Contenido: Yuri, oneshot, romance, cambio de género de ambos personajes. Este fanfic pertenece a la mini serie dedicada al BajiFuyu week 2023.
Pareja: BajiFuyu (Fem) (Baji Fem x Chifuyu Fem)
Disclaimer:
Hikari: Desde hace meses traía ganas de escribir algo yuri con mi OTP pero es hasta ahora que me atrevo. Es la primera vez que intento esto así que no esperen demasiado. No hace falta decir que ni Tokyo Revengers ni sus personajes me pertenecen, todo es auditoría de Ken Wakui, por lo que este fanfic fue escrito únicamente por ocio y no tiene fines lucrativos.
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#BajiFuyuWeek2023, 3 – Beach (Playa)
- ¡Nos vemos cerca de la entrada! - gritó Kazutora a las dos chicas antes de que terminaran de separarse. Tanto la pelinegra como la rubia asintieron mientras daban media vuelta y se apresuraban a caminar sobre la suave y ya no tan caliente arena.
Conversando animadamente, las dos chicas caminaron solitarias hacia las duchas públicas de aquella playa, donde el cielo, de colores naranjas que comenzaban a degradarse hacia purpuras, ya indicaba que era el momento de regresar a casa. La cantidad de turistas y el cierre de puestos también hacían ver cada vez más vacía la zona, por lo que no fue extraño que nadie se topara con ellas en su tranquilo paseo.
-Estoy cubierta de arena- se quejaba Baji, que llevaba su cabello negro y largo sujeto en una coleta alta, completamente húmeda por culpa del agua salada del mar. Su bikini azul marino, a pesar de también estar húmedo, comenzaba a pegársele demasiado a la piel por la brisa marina que las estuvo acompañando desde que salieron de nadar.
-Igual yo. Es lo malo de venir a la playa, siento que tengo arena hasta en partes donde no debería- bromeó Chifuyu, de menor estatura y de cabello corto teñido de un rubio artificial. Ella no traía un bikini como el de Baji, en su lugar vestía un traje de baño completo, de color azul claro con algunos encajes, sin manga y con cremallera por el frente.
Entre conversaciones triviales, ambas chicas escogieron regaderas continuas para poder enjuagar de la mejor manera su cuerpo de la sal y la arena que estaban impregnados a sus pieles. Se permitieron soltar algunas carcajadas y el alto volumen de su voz, aprovechando estar completamente solas en el gran espacio.
Chifuyu soltó un suspiro cuando la temperatura del agua comenzó a ascender, aun sin quitarse el traje de baño el agua caliente recorrió su exhausto cuerpo.
-Mierda, esto no calienta- alcanzó a escuchar a la pelinegra, quejándose en el cubículo de al lado- Esta demasiado fría.
- ¿Todo está bien? - preguntó curiosa, tratando de alzar su cuerpo de puntitas para notar el problema, pero lo único que podía ver era el vapor producido de su propia regadera. Dispuesta a ser algo de ayuda, Chifuyu trató de abrir la puerta, pero la presencia de Baji la sorprendió primero, de tal manera que no hizo nada al respecto cuando la más alta se adentró en su misma ducha.
-Oh, aquí sí que funciona- sonriente y sin previo aviso, la pelinegra se colocó también bajo las gotas de agua. Tratando de darle espacio, Chifuyu se hizo para atrás, pero dio un pequeño salto cuando su piel chocó contra el frío mármol- No te alejes, cabemos las dos juntas- la tomó de la muñeca y, aunque ambas quedaron demasiado cerca (a propia opinión de la rubia) lograron acomodarse para ser rodeadas por la lluvia calientita de agua.
-Baji-san, si necesitas, podemos turnarnos, seguro que es incómodo para ti…- Chifuyu levantó la vista, incapaz de seguir viendo hacia abajo y, por ende, notando los muslos, el torso y el pecho de Baji. Pero sus palabras no pudieron seguir saliendo de su garganta cuando notó el cambió de expresión en la pelinegra.
