Capítulo 19
El señor Darcy pensó todo el viaje en su amada esposa Elizabeth. Él estaba tan feliz de que por fin ellos hubieran podido dejar atrás todos los malos entendidos. Por fin, ellos podrían disfrutar de aquella hermosa relación y comenzar a construir una familia.
Desafortunadamente, antes de poder enfocarse en su futura vida junto a la mujer que amaba, el señor Darcy debía resolver un último problema. Él no se sentía particularmente feliz de tener que darle explicaciones al señor Bennet porque pensaba que no lo merecía, pero estaba dispuesto a hacerlo por Elizabeth.
Afortunadamente para el señor Darcy, la señora Bennet y sus hijas habían ido a Meryton y el señor Bennet se encontraba solo en casa. Sin duda alguna, eso haría que las cosas fueran un poco más sencillas, o al menos, eso es lo que él creía.
Antes de tocar a la puerta, el señor Darcy respiró muy hondo para estar preparado para tener una conversación difícil con el padre de su esposa. Finalmente, el señor Hill abrió la puerta, recibió su tarjeta y lo hizo pasar. En menos de un minuto, le dijo que el señor Bennet lo esperaba en su oficina y lo acompañó hasta allí.
"Me gustaría poder decirle que estoy feliz de que se haya dignado a venir a mi casa, señor Darcy, pero no quiero mentir. Tampoco quiero perder mi tiempo con palabras de buena crianza porque quiero ser lo más directo posible. Primero quiero decirle, señor, que lo que ha hecho es despreciable, aprovecharse de la situación difícil de una dama para obligarla a casarse habla muy mal de usted, y de su calidad de caballero…"
"Lo siento, señor Bennet, pero no he venido a su casa a escuchar sus insultos…"
"Yo tampoco lo he recibido con ese fin. Lo que pienso de usted puedo decírselo más tarde, ahora, señor Darcy, quiero que me diga por qué se ha casado con mi hija. Quiero que sepa, señor, que no voy a permitir que la use y abuse de ella y que haré todo lo que esté en mi poder para anular esta farsa de matrimonio. Ella aún no tiene edad para consentir casarse ni con usted ni con nadie más. Finalmente, necesito hablar con mi hija y quiero que me diga dónde está si no quieres que te denuncie al magistrado por secuestro." El señor Bennet estaba furioso y no entendía por qué aquel hombre orgulloso y déspota estaba en su casa mirándolo de forma acusadora.
"Señor Bennet, usted me ha hecho una serie de acusaciones que no puedo pasar por alto," intentó decir el señor Darcy.
"Lo siento, señor Darcy, pero no me interesan sus sentimientos. Yo sólo quiero saber dónde está mi hija para poder traerla de regreso a su casa," replicó el señor Bennet con desprecio.
El señor Darcy desde muy joven, y desde que se hizo cargo del patrimonio familiar, había tenido que lidiar con gente difícil por lo que sabía muy bien qué hacer. "Señor Bennet, si no está dispuesto a escuchar lo que tengo que decirle, le advierto, me iré y daré esta conversación por terminada."
El señor Bennet comprendió que no iba a ganar nada con aquella actitud beligerante por lo que invitó al señor Darcy a sentarse, y luego dijo con voz firme. "Tiene cinco minutos para explicarme qué ha pasado, y después señor Darcy, espero que me diga dónde está mi hija."
"Entonces, señor Bennet, seré igual de directo como usted lo ha sido conmigo. Primero, me parece que usted no tiene derecho a pedirme explicaciones después de haber intentado forzar a su hija a casarse con un hombre, que usted sabía muy bien, jamás podría haberla hecho feliz."
"Cómo te atreves a hablarme de esa manera…"
"No intente negarlo, señor Bennet. Cuando me encontré con Elizabeth varios meses atrás, ella estaba desesperada por encontrar empleo para no tener que regresar a esta casa. Justo en ese momento, yo estaba buscando una dama de compañía para mi hermana y le ofrecí el empleo. Yo admiraba a su hija desde hacía mucho tiempo, y después de conocernos mejor, ella decidió aceptar mi propuesta. Ella prefirió que nos casáramos lo antes posible y por eso lo hicimos en Escocia. Aunque usted quisiera, no hay nada que pueda hacer porque nuestro matrimonio es completamente legal. Además, Elizabeth está feliz con su nueva vida y desde el día que nos casamos, yo me transformé en su protector, y le advierto que no permitiré que interfiera en nuestras vidas o que cree algún tipo de escándalo que pueda perjudicar a nuestra familia."
