Harry era un chico con una misión, atrapar la snitch or morir intentándolo, al menos esas habían sido las ordenes de Oliver Wood antes de empezar el partido. Harry se elevó alto en el aire, por encina del resto de los jugadores, solo el buscador de Hufflepuff, un chico de sexto llamado Cedrid estaba a su nivel. Ambos zigzagueaban en el aire, intentando despistar al rival mientras buscaban la esquiva pelotita dorada. El aire era gélido, pero eso no era una escusa para el joven buscador de Griffindor, sin importar cómo, él encontraría la snitch y la atraparía antes que el rival.
Harry podía oir voces en el aire, cada vez más fuerte y claro, la voz de una mujer suplicando ayuda, suplicando piedad. Tan cerca se oía que Harry pensaba que en cualquier momento podría ver su cara. Cuanto más fuerte se oía la voz más se oscurecia su visión, los dementores estaban cada vez mas cerca, Harry podía verlos y sentirlos desde la distancia cada vez menor. El aire se volvía cada vez más frío, con el paso de cada segundo, los guantes ya no protegían sus dedos del intenso frío. Lo único que Harry podía hacer era agarrar el palo de su escoba, que empezaba a mostrar una fina capa de hielo, y rezar para que de alguna manera acabase el partido y pudiese alejarse de los dementores y volver al castillo a calentarse cerca del fuego de la chimenea de la sala comun.
Pero la suerte no estaba a su favor, el partido no concluía, incluso con los dementores acechando. Pero ya no importaba, no para Harry, incluso aunque se detuviese en ese instante. Los dementores lo habían rodeado, no podía escapar. Su escoba estaba empezando a fallar, claramente no estaba echa a prueba de dementores. De repente, su Nimbus se paro de golpe, y Harry no pudiendo hacer nada, se precipito al vacio, hacia donde los dementores se encontraban. Podía oler la muerte, el putrefacto olor que emanaban las criaturas.
Harry cerró los ojos, deseando que solo fuese una pesadilla, y que cuando los volviese a abrir se encontrase de vuelta en su cama en la torre de Griffindor. Pero al abrirlos de nuevo no estaba en su cama, a su alrededor no se encontraban las cortinas rojas de su cama, eran los dementores. Una marea de esas horribles criaturas se encontraban atacando a los indefensos estudiantes, dándose un festín con sus almas.
Harry apartó su vista de la dantesca escena, y miró hacía sus manos, podía ver a través de ellas, por algún motivo ahora eran semitransparentes. Aun podía ver y oir claramente los gritos de las víctimas de los dementores. Pero era extraño y desconcertante sentir las gotas de lluvia, atravesando su cuerpo de la cabeza a los pies, sin mojarse, y el aire atravesando su cuerpo meciendolo suavemente en el cielo. Ya no podía sentir el frío de unos instantes atrás, y toda la situación no le parecía nada alarmante, se sentía extrañamente tranquilo.
De repente Harry lo recordó, tenía que atrapar la snitch, o si no Oliver... tenía que encontrarla. Vivo o muerto, atraparía la snitch y terminaría elmpartido, porqye era un buscador y ese era su trabajo. Sin saber como, se obligó a flotar por el campo, más por instinto que otra cosa, buscando la pelotita dorada. Los dementores ya no le afectaban, y sorprendentemente podía atravesarlos. Las bludgers tampoco le hacían daño, volanto a su través como si él no estubiera allí. Tras unos minutos de busqueda frenetica, por fin la vió, la snitch dorada. Fue a por ella, pero su mano atravesó la pelota sin que esta reaccionase. Lo intentó de nuevo, pensando que si lo deseaba con suficiente fuerza la snitch reaccionaría. Tras varios intentos infructuosos, algo sucedió, las alas doradas pararon de moverse, se envolvieron al rededor de la pelota, y la sjitch se precipitó al suelo. El partido había concluido, aunque eso ya no le importase a nadie.
Viendo como su trabajo había concluido, Harry decidió echar un bistazo a su alrededor, la curiosidad apoderándose de él. Como antes lo había ello descendió flotando hasta las gradas. Los dementores seguían besando a los desafortunados estudiantes, pese a los esfuerzos de algunos plateados patronus. Por fin, los profesores pudieron espantar a los dementores del terreno de la escuela, dando comienzo el terrible proceso de contar los estudiantes que habían sido besados.
