Fiesta de Graduación junto al Mar
Capítulo 3
Habitación de baño
Al entrar en la bañera, las dos nos sentamos a lados opuestos mirándonos a los ojos.
– Ah, el agua esta maravillosa ¿No lo crees, Shizuku?
– Así es. Esta muy cómodo acá abajo.
Me relajo con mi cuerpo bajo el agua a la altura de mis hombros.
– Me pregunto si así serán todas nuestras noches cuando vivamos juntas. No puedo esperar más a estudiar la universidad y vivir contigo, Shizuku.
– Eris – sonrojada y feliz de que diga eso.
– Además, cuando empecemos a vivir juntas, tendremos mucho más tiempo para hacer… eso.
– Eris… ¡Aaah!
Eris estira su pierna bajo el agua y utiliza los dedos de sus pies para masturbarme allá abajo.
– Eris ¿Qué crees que haces?
– ¿Uh? No sé de que estás hablando, solo me estoy relajando mientras me baño – sonrisa pícara.
– Eres una mentirosa, sabes muy bien lo que estás… ¡Aaaaah!
Eris utiliza el dedo pulgar de su pie para meterlo allá abajo y acariciar con él mis labios interiores mientras acaricia los exteriores con el resto de los dedos de su pie.
– Ah, pero mira lo mojada que ya estás Shizuku, ¿Acaso te excitaste por la sensación de mi pie allá abajo? Eres una pervertida.
– Eris – avergonzada – ya verás que dos pueden jugar a ese juego.
– Shizuku ¡Aaaaaaaaaahhhh!
Dicho eso, también estiro mi pie bajo el agua y lo utilizo para masturbar a Eris de la misma manera que ella ahora hace conmigo.
– ¿Cómo se siente, Eris? ¿Verdad que tú también eres una pervertida?
– ¡Aaaaahhh! Así es, Shizuku, soy una gran pervertida por tu pie allá abajo. Bésame, Shizuku, bésame.
– Eris.
Nos tomamos de las manos y acercamos para besarnos, sin dejar de tocarnos en la vagina con nuestros pies.
– Shizuku, se siente maravilloso, se siente tan bien que me vengo ¡Me voy a venir!
– Eris, también yo, aquí viene ¡Aaaaaaaaaaaahhhhhh!
Las dos llegamos al orgasmo y dejamos salir nuestros jugos sobre el pie de la otra, los cuales se funden con el resto del agua de la bañera.
Y a pesar de que aún nos estamos recuperando del orgasmo que tuvimos, Eris se levanta lo suficiente para acercarse a mí y besa.
– Shizuku, aún deseo hacerlo, quiero seguir haciéndolo mucho más contigo esta noche.
– También yo, vamos a hacerlo otra vez.
– ¡Qué bien!
Dicho eso, nos acomodamos sosteniéndolos de la bañera con nuestros brazos y levantamos nuestras caderas para cruzar nuestras entrepiernas y nuestras vaginas puedan besarse.
– Shizuku, esta es una posición muy erótica, de esta manera podemos ver perfectamente nuestras tetas y la manera en que nuestras vaginas se besan sobre el agua.
– Lo sé.
Aunque no lo diría, a mí también me excita ver nuestras entrepiernas cruzadas y besándose de esta manera.
– Empezaré a moverme, Eris.
– También yo.
Alzamos nuestras caderas y comenzamos a chocar nuestras vaginas, moviendo el agua a nuestro alrededor con cada embestida que nos damos.
– Ah, Shizuku, se siente muy bien, me encanta el sonido que hace el agua cuando nos besamos allá abajo.
– Eris, Eris.
Continuas moviendo nuestras caderas, haciendo tijeras sobre el agua con nuestras piernas y besando nuestras vaginas con cada movimiento que hacemos.
Repetimos este movimiento de nuestras vaginas besándose sobre el agua, hasta que ya no podemos más y sentimos que el orgasmo se acerca.
– Eris, ya no puedo más, lo estoy sintiendo ¡Me estoy por venir!
– También yo, Shizuku, estoy tan cerca. Vengámonos juntas, juntas… ¡Shizukuuuuuuuu!
– ¡Eriiiiiiiiiissssss!
