Capítulo 4
Un viaje.fugaz
Milenio de Plata, palacio de la familia real de la tierra:
Aquella mañana luego del baile real por el cumpleaños del heredero al trono; las princesas herederas volvieron una a una a su planeta siendo las princesas de Marte y Júpiter las últimas en irse del planeta tierra y a las que en ese momento estaban despidiendo la monarca y su único hijo.
-querida sobrina, Lady Mars-se despide la hermosa reina Gea-fue un placer tenerles aquí-se despide brincando el protocolo completamente la reina y abrazando a ambas jóvenes.
-Reina Gea, gracias por recibirnos. Fueron unos días maravillosos-cuenta la joven de cabellos negros
-por favor regresa pronto, el tenerte de visita aquí fue refrescante y el humor de mi hijo mejoró considerablemente contigo aquí ¿verdad, Hijo?
El muchacho se sonrojó ante la evidencia de su madre y tosió para aclarar su garganta.
-Princesa Reiko, fue un honor tenerla en palacio-suelta con toda la caballerosidad que enseñaron al joven.
-será un honor tenerlo de visita alguna vez en Marte, príncipe-responde educada la muchacha y Makoto sonríe malévolamente.
-Si, primo. Gracias por tus atenciones, también me dió gusto verte, gracias por invitarme a volver, eres un amor-irónica la castaña
-bueno, yo…
-ay nos encantaría ir a Júpiter, dicen que es un gran planeta-agrega el rubio
-Es una pena que no puedan ir ni a Marte ni a Júpiter-interviene el Rei Etlio que llega en ese momento a despedir a las jóvenes princesas-El príncipe Endymion tiene una visita diplomática que hacer en la Luna y sale mañana temprano
-¿qué?-se sorprende el joven-pero no habíamos hablado de eso
-nosotros nos retiramos, majestad. Gracias por su hospitalidad-Se inclina Rei y jala a.su amiga para subir a la nave espacial de la princesa de Júpiter sin decir más.
-¿cómo que tengo que ir a la Luna, padre?-incrédulo el heredero-tengo labores que realizar en la tierra
-Endymion. Basta de esconderte en tu coraza y tu torre de estudios; eres un príncipe y un príncipe heredero. A partir de hoy no vas a esconderte más y realizarás las visitas diplomáticas que acontecen a tu título.
-¿pero qué tengo que hacer en la Luna? ¿Por qué en la Luna?
-porque la Reina Serenity recomendó que iniciaras ahí para que conocieras las colonias que gobernamos.
-pero la Luna es prácticamente autónoma-insiste el muchacho
-es una decisión tomada, Endymion. Basta de niñerias-suelta tajante el rey y se aleja siendo seguido por la reina Gea dejando a solas al príncipe y al canciller Hansford.
-Escuché ayer sin querer que la Reina Serenity le decía a tu padre que sería conveniente que su hija y tú se enamoraran
-eso es imposible, Andrew
-si. Lo sé-apoya el rubio-tu corazón ya tiene dueña ¿no? Para mala suerte también oí que enviarían al General Jeditte y al General Neflite a Marte a hacer una visita diplomática, que creo que solo es pretexto para que cortejen a las princesas…
-Serenity está enferma de poder. No le basta haber sido ungida Reina, ahora quiere que yo me case con Serena
-he oído chismes de pasillos, amigo. Mucha gente está inconforme con ese nombramiento y hay quienes no consideran a la Reina Serenity parte de la unión interplanetaria.
-Me molesta que para ella y mi padre solo seamos fichas de su tablero de ajedrez.
-lo sé, amigo. Bueno, tienes el apoyo de tu madre-sonrie el rubio-si te casas con Lady Mars o conmigo ella lo aprobaría
-¡contigo!
-no lo niegues. Te agrado más que tu prima Serena.
-No lo puedo creer. -Suelta el pelinegro y entra a palacio ignorando al muchacho rubio
-¡acéptalo!
