Descargo de responsabilidad: ya saben ustedes que PUCCA y sus personajes no me pertenecen, le pertenecen a su creador Boo Kyoung Kim. Yo sólo usé sus personajes, para crear esta historia loca, pero según yo entretenida.
Descargo de responsabilidad 2: así como el libro de Harry pottery sus personajes no me pertenecen, pues le pertenecen a la autora JKRollin. yo sólo utilicé a Harry potter para juntarlo con Pucca, así que no plagien, adapten o copien por favor que eso no está bien.
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"Sé que te cuesta creerlo, pero no puedes escapar de tu destino, aunque lo intentes de una y mil formas posibles." _(Suga Sanada)
Garu sabía que se había portado más grosero con Pucca, de lo que normalmente era con ella y admitiendo que no se lo merecía. Pero desde el ataque de Tobe con las serpientes, él temió que Pucca se enterara de la verdad y supiera que no era un Sanada si no que era un Potter.
Y eso no era factible, ser un Potter le acarreó puros problemas desde que nació. Así que por el bien de Pucca, era mejor que se alejara de él y así no sufrir el destino de sus padres, sus tíos o perderla de vista como a su hermano Harry Potter.
Por eso mismo, la trataba de evitar y casi ya no salía de su casa o el bosque de bambú. Mandando a Gura por la comida, mientras él le entregaba los ingredientes al Ching Dooda en secreto o a Paccu para que se lo diera a sus tíos. Y fue peor cuando el miércoles le llegó una carta con santa Claus, tomándola entre sus manos con curiosidad. Mientras leía el contenido, pagándole a santa Claus y escuchando como se alejaba el hombre del bosque de bambú hacia la aldea.
Señor G Potter a las afueras de Sooga, en las profundidades del bosque de bambú, en el primer cuarto de la humilde choza Sanada.
Cuando giró la carta, notó un sello de lacre púrpura con un escudo de armas, en la que se mostraba un león, un águila, un tejón y una serpiente que rodeaban una gran letra H. Sabía de qué se trataba, pues su tía madre había ido con su padre James Potter a esa escuela.
Pero él no quería saber nada de ellos y la rompió sin leerla, esperando que no le volviera a llegar otra carta de ellos. Pues él era un ninja y no se volvería un mago por capricho de ser un Potter, si no que iba a ir a la segundaria tortuga y no cambiaría por nada ni por nadie.
Fue allí cuando Pucca lo vio y lo interrogó, extrañada de lo que hizo y notando esa expresión de sospecha por su actuar. Algo que lo hizo temer que supiera la verdad, alejándose de ella de una manera grosera.
Cuando Gura lo vio entrar a casa, le cuestionó molesto por su actitud. Pues al parecer, él había visto toda la interacción que tuvo con Pucca.
–¿Por qué ¿Hiciste eso?
Garu rodó los ojos y le miró con fastidio.
~No me molesta, Gura, este es mi asunto y no deseo que te metas.~
Gura suspiró cansado, mientras veía a Garu sentarse en el sofá de la sala y ver la tele, negando él con la cabeza y decirle con seriedad.
–Sabes, hermano, sé que no te gusta la idea. Pero tu secreto no se puede ocultar para siempre, tienes que buscar a tu hermano Harry y Pucca no tardará en darse cuenta de que eres un Potter.
–Grrrr.
Garu gruñó molesto, pero sabía que tenía razón. Se lo había prometido a su tío padre Suga y no podía fallar, era cuestión de honor y responsabilidad de la que tanto se jactaba.
Sin embargo, los siguientes días evitó todo tipo de cartas de esa escuela, rompiéndolas, quemándolas, haciendo que mío las hiciera trisas, tirándolas al río o saliendo de casa para evitarlas. Pero de nada servía, porque siempre llegaban más cartas a su casa o por donde IBA.
Creándole otro problema en su vida, pues estaba actuando como un completo cobarde. Así que suspiró y entrando a la tienda de flores de Hwayo, caminando por él lugar hasta pararse enfrente del mostrador, en donde la chica se asomó y le preguntó serio.
–Hola, Garu, ¿Deseas comprarme unas flores?
Asintió serio Garu, haciéndole una seña para decirle con rapidez.
~Quiero disculparme con Pucca, ¿Tienes un ramo de flores que ayuden para disculparme por actuar tan mal con ella?~
pero no lo entendía, aunque intentó varias veces hacerle señas, tratando de que captara lo que quería decir. Cuando notó que no le entendía, sacó un lápiz y escribió rápido en él, entregándoselo a Hwayo con rapidez para que lo leyera.
Necesito unas flores para disculparme con Pucca.
Leyó Hwayo suavemente, sonriéndole aliviada y diciéndole tranquila.
–Claro, tengo Las Flores Perfectas.
Le dijo y fue por las flores, Garu las pagó y se fue de allí luego de que se las entregaran. Yendo a comprarle más cosas a Pucca, para disculparse por su actitud más arisca de lo habitual.
Y el mismo día por la tarde, fue al Ching Dooda a comer con Gura unos fideos Yam Yam. Y cuando Pucca se acercó a ellos y les pidió su orden con su falda de camarera, Garu tomó su mano y la alejó de allí.
