Salió de allí con rapidez y recorrió los pasillos de su extensa casa rumbo a su habitación, subió al cuarto y abrió la puerta. Se encontró a Vegeta cambiándose de ropa, como suponía, él ya se había bañado.
El saiyajin no volteó a verla ya que seguramente había sentido su ki antes de que ella atinara a abrir la puerta. Estaba de espaldas a la misma prendiendo los botones de la camisa blanca que tenía puesta.
¿Vas a usar eso para esta noche?- preguntó Bulma sorprendida al ver el atuendo que su esposo había elegido para la ocasión.
El saiyajin volteó al oír su pregunta, acompañando su camisa blanca tenía puestos un pantalón elegante negro y zapatos del mismo color.
¿No era en un hotel o algo así? Se supone que es un evento de humanos famosos o algo así-dijo Vegeta, aunque realmente no tenía mucha idea de qué iban a hacer allí.
Si, es de eso. Pero pensé que querrías ponerte algo más cómodo para ti-dijo la peliazul pensativa. No le habría molestado si él hubiera elegido algo más de su estilo, aunque vestido así se veía muy guapo-Aunque eso te queda muy bien-lo halagó.
Se dirigió a entrar al baño, pero Vegeta la interceptó antes de que pudiera pasar ya que estaba pasando justo por donde él estaba. El saiyajin la había agarrado por la cintura, ella sonrió al sentir cercanía con él.
¿Qué haces? Tengo que ducharme- dijo Bulma, aunque su tono no sonaba enojado. Le agradaba cuando Vegeta actuaba así con ella, la tenía atrapada en sus brazos, rodeaban su cuerpo.
Todavía tenemos tiempo antes de ir a ese evento de terrícolas-argumentó Vegeta, la peliazul parecía tener algo de prisa con respecto a eso.
Sí, pero Trunks va a venir de la escuela en una hora y quería buscar una niñera. Iremos al evento más tarde, pero quería estar lista para no estar con prisa-explicó la peliazul, Vegeta no parecía tener intención de dejarla ir-Tendremos tiempo cuando termine el evento-agregó, aunque estar cerca de él así no la incomodaba.
Vegeta se rehusó a soltarla, tan solo la acercó más a él y bajó sus manos para tener un mejor agarre en el cuerpo de la mujer. Bulma se estremeció al sentir sus manos en su trasero.
Vegeta, espera...-dijo la peliazul, aunque el príncipe no la dejó terminar ya que la besó profundamente, ella no pudo resistirse a corresponder ese beso.
Aunque si pasaban tiempo juntos de vez en cuando, hace rato que no tenían intimidad ya que ella todavía no estaba segura de que él estuviera bien después de todo lo que había sucedido con el último villano que había tenido que enfrentar.
La peliazul sintió como la lengua de él jugueteaba con la suya, él se permitía entrometerse en su boca e incluso morder suavemente sus rosas y delicados labios.
Vegeta...-dijo Bulma en un suspiro, había sentido la virilidad del saiyajin que estaba haciendo presión contra su cuerpo estrechamente capturado por las extremidades de su esposo.
¿Qué quieres ahora?-preguntó Vegeta mientras ponía su mano bajo el mentón de Bulma para obligarla a mirarlo a los ojos, la expresión de la peliazul hacía notar que ir a bañarse ya no era su plan principal.
Bulma no respondió, sus mejillas estaban sonrojadas. La presión entre sus caderas y las de él crecía, deseaba no pensar tanto en todas las cosas por las que se había estado preocupando los últimos meses.
Al no recibir una respuesta, Vegeta la tomó de los muslos mientras ella se aferraba a su cuello para no caerse. La cargó de esa forma hasta llegar a la cama que estaba a una distancia bastante corta, una vez allí recostó a la humana sin despegarse de ella.
La peliazul dejó escapar unos quejidos de placer al sentir los besos del saiyajin en su cuello.
Percibió la gran necesidad con la que su esposo acariciaba su cuerpo, pasó por sus caderas, su cintura y así hasta subir a sus pechos. Los tomaba con un agarre firme pero no tan fuerte como para hacerle daño y los masajeaba casi al mismo ritmo de su respiración, incluso inmiscuyó una de sus manos por su escote para poder tocar su piel blanca y suave directamente.
Ahhh, Vegeta-suspiró, todavía estaba agarrada de su cuello mientras intentaba reprimir los gemidos que luchaban por escaparse de su boca. Vegeta calló su voz con un voraz beso que aprisionó sus labios, los sonidos que hacía Bulma se vieron suprimidos aunque todavía podían oírse un poco.
