UN HERMOSO INFIERNO

Capítulo 6: "Marcados"

—Lo siento… — Murmuró Elize con la mirada baja, sin soltarlo.

La expresión del chico se llenó de confusión en cuanto la escuchó decir esas palabras, por lo que levantó la vista ligeramente hacia ella, mirándola de reojo. — ¿Por qué te disculpas? — Cuestionó Carl, apartando sus manos de la de ella.

—Por todo lo que papá te dijo… — Respondió, sintiéndose de alguna forma responsable por lo que Negan había dicho respecto a Carl. — Fue demasiado cruel contigo…y entiendo cómo debes haberte sentido…después de todo, somos iguales… —

—¿Qué quisiste decir con que eres igual que yo? — Grimes preguntó, levantando una ceja mientras hablaba. — ¿Eres un chico que está avergonzado de su propio rostro? — Hizo una pausa, mirando a la chica de nuevo con el ojo que le quedaba. — ¿O tal vez también estás escondiendo una cicatriz en la cara como yo? ¿Es así? — Cuestionó, tomando su mano y señalando su ojo derecho con ella. — Entonces dime, ¿qué nos hace iguales? —

—Yo también estoy marcada… — Respondió, poniéndose de pie. Tomó el borde inferior de su blusa y la levantó junto a su sostén, dejando visible su busto. Carl se sorprendió al ver una horrible cicatriz en el costado de la chica que se extendía hasta su pecho izquierdo, deformándolo parcialmente. — Quizá la mía está en una zona oculta a diferencia de la tuya, pero ¿sabes? Conforme mi cuerpo vaya creciendo, esto también lo hará hasta el punto en que mi pecho pierda totalmente su forma… — Dijo con una risita irónica, nunca le había gustado ver su cicatriz, y ahora estaba aquí dejando que el hijo de su enemigo la observara.

Carl, inconscientemente, acercó su mano hacia el pecho de la chica, tocando con sus dedos la cicatriz, provocando un gemido en la castaña. El chico notó la reacción de Elize a su toque y apartó la mano rápidamente, sintiéndose apenado por lo que había hecho. — Lo siento... — Murmuró, bajando la vista. — No debí tocarte…no lo volveré a hacer. —

—Está bien, no me molesta… — Murmuró, ligeramente sonrojada por la vergüenza, desviando la mirada hacia un lado.

—¿Qué sucedió? — Preguntó, su tono de voz estaba genuinamente lleno de curiosidad por su cicatriz.

—Un caminante me mordió cuando tenía ocho años… — Dijo con voz temblorosa, recordando su pasado.

Carl se sorprendió ante su respuesta. — ¿Hablas en serio? — Cuestionó Grimes, claramente impresionado por la historia de Elizette. Miró la cicatriz fijamente, viendo como la mordedura prácticamente había desfigurado parte de su seno izquierdo.

El castaño estaba sorprendido de escuchar que ella había sobrevivido a la mordedura de un caminante. Carl se sintió mal por Elizette, imaginando que habría sido absolutamente terrible pasar por eso a los 8 años. — ¿Cómo es que sigues con vida? —

—En realidad fue muy doloroso...pensé que moriría... — Respondió Elize, recordando lo sucedido aquel día. — Viajaba con mis… — Se quedó en silencio unos momentos, interrumpiéndose a sí misma antes de mencionar a sus verdaderos padres. No le gustaba hablar de su pasado, así que decidió omitir la identidad de sus progenitores, creyendo que sería lo mejor en ese momento. — Viajaba con una pareja que conocía en el pasado...ellos cuidaban de mí antes de que mi papá me encontrara, y un día mientras buscábamos comida un caminante me atrapó, traté de luchar contra él, pero...al final me mordió. — Elizette suspiró, tratando de mantener la calma a pesar de que su corazón comenzó a latir rápido y sentía un nudo en la garganta. — Afortunadamente...él era un médico y ella enfermera, así que me hicieron una especie de cirugía con un cuchillo caliente para quitarme toda la carne, quitando el mordisco de mi cuerpo... — Explicó, estremeciéndose de solo recordarlo. — Fue demasiado doloroso, podía sentir el cuchillo cortándome todo el tiempo hasta que me desmayé... — Prosiguió, soltando una risita amarga. — Cuando desperté, me di cuenta de que aún estaba viva, me habían salvado…durante un par de meses tuvieron que estar removiendo continuamente la carne que se iba formando, dijeron que tenían que dejar que sanara de adentro hacia afuera para evitar que ese hueco quedara ahí… — La castaña soltó un suspiro pesado, mirando de reojo a Carl. — Me salvaron la vida, sí…pero ahora tengo esta cosa en mi cuerpo para siempre… — Agregó, bajando la mirada. — No es algo de lo que me guste hablar...ni siquiera con mi padre… — Confesó, con la voz un poco temblorosa. — No me gusta que me vean así, incluso me molesta cada vez que me miro en el espejo. — Continuó. mirando fijamente sus pies con incomodidad.