"¿Y cómo sé yo que lo que usted me dice es verdad? ¿Qué prueba tengo de que mi hija está bien y es feliz como usted dice?" preguntó el señor Bennet.
El señor Darcy le entregó dos cartas al señor Bennet y le dijo con voz firme. "Aquí tiene dos cartas, una se la envía Elizabeth y la otra el señor Gardiner. Léalas, y ceciórese por sí mismo de que todo está bien con mi esposa."
El señor Bennet leyó ambas cartas, pero no quedó conforme. "Quiero ver a mi hija, conversar con ella y ver con mis propios ojos que ella está bien," dijo el señor Bennet aún enojado.
"Lo siento, pero no creo que eso sea posible por el momento," replicó el señor Darcy.
"¿Cómo te atreves a apartar a mi hija de mí y no permitirle que vea a su propio padre?" El señor Bennet se puso de pie porque estaba tan enojado que no podía permanecer sentado ni un minuto más.
"Yo no tengo ningún inconveniente en que usted visite a mi esposa porque deseo lo mejor para ella. Lamentablemente, es ella quien no quiere verlo y creo que se lo explicó en aquella carta. Ella aún está muy dolida por todo lo que pasó, pero sé que Elizabeth es una mujer noble y de buen corazón, y que posiblemente muy pronto podrá dejar ese evento en el pasado."
"Entiendo… Bueno, señor Darcy, creo que ya me dijo todo lo que quería y yo tengo algunas cosas que hacer…"
"No, señor Bennet, aún tengo algo más que decirle," dijo el señor Darcy. Antes que su suegro le pidiera que se fuera, él decidió decirle todo lo que pensaba hacer con respecto al futuro de las hermanas menores de su esposa. Él le explicó al señor Bennet que Elizabeth tenía planeado contratar una institutriz que se encargara de la educación de las hermanas Bennet, y en el futuro, ayudarlas en su ingreso en sociedad.
"Además, tengo pensado contribuir una suma de dinero para sus dotes…"
"Suficiente, señor Darcy. No tengo porqué soportar que venga a mi casa a decirme lo que debo hacer con mis hijas…"
El señor Bennet no tuvo la oportunidad de decir todo lo que deseaba porque su esposa entró en la oficina.
"Mi querido señor Darcy, no sabe el gusto que nos da recibirlo en nuestra casa. Oh, ¿dónde está mi Lizzy? Tengo tantas ganas de verla y de darle algunos consejos. Mi hija a veces puede ser un poco rebelde, pero yo me voy a asegurar que sea la mejor esposa para usted…"
"Señora Bennet," dijo el señor Bennet interrumpiendo a su esposa. "Lizzy no ha venido y el señor Darcy debe irse."
"Así es señora Bennet, pero antes de irme, permítame entregarle esta carta que su hija le ha escrito." El señor Darcy le entregó la misiva a su suegra, se despidió y se retiró lo más rápido que pudo.
La señora Bennet intentó retener a su yerno porque deseaba hacerle preguntas, pero no fue posible. Él se marchó inmediatamente después de despedirse por lo que no le quedó más remedio que interrogar a su marido. "Señor Bennet, tiene que contarme todo lo que sabe…"
"Será mejor que leas la carta de Lizzy porque yo no tengo nada que decir. Al parecer, Elizabeth ha elegido a ese hombre como su esposo y él cree que puede venir a esta casa a decirme cómo debe manejar a mi familia."
"Señor Bennet, no te das cuenta que estamos salvados. Gracias a Lizzy y su ventajoso matrimonio, nosotras tendremos donde vivir en caso de que usted muera."
"Como todo eso supuestamente ocurrirá cuando yo esté muerto, prefiero no seguir hablando del tema. Señora Bennet, por favor déjeme en paz," dijo el señor Bennet y tomó un libro fingiendo que leía.
La señora Bennet no tuvo más remedio que dejar a su esposo en paz y se fue a su cuarto a leer la carta de su hija. Aunque Elizabeth intentó no ser muy dura con su madre, la señora Bennet notó que su hija estaba molesta con ella por haberla intentado forzar a casarse con el señor Collins. La verdad era que Elizabeth estaba herida y decepcionada, pero la señora Bennet esperaba que muy luego su hija se olvidara de todo aquello y le permitiera a ella y sus hermanas disfrutar de las riquezas de las que ella ahora gozaba.