El numero de estudiantes besados era elevado en todos los años y casas. Los más afectados habían sido Hufflepuff y Griffindor, cuyos estudiantes se encontraban casi en su totalidad animando a sus equipos en el estadio. Por otro lado, solo los más fanaticos de Ravenclaw y Slytherin habían acudido a ver el encuetro, el resto habían preferido quedarse en el interior del castillo y evitar el mal tiempo. Además los estudiantes más mayores de dichas casas habían sido los primeros en salir huyendo al ver descender a los dementores, los que conocían el patronus lo habían utilizado para cubrir su escape, dejando al resto de compañeros a sus espensas. En cambio, los estudiantes más mayores de Hufflepuff y Griffindor habían sido besados casi en su totalidad, ya que se habían quedado atras intentando cubrir el escape de los más jovenes, incluso aquellos qus no podían invocar el patronus. Su valentía y sacrificio serían recordados durante mucho tiempo, especialmente por aquellos que habían salvado. Pero incluso con su ayuda no muchos estudiantes habían logrado ponerse a salvo tras los muros del castillo
Pronto les fue aparente a los profesores el elevado número de victimas, la mayoría de los estudiantes habían sido besados y habían fallecido, solo unos pocos habían, de alguna manera, regresado como fantasmas.
Un chico pelirrojo deambulaba por los pasillos del castillo, había oído los rumores del cierre de la escuela despues de las vacaciones de navidad y quería ver a sus amigos. Él había visto como sus dos mejores amigos eran besados por los dementores, como había sucedido lo mismo con muchos otros estudiantes. Ron podía decir que él era un afortunado, no había sido besado por las viles criaturas, tampoco ninguno de sus hermanos ni su hermana pequeña. Percy, el mayor de los hermanos que seguía en la escuela, había sido el único estudiante de último año de Gryffindor que había sobrevivido. Los gemelos, Fred y George, habían tenido mucha suerte, viéndose las caras de cerca con los dementores más de una vez. Pero el dúo de hermanos se habían aliado con los bateadores de Hufflepuff, y los cuatro juntos hicieron un trabajo formidable golpeando con las bludgers a los dementores y alenjadolos de ellos y de otros estudiantes. Muchos los condideraban heroes, aunque ninguno se sentía como tal. Ginny, se había sentado junto a él en las gradas, y eso había sido su salvación. Cerca de ellos se había sentado el profesor de defensa, un antiguo Gryffindor que prefería animar a su antigua casa con los estudiantes y no con el resto de profesores. Su habilidad con el patronus había salvado a un nutrido grupo de estudiantes que se encontraban cerca.
Hermione no había tenido tanta suerte, ella había decidido ir al partido para animar a Harry, pero había declinado sentarse en primera fila con el resto de Grffindors de tercer año. En su lugar ella se había sentado unas filas más atras, donde podía estudiar y hacer sus deberes a la vez que discurría el partido. Ron lamentaba cada día no haber sido más insistente, no haber forzado a Hermione a sentarse con él, puede que entonces aun siguiera viva.
Y Harry, todo el mundo había visto como intentaba atrapar la snitch, volando cada vez más alto, su escoba perpendicular al suelo, peleando contra el viento para mantener su rumbo. Casi la había alcanzado cuando los dementores los empezaron a rodear, por todos lados y abajo, cortandole toda posible ruta de escape. Ron no había alcanzado a ver el momento en si, solo a su amigo de repente atravesar la marea de dementores, cayendo sin freno hacia el suelo. El sonido que hizo su cuerpo al chocar contra el suelo sería algo que nunca podría olvidar.
Pero Ron ahora no podía perderse en sus recuerdo, tenía una misión, encontrar a sus amigos. Con la cercanía de las navidades y el cierre de la escuela, Ron tenía que despedirse de sus amigos una última vez. Puede que ya no pasasen tanto tiempo juntos como antes, pues tenían clases y horarios diferentes, pero habían sus primeros amigos. Desde el fatídiconpartido el trio había pasado cada vez menos tiempo juntos, pero aun así su amistad merecía un último adiós. Hermione y Harry continuarían en la escuela y con el tiempo irían al más allá, mucho antes de que Hogwarts volviese a abrir sus puertas. Ron quería pasar una última tarde con ellos y rememorar los buenos tiempos.