No hay que hablar-dijo Vegeta en cuanto soltó su boca-Creo que eso no ha salido muy bien hace un tiempo- agregó. Bulma puso sus manos en su pecho para detenerlo ya que el saiyajin se acercaba a ella de nuevo.
Espera-dijo la peliazul con seriedad en su rostro- ¿Por qué mencionas eso? ¿A qué te refieres?-preguntó nuevamente.
A que me has estado evitando desde lo que pasó la última vez que la Tierra estuvo en peligro. Puede que seas muy lista, pero no soy imbecil, me di cuenta de lo que haces-dijo el saiyajin-Y ya no pienso tolerarlo más- agregó, parecía algo molesto por ese asunto, como si lo hubiera estado pensando hace tiempo.
Yo no te estaba evitando, solo te daba espacio-respondió la peliazul rápidamente, aunque la había sorprendido que Vegeta hubiera notado lo que había pasado entre ellos.
¿Espacio para qué?-preguntó el saiyajin, no se había movido un centímetro de donde estaba. Se encontraba posicionado encima de ella mientras que Bulma permanecía debajo de él con una mirada de incredulidad.
Espacio para ti ¿Qué esperabas que pensara después de lo que pasó en el torneo de artes marciales? Te volviste maligno e intentaste destruir a todos, no creí que quisieras volver conmigo y con Trunks. Creí que estabas confundido-dijo la mujer como argumento, no quería abordar el punto de esa forma tan insensible, pero le parecía obvio que algo así pudiera ocurrir luego de lo sucedido.
Apenas todo terminó vine a la casa contigo y el mocoso ¿Acaso pensaste que si no quisiera quedarme con ustedes no me habría ido al diablo?- preguntó con molestia el príncipe saiyajin.
¿Y por qué no me dijiste eso antes?- preguntó la peliazul indignada, Vegeta se quitó de encima de ella para sentarse a un lado de su cuerpo, una discusión se avecinaba-Yo no puedo leer tu mente, no esperes que pueda comprender algo tan ilógico. Cuando eso sucedió no entendí porqué lo hiciste, pero si quise respetar lo que sea que te haya sucedido. No quería presionarte- le aclaró.
Quise decirlo, pero no creí que pudieras volverte así, te veías como si me temieras. No quise hablar de esto antes porque cada vez que me acercaba a ti actuabas como si fuera a matar a tu familia-dijo el saiyajin molesto, aunque estaba algo enojado por el asunto realmente lo había hecho sentir mal verla de esa forma. Bulma solía ser de las pocas personas que jamás lo había visto con temor por más aterrador que pudiera ser.
No pensé eso de ti, nunca lo pensaría -respondió la mujer, puso su mano sobre la de él, se recargaba en ella para poder sentarse en la cama- Ni siquiera cuando te vi en el torneo, yo sabía que debía haber una razón para eso. Sé como eres, y aunque puedas ser un poco inusual a veces no eres alguien que actúe porque sí-agregó.
Como sea-respondió el saiyajin, estaba un poco apenado por haber tenido que explicarse, pero entendía que todo lo que habían estado viviendo esos últimos meses en silencio era producto de no habérselo comunicado claramente en primer lugar.
Me sentí muy feliz cuando viniste con nosotros, y realmente extrañaba que me hablaras así-dijo la humana, se acercó más a él para poder verlo a los ojos- Solo me aterraba la idea de que tú no quisieras estar conmigo y con Trunks-dijo con cierta tristeza en sus ojos, recordar el gran pesar que había sentido los días que había estado torturándose por ese pensamiento hacía que su ánimo decayera.
Ya no pienses en eso-dijo Vegeta con seriedad, esa era su forma de decirle a Bulma que ya dejara de ponerse triste por algo así. Ver el azul de sus ojos oscurecerse por algo así lo hacía sentirse un idiota, y ya de por sí había tenido un gran conflicto consigo mismo por haber hecho algo tan estúpido.
Yo creí...que tú ya no nos querías-dijo Bulma sin hacer caso al pedido del saiyajin, sus ojos se humedecieron al decir eso a la vez que su voz se quebraba un poco.
Bulma...-dijo Vegeta acercándose al rostro de ella, puso una mano en su mejilla para limpiar una lágrima que se escapó de sus tristes ojos. Sólo atinó a abrazarla haciendo que la respiración de ella se relajara un poco, sentir el calor de su cuerpo rodeándola lograba calmarla.
