Por que el viejo estudio de televisión no podía quedarse tranquilamente recogiendo atardeceres sobre sus cansadas paredes.
Ni el vibrante amarillo podría morir desvanecido entre la multitud de cuentas exigiendo verlos una vez más.
Una vez más.
Tulio sonrió nervioso antes de bajar su vista del celular, alzando sus brillantes botones ámbar en la búsqueda del productor. Su mirada resbaló entre las luces color púrpura neón y magenta futurista, las paredes cubiertas por numerosos premios y placas bien ganadas por el número de seguidores. La decoración de aquel estudio otrora televisivo había pasado a ser una sala de conversación con micrófonos y audífonos.
Víctima de la modernidad, el protagonista del ahora Podcast' 31 Minutos se sonrió al ver a Juanín correr hasta él con un café y una tableta, ya ni se pensaba en hojas impresas. Tulio alzó el dispositivo a la altura de su rostro, y así, con la pantalla en negro, se acomodó la corbata con el reflejo del vidrio templado.
-Hoy tenemos una entrevistada muy especial Tulio, dice que ya nos ha seguido desde que estábamos en la tele y que es muy amiga tuya.
-¿Amiga? ¡Já! Admiradora querrás decir- se bufoneó, encontrando más que texto en su libreto digital, por lo regular venía la foto junto con la semblanza de los invitados, esta vez no era así -¿Pero quién podrá ser?
-Pues… no me quiso decir su nombre, pero me aseguró que tenía muchas cosas que contarte… lo que me preocupa es que ya casi inicia la transmisión en vivo y aún no ha llegado- el productor bajó sus ojos a lo que sería un Smart watch con una animación de un reloj de arena - ¡Oh no, Tulio! ¡Estamos al aire!
-¡Pero Juanín! ¿Qué se supone que haga? No hay nadie OH-
-Cómo no que no hay nadie, ¿y yo que soy?
Juanín enfocó la cara de la invitada arrepintiéndose en un instante.
Era horrible, e inevitablemente distinguible a kilómetros.
Era la misma bruja que hace unos ayeres los estrujó con una maldición que les provocó buena suerte. Las voces de los ratoncitos.
-Pero bruja, ¿tú que haces aquí? Estás muy vieja para salir en un programa de youtube, nos vas a tirar el tráfico.
Tulio volteó a ver a Juanín haciéndole señas de que detuviera la transmisión, pero debido al número de gente observando el live, el pequeño blanco solo alzó un pulgar rosita para indicar que todo estaba bien. Al menos para la cuenta.
-Oh, entrevístame Tulio, yo te vi desde que iniciaron con estos videos y estás más famoso que nunca antes. Yo también quiero ser famosa y por eso vine a que me entrevistaras.
-Pues no. No tengo nada que preguntarle. Adiós.
El conductor se dio la vuelta en su lugar cruzado de brazos y piernas, en un puchero que causó más de una reacción en los comentarios.
-No seas así, Tulio. ¿No recuerdas que gracias a mí tu banda se hizo famosa?
-Oh sí, lo recuerdo muy bien…- el chimpancé retomó la compostura -Pero eso no significa nada, ahora váyase de aquí.
-Ah ¿con que no me vas a entrevistar, eh? ¿Ni siquiera si te cumpliera un deseo?
-¡Un deseo! ¡Oh!- Tulio acomodó su micrófono y sus audífonos -Dígame más acerca de este deseo, ¿qué puedo pedir?
-Lo que sea, Tulio. Sólo que recuerda que todo deseo tiene su consecuencia, y que no hay que pedir cosas que no estés dispuesto a enfrentar.
-Sí, sí, como sea- Hizo un ademán con las manos -¿O sea que puedo pedir un auto más nuevo? No… de esos Juanín me iba a conseguir un patrocinador… ¡Ya sé! ¡Una casa nueva! Ught, no. Tengo tantas que mi llavero está muy pesado y me da pereza cada vez que lo levanto. ¡Ya sé! ¿Y si pido más fama?