Hermione había ido al partido a apoyar a Harry, porque sabía lo mucho que significaba eso para su amigo. Ella pretendía animarlo, por supuesto, ella era una buena amiga, pero tenía muchos deberes que hacer. No creía que Harry se diese cuenta si ella animaba durante todo el partido o solo de vez en cuando mientras hacía los deberes. Ron y el resto de Gryffindors del tercer año se habían sentado juntos en las primeras filas de la grada, más cerca de los jugadores. Él había intentado convencerla de dejar los libros y sentarse con ellos, pero su necesidad de hacer los deberes era mayor, y había declinado.
Acababa de terminar su tarea de transfiguración cuando un frío intenso se empezó a sentir, pese a tener una jarra con una llama azul para calentarse y hechizosmpara repeler la lluvia y el viento. Miró a su alrededor y los vió, una marea de dementores avalanzandose sobre el estadio desde los cielos. Agarró su varita, y habiendo leido sobre el encantamiento patronus, intentó realozarlo. Una fina niebla plateada la rodeó por unos instantes, disminuyendo el frío innatural que sentía. El hechizo falló, y los dementores se acercaban más, casi alcanzando las gradas. El profesor Lupin, sentado con Ron y los demás tenía un patronus rodeando el grupo con una protectora niebla y repeliendo a las viles criaturas. Hermione realizó el hechizo de juevo, intentando alcanzar el grupo, y con ello la proteccion del profesor Lupin. Esta vez la niebla era más fina, y el hechizo no tardo en desvanecerse. Casi los había alcanzado, podía vez a Ron un poco más adelante, abrazando e intentando consolar a una aterrorizada Ginny, cuando una mano agarró su brazo. Un putrefacto olor estaba en el aire, y parecía que nunca más podría ser feliz. Hermione intentó gritar, pero ningún sonido salió de su boca, tapada por la del monstruo que la había agarrado. Hermione cerrónlos ojos y rezó para que todo acabase rápido y sin dolor.
Hermione no sabía cuanto tiempo había pasado, cuando por fin volvió a abrir los ojo, tras escuchear la voz de Harry. Su amigo estaba frente a ella, con su pelo desordenado y sus ojos verdes mirándola con tristeza. Él estaba flotando ligeramente encima de los asientos, como si la gravedad ha no importase. Hermione miró a su alrededor, aun seguía en las gradas, cuerpos a su alrededor de sus compañeros. Algunos estudiantes flotaban por el estadio, la mayoría confundidoa o tristes. Estaban muertos. Todos los estudiantes estaban muertos, y Harry y ella. La idea, extrañamente, no le alteró. Estaba muerta, nunca vería a sus padres de nuevo. Nunca iría al más alla, era un fantasma, incluso tras la muerte de sus padres y abuelos ella seguiría anclada en Hogwarts, nunca los vería de nuevo.
Miró a su alrededor, buscando al tercer miembro de du pequeño grupo de amigos. Casi estaba esperando a Ron aparecer flotando entre las tablas del suelo, y abrazarla a ella y a Harry, con una sonrisa tont, como si diciendo que ni siquiera la muerte podría separarlos. Pero Ron no apareció, por un momento pensó que quizá había avanzado al más allá, pero no había ningún cuerpo a su alrededor con el pelo rojo, y Harry pronto le informó que su amigo seguía vivo, y se encontraba en el castillo con su familia.
Algo más tarde, con la oscuridad callendo sobre el castillo, ambos adolescentes fueron encontrados por Nick Casidecapitado, abrazados e intentando consolarse mutuamente, mientras intentaban descifrar porque se habían convertido en fantasmas, pues no sentían miedo al más allá. El fantasma los guió al Gran Comedor, mientras les explicaba como la mitad de los estudiantes del colegio habían sido besados y, al menos, una docena de ellos se habían convertido en fantasmas.
El director Dumbledore les dijo que si lo deseaban podían continuar con sus clases habituales y que los otros fantasmas de la escuela les ayudarían en todo lo que pudieran respecto a sus nuevas circunstancias. También les prometió que encontraría una respuesta a lo que había pasado pero era una cosa única y que tardaría tiempo, sobretodo porque no todos los estudiantes que habían sido besados se habían convertido en fantasmas, y en todas las historias conocidas de besos de dementor nadie se habían vuelto como fantasma.
