DÍA UNO
ROPA DE ENCAJE

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Mu no podía despegar la vista de la imagen de sí mismo a través del espejo y es que a pesar de sentirse un poco avergonzado, le maravillaba que aquel conjunto que había comprado esa tarde al salir del trabajo le quedara tan bien, como si estuviera hecha para él. Se admiró por unos minutos moviéndose delicadamente frente al gran espejo del baño.

Se sintió atrevido y eróticamente sensual, y no pudo evitar sonrojarse ante su propio elogio, pero ¡Dioses! esa lencería de encaje resaltaba el aceite con destellos tornasol que se había aplicado en la piel minutos antes. El traje en sí tenía su toque sexy a pesar de ser de color blanco, era simple y fácil de colocar, y de quitar. Un bralette de pequeñas flores bordadas, una al lado de la otra, decoraban la copa que tapaba el pecho exceptuando la zona de los pezones que brillaban gracias al aceite, los bordados de flores seguían subiendo hasta el borde de los hombros, pasando por la espalda donde terminan juntándose con las cintas que sujetan la parte superior de la lencería. En la parte central de su pecho, cuelga una joya blanca parecido a un prisma destellando en matices tornasol.

La parte inferior, del mismo estilo, flores bordadas que se unían unas con otras para tapar su intimidad, atándose en las caderas por unas finas cintas. Las largas y delgadas piernas con toques brillantes se veían aún más impactantes a través del reflejo, Mu elevó una de sus piernas, aquella que tenía una liga en el muslo hecha de las mismas flores blancas. Pasó sus dedos rozando esa zona imaginando a su novio besando, mordiendo y quitándosela con la boca.

Suspiró de solo pensarlo, se dio un último vistazo totalmente complacido por el resultado, para luego sacar de una caja plana una tela transparente e iridiscente de color lila, que al sacarla por completo era una especie de vestido largo. Se lo puso rápidamente, Saga llegaría dentro de poco y todo debía estar en su lugar. Tomó su cabello e hizo un bollo alto pasando una vara blanca para engancharlo, dejando unos mechones sueltos para que delinearan su rostro, se miró por última vez al espejo contento con el resultado y emocionado por lo que acabaría de hacer.

Salió del baño apagando la luz esperando en la habitación ansioso de que los minutos pasaran rápidamente.

oOo

Saga llega a la casa unos minutos más tardes de lo habitual, había pasado a retirar el regalo para su novio, estaban de aniversario y quería sorprenderlo, pero él sorprendido fue él al encontrarse la casa a oscuras, por lo general Mu tiene toda la casa iluminada y la televisión encendida. Prendió la luz del recibidor, todo estaba en orden, dejó el obsequio, su chaqueta y las llaves en el sofá encaminándose hacia el interior de la casa con un pequeño ramo de rosas rojas.

Buscó en todos lados hasta que llegó a la habitación, entró encontrándose con las luces muy tenues, pero no veía a nadie, caminó un par de pasos soltando la corbata del cuello y desatando los dos primeros botones de su camisa blanca, dejando el pequeño ramo de flores sobre la cama. El olor al perfume de Mu estaba por toda la habitación, sonrió con malicia, su pequeño travieso quería jugar y él como podría negarse a eso. Se quitó los zapatos y se recostó en la cama con los brazos cruzados detrás de su cabeza cerrando los ojos, dejándose llevar por el seductor olor del perfume de su novio, era un olor único y embriagante que le encanta sentir después en sí mismo.

Empezó a relajar su cuerpo poco a poco, a acostumbrar el oído al silencio, empezando a relajarse, cuando siente como algo roza la punta de su pie deslizando la caricia lentamente por su pierna. El olor de Mu llega de forma más intensa a su nariz, respirando hasta el tope, deleitándose con la dulzura y deja que la caricia que ahora va por su rodilla siga en ascenso por el muslo. La presión que siente ahora es de una mano completa recorriéndolo hasta llegar a su cadera, para luego sentir el peso extra sobre él, como se presiona su cadera con otro cuerpo. La mano que ha trepado por su cuerpo ahora tiene a otra compañera que se suma para tocar el fuerte pecho, masajean suavemente los hombros y el cuello. Siente que algo ligero hace cosquillas en su cara y la presencia de alguien frente a su cara se hace fuerte.

—¿El príncipe quiere que lo despierte con un beso? —susurra apenas tocando los labios de su novio. La boca de Saga se abre ligeramente esperando que ocurra y abre los ojos cuando siente como Mu se aleja y se sienta a horcajadas sobre su cadera con una mirada malditamente sensual.