-Recuerda que todo deseo tiene su-
-Ya no siga con eso, me va a dar mi fama si o no.
La bruja se quedó perpleja, casi sacada de quicio.
-Bueno… sí pero, las consecuencias podrían-
-Quiero ser famoso. Mucho muy más famoso. Quiero que todo el mundo me adore
-Eso es absurdo, podrías pedir cualquier cosa, la paz mundial, el fin del cambio climático, mejorar la economía.
-Oh, y que me hagan canciones, eso estaría muy bien.
-Pero-
-Que todo mundo me ame como yo me amo.
-¡Basta! La bruja gritó, la transmisión sufrió un pequeño glicht, Juanín había permanecido al margen, pero nunca solía interrumpir, pero estaba a punto de cortar la transmisión para suavizar el asunto. -Por insolente e imbécil te daré lo que quieras, ¡akipirida skibidi cadavra!
Un humo inundó la habitación después de esas palabras, la transmisión se interrumpió por un falló en la electricidad que deshabilitó el internet, Juanín se acercó a Tulio como pudo, disipando la neblina que los hizo toser a ambos.
-Tulio, ¿estás bien?
El mencionado tosió un poco más, quitándose los audífonos y apartando el micrófono para bajar de la silla, pero viendo de inmediato que ya no estaba la bruja. Así como llegó, se fue.
-¿Qué todo eso Juanín? Este episodio fue un desastre, esa vieja ni siquiera cumple deseos, sólo dijo eso para aprovecharse de nuestras vistas.
-No digas eso Tulio, nos fue muy bien, si no hubiera sido por el internet que se cayó, te enseñaría todos los comentarios chistosos que hicieron nuestros seguidores.
-Sí como sea, esta es la última vez que aceptas un invitado sin fotografía, Juanín.
El menor resintió la molestia de su jefe, sólo agachó triste y asintió.
-Está bien, Tulio.
Juanín se dirigió a recoger el equipo de luz y video, guardándolos en silencio mientras veía a la distancia cómo Tulio alistaba sus cosas para irse. Ahora su propuesta de invitarle un café estaba lejos de poder ser aterrizada, la tensión del incidente tejió el nuevo estudio con incomodidad, que sólo pudo ser desgarrada por el sonido del celular del más alto.
Bailen sin césar, bailen sin césar.
-¿Qué?
Contestó Tulio a secas.
-No, no he visto tus mensajes.
Juanín había terminado de desarmar el equipo, pero su curiosidad lo orilló a fingir que continuaba guardando sus cosas con tal de darle seguimiento a la conversación del otro. No pudo evitarlo.
-Cálmate Mario Hugo- …
-No, no tengo tiempo de salir hoy, además creí que irías con Patana a… oh, espera, me está entrando otra llamada… ¿Aló, Guantesillo?
Juanín corrió a la mesa de las entrevistas con un trapo húmedo, sorprendentemente se acordó que tenía que limpiarla. La tensión iba bajando a medida que el tono de voz de Tulio pasaba de molesto a confundido.
-No Raúl, no quiero que vayamos a ese partido, ni siquiera me gusta el deporte.
Tulio se dio la vuelta con un suspiro, se talló la frente con la palma de su mano antes de que su mirada se detuviera en Juanín, quien no pareció darse cuenta que le estaba viendo hasta que volvió a hablar.
-Estoy con Juanín, ¿por qué?
Juanin hizo un gesto de duda, el más alto se recogió de hombros.
-Oh mira, pero si es otra llamada la que me está entrando, adiós… ¿Qué paso, Policarpo?
Tulio tomó sus cosas en su elegante maletín, le hizo un gesto a Juanín para despedirse pero este último se apresuró a acompañarlo hasta la puerta.
-¿Pero Policarpo qué te pasa?
El chimpancé se colocó el teléfono entre su hombro y mejilla para tener una mano libre y poder abrirle la puerta a Juanín, quien pasó con el equipo de video y un susurro de gracias. Esta acción activó el altavoz sin querer, y ambos pudieron escuchar la respuesta.