El canciller sigue al príncipe para convencerlo de aceptar que es su favorito. El príncipe no lo aceptaría pero lo acababa de hacer olvidarse de la preocupación que lo embargaba de momento…
Palacio Lunar:
La joven muchacha de cabellos rubios se encontraba de frente ante su tocador, revisaba uno a uno los vestidos nuevos que su madre había mandado confeccionar para ella y cada uno era más hermoso que el anterior.
-Serena…
-Madre, gracias por los vestidos. Son hermosos. ¡no puedo creer que me mandaras confeccionar estos vestidos tan hermosos y caros!
-Es una inversión, hija. Hablé con el Rey Etlio y enviará al príncipe Endymion a pasar unos días al palacio Lunar. Tú debes de acompañarlo en todo momento y ser muy amable con él, me entiendes ¿verdad?
-Madre, a Endymion no le agradó en absoluto. En el palacio de la Tierra intenté en más de una ocasión acercarme a él y sólo logré que me despreciara. No soy tan bonita ni tan lista y mucho menos tengo los talentos de las demás princesas
-¡Eso no importa! Debes conseguir que se enamore de tí pase lo que pase, nuestra subsistencia como Reino está en tus manos.
-Si, madre. Te prometo que me esforzaré.
La reina Serenity salió se la habitación de su hija y la muchacha al quedarse sola vió con otros ojos la ropa que le había obsequiado su madre. No importaba que tan bellos fueran sus vestidos, sabía que ni siquiera vestida de Seda lograría conquistar al príncipe Endymion.
Planeta tierra:
Los jóvenes generales de la tierra Jeditte y Neflite subieron a la nave espacial que les espera; los generales Zoicite y Malachite habían salido una hora atrás a realizar visitas diplomáticas a Mercurio y Venus mientras Neflite y Jedite lo harían en Marte y Júpiter. La nave del príncipe Endymion aguardaba también para ir a la Luna, el rubio canciller se acercó al piloto de la nave en la que viajarían los dos generales que menos le agradaba y entregó una carpeta al piloto y se despidió de él amablemente, hizo lo mismo con el piloto de su nave y tras saludarlo amablemente subió a la nave junto al príncipe Endymion.
-luces feliz. Creo que te da gusto ir a la Luna
-pues… algo así. Déjame tomar mi siesta de belleza-sonrie Andrew y se coloca un antifaz
-no sé para qué lo haces si no tardaremos tanto en llegar a la luna.
-cada minuto cuenta para mi belleza.
Andrew cerró los ojos mientras el príncipe veía con melancolía por la ventana.
Para sorpresa del príncipe Endymion pasaron de largo la Luna y siguieron alejándose más y más de esta.
-¿por qué nos alejamos de la Luna?-se sorprende Endymion
-quizás accidentalmente cambié los planes de vuelo de los generales tontos y el nuestro…
-recuérdame darte un muy buen regalo de cumpleaños
-eso espero. El año pasado me diste un cupón…
-eran las escrituras de un palacio en la zona norte-niega con la cabeza el príncipe.
-pues yo quería un viaje a Neptuno, necesito asolearme y he oído que las vistas son buenas por allá.
-creí que querrías ir a Júpiter
-Júpiter está perfecto para mi-sonríe el rubio-ahora déjame dormir
Endymion vió a su amigo de reojo. Podría lucir como un ser superficial y no tan inteligente pero Andrew Hansford era un verdadero genio…
Palacio real de Marte:
Las princesas de Marte y Júpiter habían llegado hacía un buen rato a Marte encontrándose con la sorpresa de que la Reina Risa había dado a luz mientras su primogénita estaba en el planeta tierra, la segunda en la línea de sucesión al trono había nacido antes de lo esperado, la princesa Hotaru Hanabi heredó la mirada dulce de su madre y el color amatista que caracteriza a la familia real de Marte; la princesa heredera había llegado directamente a conocer a su pequeña hermana.
-¿están bien tu hermana y tu madre?-pregunta Makoto a su amiga cuando la ve entrar a la habitación
-están perfectas. Gracias por quedarte un par de días conmigo
-tengo la agenda vacía por un par de semanas. Me merezco un descanso para entrenar contigo
-eso no lo dudes. Prepárate para ser derrotada-amenaza la de ojos amatista entre risas
-querida flamita, nadie podría ganarle a mi poder.
