ENCUENTRO CASUAL (STRANGE TO LOVERS)

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Cuando Mu recibe un mensaje en su celular por lo general suele evitarlos hasta su hora de descanso o bien los revisa cuando llega a su casa. Era su costumbre y ese día no fue diferente, pues el sonido de la notificación había sonado cuando iba de regreso del trabajo, por lo que no se preocupó por revisar desde la pantalla de inicio de que se trataba, ni nada. Grande fue su sorpresa al darse cuenta que no es un simple mensaje, sino más bien una fotografía y no cualquier fotografía, no, era la de un hombre con un gran atributo. Al principio piensa que es una broma de alguno de sus amigos, por lo que decide ignorarlo y seguir con su vida.

Un par de días después otro mensaje llega a su celular, al igual que siempre, la ha visto cuando llega a su casa y nuevamente es una fotografía de un hombre mostrando sus abdominales trabajados, ocultando conscientemente una parte esencial de su cuerpo que había visto en la imagen pasada, a Mu le entra curiosidad al leer el mensaje que viene debajo de la foto "¿Qué harás esta noche?" y comienza a mirar el número de teléfono que claramente no tiene registrado, por lo que tampoco puede ver su foto de perfil.

Está cansado y no tiene las energías para decirle al pobre desconocido que se ha equivocado de número, por lo que decide como última instancia bloquearlo, pero ha tecleado tan rápido a la vez que preparaba algo para cenar que no se ha dado cuenta que lo ha archivado, desapareciendo de su lista de mensajes. Estar consumido por el trabajo hace que se olvide de la existencia de esa persona que le ha enviado imágenes sugestivas a su celular.

Hasta que un día cansado por el trabajo, llega sin apetito y con ganas de acostarse un momento en su cama antes de prepararse cualquier cosa para comer, quedándose dormido a los pocos minutos con el celular en la mano, han pasado algunas horas y viene siendo bien entrada la madrugada cuando siente como algo empieza a vibrar en su mano, no había despertado del todo cuando contestó y una voz grave respondió desde el otro lado del teléfono.

—¿Estabas durmiendo? —preguntó el desconocido con una voz bastante seductora.

—Ajá… —responde en un gemido lánguido, con los ojos aún cerrados, mientras siente que se va una vez más al reino de los sueños.

—Lamento esto, pero no has contestado mis mensajes. —se disculpa, pero a Mu le suena demasiado erótico y dentro de su trance no puede evitar suspirar.

—¿Qué mensajes? —pregunta con una voz somnolienta, la curiosidad hace que se esfuerce por mantener aquel sueño tan agradable, pero se niega a abrir los ojos.

—Las fotografías. —responde la voz grave respirando con algo de dificultad, como aguantando algo, de fondo se sienten sonidos extraños, algo se mueve y Mu intenta agudizar el oído, sintiendo cosquillas en el cuerpo, manteniendo a duras penas la inconciencia del principio.

—¿N-no sé de qué hablas? —dice, pero es que los roncos jadeos de ese hombre se escuchaban perfectamente, incluso dentro de su estado podía sentir como la brisa llegaba a su oído, no podía recordar nada con esa voz metiéndose insistentemente en su cabeza.

A Mu se le ha escapado un pequeño gemido de sus labios y la persona detrás del teléfono pudo escucharlo perfectamente.

—¿Te gusta lo que escuchas? —Mu cerró herméticamente su boca, pero la respiración salió tan sonora que fue una respuesta más que satisfactoria— ¿Te excita? —Mu se lame los labios envuelto por la sensación que le despierta esa voz— ¿Estás tocándote? —

—N-no… —responde con dificultad y siente como su mano baja por su abdomen hasta llegar al bulto que tiene entre sus piernas.

—¿Por qué no?... —pregunta sensualmente, respirando de forma acalorada mientras el sonido de fondo se oye más fuerte— Yo estoy tocándome… Tus sonidos son muy bonitos, pero sería una lástima ser el único quien los está haciendo… déjame escucharte. —lo invita con esa voz hipnótica.