Carl nunca imaginó el dolor que debía causar la mordida de un caminante, (aunque podía dimensionarlo un poco después de ver a muchos de sus seres queridos ser mordidos), mucho menos poder sobrevivir a esa mordedura, eso sería una tarea imposible para cualquiera. — Tienes mucha suerte de que hayan podido salvarte. — Agregó de manera inconsciente, mirándola de reojo nuevamente. — ¿Cómo puedes seguir con vida después de eso? Debió ser demasiado doloroso para soportarlo… — Preguntó el joven, sin poder creer que alguien pudiera sobrevivir a tanto dolor y seguir con vida.

—Quería vivir. — Respondió Elize con una suave sonrisa, sentándose en el suelo frente a él, tomando su mano de nuevo. — Y ese es el punto al que quiero llegar… — Agregó, soltando un suspiro mientras bajaba la mirada. — Carl, pasamos por experiencias cercanas a la muerte…tú perdiste tu ojo, y yo perdí mi pecho… — Dijo con voz temblorosa, imaginando que la herida de Grimes debió doler tanto como lo que ella había pasado. — Siempre tendremos estas cicatrices, pero... — Elizette miró hacia él, perdiéndose en el color azul de su ojo. — Estas cicatrices en nuestros cuerpos son la prueba de que sobrevivimos...somos sobrevivientes de este mundo, y nuestras cicatrices son las marcas de nuestra fuerza de voluntad para seguir con vida… — Explicó con una cálida sonrisa, sin apartar la vista de él. — Incluso si son feas y repugnantes, incluso si el hecho de que alguien pueda verlas es humillante…podemos estar orgullosos de ellas y de su significado. — Elize se levantó nuevamente, desviando la mirada. — Y...sé que somos enemigos y me odias y tal vez esto no signifique nada para ti, pero... — Murmuró mientras su rostro se sonrojaba un poco, dejando escapar un leve suspiro. — Creo que eres genial así... —

Carl pudo notar en la voz de Elize que el tema de su cicatriz era doloroso para ella. El chico simplemente no podía entender cómo alguien podía recuperarse mentalmente después de un evento tan traumático. No pudo evitar mirar fijamente su cicatriz con curiosidad, ya que rara vez había visto una herida así, él mismo había tenido suerte al perder su ojo en lugar de la mitad de su rostro.

Grimes no pudo evitar sentirse sorprendido por la honestidad de Elize, nunca había conocido a alguien que pudiera superar todo el trauma con una conducta tan honesta y optimista. Carl siempre había sido alguien que ocultaba sus emociones y traumas bajo una máscara dura, no podía imaginar cómo Elize podía ser tan honesta consigo misma y con los demás. Su mente era incapaz de creer que alguien pudiera permanecer tan optimista después de perder una parte de su cuerpo por un caminante, él había perdido su ojo y eso fue un duro golpe para su confianza en sí mismo. Carl no podía. Ni siquiera imaginaba lo que debió haber sido para ella pasar por esa experiencia.

—Nunca pensé que alguien pudiera estar orgulloso de una cicatriz... — Murmuró mirándola de reojo, sin duda la hija de Negan era una persona llena de misterios. — ¿Cómo es que no estás traumatizada? — Preguntó lleno de curiosidad, queriendo saber la verdad sobre esa chica que aparentaba ser solamente una niña mimada ante sus ojos.

—Lo estoy. — Respondió con una sonrisa, mirándolo fijamente.

Carl miró a Elize fijamente, sorprendido de escucharla admitir que estaba traumatizada. — Pero no lo pareces… — Murmuró confundido, nunca antes había conocido a alguien como ella. Aunque admitía estar traumatizada, su comportamiento decía todo lo contrario. — ¿Cómo puedes disimularlo tan bien? — Preguntó, su interés en ella había aumentado después de escuchar su historia, Elize parecía completamente diferente a todas las demás que había conocido. — ¿Cómo puedes decirme todo esto con una gran sonrisa en tu rostro? —

—Carl... allá afuera hay cosas peores que los caminantes. — Respondió Elizette, bajando la mirada al suelo. — Ser mordida cambió mi vida, no lo negaré…aún suelo tener pesadillas con ese día... — Confesó, dirigiendo nuevamente su vista hacia él. — Pero, créeme, viví cosas peores que eso… — Agregó, dirigiendo su vista hacia la ventana. — Le tengo más miedo a las personas vivas que a las muertas... — Elize le sonrió, dejando escapar una risita. — Además, esta vida es una mierda, así que, ¿por qué no puedo ser feliz incluso después de lo que viví? Sería una estupidez seguir con vida y desperdiciarla, ¿no crees? —

Al escuchar estas palabras, Carl sintió que algo dentro de él despertaba. — Ojalá tuviera tu fuerza de voluntad… — Confesó, desviando la mirada. Se percató de que estaba bajando demasiado la guardia con ella, algo que no podía permitirse. Pero, por alguna razón, sentía una conexión con Elize que no le permitía ser del todo indiferente con ella. — No te pareces en nada a tu padre. — Agregó, levantando la vista hacia ella.

