Prologo

—"he venido a salvarte".

Esas fueron sus palabras, aquellas palabras que atesorara por siempre en su corazón.

Limpiando diligentemente uno de los pasillos de la gran mansión a la que llama hogar la mansión de la chimenea

La noble oriental habia caída presa de sus propios pensamientos, sus orejas y su esponjosa cola se movían con sutileza en un rítmico vaivén. La sola idea de pensar en aquel chico de cabello blanco y ojos rojos que la salvo la ponían de esa forma.

—"aun recuerdo como mis lagrimas rodaron por mis mejillas, en ese momento por primera vez pude sonreír de manera genuina, libre de la maldición que me tenía prisionera".

Sin darse cuenta sus mejillas se tiñeron de un hermoso color rosa, sus labios se curvaron ligeramente formando en ellos una pequeña sonrisa.

—"mi corazón en ese momento no paraba de latir con fuerza, todo lo que tu hiciste por mí, todo lo que aun haces por mí, las palabras que te dije en ese instante al día de hoy no han cambiado, gracias…".

Las manos de haruhime se movían en pequeños círculos mientras limpiaba una de las ventanas ubicada en los pisos mas alto. En ese instante pudo notar en la entrada de la mansión a aquel chico de cabello blanco y ojos rojos muy similares a los de un conejo.

—mi héroe.

Instintivamente su sonrisa se hizo más radiante, levanto su mano en señal de saludo aun sabiendo que no la vería.

Solo para que su notoria alegría desapareció cuando el chico se habia encontrado con alguien, una princesa de cabello dorado, una de las mujeres mas fuertes, la famosa aventurera princesa de la espada ais wallenstein.

—"ahí están de nuevo"

Los ojos color esmeralda de haruhime se empezaron a humedecer, en silencio habia bajado su mano mientras con gran dolor y pesar veía a aquellas dos figuras

Las figuras de su héroe y una princesa

"¿por qué?"

Sus manos habían bajado para luego sujetaban ligeramente su kimono, el traje de maid que usaba regularmente mientras realizaba las labores domésticas en la mansión estaba siendo lavado.

Aun con sus lagrimas apunto de salir de sus ojos, la hechicera renard contuvo su pesar y comenzó a avanzar por los pasillos

Su corazón le dolía

—"yo acepte ser feliz mientras pueda seguir a tu lado, sin importar si soy la segunda, la tercera, o incluso si estoy más lejos en tu corazón, siempre y cuando tenga un pequeño lugar en el será suficiente para mi"

La mentira que se dijo a sí misma tantas noches mientras lloraba en silencio.

Durante su silencioso camino, haruhime no pudo evitar tener varios recuerdos de su vida, su estadía en el lejano oriente, su estricta relación con su padre, como este la culpo de la muerte de su madre.

Durante su vida estuvo rodeada de oscuridad, aun cuando hizo amigos, todo no fue mas que un pequeño destello de luz que no duro mucho.

—"yo fui salvada por bell-sama, no debería desear mas que esto que tengo, pero yo…"

Bajando por las escaleras haruhime recordó su primer encuentro con su héroe.

Como aquel pequeño aventurero se enfrento a una familia entera, todo con tal de salvarla, a ella. A una persona indigna que acababa de conocer y que en menos de una semana iba a ser sacrificada por los caprichos de una diosa.

—"aquella noche en que nos conocimos, fue como si hubiera sido obra del destino el encontrarnos".

—"aún no he escuchado tu [deseo]"

Las palabras de bell volvieron a hacer eco en sus pensamientos, mientras que la joven renard habia terminado de bajar las escaleras y en su camino hacia la puerta se detuvo para en un pequeño espejo y contemplar su reflejo

—¿mi [deseo]?

Se dijo a si misma mientras limpiaba sus lagrimas

Ella cerro sus ojos y pensó en ese [deseo] pero todo lo que llegaba a su mente era el rostro sonriente de aquel chico que habia ganado su corazón

Su cálida sonrisa, su suave todo cuando habla con ella, su brillante mirada cuando la miraba, todo eso la hacia sentir mas indigna por lo que realmente quería

—"no me mires así... No me sonrías así... Solo me das falsas esperanzas"

Aguantando sus lágrimas, la chica renard continuo su camino para recibir al chico.