—Yo... —se frota su mano sobre el pantalón, en su sueño la imagen de un hombre va tomando forma dejando que su imaginación tome el control de todo, no supo en qué momento su sueño se había vuelto más vivido, pero no importaba, la sensación de su mano sobre su entrepierna era maravillosa como para pensar— Yo lo estoy haciendo… —jadeó.

—Que hermoso sonido… Debes estar con los ojos cerrados, boca arriba… —Mu no puede evitar sentir la mirada de la proyección de sus sueños, sintiendo como el calor se esparce en su rostro— Yo podría estar sobre ti… besando tu cuello y tocándote lentamente, mientras abres tus hermosas piernas para mí…—lo hace, el hombre en sus sueños hace cada acción.

—¡Mnh!... —de pronto la imagen de su mente comienza a ser más nítida, la de un hombre ligeramente bronceado como el de la fotografía, tocándolo, mientras él metía su mano dentro del pantalón de su pijama y envolvía su erección moviéndola de arriba a abajo.

Los jadeos del más joven se hicieron más fuertes, escuchando como el otro hacía lo mismo.

—Imagino que me tocas con tus manos y me masturbas lento… —Mu no pudo evitar sentir que sí era cierto mientras el mismo se estaba autosatisfaciendo— ¡Mnh! ... Como me gustan tus gemidos… Hacen que mi polla se vuelva loca—eso había salido tan vulgarmente sensual y Mu le siguió.

—¡Sí!... ¡Oh!... Rápido… —pidió mientras se arqueaba sobre la cama sintiendo el calor recorriéndole en el cuerpo comenzando a sudar pequeñas gotitas.

—¿Lo quieres más rápido? —preguntó. Mu asintió suspirando como si el hombre estuviera ahí con él, viéndolo, desde el otro lado también se escuchaba el eco del propio movimiento de su mano en un sonido acuoso— ¡Oh Dios! Eres tan bueno… —

—¡Hazlo más rápido! —le pidió a esa voz que lo encendía a puntos insospechados, acelerando el movimiento de su mano, acariciando la punta en cada momento. Escuchando como del otro lado también se oía como aumentaba la velocidad— ¡Ah!... ¡Así, no te detengas!... —Mu no podía más respirando entrecortado gimiendo de vez en cuando sintiendo como algo debajo amenazaba por salir— ¡Ogh!... Voy a… —dice agitado.

—Espera... Aguanta un poco más… —se escucha como ha aumentado el movimiento de su mano, el sonido de la piel chocar se vuelve un estimulante poderoso.

—¡N-no puedo...! —cuando Mu se corrió en su mano pudo escuchar perfectamente de fondo un gruñido ronco seguido de un jadeo bastante provocativo.

Pasaron varios minutos escuchando solo sus respiraciones por el auricular.

—Estuviste estupendo… —dijo la otra voz con la voz pastosa, ligeramente agitada.

—Gracias... —aquella adrenalina lo había despertado por completo al menor, sintiendo una mano manchada, mientras la otra sostenía el celular, dándose cuenta de lo que ha hecho— Tú… ¿Quién eres? —preguntó finalmente lleno de vergüenza, no encontrando que otra cosa más inteligente que decir, quitándose el pantalón para limpiar el desastre que tenía en su mano.

Una risa se escuchó del otro lado.

—Saga... —dice como si fuera lo más obvio, el nombre no le dice nada, él no conoce a nadie llamado así— ¿No me recuerdas?, ¿El sábado en el bar?... Lo hicimos en mi auto. —la voz había recuperado su tono neutral y fue donde Mu comenzó a unir sus neuronas, ¿Ah? un error.

—Lo siento, pero te has equivocado de persona… —dice, rodando sobre la cama, mientras ponía su celular en altavoz, revisando rápidamente la mensajería de su celular el contacto de aquel pervertido desconocido, encontrándolo finalmente en archivados con varias fotografías y al comparar el número de la llamada ambos coincidían, era el mismo. Se golpeó la frente al darse cuenta que nunca había bloqueado el número— T-tú me has estado enviando esas fotos por equivocación. —resuelve mordiéndose el labio inferior y arrugando la nariz, volviéndose así en un momento muy incómodo.

El otro lado se quedó en silencio por varios segundos que Mu pensó que había cortado.