-Lo siento Tulio, me pasa cada vez que hablo con el conductor más cachondo del internet.
-¡¿Quéee?!- Triviño se sonrojó, nervioso y molesto -¿P-Pero Policarco, por qué me dices así?
Torpemente intentó bajar el altavoz, pero al desbloquear su teléfono (silenciado de notificaciones para no interrumpir la transmisión) se dio cuenta de la cantidad exagerada de notificaciones y mensajes en cualquiera de sus aplicaciones. Policarpo, entonces, continuó hablando.
-Sólo quería invitarte a un concierto en la zona VIP, tu sabes que un experto en espectáculos como yo tiene ciertos privilegios, y quería ver si los quisieras compartir conmigo.
Otra llamada.
Juan Carlos.
-Tulio, estoy afuera de tu casa esperando que me abras. En este momento nos vamos los dos al hipódromo, y no aceptaré un no como respuesta.
¿Bodoque?
Pero la impresión del conductor fue más, cuando al salir al patio del estudio se dio cuenta de la multitud gritando y forcejeando con la apenas débil reja que lo protegía de una estampada de gente gritando su nombre, con pancartas con distintos mensajes de amor, fotografías y algunos drones que ajenos de la privacidad, volaban alrededor de él en busca de algunas fotografías.
Los nuevos paparazzi.
Adentro del estudio, Juanín estaba decaído en el sillón pensando con algo de tristeza en el regaño que había recibido hace apenas una hora.
Se desahogaba como todos lo hacemos, viendo la pantalla de un feed inagotable que entrega contenido viral y basura con solo un delíz hacia arriba.
Y fue ahí que lo vio.
Un live de un fanático transmitiendo en vivo fuera del estudio, donde un visiblemente aturdido Tulio empujaba algunos drones que se burlaban de su espacio personal. Sorpresa tras otra al oír la voz del sujeto que estaba grabando y escuchar un reconocible 'Bah'.
-Y ya estamos aquí amigos, afuera del estudio. Les habla Guaripolo, el personaje favorito de Tulio, conductor de 31 Minutos, quien, en cualquier momento, saldrá por esa puerta a mi nuestro encuentro, y me besará, y me hará suyo mientras lo transmito en vivo.
Pero los comentarios eran aún peor.
La mitad se debatía por un acercamiento más real al protagonista, la otra mitad se quejaba de la suerte de Guaripolo al estar tan cerca del ex animador de televisión.
Juanín salió corriendo, pero en eso Tulio iba entrando nuevamente al estudio. Agitado, sin corbata y con la camisa desabrochada a medio pecho, su respiración marcada y su nerviosismo le hizo cerrar la puerta atrás suya con fuerza bruta. Al parecer, no le fue nada bien intentando salir del lugar.
Estaba aprisionado.
-Tulio, ¿estás bien?
-¡Juanín!- le gritó desde el suelo, caminando de rodillas hasta él para abrazarlo -Todos están locos me quisieron matar, me arrancaron los botones de esta finísima camisa ¡se llevaron mi corbata, Juanín!
-Tranquilo Tulio, estoy seguro de que no querían matarte, las redes están llenas de fotos de ti, ¡la gente te ama!
-¡No! Que horror, la gente está loca. ¿Cómo se supone que me vaya a mi casa ahora?
Tulio se levantó, se sacudió y se trató de acomodar la ropa lo mejor que pudo, pero la camisa se abrió irremediablemente.
-No creo que ese sea tu problema más grande…
-No entiendo- para variar -¿A qué te refieres con eso?
-Tu le pediste a la bruja que todos te amaran como lo haces tú mismo, ese amor es desmedido, Tulio, tenemos que encontrar a la bruja para que revierta el hechizo.
-Ya sé que soy fabuloso e irresistible… ¡pero no quería que la gente se obsesionara!
-Ya le estoy marcando a la bruja, Tulio, pero se fue muy molesta, no creo que me conteste a no ser que te prepares para disculparte.