Lo siento-dijo la peliazul mientras se acurrucada en el pecho musculoso de su esposo-Yo no quería llorar, solo extrañaba mucho esto-dijo, rodeó con sus brazos el fornido torso del saiyajin y se aferró fuertemente a él.
Vegeta notó la presión que la mujer estaba ejerciendo contra él aunque su fuerza era mínima comparada a la suya.
Sintió el perfume que ella usaba todos los días invadir sus sentidos, solo percibir ese aroma a fresas mezclado con la propia esencia de su piel lograba hacerlo sentir en un lugar seguro, un lugar que era sumamente familiar para él.
Flashback*
Recordó el día que había regresado con su familia, la noche del día que volvió a su hogar luego de lo acontecido con Majin Bu. Se había dado un baño antes de entrar en la cama con ella, Bulma se había duchado primero y ya estaba acostada.
En cuanto iba a acostarse se acercó lentamente al lecho como si fuera algo nuevo para él, aunque no era así.
Dormía allí todas las noches junto a ella, pero se sentía un extraño. Estaba yendo a su cama, pero veía más lógico que, en lugar de disfrutar de esa cama en una casa que se había vuelto un hogar para él. Debía estar en otra parte, en un lugar que fuera digno de su estupidez.
Se sentó en la cama primero, sintió las suaves sábanas blancas que su esposa había seleccionado especialmente ya que eran sus favoritas, la comodidad del colchón y la sensación de familiaridad por haberse sentado allí cada noche desde que estaba con la peliazul.
Volteó para mirarla, ella estaba recostada en silencio mientras observaba el techo del cuarto, aunque lo miró de reojo cuando sintió que sus ojos estaban sobre ella.
¿No estás cansado?-preguntó Bulma para romper aquel silencio que los acompañaba desde que habían vuelto del templo de Kamisama.
Lo estoy-respondió, ella lo miró con cierta incertidumbre como si intentara leer su mente en vez de buscar una respuesta a eso-Apagaré la luz-agregó. Bulma asintió mientras se revolvía un poco en su lado de la cama, un brillo tenue iluminaba la habitación.
El saiyajin apagó la luz de su mesa de noche, era la que quedaba encendida ya que la peliazul había apagado la suya en cuanto se había acostado.
En cuanto todo quedó en las penumbras, Vegeta se movió ligeramente para acostarse mientras se cubría con la sábana. Se acostó de lado en dirección a donde estaba ella, estaba tan acostumbrado a descansar con ella que siempre dormía sobre el mismo lado.
Pronto sintió la respiración de Bulma hacerse más lenta, probablemente ya estaba durmiendose. Aunque sintió que comenzó a moverse un poco, era algo que solía hacer ya que era inquieta cuando dormía. Gracias a sus movimientos nocturnos, se desplazó lo suficiente como para quedar cerca de él.
Tenía un insomnio atroz a pesar de que estaba muy cansado, aunque hubiera sido revivido la muerte había resultado agotadora.
Lo dominaba un estrés mental en el que ni siquiera quería detenerse a pensar, los recuerdos de todo lo que había pasado lo acosaban.
Recordó las personas que había matado, la tristeza que lo invadió al resignarse a la idea de la muerte, el dolor de haberse forzado a dejar a su familia sin haberla apreciado como correspondía. Hasta habría jurado sentir el dolor de Bulma desde el más allá aunque no era consciente de su ser cuando estaba en ese horrible lugar.
Y ahora estaba allí, acostado con ella. Estaba en su casa con su esposa y su hijo el cual seguramente también estaba durmiendo a esa hora.
Bulma volvió a moverse, esta vez había girado un poco y su pierna rozaba la suya. Estaba tan cerca que podía sentir algunos de sus cabellos azules acariciar su hombro.
Al sentirla tan cerca cerró los ojos intentando dejar de pensar en todo eso que no lo dejaba dormir, no podía dejar de sentirse culpable por todo lo que había provocado. Seguramente había causado un gran dolor en ella cuando se había atrevido a matar a esas personas.
De pronto, sintió el perfume de Bulma, su olor era similar al de las fresas. Seguramente se lo había puesto luego de ducharse, recordaba que ella solía perfumarse antes de entrar en la cama.
Inhaló acercando su cara a la cabeza de aquella peliazul durmiente ansiando sentir su aroma nuevamente, y así fue.
No sabía porqué, pero ese detalle lograba ayudarlo a tranquilizarse, lo animaba a convencerse de que él pertenecía allí, que esa era su casa, esa era su cama y ella era su mujer.