– ¡Aaaaaaaaaaaahhhhh!
Ambas logramos llegar al orgasmo y nuestros jugos salen expulsados de nuestras vaginas entremezclándose al momento y fundiendose al aterrizar en el agua de la bañera.
Al terminar, caemos de vuelta agotadas al agua de la bañera, donde nos relajamos y dejamos llevar por ella para recuperar la respiración perdida.
Al recuperarse un poco, se levanta y va conmigo para que la abrace, mientras recarga su cabeza sobre mi pecho.
– Ah, eso se sintió fabuloso, descansemos un poco de esta manera antes de seguir haciéndolo ¿Okay?
– Seguro, Eris.
La abrazo y acaricio su rubia cabellera, descansando en esta posición bajo el agua.
Al sentir su respiración descansando sobre mi pecho, estoy segura de que aún hay una cosa más que deseo hacer con ella.
Sólo que debo esperar a que se recupere.
Al anochecer
Al finalizar nuestro baño juntas, ambas salimos de la bañera y nos ayudamos a secar con nuestras toallas del hotel.
– Eso estuvo increíble, no puedo esperar a que lo sigamos haciendo ahora en nuestra cama ¿Verdad, Shizuku?
Eris se esta por poner sus bragas, cuando la detengo y las tomo en mis manos.
– ¿Qué pasa, Shizuku? ¿Acaso quieres ser tú quien me las ponga? ¿O será que quieres que comencemos a hacerlo ahora mismo? ¿No puedes esperar a la cama? – sonrisa pervertida.
– Nada de eso, solo, esperaba que pudiéramos quedarnos así un rato más.
– Claro que sí, Shizuku. Me encanta como te ves en tu yukata para dormir, pero me gusta mucho tu cuerpo desnudo.
Sonrojada, pero no me puedo echar para atrás, debo seguir adelante con el plan que tengo para esta noche.
– ¿Te parece si vamos a la playa?
– ¡¿Eh?! Ahora mismo ¿Así cómo estamos?
– Así es. ¿Podemos?
– Seguro, Shizuku ¡Vamos!
Playa – Noche
Al estar nuestra habitación en la planta baja junto a la playa, lo único que tenemos que hacer es abrir la puerta de nuestra terraza y una vez ahí, ya estamos a solo unos pasos de la playa.
– Esto es tan emocionante y excitante ¿Te imaginas que nos descubran, Shizuku?
– Ni siquiera lo menciones.
Aunque ya es pasada la medianoche, nos aseguramos de que ya no haya nadie más en la playa antes de salir de nuestra habitación completamente desnudas, tal y como Dios nos había traído al mundo.
– Sígueme y no hagas mucho ruido.
– Okay.
Una vez en la playa, caminamos bajo la luz de la luna con nuestros pies desnudos sobre la arena hasta llegar a la orilla del mar donde Eris se sienta para sentir el agua de mar chocar contra sus muslos, piernas, pies y trasero en la arena.
– Ah, me encanta sentir el agua de mar en mi cuerpo, me hace sentir muy relajada ¿A ti no, Shizuku?
Me observa de pie junto a ella, observando el gran mar frente a mí mientras el agua golpea mis pies en la arena.
– ¿No quieres sentarte a mi lado, Shizuku? Hay espacio para una más.
– Lo haré en un momento, pero antes hay algo que quiero preguntarte. Eris ¿Qué fue lo que te atrajo de mí? ¿Por qué decidiste que querías ser mi novia?
– ¿A que viene esa pregunta? ¿Acaso no es algo obvio?
Al ver que me mantengo seria, Eris ve que la pregunta va en serio.
– Bueno, para empezar desde que te vi me pareciste increíblemente atractiva, siempre me han atraído mucho las chicas japonesas por lo que cuando te vi, me sentí inmediatamente atraída hacia ti. Después te empecé a conocer mejor y descubrí que eras mucho más increíble de lo que pensaba. Una chica bastante responsable y estudiosa, pero también amable, compasiva, bondadosa, con un gran sentido de la lealtad y la tradición, aunque también con una gran mente abierta al cambio.
– No sé si eso último sea cierto.
