Lord Voldemort pisó el último escalón de las mazmorras de su sede y entró con un deslizamiento de su pie.
Mientras se dirigía a la celda más alejada, su mirada cayó sobre una particular familia de tres ballenas —dos machos y una hembra— y una yegua agrupados para compartir algo de calor y dormir; la escena hizo que su boca sin labios se curvara. Si tuviera nariz, la habría ensanchado por su pura audacia de seguir viviendo y no olvidar cómo respirar. Sí, sabe que en el artículo de Skeeter se mencionó que los Dursley fueron encarcelados. Pero eso era sólo una elaborada mentira y distracción creada por Narcissa Malfoy para ganar más tiempo para la reunión y mantener a los Potter y a Black distraídos mientras buscaban en qué prisión se encontraban para al final enterarse de que escaparon anoche.
Después de todo, no puede permitir que Amelia Bones tome el caso y lo investigue. Si de alguna forma descubren el encantamiento desmemorizante que les lanzaron y le ordenan a los inefables que encuentren una manera de removerlo, sabrán de inmediato que Harry no está muerto, si no que experimentó una herencia de criatura y, por lo tanto, que los duendes lo rescataron y les borraron la memoria.
Eso enseguida pondrá una orden de matar al instante sobre su hijo ya que los naga están clasificados como criaturas mortales en la Gran Bretaña Mágica y tienen una orden de matar al instante junto a todos los magos con una herencia de criatura gracias a que Dumbledore los declaró como una "abominación". No puede permitir eso. Es mejor que crean que Harry está muerto y que los Dursley escaparon, secuestraron a su hijo de la "Casa Hogar" y que ahora están huyendo con Marge, la hermana de Vernon Dursley.
No es como si fueran a encontrar el "cuerpo"; la policía les notificará que los Dursley les informaron que los padres del niño murieron ebrios en un accidente automovilístico y, como nadie podría reclamar el cuerpo, lo cremaron y esparcieron sus cenizas en el mar. Él sabe que Rita tienen muchos artículos que escribir y que ahora planea publicar que "Harry" murió creyendo que era un huérfano cuyos padres murieron en un accidente automovilístico por culpa de los Dursley y los Potter, y que su cuerpo fue cremado, para así arruinar más la reputación de los Potter, Black y Dumbledore, y pondrá en duda porque renegaron a ese inocente niño sin antes confirmarlo, si se les debería confiar la crianza de su "querido salvador" y que si no lo terminarán matando por un inconveniente insignificante como lo hicieron con su hermano gemelo.
Los labios de Lord Voldemort se curvaron al recordar a las dos astutas y motivadas mujeres que trabajaban juntas para destruir la reputación de los Dursley, de Dumbledore, de Black y —obviamente— de los Potter. Una motivada como una madre dragón para vengarse en nombre de su ahijado y la otra para obtener el ascenso y el aumento de sueldo que le prometió. (Sí, al fin cedió e involucró a Narcissa en el secreto de quién era en realidad Adriano, convirtiéndola así en la cuarta persona que lo sabe. Aunque tiene la sensación de que una quinta persona pronto se agregará a la lista; después de todo, Severus era observador y listo.) Incluso a él no le gustaría ser su objetivo; los Potter y Dumbledore deberán cuidarse porque no van a saber que los golpeó.
Bueno, hasta el día de hoy han disfrutado la atención positiva del público y los medios de comunicación. Ahora van a poder aprender qué tan crueles y malvados pueden ser. Y si los Potter terminan en libertad condicional y los Servicios Familiares Mágicos les quitan sus derechos sobre su querido "salvador", bueno, no es nada que no merecieran. Además, dicho "salvador" está a punto de convertirse en una mini ballena sin duda como resultado de la sobrecompensación de sus padres por su primogénito; si los Servicios Familiares se los permiten, tal vez los Weasley se lo lleven. Quizás al fin el querido "salvador" aprenda a compartir habitación y comida con varias personas. Es una pena que la mayoría de los Weasley se encuentren en Hogwarts y su casa no esté tan superpoblada como siempre. Eso es a menos que sus amados padres no puedan lograr tenerlo de vuelta hasta el próximo verano.
Al menos con ellos ocupados lidiando con las calumnias y la difamación, él tendrá suficiente tiempo para corregir la mayoría de las legislaciones sin que Dumbledore trate de meter su torcida nariz donde no debe.
Lord Voldemort suspiró, los miró y reflexionó por un segundo si separarlos y ponerlos en celdas diferentes, pero rechazó la idea por ahora. No quiere que se enfermen tan pronto o mueran. Tenía muchos planes para ellos y matarlos no es uno de ellos. Ahora debe concentrarse en otros asuntos más importantes. Después volverá con ellos y decidirá qué hacerles. Tal vez deje que Nagini venga también, se lo merece. Barty sin duda se debe estar divirtiendo, lanzándoles maldiciones oscuras.
Lord Voldemort avanzó, se paró frente a una celda en particular y entrecerró los ojos hacia el agredido sapo feo acurrucado en la esquina de la celda y con su capa rosa alrededor de ella, durmiendo sentada.
—Te lo dije —dijo Fenrir Greyback con un tono presumido mientras miraba dentro de la celda.
Después de que le informaron sobre el regreso del Señor Tenebroso y sobre el proyecto de ley que estaban a punto de proponer, se instaló con su manada en uno de los edificios anexos de la sede. El bosque detrás de su edificio es maravilloso y era justo lo que necesitaba para su manada. Y cuando el Señor Tenebroso le permitió hacer lo que quisiera —excepto matarla— con la perra de Umbridge toda la noche, estaba salivando ante la perspectiva. Por desgracia, no era la luna llena; quería convertir a la perra en el "monstruo" que tanto temía. Aunque si tomó su dulce venganza y la torturó toda la noche por infligir tanto daño a todos los hombres lobos, perseguirlos y asesinarlos.
El Señor Tenebroso tarareó y miró a la sangrante y golpeada Umbridge que permaneció aprisionada toda la noche sin comida ni agua. Justo como ella hizo con muchas criaturas tenebrosas. Estuvo tentado a retenerla y torturarla para siempre, pero no podía. Era una de las figuras públicas que no podía desaparecer sin levantar sospechas y podía usar su posición para hacer algunos cambios en el ministerio.
—¿Tuviste éxito?
Todas las criaturas tenebrosas que habían estado de su lado en el pasado se mostraban renuentes a unirse a él debido a que la última vez recibieron un tiro por la culata y les complicaron la vida. De mala gana él lo había aceptado luego de ver las legislaciones que se crearon en la última década y haberse enfurecido. Pero ahora iba a corregirlo con el proyecto de ley que iban a presentar hoy ante el Wizengamot. Y esperaba que eso los lleve a su lado.
—Los hombres lobos se aseguraron de que yo no pudiera encontrarlos —refunfuñó Fenrir y lo respetó a pesar de la molestia que le causaba—. Necesito la luna llena para poder rastrear a la manada. Es grande, pero no tanto como la mía. Perdí su rastro en Rutland. Cuando escuchen que Lord Slytherin tiene los mismos objetivos que el Señor Tenebroso, dejarán pistas si quieren ser encontrados.