Desconcertando a su hermano y a Pucca, que lo miraron extrañados, aunque él los ignoró por completo. Llevándose a Pucca afuera del restaurante, escondiendo los regalos en su espalda, mientras que Gura tuvo que pedirle la comida a Dada que pasaba cerca.
Cuando Pucca y Garu se encontraban a fuera, Pucca se soltó de él y cruzó los brazos en su pecho. Mirándolo sería y diciéndole fría con sus ojos, mientras los pensamientos de que era hijo de Voldemort la volvían a asaltar en su cabeza.
~¿Por qué me has sacado, Garu?~
~Para pedirte disculpas, Pucca, sé que esa vez tú intención no era el molestarme con tú pregunta sobre la carta que rompí.~
Dijo arrepentido Garu con su mirar, sacándole las rosas blancas, unos chocolates y un oso de peluche, que le dio y siguió diciéndole en silencio.
~Pero verás, ese día no estaba de buenas y me desquité contigo. Sé que no estuvo bien, así que me disculpo sinceramente y te doy esto como una forma de arrepentimiento.~
Pucca asintió y así misma se dijo feliz.
(Lo sabía, Garu es demasiado bueno como para hacerme daño. Y aún más, como para ser hijo de Voldemort.)
Mientras tanto, Garu vio con alivio como Pucca le agradecía con los ojos brillantes.
~Está bien, Garu, te entiendo. Gracias por los regalos, eres el mejor.~
Besando la mejilla de Garu en forma de agradecimiento, haciendo que Garu se pusiera muy rojo. Viendo sus regalos en manos cuando se separó de él, hablándole Garu de una manera resignada con sus ojos verdes.
~Y también, Pucca, tengo algo que confesarte. Es complicado porque no me gusta esa verdad, pero yo soy...~
Iba a decirle con seriedad, pero un estruendo lo interrumpió y sé hizo más fuerte cada vez que pasaba el tiempo. Comenzando a llover en la aldea de Sooga fuertemente, cayendo gruesas gotas en las cabezas de Pucca y Garu, aunque aun así no se alejaron del lugar por curiosidad.
Y al girarse a ver el cielo los dos con atención, el ruido aumentó más hasta hacerse un rugido. Asustando a Garu y a Pucca por el estruendo, que no parecía cesar por nada del mundo.
Y entonces una pesada moto calló del aire y aterrizó en el camino, frenando frente a ellos cerca del restaurante Ching Dooda como si no fuera nada o fuera de lo más normal. La moto era inmensa y muy vistosa, pero si se le comparaba con el hombre que la conducía parecía un juguete.
Era dos veces más alto que un hombre normal y al menos cinco veces más ancho, se podía decir que Hera demasiado grande para que lo aceptaran en la sociedad. Y, además, tan desaliñado con su cabello negro, largo y revuelto que lo hacía ver peligroso.
También tenía una barba que le cubría casi toda la cara, sus manos tenían casi el mismo tamaño que las tapas de un cubo de la basura y sus pies, calzado con botas de cuero, parecían crías de delfín. Cuando se bajó de ella, hablando con su voz gruesa y de igual manera estridente.
–Joven Garu William Potter, tiene que venir conmigo.
La mención de su nombre completo hizo que Garu tragara duro, mirando de reojo la cara de sorpresa de la siempre calmada Pucca. Viendo como tiraba los regalos por la sorpresa, mirándolo con fijación al ser rebelado su secreto.
Al final, Pucca no sé había equivocado ni había traicionado a su familia. Pues sin querer sé había enamorado de un Potter y lo había protegido, así que su sonrisa volvió a su rostro y tomó la mano de Garu.
Cuando él sintió su mano, inmediatamente se tensó y negó con la cabeza. Indicando que él no era el que buscaba, haciendo que Hagrid también se tensara y dijera preocupado.
–¿En serio no eres Garu Potter? Es raro, yo casi nunca me equivoco.
Suspiró suavemente el enorme hombre, ofreciéndole a ambos jóvenes su larga mano y presentándose ante ellos.
–Yo soy Rubeus Hagrid, vengo aquí para buscar a Garu William Potter y llevarlo con su hermano Harry James Potter, ¿Pueden decirme quienes son ustedes?
Pucca asintió y sonrió suavemente, corriendo velozmente a un árbol, arrancar una rama, regresar hacia el gigante y Garu y escribir en el suelo.
Yo soy Pucca Black Dooda y él es Garu.
Señalando Pucca a Garu luego de escribir eso, suspirando aliviado Hagrid y diciendo alegre.
–Entonces sí eres tú, tienes que venir conmigo, tienes que conocer a tú hermano y si quieres puede acompañarlos la señorita Black.
Garu negó de nuevo y quitándole la barita a Pucca, escribió rápido en el suelo mojado del lugar.
No puedo, dejaré solo a mi hermano y Pucca a su media hermana.
Garu intentó echarse atrás para alejarse, pero Pucca lo miró y le dijo seria, deteniéndolo antes de que se pudiera ir de allí.
~Garu, Gura estará bien, solo dale chance.~
Dijo y le retiró la varita, escribiendo en el suelo, para luego correr hacia su casa.
Iremos, señor Hagrid, solo espéreme cinco minutos.
Así Hagrid asintió alegre, suspirando Garu resignado por aquello que estaba pasando y su secreto rebelado.