Por su parte, el señor Bennet estaba furioso con su hija y con aquel hombre petulante que pretendía hacerle ver sus falencias y decirle cómo solucionarlas. Él no pretendía permitirle a él ni a nadie decirle cómo vivir su vida.
P&P
"Señorita Mary, ¿cómo va la práctica de la nueva pieza musical? ¿Ya logró dominar las partes más difíciles?" John Carter buscó una excusa para acercarse a la señorita Bennet y conversar con ella.
Mary estaba esperando a Kitty y Lydia que estaban en la tienda del señor Logan mirando cosas que no podía comprar. Cuando el oficial Carter se acercó, al contrario que en otras ocasiones, ella se sintió contenta. Mary estaba segura que tendría que esperar por lo menos media hora y toda distracción era bienvenida.
"He logrado dominar gran parte de la pieza, pero aún debo practicar la parte final." Mary le contó al capitán Carter que estaba practicando tres horas diarias para poder finalmente tocar la pieza completa sin interrupciones. "He trabajado muy duro durante estos últimos días por lo que no tengo dudas que podré interpretar la pieza musical con gran competencia."
"Sin duda alguna, señorita Mary, usted ha invertido muchas horas en perfeccionar su interpretación. Espero que haya disfrutado todas esas horas de esfuerzo."
"¿Qué quiere decir con eso? Nunca he pensado que repetir una y otra vez una pieza sea algo que me brinde placer."
"Señorita Mary, no quiero faltarle al respeto con lo que voy a decirle, pero creo que si se concentra más en disfrutar lo que interpreta que en buscar la perfección, la música vendrá a usted de una forma más natural, y de esa forma será mucho menos tedioso practicar."
"¿Usted cree eso, Capitán Carter?" preguntó Mary muy sorprendida. Ella no pudo evitar pensar en Elizabeth y como siempre había practicado menos y lograba interpretar algunas piezas con mucho mejor precisión. Ella siempre había notado que Elizabeth disfrutaba de lo que hacía, al menos, mucho más que ella.
"Sí, señorita Mary, creo que para ser verdaderamente competente en algo, uno debe de alguna forma disfrutarlo. De otra manera, carece de naturalidad y autenticidad," explicó John.
Mary escuchaba atentamente lo que le decía aquel oficial tan amable mientras veía como Kitty conversaba con el teniente Carter y el capitán Denny. Por primera vez se alegró que sus hermanas quisieran permanecer más tiempo en el pueblo porque ella tendría la oportunidad de tener que seguir conversando. El capitán Carter era sin duda alguna mucho más guapo que los otros oficiales y mucho más inteligente, y sin embargo, prefería conversar con ella que con sus hermanas que eran más bonitas y alegres que ella.
La señora Bennet siempre le había hecho creer que los hombres sólo se interesaban por chicas bonitas a las que les gustaba bailar. Sin embargo, Elizabeth, que no era tan bonita como Jane, se había casado con un hombre rico. Al parecer, su madre no tenía razón en muchas cosas, incluyendo asuntos del amor. Por supuesto, Mary no se había dado cuenta que el interés del capitán Carter iba más allá de una amistad casual, pero ella tenía muy poca experiencia para darse cuenta.
"Mi hermana Lizzy se casó con un hombre muy rico e importante y mi madre dice que muy pronto todas viajaremos a Londres para asistir a fiestas y bailes muy importantes. Aunque, yo no estoy tan segura de querer ir porque ese hombre es muy desagradable…" Kitty hablaba sin parar mientras Denny la escuchaba.
Por su parte, Robert fingía que escuchaba, pero su atención estaba puesta en la conversación que otro oficial tenía con Lydia. Él había escuchado como Wickham le había pedido que mantuviera ocupada a Kitty porque él deseaba conversar en privado con Lydia. Después de pasar varias semanas cerca de ese canalla, Robert estaba seguro que algo estaba planeando y que probablemente no era nada bueno.
"No sabe, mi querida señorita Lydia, lo mucho que siento que la señorita Elizabeth haya tenido que casarse con ese hombre. Ella merecía un esposo bueno y que supiera quererla y respetarla," dijo Wickham fingiendo pesar.