Pistas que ningún mago vería ni mucho menos entendería.
—Sería más fácil si supieran que ambos son la misma persona.
—Bien, no me falles, Fenrir —advirtió Lord Voldemort.
Los necesitaba de su lado; sin lugar a dudas, ellos eran la mejor arma contra los magos y todos caen bajo su cuidado ya que eran criaturas tenebrosas.
—Y no quiero que lo sepan a menos que sea absolutamente necesario. Tengo muchos planes en marcha que no podrán lograrse si la gente sabe quién es Sorvolo Slytherin.
Fenrir le dio al Señor Tenebroso una breve inclinación de cabeza y se giró. Era hora de regresar con su manada; la luna llena sería en una semana y él y su beta necesitaban volver al lugar dónde captaron por última vez el olor de la manada. Comenzaría a volver a rastrearlos desde allí y, por suerte, no se habrán movido mucho. Por lo general, nunca se movían a menos que no tuvieran más remedio que hacerlo por culpa de los magos o las manadas más grandes que querían el territorio. Pero estarán felices de saber que alguien les proporcionará un santuario y tal vez se muden con ellos, sin duda después de que el alfa lo verifique. El lugar tiene demasiadas edificaciones anexas lo bastante alejadas como para que no pisen el territorio de otro y el bosque es demasiado vasto como para contener a al menos 50 grandes manadas.
Lord Voldemort observó al alfa hombre lobo irse con los ojos brillando antes de girarse hacia la inconsciente bruja en la celda. Con un movimiento rápido, abrió la celda y entró, su varita de tejo se deslizó hacia su mano, le lanzó varias maldiciones a la bruja, convirtiéndolas en runas y las escondió en su lengua para ocultarla de los ojos del público. Después de que la maldición del secreto se instalará en su lengua y magia, comenzó a sanarla y la obligó a beber una poción reabastecedora de sangre. Luego de ver el color regresar a su rostro, reflexionó por un segundo sobre cómo despertarla y decidió lanzar un Crucio. No había lanzado su maldición favorita en décadas. Necesita mantener la práctica y la reputación, no puede dejar que la gente piense que se volvió suave.
Un alarido ronco resonó por las mazmorras, sorprendiendo a los prisioneros y aterrorizándolos, haciéndoles pensar que son los siguientes. Sin embargo, sabe que el sonido no saldrá de las mazmorras.
—Ejem, ¿s-sabe quién soy? —le dijo Umbridge con voz ronca y los ojos llorosos a la figura encapuchada frente a ella, tratando de sonar segura y arrogante como si su antiguo trabajo todavía pudiera salvarla—. ¡Cuando salga de aquí me aseguraré de que todos sean enviados a Azkaban y que el hombre lobo sea sacrificado por lo que me hizo!
El rostro de Umbridge se contrajo en una expresión de victoria e ignoró el escalofrío que recorrió su columna al mencionar al hombre lobo, todavía aferrándose a la esperanza de escapar y ser salvada.
—¿Quién eresss? Déjame adivinar —siseó Lord Voldemort pensativo y cruel—: una bruja messstiza hija de Orford Umbridge y Ellen Cracknell, la hermana mayor de un sssquib al cual envenenassste junto a tu madre hace dosss añosss, ¿o me equivoco, Doloressss? —dijo el nombre con un siseo extra, la vio inhalar bruscamente y como la incredulidad cruzó su rostro.
¡No podía creer que esta persona supiera mucho sobre ella! Umbridge logró chillar con suavidad y tragó duro. ¡Él lo sabía! ¡Este desconocido sabía lo que había hecho! ¿Cómo rayos él sabía lo que había hecho? ¿Cómo? Nadie más lo sabía, aunque la evidencia era irrefutable. Su corazón latió con fuerza en su caja torácica y la preocupación comenzó a roerla mientras trataba de contener su miedo para que no la viera tan vulnerable. ¿Cómo podría no estar asustada cuando este mago la había descubierto y la amenazaba con exponerla? Había pasado tanto tiempo ascendiendo en el ministerio con el objetivo de convertirse en la subsecretaria de Cornelius y ocultando su sucio secreto para que con una palabra de esta persona todo se convirtiera en polvo.
¿Quién es él? ¿Por qué está tratando de imitar la voz de Quien-Tú-Sabes? ¿Intenta ocultar su identidad y asustarla hasta la muerte? Porque si es así entonces está funcionando muy bien. Pero necesita saber quién es.
—¿Quién eres? —exigió Dolores.
La boca sin labios se curvó en una sonrisa sardónica antes de que el largo brazo cubierto por una túnica oscura se levantara y los pálidos y largos dedos bajaran la capucha, revelando la cara blanca como una calavera y un par de ojos carmesí.
¿Es ese Quien-Tú-Sabes? ¿Está vivo? ¿Está bajo la merced de Quien-Tú-Sabes?
La jefa de la Oficina del Uso Incorrecto de la Magia se desmayó.
Lord Voldemort se permitió unos minutos para pellizcarse el puente entre sus cejas inexistentes por el dramático desmayo. ¿Qué idiota se desmaya cuando se enfrenta a su enemigo? ¡Eso era pedir la muerte! Y se supone que ella es la subsecretaria del ministro de magia y la jefa de la Oficina del Uso Incorrecto de la Magia. En verdad, ¿qué más patética puede ser? Incluso Rita Skeeter tuvo más agallas luego de verlo y utilizó todo su ingenio para asegurar su supervivencia luego de haberse recuperado del shock. Lo cual la hace más Slytherin y mucho más peligrosa que esta despreciable excusa de mujer.
Le lanzó otro Crucio porque quiso y la inconsciente mujer gritó cuando se despertó.
—Es solo una pesadilla, es solo una pesadilla. ¡Es solo una pesadilla! —murmuró Umbridge mientras gemía de dolor por las secuelas de la doble maldición Cruciatus.
Lord Voldemort rodó los ojos.
—¿SSSolo una pesssadilla? ¡Tal vez otro Cruciatusss te ayude a dessspertar! —dijo con un tono dulce y frío, levantó su varita por tercera vez y la dejó retorcerse por diez segundos antes de dejarla ir.
Quería tomarse su dulce tiempo para usar diferentes tipos de maldiciones, pero no puede ya que tiene una cita con Fudge en dos horas y la sesión del Wizengamot es en tres, y todavía tiene algunos preparativos de último minuto que hacer.
—¿Ya dessspertassste?
Un débil gemido fue la respuesta.
Lord Voldemort tarareó antes de guardar su varita y pedirle a Tit que trajera una poción para la maldición Cruciatus. Lord Voldemort guardó la poción en su bolsillo y comenzó a hablar con su usual voz fría y silbante.