Ese era su deber…

Eso era una mentira…

Solo quería verlo, solo quería oír su dulce voz, aunque solo sea un segundo antes, aunque eso solo la lastimara

—"mi [deseo] no es algo que deba cumplirse. Bell-sama es un [héroe] es alguien puro, mientras que yo no lo soy. ¿Qué otra explicación podría haber a querer volver a sentir como me tocaste como aquella vez?"

Su corazón se aceleró al recordar un momento.

—"aun recuerdo la sensación de la vez que me abrazaste, de como hundiste tu rostro entre mis pechos y de cómo no parecía querer soltarme una vez te libere de esas cadenas"

Instintivamente su cola se movía de un lado al otro

—"en ese momento no me importo nada, cuando alzaste la mirada abrace tu cabeza con mis manos y nuevamente lleve tu rostro hacia mis pechos, incluso use mi cola para abrazaste en tu cintura"

La joven renard ya podía ver la puerta de la mansión, forzó una sonrisa en sus labios, y al estar a pocos segundos de abrirla un fugaz recuerdo golpeo su mente, pero sobre todo su corazón.

—"¡familia tengo algo que contarles!"

Bell habia entrado casi gritando de forma repentina, los demás miembros de la familia dieron un pequeño salto por la impresión

—"¿Qué sucede bell-dono? ¿otra misión peligrosa? De ser ese el caso cuenta con mi espada"

Diligentemente mikoto hablo

—"mejor voy preparando mis herramientas para hacer mejor equipo"

Welf iba a levantarse de su asiento para comenzar cuanto antes, pero las palabras de bell lo detuvieron

—"¡n-no se trata de nada del calabozo!

—"¿entonces que es bell-sama? ¿no será acaso que nuevamente la familia tiene problemas porque se involucró con una chica que recién conoció?"

Lili habia tomado la palabra mientras lo veía fijamente de forma inquisitoria, a la cual la diosa Hestia se habia unido

—"¡c-claro que no! ¡Yo nunca he hecho eso!"

Silencio es todo lo que hubo en la habitación ante esa mentira, la cual reprimió al conejo al ver como su familia pensaba de esa forma de él.

—"b-bell-sama, y-yo creo en usted, ¿q-que es lo que tiene que decir"

Haruhime tomo la palabra intentando animarlo, cosa que logro para su alegría… de la cual pronto desaparecería

—"b-bueno yo…"

Sus mejillas se pusieron rojas, su mano derecha rascaba su mejilla, en su rostro se tonaba la vergüenza, pero una inmensa alegría

Por algún motivo, eso les dio un mal presentimiento a tres chicas en el lugar.

—"m-me declare a ais-san y ella dijo que si… ¡ahora somos una pareja!"

El silencio nuevamente habia tomado control de lugar, era tal que perfectamente podían escuchar el ruido afuera de su sede, un torreón de emociones golpeó con fuerza a aquellas tres mujeres interesadas en el conejo, pero sobre todo a una.

—"¿¡Q-Q-Q-Q-QUE TÚ QUE…!?"

La diosa y la pallum fueron las que gritaron al mismo tiempo que se lanzaron a exigirle una explicación.

Welf y mikoto lo felicitaron honestamente, ellos solo sintieron que también debían seguir el ejemplo de su capitán y lograr que sus respetivos intereses amorosos también se volvieran sus parejas.

Pero mientras ese gran ruido inundaba la habitación, en completo silencio haruhime solo pudo agachar su rostro, con sus labios temblorosos ella se retiro sin decir una sola palabra, solo dejando tras de si unas pequeñas gotas de sus lagrimas en el suelo.

Aquella noche haruhime habia llorado hasta quedarse dormida.

Así paso el tiempo, tanto Hestia como lili resignadas aceptaron ese hecho, pero no fueron las únicas, una mitad elfo que trabajaba en el gremio, una elfo que trabajaba como mesera, una exmiembro de la familia apolo, y demás chicas interesadas en el conejo habían aceptado su derrota.

Todas menos una

Haruhime intento olvidarlo, intento superarlo, intento convencerse a si misma que era lo mejor para su [héroe]

No pudo hacerlo.