—¿Aló?, ¿Estás ahí? —preguntó a punto de colgar.

—¿Cómo te llamas? —escuchó inmediatamente después, Mu dudó, pero algo dentro de él le motivó a hacerlo, de todas formas, el tipo le había dado su nombre.

—Mu... —respondió.

—Mu… Suena demasiado adorable… —se sonrojó y es que con esa voz sugerente era difícil no sentir cosas—... No puedo esperar para repetir esto otro día. —Mu quería responder, pero la llamada ya se había colgado.

Miró la pantalla habían estado hablando cerca de cuarenta minutos. Se sonrojó hasta los pies al pensar en lo que había sucedido, se tapó con las mantas hasta la cabeza, había tenido sexo telefónico con un desconocido y no cualquiera, porque según las fotos del tal Saga era el modelo perfecto de la belleza masculina.

No pudo dormir bien durante esa noche recordando la voz, sintiéndola aún en su oído.


Los días que vinieron después no fueron diferentes, Mu no volvió a bloquear a Saga y las imágenes siguieron llegando, las llamadas se hacían cada cierto tiempo y es que por mucho que Mu se negara, al final terminaba cediendo a sus propuestas, teniendo los mejores orgasmos de su vida con solo la guía de su voz.

Con el tiempo las fotografías seguían enviándose, pero ahora se unían las de Mu y las llamadas eran casi a diario. Habían establecido un horario para sus encuentros a través del celular luego de que lo llamara en su horario laboral, en donde tuvo que salir corriendo al baño, totalmente incómodo. Mu no había aprendido tanto sobre el sexo hasta que lo "conoció", quien era increíblemente bueno, bastante creativo, incluyendo alunas veces juguetes sexuales u otra excentricidad de las que ya no le daba vergüenza pedir. Aun a pesar de todo eso Mu todavía tenía algo que quería probar, y es que no dejaba de pensar en qué algún día sus encuentros fueran reales, conociéndose en persona, sintiendo el calor del cuerpo del otro y no el suyo propio, pero cada vez que se animaba siempre desistía, pues no sabía nada de Saga además de su nombre, podría estar casado en el mejor/peor de los casos y él solo ser el fetiche que mantenía a raya sus fantasías.

oOo

Esa noche al igual que otras Saga llamó a su celular y Mu contestó.

—¿Cómo estás? —preguntó con la voz grave, sabía que a Mu le prendía que le hablara así, incluso podía asegurar que se encontraba cerrando los ojos y mordiéndose los labios intentando calmar su respiración.

—¿Bien y tú? —sonrió, la voz de él era suave y agradable, pero tenía un toque atractivo a sus oídos que hacía que el corazón le empezara a latir descontrolado.

—Con ganas de cogerte —responde con total honestidad, Saga estaba acostado boca arriba sobre la cama, jugando despreocupadamente con un frasco, mientras recreaba en su mente a su desconocido amante.

—Saga... —escuchó por el otro lado— ¿Me extrañaste? —Mu usaba siempre un erotismo inocente, muy dulce y gentil, y eso hacía querer doblegar esa gentileza para corromperlo en sonidos obscenos.

—No dejo de pensar en ti… En como tu boca me besaría, en como yo te tocaría… —Saga puso el celular en alta voz y se concentró en imaginar a ese hombre de piel cremosa acariciándole, recibiendo sus caricias y besos.

—¡Mnh!... —escuchó un gemido bajito desde el otro lado y empezó a pasar sus manos por su cuerpo, demasiado lento, concentrado en escuchar esa hermosa voz— Te besaría despacio, tu boca sería mi lugar favorito, mordería tus labios y bajaría por tu cuello... —Saga cerró los ojos fuertemente mordiéndose los labios, ladeando su cabeza mientras sus dedos bajan por el lugar donde Mu le ha indicado, respirando fuertemente por la boca.

—¡Ah!... Mu, ¿Qué más harías? —le preguntó ansioso de que esa imagen mental que tiene sea más osada. Escucha una risa, hermosa.