Un gracioso puchero se formaba por la manera en que mordía su labio inferior, dejando visible su travieso colmillo. Sus mejillas y orejas se coloreaban, poco a poco, de un suave rojizo, aunque no sabía si era a causa del incremento de temperatura del agua o si existía alguna otra razón de por medio.
Baji levantó una de sus manos para deslizar la liga de cabello de su coleta y, para cuando la quito, las hebras enmarañadas y pegadas cayeron de forma silenciosa hasta rozar sus hombros.
-Podemos compartirla. No veo nada de malo…- pronunció, con una voz que apenas se podía distinguir entre el eco de las gotas. Chifuyu sintió sus mejillas arder, un electrizante escalofrío viajó por toda su espalda haciendo que sus extremidades temblaran visiblemente. Trató de dar un paso hacia atrás, pero la fuerte mano de Baji sobre su cintura se lo impidió.
Alzó la vista justo en el momento en que los labios de la mayor chocaron con los suyos. Soltó un suspiro, aunque terminó siendo vencida ante la agradable sensación del beso. Reconoció el sabor de sal y un tenue toque a frutas, probablemente residual de la sandía que habían devorado esa misma tarde.
Chifuyu se sintió levemente mareada. A pesar de tener formalmente esa clase de relación con Baji, aun le costaba poder acostumbrarse a esa clase de sensaciones tan excitantes.
Creyendo que podría comenzar a acostumbrarse, Baji comenzó con su siguiente movimiento. Aun entreteniendo los labios (y también lengua) de la rubia, su mano palmó su pecho hasta encontrar el cierre de la cremallera, y para cuando la ubicó no perdió el tiempo para bajarla con velocidad. En respuesta, Matsuno solo pudo cortar el contacto de sus labios para mirar abajo y tratar de detenerla.
El traje de baño se abrió con sutileza hasta poco más arriba de su ombligo.
-B-B-Baji-san, aquí no…- trataba de volver a subirla, pero la intromisión de ambas manos de la morena por dentro de su traje fue demasiado inesperada como para lograrlo.
-No hay nadie- susurró cerca de la oreja, aprovechando morder el lóbulo y jalar levemente con sus dientes el pendiente que siempre llevaba puesto la chica- Estás cubierta de arena, aun aquí dentro.
Chifuyu soltó un suspiro sonoro cuando los dedos recorrieron sus caderas y acariciaron fácilmente parte de sus glúteos.
- ¿Me ayudarías también, Chifuyu? - separándose levemente para que Chifuyu pudiese verla directamente, notó cómo la confundida joven parecía tener trabajos para tomar la iniciativa. Divertida, sacó una de sus manos traviesas del traje solo para tomar la delgada de su novia, dirigiéndola hacia su propia espalda, justo en esa parte donde el nudo de su bikini mantenía unido la parte superior.
-Baji-san, yo creo que no podré…- silencio. Solo las gotas de agua eran las causantes del ruido. Una mirada suplicante que trataba de ofrecer valor para continuar fue suficiente para que Chifuyu tragara saliva, nerviosa pero también un poco más decidida de lo que sucedería a continuación.
Ante aquellos ojos que parecían más bien suplicantes, tomó una bocanada de aire antes de jalar el fino hilo de tela. El nudo se deshizo con facilidad y para cuando estuvo deshecho, la tela que envolvía ambos senos de Baji pareció más holgado, comenzando a arrugarse de la parte de frente.
-Gracias- dijo con cierto tono divertido antes de volverla a besar. Chifuyu reprimió un grito cuando las dos manos regresaron a su movimiento dentro de su ropa.
Sintiendo que no deseaba quedarse atrás, permitió que las suyas propias recorrieran la espalda de Baji, percibiendo, efectivamente, pequeños granitos de arena esparcidos por toda su piel. Subiendo un poco más, enredó sus dedos en el cabello negro de Baji. De haber podido, habría soltado una risita por no poder deslizar sus dedos por el largo como siempre, probablemente debido a los nudos que se habían formado mientras estuvo a mereced de las olas del mar.