-más de una ocasión he puesto en aprietos a tu pequeño relámpago
-más tarde medimos fuerzas. Ahora vamos a descansar un rato. Escuché que enviarían a los generales Jeditte y Neflite a Marte y Júpiter, necesito mucha paciencia para soportar a esos imbéciles
-ya somos dos. Jeditte es verdaderamente insoportable. Espero no verlo mucho.
-yo igual. Tiene la sangre pesada-se burla Makoto
-princesa Rei-saluda Phobos inclinándose ante su princesa-disculpe que las moleste pero se les requiere en el patio central, la nave de los generales de la tierra ha llegado y su padre la solicita
-gracias, Phobos-suelta nada feliz la princesa de marte
-maldición-se enoja Makoto, ni siquiera nos dieron oportunidad de descansar
-anda, vamos. Quizás solo ocupamos saludarles
-ya qué…
Ambas princesas acudieron a recibir a los generales pero notaron al aterrizar una nave distinta a las naves militares en las que solían viajar los generales de la tierra; al aterrizar si apareció un joven rubio y otro más que tenía los cabellos negros, no eran precisamente a quienes se les esperaba recibir.
-Principe Endymion, canciller Hansford, bienvenidos a Marte-saluda el rey Ares enfundado en su armadura Dorada.
-Majestad, el honor de visitar su heroico y majestuoso planeta es todo mío-Saluda con toda la formalidad el heredero a la tierra.
-No los esperábamos a ustedes-asegura la princesa pelinegra clavando sus orbes en el príncipe de la tierra
-¡Reiko!-reprende su padre
-no. Ella tiene razón, majestad-interviene de prisa el príncipe-debido a que es Marte un planeta tan imponente y majestuoso es aquí donde elegí hacer mi primer visita como representante de mi tierra.
-pues que casualidad. Al haber dado a luz mi esposa a nuestra pequeña hija, ella se encuentra indispuesta para guiarle por Marte por lo que será Reiko la comisionada para guiarle por Marte, además de que será su primera vez como anfitriona.
-¡padre!
-por favor, acompáñanos dentro de palacio, seguro el clima del exterior les es bastante agresivo-pide el rey de Marte
-será un honor-sonríe Andrew Hansford con una propiedad que ni Rei ni Makoto habían visto en él.
El interior del palacio de Marte era por mucho muy diferente de lo que lo eran el palacio del planeta tierra o el del planeta Júpiter, con altos techos para la ventilación del lugar y bellas pagodas doradas la majestuosidad recordaba los tiempos dorados de marte en los que el oro era la principal moneda del planeta; ahora a pesar de contar con mucho oro, la ayuda militar había sobrepasado el poderío económico que ayudaba a los monarcas a conseguir recursos naturales para la subsistencia de su gente.
El interior del palacio de Marte no era caliente como era el exterior ya que sus arquitectos habían conseguido la forma de que el aire circulara de la mejor forma para mantener frescas todas las viviendas de Marte.
-es realmente hermosa-susurra el príncipe de la tierra cuando la joven de ojos amatista sirve el té en una imponente ceremonia de té. Todos guardan silencio y Makoto Ríe por lo bajo mientras Andrew tose nervioso.
-su pagoda es realmente hermosa-aclara Endymion sin perder de vista a la muchacha de ojos amatista y ella a él.
-mi hija te contará mejor su historia y la de toda nuestra tierra-explica el Rey de Marte-¿les molestaría si me retiro?no quiero.ser grosero pero mi esposa está aún débil por el nacimiento de nuestra hija; aún así será mi hija mi representante ante ustedes
-y yo también, majestad. Soy como la hija Joviana que nunca tuvo-bromea Makoto y el Rey ríe por primera vez
-Makoto, si tuviera una hija joviana mi esposa terminaría con mi vida en dos segundos. No te dejes llevar por la dulzura de su rostro, es igual a Rei, puede parecer frágil pero es la guerrera más fuerte de Marte.
-increíble Majestad-sonríe Endymion
-no intenten pasarse de listos con cualquiera de estas dos Señoritas, caballeros. Ambas pueden decapitar a una persona de un solo golpe.