—Besaría tu pecho, mordiendo y lamiendo hasta llegar a tu ombligo, ¿me dejarías seguir más abajo? —la voz de Mu se oscurecía a ratos y Saga no podía más que suspirar complacido bajando esa mano que ha estado rozando su cuerpo.

—Haz lo que quieras conmigo… —responde respirando agitado, rozando su vientre, acomodándose mejor en la cama.

—Llegaría hasta tu miembro, lo besaría de abajo hasta arriba, pasaría la lengua por todas partes... —el gruñido ronco de Saga se escuchó a la perfección y pudo escuchar como el menor reía suavemente— Llevaría mi boca hasta la punta y lo metería en mi boca… —

Saga vertió un poco del líquido que tenía en el frasco en la punta de su polla sintiendo la viscosidad caer, envolviéndose con una mano y los gemidos no se hicieron esperar. Luego de sentir el calor que el aceite había desprendido al frotarse.

—Mu... ¡Dios!... Te tomaría del pelo y te traería hacia mí para que llegaras hasta al fondo… —y un gemido se escuchó del auricular— para que jugaras con tu lengua, —por el otro lado Saga escuchaba como un sonido acuoso resonaba, podía jurar que Mu se estaba metiendo los dedos en la boca y eso no hizo más que incrementar el placer— Te lo sacaría y metería tan rápido como te gusta… —dice y los sonidos de la saliva escurriendo se escuchaban mucho más rápido en sonidos mucho más morboso entre los gemidos que Mu hacía con la boca llena.

—¡Mnh!... —dice mientras escucha como chupa sus dedos- ¡Aah!...

—Tus sonidos son tan hermosos… —mientras escucha como el otro jadea con la boca llena—Como me gustaría estar ahí para hacértelo de verdad… —su voz sonó mucho más grave imaginándose a él mismo hundiéndose en esas preciosas caderas.

Los sonidos de Mu se detuvieron por algunos segundos antes de responder.

—Entonces ven… —ronronea agitado.

—Mu…—se traba, más por la emoción que le genera saber que Mu esté hablando enserio, pero no puede emitir más sonidos que su propia respiración acelerada, incluso su mano se ha quedado quieta.

—Puedo esperarte… Ya listo. —lo escucha con ciertas ansias que lo motivan a sentarse en la cama y tomar la ropa que se había quitado anteriormente, vistiéndose con una rapidez sorprendente.

—Envíame tu ubicación…—ordena, con una voz alejada de la simpatía erótica, pero que para Mu ha sido más que excitante haciendo que jadee un ligero . Saga traga grueso, eso se ha oído tan bien y en apenas unos segundos tiene la ubicación en su celular—Buen chico…—alaga y piensa en cómo hacer para no bajar la libido de su amante—Ahora… no me cuelgues, llegaré pronto. —Lo escucha afirmar y Saga sonríe.

—Date prisa…—responde, con la voz seca y apretada, Saga puede intuir que está jugando con sus dedos.

—Sigue tocándote… ¿Se siente bien qué pienses en mí mientras te metes ese dedo?... —responde mientras abre la puerta de su auto para entrar y acomodarse en el asiento, sabe que su amante lo puede oír, el ruido de la puerta al cerrarse aumentando la ansiedad.

—Se siente muy bien… pero quiero que seas tú quien lo haga. —responde, Saga se lo imagina, sacando y metiendo el dedo. Enciende el auto, mira el recorrido, por la hora y la distancia le tomará por lo menos unos quince minutos.

—No puedo esperar para follarte a mi gusto…—Para él las cosas tampoco son fáciles, pues le es difícil concentrarse en manejar cuando tiene los gemidos de Mu de fondo, ha conectado el celular al auto escuchándose aún más fuerte.

—¡Maldición, Saga!... —otro dedo, se muerde el labio al pensar en esos dos dedos adentro, jugueteando dentro.

—Lo estás haciendo tan bien… Mu podría correrme ahora con solo escucharte gemir. —Le quedan solo un par de cuadras y la presión que siente en sus pantalones es tan grande que siente que se correrá de verdad antes de llegar.

—¡Aah!... No puedo…—se oye desesperado, él está a la vuelta de la esquina.

