"Ñiñita", era asi como le decían a Jade pronunciando la palabra con "ñ" en lugar de "n", su familia, amigos y conocidos, los cuales vaya que le hacían constantemente burlas sólo por el puro gusto de molestarla, incluso si no era como que eso le importara realmente, pero la verdad es que de cierta forma ella no sentía que en serio mereciera ser bulleada por todas las personas que le rodeaban, aún si no había razón para hacerlo, claro, con esto ella no estaba diciendo que hubiera razones válidas para burlarse de la gente, para nada, sin embargo eso sí, para su caso, ella sabía perfectamente que no era como él resto de sus hermanos y que él ser la única integrante femenina de su grupo estaría teniendo siempre sus respectivas repercusiónes negativas, ella era una husky, de raza dudosa a los ojos de los demás, o bueno, no era una husky, pero sí se parecía ligeramente a una, lo que ella realmente era, es una perrita alaska malamute, pero lo que la hacía conocida más que nada, era que la gente a su alrededor únicamente se daba cuenta de quién era y también era reconocida cada vez que alguien la veía por primera vez, por ser la hija legítima de Metal, un respetado, famoso y muy validado, perro de trineo que era por lo consiguiente un campeón consecutivo de dichas carreras, y por supuesto, por ser también la hermana de Steele.

La historia de Jade es normal hasta cierto punto, cuando ella nació, fue la única hembra de su camada, pero aún así eso no impidió a sus padres querer volverla una campeona de carreras de trineo como sus demás hermanos, Incluso si no fuese lo que ella quería, pero aunque no quisiera igual lo tuvo que hacer, sin embargo, era claro que así ella jamás llegaría al nivel de gloria y fama, cosa que al final pasó, y un caso que no fue el de sus hermanos por supuesto, muy a diferencia de todos ellos, sobre todo de su hermano mayor Steele, si que pudieron hacerlo, vaya que él sí logró escalar muy alto en ese mundo de las carreras, lo cual llevó a sus padres Metal y Jane a decirle que en ese caso, si no quería volverse una campeona, tendría que volverse la compañera de algún otro perro importante y por supuesto, básicamente ser la esposa de un campeón, algo con lo que por supuesto, Jade no estaba de acuerdo en lo absoluto.

Ella tenía una actitud y personalidad rebelde y aventurera, que siempre quería divertirse y no le gustaba en lo absoluto estar siempre a la sombra de su linaje, pues en serio que detestaba que la gente solo supiera quien es por los logros de su familia, y no por quien ella misma era, y mucho menos estaba contenta con el hecho de que sus padres querían obligarla a casarse con alguien que ella no quisiera, ahora, es cierto que ella por su parte siempre había soñado con tener un novio pero era claro que por tanto esa persona, solo debía de ser quien ella la que ella eligiera.

Si su familia, sobre todo su padre y su hermano Steele, hubieran llegado a enterarse, Si tan solo supieran de quien gustaba ella, la habrían asesinado (no literalmente) y luego habrían ido tras el aquel macho para matarlo también (ahora sí literalmente), puesto que aquel hombre de quien ella se había enamorado era alguien a quien su familia, parecía tener por costumbre, por una gran tradición, (claro, dicho de una forma sarcástica) despreciar, humillar y maltratar, pues el macho que sin saberlo en realidad, se adueñó del corazón de Jade, no era nadie más y nada menos que Balto, el mismo perro lobo que a diferencia de ella, si que tenía como más grande sueño en la vida, correr en un equipo de perros de trineo, para Jade, Balto no era como ningún macho que ella hubiera conocido antes, Balto era todo lo que ella deseaba encontrar en un hombre, valeroso, tierno, servicial y confiable. Balto sin embargo, jamás llegó a ser consciente de que ella ahora tenía sentimientos demasiado fuertes por el, pero lo que sí había entre ellos dos, era una hermosa amistad, que ellos dos tenían y habían mantenido, desde que eran jóvenes, desde que eran cachorros básicamente.

Con Balto, Jade pudo aprender y darse cuenta que no siempre era lo correcto todo lo que sus padres le habían estado enseñando a ella y a sus hermanos de los lobos o los mestizos, ahora se daba cuenta de que sus pensamientos definitivamente no eran los más acertados, y solo era cuestión de tiempo para que en uno de estos días Jade reuniera el suficiente valor para decirle a sus padres como se sentía y también para hacerle saber a Balto todo lo que ella sentía por él.

Continuará...