-Descuide, Majestad. Jamás me pasaría de listo con una dama, mucho menos con su hija-se pone de pie el pelinegro y hace una reverencia al Rey.
-Caballeros. Phobos y Deimos les guiarán a sus habitaciones, traten de descansar. Mañana saldremos al alba a su recorrido-suelta la de ojos amatista y se pone de pie-les llevarán su cena a sus habitaciones para que puedan descansar mejor
-Princesa, ¿acaso piensa darnos trato militar?-bromea Andrew
-Esperábamos al General Jeditte y Neflite. Los recorridos están planificados para ellos. Espero estén al nivel-interviene Makoto
-Lo haremos mucho mejor que esos dos-asegura Andrew con un porte que hasta Endymion se sorprende.
Ambas muchachas lo miran de reojo y se retiran dejando solos a los terrícolas, Endymion no puede dejar de suspirar al ver a la chica de ojos amatista irse y Andrew de pensar en qué Rayos se ha metido…
Época actual:
La joven de ojos amatista tenía mucho por pensar. Sus sueños sobre su vida pasada eran más frecuentes y no sé parecían en nada a los recuerdos que había recuperado luego de su batalla contra la reina Beryl y eso la confundía mucho.
Rei había pedido permiso a su abuelo en el templo para ausentarse el fin de semana y poder pensar las cosas, aquellos encuentros con Darien crispaban sus nervios por lo que pidió a conocidos en un templo en Kamakura que la recibieran el fin de semana para poder pensar las cosas y con mochila en mano lista para tomar el autobús que la llevase a la estación de trenes sus pensamientos fueron interrumpidos de golpe.
-Hobijín-la llamaron y supo de quién se trataba, nadie más la llamaba así
-vete-pidió ella sin voltear a verlo y empezó a caminar.
-ven conmigo
-no puedo, tengo un compromiso y…
-Se que vas a Kamakura y le he pedido permiso a tu abuelo para que me acompañes, está de acuerdo
-deja de darle dulces a mi abuelo, Darien-se enoja Rei y sigue caminando tras hacer una pequeña pausa para el reclamo
-sube-pide él con una voz que le eriza la piel a la joven.
-no iré contigo
-Reiko, necesito que subas a mi auto y vengas conmigo. Hay algo que necesito que veas, que no tiene nada que ver con mis sentimientos por ti y si no subes por tu propio pie juro que te subiré yo mismo y por dios santo sabes que lo haré.
-necesito descansar de ti, Darien. Me estas volviendo loca
-puedes hacerlo después de este viaje, ahora necesito que vengas conmigo. Así que…¿subes o te subo a cuestas?-pide él y Rei sabe que la determinación en su mirada, no necesita que la gente que entra al templo vea cómo la carga en vilo y termina por abrir la puerta del copiloto y subir.
Subir al coche de Darien le traía miles de recuerdos, había evitado subir a ese coche desde que terminaron y ahora estaba accediendo de la nada; ¿por qué había flanqueado? ¿Por qué había dicho que sí? Ella lo sabía, esos sueños la estaban haciendo dudar.
-¿me dirás a dónde vamos?
-no
-Darien-pone mala cara la joven y él sonríe de lado, cuando salen de Tokio y entra a la carretera donde no hay forma alguna de escapar él rompe el silencio.
-Vamos a Kioto…
Aquellas tres palabras la dejaron muda, Kioto había sido el lugar donde ellos habían compartido intimidad por primera vez, Kioto era el lugar que había sido testigo de la primera vez que ambos se dijeron "te amo"...
hola:
mil gracias a todas las que estan leyendo este pequeño fic, la verdad las ideas fueron fluyendo y se creó esto que me gustó muchísimo.
gracias a Genesis por regalarme sus reviews y leer, espero te esté gustando este fic.
gracias Litakino por tus fics, aunque te has aventado spoilers espero que te guste el resultado final.
gracias Leonor de Eboli que sé.que vives super.ocupada y te haces espacio para leer estas ideas de mi mente.
chicos so 7 capitulos así que vamos por más.
disfruten del bello octubre!!
la maga del mal