—Estoy llegando… Aguanta… —le dice y se oye como frena brusco y sale del auto dando un portazo junto con el sonido del bloqueo, lo oye intentando respirar hondo y botando lento, aunque no resulta del todo bien—Estoy en el ascensor…—y el gemido se oye interrumpiendo su respiración, Saga se ríe, él también se ha desabotonado el pantalón.

Saga está afuera, toca el timbre e inmediatamente la puerta se abre y siente como lo jalan hacia adentro, todo ahora pasa rápido, los besos intensos, las manos que lo desnudan, como lo llevan arrastras a una habitación y se tiran para quitarle el pantalón. Se da cuenta que su amante no lleva nada de la cintura hacia abajo, solo una blusa ancha que llega hasta el muslo. Se detiene para contemplarlo y para respirar, ve sus ojos verdes brillando de placer, el cabello liso desordenado, los labios hinchados, mucho mejor que en las fotografías.

—Te ves tan hermoso…—besa nuevamente hambriento de él.

—Por favor, hazlo ahora…—pidió rompiendo el beso atrapando las caderas de Saga con sus largas y esbeltas piernas.

—Yo también te deseo…—murmura en su cuello y Mu no puede hacer nada más que morderse el labio y aferrarse a su espalda cuando siente como Saga entra en él de una sota estocada, llenándolo hasta el tope.

—Hiciste un buen trabajo con tu trasero… Se siente tan suave y caliente. —dice en su oído arremetiendo con fuerza, sintiendo como las caderas de su amante se mueven siguiendo perfectamente a las suyas.

Los movimientos de ambos sobre el colchón eran bruscos, Saga lo tomó firmemente de sus caderas arremetiendo rápidamente dentro de él, haciendo que el calor en sus cuerpos y en la habitación aumentaran, los gemidos eran fuertes, la pasión de sus besos, todo superaba con creces a las llamadas.

Mu acabó un par de veces más que Saga, luego de desordenar la cama donde estaban en posiciones diversas, diciéndose frases que encendían los sentidos entre besos fogosos y caricias nada inocentes.

—Eres tan bueno recibiéndome dentro tuyo…—dice Saga en su límite, embistiendo fuerte sosteniendo en sus hombros las piernas de Mu que temblaban después de haber tenido su último orgasmo— Como si fueses hecho para mí…—Besó sus labios, sorprendiéndose de la flexibilidad del menor quien recibía con gusto los labios suaves de su amante, complacido en todo su esplendor, aferrándose como puede a la ancha espalda.

Mu miraba desde abajo las hermosas facciones de la persona que lo volvía loco sin tocarlo, comprobando que era mucho mejor incluso que en sus fantasías, cada toque hacía que el calor que sentía se intensificara aún más, esa voz que ya de por sí lo llevaba hacia el paraíso ahora sonaba mil veces mejor. Soñó con probar su boca muchas veces y ahora que lo tenía ahí, no quería soltarlo, quería seguir tragándose sus gemidos una y otra vez, enredarse entre sus piernas hasta que ya no pueda más.

Finalmente, el orgasmo de Saga llegó, bajando la intensidad de sus embestidas, liberando sus piernas, dejando que aquel monumental cuerpo descansara sobre él, mientras le acariciaba la espalda y el cabello. La sensación de vacío que quedó después que saliera le pareció incomoda.

Ambos se recostaron de lado suspirando ligeros jadeos mientras se miraban de frente.

—Hola. —saludó Mu sonriendo.

—Hola. —respondió igualmente.

Ninguno tuvo más que agregar se decían todo con la mirada, Saga delineó con dos de sus dedos el contorno de su cuerpo ahora marcado con algunas manchas rojas y marcas de mordidas, haciendo que se estremezca. Mu se acercó para plantarle un beso suave y luego otro y otro y otro, abrazándose fuertemente.

Lo que empezó solo con palabras, terminó sin ninguna de ellas.


Este fue el capítulo con el que más batallé, de hecho no me terminó gustando del todo, pero no tenía más ideas :C Siento que no le di el sentido al título DDX
Bueno, aún así les agradezco por leer y siento mucho que no esté decente, prometo redimirme con el último XD
Saludos :D