Al principio, los estudiantes fantasmas acudían a clase con los pocos supervivientes, pero pronto fue aparente las dificultades que ello conllevaba. Los fantasmas solo podían hacer los deberes con dictaquil y no todos los libros de consulta poseían la suficiente mágica para que los fantasmas pudiesen interactuar con ellos, como pasar sus páginas. Y la parte práctica de algunas asignaturas era directamente imposible, como pociones y herbología. En otros casos, como en encantamientos, la mayoría solo funcionaban si el objetivo era otro fantasma, pero muu rara vez sobre objetos inanimados. En transfiguración, pasaba algo parecido, solo tranformaciones de un fantasma a otro o a si mismo parecían funcionar. En astronomía no podían mover los telescopios, pero una vez ajustafos si podían observar las estrella y planetas con ellos. En la mayoría de las asignaturas no había problema con con la lectura u observación de resultados, pero cuando era el momento de tomar notas el ruido en el aula aumentaba exponencialmente, ya que cada estudiante intentaba gritar más que el resto para que su dictaquil escribiese lo que deseaba.
Con el paso de los días los estudiantes empezaron a separarse. Los estudiantes fantasmas tenían practicas individuales si ello requeria escribir, el resto siguió de forma normal. Las clases de teoría se volvieron en una sola por año, la disminución de estudiantes hacía innecesario tener más. Además, los fantasmas tenían otras clases, turorias con los otros fantasmas del castillo, cosas que los fantasmas tenían que conocer, lo que los tenía ocupados en sus ratos libres fuera de las clases normales.
Pero pronto los fantasmas empezaron a dejar de ir a las clases de mágica, ya que no ppdían seguir participando como antes. Muchos habían perdido a familia o amigos y simplemente no querían seguir haciendo lo mismo sin ellos. Algunos solo habían permanecido en el castillo esperando una respuesta. Pero Hermione seguía atendiendo a todas las clases que podía, arrastrando a Harry con ella, pues creía que no podía dejar escapar la oplrtunidad de aprender algo nuevo, y tanto tenían otra cosa que hacer.
Ambos intentaban pasar el tiempo con Ron, pero siendo fantasmas no era tarea sencilla. No solo eran sus horarios distintos, pero era dificil no poder tocarse. Todabía encontraban tiempo para jugar al ajedrez mágico o hablar de quidditch o las clases, pero ya no podían jugar a otros juegos. Con gran pena, los tres amigos empezaron a separarse. Ron empezó a pasar más tiempo con Seamus, Dean, Neville y sus hermanos, mientras que Hermione y Harry estaban con los otros fantasmas.
Hermione había oído los rumores, el colegio iba a cerrar pronto, la falta de estudiantes hacía inviable mantener el castillo abierto para dar clases. Los supervivientes irían a casa por navidad y no volverían. Hermione estaba triste, incluso con el enfriamiento de su amistad, echaría de menos a Ron. Ella estaba viendo la nieve caer, cuando su pelirrojo favorito aparició. Parecía triste, pero sonrió al verlos.
El trio pasó el resto de la tarde recordando tiempos pasados, no fue hasta que se acercaba el toque de queda, mucho después de la hora de la cena, que se despidieron.
El trol
"Todabía recurdo la peste. Pensé que me convertiría en una mancha en la pared." Dijo Hermione
"Y entonces Harry saltó sobre el trol e introduyo su varita en su nariz. Y use el hechizo de levitación en para dejarlo incosciente, como tú me habías dicho Hermione." Rememoró Ron.
El basilisco
"Estaba tan preocupado por Ginny. Solo podía oir ruidos y golpes sin saber que estaba pasando." Añadió Ron.
"Te juro que pensé que me comería de un bocado, sus colmillos eran más largos que mi brazo." Dijo Harry.
Y su primera clase con McGonnagal después de convertirse en fantasmas.
"Solo le recordé lo que me había dicho ella en su clase anterior al partido." Recordó Harry
"Pero tenía razón Harry, podías haber hecho los deberes antes." Le respondió Hermione.
"Pero es quidditch Hermione, y tampoco es como si Harry supiese lo que iba a pasar. Además tu tampoco lo tenías." Añadió Ron.