-¿Yo? ¿una disculpa? ¡Ella fue la que me hizo el mal a mí!
El semblante de Juanín permaneció serio.
Se fue a otra habitación para concentrarse mejor en la llamada, ya que las quejas del más alto terminarían por arruinar lo que quedaba de su solución.
Mientras tanto, una nueva llamada atravesó con fuerza el leve tormento que se escuchaba desde afuera.
Eusebio Manguera.
Sí.
Ya no era su jefe.
Desde la migración a redes lo único que conservaron de él fue el nombre del programa.
El financiamiento se dio por frutos propios y el proyecto pudo continuar por cuenta propia.
Aun así.
¿Qué podría reclamarle ese señor?
-¿Diga?
-Oh, Tulio, me alegra que contestes y que estés bien. Oí en las noticias que eres realmente buscado por todos.
-Oh, Señor Manguera, me da mucho gusto que usted no forme parte del hechizo-
-Dime Eusebio, Tulio.
El más alto tragó saliva, nervioso. Tropezando con un torpe silencio que espantó a todas las conversaciones que podrían tener.
-Verás, me da mucha pena que ya no formes parte de mi plantilla de trabajo, siempre fuiste el mejor y más profesional de todos mis empleados, la envidia entre tantos conductores de quinta. Quería preguntarte si quieres regresar a la televisión, te iría definitivamente mucho mejor que en esa horrible humillación de ser injluencer.
-Influencer- titubió Tulio, escuchando por encima de su conversación la voz de Juanín hablar pasivo, eso lo relajó.
-Como sea… Si aceptas el trato, puedo darte todo lo que alguna vez imaginaste.
-¿T-Todo?
-A cambio de un favor- Tulio alzó la vista sin prestar mucha atención, divisó a Juanín saliendo de la habitación con una sonrisa -Quiero que me chupes la mangue-
El más alto tiró el teléfono sin mucha precaución, para dirigirse al albino y colocar ambas manos en sus hombros, sacudiéndolo con desesperación.
-¿Y bien? Qué te dijo la vieja esa.
-Que quitará la maldición, sólo si te disculpas en un nuevo live y admites tu error.
-¿Error? ¿yo? ¿cuál error?
-Que debes aprender a escuchar a tus entrevistados antes de hablar, o de lo contrario este tipo de cosas seguirán pasando.
La puerta del estudio se abrió de golpe, porque por supuesto, cualquiera de los funcionarios tenía acceso, y era cuestión de minutos para que algo así pasara.
Tulio sudó en frío, tomó a Juanín de la mano y corrió con él para encerrarse en la cabina de grabación, colocando el seguro y luego apresurándose para colocar algunos muebles bloqueando la entrada. Juanín se repuso y tomó su celular, abriendo la cámara y todavía tomándose el tiempo de escoger el mejor ángulo para el mensaje de disculpa.
-Debes apurarte Tulio, estás llegando a ser la búsqueda número 1 en todo internet, justo después de porn-
-¿Porn?
-Pop corn.
-Ught, como sea.
Tulio se sentó agitado, pasándose los dedos por la cabeza para recobrar su compostura. Su camisa seguía abierta mostrando su pecho y jadeaba despacio por el esfuerzo de haber bloqueado la puerta.
-¿Cómo me veo?
Pero Juanín sólo le alzó el pulgar, reacomodándose los audífonos y acercando el micrófono a Tulio.
-Hola amigos que me están viendo en línea, les habla Tulio Triviño, el influencer más popular del internet- se repuso, los golpeteos afuera de la cabina amenazaban con tirar la barrica -Quiero pedirle perdón, por haber hecho algo a la bruja que los hechizó.
-¡Tulio, abre la puerta!
-Tulio, no está funcionando, ¡di algo más!
Apresuró Juanín, viendo cómo tronaba la sección de comentarios al ver una transmisión en vivo de Tulio Triviño.
-Sí, quiero disculparme con esa vieja y decirles a todos los entrevistadores que está muy bien que no escuchen a sus invitados- negó pronto con la cabeza -Que tienen que escuchar a sus invitados.