La miró en la oscuridad, aunque no podía verla tan claramente sabía que estaba allí junto a él. Se puso boca arriba y cerró sus ojos. Luego, se concentró en la respiración cálida que chocaba con su brazo, y al final pudo dormirse.
Fin flashback*
Vegeta-dijo Bulma intentado sacarlo de sus pensamientos, se había separado un poco de él unos segundos atrás-¿Estás bien? -preguntó preocupada, temía que él se hubiera molestado porque ella había llorado, a él no le agradaba verla triste.
Sí, estaba pensando-respondió, la peliazul parecía dudar por su respuesta tan ambigua.
¿En qué?-preguntó la mujer mientras volvía a aferrarse a su pecho, sus ojos ya no lucían llorosos como antes.
Vegeta no respondió y tomó su cabeza poniendo ambas palmas en sus mejillas. Luego, la besó intensamente sin la intención de dejarla huir de él.
Ya veo...en qué pensabas-dijo la peliazul con la respiración acelerada en cuanto Vegeta se puso encima de ella de nuevo.
El saiyajin no respondió, bajó a sus caderas para subir su vestido rojo hasta la parte baja de su abdomen. La mujer se dejó hacer, aunque tenía una mano sobre la mano de él que estaba tocando provocativamente su muslo, estaba un poco nerviosa después de todo el tiempo que había pasado sin que Vegeta la tocara de una forma tan erótica.
Una vez que lo levantó pudo ver la ropa interior blanca que Bulma estaba usando, tenía bordes rosa y parecía ser muy delicada, no tendría problemas en deshacerse de ella. Era lo único que se interponía entre él y su placentero objetivo.
Arrancó la delicada prenda sin piedad ni preocupación por haberla reducido a un inservible retazo de tela, Bulma se estremeció al sentir que ya no tenía ropa interior que la cubriera.
Vegeta, espera, ya perdimos un tiempo aquí y tengo que...-dijo la humana, había recordado que Trunks volvería de la escuela pronto y todavía no le había conseguido una niñera para cuando se fueran, pero dejó de lado lo que estaba diciendo en cuanto sintió la boca de Vegeta invadir su feminidad abruptamente como si le perteneciera.
La espalda de la peliazul se irguió ante los primeros contactos de la lengua de su esposo con su interior, algunos pequeños jadeos se oían. Aunque él hizo caso omiso a eso, sólo se dedicaba a estimularla sin parar mientras acariciaba sus muslos apretándolos y sirviéndose de ellos para poder tener una posición firme para continuar con su labor.
Ahhh-gimió la mujer ante la sensación de su sexo siendo succionado y acariciado, ciertamente el saiyajin sabía lo que hacía. Conocía sus gustos en la cama y cada punto débil de su cuerpo-Vegeta me vas a...-dijo, aunque otro gemido le impidió terminar lo que quería decir.
Vegeta siguió dándole placer a ella, aunque podía sentir como su miembro comenzaba a ejercer presión en su pantalón. Oír los gemidos de ella era lo único que necesitaba para desear hacerla suya de inmediato, aunque intentaba ser paciente ya que llevaban un tiempo sin tener sexo, si se dejaba llevar demasiado por sus impulsos podría hacerle daño.
Ya no aguanto, hazlo-dijo Bulma mientras se retorcía en su lugar. Vegeta paró con lo que estaba haciendo ya que sabía que eso significaba que la peliazul estaba al borde de alcanzar el clímax.
¿Qué quieres?-preguntó mirando provocativamente a la peliazul, se había acercado a ella para poder escucharla claramente.
No me hagas pedírtelo-dijo la peliazul con exigencia- Maldito saiyajin salvaje, ya llevo mucho tiempo esperando-le reclamó. Vegeta sonrió al escucharla hablarle así, definitivamente así era ella, su fuerte y obstinada Bulma.
Eso era lo que quería escuchar-dijo el príncipe saiyajin antes de besarla con pasión y profundidad. Mientras se deiletaba con el sabor de sus besos comenzó a desabrochar el pantalón que llevaba puesto y bajó rápidamente su ropa interior.
Su esposa estaba muy ansiosa porque se conectaran nuevamente, llevaban un tiempo sin tener ese nivel de intimidad aunque los dos tenían un gran apetito sexual que se despertaba vigorosamente cada vez que estaban cerca uno del otro.
En cuanto Vegeta se acomodó en medio de sus piernas para unirse a ella, Bulma gimió suavemente al sentir el roce del viril miembro saiyajin con la entrada a su centro de placer. Se aferró a sus musculosos brazos con fuerza al sentir que ya iba a darle exactamente lo que ella le había exigido.
Yamcha, lo que haces no está bien -dijo Puar como queja, el lobo del desierto se había infiltrado en la mansión Brief para poder saber lo que estaba sucediendo. Temía que Bulma se encontrara mal realmente, le había perdido el rastro luego de que se había ido del laboratorio.
Tu también estas aquí, si estás en contra vete-dijo Yamcha con fastidio- Si no me vas a ayudar entonces puedes irte, te veo en casa- le propuso.
No me quiero ir, debo evitar que Vegeta te mate si te ve husmeando en su casa- dijo Puar con racionalidad. Aunque meterse en propiedad privada sin permiso ya le parecía algo muy invasivo.
No me va a matar, no va a saber que estoy aquí. Además yo no le tengo miedo a ese abusivo-dijo con seguridad el hombre de cicatriz mientras ambos se inmiscuían por los pasillos del segundo piso de la corporación. Puar suspiró pesadamente mientras lo seguía, era agotador intentar sacar a su amigo de esa situación, pero debía quedarse por su bien.
¿Cómo sabes si es abusivo? Yo nunca lo he visto hacerle nada a Bulma-dijo Puar como opinión mientras los dos revisaban las distintas puertas. Afortunadamente Yamcha podía sentir dónde se encontraba el ki del príncipe saiyajin, así que estarían a salvo mientras lo evitaran a toda costa.
Los dos escucharon un grito de mujer a lo lejos en la casa que los alertó, aunque no habían podido deducir la causa de aquel ruido.
¿Estás seguro?-preguntó Yamcha con incredulidad, Puar se había puesto algo nervioso al escuchar eso. Así que tal vez debería perseguir las sospechas de su amigo con él en esta ocasión.
Bien, deberíamos investigar un poco-dijo Puar concediendo el beneficio de la duda solo está vez.
Bulma arqueó su espalda al sentir cómo Vegeta la penetraba suavemente al principio, habían estado tanto tiempo sin alcanzar ese tipo de intimidad que casi había olvidado cómo se sentía.
Unos gemidos fuertes se escaparon de su boca ante la oleada de sensaciones que la golpeaban, su príncipe subía la intensidad y la bajaba a su gusto procurando generarle todo el placer posible.
Vegeta se deshizo de sus pantalones y su camisa rápidamente para poder continuar con lo que hacían, a la peliazul no le agradaban las interrupciones.
Rápido príncipe -le pidió en un ronroneo al ver que el saiyajin se estaba quitando la camisa.
Los dos habían estado muy deseosos por poder reencontrarse de esa manera como solían hacerlo antes de todos los sucesos del torneo de artes marciales.
Ahh... extrañaba mucho esto-dijo Bulma mientras acariciaba el hombro de su pareja, él seguía en lo suyo haciendo que más gemidos salieran de su boca- No.. no hay que volver a pelear-agregó.
Vegeta la calló con un voraz beso que ella correspondió de inmediato, cuando se besaban de esa manera en medio del sexo sentía que su mente volaba por las nubes.
El príncipe saiyajin bajó a besar su cuello mientras seguía penetrando a su esposa con intensidad, aunque moderaba cuidadosamente la fuerza que empleaba para no hacerle daño alguno.
Sus respiraciones se sincronizaban mientras seguían disfrutando uno del otro, los dos estaban completamente excitados después de tanto tiempo sin poder estar tan cerca uno del otro cómodamente. Probablemente no podrían detenerse los próximos días ya que los dos tenían un apetito insaciable acrecentado por las pequeñas insinuaciones que habían compartido mientras estaban distanciados.
Vegeta...-susurró Bulma extasiada por las agradables sensaciones que le provocaba su esposo, el susodicho gruñó cerca de su oreja. Bulma comenzó a gemir algo alto al sentir que Vegeta aumentaba la velocidad de sus embestidas.
Mientras tanto, un lobo del desierto y su gato parlante se deslizaban por los corredores buscando a la peliazul y al príncipe saiyajin para poder llegar al fondo del grito que habían escuchado antes. No tenían idea de qué podía tratarse, temían que la heredera de corporación cápsula estuviera en una situación peligrosa.
Estoy seguro de que esa era la voz de Bulma, creo que están en su cuarto- dijo Yamcha mientras era seguido por su amigo.