—Puede que no… — Murmuró, aceptando que realmente jamás podría ser como su padre, por mucho que lo intentara.

Un silencio se formó en la habitación. Ninguno se volvió a mirar o a decir algo, Elize acomodó su ropa nuevamente, agradecida de que su padre no la hubiera visto mostrando su herida a Carl, sin duda habría sido difícil de explicar esa situación de haber ocurrido. Grimes mantenía la vista en el suelo, preguntándose por qué ella era tan amable con él ahora, a pesar de que no habían hecho más que intentar asesinarse mutuamente o amenazarse en cada encuentro. Una pregunta vino a la mente del chico, quien decidió no quedarse con la duda.

—¿Cuál es la regla más importante? — Cuestionó Carl recordando las últimas palabras de Negan antes de irse y mirando hacia Elize, quien pareció sonrojarse un poco al escucharlo.

Smith guardó silencio unos momentos antes de responder. — "Nada de sexo". — Respondió, bajando la mirada avergonzada, aunque en el Santuario había muchas reglas impuestas por su padre, esa era la que él más le remarcaba cada día, asegurándose de que ella no volviera a pasar por un trauma como el que había sufrido en su pasado.

Antes de que alguien pudiera decir algo más, Negan abrió la puerta de la habitación, entrando nuevamente.

—¿Ya terminaron de hablar? Espero que se hayan portado bien. — Dijo con una sonrisa pícara, mirando a ambos chicos. — Vamos, niño, arriba, ya está lista. — Ordenó, mirando hacia Carl.

—¿Qué está lista? — Cuestionó Carl, mirándolo confundido desde su asiento.

—La plancha. — Respondió Negan con tranquilidad, girándose a ver a Elize. — Ven tú también Eli, esta será tu primera vez presenciando esto, ¡andando! — Ordenó, indicándole con la mano a Carl que se pusiera de pie.

Grimes obedeció y caminó hacia Negan, siendo seguido en silencio por Elize hasta el piso inferior, donde todos se encontraban frente a un horno, en el centro de la multitud había un hombre sentado en una silla atado, su rostro demostraba terror. El líder de los Salvadores comenzó a golpear con Lucille el barandal del camino conforme pasaba, llamando la atención de todos, quienes rápidamente se arrodillaron ante él.

—Sostenla, por favor. — Pidió Negan, entregando el bate a Carl, quien lo tomó en su mano, manteniéndolo abajo a su costado. — Conocen el juego, lo que está a punto de pasar no va a ser agradable. — Agregó, bajando las escaleras junto con los chicos detrás de él, siendo observando por todos. — Yo no quiero hacerlo, desearía poder ignorar las reglas y dejarlo pasar, pero no puedo. — Dijo, observando a su gente una vez que llegó al piso inferior. — ¿Por qué? —

—¡Porque las reglas nos mantienen vivos! — Dijeron todos al unísono, incluida Elizette, siendo observada con curiosidad por Carl, no esperaba que ella también fuera a responder.

—Eso es correcto. — Afirmó, mirándolos fijamente. — Sobrevivimos, proveemos seguridad a los demás, traemos de vuelta la civilización a este mundo. — Dijo Negan, girándose a ver a los chicos parados a un lado de él. — Somos los Salvadores. — Agregó con una sonrisa, caminando hacia donde estaba atado el chico en una silla. — Pero sin reglas no podemos, las reglas hacen que funcione todo esto, sé que no es sencillo, pero siempre hay trabajo y siempre hay un costo. — Continuó, cambiando su expresión calmada a una molesta. — ¡Aquí, si alguien trata de evitarlas, si alguien trata de tomar un atajo…! — Exclamó con voz fuerte y dominante, haciendo que el chico en la silla comenzara a temblar, provocando una risa divertida en Negan. — Entonces se gana la plancha. — Un silencio inundó la habitación por unos segundos, hasta que él lo rompió. — Todos de pie. — Ordenó, siendo obedecido al instante. — Quédense por aquí, Eli, sé que no tengo que decírtelo porque prácticamente lo haces todo el tiempo, pero hazle compañía al niño. — Agregó con una sonrisa, indicándoles que se quedaran cerca de él, a menos de un metro de distancia de donde Daryl estaba parado igual al frente, sosteniendo un trapeador. Smith se giró a ver a Dwight, quien estaba parado al lado del horno. — Dhwighty… — Le llamó Negan, tomando unos guantes para colocárselos mientras el mencionado tomaba una plancha de hierro que estaba dentro del horno con una varilla de metal, extendiendo el objeto hacia su líder.