"Mi madre dice que debemos estar contentas porque ese hombre es muy rico, pero a mí me parece muy desagradable. Además, yo no me he olvidado lo que te hizo a ti, mi querido señor Wickham. Lizzy eligió casarse con él, y tú no deberías sentir pena por ella porque ahora es rica. Aunque entiendo, porque tú siempre la admiraste," dijo Lydia.
"Siempre sentí mucha simpatía por ella, pero la simpatía que uno siente por una amiga querida. Es otra señorita Bennet la que inspira sentimientos profundos en mí," dijo Wickham mirando a Lydia de una manera muy particular.
"Oh, mi querido Wickham…" replicó Lydia coquetamente.
La conversación entre Lydia y el señor Wickham se extendió por varios minutos y ellos quedaron de acuerdo en verse al día siguiente en el puente que conecta Meryton con Longbourn. Finalmente, las hermanas Bennet retornaron a casa y los oficiales retornaron a las barracas.
Robert observaba a su hermano con interés y no entendía muy bien por qué estaba tan pensativo últimamente. John siempre había sido un hombre de acción y bastante inquieto, pero en las últimas semanas parecía bastante pensativo. Sin embargo, él tenía cosas más importantes que discutir con él en aquel momento, por lo que prefirió no importunarlo con preguntas que podía incomodarle. Ellos habían terminado de cenar y no tenían guardias que cumplir por lo que podrían discutir sobre la razón por la que estaban allí.
"John, hay algunas cosas que quiero comentarte sobre nuestro canalla favorito," dijo Robert sacando a su hermano de sus reflexiones.
"¿Ha pasado algo importante que crees debemos reportar al Coronel?" preguntó John curioso.
"No lo sé, déjame contarte y tomemos la decisión juntos." Robert le contó a su hermano todo lo que había escuchado y la forma en cómo Wickham se estaba comportando con Lydia.
"Sin duda alguna, ese canalla anda tras el dinero del nuevo cuñado de esa niña tonta. Le escribiré inmediatamente al Coronel, puede ser que esto nos de la oportunidad que estamos buscando para deshacernos de este desgraciado."
Robert fue a jugar carta con los otros oficiales para mantenerse en alerta y poder recabar más información, mientras su hermano le escribía a Richard para informarle lo que estaba ocurriendo con Wickham.
P&P
"Querida Georgiana, no quiero que vuelvas a asumir que los problemas entre tu hermano y yo se relacionan contigo porque nunca ha sido así y estoy segura que jamás lo será," dijo Elizabeth sonriendo.
"Lizzy, es que no me gusta ver que ustedes están disgustados. Lo siento, pero no pude evitar sentir que era mi culpa… Ustedes han hecho tantos sacrificios por mi culpa…"
"Georgiana, tu hermano y yo somos muy testarudos, y aunque nos queremos mucho, es inevitable que tengamos roces de vez en cuando. Pero hemos aprendido a comunicarnos de mejor manera, y estoy segura que de ahora en adelante seremos capaces de resolver nuestros conflictos conversando. Así que tú no debes preocuparte por nosotros nunca más, y menos hablar del pasado porque eso es una etapa cerrada de tu vida y de la nuestra. Además, me siento feliz de tener una cuñada tan dulce y que me quiere mucho. No todos tienen tanta suerte," dijo Elizabeth mirando a Jane.
"Así es, señorita Darcy. Desafortunadamente, mis futuras cuñadas no me quieren y han hecho todo lo posible por separarme del señor Bingley," agregó Jane con un poco de tristeza.
"Louisa y Caroline juzgan a las personas por cosas que no son verdaderamente importantes. Cualquier mujer estaría feliz de saber que el hermano que adora ha encontrado a una buena mujer con quien compartir su vida. Pero no deje que ellas intervengan en su relación con el señor Bingley, señorita Bennet. Él es un buen hombre y no me cabe ninguna duda que la quiere mucho."
"Lo sé, y le he prometido a él que no volveré a permitir que sus hermanas intervengan en nuestra relación. Pero no hablemos más de cosas tristes, además, que le parece señorita Darcy si me llama por mi nombre," dijo Jane.
"Sólo si tú me llamas Georgiana," replicó Georgiana.
Elizabeth estaba feliz de ver a Jane contenta y a Georgiana mucho más recuperada. Pero también le producía mucha felicidad ver que su querida hermana y su cuñada se estaban haciendo amigas y eran capaces de confiar la una en la otra. Lamentablemente, ella no podía dejar de preocuparse por lo que pudiera estar pasando en Longbourn. Elizabeth esperaba que su padre no actuara de manera petulante como lo hacía con quienes solían interrumpir su tan valorada paz. Pero también temía por el comportamiento de su madre, que seguramente intentaría invadir a su marido con preguntas y peticiones impertinentes y fuera de lugar.