"Pero si lo tenía, estaba en la grada, pero nadie quiso ir a recogerlo y entregarselo por mí." Dijo Hermione.
"Y encima me castigó" Les recordó Harry
"Por responderme, señor Potter." Dijo Harry imitando la voz de su estricta profesora, entre las risas de sus amigos.
Y así, fluyeron las historias y anécdotas de su paso por Hogwarts, desde primer año hasta el comienzo del tercero. Rieron y lloraron juntos una última vez. Hasta que fue la hora de decir adiós.
Ron dejó atrás los fantasmas, mirando por última vez a sus dos mejores amigos, intentó contener las lágrimas mientras caminaba hacia la sala común de Gryffindor, donde pasaría una última noche en el castillo. El tren se iría a la mañana siguiente con los estudiantes supervivientes.
No fue hasta poco después que los estudiantes supervivientes habían abandonado el castillo, que el director encontró la respuesta a la gran incógnita, cómo podía ser posible que los estudiantes besados por los dementores fuesen fantasmas.
La protección de Lily había intentado mantener a su hijo a salvo, pero no había sido del todo eficaz, ya que Harry jo había recibido sufuciente amor de su familia. El dementor había besado el fragmento de alma de Voldemort en la cicatriz de Harry y cuando había intentado lo mismo con la suya no había podido. Su alma había abandonado su cuerpo, pero no había sido consumida, convirtiendo a Harry en un fantasma. Habíendo fallado en proteger a Harry, la protección de Lily había intentado proteger al resto de estudiantes, ya que el ritual que había usado Lily se basaba en la salvaguardia de los niños. Pero la gran cantidad de dementores presentes lo había echo imposible. Dumbledore había teorizado que sino hubiese habido tantos dementores, o los Dursleys hubiesen querido a Harry como uno de la familia la protección habría podido repelerlos y todos los estudiantes, incluso Harry, estarían vivos, y había repasado los calculos aritméticos varias veces. Si el encantamiento protector hubiese funcionado, y usado la magia de Harry como amplificador de su poder... Harry hubiese pasado unos días en la enfermería pero todo el kundo estaría vivo. Si solo Petunia hubiese querido un poco más a su sobrino... nadie habría muerto
Solo quedaba decir a los nuevos fantasmas la noticia de que había encontrado una forma de ayudarlos a pasar al más allá. Podrían escribir letras de despedida si lo deseaban, y después ellos podrían ir a la próxima aventura. Todos decidieron que era tiempo de decir adiós y en el sosticio de invierno cruzarían a la próxima aventura.
Pero antes de que eso ocurriese le pidió a Harry hablar con él. Le exploco todo, cómo su madre había muerto para salvarlo, la protección que llo había creado, y los motivos por los le había enviado a vivir con su tía. Le dijo cuanto lo sentía, que le había echo pasar una infancia horrible y al final cuando lo había necesitado la protección no había funcionado. Por último le contó sobre los horrocruxes, ya que merecía saberlo. Le contó como Voldemort no había muerto aquella noche, pero lo haría una vez que Harry cruzase al más allá. Aquella noche Voldemort había comenzado para hacer otro horrocrux con su muerte, pero no lo había concluido, la cicatriz de Harry se había convertido en un horrocrix, pero no era perfecto. El horrocrux que había sido la cicatriz de Harry actuaba como un ancla, mientras el alma de Harry siguiese en el plano de los vivos Voldemort nunca moriría del todo. Cuando Harry se uniese a sus padres, el resto de horrocruxes se desintegrarían, y la sombra de Tom Riddle desaparecería tambien
Por fin, el día había llegado. El 21 de diciembre los profesores se alinearon a ambos lados del comedor, despidiendo a sus estudiantes por última vez. El director empenzó un intrincado encantamiento, y uno por uno los fantasmas empezaron a desvanecerse. En poco tiempo los profesores eran los únicos presentes, los estudiantes habían emprendido, por fin, su viaje al más allá. Pronto estarían con sus familiares y amigos que ya habían muerto, otros todabía tendrían que esperar por aquellos que aun seguían vivos.
Harry, por primera vez en mucho tiempo, abrazó a sus padres. No recordaba haberlo echo nunca, era una sensación agradable, pensó, los había echado mucho de menos.