La imagen de Mu vistiendo la lencería lo deja boquiabierto, inclinándose hacia adelante, apoyándose en sus brazos para observar mucho mejor la obra de arte que tiene ante sus ojos. Saga intenta no caer embelesado por la belleza que tiene sobre él. Esa tela trasparente que brilla con la tenue luz de la habitación, un tipo de vestido transparente que nace de un collar de esferas de plata dividiéndose en dos con el fin de cubrir cada parte de su pecho, dejando una especie de espacio en el abdomen donde puede ver detalladamente los abdominales marcados y tintados de brillos, para luego juntarse en una falda que se esparce sobre sus blancas piernas y sobre él mismo en una especia de bruma iridiscente. Saga no puede parar de observar de arriba a abajo la maravillosa imagen de su piel que siempre está inmaculadamente blanca y ahora desprende unas tonalidades tornasol casi como si fuera parte de la tela, el cuello envuelto en el collar plateado, los labios entreabiertos, el cabello recogido con algunos mechones cayendo suavemente era una maravillosa obra de arte viviente sobre sus piernas.

Se acomodó mejor, colocando un par de almohadones detrás de su espalda para quedar apoyado de mejor manera en el respaldo. El revoltijo de tela que si bien, le daba un toque exótico a la imagen de su novio, ahora le estorbaba, podía ver como por debajo parte del diseño de lo que parecía ser un conjunto de lencería blanco le decoraba la piel y tenía planeado admirarlo más de cerca.

Mu como si hubiera leído su mente se llevó las manos hacia atrás para desenganchar el collar que viene unido a la tela lila, deslizándola lentamente por el cuerpo hasta que queda expuesto de la cintura hacia arriba. Durante todo este tiempo no ha dejado de mirar a Saga, de memorizar cada uno de sus gestos, sus ojos jade lo detalla cómo se pierde en él, como traga saliva, casi podía ver las intenciones a través de sus ojos. Se quita lentamente la varilla que usa para sujetarse el pelo, moviendo la cabeza ligeramente de un lado a otro, haciendo que caiga como cascada sobre el cuerpo, combinándose a la perfección con todo.

Saga ve el conjunto de flores bordadas, decorando delicadamente ese cuerpo que parece cincelado por los dioses, se lame los labios ansioso, se sienta con él sobre sus piernas, lo toca delineándolo, roza sus manos, lo estrecha por la cintura y él entierra su nariz en su cuello blanco, embriagándose con el olor de su piel mezclado con el perfume, besando lentamente, abriendo y cerrando los labios atrapando parte de la piel, escucha como la respiración de Mu se vuelve pesada, mientras lleva las manos hasta su cabeza para jugar con su cabello con tanta delicadeza, moviendo las caderas de adelante hacia atrás tortuosamente lento sobre él. Saga desliza sus manos por su espalda y una se va directo a su nuca para profundizar el agarre y besar con más pasión desde la oreja hasta el hombro. Lo escucha jadear cuando la otra mano que estaba por su espalda baja a su trasero apretando por encima de la ropa, le parece un sonido de lo más excitante.

Los besos ascienden y por fin se apodera de su boca acallando parte de los jadeos entre besos pasionales y sonoros. Mu no pierde el tiempo y con demasiada habilidad desanuda la corbata suelta tirándola de un extremo, quitándolo de su vista, perdiéndose cerca del ramo de flores. Quita los botones uno por uno sin dejar de recibir los insistentes labios del mayor que ahora en desesperación por más ha medito su lengua encontrándose con la suya para librar una batalla húmeda.

La mano que aprieta el trasero de Mu se mete entre medio de toda la tela descendiendo por la línea que separa las redondas nalgas del más joven masajeando cierta entrada con su dedo. Gime, Saga aprovecha de morder su labio inferior. Mu se mueve gentilmente hacia delante y atrás, mientras desliza la camisa blanca por los hombros lanzándola lejos de ahí. Saga aprovecha para cambiar de posición y dejar a Mu tendido boca arriba sobre la cama agitado, con los ojos vidriosos y los labios hinchados.