Los besos duraron varios minutos, con sus manos únicamente recorriendo las partes exploradas sin atreverse a ir más allá del límite no establecido formalmente.
O al menos eso pretendían hacer hasta que Baji se atrevió a bajar poco más por debajo del ombligo de la rubia, dejando explorar especialmente a sus dedos índice y medio a lo largo de la zona prohibida, percibiendo el temblor del cuerpo ajeno cuando trató de separarse para soltar un gemido, pero que se lo impidió, recargándola en el frio azulejo, jamás sin liberar sus labios.
Un pensamiento lascivo invadió la mente de Baji cuando entreabrió sus ojos y descubrió los parpados fuertemente cerrados de la rubia, tratando de resistir ante el travieso toqueteo de la mayor.
¿Qué tan lejos podrían permitirse llegar en un lugar como aquel?
Era obvio que las posibilidades de que alguien más llegara eran mínimas, pero aun así siempre podrían ser descubiertas por un tercero en cualquier momento.
¿Chifuyu lo disfrutaría? O, por el contrario, siendo una chica tan hundida en sus fantasías de manga shoujo, ¿podría desagradarle la idea?
Tratando de decidirse entre aquella maraña de pensamientos, los ojos azules de Chifuyu se abrieron con lentitud. Juró que el sonrojo de su rostro se acentuó aún más cuando sus miradas chocaron y, sin embargo, solo ese intercambio de miradas fue suficiente para llegar a todas las respuestas.
Juntó aún más sus labios y sus cuerpos, percibiendo como su bikini, al fin, resbalaba ante la gravedad y caía con un pequeño estruendo hasta el suelo mojado.
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-Me pregunto si nos seguirán esperando- preguntaba indiferente Baji, tratando de cepillar su enredada melena con sus propios dedos antes de deslizar la liga para atárselo nuevamente, sin importarle que aun estuviese húmedo.
-Kazutora-kun al menos sí- contestó Chifuyu, terminando de calzarse su par de tenis mientras amarraba los cordones- Tengo más de 10 llamadas perdidas…- esbozando una sonrisa forzada, Chifuyu alzó su pantalla con las notificaciones hacia Baji, quien solo soltó una carcajada luego de verla.
-Mas les vale a ese grupo de tontos no haber dejado a dos señoritas indefensas solas en la playa- ahora fue el turno de Chifuyu de reír, sabiendo perfectamente que ninguna de ellas era exactamente alguien que necesitara protección, conociendo que Baji solo hacía mención de su supuesta feminidad frágil en esta clase de comentarios.
Ambas terminaron de acomodar sus ropas y trajes de baños húmedos dentro de las maletas antes de salir al fin del cuarto donde se encontraban.
Algo intrigadas, voltearon varias veces a los lados, tratando de notar cualquier tipo de presencia humana escondida entre la oscuridad, pero al ver que todo se encontraba despejado, suspiraron de alivio al unísono.
-No hay nadie- sonrió con cierta picardía, desviando levemente la mirada y rascándose una de sus mejillas, ligeramente colorada.
-No, no lo hay- con una expresión similar, Baji comenzó a caminar, no sin antes entrelazar su mano con la pequeña de Chifuyu, quien aceptó gustosamente el contacto.
Entrelazaron sus manos mientras caminaban, sintiendo una curiosa vergüenza mientras se encaminaban hacia el punto de encuentro donde seguramente sus amigos aun aguardaban su regreso.
Ninguna encontró el valor suficiente para mirarse directamente ni tampoco pronunciar palabra alguna.
El apretón se hizo ligeramente, un poco más fuerte.
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Hikari: Mi alma descansa luego de escribir algo tan sexy entre estas dos, aunque me haré la nota mental sobre que algún día debo escribir una escena mas subida de tono entre ambas, pero eso ya será en otra ocasión. Por lo mientras, les agradezco haber leído este delirio y espero que nos volvamos a leer. ¡Mañana el cuarto fanfic! ¡Bye bye-perowna!