La condesa Matlock había invitado a Elizabeth, Georgiana y Jane a tomar el té con ellas para presentarle algunas damas de la alta sociedad. La idea era seguir contrastando los rumores con acciones concretas. La condesa le había tomado afecto a Elizabeth y sabía que tenía clase y distinción para ganarse la estima de todas aquellas personas que estaban ávidas por conocerla.
Desgraciadamente todos los planes se vieron interrumpidos cuando unas inesperadas huéspedes entraron al salón donde Elizabeth conversaba con sus dos hermanas.
"¿Dónde está mi sobrino? Exijo que me digan dónde está y que le digan que es mejor que se aparezca en este momento si no quiere que…"
"Lady Catherine, qué hace usted aquí… William…" Georgiana no sabía qué decir al ver a su tía tan enojada.
"Georgiana, dime que todo lo que dicen esos periódicos de mala muerte es mentira. Tu hermano está comprometido con mi hija y no está en libertad de casarse con nadie más," dijo Lady Catherine.
"Tía… William se casó hace unos meses, pero no pudo comunicarlo antes porque yo… yo estuve muy enferma. Él te escribió una carta y…"
"Georgiana, espero que tú no seas parte de esta farsa que tu hermano ha montado. Tú mejor que nadie sabes que tu madre y yo planeamos esta boda," gritó Lady Catherine. Ella iba a seguir hablando, pero notó que en la sala había otras dos mujeres, ambas jóvenes y bastante guapas.
"Anne, querida, qué gusto verte," dijo Georgiana acercándose a su prima.
"¿Quiénes son estas mujeres y qué hacen en esta casa? Georgiana, tú aún no participas en sociedad como para que recibas visitas cuando tu hermano no está. Señoritas, les voy a pedir que se retiren inmediatamente y vuelvan sólo si reciben una invitación mía o de mi sobrino. Georgiana, Anne y yo viviremos aquí por una temporada para asegurarnos de que las cosas marchen como correspondan. Además, Anne necesita aprender el manejo de esta casa, que muy pronto será suya…"
Jane y Georgiana estaban muy nerviosas, pero Elizabeth no iba a permitir que aquella mujer siguiera gritando y dando órdenes en su casa. El señor Darcy le había hablado sobre su tía, cómo se comportaba y lo que solía afirmar sobre él y su prima.
"Buenas tardes, señora…"
"Yo soy Lady Catherine de Bourgh, la tía y madre de la prometida del dueño de esta casa. Tú debes ser Elizabeth Bennet y seguro piensas que te vas a salir con la tuya, pero…"
"Lady Catherine, yo soy Elizabeth Darcy, la esposa de su sobrino y la dueña de esta casa y ella es mi hermana, la señorita Jane Bennet. Mi Lady, le voy a pedir por favor que baje el tono de voz y que me respete, o me veré en la obligación de pedirle que se retire."
"¿QUIÉN TE CREES QUE ERES PARA HABLARME DE ESTA FORMA, MUJER INSOLENTE?," gritó Lady Catherine fuera de control.
"Lady Catherine," gritó Georgiana desesperada.
Cuando Lady Catherine se volteó para averiguar qué estaba pasando, vio que su hija estaba en el suelo desmayada.
"Anne, ¿qué te pasa? Anne, despierta," gritaba Lady Catherine más disgustada que preocupada.
Elizabeth no sabía qué hacer y rogaba porque su marido regresara lo antes posible.
P&P
Gracias a todos los que dejan comentarios y siguen la historia con entusiasmo.
Como les dije, la semana pasada estuve muy ocupada y eso no me permitió actualizar la historia antes. Afortunadamente, las dos próximas semanas tengo mucho menos cosas que hacer, lo que me permitirá escribir más y finalizar esta historia antes del fin de este mes.
Por favor no olviden revisar con periodicidad la página principal de P&P porque las notificaciones no están funcionando. Una vez haya terminado de escribir la historia, la dejaré por un par de días y luego la quitaré de forma permanente.
En el próximo capítulo habrá muchas revelaciones y se aclaran varios malos entendidos.
¡Nos vemos pronto!
Saludos,
Yo