—Muéstrame tu cuerpo. —habla con la voz ronca, completamente necesitado de su cuerpo. Mu levanta las caderas y él termina por quitarle la tela transparente que termina en el suelo junto a su camisa. Saga puede ver ahora el conjunto completo, un bralette y una tanga de flores bordadas, admira el espacio que queda para sus pezones y las cintas en ambas caderas, pero hay un detalle que recién ha visto, una liga bordeando el muslo con el mismo bordado. Mu se siente complacido de que su novio se quede observándolo, deslizando seductoramente sus manos por el abdomen y el pecho a medida que mueve delicadamente las caderas para él haciendo que las piernas luzcan aún más apetitosas. Saga se acomoda entre sus piernas arrodillado sobre la cama y levanta la pierna que tiene la liga blanca doblándola para poder tener el pie a la altura de su cara y lo mira con deseo, Mu se estremece— Veremos cuanto puedes aguantar esta noche. —termina para besar su pie en besos ascendentes.

—Lo que tú quieras que dure. —respondió temblando al sentir la lengua húmeda recorrer el dorso del pie. Saga besa, chupa y muerde de vez en cuando y Mu solo responde con gemidos suaves tocándose para el deleite de Saga que no quita la intensa mirada aguamarina de su cuerpo.

Los besos llegan a parte interna del muslo que chupa con gusto, lamiendo después, logrando que un gemido más fuerte salga de la boca de Mu, el menor lo ve tomar con los dientes la liga para retirarla de vuelta. Cuando logra sacarla del pie, Saga la toma con una mano guardándola en el bolsillo de su pantalón de tela.

—Un recuerdo. —dice divertido, Mu sonríe, su novio puede ser muy cursi cuando quiere. Se deslizó una mano lentamente hasta la parte de su cuerpo despierta comenzando a frotarla por fuera de la tanga blanca. Saga se acomoda mejor entre las piernas y toma la corbata que está descansando a un lado, toma las manos inquietas de Mu alzándolas, anudándolas juntas y amarrándola al respaldo de la cama— Tan inquieto, te necesito más dócil mi pequeño travieso. —Saga lo besó con desesperación haciendo que se arqueara bajo de él, mientras sus manos se dedicaban a recorrer el pecho en busca de una zona bastante sensible, sintiendo como el par de piernas lo abrazaban fuertemente, empujando con los talones su trasero para profundizar el roce entre sus caderas.

—Tendrás que amarrar mis piernas también. —dice cuando Saga se separa para observar la cara de su novio.

—Ya sé cómo mantener tus piernas tranquilas. —murmura besándole el cuello, el menor sonríe, respirando agitadamente cuando los besos se vuelven más calientes y los dientes aprietan con fuerza la piel. Gime más fuerte cuando la boca insaciable empieza a succionar un pezón, levantándolo, golpeándolo con su lengua dentro de su boca.

Mu se retuerce mucho más por debajo del cuerpo de Saga y todo se incrementa cuando una mano aprisiona entre sus dedos el pezón libre piñizcando y estirando de la misma forma que lo hace su boca. No puede evitar gemir, llevando la cabeza hacia atrás, dejando que la electricidad de la excitación y placer le recorra el cuerpo comenzando a crecer el calor debajo de su ombligo.

—¡Saga! —jadea su nombre exquisitamente, con la garganta seca de tanto respirar por la boca—, ¡Más despacio! —ruega en un ronroneo demasiado sexy para obviarlo. Saga chupó con más fuerza, y la espalda de Mu se arquea, el respaldo donde está amarrado empieza a crujir con la fuerza en que Mu intenta bajar los brazos—¡Por favor! —el mayor solo eleva la mirada bajando la intensidad, viendo como las mejillas de Mu se han encendido y sus ojos sostienen con dificultad las lágrimas.

—Estamos recién comenzando y ya me estás pidiendo que me detenga. —besó el pezón enrojecido por la tortura deslizando sus besos por el abdomen, la linda piedra que cuelga del bralette se mueve y destella levemente. Saga llega hasta el borde de la tanga donde las flores se unen y besa el bulto duro debajo de él por encima de la hermosa lencería, dudando si tomarlo con la boca o no, sin embargo, se le ocurre algo mucho mejor. Se sienta entre las piernas de Mu y con sus manos toma las caderas para elevarlas haciendo que la entrada de su trasero quede a la altura de su cara, descansando esas hermosas piernas sobre sus hombros. Mu apenas se sostiene apoyando la espalda de la cintura hacia arriba, imaginando lo que Saga desea hacer—Ha pasado algo de tiempo desde la última vez que te probé de esta manera. —habla con la voz más ronca, con su erección empezándole a doler debajo de sus pantalones por las enormes ganas que tiene de adentrarse en el apretado trasero con toda la barbaridad que puede. Se aguanta las ganas de quitarse los pantalones y desliza con un dedo el tirante de tela que pasa por aquel aro rosado, dejándolo totalmente expuesto para que él la explore con toda libertad.

