hace mas frió que cuando nevó, así que cocinare sopa caliente. Además espero que hoy también haya buenas raciones"
Abriendo el cajón para guardar las cosas que él dejo olvidadas sobre el buro, sin que fuera su intención husmear contemplo lo que él rubio ahí guardaba. Encontrando un par de balas, unos cuantos cigarrillos y cuatro paquetes pequeños que a lo largo de las semanas Fiódor Matveyev le entrego como parte de sus raciones.
"¿Qué es esto?", atraida por el dibujo que engalanaba el envoltorio y pensando que podría tratarse de goma de mascar o chocolate, lo tomo. "¡Oh!", ruborizada alcanzo a exclamar, y como si no hubiera visto nada, lo devolvio a su lugar para continuar con sus quehaceres.
(Lejos de ahí)
"Esta tan nublado, que no sé si debería decir buenos días o buenas noches", expreso Haruka mientras ingresaba en la bodega.
Ante sus palabras Fiódor rió. "Cierto, coronel. Y por lo que veo no dejará de llover"
"Así parece. Dime, ¿Qué tenemos para hoy?"
"Leche, carne seca, pan y cigarrillos", colocando en una balanza lo que al rubio le correspondía, expreso.
"¿Qué mas guardas?", cuestiono tratando de echar un vistazo a las cajas que estaban detrás del tuerto hombre.
Fiódor le hizo un ligero ademán, indicándole con el que se acercara un poco más. "Ya sabes lo que quiero a cambio"
El coronel sonrió al mismo tiempo que negaba con la cabeza y le entregaba el paquete de cigarrillos. "Eres un viejo zorro"
"Te aseguro que como siempre valdrá la pena", agrego jamón y queso a sus raciones. "Hace ya mucho que no conversamos como antes, supongo que debes estar muy ocupado, ¿No?", picaro se dirigió a él.
"Supones bien, hay mucho trabajo por realizar"
"Me imagino... ¡Oh!, casi lo olvido, aquí tienes", expreso mientras le entregaba un par de esos paquetes pequeños.
"Gracias. Te veo mañana"
"Adiós, coronel", quitandose el gorro, el tuerto hombre se despidio de él agitandolo en el aire.
(En la cliníca)
"Que día tan aburrido", expreso Nikolai llevandose la pilotka a su rostro. "Deseo volver a la cama y beber café y vodka y sopa*
"Con esta lluvia, por mas mal que alguien se sienta no se atreverá a venir", Mina, ordenando las vendas que le quedaban, agrego.
"Le dices tú y le digo yo"
"Dejemoslo a la suerte", tomando de su bolsillo una moneda, la arrojo.
Mientras tanto la peliazul veía a través de la ventana de su oficina.
"De un tiempo a aca he estado pensando mucho en él. No puedo exigirme no hacerlo porque después de todo fue mi esposo y padre de mi hijo. Fuerón tres años los que estuvimos juntos, tres años en los que compartimos tanto... ¿És culpa lo que siento por haberme enredado con Kirill?", mordiendose los labios, penso. "Que él tenga cuatro años fuera de casa y tengamos más de dos años juntos no cambia el hecho de que sea un hombre casado. Que yo sea viuda no borra que aún siga queriendo a Richard"
De pronto la puerta se abrío, dejando etrever al rubio Nikolai, quien había perdido ante la joven enfermera.
"Disculpe, cirujano... es casi medio día y...", intento decir, viendose interrumpido por la peliazul.
"Es justo lo que estaba pensando, pueden irse. Pero de presentarse una emergencia volveremos", guadando sus pertenencias en su maletín, ordeno.
"Se hará como usted diga... ya vamonos"
Amy sonrió un poco y sin ningún animo; "Ahora más que nunca puedo entender el sentir de Mina"
(Esa noche. En casa de los Kremer)
Sentados a la mesa, el rubio y la aguamarima disfrutaban de la hora de la cena.
"Hace más frió que en días pasados", rompiendo con el silencio que de pronto entre ambos se formo, fue él quien hablo, acto seguido llevo la humeante bebida a sus labios.
"Así suele ser el clima en esta época del año", sin mucho animo ella señalo.
"¿Suele llover mucho?"