—Essscucha, essstúpida e imprudente mujer, sssi le dicesss a alguien sssobre mí la maldición ossscura que pussse en tu lengua ssse activará y tu cuerpo comenzará a dessscomponerssse de forma rápida y dolorosssa. Essstarás muerta en diez minutosss antesss de que lasss demásss persssonasss entiendan la sssituación e intenten sssalvarte. SSSi tratrasss de remover la maldición, ssse activará. SSSi no me obedecesss a mi o a misss sssociosss que te contactarán, que ssserán Lord SSSlytherin, Lord Malfoy y Lord Crouch por el momento, ssse activará. SSSi intentasss exponerlosss, ssse activará. No me pruebesss. ¿Entendissste?
La malvada bruja se acurrucó más en la esquina como una patética demostración de vil cobardía y asintió, todavía lloriqueando.
—Buena chica —la elogió con una voz condescendiente que fue diseñada para hacer al oyente sentirse inútil e insignificante.
Lo cual era.
—Ahora, hay ciertasss accionesss que alargarán tu patética vida, ¿quieresss escucharlasss? —dijo con una voz lenta y burlona como si estuviera hablando con un niño lento en un área infantil.
Dolores Umbridge dejó escapar otro gemido y asintió con la cabeza.
—Todo lo que tienesss que hacer esss essscucharme a mi y a misss sssocioss como una buena niña y no decir nada. ¿Entendido?
La bruja asintió de nuevo, por lo que fue torturada por un leve Cruciatus como reprimenda. Después de todo, su misericordia tiene límites.
—Ussa tu voz, por másss horrible y desssagradable que sssea.
—S-Sí, m-milord.
—Bien, ahora dime, ¿qué harásss sssi te digo que votesss a favor del proyecto de ley que Luciusss va a presssentar hoy?
—V-Votaré a favor —chilló Dolores—, milord —añadió con rapidez.
Lord Voldemort negó con la cabeza y la miró con los ojos brillando de decepción e impaciencia.
—Inténtalo de nuevo.
Umbridge pensó con rapidez.
—¿V-Votaré a favor y animaré a otros a hacer lo mismo? —respondió con la misma voz chillona y enfermiza.
Lord Voldemort la miró y su rostro no mostraba nada de diversión.
—¿Me lo essstásss diciendo o me lo essstásss preguntando?
—D-Diciéndoselo, milord.
—Mm, essstásss aprendiendo másss rápido de lo que esssperaba.
Lord Voldemort sacó su poción de su bolsillo.
—Como premio, puedesss tener esssto —levantó la mano y dejó caer el frasco sin previo aviso.
Sus labios se curvaron cuando el sapo se arrastró más rápido de lo que él esperaba y atrapó el frasco antes de que tocará el suelo y se rompiera.
—Recuerda, compórtate.
Lord Voldemort llamó a Tat para que se llevara al sapo.
[***]
—¡Ah, Lucius y Lord Slytherin! ¡Pasen! ¡Pasen!
Fudge se levantó y le dio la bienvenida a Sorvolo y Lucius a su oficina con una radiante sonrisa. Sorvolo tomó su mano y sonrió a pesar de que sintió la repugnante y sudorosa mano del hombre a través de sus guantes de invierno.
—Ministro —asintió.
El semblante de Sorvolo era severo pero respetuoso.
Lucius asintió también.
—Cornelius.
—Ah, nada de eso, por favor, llámame Cornelius.
Fudge agitó su mano, dándoles otra radiante sonrisa.
—Cualquier amigo de Lucius es mío.
—Entonces insisto en que me llames Sorvolo, Cornelius.
—Claro, claro.
Fudge les indicó que se sentaran.
—¿Café o té?
—Té, gracias.
Fudge chasqueó los dedos y apareció una bandeja.
—Debo decir, Sorvolo, que esta ha sido una agradable sorpresa —balbuceó mientras preparaba la taza de té como le gustaba a su invitado—. No sabía que algunas de nuestras líneas sangre pura antiguas seguían vivas. ¿Quién hubiera pensado que los Slytherin se encontraban en Alemania?
—Y Peverell.
Sorvolo sonrió amable, aceptó su taza de té y comprobó de manera no verbal y sin varita si había algo antes de darle un sorbo.
Fudge levantó la mirada sorprendido mientras le servía su taza a Lucius.
—¿Qué?
—La portadora de mi hijo era una Peverell y lo nombró su heredero antes de que muriera. Por lo que soy el lord en funciones hasta que él alcance la mayoría de edad.
Fudge lució atónito por unos segundos antes de recuperarse y darle otra sonrisa radiante.
—Qué maravilloso.
—Gracias, Cornelius. Y déjame felicitarte por la reciente legislación que aprobaste sobre el uso del presupuesto del ministerio. Fue muy ingenioso. Estoy de acuerdo con hacer una recaudación de fondos para el ministerio. Después de todo, necesita toda la ayuda posible para asegurarse de que el Reino Unido Mágico funcione sin problemas.
Fudge pareció sorprendido de que Lord Slytherin estuviera al tanto de eso ya que no había sido mencionado en ningún periódico. Es un secreto a voces, pero dado que está hablando con un amigo de Lucius entonces sin duda lo sabría. Fudge sonrió, aceptó el cumplido y se relajó más en su asiento. Después de todo, que haya mencionado la recaudación de fondos significa que donará para su causa.
—Ah, muchas gracias. Entonces, Lucius me estaba diciendo que tienes algunas peticiones y nuevas ideas para Hogwarts. ¿Qué puedo hacer por ti, Sorvolo?
Sorvolo sacó un pergamino enrollado de su costosa y elegante túnica del Wizengamot de color ciruela y se lo dio a Fudge que lo aceptó, desató la cinta, lo desenrolló, lo extendió frente a él y comenzó a leerlo. Sorvolo miró su reloj y esperó diez segundos antes de darle una pequeña sonrisa a Lucius.
No, no maldijo el pergamino así que no se preocupen. Le puso solo un pequeño encantamiento oscuro y modificado que hará que el receptor crea todo lo que el lanzador dice y sea más susceptible a sus sugerencias. Va a funcionar mejor con ciertas palabras selectas y jugando con ellas, a veces incluso dando evidencias. Y Sorvolo es un maestro en jugar con las palabras. Además, se había asegurado de que duraría al menos seis meses. Siempre puede volver a aplicarlo antes de que se agote el tiempo. Fudge no tiene un anillo de señorío ya que su hermano mayor es el lord de la familia, por lo que no activará ninguna alarma.
Sí, sí, otra vez está siendo injusto y anti-ético, pero cuando el famoso "Señor Luminoso" utiliza la manipulación, las mentiras y pociones —por esto estuvo tentado de sacar a Severus de su Orden— para controlar a los demás, él necesita utilizar cada carta en su manga para contrarrestarlo. Además, salvar al mundo mágico de su propia estupidez era una tarea imposible sin recompensa. No tiene la suficiente paciencia ni el tiempo para encantar su camino hacia la cima. Al menos ya no se está limitando con el Imperius y acobardando a todos como el frío, malvado y despiadado Lord Voldemort, ¿así que es algo bueno?
—No sé si ya te lo han dicho, pero como dueño del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería estoy planeando remodelar las clases y el programa de estudio, y añadir clases extras y clubes para los niños. Como ex alumno de Durmstrang, me di cuenta de que no hay ninguna clase que aborde los diferentes tipos de magia. ¿Cómo las van a aprender los niños si no se las enseñamos en un entorno seguro y bajo la supervisión de un maestro que las domine?
Sorvolo meneó la cabeza, decepcionado y dio un largo suspiro.
—Pero Dumbledore parece estar en contra de los cambios que estoy ofreciendo.
Fudge levantó la mirada, sorprendido.
—¿En serio? ¡Qué ridículo! ¿Por qué Dumbledore intervendría y evitaría que se añadieran nuevas clases? Eso suena como una mejora para mí.
—Al parecer no, acorde con Dumbledore —se burló Lucius—. Él piensa que son "peligrosas" y "muy inestables".
Fudge los miró confundido.
—¿Peligrosas y muy inestables?¿Qué clases quieres añadir?
Sorvolo se encogió de hombros con indiferencia.
—Clases de caligrafía con pluma, leyes mágicas y etiqueta para los nacidos de muggles. Uno pensaría que las aceptaría ya que es el autoproclamado defensor de los derechos de los nacidos de muggles. También voy a añadir clases de yoga, música, literatura, idiomas, magia astral, alquimia, magia elemental, entre otras.
—También nombró a un nuevo profesor de Defensa que dio algunas sugerencias para eliminar la maldición que el Señor Tenebroso puso —le informó Lucius—. Arregló el exorcismo de Binns y nombró a un maestro competente.
Fudge asintió con entusiasmo.
—Es una mejora fantástica para Hogwarts.
Lucius también asintió.
—Sí, pero las maniobras de Dumbledore se han vuelto más preocupantes y fastidiosas a medida que pasan los días. Yo digo que se está volviendo senil. ¿Sabías que intentó acusar a Lord Slytherin de ser un mortífago durante la reunión sólo porque no estaba de acuerdo con sus planes? Y escuché de mi amigo Severus que ahora le está diciendo a todos que Lord Slytherin es Quien-Tú-Sabes —resopló.
Fudge se enderezó con los ojos muy abiertos.
—¿Qué? Eso es absurdo. ¿Está tratando de hacer el ridículo? Eso es una locura.
—Exacto, se está volviendo loco. Pero ya sabes cómo todos dejan de pensar cuando Dumbledore les habla.
Lucius meneó la cabeza con tristeza.
—Vienen días malos por su culpa, muy malos. Me preocupo por mi amigo.
Sorvolo bebió su té en silencio y mirando hacia abajo como si también estuviera preocupado.
Fudge meneó la cabeza sin poder entender lo que estaba escuchando y murmuró algo antes de mirar determinado a Sorvolo.
—Disculpe al director por sus transgresiones, Lord Slytherin, por favor. Mantendré un ojo en él. El hombre está obsesionado con sus días de gloria. ¡Y ahora que todo está en paz y en calma está comenzando a perder la cabeza! ¡No le haga caso, por favor, sólo está buscando llamar la atención y hacer las cosas complicadas para todos! Eso es lo que siempre hace mejor. Yo lo apoyaré a usted y a cualquier cambio que esté planeando para Hogwarts.
Sorvolo inclinó la cabeza.
—Gracias, su apoyo significa mucho para mí. Después de todo, usted es el ministro de magia y, por lo que me dijo Lucius, Albus Dumbledore no le muestra el respeto adecuado por su poderosa posición. Uno pensaría que después de estos años pacíficos bajo tu liderazgo, ciertas personas aprenderían a mostrar el debido respeto cuando es necesario.
Fudge hinchó el pecho y levantó un poco la nariz con aire imperioso.
—Sí, así es.
—Ahora, en las clases de magia astral y elemental se enseñará sólo lo básico sobre cómo se manejan y las precauciones que se deben de tomar. Y todos sabemos que quienes dominan esta magia son los inefables.
Sorvolo señaló con la cabeza la petición que acababa de presentar.
—Necesitaré su permiso para que puedan enseñar en Hogwarts.
—Claro, será bueno que los niños aprendan a manejarlas de un inefable.
Fudge estampó su selló sobre la petición
—Aprobada. Puede llevarla al Departamento de Misterios y ellos le dirán qué inefable podrá enseñar las clases.
—Gracias, Cornelius —dijo Sorvolo con un tono genuinamente sincero—. Esto reducirá mucho mi trabajo y ahora podré concentrarme en lograr convencer al duende Lord Gornuk para que enseñe la clase de rituales en Hogwarts.
Cornelius pareció desconcertado.
—¿Un duende?
—¿No lo sabías? Él es uno de los mejores ritualistas que conozco —explicó Sorvolo sonando casi efusivo— y he aprendido mucho de él. Hogwarts florecerá si puedo lograr convencerlo de que le enseñe a los estudiantes. Es por eso por lo que espero que el proyecto de ley de hoy sea aceptado.
—¿P-Pero… un duende estará dispuesto a enseñarle a magos?
—Sí, si les damos la ciudadanía y libertad que se merecen —explicó Sorvolo sonando serio y apasionado—. En Durmstrang tuve varios profesores criaturas y algunos de ellos eran hombres lobo y vampiros…
Cornelius saltó de su asiento.
—¿Qué?
Sorvolo levantó la mano.
—Por favor, escúcheme, ministro. Piénselo. ¿Quién se beneficiará más si un duende le enseña a los estudiantes de Hogwarts todo lo que sabe? Los niños podrán estudiar sus tradiciones y no necesitarán preocuparse por otra rebelión de los duendes porque los comprenderán.
Bueno, desde luego que ellos no les enseñarán su magia, pero ese no es el punto. Ellos ya no tendrán que hacer otra rebelión si les da la libertad que merecen.
—Y si les ofrecemos trabajos a los hombres lobos y a los vampiros, podremos monitorearlos mejor. Dígame, ¿no es más beneficioso vigilarlos cuando no se están escondiendo?
—¿Pero y si infectan a otros? —argumentó Cornelius—. ¡Los vampiros chuparán a las personas hasta secarlas!
Sorvolo asintió.
—Es una preocupación válida, pero si les construimos un banco de sangre donde los donadores podrán suministrar de forma voluntaria su sangre a cambio de dinero y una poción reabastecedora de sangre por cada unidad, los vampiros estarán contentos y dispuestos a hacer trabajos duros o incluso pagar por la sangre. Sólo son incontrolables y tienden a "chupar a las personas hasta secarlas" cuando están hambrientos. Lo sé porque estudié con varios de ellos y recibí maravillosas clases de historias de ellos.
Fudge lo escuchó en un silencio atónito.
—¿Y qué hay de los hombres lobo? —preguntó.
—Tenemos magia y podemos usarla. Algunas personas venden sus baúles con varios encantamientos y runas. Podrías elegir una tienda y pedirle que produzca en masa baúles a prueba de hombres lobo que tendrán encantamientos de extensión, contra las garras, de bloqueo y protecciones que, cuando se activen, impedirán que se puedan abrir con cualquier otra cosa que no sea una mano. Y los clientes podrán personalizarlos para hacer un bosque e incluso podrán plantar árboles en ellos. Todos los hombres lobos que no tengan un bosque a su disposición tendrán que declarar y jurar que pasarán las lunas llenas en los baúles aprobados por el ministerio. Para quienes sí lo tengan, se les podrá establecer barreras similares alrededor de su territorio y un rompemaldiciones y un guardia del ministerio los vigilará para que no se acerquen a los demás. Para quienes sean demasiado pobres para comprar un baúl, podrán trabajar y pagarlo en cuotas periódicas. Sólo piense en todo el dinero que obtendrá el ministerio por eso. Y si esas pobres almas tienen el derecho a votar, pronto habrá más personas dispuestas a votar por ti.
Sorvolo sonrió.
—Si quieres, puedo encargarme de eso y supervisar los baúles y las barreras para los hombres lobo. Tengo experiencia en eso debido a que viajé mucho y obtuve muchos conocimientos. Tú sólo tendrás que aprobar nuestro proyecto de ley y firmar unos documentos. Tal vez incluso asignar a algunos aurores para que vigilen los baúles durante las lunas llenas para asegurarse de que nadie salga y a un sanador para garantizar su recuperación al día siguiente.
Cornelius estaba sin palabras.
—Nunca… nunca lo había considerado antes.
Sorvolo le dio una sonrisa torcida.
—Bueno, ahora sí. Si le parece bien, también puedo establecer los bancos de sangre para los vampiros. Pero obviamente, necesitaré que el proyecto de ley sea aprobado antes de hacerlo.
Cornelius asintió con firmeza.
—Sí, por favor.
Lo que sea que este joven esté diciendo es bueno, en especial si le da más votantes para las elecciones del próximo año. Sin duda será aclamado por su salvador y todos lo adorarán. Buscó a tientas un pergamino, lo sacó y anotó enseguida.
—Contactaré al jefe del Departamento de Regulación y Control de las Criaturas Mágicas. De hecho, escuché que ya se iba a retirar y buscaba un reemplazo. Estaba pensando en dar su puesto a Dolores, pero como ella no quiere, tú pareces perfecto para él. ¿Le gustaría el puesto?
Sorvolo lo miró con sorpresa. Eso era… inesperado. Sin duda eso facilitará que pueda cambiar varias legislaciones relacionadas con las criaturas tenebrosas, en específico la orden de matar al instante. Podrá trabajar sin temer que lo traicionen ya que él mismo lo hará y no tendrá que depender de otros. El Departamento de Aplicación de la Ley Mágica ya tiene una jefa competente y él está ansioso por trabajar con Amelia Bones.
—Claro, será un honor para mí asumir el puesto y la responsabilidad.
—Perfecto, hablemos de esto después del Wizengamot. Tenemos un proyecto de ley importante que aprobar hoy.
[***]
Sorvolo se dio cuenta de que Dumbledore estaba animado como siempre y hablaba con algunas personas con su horrorosa túnica naranja cuando entró siguiendo al joven auror. ¿Por qué no usa la túnica color ciruela del Wizengamot? ¿Acaso se considera exento de esa regla por ser el Jefe de Magos?
Sorvolo se mordió el interior de la mejilla y mantuvo la vista al frente cuando su atención se centró en él tan pronto como entró. Barty, Lucius y Severus los seguían, así que sabía que los había visto a todos.
—Usted va aquí, Lord Crouch. Y usted va aquí, Lord Prince.
Barty y Severus asintieron, tomaron sus respectivos asientos y juraron lealtad al Wizengamot. Entonces el joven auror se giró y le mostró su asiento entre la tribuna.
—Usted va aquí, Lord Slytherin.
Sorvolo asintió en agradecimiento, presionó su mano en la cabecera del asiento y todos sus anillos de señorío brillaron y resplandecieron, haciéndose visibles.
—Yo, Sorvolo Salazar Slytherin, lord de la casa Slytherin, Gaunt, Everard y Peverell, juro solemnemente que le mantendré verdadera fe y lealtad al Wizengamot del Reino Unido Mágico, y que haré lo correcto acorde con la constitución y la ley sin temor, favoritismo, afecto ni rencor.
El asiento de Slytherin brilló junto con otros tres asientos alrededor de la sala, luego se fusionaron mágicamente —ganando varios gritos de asombro y declarando por magia que sus señoríos son verdaderos— y resplandecieron, permitiéndole sentarse. Sorvolo sonrió y tomó asiento, relajándose y disfrutando de la cara cómica de Dumbledore que los miraba a Severus y a él. Sorvolo lo ignoró, recorrió con los ojos la sala y suspiró cuando notó a Dumbledore acercándose a ellos.
Albus miró a Severus.
—No me dijiste que habías tomado el señorío, mi muchacho.
Sorvolo pudo ver la desaprobación escrita en su rostro. Por supuesto que lo desaprobaba. Severus le acababa de decir "Jódete" cuando aceptó su señorío y disminuyó su control sobre él.
—No eres mi tutor personal para dictar mi vida —lo descartó Severus, sin duda indiferente por su cara de "Estoy decepcionado de ti".
Fue la idea de Severus revelárselo a Dumbledore en público para que no lo obligue a rechazar su señorío antes de que todos supieran sobre el nuevo lord.
—Claro, sólo estaba preocupado.
Dumbledore sabía que había demasiado público para hacer un escándalo. Y no puede usar la carta de "Lord Voldemort podría enojarse al saberlo" enfrente de Lord Voldemort que luce como si no le importara. ¿Era otro truco para confundirlo? Bueno, no es estúpido, conoce todas sus estrategias. Debe estar molesto por perder el control sobre Severus. ¿O tal vez lo maldecirá después para expresar su enojo? En definitiva eso confirmará que es Lord Voldemort y entonces él podrá decirle a los miembros escépticos de su Orden "Te lo dije", aceptar sus disculpas y liderar la guerra; es una lástima que el querido Jim no esté listo para eso. Quizás comience a buscar cuál es el "poder que el Señor Tenebroso no conoce" y planee cómo usarlo para su guerra y matar a Tom.
—Pensé que habías sido renegado por tu abuelo.
—Mi madre fue renegada, yo no.
Dumbledore asintió.
—Ya veo. Entonces bienvenido al Wizengamot. Usted también, Lord Crouch.
Dumbledore lamentó la pérdida del voto de Severus ya que él en definitiva apoyará a su amigo. Los Malfoy necesitaban saber que Severus está de su lado y eso hará que Tom confíe más en él. Pero no importa, había hablado con sus viejos amigos y todos estuvieron con él sobre que el proyecto de ley no pasará.
—Gracias.
Dumbledore se dirigió hacia Lord Slytherin con sus ojos brillando detrás de sus gafas de media luna y maldijo al chico. ¿Cómo tomó el señorío? ¿Eso significa que sabe dónde está la piedra de la resurrección? Es la última pieza que le falta para poder convertirse en el Maestro de la Muerte. Sus ojos se dirigieron a sus anillos de señorío y brillaron cuando cayeron sobre el escudo de armas del anillo Peverell. ¿Es esa la piedra de la resurrección descansando inocentemente en su mano? Oh, cuánto daría para poder arrebatársela ahí mismo, examinarla de forma apropiada y reclamarla si fuera en verdad la piedra.
—No sabía que también era Lord Everard y Peverell, Lord Slytherin.
Sorvolo lo miró con arrogancia.
—Bueno, ahora lo sabes.
Ah, sí, él sabe dónde radica su preocupación. Slytherin y Peverell tienen dos votos mientras que Everard y Gaunt solo uno. Esos son seis votos para él.
—Pero es bien conocido que los Potter son descendientes de los Peverell. ¿Por qué tomaste el señorío?
¿Cómo se lo robó el maldito muchacho? Confía en que Tom use su astucia Slytherin para encontrar una escapatoria. Bueno, no lo dejará salirse con la suya. Los Peverell han sido tanto su obsesión como la de Gellert desde hace bastante tiempo.
El Wizengamot se quedó en silencio y todos miraron en su dirección, dejando de pretender que no los escuchaban a escondidas. Sorvolo suspiró.
—Bueno, no lo era hasta que lo declaraste tan dramáticamente.
Sorvolo estaba teniendo dificultades para no rodar los ojos; todas sus tácticas para meterlo en problemas son infantiles e inmaduras.
—La portadora de mi hijo fue una Peverell y la última descendiente de Antioch Peverell. Ella lo nombró su heredero antes de morir. Debido a que mi hijo tiene ochos años, soy el lord en funciones y la magia ya lo ha aceptado.
Y claro que él tiene más derecho de los Potter porque es descendiente de Cadmus Peverell, el hermano mediano.
—¿Alguna otra pregunta?
Sorvolo podría ver la sospecha y el miedo destellar en los ojos de Dumbledore, y que se estaba refrenando de atacarlo e interrogarlo debido a que se encontraban en el Wizengamot. Sabía que no podía volver a preguntarle ya que tener una relación de tres o usar a una sustituta para tener un hijo era un método muy utilizado; Dumbledore no podía cuestionarlo debido a que era una cuestión personal de la cual no tenía el derecho de saber, mucho menos delante del Wizengamot. Así que meneó la cabeza y dio marcha atrás al igual que el resto del Wizengamot una vez que su curiosidad fue saciada. Pero él sabía que sin duda hará que los Potter lo desafíen por esto. Y los duendes los rechazarán, así que da igual. Sorvolo sonrió y volvió a la sesión; Lucius estaba comenzando con la presentación.
—¿Estás seguro de que no deberías sentarte cerca de él o haber entrado con él? —le susurró Barty a Severus.
Severus resopló y negó con la cabeza en respuesta.
—Sí, se sorprendió y tal vez se conmocionó cuando se dio cuenta de que votaré en su contra, pero ya me ha pedido que me haga "amigo" de ti y de nuestro lord. Así que estará satisfecho cuando le diga que esto era para ganarme sus amistades. Además, soy amigo de Lucius, así que por supuesto que estaré a favor de su proyecto de ley.
Barty resopló.
—Qué Gryffindor —se burló—. Nunca usa la cabeza, sólo el corazón.
—Sin duda.
Sorvolo escuchó la presentación de Lucius con atención, aunque se sabía cada palabra de memoria dado que fue él quien lo ayudó a hacerlo. Así que no pudo evitar dejar que sus ojos vagaran entre los presentes. Después de todo, sus reacciones le dirán muchas cosas.
Le echó un vistazo rápido a la secta tenebrosa para ver a su gente y a algunos simpatizantes, y sus reacciones le dijeron que iban a hablar con él lo antes posible. Pero la cuestión es si debería decirles.
Mm, ¿quizás los invite a tomar el té en la mansión Malfoy, les dé el susto de su vida y los ate con un juramento? Sorvolo sonrió. Bueno, eso sin duda será entretenido.
Dejó que sus ojos vagaran hacia las personas que sabía que estaban bajo la maldición Imperius. Sabía que la maldición no dejaría rastro cuando ha sido lanzada de manera experta, pero si actúan muy negativos durante la presentación y luego de repente votan a favor entonces Dumbledore podría sospechar. Pero por suerte nadie parece estar actuando fuera de lugar.
Desde luego que había algunos asientos vacíos, pero era su culpa por sólo utilizar su anillo en el Wizengamot lo que les permitió ser puestos bajo el encantamiento Confundus.
La atención de Dumbledore tampoco estaba en la presentación; seguía mirándolo con los ojos brillantes y calculadores. Merlín, ¿alguien puede informarle que se estaba volviendo espeluznante? La gente tomará su anormal obsesión por él de forma diferente esta vez debido a que creó a una persona casi santa. Tal vez los deje hablar si eso pinta más mal sobre Dumbledore y su segunda personalidad de Merlín.
Al fin Lucius comenzó a dar su discurso de conclusión sobre los pros del proyecto de ley. Los ojos de Sorvolo se encontraron con los de Barty, le dio un breve asentimiento y lo vio buscar algo dentro de su túnica. Observó cómo la gente de la secta tenebrosa —la mayoría eran sus seguidores marcados— se acercaban a sus bolsillos y tocaban de manera sutil sus varitas. Pronto, cada vez más personas estaban anticipando la parte de la votación con un júbilo; Sorvolo observó sus ojos brillar por unos segundos antes de que pusieran una expresión inexpresiva. Los contó y se rio de alegría. ¡Había doce miembros del Wizengamot bajo la maldición Imperius! ¡No esperaba tantos! ¡Sus seguidores parecen estar ansiosos por demostrarle su lealtad! Ahora se siente aliviado de que estén usando las clases que les dio para que no los atrapen. Como los miembros fueron puestos bajo el Imperius lejos del ministerio, las barreras no lo detectaron. Debido a la disminución del lado luminoso durante la presentación y a que la jefa del Departamento de Aplicación de la Ley Mágica estaba claramente prestando atención al proyecto de ley, nadie captó el momentáneo brillo de sus ojos. Él solo lo vio con sus sentidos agudizados y sabiendo qué buscar.
Permitirá que esos miembros sigan bajo la maldición Imperius ya que Merlín sabe cuándo volverán a ser útiles. Les ordenará que lo mantengan en sus nucas de forma pasiva para que no drene su magia.
Tan pronto como la presentación de Lucius terminó y volvió a tomar asiento, Dumbledore —como el Jefe de Magos— llamó para los votos.
—La moción ha sido escuchada. Todos los que voten a favor levanten sus varitas, por favor.