Mu siente la humedad de la punta de la lengua masajear esa parte de su cuerpo y solo consigue gemir el nombre de su amante una y otra vez. Era desesperante tener todas esas sensaciones y no poder hacer nada más que moverse sobre la cama mientras sus manos están atadas. Tenía que haber enviado esa corbata lejos, pensó desesperado, mientras cerraba con fuerza los ojos tragando con dificultad. Volvió a gemir cuando la lengua se abre paso dentro de él enviándole corrientes eléctricas que le queman el cuerpo, le nublan el pensamiento y le quitan la respiración. Siente que se está quemando y le encanta, la sensación de consumirse le fascina, la lengua sale y entra varias veces, adentro la mueve hacia todas direcciones y Mu dentro de su excitación empieza a mover las caderas en busca de más, consiguiendo que Saga succione y lama por fuera hasta llegar a su par de bolsas.

—Más… —pide con dificultad, la lengua inquieta se vuelve más lenta y Mu no puede con tanto, necesita que se mueva más rápido, apoyándose como puede a medida que mueve sus caderas en círculo.

—Mu deja el culo tranquilo. —gruñe impaciente, los sonidos morbosos que salen de su lengua lo tienen excitado a punto que siente como su miembro gotea bajo sus pantalones. Mu parece no haber oído a Saga quien ha vuelto con otra ronda dentro de él metiendo más a fondo la lengua haciendo que las caderas de Mu se estremezcan escuchando un potente gemido y sintiendo como las piernas comienzan a temblar.

Sonríe mientras succiona hasta que los temblores de Mu se detengan por completo, para dejarlo sobre la cama con la respiración agitada, sudoroso y satisfecho.

El cabello de Mu es un desastre, Saga puede ver como el bordado de las flores se han oscurecido al mojarse con el semen que ha liberado del orgasmo. Se acomoda para quitarse los pantalones y la ropa interior, sacando de la mesa de noche un bote de lubricante, volviendo a la cama para acomodarse entre las largas y debilitadas piernas de su pareja quien aún bota algunos suspiros placenteros liberando sus manos adoloridas de tanto jalar con fuerza, jadeando al sentir la piel sensible. Se acerca para besar los labios secos de Mu, apoderándose de toda su boca, devorándolo necesitado de él, excitado en un punto que no puede describir, Mu rodea los brazos alrededor de su cabeza y lo acerca todo lo que puede hacia él, necesita sentir el peso de su cuerpo, anclarse a esa firme espalda.

Los besos se vuelven ruidosos, el sonido morboso que salen de ambos son chispas para volver a encender la llama en el cuerpo del más joven y mantener la fogata en el mayor. Las manos traviesas de Mu aprietan su espalda arañando donde puede, bajando hasta su trasero para apretar ambas masas redondas pidiéndole que se presione contra él, para luego frotarse. Saga puede sentir la humedad con su miembro y los relieves del bordado estimulan su polla de una forma exquisita.

—Te necesito adentro. —gime entre besos, arañando las nalgas de Saga siguiendo el recorrido anterior hasta que sus manos se enredan en los cabellos azules.

—Eres insaciable. —le dice a un lado de su oído, se endereza para aplicar un poco de lubricante en los dedos y dirigirlos hasta la entrada que minutos atrás estaba empezando a aflojar con su lengua. Mu llevó la cabeza hacia atrás cuando sintió como un dedo se deslizaba con cuidado dentro, estaba tan excitado que no sentía incomodidad alguna, igualmente Saga metió y sacó ese dedo un par de veces moviéndolo adentro, haciendo círculos, Mu se mordió el labio inferior exhalando de forma exagerada. Cuando el segundo dedo entró la mente parecía desconectarse del mundo siendo solo él, Saga y sus maravillosos dedos jugueteando dentro. El tercer dedo entró con un poco de dificultad y fue cuando Mu jadeo de incomodidad, Saga los dejó un rato ahí y cuando Mu le hizo un movimiento de cabeza este siguió con la tarea de meter y sacar los dedos, moviendo y girando con rapidez.

—Saga, se siente tan bien… —dice Mu arrugando las mantas con sus manos arqueando la espalda, girando la cabeza para disfrutar de la imagen de Saga mientras trabajaba ahí abajo.

—Está muy caliente aquí adentro. —la voz aterciopelada es estímulo para él, todo en él era estímulo para él, no era extraño que Mu fuera bastante activo en el sexo, pues con él era imposible mantenerse quieto solo con caricias suaves.