"Si y a veces la lluvia se transforma en granizo"
"Al menos aquí estamos seguros", y apenas el rubio dijo, la gotera que se había formado justo encima del comedor empeoro, provocando que ambos rieran. "¡Demonios!", agrego haciendo a un lado la servilleta y los cubiertos. "Es un milagro que luego del bombardeo el techo no se haya derrumbado"
"Es verdad"
"Ahora no puedo hacer nada, pero en cuanto deje de llover me encargare de el"
"¿Cree que podrá repararlo?... es decir, debe estar muy frágil y podría ser peligroso para usted"
"Espero poder hacerlo. Otra cosa que me preocupa es que nos quedemos sin leña y la calefacción no sea suficiente, de ser necesario tendremos que sacrificar algunos muebles... espero y la señora Kremer no se moleste", abandonando su lugar, camino hacia la chimenea para colocar un poco mas. Luego junto a ella dejo la que estaba humeda para que se secara.
Por su parte y aún pensando en lo sucedido durante la mañana, la aguamarina bajo la mirada.
"Cambiemos de habitación"
"¿Eh?"
"Es decir, la mía tiene menos goteras que la tuya, eso la hace más comoda y menos fría", él contesto.
"Gracias, coronel"
Así pues la joven ingreso en sus nuevos aposentos. Y apenas lo hizo el llanto no tardo en hacerse presente.
Recostándose entre las tibias sabanas, se abrazo a la suave almohada, encontrando en ella rastros del perfume del cabello de su amado.
"Ahora soy capaz de entender que es lo que pasa. Ahora si estoy segura de que tiene una mujer", pensó Michiru mientras se limpiaba las lagrímas. "Hace ya mucho tiempo que no hemos vuelto a estar juntos... no desde que lo rechace y supo que estoy esperando un hijo suyo. Sin duda eso lo llevo a buscar la compañía de alguien más". Girando sobre su propio cuerpo observo hacia la ventana, contemplando la lluvia que resbalaba. "Él no esta arrepentido de haberme traído con él, mucho menos de lo que paso después, pero si le pesa y mucho el haber dejado en mi su semilla. Y porque en un principio no penso que sus acciones traerían consecuencias, es que ahora toma precauciones para que no vuelva a pasar... ¿Ella también lo amara como yo lo amo?... ¿A ella si la querra?"
Por su parte, habiendo colocado suficiente leña en la chimenea, el rubio se sento frente a el fuego para contemplar la fotografía de su hijo.
"Ha pasado mucho tiempo desde la ultima vez que te vi en mis sueños... ¿sabes?, no importa cuanto tiempo pase, en ellos siempre eres y serás un niño... si estuvieras vivo y luego de no verte en cuatro años ¿Qué tanto habría cambiado tu rostro y tu voz?", murmuro a punto de llorar, pero fue fuerte y se contuvo. "Será mejor que yo tambíen me vaya a la cama. No tengo nada mas que hacer y nada gano con torturarme", penso y llevando la mano al bolsillo de su pantalón, tomo el paquete de preservativos que el tuerto hombre le entrego. "¡Maldición!, olvide guardarlos en mi cajón", mascullo volviendo la mirada hacia la habitación que hasta hacía poco minutos había sido suya. "Espero y ella no los vea y piense que estoy efermo... o que hay alguien más", sin imaginar que en ese momento la aguamarina era asaltada por terribles ideas, se llevo una mano a la sudorosa frente.
Notas de autor;
Ese Haruka es un despistado.
Kaiohmaru; Michiru bien podría rechazar a su bebé (hay que reconocer que Haruka si abuso de ella, y aunque no fue violento, la tomo sabiendo que ella accedió por miedo), pero esta sola y sin casa y su bebé le da un sentimiento de que todo estará bien. Haruka también esta solo, no tiene un hogar (además hay que recordar cómo murió su familia), para él su bebé representa un nuevo comienzo, pero mientras no se sinceren, ambos seguirán sufriendo.
Michelle; Lo mejor que pudo hacer Gunther por su hermana fue alejarse. Su amor iba más allá a lo enfermizo y estando junto a ella nada bueno iba a traerle a ningun de los dos, pero peor habría sido para Michi.
Isavellcota; Incluso su padre sabía que ese Gunther estaba enamorado de su hermana. Por eso cuando él se marcho le pidió a Michi que se casara para que cuando él volviera, no tuviera intenciones de aprovecharse de ella. Si, cada vez que parece que se sineceran, algo pasa que los aleja.
Dark in the night; Tarde, pero aquí como cada semana :)
Kyoky; Pobre de nuestro pollito con ese "tío" enfermo que le toco :(, lo bueno es que esta desaparecidoo o incluso muerto. Además pollito tiene cero culpa de lo que su papá le hizo a a su mamá, o de que su mamá sea una traidora, él esta chiquito XD.
