En plena noche, dos figuras enmascaradas se balanceaban huyendo de su inevitable destino, hasta que la red de uno de ellos se rompió. Gwen comenzó a disparar más telarañas, pero su poder se debilitaba cada vez más, por lo que Peter, al ver cómo ella caía al vacío, se lanzó a su encuentro.
—Te llevaré.
La cargó en sus brazos durante los minutos siguientes, mientras en su mente, se le ocurría una única posibilidad de mantenerla a salvo y eso sólo podía comprenderlo su tía May. No obstante, la amenaza del helicóptero aún rondaba cerca. Todavía podía escuchar cómo se acercaba.
—Por favor, detente —le pidió Gwen.
Tuvo que elevarse con ella en sus brazos hasta llegar a la azotea del edificio más cercano. Ella se dejó caer recostada, pues apenas podía moverse de lo débil que se encontraba.
—¿Qué sucede? —preguntó Peter con evidente preocupación en su voz.
—Tienes que irte.
—¿Qué? ¡No! No te dejaré aquí.
El rostro de Gwen se iba quedando al descubierto. Las finas bandas elásticas del tejido simbiótico iban desprendiéndose de su cuerpo.
—Si no te vas pronto, se fusionará contigo de nuevo —advirtió Gwen.
—¡No puedo dejarte!
—Es todo lo que ha pretendido durante todo este tiempo. No puedes dejar que gane esta batalla —suplicó mientras se le desprendía una lágrima. Luego, extendió una mano para acariciar su mejilla—. Nunca me has dejado, nunca lo hiciste.
Con el paso del tiempo, mayores porciones de su cuerpo estaban quedando al descubierto. La viscosidad del simbionte parecía reaccionar ante la presencia de Peter.
—Gracias por protegerme —susurró Gwen—. Nunca dudes del gran héroe que eres.
Aunque estuviera cubierto con su máscara, no podía evitar llorar y tomó una decisión precipitada y tan extrema como lo era apartarse de ella. Mientras se marchaba, miraba de vez en cuando hacia la azotea donde yacía el cuerpo recostado de Gwen.
El resto del tiempo, lloró durante todo el trayecto hasta su departamento.
Durante los días posteriores, exigió respuestas a S.H.I.E.L.D. La organización le explicó que encontraron y aislaron al simbionte sin mayores complicaciones. También tuvo un episodio de máxima tensión con uno de sus agentes, quien le respondió que no hallaron el cuerpo y que tal vez pudo fallecer por ahí. Lo expulsaron de la base sin contemplaciones.
Todas las dudas de la sociedad de New York por conocer quien estaba detrás del simbionte no pudieron ser esclarecidas. Los medios de comunicación locales especularon durante semanas acerca del escándalo y de quien se hallaba bajo el poder del simbionte.
No fue otro más que el mismo Stark, quien fue el primero en reprenderlo por haberla ocultado. Ni siquiera pudo iniciar acciones legales contra Stark por las escuchas y el chip que invadió su privacidad porque, de una u otra manera, demostrarían que ocultaba a una sospechosa buscada por la justicia. Ante esta desagradable situación, Peter se desvinculó de Industrias Stark desasociándose para no trabajar más en conjunto.
Después de días de desaparecido por lamentar la pérdida de Gwen, estuvo refugiado en la casa de su tía May, quien ya estaba al tanto de todo. Uno de esos días, se atrevió a salir a la calle.
Revisó el buzón y vio que tenía correo. Imaginó que podrían ser boletas para tía May hasta que halló una diferente en particular. La abrió y luego la leyó. Se quedó sin palabras.
«Querido Peter,
Si te preguntas que fue de mí, estoy bien, en otro lugar, lejos de New York y con una nueva identidad. Me cuesta adaptarme, pero no entraré en detalles porque definitivamente no quiero que me encuentres. Tienes muchas responsabilidades y un futuro por el cual luchar. Toda New York depende de ti. Yo aún me conservo con algunos frascos de Ben Reilly que guardé y que me mantendrán viva por un largo tiempo. Gracias por el suero y por darme una oportunidad. Sin tu ayuda, no podría haberme escapado de S.H.I.E.L.D. Aprecio cada aventura que compartí contigo.
Hasta siempre, Gwen»
Dobló la carta presionándola contra el pecho y luego miró hacia el horizonte. Los rayos del sol todavía eran tenues mientras este se escondía y le dio gracias a esa fuerza sobrenatural que regía el universo de que ella estuviera bien. Respetaba su decisión y confiaba en que la vida la guiara por un buen destino.