Negan tomó en su mano la plancha que brillaba al rojo vivo de la parte inferior, mirando por unos segundos a la persona atada en la silla.

—Mark, lo lamento, pero así son las cosas. — Agregó Smith, observando fijamente al chico que jadeaba aterrado, mirando el objeto en la mano de Negan.

Sherry abrazó a Amber de los hombros, consolándola ante lo que estaba a punto de pasar con su novio. Negan miró fijamente a Mark, todo el mundo observaba en total silencio lo que sucedía. Los gritos de profundo dolor que el chico soltó después de que Negan colocara la plancha en el lado izquierdo de su cara hizo que los ojos de Carl y Elize se abrieran con horror, sin creer lo que estaban presenciando.

La chica retrocedió inconscientemente dos pasos, chocando con Carl. Su mano se movió de manera involuntaria buscando la de Grimes, tomándola temblorosamente. Carl se sorprendió al sentir que alguien agarraba su mano y miró a Elize de reojo, viendo el miedo en su rostro. Ella estaba asustada, y él también. El castaño no se movió, su cuerpo se había tensado, solo logró girar su cabeza ligeramente para ver a Daryl, quien le devolvió la mirada, entendiendo su impacto ante lo que estaban presenciando.

El shock del momento era tanto que Carl no se resistió al agarre de Elize en su mano, pero se sorprendió cuando la joven se aferró a su brazo sin apartar la vista de su padre. Elizette apretó con fuerza la mano de Carl y se acercó más a él, como si buscara refugio por el miedo que estaba sintiendo.

Carl notó cómo ella escondía su rostro recargada en su hombro, sintiendo el temblor de la chica. De manera inconsciente sus dedos apretaron los de Elize, sujetando firmemente la mano de la joven, dejándola aferrarse a él. Mientras la sostenía, notó que ella le apretaba aún más fuerte, por lo que agarró su mano con fuerza, mirando nuevamente la escena frente a él. El olor a carne quemada estaba en el aire. Mark gritaba mientras Negan lo torturaba, hasta que perdió el conocimiento.

Smith apartó la plancha del rostro de Mark, arrancando un pedazo de su piel con ella. El líder de los Salvadores entregó la plancha nuevamente a Dwight, quien la regresó a su sitio. Negan miró nuevamente al chico, soltando una carcajada al verlo.

—No estuvo tan mal, ¿o sí? — Preguntó, observando a Mark sin borrar su sonrisa. — Cielos, se hizo encima. — Dijo con mirada seria, observando la orina que escurría por la silla. Negan se giró hacia Daryl y caminó hacia él, susurrando cerca de su rostro. — Límpialo. —

Dixon miró por unos instantes hacia Carl antes de obedecer la orden de Negan, caminando con el trapeador en sus manos hacia donde estaba atado Mark, limpiando el desastre en el suelo.

—Doc, terminé, haz lo tuyo. — Ordenó Negan, mirando hacia el doctor que estaba entre la multitud. El hombre asintió, caminando hacia el muchacho inconsciente para atenderlo. — Bueno, el marica se desmayó, pero asunto arreglado, todo perdonado. — Agregó, observando a la gente alrededor de él. — Espero que su cara sirva para recordarle a él y a todos los demás que las reglas importan. — Dijo, remarcando la palabra "todos". — Espero que hoy todos hayamos aprendido algo, porque nunca más quiero tener que volver a hacerlo. — Continuó, girándose a ver a Carl, notando que Elize estaba aferrada al brazo de Grimes. Esbozó una sonrisa y le guiñó el ojo al chico, caminando hacia ellos. — ¿Acaso me perdí de algo? — Preguntó con tono divertido, deteniéndose a unos centímetros de ellos, percatándose de que estaban tomados de la mano. — ¿Están tomados de la mano? — Cuestionó con burla, haciendo que ambos se percataran de la posición en la que habían terminado. — ¡Vaya, eso fue bastante rápido! ¡Si se estaban evitando el uno al otro hace unos momentos! — Dijo en un tono suave, mientras los veía fijamente. — Los dejé sin vigilancia por menos de 5 minutos y los encuentro así, son tan adorables. —

Carl soltó la mano de Elize y dio unos pasos hacia un lado, separándose de ella. La chica hizo lo mismo, sonrojándose ligeramente al procesar lo que acababa de ocurrir entre ellos sin querer. Negan notó su reacción y caminó hacia ella, tomándola de las mejillas para obligarla a verlo fijamente a los ojos.

—Espero que nada haya pasado mientras estuvieron a solas en mi habitación. — Dijo con voz baja pero amenazante, provocando un escalofrío en su hija. — Dime que no te tomó solo una conversación para decidir romper la única regla que te di… —

Carl escuchó las palabras de Negan y, recordando cuál regla le había dicho Elize que era, se giró a verlo. — No, no pasó nada. — Respondió Grimes por ella, llamando la atención de ambos.

Negan sonrió ante su reacción, girándose a verlo sin aflojar el agarre en las mejillas de Elize. — Voy a creerte, niño, porque sería muy decepcionante que tremendo cabroncito rindiera tan poco en ese aspecto. —

Elize sintió que la vergüenza la invadía, pero no era capaz de moverse mientras su padre seguía reteniéndola de esa manera. Carl la miró fijamente, no podía entender la forma en que vivían Elize y la gente del Santuario como si fueran esclavos, con Negan como su amo.

—Creí que no las golpeabas. — Dijo Carl apuntando hacia Elize, recordando cuando habían estado en la sala de esposas de Negan y aquella chica llamada Amber había estado llorando por lo sucedido con Mark, el líder de los Salvadores había asegurado que jamás las había golpeado.

Negan sonrió ante su comentario, liberando a Elizette. — Es cierto, yo jamás las golpeo, solamente estoy aclarando las cosas con mi hija. — Respondió, caminando hacia él. — Fue una locura, ¿no? Debes pensar que soy un lunático. — Susurró cerca del rostro de Grimes con una sonrisa, poniendo una mano en su hombro. — Ven, vamos a decidir qué hacer contigo. — Dijo, comenzando a caminar junto a Carl, sin soltar su hombro. — Eli, dile a alguien que traiga el inventario de lo que recibieron hoy en Hilltop y trae tu cuaderno a mi habitación, tienes trabajo pendiente. —

—Sí, papá… — Asintió Elize, buscando con la mirada hasta ver a Daniel, quien observaba todo entre la multitud. Caminó a paso rápido hacia él, aclarando su garganta. — Dani, ¿podrías conseguirme el inventario de lo que llegó hoy de Hilltop y llevarlo a la habitación de papá? Por favor. —

—De acuerdo. — Respondió el chico, mirándola de reojo con los brazos cruzados. Elize asintió y se giró para alcanzar a su padre, pero una mano la retuvo del brazo. — ¿Qué sucede entre ese chico y tú? — Cuestionó con tono celoso, apuntando con la mirada hacia Carl, quien caminaba de regreso con Negan hacia los pisos superiores.

Elize bajó la mirada ligeramente sonrojada, apenada de que la hubieran visto junto a Carl. — Fue el shock del momento…sucedió sin querer… —

—No es uno de los nuestros, no dejes que te influencie. — Advirtió Daniel, mirándola fijamente. — Recuerda a dónde perteneces. —

—Lo sé, no tienes que decirlo. — Respondió ella alejando su brazo de él, caminando hacia las escaleras, en dirección a su habitación. Le tomó unos minutos encontrar el cuaderno de registros que su padre le había dado, por lo que cerró la puerta y se dirigió nuevamente al cuarto de Negan sin tocar, viendo a su padre sentado en el sillón de cuero con una libreta en sus manos mientras Carl estaba sentado en el mismo lugar que había ocupado antes. — Ya lo tengo, papá, Daniel me traerá el inventario de hoy en unos minutos. —

—Está bien, siéntate ahí. — Respondió Negan, apuntando al lugar al lado de Carl nuevamente.

Elize obedeció la orden y se sentó, mirando de reojo a Grimes, quien movía sus manos sobre su regazo en silencio, claramente nervioso. Sus piernas de igual manera comenzaron a hacer movimientos sutiles, claramente ayudándolo a liberar un poco de la tensión en su cuerpo. Su padre escribía en su cuaderno en silencio, sin prestarle atención a ninguno de ellos.

—¿Puedo…volver a cubrírmelo? — Preguntó finalmente Carl, mirando a Negan.

—No, absolutamente no. — Respondió Smith, levantando la vista hacia él, deteniendo por un momento lo que hacía.

—¿Por qué carajos no? — Replicó Carl, en una mezcla de enojo e indignación.

Negan soltó una risita burlona, mirándolo fijamente. — Ahí está el cabroncito. — Agregó, claramente divertido de su reacción. — No puedes porque aún no terminé contigo, y además me gusta ver ese ojo asquerosamente fabuloso, así que lo dejarás así. — Respondió el mayor, dirigiendo la mirada a su hija. — Además, esta niñita parece haberse flechado por ti aun luciendo así. — Dijo con una sonrisa burlona, apuntando con su bolígrafo hacia Elize. — Esa cosa en tu cara se ve fea como el infierno, pero veo que no parece molestarle en absoluto, ¿verdad? —

Elizette desvió la mirada avergonzada, sin saber qué responder. En ese momento tocaron a la puerta, por lo que la chica se puso de pie y abrió, recibiendo el inventario que Daniel había llevado para ella. Cerró la puerta y regresó a su lugar, comenzando a hacer anotaciones en su cuaderno en base al documento que había recibido. El silencio que se formó era tenso, Carl no había apartado su mirada de Negan en ningún momento.

—¿Qué? ¿Tienes algo qué decir? — Preguntó Negan, sintiendo la mirada de Grimes sobre él.

—¿Por qué no me mataste? ¿O a mi padre? ¿O a Daryl? — Cuestionó Carl, claramente confundido por lo que sucedía.

—Daryl…será un buen soldado en mis filas, aún cree que puede resistirse, pero tú lo viste. — Respondió Negan, mirando fijamente al chico frente a él. — Tu padre ya está trabajando para mí, tú…por otra parte… — Agregó, guardando silencio por unos momentos. — Bueno…ya lo veré. Es más productivo quebrarlos, y es más divertido. ¿Crees que es una estupidez? —

—Creo que somos diferentes. — Afirmó Carl, sin apartar la vista del líder de los Salvadores.

Negan dejó el cuaderno a un lado y se acomodó hacia el frente, mirando fijamente a Grimes. — Eres muy listo, ¿qué tendría qué hacer? Sabes que no puedo dejarte ir, entonces ¿te liquido? ¿Te plancho la cara? ¿Te corto un brazo? Dime, ¿qué opinas? —

Carl se puso de pie y apuntó hacia la ventana a un costado de ellos, sin apartar su mirada filosa de Negan. — Que deberías saltar por la ventana y ahorrarme la molestia de matarte. —

Negan soltó una carcajada, dando un pequeño aplauso mientras lo miraba. — ¡Sí, ese es el chico que me impresionó tanto aquella vez! —

—No quieres decirme lo que me harás porque no vas a hacerme nada. — Agregó Carl con firmeza, sin dejar de ver al hombre sentado frente a él. — Si nos conocieras, si supieras quienes somos…nos matarías. — Continuó, inclinándose a la altura del rostro de Negan. — Pero no puedes. —

—Uf…tal vez no pueda, tal vez tengas razón. — Dijo Negan mordiéndose el labio inferior, dando un aplauso nuevamente. — Demos un paseo, chico. — Agregó, poniéndose de pie, tomando a Lucille que estaba recargada a un costado del sillón de cuero. — Elize, deja eso ahí y camina. —

—Sí. — Elizette asintió, dejando ambos cuadernos en la mesa de vidrio, poniéndose de pie para caminar detrás de su padre, siendo seguida por Carl.

Negan los llevó hacia donde estaban los camiones, pidiéndole a un grupo de sus hombres que se prepararan para acompañarlo a Alexandria. Uno de los Salvadores subió del lado del conductor, Elize se sentó a un lado de él mientras que Carl lo hizo junto a ella, quedando ambos chicos en el medio cuando Negan tomó el lado del copiloto, asomándose por la ventana.

—¡Daryl! — Exclamó Negan, atrayendo la atención del mencionado, quien se encontraba acomodando a los caminantes encadenados en las barricadas y cercas del Santuario. — Te noté preocupado, así que voy a llevarlo a su casa. —

—Sí llegas a hacerle algo… — Amenazó Dixon, mirando fijamente a Negan.

—¡Dwight! — Exclamó Smith, interrumpiéndolo mientras el mencionado se acercaba a ellos. — Daryl necesita pensar, mételo un buen rato en su caja. — Ordenó, observando cómo Dwight se llevaba a Dixon tomado de la playera. Negan le sacó el dedo con una sonrisa en el rostro, burlándose claramente. — Vámonos. — Agregó, haciendo que el conductor encendiera el camión, partiendo hacia Alexandria.

El camino fue incómodo para Elize, se sentía desprotegida sin sus armas y más con el vestuario que usaba, no había planeado salir del Santuario ese día, menos para ir hacia la comunidad de Carl. Una vez que llegaron los portones fueron abiertos, permitiendo que las camionetas estacionaran dentro de los muros de Alexandria. Negan bajó junto a Carl y Elize, pidiéndole a Grimes que lo guiara hasta su casa, tocando a la puerta mientras hacía su silbido tan reconocido.

Una mujer joven de lentes y robusta abrió la puerta, sorprendiéndose de verlos. Negan entró sin más a la casa, siendo seguido por ambos chicos.

—Carl, ¿dónde está…? — Preguntó en voz baja la mujer, pero Elize alcanzó a escucharla al venir tan cerca de Grimes.

—Enid está bien. — Respondió Carl de igual manera, mirando de reojo a Elizette, quien solamente agachó la mirada. Todavía no entendía por qué no los había delatado, pero agradecía su silencio, porque eso significa la seguridad de Enid en Hilltop.

—Bien, bien, bien, bien, bien…¡Bien! — Dijo Negan repetidas veces, observando la casa con fascinación.

Carl se movió y dejó que Elize entrara detrás de él, permitiendo que la mujer cerrara la puerta para acercarse a donde estaba Negan.

—¿Dónde está Rick? — Preguntó Smith con una sonrisa, mirando a la mujer.

—Ah, yo…estaba… — Comenzó a decir la mujer con voz temblorosa, mirándolo.

—No me interesa. — Interrumpió Negan, manteniendo su sonrisa. — ¿Dónde está Rick? —

—Amm…salió a buscar cosas para ti. — Contestó la mujer, claramente nerviosa.

—Genial, lo esperaré. — Respondió el mayor, sin apartar la vista de ella.

—Amm…iba a ir bastante lejos, tal vez no vuelva hoy. — Explicó, soltando un leve jadeo pesado. — Nos estamos quedando sin provisiones, la mayoría se muere de hambre. —

—¿De hambre? — Cuestionó Negan, mirándola de arriba a abajo mientras la apuntaba. — ¿Tú? — Agregó, haciendo comillas con sus dedos a pesar de sostener a Lucille en una de sus manos. — Por "la mayoría" te refieres a todos, menos a ti. — La mujer comenzó a llorar, dándole la espalda a Negan, quien se giró a ver a los chicos con una sonrisa. — ¿En serio? A ustedes sí que les falta sentido del humor. — Dijo mientras se acercaba a Carl, restregando su mano libre contra su rostro, intentando controlarse. — Disculpa, ¿cómo te llamabas? — Preguntó, caminando hacia la mujer nuevamente.

—Olivia. — Respondió con molestia, retirándose las gafas para limpiar las lágrimas de sus ojos.

—Cierto, Olivia. — Dijo, tomándola del brazo, haciendo que Olivia se girara a verlo con sorpresa. — Te ofrezco mis disculpas por haber sido tan grosero contigo, y parece que me quedaré un buen rato esperando a que vuelva tu valiente líder. — Agregó, mirándola fijamente. — Y si tú quieres…creo que podría ser muy divertido echarnos un revolcón. Digo, si estás de acuerdo con eso… — Antes de terminar, Olivia le dio una fuerte bofetada, claramente ofendida. Negan se acercó más a ella, tomándola de la cintura. — Ahora tengo un 50% más de ganas… — Agregó con una sonrisa, acercando su rostro hacia ella. — Solo digo. —

—¡Papá! — Reprochó Elize, apretando sus puños.

Negan se alejó de Olivia, girándose a ver a su hija. — Vamos, Eli, puede que Olivia no sea del tipo de mujer que estás acostumbrada a ver conmigo, pero te aseguro que puede ser MUY buena si se lo propone. — Agregó con una carcajada, girándose nuevamente hacia la mujer, quien permaneció en silencio. — Okay, entonces voy a sentarme a esperar que lleguen mis cosas. Olivia, sé un buen corderito y prepara un poco de limonada, sé que les dejamos un poco de ese rico jugo en polvo. —

—Pero, se supone que debo cuidar… —

—¡Ve! — Ordenó Negan, interrumpiéndola mientras daba unos pasos hacia ella. — Ve y hazla, no hay prisa, hazla rica. — Olivia lo miró por unos segundos antes de salir de la casa con claro enojo reflejado en ella, dejándolos a solas. — Bueno, chico, ¡dame el recorrido completo! — Exclamó emocionado, girándose a ver a Carl.

Carl refunfuñó en voz baja, se giró para dirigir el recorrido, con la mano apretada a su costado donde usualmente estaba la funda con su arma.

—Por aquí. — Dijo en un tono tranquilo, la cuenca de su ojo parecía vacía una vez más. Hizo una pausa mirando hacia Elize, antes de volver su atención hacia adelante, guiándolos más allá de la sala de estar, hacia la cocina. — Bueno, tenemos 2 pisos, la sala, la cocina, un comedor, un baño, mi dormitorio, el dormitorio de mi papá, una habitación de invitados, y eso es todo. — Explicó, observando cómo Negan parecía disfrutar el tour, abriendo los grifos para disfrutar del agua corriendo en la tarja. Si bien Negan realmente no estaba prestando demasiada atención a lo que decía Carl, Elize parecía estarlo.