Sorvolo levantó sin prisa su varita, contó con rapidez a los miembros del Wizengamot que levantaron sus varitas y se rio al encontrar 39 a favor; ha ganado incluso sin los miembros Confundidos y ausentes. No estaba sorprendido de encontrar al ministro, Umbridge —su voto provocó muchas sorpresas— y Marcello Russo —que le dio a Sorvolo una significativa astuta mirada a la cual respondió con una pequeña sonrisa— votando a favor, pero sí de que Augusta Longbottom y Amelia Bones también lo hicieran. Eso era… inesperado.
La cara de Dumbledore era cómica sobre todo al descubrir que sus viejos amigos —que estuvieron de acuerdo vehementemente con él sobre los contras del proyecto de ley— habían levantado sus varitas a favor.
El rey duende Lord Silverhook estará complacido al igual que Fenrir y el conde Drácula. Sorvolo los contactará para pedirles su ayuda para redactar las nuevas legislaciones que va a hacer como el nuevo jefe del Departamento de Regulación y Control de las Criaturas Mágicas. Estarán encantados y firmemente de su lado después de esta significativa victoria.
—Gracias, son 39 varitas a favor y la magia del Wizengamot cuenta al menos 87 votos de los señoríos de 103 —anunció Dumbledore luciendo como si acabara de chupar un caramelo de limón particularmente agrio.
Cada lord de la lista de los Sagrados tiene al menos 2 votos y las personas como Sorvolo tienen 6.
El ministro Fudge golpeó con alegría su mazo contra el bloque de madera enfrente de él.
—Moción aprobada. El proyecto de ley para la igualdad de derechos de las criaturas mágicas ha sido aprobado. Felicidades, Lord Malfoy.
Lucius aceptó cortésmente la significativa victoria y sus aplausos, y sus ojos grises se encontraron con los suyos ya que sabía cuán importante era esto para su lord. Sorvolo le permitió una pequeña sonrisa de aprobación y le aplaudió con el público, lo cual le valió un honesto "por Dios" de Lord Malfoy. Su discurso fue glorioso. Se merece algún premio y reconocimiento por eso. Parece que una reunión con sus caballeros para celebrar está en orden.
Después de que la reunión terminó, se levantaron para retirarse y Sorvolo y Lucius esperaron con paciencia junto a Barty y Severus a que el ministro terminara de hablar con la señora Bones y Umbridge que seguía mirándolos. La pobre mujer se veía como si hubiera perdido nueve kilos durante la noche y estaba inusualmente callada como si tuviera miedo de que si decía algo entonces se activaría la maldición. Sorvolo suspiró; al parecer asustó demasiado a la mujer. Obviamente levantará sospechas si sigue actuando así, por lo que también tendrá que hablar con el sapo.
—¿Qué estás tratando de hacer, Tom?
Los cuatro voltearon despacio sus cabezas hacia el director que estaba parado cerca de ellos, luciendo listo para pelear y causar una escena. Sorvolo hizo un acto creíble de mirar a su alrededor, luego a sus compañeros y al director, luciendo confundido.
—¿Me estás hablando a mí?
—No puedes engañarme, Tom, sé quién eres.
Sorvolo parpadeó desconcertado y completamente consciente de que ahora todo el Wizengamot los está escuchando a escondidas y unos pocos los miraron.
—…Cierto —pronunció como si no entendiera lo que está sucediendo y de qué estaba hablando—. ¿Bien por ti?
El director ya no parecía simpático y lo apuntó con su varita en un gesto amenazador, a pesar de que la varita de Sorvolo no estaba la vista
—Aléjate de mi Hogwarts, Tom.
Vaya, alguien está furioso por perder.
Sorvolo esta vez se giró para darle toda su atención en una perfecta postura de depredador que acaba de ser amenazado por su territorio.
—¿Disculpe? Primero que nada mi nombre es Sorvolo Slytherin, no "Tom". Y Hogwarts me pertenece.
—Sé quién eres, Tom. Aléjate, no lo diré dos veces.
—¿Hay algún problema, caballeros?
Sorvolo giró su mirada exasperada hacia el ministro con la señora Bones y Umbridge a cuestas y algunos aurores parados a la distancia y listos para intervenir. El ministro miró a Dumbledore con sospecha mal disimulada y Bones estaba confundida y frunciéndoles el ceño.
—Dumbledore está insistiendo en que Lord Slytherin es alguien llamado "Tom".
Lucius frunció el ceño, luciendo desconcertado pero cualquiera que lo conociera bien podía ver la alegría en sus ojos por meterlo en problemas.
—Y acaba de amenazarlo para que se mantenga alejado de la propiedad mágica y completamente legal de Lord Slytherin.
—Me temo que debo revelar la verdad detrás de esta mentira bien elaborada. Hogwarts no le pertenece a nadie ni mucho menos a esta persona muy peligrosa. Amelia, insisto en que debes arrestar a este hombre e interrogarlo con Veritaserum por su verdadero ser.
—¡¿Qué?!
La voz del ministro fue la más fuerte de las protestas. Amelia Bones miró a Dumbledore como si fuera la primera vez que veía la verdadera naturaleza del hombre.
—¡Qué absurdo! —dijo el ministro—. No me hagas ordenarle a todos que te saquen, Albus. No puedes acusar a las personas que no te agradan de ser "peligrosas". No olvides que él es el lord de cuatro casas.
—Ahora, Cornelius, no tienes idea de con quién estás tratando —dijo Dumbledore con clara advertencia mientras lo miraba.
—No, tú no tienes idea de lo absurdo que suenas con tus afirmaciones, Albus.
Al parecer Cornelius por fin se armó de valor para oponerse a Dumbledore y no retractarse. El encantamiento que le había puesto le dio las agallas para enfrentarlo. Incluso Dumbledore parecía desconcertado. Cornelius nunca le había hablado así antes.
Amelia levantó su mano para callar a todos, luciendo cansada y exasperada.
—¿Por qué no lo explicas, Dumbledore?
—Claro, Amelia —dijo Dumbledore y se tomó su tiempo para mirar a todo el Wizengamot para asegurarse de que todos lo veían antes de continuar—. Este hombre —enfatizó sus palabras señalando con su dedo a Sorvolo que aún lucía muy confuso y desconcertado por el giro de los eventos— es Tom Sorvolo Ryddle también conocido como el Señor Tenebroso Lord Voldemort.
Si Dumbledore esperaba algún tipo de reacción dramática de las personas que lo rodeaban —como la obtuvo de los miembros de su Orden—, no la consiguió. Incluso sin la influencia del Imperius, sus "viejos amigos" lo miraron con total incredulidad.
Amelia se pellizcó el puente de la nariz de una manera que revelaba mucho de cuánto tiempo ha estado lidiando con sus payasadas mientras que Fudge echaba humo de indignación.
—¡Ridículo!
Él sabía que esto sucedería y le había prometido a Lord Slytherin apoyarlo. ¿Cómo no hacerlo cuando el jovencito tiene muchas maravillosas ideas que le darán una buena suma de dinero y muchos votos? El anciano se ha vuelto senil si cree que un joven apasionado como Lord Slytherin es Quien-Tú-Sabes.