– Aunque por supuesto, al final me terminaste enamorando con tu confesión en el manuscrito que me hiciste. Aunque aún no podía entender muy bien lo que decía (mi japonés todavía no era muy bueno en ese entonces), entendí el gran cariño y amor que habías puesto en cada palabra escrita. Supe que era tu manera muy propia de decirme que me amas y desde entonces, he estado rendida a tus pies como tu novia.
– Eris – conmovida – También me pareciste muy atractiva cuando te vi, pero más que eso, me enamoró de ti lo diferente que eres, tu manera tan única y especial en la que ves el mundo, tan lejos de la tradición y lo que esta bien visto, me hizo sentir una emoción que no sabía que sentía. Desde entonces, todos los días que he pasado a tu lado han sido muy divertidos. Cuando estoy contigo, se que nada será ordinario y los días como hoy no quiero que se acaben nunca. Es por eso que quise salir contigo de esta manera, para recordar lo emocionante y divertida que es la vida cuando estoy a tu lado. Y también porque… quisiera darte esto de la misma forma en que llegamos al mundo.
Me agacho y de entre las toallas del hotel que había traído conmigo, saco una pequeña caja de terciopelo.
– Shizuku… acaso ¡¿Esto es?!
Eris se lleva las manos a la boca para no gritar cuando ve que me pongo en una rodilla, ahí a la orilla de la playa.
– Shitogi Eris-san ¿Me concederías el gran honor de convertirte en mi esposa?
Abro la caja y le muestro un hermoso anillo con diamante que había pertenecido a mi abuela.
Eris lo ve maravillada con lagrimas en los ojos y con una gran sonrisa se lanza a mis brazos y responde.
– ¡SÍ ¡Sí, Sí, Sí, Sí! ¡Un millón de veces Sí! ¡Claro que me casaré contigo!
– ¡Eris!
Sin tratar de contener sus emociones más, Eris salta hacia mí y me tumba sobre la arena donde nos besamos una y otra vez metiendo nuestra lengua dentro de los labios de la otra, bebiendo nuestra saliva como si de un dulce elixir se tratara.
– Shizuku, estoy tan feliz.
– También yo, Eris – nos decimos sin dejar de besarnos.
Al separarnos por la falta de aire, una gran línea de saliva aún une nuestros labios. Reímos alegres y felices por nuestro compromiso y nos sentamos de rodillas en la arena.
– ¿Te parece si hacemos esto oficial?
– Sí, Shizuku.
Eris pone su mano para que coloque mi anillo en su dedo matrimonial.
Y una vez con el anillo en su mano.
– Es tan bello, muchísimas gracias por habérmelo dado, Shizuku.
– Gracias a ti por aceptarlo, Eris. Sé que a mi abuela le habría encantado que lo llevaras.
– A mí también me habría encantado conocerla.
Eris ve el anillo en su dedo con la mayor alegría que haya visto jamás en sus ojos y me dice.
– Quiero hacerlo contigo, Shizuku. Quiero hacerlo muchísimo esta noche hasta que ya no podamos caminar del cansancio.
– Eris – conmovida, sonriente – En ese caso, será mejor que nos levantemos para volver a nuestra habitación.
– No hay tiempo para eso, quiero que seas mía ahora.
– ¿Eh? Bueno... supongo que de todas maneras tendremos que regresar al baño para lavarnos la arena de nuestros cuerpos.
– Entonces ¿Podemos?
Pongo mi mano sobre su mejilla para besarla y le respondo.
– Sí, Eris. Mi cuerpo y todo de mí son todos tuyos, puedes hacer conmigo lo que te plazca.
– Shizuku ¡Shizuku!
Nos besamos y abrazamos hay acostadas sobre la arena, llevando nuestras manos allá abajo para tocarnos y sentir con nuestros dedos el cálido interior de la otra.
– Shizuku, estás tan cálida y apretada aquí adentro, puedo sentir como tu vágina se contrae, envuelve y aprieta mis dedos.
– Eris, también la tuya está muy mojada. Puedo sentir cómo mis dedos entran y salen fácilmente de tu interior.
– ¡Aaaaahhh! Shizuku, síguemelos metiendo, síguemelos metiendo así, por favor ¡Aaaaaaahhhh!