Elize caminaba detrás de Carl, escuchando cada palabra. Miró a Carl con curiosidad e interés, viendo nuevamente que su ojo no estaba ahí, por un momento sintió que la cicatriz en su pecho era muy parecida. Inconscientemente le dedicó una sonrisa tímida, que se desvaneció rápidamente una vez que se dio cuenta de que él le devolvía la mirada. Volvió su atención a su padre, con sus mejillas sonrojadas un poco de vergüenza.

Carl volvió a observar a Elize con una mirada vacía. Se dio cuenta de que ella le había sonreído, aunque la expresión que él mostró en respuesta definitivamente no fue agradable del todo. La castaña lo notó instantáneamente, lo que provocó que mirara hacia abajo, sin querer verlo al rostro. Carl se volvió hacia Negan, señalando hacia la mesa del comedor.

—Esta es la mesa del comedor, donde comemos. — Su vista se movió hacia Elize, observando atentamente sus reacciones a sus palabras. Miró nuevamente hacia Negan, cruzando los brazos. —¿Quieres ver mi habitación ahora?— Preguntó con un toque de sarcasmo en su voz mientras hablaba, mirando hacia ambos, no quería mostrar debilidad ante ellos nuevamente.

—Suena bien para mí. — Negan dijo con un guiño. Su voz sonaba amistosa, como si ni siquiera notara el tono sarcástico de Carl. Se detuvo momentáneamente para observar un libro de aspecto extraño que estaba en el estante sobre la mesa del comedor, luego siguió adelante mientras le hacía un gesto a Carl. — Después de ti. —

Carl resopló, pero no dijo nada más, simplemente comenzó a caminar hacia las escaleras para subir a la segunda planta. Subieron y los condujo a su habitación, seguía tan ordenada como el día que Elizette había estado ahí un par de días atrás, salvo que ahora había una cama improvisada con cobijas en el suelo, supliendo la real que los Salvadores se habían llevado. Cuando entraron Elize y Negan, Carl observó a la chica con tranquilidad recargado en la pared al lado de la puerta, mirándola de arriba hacia abajo antes de mirar nuevamente al mayor.

—Aquí es donde duermo. — Dijo, su voz manteniendo algo de su actitud anterior, cruzando los brazos.

—Se ve acogedor, aunque le hace falta una buena cama. — Negan comentó mientras miraba alrededor de la habitación, antes de tomar asiento en las cobijas con una sonrisa, recargando a Lucille en las almohadas del chico.

Carl podía ver fácilmente la sonrisa burlesca en el rostro del mayor de los Smith mientras observaba el lugar, notando la variedad de objetos que veía. — Déjame intentar con eso. — Pidió sonriente, tomando uno de los dardos que Carl tenía guardados en un estante. Apuntó al blanco que estaba pegado en la puerta del closet, la cual tenía marcas alrededor del objeto, claramente intentos fallidos de acertar en él. Dio un solo tiro, dando directamente en el blanco, haciendo un gesto de victoria. Volvió su atención a Grimes, dándole una rápida mirada a su cuerpo. — ¿Y duermes con eso todas las noches? — Preguntó sonriente, moviendo la cabeza con un gesto dirigido hacia la funda en su muslo y el espacio vacío donde debería estar su pistola.

—Solía hacerlo, aunque ahora ya no importa mucho. — Respondió Carl con su voz aún manteniendo ese borde sarcástico, pero un poco más nítido. Su mandíbula se apretó mientras miraba entre los dos, claramente molesto por algo.

—Oh, sí...nos llevamos todas sus armas. — Agregó el mayor con una sonrisa burlona, mirando hacia Carl.

Elize miró la habitación, escuchando cada palabra de su conversación en silencio, recordando cuando había explorado ese lugar, sin saber que era la habitación de Carl hasta que él apareció y la sacó a la fuerza de ahí. Miró al castaño y luego a su padre, claramente Negan se divertía viendo a Carl irritado. "Odio esto." pensó Elize, sería un día largo sin duda.


¡YAHALLO! xHimemikoYukix aquí~

Algo de tiempo ha pasado, pero finalmente les traigo el capítulo 6 de esta historia! Carl conoció un poco del pasado de Elizette, y vieron que no son tan diferentes como creían...y ahora que llegaron a Alexandria, ¿qué les esperará a Carl y Elize ahí? ¡Espero sus comentarios!

Dudas, aclaraciones, sugerencias y opiniones son bien recibidas, ¡los estaré leyendo!

¡NOS LEEMOS!