-TULIO ABRE LA MALDITA PUERTA, SABEMOS QUE ESTÁS CON JUANÍN, MALDITO EGOISTA
-Tulio, la bruja acaba de darnos un like, di algo más.
Nervioso por la voz de los funcionarios, Tulio le arrebató el teléfono a Juanín para grabarse con la cámara frontal, aún más desesperado ahora que la toma estaba tan cerca.
-Lo siento, lo siento ¿está bien? No quería que se obsesionaran conmigo de esta forma, sólo que me amaran. Quite esta maldición de una vez por todas vieja bruja, ¡es muy incómodo tener a todos mis amigos enamorados de mí!
La puerta de derrumbó, y los periodistas digitales cayeron en pila uno sobre otro por la fuerza aplicada. Mareados incluso. Juanín recupero el teléfono que Tulio tiró al piso al irse a esconder debajo de la mesa de edición, ahogando un gritillo cobarde.
-Ught, pero qué hacemos aquí- indicó Bodoque levantándose, frotando su cabeza como si le doliera.
Policarpo fue el segundo en reponerse, buscando su peluquín entre el montón de gente aplastada.
-Parece que estábamos en una especie de trance hacia Tulio…- comentó sospechoso.
-No le digan a Patana por favor, no quiero ni pensar qué diría de que estuve enamorado de su tío- comentó Mario sonrojado, sacudiéndose para salir corriendo de la habitación.
Y es que así se fueron yendo, uno a uno los demás, Huachimingo, Jackson Aceituno, Rosario Central, todos, incluso el Balón Von Bola, se retiraron sin una palabra, como si lo que hubiera ocurrido fuera totalmente normal como pescar un resfriado y recuperarse.
Se quedó Bodoque a burlase, y Juanín.
-Eres un cobarde Tulio, yo estuve viendo tu transmisión cuando pediste el deseo, y a los 10 minutos, ya estabas llorando con que querías que todo fuera normal.
Tulio se rio nervioso, sacudiéndose y acomodándose nuevamente la camisa rota sin éxito.
-Sí, ¿verdad? Fue una locura, afortunadamente Juanín estaba aquí para ayudarme.
-Oh el buen Juanín, siempre está cuando se necesita- habló Bodoque como si el aludido no estuviera en la misma habitación -A propósito, Tulio, todavía tenemos que ir al hipódromo. Se va a hacer tarde y no alcanzaremos lugar.
-Oh es verdad, me habías pedido que te acompañara desde antes, lo olvidé totalmente.
El par de amigos desalojó el ahora destruido estudio, dejando a Juanín sin un agradecimiento o despido apropiado.
-No puedo creerlo, ¿entonces mi tío se volvió súper famoso y todo el mundo se enamoró de él? Caray, ya no voy a tomar vacaciones, te apuesto a que la sombra te hubiera podido ayudar a resolver el misterio.
-Así es, Patana, sólo me alegra que todo haya salido bien, y de que Tulio ya no esté siendo acosado por tanta gente.
Se sonrío Juanín para tomar su chocolate, y la chica miró el horizonte, pensativa.
-Oye tío Juanín, si todos se enamoraron de mi tío Tulio, ¿por qué a ti no te afectó el hechizo?
Juanín no escupió el líquido, pero casi se ahoga con él. La pájara le dio unas palmadas en la espalda, esperando pacientemente una respuesta entre tanto balbuceo.
-Creo que como yo estaba en la misma habitación que él no me afectó, debió ser el humo que inhalamos.
-Oh, ya veo.
Juanín asintió ferviente, terminando la conversación con otro trago a su ahora amargo chocolate.
Si tan sólo era niña supiera lo mucho que estaba enamorado de su tío, y lo bien que había logrado manejar esos sentimientos en secreto durante años.
Ningún hechizo podría cambiar la manera en la que Juanín veía a Tulio, ni alterar sus sentimientos hacia él.
Su amor no podía encogerse.