Nos besamos y agarramos las tetas sin dejar de meternos los dedos allá abajo. La estimulación y la felicidad que sentimos ahora es tan grande, que no tardamos nada en llegar al orgasmo.
– Shizuku, estoy tan feliz de que me hayas pedido ser tu esposa, es un sueño hecho realidad para mí saber que pasaré el resto de mis días a tu lado, esposa mía.
– También yo Eris, no podía esperar más a hacerte la gran pregunta, quiero compartir todos mis días a tu lado y nunca más volver a estar separada de ti.
– Y no lo estarás, jamás te separaré de mi lado, amor mío.
– Eris.
Continuamos metiendo y sacando nuestros dedos del interior mientras nos besamos y chupamos las tetas, hasta que sentimos que el final esta cerca.
– Vengámonos juntas, esposa mía. Juntas.
– Esta bien, esposa, Eris… ¡Aaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhh!
– ¡Shizukuuuuuuuuuuu!
Ambas nos terminamos viniendo y nuestros jugos salen expulsadas de la otra, manchando nuestras manos y dedos dentro de la otra.
Al terminar, sacamos nuestros dedos de nuestra vagina y los llevamos a los labios de la otra. Nos turnamos para saborearlos y lamer cada uno de sus deliciosos dedos.
Ya que están limpios, intercambiamos otro beso más en los labios y nos quedamos un rato más recostadas en la arena junto a la mar, mientras el mar moja nuestra espaldas, cabello, piernas y trasero, abrazadas a la otra.
– Esto es increíble, no quiero que estos días terminen nunca.
– Tampoco yo.
– A partir de ahora, pasaremos el resto de nuestras vidas juntas ¿No es así?
– Así es, Eris. Siempre estaremos juntas, siempre.
Bonus Short Story – Recepción del hotel
Han pasado unos días desde aquella noche y tras haberlos disfrutado en compañía de nuestras amigas y compañeras de clase, finalmente ha llegado el momento de regresar a casa.
La profesora encargada de nuestro viaje se encuentra haciendo el check-out, mientras Rushia, Eris y yo, esperamos con nuestras maletas en la recepción, siendo acompañadas por Takako, Runa y Rena.
– Wuah, no puedo creer que ya se vayan a ir – Runa llora como la pequeña niña que es, abrazada a Eris.
– Descuida, Runa. Nos veremos de nuevo en unos días, además aún tienes a Takako, Rena y tus amigas para divertirte. ¿Quieres volver a ver mi anillo antes de que me vaya?
– ¡Sí, por favor!
Sonriente, Eris le muestra su mano donde ahora descansa el brillante anillo de compromiso de mi abuela.
– ¡Increíble! ¿Cuándo me vas a dar uno así, Sensei?
– Runa – Takako se sonroja ante la pregunta de su pequeña novia.
Las alumnas graduadas de la primaria todavía se quedarían dos días más en el hotel junto con sus profesoras. Aunque ya nos habíamos acostumbrado bastante a pasar el tiempo juntas estos últimos días.
La mañana siguiente de nuestro compromiso, nos volvimos a juntar con Takako, Runa, Rena y Rushia, para compartir juntas nuestro desayuno buffet. Y una vez ahí, les dimos la gran noticia de nuestro compromiso la noche anterior.
Al escucharnos todas nuestras amigas y compañeras de clase estallaron a gritos y nos felicitaron muchísimo. Takako incluso rompió a llorar de la emoción.
Todas estaban tan emocionadas que Rena decidió celebrar una pequeña ceremonia matrimonial no oficial allí mismo en la playa, a la que asistieron todas nuestras compañeras de clase.
Takako y Runa fueron nuestras madrinas de bodas, mientras que Rena hospicio la pequeña boda (después de todo, la boda real aún habría que planearla a más detalle para que todas nuestras amigas y familia pudieran asistir).
– Nee-sama, quiero que también nos organices a Takako y a mí una boda como la de ellas – le dijo Runa después de la boda.
– Lo haré ya que crezcas, Runita.
– No me llames Runita.
Al finalizar la boda, tuvimos una gran fiesta en el salón del hotel y posteriormente, pasamos a celebrar nuestra luna de miel anticipada en la privacidad de una suite de lujo matrimonial que Rena nos había pagado.
