Prólogo

El bus estaba lleno de risas, risas que no llegaban a mis oídos, como siempre . Hace un tiempo que no era feliz, exactamente desde mediados del año pasado, cuando anunciaron nuestro compromiso.

Estaba tan ensimismada en lo que sería mi vida al lado de ese ser que no me di cuenta de que mi mejor amiga, mi única amiga, Melo, llevaba rato tratando de captar mi atención.

-Oye, Kagome, ¿Es que no estás escuchando nada de lo que te digo?

-Perdona Melo, dime, ¿en qué estábamos?

-Primero, que me choca la actitud de esta chica, Bala. Creo que su padre le ha colocado ese nombre porque ha sabido que cuando creciera sería como una bala en el cañón de una pistola.

-Vale basta

Aunque su comentario me ha causado risas no quería seguir hablando de nadie en ese bus, mucho menos de la chica que me veía como si fuese su peor enemiga aún cuando nunca habíamos conversado salvó por algún compromiso del colegio.

-Veras chica, yo creo que lo que pasa con Bala y contigo es que sabe que te gusta su prospecto de novio…

-Melo calla, no digas eso- Me sonroje como nunca y la cosa fue peor cuando, sin querer, dirigí la mirada hasta donde estaba Inuyasha, el prospecto de novio de Bala.

Les juro que en ese momento me estaba observando, algo casi ilógico puesto que nunca hablábamos, no nos tratamos y de broma y sabíamos que el otro existía debido a que nos sentamos uno delante del otro en el aula de clases.

Bueno, en mi caso, sabía que era hijo único, heredero de una importantísima cadena hotelera reconocida a nivel mundial. También sabia que había soñado con convertirse en un gran atleta, pero que su padre le había confinado en este colegio hasta que obtuviera un título decente, uno capaz de convertirlo en el próximo CEO de su compañía.

Hablando del colegio, la F.P.P.F.H. (Facultad Privada Para Futuros Herederos) no era un colegio común, de hecho, era una especie de academia especial a la que asistes antes de entrar a la universidad.

Aquí todos los futuros herederos de compañías familiares aprendían a manejar las empresas. En el caso de Inuyasha, la cadena hotelera de su familia. Por otro lado, Melo, se convertiría en la segunda al mando de una empresa de moda, la cual ahora dirigía su madre y hermana mayor.

Por último, en mi caso… Ni siquiera sé por qué estaba aquí. Si, aunque es cierto que también era una heredera, mi padre tenía otros planes.

A ver, mi padre es el típico machista que cree que una mujer no puede dirigir una compañía tecnológica, por esa razón hace un par de meses me comprometió con el peor hombre que puede existir. Harold Bondek.

Un hombre que aunque puede parecer impresionante a primera vista, es una basura una vez que le conoces.

A sus 32 años ya era reconocido a nivel mundial, además de que dirigía la segunda empresa de tecnología más grande del mundo, (la de mi padre era la primera), a sus 18 se enlisto en el ejército y al parecer hizo un gran trabajo. Con los años se destacó en sus logros y ahora estaba a punto de convertirse en General. Algo realmente sorprendente si tomamos en cuenta su edad.

Sin embargo, aunque pareciera el hombre perfecto, no lo era. La verdad es que su físico no era el problema, rubio, ojos azules, de 1.70 de altura. Parecía un modelo, aunque claro, Inu también lo parecía.

Peli negro, largo hasta el cuello, con un flequillo que resaltaba el espectacular verde de sus ojos, de 1.80 de altura, musculoso, con una sonrisa que derretía cualquier glaciar y…

-Y después dices que no te gusta.

Melo me despertó de mi hermoso sueño y menos mal, pues llevaba varios minutos observándolo. Sin embargo, no me gustaba, solo me parecía atractivo. Además, fue el hecho de que me tratara como una chica normal el que me llevo a considerarlo un chico normal.

Sin embargo, las pocas conversaciones que habíamos tenido, se convirtieron en nada. Hace unos meses me había dejado de hablar y, aunque a veces lo pillaba observandome, nunca decia nada, cuando notaba que me había dado cuenta apartaba la mirada sin más.

-Que no me gusta Melo

-Y por eso te lo has comido con la mirada

-Mejor nos centramos en lo que haremos al llegar al colegio, debemos hacer un informe de lo aprendido.

El día de hoy habíamos asistido a una charla de finanzas que dictaba el mismísimo Ministro. Aunque fue entretenida, el tipo dijo exactamente lo que nos dijeron a nosotros en nuestro primer año en la F.P.P.F.H.

-Vale, arruina la diversión de una vez

Sonreí al comentario de Melo y me sentí observada, al levantar la vista me fije en qué Inuyasha me observaba, la típica mirada de "te miro y no quiero que lo notes", pero lo hago. Por un momento le sostengo la mirada y se da cuenta, por lo que rompe el silencioso lazo que se ha formado y vuelve a centrarse en la conversación que tiene con Bala.

De repente el bus frena de golpe lo que causa una conmoción en los estudiantes. Comentarios de "venga que aquí llevas herederos no ganados" suenan por todo el vehículo. El chófer se levanta, pide disculpas y de inmediato baja a ver qué es lo que ha sucedido.

Dentro, los estudiantes se alborotan y comienzan a moverse de asientos cuchicheando que es lo que ha podido pasar.

Melo se levanta y yo voy detrás de ella, al movernos al frente nos damos cuenta de que todos se han arremolinado por lo que estamos unos encima de otros.

El profesor guía, quien también se había bajado del autobús, vuelve a subir y nos pide que tomemos asientos, sin embargo, los chicos han decidido sentarse dónde caigan por lo que tanto mi puesto como el de Melo ahora están ocupados, nos movemos hacia atrás y genial, nos toca sentarnos de último, junto a Inuyasha y Bala.

Le hago una señal a Melo para que tome asiento al lado del chico pero me ignora por completo y pasa directo a la ventanilla dejándome justo en medio de ella y el ojis verdes. Ahora mismo me siento como una estatua que no debe moverse. Inuyasha siente mi incomodidad y suelta una risita, sin embargo tampoco se mueve.

De pronto, otro estruendo fuera del autobús nos pone en alerta y regresa la conmoción. Cómo todos, aprovecho para levantarme, más porque no quiero estar al lado del chico que por la curiosidad del qué está pasando, y me vuelvo hacia adelante.

Al parecer, un joven de unos 25 años no quiere apartarse del camino, culpa a nuestro chófer de haberlo atropellado cuando claramente no tiene ni un rasguño.

Creo que se trata de uno de los jóvenes protestantes que han estado causando revuelo. Con la nueva Ley que protege a los herederos pero no ayuda a los pobres han pasado un montón de problemas.

Lo que sucede es que, hace un par de años se le había otorgado becas a los jóvenes inteligentes que no tienen la posibilidad de pagar una carrera. Algo realmente genial. Sin embargo, hace dos años, cuando crearon la F.P.P.F.H rebajaron las becas y se centraron en gastar dinero en los futuros herederos, por lo que muchos de los estudiantes que ya iban a mitad de la carrera se quedaron sin medios para completarla. Está tragedia causó una ola de suicidios y disputas en las calles que aún no cesan del todo y, lo que es peor, cuando se transforma en una verdadera guerra entre ex estudiantes y herederos, el ejército se aparece y hace de las suyas.

-Necesito que te apartes. A ver hijo, creeme, ni porque te plantes toda la vida frente a un bus lleno de herederos vas a ganar. La guardia puede aparecer y será mucho peor.

Aunque nuestro chófer trataba de calmarle, el chico de unos 25 años seguía al pie de nuestro autobús. La luz del semáforo llamo mi atención y me quedé embelesada, el rojo tintineante nos indicaba que debíamos frenar, era como si el mismo destino nos pedía que oyeramos al pobre chico.

Sin embargo, otra luz captó mi atención. La incesante luz amarilla que indicaba que la guardia estaba cerca.

El joven se puso en alerta, sin embargo nunca retrocedió. Los militares aparcaron y bajaron, eran exactamente cuatro guardias. Todos bien uniformados y con su porte de chicos malos que no se los quita nadie.

Comenzaron a charlar con el joven, algo pacífico, realmente extraño para el estilo de los guardias. El joven se comienza a alterar y el que parece el jefe de los uniformados tan solo lo observa y asiente con la cabeza. De repente, el mismo militar saca la pistola de su cinto y dispara al chico, justo en la cien.

El tiemp" se detuvo y el mundo se volvió silencioso. Todos en el autobús dejamos de respirar y solo reaccionamos cuando el resto de los militares se adentran al bus y nos piden que nos sentemos. Conmocionados, caemos en el primer lugar que se nos atraviesa y, solo cuando soy capaz de levantar la mirada, me doy cuenta que estoy justo al lado de Inu, en el primer asiento del lado izquierdo, detrás del puesto del chófer.

Me observa y le sostengo la mirada, creo que es la primera vez en mucho tiempo que ambos estamos conscientes de que el uno está mirando al otro fijamente, sin embargo, no nos apartamos. Al contrario, me transmite un mensaje de "calma, todo estará bien" o al menos eso es lo que observo en el verde de sus ojos.

Asiento con los míos y trato de calmarme, sin embargo, "calma" es lo último que hay. De hecho, fue en ese justo momento en el que "la calma" se fue de mi vida. Fue justo en ese momento en el que mi vida comenzó a cambiar.

CONTINUARÁ

Buenas noches mis queridos lectores … primero que nada, quiero aclararles que esta historia es mía, aunque los personajes no me pertenecen.

Bueno, al menos dos de ellos. Sinceramente tenia esta historia escrita desde hace mucho pero no me habia atrevido a subirla. Primero, porque los protagonistas no estan adaptados al tipico Inuyasha y mucho menos Kagome, creo que podran darse cuenta de ello desde el primer momento en que lean las descripciones de ambos personajes.

Por cierto, si alguna vez los llamo por otro nombre (a nuestros protagonistas) es por lo que acabo de decir. En un principio no estaba pensando en adaptar la historia al mundo de Inuyasha.

Sin embargo, espero que la disfruten y lean hasta el final. Besos les adoro un montón!