Varios lores y ladies miraron a su alrededor con incredulidad y murmuraban entre ellos sobre esta ridícula acusación. Ni una sola persona en toda la sala parecía creerle a Dumbledore, ni siquiera aquellos que solían apoyar al director.
Por otro lado, Sorvolo se quedó mirándolo a Dumbledore con la boca abierta.
—¿Qué? —dijo por fin mientras cerraba la boca y tragaba varias veces como si acabara de procesar de lo que se le acusaba y todavía no podía creerlo.
Los murmullos aumentaron de volumen y la mayoría de las personas menearon la cabeza con clara incredulidad y simpatía por el nuevo lord de la ciudad. Todos habían oído hablar del accidente que mató a la madre del pobre hombre e incapacitó a su esposa, lo que lo hizo mudarse de Alemania al Reino Unido. No se merece este tipo de bienvenida estresante. Será una pérdida para el Reino Unido si el joven decide regresar a Alemania.
—Puedes creer que engañas a todo el mundo, Tom —dijo Dumbledore en clara advertencia—, pero no a mí. Nunca lo has hecho ni nunca lo harás.
—Al fin se ha vuelto senil —afirmaron algunas personas en voz alta, ganándose murmullos positivos de la multitud.
El ministro negó con la cabeza decepcionado y comenzó a explicarle a la multitud la tendencia de Dumbledore de calificar a cualquiera como "malvado" y "peligroso", y que el joven está sin duda cuidando a los niños de Hogwarts. Lucius lo respaldó e incluso Barty explicó algunos de los nuevos planes que Sorvolo había ofrecido para Hogwarts. Pronto la mayoría de la multitud comenzó a concordar con ellos y Dumbledore miró alrededor con los ojos bien abiertos como si no entendiera dónde salió todo mal y por qué sus protestas estaban siendo ignoradas. Nadie puede ver al mago tenebroso enfrente de ellos y arrestarlo. Deberían confiar en Dumbledore. ¿Cómo pueden mirarlo así después de todo lo que había hecho por la sociedad?
—¿Es esta su manera de tratar de excluirme de Hogwarts por lo que revelé en la reunión de ayer, director? —dijo Sorvolo con lentitud y los ojos entrecerrados, luciendo como si al fin reunió el coraje suficiente para defenderse después del claro apoyo de la multitud y el ministro.
Dumbledore palideció al instante; no lo había pensado bien ya que aún no procesaba el hecho de que tomar prestado el dinero de los niños para salvarlos podía ser considerado como "robo". ¿Cómo podían siquiera creer que él haría algo tan mundano y barbárico como eso? Pero no tuvo tiempo entre darse cuenta de que Lord Slytherin es Tom, que los miembros de su Orden se volvieran en su contra, todo el espectáculo y el desafortunado e inoportuno artículo de la muerte de un peón insignificante que se llevó a sus dos partidarios más poderosos y significativos. ¡Luego este horrible y espantoso proyecto de ley fue aprobado por mayoría de votos! ¡Y sin olvidar que Tom adquirió dos votos más como esperaba y se robó el señorío Peverell! ¡No puede dejar que ese monstruo se convierta en el Maestro de la Muerte! ¡Él se merece ese título!
—Si sabe que Hogwarts es una escuela privada, ¿no? —agregó Barty con regocijo, aunque su rostro estaba perfectamente construido para lucir muy ofendido por su "amigo".
Sorvolo meneó la cabeza y se giró para mirar a Amelia.
—¿Puedo presentar cargos por calumnia, intento de robo de propiedad y difamación en su contra?
Oh, él sabe que no le costará mucho a Dumbledore esquivar los cargos y evitar que sea publicado en el Profeta. Es por eso por lo que ha estado guardando el robo a los niños para algo más grande que esto. Además, Dumbledore ya ha aceptado devolver el dinero.
—Sí —acordó Amelia Bones mientras seguía mirando a Dumbledore como si no pudiera creer que diría algo así.
—¡También es cómplice del asesinato del gemelo del Niño que sobrevivió! —gritó alguien, lo que generó aún más murmullos—. Yo propongo que deberían de investigarlo.
Más lores y ladies estuvieron de acuerdo con esto.
El ministro se veía encantado con el giro de los eventos y casi salta hacia su martillo para golpearlo una vez más.
—La moción ha sido escuchada. Ahora, Dumbledore, serás destituido como Jefe de Magos por haber acusado sin pruebas a un lord de cuatro casas, entre las cuales dos son sagradas, intento de robo de propiedad y la investigación por el asesinato del hermano gemelo de Jim Potter hasta que dicha investigación termine. Llévenselo, aurores.
Dumbledore estaba boquiabierto y parecía como si no tuviera idea de cómo sucedió esto. Tampoco sabe cómo Tom se deshizo de su aspecto monstruoso —que debe ser el resultado de haber profundizado tanto en las Artes Oscuras— y se volvió tan guapo; aún no puede detectar ningún glamour e incluso el ojo de Alastor no ha encontrado nada. Todo lo que sabía cuando vio a Tom esperando a Cornelius era que tenía que salvarlo de caer en la trampa de Voldemort. Supuso que si exponía a Tom enfrente de los miembros del Wizengamot y cuando Amelia le ordenara a los inefables que vertieran el Veritaserum, la verdad saldría a la luz, todo el mundo mágico se lo agradecería de nuevo y lo aclamarían como su salvador. ¿Cómo es que todo terminó así? ¿Por qué Cornelius se volvió en su contra? ¿Acaso Malfoy ya lo atrapó y lo sobornó para que se pusiera de su lado? Tenía más expectativas en ese cobarde chico glotón; no debería haberlo apoyado para que se convirtiera en ministro. ¿Cómo pudo todo el Wizengamot volverse en su contra así? Los salvó del monstruoso Grindelwald y él es el único al que Voldemort teme, por eso nunca atacó Hogwarts antes. ¡Es el director del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, el Jefe de Magos del Wizengamot, el Jefe Supremo de la Confederación Internacional de Magos, dueño de la Orden de Merlín de Primera clase y el rostro de la casa de Gryffindor, los valientes, virtuosos y justos! ¡Cómo se atreven!
Desde luego que los aurores estaban dudando, sin embargo, Amelia les hizo un gesto duro para que se pusieran en marcha y ellos corrieron hacia Dumbledore para sacarlo.
Sorvolo se mordió el interior de la mejilla para evitar reírse como un loco. Debe agradecerle a su hijo por darle la idea de recuperar su alma y, por lo tanto, su elegancia e inteligencia. Si hubiera sabido que tendría este entretenimiento de calidad si hubiera tomado el camino político, lo habría hecho desde el principio.
Barty meneó la cabeza con diversión y deleite por la magnifica exhibición ante ellos cuando se topó con un par de ojos negros relucientes.
—Qué Gryffindor —se burló.
—Qué Gryffindor —acordó Severus.