Nos besamos, bañamos e hicimos muchísimo el amor toda esa noche hasta llegada la madrugada (Si así fue este viaje, no me puedo ni imaginar lo que nos esperará en nuestra luna de miel).
En verdad fueron unos maravillosos días de ensueño durante los cuales, pude experimentar un poco de lo que me espera en mi vida casada con Eris.
– Listo chicas, ya quedó todo hecho, ya podemos irnos al aeropuerto.
Anuncia una de las maestras encargadas, por lo que Rushia, Eris y yo tomamos nuestras maletas y nos preparamos para irnos.
Antes de irse, Rena arregla el moño rojo del cabello de Rushia y le dice.
– Mucha suerte allá en tu casa, querida. Espero pongas en práctica todo lo que te enseñé con esa adorable hermanita tuya que tienes.
– Así lo haré, muchísimas gracias por tus lecciones, Rena.
– Oh, Rushia.
Rena y Rushia comparten un último beso en los labios con lengua incluida, antes de despedirse y seguir cada una su propio camino.
No era una despedida como tal, solo un hasta luego y ambas lo sabían.
– Lamento que ya no tengas con quien coger estos dos días restantes, Nee-sama.
– ¿De que hablas? Si para eso aún las tengo a Takako y a ti ¿O no, Runita?
– ¡Nee-sama! – le grita Runa molesta.
Mientras tanto, Eris y yo nos despedimos de Takako.
– Que tengan un muy buen viaje y nuevamente, muchas felicidades por su matrimonio.
– Muchas gracias, sensei. Les haremos llegar su invitación ya que tengamos fecha para la boda.
– La estaré esperando.
Dicho esto, Eris va a abrazar a Runa una última vez y nos despedimos subiéndonos al autobús para ir al aeropuerto.
Una vez hemos dejado atrás el hotel, nos relajamos en nuestros asientos tomadas de la manos, y Eris le pregunta a Rushia.
– Rushia-chan, entonces ¿Disfrutaste mucho teniendo tus lecciones privadas con Rena-sensei?
– ¡Eris!
La regaño con un susurro pero a Rushia, no parece molestarle la pregunta.
– Por supuesto, ella es muy buena y pone mucha pasión en lo que enseña.
– Me alegra mucho que todo saliera bien entre ustedes.
– A mí también.
Rushia observa el anillo de mi abuela en el dedo de Eris y nos dice con una sonrisa.
– Se que ya se los dije mucho pero nuevamente, muchas felicidades por su compromiso, amigas. No puedo esperar a ir a la boda.
– Muchísimas gracias, Rushia-chan. Nosotras tampoco podemos esperar.
Antes de llegar al aeropuerto, Eris y yo nos volteamos a vernos sonrientes a los ojos y nos besamos en los labios antes de decir.
– Muchísimas gracias por haberme propuesto matrimonio, amor mío. No puedo esperar a compartir el resto de mi vida contigo.
– Lo mismo digo yo, cariño.
Nos volvemos a besar antes de llegar al aeropuerto y regresar juntas a casa.
Los mejores días de nuestras vidas aún están delante de nosotras.
FIN
¡Y hasta aquí esta bella y excitante historia! ¿Qué les pareció? Originalmente la pensé redactar como un OS, pero al querer dedicarle su tiempo al momento privado de las tres parejas, decidí dividirlo en partes jaja. ¡Y la escena de la propuesta de matrimonio! De ninguna manera podía escribirla como un OS jajaja xD.
Además como pequeña trivia, les comento que el personaje de Rushia Inatori No me lo inventé! Ella realmente es una compañera de clase de Shizuku y Eris en una novela web y también aparecerá en una novela que estoy planeando escribir próximamente. (¿Cuál será? ¡Espérenla!).
Espero les haya gustado y como siempre, mil gracias por leer mis historias las cuales redacto con muchísimo cariño y cuidado como lo merecen cada una de estas increíbles parejas. La próxima semana continua "Academia Saint Michael's de Magia y Hechicería" así que también espérenla con ganas.
Hasta entonces ¡Nos seguiremos leyendo! c:
