NO ENTRES EN EL BOSQUE

08.- Sepultado vivo

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Los arbustos, los árboles, las raíces del bosque comenzaron a rodearlo. InuYasha pudo ver el modo en que se le enrollaban en las muñecas, los brazos, los pies; y lo fueron cubriendo, del mismo modo que las nubes cierran el cielo durante la noche, creando una total oscuridad. Ni siquiera el youkai que lo poseía era capaz de escapar de la cárcel que formaba el entramado del bosque. Era como una entidad que lo iba engullendo hasta que ya no hubo nada más que sombra, frío y la violenta cólera que lo acompañaba.