¿Y si salen?-preguntó Puar mientras se dirigían a la puerta del cuarto. No iban a abrirla, pero era un riesgo que Vegeta saliera de allí y los viera en su casa.
¿Y si Vegeta le hizo algo?-preguntó Yamcha, a esta altura ya estaba realmente preocupado por su ex novia.
Bien-dijo Puar, se quedó algunos pasos más atrás mientras Yamcha se asomaba a la pared cercana a la puerta preparando su rudimentario maletín de espionaje.
Vegeta... creo que voy a...-dijo Bulma como aviso de que estaba a punto de alcanzar la concentración máxima de placer. Gimió fuertemente mientras sus piernas temblaban por su alta excitación, luego se dispuso a besar con fuerza a su esposo mientras disfrutaba de un intenso orgasmo.
Sintió que Vegeta también había alcanzado uno ya que escuchó un gruñido más fuerte sofocado por el profundo beso que se habían dado movidos por el éxtasis de su sesión sexual.
Te odio- dijo Bulma mientras ponía su mano en el pecho de Vegeta haciendo presión en él. Sintió la firmeza del fornido y trabajado cuerpo de su esposo- Me dejaste sin sexo demasiado tiempo y hoy vamos a estar ocupados-le reprochó sonriente.
Tú querías ir a ese evento, así que técnicamente es tu culpa-dijo Vegeta mientras la tomaba de la muñeca, quitó su mano para poder acercarse a ella y besarla nuevamente.
Bulma lo volvió a apartar mientras reía, sabía que ninguno de los dos quería que ese momento terminara, pero ya se habían retrasado bastante.
No tenemos tiempo qué perder, luego de que vayamos tendremos más tiempo de estar juntos. Además Trunks ya va a llegar y gracias a ti ahora tengo poco tiempo para bañarme. Saiyajin salvaje-le dijo sonriente antes de robarle un beso en los labios.
Aunque antes de decidirse a levantarse aprovechó la cercanía para tocar con sus dos manos el pecho de su príncipe saiyajin ya que estaba sin su camisa. No podía perder la oportunidad después de tanto tiempo, tenía un esposo extremadamente atractivo.
Mujer pervertida-dijo Vegeta al notar la forma en la que la peliazul lo miraba. Bulma sonrió de par en par al escuchar lo que le había dicho.
Hace rato no toco tus músculos, tal vez están incluso más duros que antes-dijo la mujer mientras presionaba su pecho y luego tocaba sus firmes y fornidos brazos. Aunque sabía que debería detenerse o no podría resistirse a seguir deleitándose de los encantos de su príncipe- Eres muy fuerte- dijo sonriente, amaba el hecho de tener a un hombre que parecía esculpido perfectamente.
Vegeta la aprisionó en sus brazos tomándola por la cintura, Bulma comenzó a reírse mientras lo abrazaba también, él príncipe saiyajin no parecía dispuesto a soltarla.
Si vas a manosearme al menos tendré otro turno para eso- dijo Vegeta mientras delineaba las curvas de su mujer con sus manos. Bulma rió mientras su excitación poco a poco comenzaba a subir, le agradaba mucho cuando la tocaba de esa manera. Incluso la levantó un poco para poder agarrar con sus palmas las nalgas de su redondo y desnudo trasero.
Vegeta ya suéltame, no tenemos tiempo-dijo Bulma, aunque no sonaba tan convencida. Su cara estaba ruborizada por la intimidad que habían tenido hace poco y la manera en que su esposo estaba acariciando y tocando su cuerpo.
No suena a que eso sea en serio-dijo Vegeta mientras afirmaba su agarre en su parte de atrás, la acercó a él haciendo que el trasero de su esposa quedara justo encima de su miembro sin soltarla. Bulma se estremeció al sentir la punta de la virilidad del saiyajin tan cerca de la entrada de su femineidad- Veamos si resistes esto-la desafió.
Ahh... Vegeta ya-dijo Bulma, aunque se le escapó un gemido al sentir que la punta del viril y duro miembro de su esposo se metió de improviso.
Dime que me detenga si eso quieres y retrocederé- le propuso Vegeta, aunque notaba que el gran deseo sexual que demostraba la expresión de su mujer. Ella respiraba agitadamente mientras intentaba controlarse, su cara estaba muy roja.
Escuché que le dijo que lo odiaba- dijo Yamcha mientras intentaba deducir lo que estaba sucediendo dentro del cuarto. Aunque su aparato de espionaje no era de lo más avanzado como para ser tan preciso.