Saga sacó los dedos y aplicó algo del lubricante en su miembro para luego correr el tirante de la tanga hacia un lado y alinear la punta de su polla con el agujero ardiente de Mu empujando suavemente. Podía ver como entraba con lentitud, Mu era demasiado estrecho que si no lo estimulaba como correspondía terminaba corriéndose antes de lo que él quería. Ambos gimieron cuando estuvo por completo dentro, esperó unos segundos para moverse con cuidado, saliendo lentamente y entrando de la misma manera un par de veces.

Cada embestida era una estimulo eléctrico recorriendo la columna de Mu haciéndolo perderse entre jadeos suaves, pero pronto empezó a necesitar más velocidad, moviendo las caderas para acelerar los movimientos y pueda llegar a cierto sitio. Saga captó lo que Mu quería y tomándolo fuertemente de las caderas aumentó la velocidad, sintiendo como se esparcía el calor a través de todo su cuerpo, respirando más rápido. Hambriento por los besos, llevó sus manos debajo de las piernas empujándolas hacia adelante, cargando todo el cuerpo, dejando que las blancas rodillas toquen el pecho agitado, besando con desesperación esa pequeña boca que no para de gemir su nombre.

El choque de sus pieles era tan ruidoso que hacía eco en la habitación, mezclándose con los gemidos de ambos completamente excitados, Mu siente como la punta del miembro de Saga choca con ese punto que lo hace ver estrellas.

—Así, Saga… ahí… —Saga embiste con más fuerza y Mu se pierde en sonidos tan obscenos que se avergüenza.

—Estás muy caliente… se siente tan bien —Al tener las piernas de Mu contra su pecho hace que se estreche más, haciendo que Saga sienta el cosquilleo de bajo de su ombligo crecer de forma acelerada. Se quita de ahí y hace que Mu quede boca abajo, abre las piernas ya sin mucha delicadeza y ese tirante vuelve a estorbar, ya sin paciencia Saga rompe la tanga dejándole el paso libre.

—¡Oye! este me gustaba. —reclamó el pelilila girando su cabeza con el ceño fruncido, el pecho pegado a la cama, apoyándose con las manos, tragándose todo al sentir como nuevamente era llenado con tanta impaciencia por su novio quien terminó cargando todo su cuerpo sobre él entrelazando sus manos con las suyas, empujando sus caderas cada vez con más fuerza.

—Te compraré los que quieras después. —gruñe con la voz más ronca, extasiado por la maravillosa sensación de presión en su miembro. Mu siente que está por llegar al orgasmo otra vez, Saga está tocando ese sitio con fuerza y rapidez que no cree que dure más que un par de minutos. La presión se acumula debajo del vientre y le pide a Saga que lo bese, juntando los labios para luego de algunos segundos sentir como el segundo orgasmo viene liberando todo lo que tiene sobre las mantas. El beso no se rompe y Saga sigue penetrándolo con rapidez, la sobre estimulación hace a Mu apretarse más y Saga ya no puede aguantar corriéndose dentro del más joven gimiendo en sus labios.

Ambos se quedaron ahí un momento mientras Saga empujaba lentamente botando lo último que queda de ese líquido caliente y viscoso, para luego salir lentamente del cuerpo de Mu quien jadeo ante la sensación de estar vacío. Saga se recostó a un lado sintiendo algo extraño en la espalda, sacó el ramo de rosas que casi aplasta y se lo entrega a Mu quien había olvidado que Saga traía flores para él.

—Feliz aniversario. —dice Saga ya con la voz más calmada. Mu se acomodó a su lado recibiendo feliz las flores.

—Feliz aniversario. —repitió Mu besando los labios de su novio— Aunque has roto parte del regalo. —dice con un puchero, Saga sonrió, besando con más intensidad esos labios.

—Aún queda la otra parte. —dice mientras se gira para tocar el borde del bralette hasta llegar al pezón expuesto que frota con el dedo pulgar.

Ambos se dejan llevar por el beso, tocándose por todas partes, Mu poco a poco se mueve hasta dejar que Saga descanse la espalda sobre la cama y él sobre su vientre. Para ellos la noche era demasiado joven, después de todo aún faltaba él regalo de Saga.


Hola a todos!

Esta es una serie de Oneshots para el evento Kinktober2023, no será por el mes completo, si no tan solo una semana.

Advierto ser nueva en estos temas, por lo que quizás sea algo "light" a lo que ustedes esperan n.n'

La lencería de Mu está inspirada en unas imágenes que tengo en mi twitter, por si les interesa ir a verlo ;D está en mi Bio.

Gracias a todos por leer.

Saludos :D