Devuelta en la actualidad, haruhime finalmente habia llegado a la puerta de la mansión, ella podía oír los pasos cada vez mas cercanos del chico, nuevamente tomaría el papel de solo su compañera de familia y nada más que eso

—"sí solo tuviera el valor suficiente para olvidarte no estaría sufriendo cada vez que me miras, cada vez que me hablas con ese tono tan amable, cada vez que me sonríes"

Tomando el picaporte de la puerta, lentamente comenzó a girarla para abrir la puerta y recibir al chico que amaba y por el cual sufría en silencio ante un amor no correspondido

—"debo soportar estos celos, debo ocultarlos para que no te preocupes, para no ser una carga para ti"

La imagen de la princesa de la espada paso un segundo por su mente

—"siento celos de ti, tu robaste el corazón de bell-sama sin esfuerzo, en cambio yo…"

Un dolor nacido de la contradicción se formó en su corazón, al mismo tiempo que la luz del sol comenzaba a entrar por la puerta y solo eran escasos instantes en que haruhime volvería a ver a bell.

—"¿Cómo puedo sentir celos de la chica que ha ayudado tanto a bell-sama? Que horrible de mi parte

Dejando de lado todos esos pensamientos innecesarios, haruhime abrió por completo la puerta

—bienvenido bell-sa…

Ella con su sonrisa fingida iba a recibir al chico como siempre lo hacía, y con una sonrisa genuina de su parte el le devolvería el saludo

Pero en esta ocasión fue distinto.

En esta ocasión al momento que haruhime lo saludo pudo notar como lagrimas recorrían las mejillas del chico

—¡b-bell-sama! ¿¡que…!?

Sin que haruhime pudiera terminar su oración fue rodeada por los brazos de bell.

Nuevamente el chico la estaba abrazando mientras lloraba.

Haruhime estaba hecha un manojo de nervios, su cola y sus orejas se habían erizado, su rostro se habia puesto de un color tan rojo como del metal fundido en las forjas de los herreros

Su corazón latía con fuerza, por un instante iba a devolver el abrazo, pero no podía.

—bell-sama, no debería abrazar a una chica de esta manera teniendo una pareja como…

Aquellas palabras fueron realmente duras de pronuncias para la joven renard, sabia que esto estaba mal.

Sus manos que estuvieron a escasos centímetros de corresponder el abrazo iban a ser bajados, pero antes que eso sucediera bell hablo

—ella termino conmigo, ais-san termino nuestra relación.

El llanto se intensifico al igual que el abrazo del chico sobre las caderas de la joven renard, su tono era quebradizo, se notaba que estaba devastado

—no se que hice mal, no tengo idea en que me equivoque, simplemente ella…

El joven chico estaba buscando consuelo

Haruhime quien fue la primera que vio fue la receptora de sus pesares

—"debe haber un error, estoy segura que todo debió ser un malentendido, solo debo separarme del abrazo para poder…"

—"aún no he escuchado tu [deseo]"

Antes de poder hacer esa acción, las palabras que bell antaño le dijo volvieron a sonar en su mente

Haruhime no pudo… no, ella no quiso terminar el abrazo, en cambio lentamente sus manos iban nuevamente hacia la espalda del chico

—"mi [deseo] no es algo que deba cumplirse, esto debe ser un error, estoy segura que si detengo esto ahora podremos arreglarlo, pero… si tuviera la posibilidad, si tuviera la oportunidad de cambiar algo, si tuviera la posibilidad que mi [deseo] se cumpliera, yo…"

Con sus ultimas fuerzas de voluntad la joven renard que retenía sus nacientes lagrimas intento una ultima vez separarse, pero antes de hacerlo, el chico dijo unas últimas palabras

—haruhime-san, porfavor… déjame estar así un poco más, déjame estar a tu lado un poco mas

Los corazones lastimados de ambos jóvenes por motivos distintos latían con fuerza adentro de sus pechos.

—b-bell-sama… y-yo…

La chica no pudo resistir mas y finalmente ella cedió al corresponder el abrazo

—si…

Dijo la joven del lejano oriente mientras movía ligeramente su cola para abrazarlo con esta también

—siempre estaré a tu lado, bell-sama.

Fin del prologo

¿Qué les pareció?

Nos vemos en otro capítulo.