¿Estás seguro?-preguntó Puar, no le parecía tan creíble. Tal vez Vegeta y Bulma se llevaban de esa forma, no veía como algo descabellado que una pareja bromeara con palabras que no debían ser interpretadas literalmente.
Le dijo saiyajin salvaje también-dijo el lobo del desierto, estaba seguro de que Bulma estaba en problemas. No creía que se atrevería a lanzarle improperios a su esposo por nada- Y le dijo que la suelte-agregó, Puar lo miró pensativo.
Aunque sea así ¿Qué podemos hacer? Vegeta es muy poderoso, a Bulma no la va a lastimar- dijo el gato mágico con racionalidad. Nunca había visto a la peliazul en alguna situación en la que necesitara que alguien la defendiera de su esposo.
Escuché que Vegeta le dijo veamos si resistes esto ¿Y si la está maltratando?- preguntó Yamcha preocupado, no tenía idea de a qué tipo de tortura podría someter a Bulma- Ese maldito mono salvaje, tal vez la está torturando. Ya vimos que no le importan nada los humanos ¿Por qué iba a hacer una excepción con Bulma?-preguntó, aunque estaba subiendo mucho el tono de voz. Si no se controlaba tal vez podrían descubrirlos.
Shhh Yamcha, no podemos meternos en esto. Vegeta nos va a hacer trocitos- dijo Puar, debían tener precaución- A mi también me preocupa Bulma, pero no podemos entrar, es muy peligroso- Lo convenció.
Yamcha hizo una mueca de disgusto, se sentía impotente. Sabía que no podría hacer mucho si perdía la vida, y estaba seguro de que eso sucedería si se metía a la recamara del príncipe saiyajin sin permiso.
Hay que hacer un plan, tengo que sacarla de esta situación- dijo Yamcha mientras intentaba idear algo. Luego de pensar algunos segundos se decidió a dejar el espionaje e intentar colarse en ese evento para poder llegar a hablar con Bulma, tal vez podría convencerla si era muy persuasivo- Iré a ese evento- dijo con seguridad.
¿Entonces ya vamos a dejar de espiar?-preguntó Puar esperanzado. Yamcha asintió.
Sí, al menos aquí. Vamos a la casa, me voy a preparar para ir allá y la convenceré cuando pueda hablar con ella-dijo con determinación. Puar suspiró, al menos los dos ya se iban de ese lugar tan peligroso, el saiyajin podría salir del cuarto en cualquier momento.
Los dos escucharon un estridente ruido en la puerta de la habitación del matrimonio, el estruendo en el metal casi les había dado un susto de muerte pensando que podría tratarse del saiyajin.
Tengo que entrar-dijo Yamcha mientras se ponía frente a la puerta, estaba muerto de miedo. Pero temía que algo malo le pudiera pasar a su ex novia.
Puar lo detuvo poniéndose entre él y la entrada del cuarto matrimonial mientras comenzaba a llorar.
Noo, Yamcha no te arriesgues así. No quiero verte morir de nuevo- suplicó, vio que el miedo se hizo presente en los ojos de su mejor amigo. No creía que en serio se atreviera a entrar- Vámonos, encontrarás la forma de ayudarla sin morir-le aseguró.
Yamcha retrocedió y tomó su maletín de espía con expresión derrotada mientras comenzaba su retirada. Puar lo siguió de cerca ya que no veía la hora de que ambos se retiraran de la residencia Brief, era muy riesgoso estar allí como espías con un saiyajin exgenocida espacial acechando el lugar.
Bulma se movió por sí misma hacia abajo repentinamente recibiendo una gran oleada de placer que la hizo gemir un poco. Vegeta gruñó a su vez, no esperaba que la mujer cediera tan pronto ya que sabía que no tenían tanto tiempo.
Aunque las responsabilidades que tenía pendientes seguían en su mente, la peliazul no podía ignorar la sensación tan placentera que su esposo le estaba provocando, sentía que su cuerpo sería consumido por llamas si no hacía lo que le pedía.
Ahh...sabía que esto no tendría fin si seguíamos-dijo la peliazul mientras seguía moviéndose de arriba a abajo, aunque esta vez era ella quien no deseaba detenerse.
Tu eres la que no se... detiene-dijo Vegeta, aunque la pausa se debió a que había respirado profundamente. La forma en la que su esposa se movía se sentía extremadamente bien. Todavía tenía las manos en sus bien formadas nalgas, con ese agarre la ayudaba a moverse más rápidamente.
Esto me molesta-dijo la peliazul mientras se aferraba al cuello de su marido, se detuvo unos pocos segundos.
Vegeta la miró confundido al verla inclinarse hacia un lado mientras se sostenía de él. Bulma se quitó el tacón izquierdo, era el que le había quedado puesto después de la sesión de sexo que habían tenido al principio, lo arrojó hacia atrás con más fuerza de lo que habría querido haciendo que choque con la puerta.
Ups, lo tiré muy fuerte-dijo la peliazul, aunque comenzó a moverse inmediatamente después de eso, todavía no estaba satisfecha. Volvió a mirar a los ojos al apuesto saiyajin que la penetraba, era imposible estar cerca de él sin desear algo más.
No hay nadie en la casa, da igual- respondió Vegeta mientras contemplaba los ojos azules llenos de lujuria de su esposa, la misma se estaba moviendo muy rápido sobre su miembro. Sentir el choque de su pelvis con la de ella con tanta velocidad se sentía demasiado bien.
Ah...ah...-gimió Bulma mientras continuaba un vaivén veloz y rítmico sobre el príncipe saiyajin. Sacó su lengua dispuesta a darle un lascivo beso que él correspondió de inmediato mientras presionaba sus suaves nalgas con firmeza.
Ah... Bulma...-dijo Vegeta al sentir que ella lo hacía mucho más rápido que antes, probablemente ella ya estaba cerca de venirse.
La científica se aferró a él sosteniéndose de sus hombros y su espalda mientras se movía frenéticamente sobre él. Siguió de esa forma hasta que ambos llegaron al clímax casi al mismo tiempo, había sido extremadamente placentero para ambos. Bulma había dejado escapar un fuerte gemido al venirse.
Aunque su habitación estuviera hecha a prueba de ruidos ya que hacían mucho ruido durante el sexo, no dudaba de que muchas veces aún así podían escucharse sus gemidos cuando eran muy estruendoso.
La científica se abalanzó sobre él mientras lo abrazaba sin bajarse de sus piernas, le dio un profundos beso y luego sonrió. Estaba un poco cansada, aunque también se sentía muy animada por todo el tiempo que los dos habían compartido juntos.
Ya no vamos a esperar tanto tiempo para la próxima vez ¿De acuerdo?- dijo la peliazul con una sonrisa juguetona. Vegeta le devolvió una media sonrisa, los dos habían disfrutado mucho del momento y aun más de la cercanía e intimidad que estaban compartiendo al tener la casa para ellos solos.
Yo no quería esperar-dijo Vegeta mientras la besaba de vuelta, Bulma se levantó luego de que dejaran de besarse. Ahora si ya era muy tarde.
Hay que bañarnos, ya no hay tiempo para sexo ahora-dijo la peliazul mientras se dirigía al baño, los dos necesitaban una ducha ya que habían sudado bastante durante su encuentro sexual. Además, estaba segura de que faltaban pocos minutos para que su hijo llegara.
De acuerdo-respondió Vegeta mientras la seguía, aunque Bulma le negó la entrada cuando ya estaba en la puerta del baño mientras se quitaba el vestido en frente de él. Lo había tenido levantado sobre la cintura todo el tiempo, así que su trasero estaba al descubierto.
No caeré en esa trampa de nuevo, yo me bañaré primero- dijo la peliazul como advertencia, alcanzó a ver como la mirada del saiyajin se dirigía a sus pechos cuando se desnudó para poder bañarse- Tendrás más luego, tenemos que hacer cosas-dijo mientras le hablaba muy cerca de forma seductora, miraba sus labios mientras pronunciaba esas palabras.
Bulma cerró la puerta dejando al saiyajin afuera del baño, el susodicho tenía su miembro erecto de nuevo aunque apenas acababan de tener otro encuentro. La peliazul realmente sabía cómo ser irresistible.
Maldita mujer vulgar- dijo Vegeta para sí mismo, respiró hondo mientras trataba de controlar el gran deseo que le provocaba esa mujer, que lo tratara de esa forma lo volvía loco.
Capítulo 2 listo!!! Realmente no suelo hacer este tipo de contenido ya que no se me da muy bien naturalmente pero un día me dieron ganas de escribir algo así y tuve que hacer este fic.
Si les gustó por favor déjenme un voto o un comentario para apoyar el fic, muchas gracias por sus comentarios y votos en la primera parte. Mañana sacaré el tercer y último capítulo, espero les esté gustando cómo va la historia.
Nos leemos pronto.
Niebla~
